Atencion Integral

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2.

Atención Integral

Generalidades

Introducción
A comienzos de la mitad del siglo XIX el modelo sanitario estaba centrado en el hospital. Allí era
donde se desarrollaban las tecnologías y se aplicaban los avances científicos, exceptuando casos
o situaciones muy concretas como la atención al parto o al moribundo, en que el profesional
(enfermero o médico) se desplazaba al domicilio llevando en su maletín “todo” el material
sanitario disponible para la atención del paciente. El desarrollo de la asistencia hospitalaria
moderna, donde se concentraban los especialistas y los recursos más avanzados
tecnológicamente, permitió comprobar que del 50 al 60% de la mortalidad ocasionada por los
accidentes o el infarto agudo de miocardio (IAM) se produce antes de que el paciente ingrese en
el hospital. Así, el 25% de las muertes por infarto se producen en el trascurso de los primeros
minutos y el 40% en las dos primeras horas, de forma que en los hospitales se trataba únicamente
a los pacientes que habían tenido la suerte de sobrevivir, sin ayuda, durante la hora en la que la
mortalidad era mayor.
Otro factor que influyó fue la experiencia de la sanidad militar, ya que en los últimos conflictos
bélicos había logrado disminuir significativamente la mortalidad de los heridos en los campos de
batalla, de un 8% en la I Guerra Mundial a un 1,7% en la Guerra de Vietnam. Estos resultados
fueron producto de la conjunción del tratamiento inmediato de los heridos, el trasporte asistido
y la asistencia hospitalaria precoz en centros especializados.
Diferentes estudios han demostrado que la mayoría de las emergencias médicas tienen un inicio
brusco, una elevada tasa de complicaciones y de mortalidad en los primeros momentos, ya en la
misma escena del accidente, y que se pueden beneficiar con una atención sanitaria in situ y al
máximo nivel. Todo esto hizo necesario el planteamiento de una mejora en la atención sanitaria
a las emergencias en el medio extrahospitalario, sustituyendo el concepto de “cargar y correr”
por el de “estabilizar y trasladar.” Este nuevo concepto de la asistencia motivó la creación y
desarrollo de los equipos de emergencias. Inicialmente se impuso la evacuación rápida al centro
más próximo (“cargar y correr”), en vez de la asistencia en el lugar de presentación de la
enfermedad súbita o accidente (“estabilizar y trasladar”). Esta fase fue rápidamente abandonada
en la mayoría de los países al no producirse los resultados esperados. Así, a finales de los setenta
se inició la estrategia actual en la asistencia a emergencias, estrategia dirigida a proporcionar una
respuesta rápida mediante la atención en el mismo lugar donde se presente la emergencia, el
traslado bajo asistencia cualificada y el ingreso en el hospital más idóneo de acuerdo con la
situación de la víctima y con las disponibilidades operativas de los hospitales del área.
A lo largo de la década de los setenta, en otros países (Francia, Alemania, Canadá, EE. UU., Israel,
etc.) se inician los sistemas de emergencias. Los componentes fundamentales de estos sistemas
van desde la educación a la población hasta la estandarización del transporte sanitario y la
categorización de los hospitales y de las unidades de cuidados intensivos. Un elemento
fundamental son los centros de coordinación de emergencias, auténticos centros neurálgicos del
sistema.
Sistemas integrales de urgencias y emergencias
La creación de los modernos servicios de emergencias extrahospitalarias se inicia en Europa en
1966, con la puesta en marcha, por Pantridge en Belfast, de la primera unidad móvil de cuidados
coronarios, y no es hasta la década de los 90 cuando se terminan de implantar los equipos de
emergencias extrahospitalarios en un gran número de ciudades españolas.
Las urgencias y emergencias médicas tienen dos ámbitos principales de asistencia, el hospitalario,
a través de los servicios de urgencias de los hospitales de agudos y el extrahospitalario, que puede
integrar a su vez diferentes recursos y tipos de asistencia según sea el modelo sanitario del país
en cuanto a la integración o no de la asistencia primaria y especializada en un único servicio de
salud y al tipo de provisión de los servicios. Boyd, en 1982, hablaba de que la atención urgente
debe corresponderse con un Sistema Integral de Urgencias, como conjunto de actividades
secuenciales complejas y ordenadas a través de protocolos dirigidos a optimizar la asistencia a
pacientes críticos desde el momento de aparición del proceso hasta su incorporación a la vida
social o laboral. Por otra parte, los servicios de emergencia médica extrahospitalaria se definen
como una organización
funcional que realiza un conjunto de actividades secuenciales humanas y materiales, con
dispositivos fijos y móviles, con medios adaptados, coordinados, iniciados desde el mismo
momento en el que se detecta la emergencia médica, que, tras analizar las necesidades, asigna
respuesta sin movilizar recurso alguno o bien desplaza sus dispositivos para actuar in situ, realizar
transporte sanitario si procede y transferir al paciente al centro adecuado para su tratamiento
definitivo. Hoy día, la asistencia a las urgencias se entiende dentro del concepto de sistema
integral, quedando definido por el grupo de trabajo interterritorial de urgencias médicas
extrahospitalarias como “Conjunto de recursos materiales y humanos que tenga como finalidad
primordial la recepción de las solicitudes de urgencia subjetiva, su análisis y clasificación como no
urgencia o urgencia objetiva, y la resolución mediante los dispositivos adecuados, de las
situaciones de urgencia vital y no vital”.

Modelos de sistemas integrales de urgencias y emergencias


En la actualidad, a nivel internacional, pueden mencionarse 3 modelos de asistencia
extrahospitalaria a las Emergencias médicas, bien diferenciados entre sí:
1. Modelo “Paramédico”1: Es típico de los servicios médicos de emergencias de los Estados
Unidos de Norteamérica. La solicitud de atención urgente es realizada a través de un teléfono, el
911, único para todo tipo de emergencias, que da acceso a una central compartida con Policía y
Bomberos (Figura nº 1). En ésta, un parasanitario atenderá la llamada de urgencia sanitaria y, en
función de unos protocolos específicos, decidirá el envío de una ambulancia básica o avanzada.
En este modelo, la asistencia extrahospitalaria la realiza personal parasanitario con diferente nivel
de formación, supervisado telemáticamente por personal
médico de los centros hospitalarios a los que, sistemáticamente y por obligación, trasladarán a
los pacientes.

2. Modelo “Médico Hospitalario”: Es el modelo francés de Servicio de Ayuda Médica Urgente


(SAMU). Aquí, el acceso a la asistencia sanitaria urgente es mediante un número de marcación
reducida específico, el 15, conectando con una central médica que se encuentra comunicada con
la Policía y Bomberos, pero que es independiente de ellas (Figura nº 2). En estas centrales,
personal sanitario (médicos o enfermeros) y no sanitario realiza un análisis individual para cada
situación y decide cuál es el recurso más adecuado para dar respuesta a la demanda asistencial
en cada caso. Las emergencias médicas se resuelven mediante la
intervención del SAMU, enviando una unidad móvil de atención especializada compuesta por
médicos y/o enfermeros relacionados con la anestesiología y los cuidados intensivos,
manteniéndose el mismo equipo sanitario en las fases extrahospitalaria y hospitalaria
del proceso asistencial.

3. Modelo “Médico extrahospitalario”: En la actualidad, este es el modelo más extendido en toda


la geografía española y es observado muy de cerca por otros países. Dentro de este modelo,
existen variaciones en cuanto a la dependencia administrativa (Instituto Nacional de Salud,
Servicios Autónomos de Salud, sector sanitario privado, policía, bomberos, protección civil, etc.)
y las formas de recepción de las llamadas y su análisis (algunos disponen de números de teléfono
específicos para emergencias médicas y otros los comparten con policía y/o bomberos), pero
todos tienen como característica común la presencia sistemática de un médico, tanto en los
Centros de Coordinación de Urgencias (CCU) como en los dispositivos de asistencia sanitaria,
realizados en su mayoría en un escalón único, por vehículos del tipo UVI móvil. En lo concerniente
a la dotación del personal que forman los equipos de emergencias (EE), entendiéndose como tal,
al equipo de profesionales sanitarios y no sanitarios que componen el personal de la UVI móvil
encargado de la asistencia de las emergencias extrahospitalarias, no existe unanimidad en los
distintos dispositivos existentes, aunque lo más frecuente es, que el equipo de emergencias (EE)
lo constituyan tres personas: un médico experto en urgencias y emergencias, un/a enfermero/a
experto en urgencias y emergencias, y un técnico en emergencias sanitarias (TES), que aparte de
la conducción de la UVI móvil, apoye en la labor asistencial al resto del EE, por tener
conocimientos básico sobre la atención a las emergencias.

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