Biografia de Los Patriarcas
Biografia de Los Patriarcas
Biografia de Los Patriarcas
Integrantes:
Sus relaciones con extranjeros mientras vivió cerca de Siquem, Egipto, Gerar y
Macpela, lo muestran como el respetado jefe de un grupo al cual trataban en un
plano de igualdad. Fue el jefe reconocido de una coalición que rescató a su
sobrino Lot capturado en Sodoma por un grupo de "reyes" (Génesis 14). El acento
recae sobre su vida, no tanto como "peregrino", sino como "inmigrante-residente".
Era rico, tenía sirvientes, posesiones y vivió pacíficamente entre los cananeos, los
ferezeos, los filisteos y los egipcios; tuvo trato con los heteos o hititas.
Ya en edad avanzada, Abraham se casó con Centura, cuyos hijos fueron los
antepasados de las tribus de Dedán y Madián. Después de haberle dado a Isaac
"todo cuanto tenía", y de hacer regalos a sus otros hijos, Abraham murió a la edad
de 175 años y fue sepultado en Macpela.
Rebeca fue estéril durante 20 años, y nuevamente podría haberse creído que no
se iba a producir la simiente prometida simplemente por los medios naturales de
paternidad, sino por intermedio del poder creador sobrenatural de Dios. La
esterilidad de Rebeca hace que Isaac ruegue al Señor, quien anuncia a Rebeca
que dos niños luchan en su seno. Estos dos niños, que representan dos naciones,
siguen caminos mutuamente hostiles. Isaac mismo permanece peregrino en la
tierra y en lugar de ir a Egipto en tiempo de escasez, se queda en Gerar. En un
momento crítico, al igual que Abraham, trata de proteger a su esposa haciéndola
pasar por su hermana. Después de reñir con los pastores de Gerar se traslada a
Beerseba, y finalmente llega a un acuerdo con Abímelec. Surge antagonismo
mutuo entre Isaac y Rebeca a causa de las acciones de Jacob. Isaac engañado,
pronuncia la bendición paterna sobre Jacob y un devoto deseo profético sobre
Esaú. Isaac muere a la edad de 180 años y es sepultado por sus hijos Esaú y
Jacob.
Se justifica que casi la cuarta parte del libro de Génesis se haya dedicado a la
biografía de Jacob, padre del pueblo elegido. Hay documentos escritos del 2º
milenio a.C. que han provisto gran cantidad de material que corrobora el fondo de
las narraciones de Génesis. 26–50. Aunque esto en sí no prueba la existencia del
patriarca, ni la historicidad de la narración, demuestra que no se trata de
composiciones tardías de la época del exilio, llenas de detalles imaginados o
anacrónicos. Más bien sugiere que los relatos fueron registrados en forma escrita
en fecha muy temprana (Era Patriarcal). No sería lógico centrar en una figura
mitológica toda una serie de relatos con detalles cuya finalidad aparente es la de
desacreditar al héroe.
Jacob nació con la mano trabada al calcañar de su hermano Esaú, de manera que
el nombre que le fue dado significa "se agarra" o según otra interpretación
aceptable, "se agarró". Jacob "suplantó" (matiz que proviene de "tomar por el
calcañar, alcanzar") a su hermano, obteniendo primeramente la primogenitura del
hijo mayor aprovechándose del hambre de su hermano, y luego engañando a
Isaac para que le concediera la bendición que correspondía por costumbre al
primogénito. El hijo mayor heredaba normalmente una proporción mayor de los
bienes paternos que todos los demás hijos. Además del legado especial parece
ser que el heredero estaba destinado a ocupar, desde el punto de vista social y
religioso, la posición de jefe de la familia. Probablemente esta posición era
simbolizada por la concesión de la bendición paterna y la posesión de los ídolos
de la familia. Se puede deducir cómo eran estas costumbres por las escrituras de
adopción y los registros legales contemporáneos, como también por lo que
registra la Biblia. La breve narración de la manera en que fue vendida la
primogenitura de Esaú por una comida no relata cómo se confirmó el intercambio,
o si se lo anotó oficialmente. Un documento del siglo XV a.C. registra la venta del
patrimonio de un hombre en Asiria. Un documento del mismo medio ambiente
demuestra que la promesa oral de un padre a su hijo podía ser defendida ante un
tribunal judicial. Así es que la bendición de Isaac era irrevocable, como destaca el
texto (Génesis. 27:33). De este modo Jacob se convirtió en el portador de la
promesa divina y en heredero de Canaán (Rom. 9.10–13). Esaú recibió la región
menos fértil, que se conoció luego como Edom. Rebeca, la madre, obtuvo el
permiso de Isaac para que Jacob pudiera huir de la ira de Esaú. Utilizó como
excusa la necesidad de que Jacob contrajera enlace con una mujer perteneciente
a la misma tribu, evitando así un matrimonio entre miembros de distintas razas y
religiones, como había sucedido con Esaú, que se había casado con una mujer
del lugar.
Durante los veinte años que Jacob permaneció en la casa de Labán le nacieron
once hijos varones y una mujer. A Lea le nacieron cuatro hijos varones, mientras
que Raquel no dio a luz ningún hijo por ser estéril. Su mortificación fue en parte
suavizada cuando entregó a Jacob a su criada Bilha, adoptando a sus dos hijos
varones. Lea hizo lo propio con su criada Zilpa, quien también dio a luz dos hijos
varones. El conocimiento de que la adopción podía provocar la concepción en la
madre adoptiva quizás haya sugerido este proceder (Sara y Agar, Gn. 16.2). Lea
dio a luz dos hijos varones más y una mujer antes que Raquel diera a luz a José.
Varios de los nombres dados a los hijos de Jacob aparecen en escritos
contemporáneos, aunque no se mencionan los personajes bíblicos conocidos.
Jacob siguió viaje donde le salió al encuentro una hueste angelical, y luego envió
exploradores para tantear la actitud de Esaú hacia él (Génesis. 32.1). Al acercarse
su hermano, Jacob se cuidó de salvaguardar la mitad de sus posesiones,
enviando también a Esaú un valioso obsequio. Después de pedir la bendición
divina, y justamente cuando iba a vadear el río, Jacob se trabó en lucha con un
desconocido que pudo vencerlo únicamente descoyuntándole el muslo. Este
incidente fue considerado como la redención de Jacob "de todo mal" (Génesis.
48.16), indicando su nuevo nombre, Israel, que era capaz de contender con Dios,
mientras que el haber quedado incapacitado indicaba su subordinación. El
recibimiento amistoso de Esaú no libró a Jacob enteramente de sus temores, por
lo que en lugar de seguir tras su hermano dobló en dirección a Sucot. Desde allí
se dirigió a una ciudad en el territorio de Siquem, donde compró una parcela de
tierra. La violación de Dina, y la venganza tomada por los hermanos de ella
produjeron la hostilidad de los habitantes de la zona hacia él. Recibió instrucciones
de Dios de trasladarse a Bet-el, presumiblemente fuera de la jurisdicción de
Siquem, para adorar. Los diversos símbolos paganos traídos desde Padan-aram
fueron enterrados antes de que la familia pudiera seguir el viaje. Como había
hecho antes, en esta ocasión también Jacob erigió un monumento para
conmemorar su comunión con Dios, derramando sobre él una libación. Lo mismo
hizo para señalar la tumba de Raquel en la localidad de Efrata, pero sin libación.
Después de la muerte de Isaac, se asentó en la región de Hebrón, y allí vivió en la
misma forma en que había vivido en Harán, dedicado a la ganadería y la
agricultura. Cuando sobrevino el hambre y fue invitado a Egipto, primeramente se
aseguró de que hacía bien en trasladarse más al Sur de Beerseba.
Antes de su muerte adoptó a los dos hijos de José y les concedió una bendición
especial, manifestando preferencia por el menor de los dos. Las bendiciones de
los doce hijos se registran en una composición poética que es un juego de
palabras sobre el significado de los nombres. Jacob murió, con más de 130 años
de edad, y fue sepultado en la tumba de la familia en Macpela, cerca de Hebrón.
Tanto José como su padre fueron embalsamados al modo egipcio y José fue
"colocado en un ataúd en Egipto". José murió a los 110 años, lo que también
resulta significativo, ya que era la longitud de vida ideal para los egipcios, y
significaba que había recibido la bendición divina.