Mundo Cantado
Mundo Cantado
Mundo Cantado
Mundo Cantado
Luzmila Mendivil
Perú
“Estou pensando
no mistério das letras de música
tão frágeis quando escritas
tão fortes quando cantadas
por exemplo “nenhuma dor” (é preciso reouvir)
parece banal escrita
mas é visceral cantada
a palavra cantada não é a palavra falada
nem a palavra escrita
a altura a intensidade a duração a posição
da palavra no espaço musical
a voz e o modo mudam tanto
a palavra canto
é outra coisa”1
Augusto de Campos
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Este tema nos permitirá comprender la importancia que la
palabra cantada tiene para las personas, y en particular para los
niños y niñas menores de seis años.
A diferencia de lo que ocurre con cualquier otra arte o len-
guaje y como sostiene Alvin2, nacemos provistos de una memo-
ria musical construida en base al mundo sonoro al cual accedi-
mos desde aproximadamente el cuarto mes de gestación. Este
repertorio sonoro musical está conformado por sonidos, voces
y canciones diversas que fueron grabadas en nuestra memoria
y son parte de nuestra historia musical.
Ni bien nacemos, empezamos a expresar nuestras necesi-
dades y estados de ánimo a través del llanto. De esta manera,
nuestra voz surge y se constituye en la primera forma en que
manifestamos que estamos vivos.
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• Programar y desarrollar experiencias y recursos musica-
les significativos y culturalmente pertinentes desde un
enfoque holístico y lúdico, que favorezcan el desarrollo de
voces expresivas en cada etapa de desarrollo de los niños
y niñas menores de seis años.
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voz, y de la función de las canciones dirigidas a niños y niñas
menores de seis años. Como resultado:
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• Se concibe la educación musical como una educación ex-
clusiva de talentosos, en la que los adultos responsables,
parecieran no tener un rol activo.
Recordemos que:
La educación musical es un derecho humano, y como tal,
debemos garantizar el acceso de todas las personas a ella.
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Como destaca Cámara6 “Las posibilidades expresivas de la voz
son infinitas y no acaban con la emisión melódica y el mensaje
verbal (...) por eso las civilizaciones han creado otras maneras
de expresarse”. Nuestra voz a través de la palabra, canto, grito,
sollozo, defensa, sorpresa, alegría, dolor... es nuestra forma más
auténtica de expresión, nuestro “sello” personal, y como tal, nos
distingue e identifica.
Nuestras voces expresan quiénes somos, cómo somos, cómo
nos sentimos; se hacen más agudas o graves, fuertes o suaves,
fluidas o entrecortadas según nuestro estado de ánimo. Nuestra
“melodía” guarda correspondencia con nuestro estado físico, con
nuestro estado mental y con nuestro estado emocional. Como
señala Rodrigo7 “la voz es un instrumento muy especial; ya que
se gesta en nuestro interior y todo cuanto nos suceda le va a
afectar”.
Las tensiones, el estrés, el miedo, la ansiedad, impactan no-
civamente en nuestras voces afectando la resonancia y articu-
lación de las palabras. Surge entonces el tartamudeo, la voz en-
trecortada, el habla excesivamente rápida, el habla defectuosa y
hasta los chillidos. Esta sensación puede conducir a que se forme
“un nudo en la garganta” hecho que deja de ser una metáfora,
para convertirse en una penosa realidad que puede demandar
hasta intervenciones quirúrgicas. La comunicación, función bá-
sica en la relación de toda persona con el entorno social, ma-
yormente es efecto de nuestra voz. A través de ella podemos
persuadir, enamorar, amenazar, calmar, defendernos... por ello
es importantísimo aprender a cuidarla, protegerla y por supues-
to potenciar nuestra expresión a través de ella.
Otro aspecto a considerar, es que cada uno tiene una voz que
es única. Por ello como sostiene Vila8 “La voz nos aporta iden-
6 Cámara, A (2013). La voz y el canto. pgs. 1-6. Disponible en: http://docplayer.
es/21682514-3-la-voz-y-el-canto-ocw-2013-aintzane-camara.html
7 Rodrigo, M. (2004) Enseñanza vocal: aprender a cuidar tu vos de forma prác-
tica.Educar en el 2000, abril 2004 pgs. 181-185. Disponible en: http://servicios.
educarm.es/templates/portal/images/ficheros/revistaEducarm/9/revista8_22.
pdf
8 Vila, J. (2008). La voz, identidad y comunicación. Conferencia inaugural de
las jornadas ALPA, Oviedo, 20 de noviembre, Disponible en: http://www.es-
paiveu.com/web/equip/vila/vila_5.pdf
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tidad (...) es nuestra carta de presentación”, así identidad, voz, y
cuerpo se imbrican mutuamente. Este sentido identitario no solo
se manifiesta a nivel personal, sino también a nivel colectivo,
de modo que nos permite identificar características culturales
pudiendo constituirse inclusive en el “símbolo de ciertas colec-
tividades”9.
Nosotros somos nuestra voz, ella es nuestra huella y también
nuestra principal herramienta en la relación con los otros, y con
el entorno. Debemos procurar prestarle el mayor cuidado, desde
la primera infancia a fin de potenciar el instrumento musical
más importante con el que hemos sido dotados.
9 Ibidem.
10 Fridman, R. (1997). Música para el niño por nacer: Los comienzos de la con-
ducta musical. Buenos Aires: Editorial Amaru.
11Cámara, A (2013). La voz y el canto. pgs. 1-6. Disponible en: http://docpla-
yer.es/21682514-3-la-voz-y-el-canto-ocw-2013-aintzane-camara.html
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Balbuceos con patrones rítmicos irregulares y combinacio-
nes de 2-3 notas.
Frases melódicas, aunque no reproduce alturas exactas.
02 Juega con el lenguaje repitiendo forma rítmica.
años Canta haciendo la mímica de canciones cortas.
Gusta de ostinatos y repeticiones, juegos melódicos, rimas,
juegos con manos y dedos, movimiento (marcha).
Canta mientras reproduce acciones con el cuerpo.
Canta con patrones rítmicos y melódicos sencillos.
Mayor entonación.
03
Reproduce onomatopeyas expresando diferentes acciones.
años
Improvisa y crea mientras juega.
Canta grupalmente.
Amplía repertorio en extensión y variedad.
04
Realiza diversos desplazamientos.
años
Mejora la entonación.
Se apoya en el grupo.
Canta siguiendo patrones rítmicos y melódicos.
05
Amplía repertorio de juegos musicales y canciones.
años
Improvisa con mayor facilidad.
Amplía la extensión de las canciones.
Muestra mayor apertura para entonar música de culturas.
Reproduce frases musicales de canciones.
Canta un repertorio más amplio de canciones.
06
Memoriza con facilidad.
años
Amplía registro vocal.
Su canto es más expresivo.
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“Quiero dar las gracias a las canciones que transmiten emociones…”12
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ficados que es preciso manejar en tanto amplían nuestra com-
prensión.
Es así que Gullco17 distingue entre canción de autor, canción
infantil y lírica tradicional infantil. Para él, la canción de autor,
es la canción para niños. Se trata de canciones que autores y
compositores adultos, crean para los niños. Desde su perspec-
tiva, la auténtica canción infantil es aquella compuesta por los
propios niños. Asimismo, la distingue de la lírica tradicional in-
fantil, que nace del folklore popular y forma parte de la tradición
oral, trasmitida por generaciones. Se trata de creaciones de ca-
rácter anónimo tales como rondas, juegos tradicionales, cancio-
nes, rimas, juegos de sorteo, entre otros.
Gullco18 también reflexiona en torno a la canción para niños y
la asume como un “genérico musical”. La denominación “canción
infantil” o “canción para niños” comprende una diversidad de
géneros musicales, ritmos, tipos de acompañamientos, manejo
de timbres vocales, arreglos musicales, contenidos, entre otros,
por ello el autor sostiene que no es posible asumirla como un
género musical propiamente dicho. Como resultado la canción
para niños en Latinoamérica y el Caribe conforma un “espacio
de intercambio, de complementariedad, de fusión, de agregación,
de no exclusión, tanto cultural, como específicamente musical”.19
En 1994, se funda el Movimiento de la Canción Infantil
Latinoamericana y del Caribe —MOCILYC— con el objetivo de
reflexionar en torno a la producción musical para niños y niñas.
Este movimiento reúne a profesionales de todo el continente
vinculados a este campo. Desde entonces hasta la fecha, se han
desarrollado trece encuentros en diversos países. De un lado la
calidad de la producción infantil, así como el resguardo de los
derechos de los niños y el reconocimiento y valoración de su
identidad cultural.
Estos aspectos son importantes pues marcan el derrotero de
quienes se sienten responsables de ofrecer producciones artísti-
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cas de calidad en un marco de pertinencia ética, socio política y
cultural.
No obstante lo antes expuesto, en este capítulo nos acogeremos
a la equivalencia entre las denominaciones canción infantil y
canción para niños, o canción de autor, en tanto, “Por canciones
infantiles entendemos tanto las que se cantan a los niños —es
el caso de las nanas— como las que los niños crean y recrean
asociándolas a sus juegos y experiencias vitales”.20 Más aún,
Pescetti 21 acota que toda canción puede ser considerada infantil
si es significativa para el niño.
En la práctica docente las canciones infantiles constituyen
recursos educativos para la motivación, desarrollo de un nuevo
contenido, o la evaluación de aprendizajes. Son recursos que
crean climas favorables para el aprendizaje, lo que genera
gran interés de los docentes por contar con estos recursos. No
obstante, la falta de reflexión, y el desconocimiento de criterios
de selección apropiados lleva a que muchas veces en las aulas de
educación inicial se canten canciones “bobamente infantiles”22
las cuales presentan una visión minusvalorada del mundo
infantil.
De este modo, la infancia es abordada de una manera descon-
textuada e irreal o, como señala Grossi,23 se recurre al pobre uso
del lenguaje con las consecuentes implicancias éticas y estéticas.
El abuso de diminutivos, la pobreza de usos lingüísticos, son al-
gunas de las formas más representativas de este hecho. Como
resultado la música deja de ser el elemento que contribuye al
desarrollo integral del niño para constituirse en un freno ideoló-
gico que limita el juicio, la estética y la creación, y que a la larga
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justifica la “natural” aceptación del status quo al naturalizar las
formas de ejercer control y poder sobre los niños y niñas.
En esta línea, Tiburcio24 examina los mensajes reiterativos
presentes en la mayor parte de las canciones infantiles y advier-
te que los mismos pueden tener una influencia a nivel conscien-
te o inconsciente. Fernández25 por su parte analiza la reiteración
de normas y comportamientos que a su criterio pueden contri-
buir a una concienciación e ideologización. Del mismo modo,
Fernández, Martín y Tiburcio, asumen que las canciones son un
referente importante en el proceso de socialización a nivel micro
y macro-social cuyo impacto ideológico alcanza el campo so-
cio-político. Por lo tanto, las canciones infantiles no son eventos
desvinculados de un contexto, más bien representan discursos
válidos que son de especial interés en tanto se enlazan con otros
discursos que justifican una “lógica” social.
En relación a las implicancias ideológicas de este recurso
educativo, Fernández advierte que las canciones son un medio
ideológico de reproducción o cambio social “que crea, recrea,
reproduce, y a veces cambia el discurso hegemónico cultural de
una sociedad dada en un momento determinado”.26 En el caso
particular de la canción infantil, esta autora sostiene, que el
mensaje es repite continuamente, “se cuela entre los resquicios
de la cultura popular y se reitera una y otra vez, insertándose
en las células cerebrales desde la más tierna infancia, desde los
arrullos y los juegos de corro”.27
El entorno social, las costumbres, la frecuencia, las dinámicas
del poder y en particular el período de desarrollo en el que se
encuentran los niños/as, impactan en su permanencia al man-
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tenerse al margen de un juicio crítico que oriente los procesos
de selección. Por este motivo, somos los adultos responsables
quienes debemos tener una comprensión crítica que nos permita
ofrecer las mejores oportunidades de aprendizaje a nuestros ni-
ños/as. Esto es especialmente relevante en tanto el primer con-
tacto que tiene el niño con el sistema educativo que lo albergará
por lo menos doce años, es la institución educativa de educación
inicial, es decir es “el espacio donde los niños aprenden a ser
alumnos”.28 Es aquí donde se dan los primeros aprendizajes, las
primeras prácticas de socialización y a la vez, se van construyen-
do socialmente las identidades individuales y colectivas de qué
es ser niño, alumno, así como de cuál es su identidad cultural.
En suma, tal como se ha visto, el universo de las canciones in-
fantiles es apasionante y complejo y a la par demanda una gran
responsabilidad de nuestra parte.
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Cuando los niños/as cantan pueden repetir canciones con
mensajes violentos, devastadores e inclusive inmorales. Las can-
ciones por ser mensajes fuertemente imbuidos de emociones,
generalmente no son suficientemente pensadas. Como se men-
cionó anteriormente, no es extraño que nosotros como adultos
nos hayamos encontrado cantando canciones que en palabras o
en pensamiento no nos hubiéramos atrevido a decir o imaginar,
no obstante, todos hemos vivido esa situación. Si esto pasa con
los adultos ¿Qué puede originar esto mismo en los niños/as me-
nores de seis años que están en un período tan vulnerable? Por
ello requerimos una reflexión permanente desde nuestra con-
cepción de ser humano, sociedad, educación y del rol social de
la música que tenemos, así como desde nuestras aspiraciones
políticas y sociales. Este es un primer elemento central en la se-
lección de canciones ¿Qué mensaje trasmiten? ¿Qué visión de
mundo es la que estamos presentando?
En primer lugar, está la consideración del niño/a como sujeto
de derechos y el respeto a su dignidad y a su condición huma-
na. En este sentido se trata del reconocimiento del niño/a como
una persona completa, y que como tal, interactúa con su entor-
no de manera competente y merece ser escuchado, respetado,
valorado, dado que su participación aporta a la sociedad en su
conjunto.
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La killa y el inti (Luzmila Mendivil) articula
el uso de palabras en castellano y quechua. EJEMPLO
MUSICAL 08
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• Que tengan un ritmo y un compás marcado, (ritmos bina-
rios o ternarios). Los ritmos binarios estimulan la marcha
y les dan seguridad. No obstante ello, la variedad en la
estructura rítmica, ofrece nuevos retos y posibilidades a
los niños/as.
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del vínculo madre-hijo. Los textos de estas canciones son
muy sencillos, se basan en un patrón de repetición. El
lenguaje que se emplea está cargado de afecto y evoca
simbólicamente el amor maternal. Constituyen por tanto
un tipo de caricia musical.
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• Canciones para desarrollar la memoria auditiva: con se-
cuencia de palabras o frases que se van agregando o in-
hibiendo.
• Canciones populares.
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zas, malestar, temor. Las canciones por tanto tienen que brindar
la oportunidad para reflejar esta diversidad de estados de ánimo
y no limitarse a determinados estados de ánimo.
Antes de empezar a cantar hay que preparar el cuerpo, sol-
tarlo, jugar con la lengua, labios, cuello, mejillas, de manera que
dispongamos el cuerpo para cantar. Es también muy importante
que los niños/as aprendan a respirar apropiadamente, es decir,
inhalar el aire por la nariz y exhalar el aire por la boca.
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Las canciones se pueden cantar de diversas maneras:
• Tarareándolas.
• Susurrando.
• Con las palabras.
• Variando la velocidad.
• Variando la intensidad (fuerte-suave).
• Caminando o bailando la canción.
• Acompañándola con mímicas.
• Acompañándola con instrumentos musicales u otros ob-
jetos sonoros.
• Empezando fuerte y acabando suave o a la inversa.
• Cantando “como robots”.
• Cantando con la boca cerrada.
• Con voces graves o agudas como “leones” o como “pul-
guitas”.
• Alternando una frase cantada y la otra en silencio de
modo que desarrollemos la audición interior.
• Imitando voces de personajes familiares.
• Dividiendo al grupo en dos partes en la que cada uno can-
ta una frase melódica.
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Recursos potenciar nuestras voces:
mil y una posibilidades para jugar con la voz
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• Soplamos velas: Imaginamos que soplamos una vela
¿cuánto aire tomamos? Y si es la torta de la caperucita,
¿cuánto aire tomamos? Y si es el lobo el que cumple años,
¿cuánto aire necesitamos para apagar esas velas? Y si te-
nemos que soplar muchas, muchísimas velas para la torta
de la abuelita de Caperucita, ¿cuánto aire tomamos? Va-
riamos la actividad dosificando el soplido para apagar las
velitas de la torta de una sola vez o apagarla de a poco.
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• Historias sonoras. Inventamos historias que solo pue-
den ser contadas con sonidos. Podemos hacerlo a manera
de adivinanzas de modo que el resto de niños/as adivinen
de qué se trata.
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• La locomotora. Los niños/ imitan con su voz y cuerpo
los diversos sonidos de la locomotora. Imaginamos que
recién se enciende ¿cómo suena? la locomotora empie-
za a avanzar ¿cómo suena?, la locomotora está corriendo
¿cómo es el sonido ahora?... la locomotora empieza a fre-
nar hasta que se apaga.
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