Colecciones Del Prado

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MUSEO DEL PRADO

Recordemos que desde su creación en el s.XIX, el museo se ha enfrentado a grandes


cambios y trabajos para reforzar sus colecciones a partir de adquisiciones (tanto por
compras como la aceptación de donaciones).

Vamos a comenzar a desgranar el Museo del Prado.


La colección con mayor importancia tanto por cantidad como por calidad, es la
pictórica.

Traigo como guiño, la presentación más antigua y la más moderna que expone el
museo (ojo: digo expone, porque tiene pinturas más contemporáneas, pero están en
depósito en otras instituciones):

Tenemos 6 de los frescos pertenecientes a la Ermita de San Baudelio de Berlanga.


Se trasladaron de fresco a lienzo, de ahí que se conserven en el museo. Pero hay que
mencionar que hay más de 20 fragmentos dispersos por distintos museos de Estados
Unidos.
Pero el hecho de que se conserven estos 6 frescos en el museo español es porque se
llegó a un acuerdo con el Metropolitan museum: se cambiaron en 1957 por el ábside
ábside románico de San Martín de Fuentidueña.

El conjunto mural de San Baudelio pertenece al mundo mozárabe: así se denominaba


a la población cristiana que vivía en el territorio del Al-Andalus. Es de las primeras
pinturas románicas conservadas en la península. Combinan decoraciones profanas
(las cacerías) y el temas cristológicos (serán los temas favoritos de la Edad Media:
centrados en los milagros de Jesús y su Pasión)

Por otro lado, tenemos el autorretrato de Mariano Fortuny y Madrazo (No confundir
con Mariano Fortuny padre, uno de los principales pintores del s.XIX, vinculado al
romanticismo)

Mariano Fortuny y Madrazo, si bien trabaja la pintura y el grabado (Tomando de


ejemplo su propio autorretrato o dibujos/pinturas conservadas en la Biblioteca
Nacional), destaca como diseñador de moda. Su hito dentro del mundo de la moda
será el vestido Delphos: creado en 1909, está inspirado directamente en el mundo
griego (veamos de referencia el auriga de Delfos: porta un quitón (prenda del mundo
griego) que llega hasta los pies).
Como decíamos, la colección pictórica es la de más empaque del museo.
Las colecciones abarcan todas las cronologías y las principales escuelas:
obviando el peso de la escuela española, la mayor o menor presencia de las escuelas
europeas de pintura está íntimamente ligado a la situación política y religiosa
instaurados en las diferentes cortes europeas.

PINTURA ESPAÑOLA: cronología

Habíamos mencionado que las pinturas más antiguas del museo son del s.XII.
Hay que destacar que en la génesis de las colecciones del museo, no encontramos
manifestaciones medievales, ya que estas producciones no tenían interés artístico:
recordemos que el arte cumplía con una misión exclusivamente devocional y
didáctica.

Su entrada en el Museo del Prado será en el s.XX: en los primeros años de la


centuria, el Real Patronato del Museo ve oportuno incorporar al museo obras
medievales. Estas serían traídas en su mayoría del Museo Arqueológico Nacional.
Hay que mencionar, que en un principio no se veía con buenos ojos la inclusión de
estas obras “en el museo de los grandes maestros”.

Debemos remarcar que el arte de la Edad Media en estos momentos no tenía la estima
merecida: de hecho, cabe mencionar la labor de Lázaro Galdiano en el coleccionismo
medieval. Gracias a la colección de muchos retablos y piezas suntuarias, el museo
reúne una importante colección de estilos duramente castigados, como la pintura
hispanoflamenca (que si bien son creaciones del s. XV-XVI, eran consideradas
manifestaciones de muy mala calidad).

De este periodo tenemos los frescos de la Ermita de San Baudelio.


Este conjunto como hemos mencionado aúna elementos profanos con la temática
religiosa.
Va a ser habitual que en los recintos religiosos se incluyan elementos propios de la
caballeresca, músicos, cacerías… que van a combinarse con los temas religiosos.

Lo que no vamos a encontrar, son retratos regios. ¿Por qué? Tenían otros soportes
para difundir su imagen, como miniaturas en libros, o su efigie en la moneda. (Ej.
D11). Si bien la miniatura era un soporte más restringido, pensemos que la moneda
era la vía más rápida de difusión de su poder (es una idea ya presente en la moneda
romana).
Debemos pensar que nos encontramos en un momento de dominación musulmana, en
el que poco a poco los reinos cristianos van tomando peso. Como “abanderados de la
verdadera fe”, la creación o conversión de anteriores centros religiosos requería de
unos programas iconográficos centrados en el cristianismo.
Las pinturas de este periodo (Románico) se caracterizan por la ausencia total de
profundidad, realizados a partir de lineas de contorno muy marcadas, un estilo que
recuerda a las pinturas propias de los libros de miniaturas (este estilo proviene del
entorno franco: la difusión de este tipo de obras cobra gran importancia en este y en
los siglos posteriores).

Del conjunto de San Baudelio, se conservan en el Prado escenas de cacerías, animales


y una representación de un cortinaje.
Hay que recordar que las propias representaciones animales dentro de la iconografía
cristiana tienen un importante simbolismo: así, el elefante debe ser interpretado como
la humildad y cristo, que sobre su espalda sostiene un castillo, que representaría las
miserias del hombre. Así, en conjunción, encontramos la referencia de Cristo como
redentor, que a través de su sacrificio salva a la humanidad.

Por otro lado, el oso dentro de los bestiarios está relacionado con el mal: por eso
aparece un cazador que va a darle muerte.

De igual manera, no es extraño, como hemos mencionado, representaciones profanas


dentro de recintos sagrados.
Dentro de la escuela Castellana, destaca el Panteón de los Reyes de San Isidoro de
León

Tenemos otro ejemplo de pintura mural que ha sido desprendida del muro: la ermita
de la Vera Cruz de Maderuelo (Segovia)
Fue trasladado a lienzo en 1947.
Destacan del conjunto la pareja de la creación de Adan y el Pecado Original y el
Pantocrátor.

Esta iconografía de Cristo entronizado dentro de la mandorla mística bendiciendo


rodeado del tetramorfo ( el ángel (san Mateo), el águila (san Juan Evangelista), el
león (san Marcos) y el toro (san Lucas)), es una iconografía habitual ya vista en
Bizancio, que se extiende por España. El ejemplo más notable lo tenemos en el
Pantocrátor del ábside de San Clemente de Tahull, conservado en el Museo Nacional
de Arte de Cataluña.

En las colecciones del s. XIII, vemos nuevos soportes (como frontales de altar), pero
vamos a mantener las mismas temáticas: temas cristológicos, el pantocrátor…
Pero a medida que avanza el siglo, va a ser cada vez más habitual la presencia de la
Virgen. Su figura se impondrá durante el Gótico.

Entre los frontales de altar tenemos el de Solanllong y el de Guils.

Destaca también el Retablo de San Cristóbal. El santo domina el retablo (estando en


el resto de celdas representados otros santos.
Interesa como patrón de los caminantes, muy vinculado al peregrinaje. Sobre sus
hombros, porta a Jesús niño, y en la cintura vemos unas figuras símbolo de la
protección sobre los caminantes.
Interesa la representación amable tanto de San Cristobal como de Jesús: este será una
de las características del arte gótico, que busca un acercamiento al fiel, en
consonancia con la devotio moderna que se impondrá.

En escultura destacan las imágenes de la virgen como trono de jesús niño, y los
Cristos crucificados.

Pero además, encontramos retablos.


En el caso del retablo de San Juan Bautista: vemos la presencia de arcos poli-
lobulados (elemento propio del Gótico).
La forma del retablo es la misma que la de San Cristobal (aunque sea pictórico,
vemos un modelo pentagonal en ambos)
Las figuras del retablo ya no muestran la acusada frontalidad del Románico.

Será en el s.XIV cuando los temas marianos se vuelvan los principales. Proliferan el
tema de Virgen con niño.

Tenemos varias versione de la Virgen de la humildad: se denomina así por estar


sentada o en un cojín o en el suelo. Es una iconografía que se atribuye al pintor
Simone Martini

Entre las principales madonnas, debe destacarse la Virgen de Tobed (Zaragoza).


En esta sacra conversazione vemos al rey de Castilla Enrique II y su mujer.

Del Trecento Italiano, encontramos varias tablas pertenecientes a una predela (parte
inferior) de un retablo (hoy perdido).
Se le conoce como el maestro de la virgen de la misericordia por la tabla conservada
en la Academia de Florencia.
En su obra, vemos el desarrollo de una perspectiva diagonal gracias a la arquitectura.
Vemos un mayor naturalismo de las figuras: una linea más esbelta, un uso del color
que busca dar volumen a las figuras, y una gama cromática muy clara. El fondo se
mantiene dorado.

Si bien vemos que el grueso de las tablas es de autoría anónima, encontramos algunas
atribuciones: entre los artistas españoles, encontramos a Pere Lembrí.
Su obra se enmarca dentro del gótico internacional: (caracterizado por un color muy
brillante, el uso del oro, y una mayor minuciosidad en el detallismo de los elementos
(sobre todo textiles).
Los santos representados son San Bernardo, quien expandiría la orden del cister por
toda Europa, y San Benito (creador de la regla de San Benito, aplicada en la orden del
Cister)
También conservamos una tabla de Luis Borrassá, también dentro del estilo
internacional en el entorno catalán.

En el s.XV vemos la presencia de más escuelas dentro del museo:

Destaca, dentro del foco francés, la oración en el huerto.


Aparece como Donante Luis I de Orleans, lo que justifica la riqueza de los
materiales: el lapislázuli cubre todo el cielo.
Es una representación que se ha vinculado a los trabajos de miniado (sobretodo el uso
del azul en vez del dorado en el fondo.
Del entorno francés hay un destacado miniaturista, Boucicaut, del que pudo
inspirarse, además de que hace pensar que también realizara trabajos como
miniaturista

Es una tabla de pequeño tamaño, pensada para la devoción privada.


Debe destacarse el paisaje y el intento perspectivico al distribuir las figuras en
distintos planos

Un estilo diferente lo encontramos en la obra de Jaume Mateu: del foco valenciano, y


continuador del gótico internacional.
Esta tabla se centra en Santa Úrsula. Para el desarrollo del tema, se vale de la
Leyenda dorada.
Ursula, nacida en gran bretaña, era conocida por su gran belleza y era hija de un rey
cristiano. El rey de Inglaterra manda una embajada para pedir su mano (es el
momento que representa)
Ursula pone varias condiciones para el enlace:
que le proporcionen diez doncellas en calidad de amigas;la segunda que le consigan
otras once mil doncellas para que puedan disponer de mil azafatas cada una; la
tercera condición fue que todo el grupo partiese con una flota de naves bien
equipadas para viajar durante tres años y, por último, que el príncipe, su prometido,
aprovechase estos tres años para instruirse en el cristianismo y recibir el bautismo,
pensando que en esos tres años el príncipe desistiría de su propósito.

Se conservan también las tablas en las que el rey de Inglaterra lee las peticiones, la
llegada de Santa Úrsula a Inglaterra y de cómo Conan accede y se bautiza.

Muchas de estas tablas que vemos pertenecen a retablos hoy desintegrados y


dispersos.
Si encontramos retablos completos, como el Retablo del arzobispo don Sancho de
Rojas de Juan Rodríguez de Toledo.
En su obra vemos un estilo deudor del gótico italiano: vemos un uso volumérico del
color; y una pintura más clara.
Si analizamos las arquitecturas, vemos el arco de medio punto, no el arco apuntado
propio del arte gótico.

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