Unidad I
Unidad I
Unidad I
Introducción
Como se verá, est as respuestas son elaboradas desde un tipo especial de filosofía, denominada
filosofía de la ciencia. No es la única manera de nombrarla. En realidad, esta actividad filosófica tiene
distintas denominaciones, variando en los distintos p aíses.
Hemos preferido el nombre muy difundido desde hace años en Est ados Unidos y en Hisp ano-
américa de metodología de la investigación, pues hace alusión a una de las discusiones cen-
trales de la filosofía de la ciencia, la que trat a del método científico.
Se comienza por la metodología inductivista, se continúa con la hipotético-deductiva, para pasar a con-
siderar la crítica que le efectúa desde la historia de la ciencia la concepción deThomas Kuhn y de Imre
Lakatos, para terminar con la concepción estructuralista de las teorías.
El relato adopta la forma dialéctica, es decir , que se desarrollan los argumentos centrales de cada
metodología, mencionándose a continuación los inconvenientes que present an. Posteriormente, se
indica cómo se conservan algunos logros de la metodología anterior, cómo se superan los obstáculos
que presenta, así la manera en que se logra la síntesis adecuada. Este proceso de superar , eliminar
y conservar específico de la dialéctica se denomina aufgehoben.
Cada metodología supera a la anterior, eliminando sus contradicciones, hasta culminar en el momen-
to actual a la metodología de la concepción estructural de las teorías desde el punto de las
metodologías que utilizan elementos lógicos p ara definir su estructura, y a la concepción histórica de
Thomas Kuhn. Ambos constituyen fértiles programas de investigación epistemológicos vigentes.
En cada una de las unidades metodológicas se present an asimismo los p asos del método científico
que autorizan, que la forma de present ar tanto proyectos de investigación como artículos científicos,
así como la manera de analizarlos y evaluarlos. En el camino, se responde qué es el método hoy, qué
es la ciencia, y cómo se investiga.
Se introduce una unidad propedéutica, necesaria p ara comprender los argumentos de las distint as
metodologías, con los subtemas lógica, y lenguaje de la ciencia.
Objetivos: Lograr que los alumnos desarrollen los conocimientos y habilidades necesarios p ara la
comprender y emplear los elementos conceptuales de las unidades epistemológicas.
Subtema 1. Lógica
Introducción
Esta unidad es parte de los contenidos conceptuales propedéuticos para comprender al método cien-
tífico. Tanto en la metodología inductivista como en la hipotético-deductivista, los argumentos para
comprender la estructura de la ciencia que proponen son de índole lógica. Sin embargo, no nos
vamos a referir en esta unidad a la inducción, que será tratada cuando nos refiramos a la metodología
inductivista.
Esta unidad trata de los elementos básicos de la lógica que están en la base de la justificación del
método hipotético-deductivo, que es el método que actualmente se acepta como estándar, habitual en
la investigación científica. Podremos decir, al concluir nuestro recorrido por la metodología de la inves-
tigación, que el hipotético-deductivismo mantiene su vigencia -si bien atemperado o limitado en su
alcance- dentro de las metodologías más actuales, como la que plantea Thomas Kuhn, o la concep-
ción estructuralista de las teorías.
En ella veremos la finalidad de la lógica, como la ciencia que trat a de los razonamientos o inferencias
deductivas correctas, sus componentes, y las maneras de corroborar su corrección o incorrección.
Hablaremos de la forma en que se encuentran construidas las afirmaciones de la ciencia cuando trate-
mos la Unidad 2: lenguaje. Veremos algunos de estos conceptos, ya en el contexto del lenguaje cien-
tífico, analizado desde el punto de vist a lógico.
Es necesario recordar que la lógica simbólica o matemática que present aremos es en principio un
cálculo sin interpretar, es decir, vacío, cuya correspondencia con el lenguaje natural no siempre es
tan precisa como sería de desear . Los ejemplos se dan mediante oraciones de uso habitual o al
menos construidas como tales -aunque nadie las emplee habitualmente, como el conocido "Todos los
hombres son mortales, Sócrates es hombre, luego Sócrates es mort al"-.
En lógica, que como decíamos es un cálculo sin interpretar, lo que se utilizan no son las palabras, ora-
ciones o razonamientos del lenguaje natural o cotidiano, sino letras (símbolos) que puede interpre-
tarse luego como tales.
Otros símbolos, en cambio, conectan proposiciones con proposiciones, e indican qué sucede con las
proposiciones que unen. En este sentido, funcionan como los signos que representan a más, menos,
multiplicación, etcétera, que son operaciones sobre los números. Esos signos especiales llamados
conectivas lógicas indican al igual que en las matemáticas que se hace una operación con las
proposiciones que conduce a un result ado, distinto al que tendríamos leyendo cada proposición por
separado.
Por este último carácter, llamamos cálculo a la lógica, al igual que a las matemáticas, pues podemos
operar con los símbolos -las letras- sin tomar en cuent a que pueden tener correspondencia con el
lenguaje natural.
Es este carácter formal, vacío, de la lógica, lo que le otorga su potencia p ara desarrollar inferen-
cias que difícilmente podrían alcanzarse de otra manera. Entre ellos, las que realizan esas sofisti-
cadas máquinas de calcular que son las comput adoras. También iluminan aspectos del lenguaje
natural y del razonamiento con él, que no se verían con claridad si sólo utilizáramos a éste.
El primero habla de términos, proposiciones, razonamientos. Lo hace con ejemplos fundament al-
mente de la lógica aristotélica, que persistió cerca de dos mil años, y que todavía tiene vigencia.
Término, proposición, razonamiento, verdad, validez o corrección, y formas de razonamiento válidas
son el tema de esta unidad.
El segundo, habla de la lógica proposicional, nacida de los trabajos pioneros de Gotlob Frege y
Bertrand Russell. Aunque la supera, conserva a la lógica aristotélica en su seno. V eremos en él las
nociones de proposición, conectivos lógicos, forma proposicional, t abla de verdad, t autología, con-
tradicción, contingencia, falacias.
La función de este subtema es el de brindar los elementos para comprender al inductivismo, y fun-
damentalmente al hipotético-deductivismo, así como de servir como referencia de los términos
lógicos fundamentales empleados a lo largo del curso.
1. Razonamiento
La mayoría de los lógicos coinciden en afirmar que la Lógica tiene como objeto el estudio de los
razonamientos o argumentos p ara determinar su corrección o incorrección (t ambién puede
hablarse de validez o invalidez).
Esta primera caracterización exige aclarar qué se entiende por "razonamiento" y por "corrección" en
esta disciplina.
Frecuentemente las personas construyen razonamientos. Estos consisten en una serie de proposi-
ciones relacionadas de una manera peculiar . Cuando se formula una proposición, normalmente se
garantiza su verdad puesto que se infiere de otras proposiciones cuya verdad se da por sentada
(Salvo en los casos de proposiciones cuya verdad o falsedad es posible est ablecer con sólo apelar
a los sentidos. Por ejemplo: "Pedro trajo el libro") . Lo mismo ocurre en el plano científico.
"Las hormigas tienen tres p ares de patas" y dar como fundamento de la verdad de esta proposi-
ción las siguientes proposiciones:
Las proposiciones que se dan como fundamentos son llamadas premisas, mientras que aquella que
se infiere de ellas se denomina conclusión.
El razonamiento como la forma que adoptan puede definirse, pues, como un sistema de proposiciones
de las cuales una, llamada conclusión, se fundament a en una u otras, llamadas premisas.
Premisa y conclusión son términos relativos, en el sentido de que una proposición que aparece
como conclusión en determinado razonamiento, puede cumplir en otro el p apel de premisa (o
viceversa).
1º. Razonamiento:
(La línea indica que entre la segunda proposición y la tercera media una inferencia)
2°. Razonamiento:
Es decir, ¿cómo sabemos que estamos frente a una premisa o frente a una conclusión?
Ejemplos
"El preparado ha permanecido totalmente aislado; por consiguiente, no puede est ar contaminado
con sustancias ambientales".
"En la casa hay luz, pero este velador no enciende; por lo t anto, o la bombita se quemó o el cable
está averiado en alguna parte".
"Es necesario que el equipo gane hoy, ya que sólo queda otra fecha y nuestros rivales no podrán
alcanzarnos."
- "Ya que": encabeza una premisa; "sólo quede otra fecha" ("nuestros rivales no podrán alcan-
zarnos" es otra premisa).
3. Proposiciones
Los razonamientos están compuestos, según vimos, por proposiciones. Las proposiciones son
expresiones que afirman o niegan algo. Se reconocen por una característica que poseen: la de ser
verdaderas o falsas.
A fin de no entrar en discusiones sobre qué es la verdad, cuando leamos "verdadero" o "falso",
en realidad estamos diciendo "que es sabido como verdadero" o "que es conocido como falso".
En esta distinción introducimos la noción de que una proposición es verdadera o falsa para deter-
minada comunidad de conocimiento, en cierta época. La evolución del conocimiento a través del
tiempo nos muestra que proposiciones sabidas como verdaderas luego son sabidas como falsas,
y viceversa. Cuando se dice "verdadera" o "falsa" sin más, les atribuye esta condición sin consid-
eraciones de tiempo y lugar, eternamente: verdaderas o falsas.
Nunca se insistirá demasiado con recordar que sólo las proposiciones son verdaderas o falsas; los
razonamientos son correctos o incorrectos.
Ejemplos:
4. Términos
Las proposiciones se componen a su vez de términos: son los elementos lógicos más simples de
que constan las proposiciones. Como tales, no son verdaderos o falsos, ni correctos o incorrectos.
Distinguiremos entre los términos a aquellos que se denominan categoremáticos. Son términos que
se refieren a elementos del mundo, sean individuos, sust antivos, predicados. Cuando se los repre-
senta mediante un símbolo (una letra), su significado no es fijo, es decir, que son auténticas variables,
reemplazables por cualquiera de las constantes que sea el caso.
Estos términos que pueden variar se denominan asimismo términos no lógicos y, como hemos visto,
poseen significación propia, independientemente de la estructura lógica.
La armazón, la estructura de la lógica la brindan, sin embargo, otros términos, a los que llamaremos
sincategoremáticos, o términos lógicos:
Vemos que:
algunos términos varían ("inteligentes", "estudiosos", "saltemos", "argentinos",
"ballenas", "mamíferos") y
Existen además otros términos lógicos, que relacionan proposiciones simples entre sí y permiten
obtener proposiciones compuestas.
También son términos lógicos los signos de puntuación (p aréntesis, corchetes, llaves).
Resumen
Términos: los integrantes más simples de las proposiciones, se dividen en lógicos y no lógicos (sin-
categoremáticos y categoremáticos).
Proposición: estructura lógica, integrada por términos, que tiene la ppropiedad de ser verdadera o
falsa. Los términos se dividen en lógicos y no lógicos.
Razonamiento: conjunto de proposiciones t ales que de una o más de ellas, llamadas premisas,
aparece derivando otra, llamada conclusión.
Pueden ser correctos (válidos) o incorrectos (inválidos).
5. Tipos de razonamientos
Hay razonamientos que p arten de algunas proposiciones formuladas (premisas), p ara llegar a otras
que se encuentran implicadas en ellas (conclusiones).
Precisamente, por estar implicada en las premisas, la conclusión se sigue necesariamente de ellas.
Ejemplo:
Todos los mamíferos son animales de sangre caliente y todos los gatos son mamíferos;
"Todos los gatos son animales de sangre caliente" se desprende necesariamente de las premisas.
Hay razonamientos, en cambio, en que la conclusión no está implícita, implicada, en las premisas, sino
que tiene más información que la dada en ellas. De ahí que la conclusión se desprenda con probabi-
lidad, y no necesariamente como en los razonamientos deductivos. A ese tipo de razonamiento se lo
denomina no deductivo.
Ejemplo:
Por lo tanto, todos los pacientes tratados con este medicamento mejorarán.
La conclusión no se desprende con necesidad de las premisas, pues bien podría darse un caso donde
el paciente no mejorara.
Los razonamientos no deductivos pueden ser inductivos o analógicos. El que acabamos de exponer
es un razonamiento inductivo.
Ejemplo:
Es decir, los razonamientos inductivos y analógicos tienen en común que las conclusiones se
desprenden en forma probable de las premisas.
Pero los diferencia el hecho de que en los razonamientos inductivos la conclusión tiene un grado
mayor de generalidad que las premisas.
Dijimos que en los razonamientos deductivos la conclusión se desprende en forma necesaria de las
premisas, pues está implícita en ellas.
El problema consiste en que, a veces, la conclusión p arece estar implícita en las premisas, pero real-
mente no lo está.
Un razonamiento deductivo es válido cuando premisas y conclusión están relacionadas de tal man-
era que resulta imposible que las premisas sean verdaderas y la conclusión falsa. En este caso, la
relación entre unas y otras es una relación objetiva de implicación, y su forma es correct a.
(I) Si escribimos:
Esto es un razonamiento.
todo A es B
x es A
x es B
En (II) tenemos la forma del razonamiento expresado en (I) pero no sólo de ese razonamiento, sino
de todos aquellos que tengan la misma forma, t ales como:
a) Reemplazando, en las proposiciones que lo componen, sus términos no-lógicos (estrella, luz propia,
Sirio) por letras (A, B, x), llamadas variables.
El proceso mediante el cual se eliminan esos contenidos (o significados), puede llamarse, desde la
b) Además de las variables, vemos que han quedado los términos lógicos (todos, son, es, que todavía
no hemos simbolizado), los cuales constituyen, precisamente, la armadura lógica de las proposiciones
y se llaman constantes lógicas.
Forma: es el esqueleto lógico que queda cuando prescindimos del contenido o materia, y sus compo-
nentes son las variables y las const antes lógicas.
Volviendo al ejemplo:
todo A es B
x es A
x es B
Si reemplazamos las variables (que en realidad designan lugares vacíos) por términos con informa-
ción, el razonamiento resultante será "bueno", ya que su validez no depende mas que de la forma del
molde (que permanece invariable, sin afectar el razonamiento).
La lógica ha desarrollado, p ara ello, técnicas y métodos apropiados. Una vez que, sobre la base de
ellos, se determina la validez de la forma, será válida independientemente de la verdad o falsedad de
las proposiciones que figuran como premisas y conclusión.
Ejemplos:
[2] Esto no significa que sea la única forma válida. Existen otras que iremos viendo más adelante.
Estos cuatro razonamientos son válidos: no sólo (I), cuyas premisas y conclusión son verdaderas,
sino también aquellos que tienen premisas o conclusión falsas.
Esto significa que la lógica garantiza la validez del razonamiento, no la verdad de las proposiciones
(esa es tarea de quien la formula, en la vida cotidiana y en la ciencia).
Lo que asegura la lógica es que si a esa forma de razonamiento, determinada como válida, le colo-
camos premisas verdaderas, la conclusión forzosamente será verdadera De ahí que se sostenga
que la lógica interviene en todo conocimiento razonado, pero no en la tot alidad de él.
En la ciencia no sólo interesa si la forma del razonamiento es válida (tal cual determina la lógica), sino
también si las premisas y conclusión son verdaderas.
Un razonamiento válido, con premisas verdaderas, se denomina sólido. Esto cobra gran import ancia
si tenemos en cuent a que de premisas verdaderas se sigue necesariamente una conclusión ver-
dadera.
En esos casos se debe a que la forma es inválida (porque si fuese válida sería imposible, como ya
sabemos, que de premisas verdaderas se concluyese una proposición falsa)
Ejemplos:
x es B El trigo es vegetal V
x es A El trigo es árbol F
El pino es vegetal V
El pino es árbol V
El coral es árbol F
El maíz es árbol F
El ciprés es un árbol V
Resumen
Esa forma es válida no sólo para ese razonamiento particular del cual la hemos propuesto, sino para
todo otro que tenga esa forma (universalidad de la forma)
El la verdad o falsedad de las proposiciones que figuran como premisas y conclusión, no depende
de la lógica, sino (en el ámbito que aquí nos interesa) de la ciencia.
Ejercicios de revisión 1.
I. Señalar cuales de las siguientes expresiones son proposiciones y cuales no. En este último
caso, aclarar por qué.
El autor del "Martín Fierro" es Miguel de Cervantes. 6. ¡Ojalá que escriba est a semana!
Los estudiantes deben tener el máximo cuidado al manipular los objetos del laboratorio.
II. Las expresiones que usted marcó con no en el ejercicio anterior. ¿pueden funcionar como
premisas o conclusión de un razonamiento? ¿Por qué?
a. premisas.
b. conclusión,
c. indicadores de premisas y conclusión, si hay.
1. Los médicos aconsejan prevenir antes que curar; por consiguiente, recomiendan evit ar el contacto
con los alérgenos como tratamiento ideal para las alergias.
3. Ya que existen mamíferos acuáticos, terrestres y aún voladores, podemos afirmar que se trat a de
animales con gran poder de adaptación.
4. Puesto que todos los cuadriláteros tienen cuatro lados, y el trapezoide es un cuadrilátero, el trape-
zoide tiene cuatro lados.
5. "Según la relatividad general, la gravedad no hace ninguna distinción entre una p artícula y una
antipartícula; lo único que cuent a es la energía de la p artícula...La energía de una p artícula es la
misma que la de la p artícula correspondiente. Por lo t anto la antimateria caerá al suelo exact amente
igual que la materia".
Golman, Hughes y Nieto: "Gravedad y antimateria"
Investigación y ciencia. N°140
6. Muchos astrónomos consideran que la formación de cuásares sólo tuvo lugar en la historia tem-
prana del Universo, pues todos parecen ser objetos distantes.
7. "La importancia de ver los aspectos sanitarios de la alimentación, en el desarrollo de los países, se
nota si observamos la desnutrición y la malnutrición, ya que son algunos de los problemas que más
aquejan al siglo XX".
A. Sonis: "Salud, medicina y desarrollo".
9. "Cabe suponer que los peces antárticos han logrado algún tipo de adaptación especial frente al frío,
puesto que la Antártida, el hábitat más frío del planeta, esta llena de peces, y en presencia de hielo la
mayoría de los peces de aguas templadas y tropicales se congelan".
"Peces antárticos". Rev. Investigación y ciencia N° 124.
10. "Si la vent ana hubiese estado abierta, enseguida hubieseis pensado que se había arrojado por
ella...Por tanto, si hubiese estado abierta...sólo quedaba la hipótesis del suicidio. En cuyo caso, no la
habríais dejado enterrar en tierra consagrada. Pero, como la habéis enterrado cristianamente, las ven-
tanas debían de estar cerradas".
Umberto Eco; El nombre de la rosa
11. "El bien de un libro consiste en ser leído: Un libro está hecho de signos que hablan de otros sig-
nos que, a su vez, hablan de cosas. Sin unos que lo lean, un libro contiene signos que no producen
conceptos. Y por tanto, es mudo".
Umberto Eco: El nombre de la rosa.
12. El mundo, tal como aparece en cada momento, no es el mundo tal como es en ese instante, pues
los objetos más alejados se ven en un est ado anterior de su historia".
G. J. Whitrow: La estructura del Universo.
13. Los conocimientos más universales para el hombre son quizás los más difíciles de adquirir, puesto
que son los más alejados de las sensaciones'.
Aristóteles: "Metafísica", Libro I.
14. Los animales, por naturaleza, están dotados de sensación pero en algunos, a partir de ella, no se
constituye ulteriormente el recuerdo y en otros sí. Por esta razón, los últimos son más avisados y más
capaces de aprender que los que carecen del poder de recordar , pues los incap aces de percibir
sonidos son más avisados, más no poseen la facultad de aprender, tal como ocurre con la abeja y con
cualquier otro género de animales que esté constituido de esa manera".
Aristóteles: "Metafísica", Libro I.
15. "Puesto que le novedad de las hipótesis de esta obra es cosa que ya se ha difundido ampliamente,
no abrigo dudas que algunos hombres ilustrados se sient an seriamente ofendidos, porque el libro
declara que la Tierra se mueve y el sol se halla quieto en el centro del universo".
Prefacio intercalado sin nombre en la primera edición del libro de Copérnico "De las revoluciones
celestes", por el canónigo Osiander, sin permiso del autor.
16. "La adicción a las drogas, o toxicomanía, se caracteriza por un est ado da intoxicación periódica o
crónica, perjudicial para el individuo y la sociedad, producido por la administración repetida de una
droga. Dan su carácter a la toxicomanía: a) la tolerancia, b) la dependencia p síquica a hábito propia-
mente dicho; y c) la dependencia física. Por lo t anto, toda droga que de lugar a las tres condiciones
precedentes es capaz de engendrar toxicomanía.
Definición del Comité de Expertos de la 0.M.S.
"Cuando se habla de curvas, técnicamente se incluye entre ellas a las líneas rect as. La recta es un
caso particular y trivial del concepto más general de curva. Luego, si introducimos la velocidad, el cam-
"El movimiento de un cuerpo que cae por una pendiente se acelera, mientras que el movimiento hacia
arriba se frena; de esto se infiere que el movimiento sobre un plano horizont al es perpetuo pues, si la
velocidad es uniforme, no puede disminuirse o mermarse y , menos aun, destruirse".
Galileo Galilei: "Dos ciencias nuevas".
"EL asesino tenía más de seis pies de altura, pues cuando una persona escribe en una p ared, instin-
tivamente lo hace a la altura, más o menos, del nivel de sus ojos. Pues bien: aquel escrito est aba a
un poco más de seis pies de altura".
Conan Doyle; "Estudio en escarlata".
21."También es probable que haya factores en la leche materna que ayuden a revestir el epitelio intes-
tinal del recién nacido, pues este fenómeno de impermeabilización está bien document ado en recién
nacidos".
"La alergia". Rev. Investigación y ciencia, N° 73.
22. "Si en la inmensidad del Universo existieran civilizaciones tanto o más avanzadas que la nuestra,
seguramente estarían tratando de comunicarse con sus vecinos galácticos... El lenguaje común que
nos permitiría llegar a comprendernos sería, sin duda, la ciencia, ya que las leyes de la Naturaleza son
las mismas en todo el Universo".
"Una aguja en el pajar cósmico". Rev. Ciencia Hoy, N° 5.
23. "En general, los t allos crecen erguidos y en dirección opuest a a la fuerza de gravedad del pla-
neta, mientras que las raíces también crecen verticales, pero siguiendo la fuerza que ejerce el campo
gravitatorio. Así mismo, t anto las ramificaciones de los t allos como los de la raíz, se orient an con
ángulos variables a la vertical; existen casos especiales en los que los t allos pueden orient arse,
incluso, en forma horizontal tal coma sucede con los estolones de la frutilla o los rizomas de las vio-
letas. Es posible afirmar, entonces, que las plant as usan la gravedad p ara orientarse en el esp acio
aéreo y... del suelo".
"Gravitropismo". Rev. Ciencia hoy, N.° 5
24. "Puesto que si la afirmación es verdadera, la negación es falsa, y puesto que si esta es verdadera,
no sería posible que la misma cosa sea afirmada y negada al mismo tiempo".
Aristóteles: "Metafísica". Libro IV.
IV. Las siguientes son formas de razonamientos deductivos válidos. Reemplace las variables
por términos no lógicos.
VI) En los ejemplos del ejercicio III identifique, por lo menos, tres razonamientos cuya conclusión sea
probable (razonamientos no deductivos).
El objetivo del presente capítulo es el de aclarar el concepto de validez tratado anteriormente, lo que,
a su vez, permitirá establecer la diferencia entre reglas y falacias formales. Nos referiremos a algunas
nociones de lógica proposicional para lograr tal propósito.
Lógica Proposicional
El análisis que realiza la lógica proposicional se detiene en la proposición tomada como un todo, pre-
scindiendo de la consideración de sus elementos internos (los términos)[3] .
Por ejemplo, la proposición "Kepler era astrónomo", se simboliza con la letra "p", tomando la proposi-
ción como unidad.
Las proposiciones se conectan entre sí formando proposiciones más complejas. Habíamos visto que
ciertas partículas del lenguaje conectan entre sí proposiciones enteras y que por esta razón se las
llama conectivas interproposicionales.
Estas conectivas ("y", "o", "si...entonces...", "si y sólo si", etc.), al combinar proposiciones dan lugar a
una nueva proposición: la proposición compuesta o molecular.
Proposiciones simples o atómicas: son aquellas que no incluyen dentro de sí otra proposición.
Ejemplo:
Kepler era astrónomo.
Kuhn era historiador de la ciencia
Proposiciones compuestas o moleculares: son aquellas que contienen dentro de sí otra proposi-
ción (u otras). En este caso, la presencia de las conectivas interproposicionales mencionadas nos per-
mite reconocerlas.
[3] La lógica que analiza la proposición en sus términos se denomina lógica de términos.
La presencia de las conectivas "y" y "si...entonces..." están indicando que estamos frente a proposi-
ciones compuestas o moleculares.
Formas proposicionales
Símbolos de proposiciones:
Los símbolos que reemplazan a las proposiciones se llaman variables proposicionales, y normal-
mente, en el proceso de reemplazo, se comienza con la letra p y se continúa siguiendo el orden
alfabético a medida que se van reemplazando nuevas proposiciones.
Símbolos de conectivas
".": simboliza a la conectiva "y" conjunción). También: "pero", "aunque", "sino", etc.
"v": simboliza a la conectiva "o" en sentido débil (disyunción inclusiva). También: "a menos
que", "y/o", etc.
Una forma proposicional es, pues, una sucesión de símbolos (de conectivas y de proposiciones).
El proceso inverso es la interpretación, que consiste en reemplazar las variables y los símbolos
de conectivas por proposiciones atómicas y conectivas.
Ejemplo:
Forma proposicional: p q
Interpretación: si estudio, entonces aprobaré.
Al hablar de valores de verdad aludimos al hecho de que una proposición es verdadera o falsa. Los
valores de verdad de una proposición son: verdadero, falso.
La lógica proposicional es una lógica bivalente, precisamente, porque distingue sólo dos valores de
verdad: una proposición es o verdadera o falsa: no existe una tercera posibilidad. La proposición
"Kepler era astrónomo" es verdadera o es falsa, no hay otra alternativa [4] .
Ahora bien, la verdad (o falsedad) de las proposiciones simples depende del est ado de
cosas a los que se refieren, depende de los hechos.
En este sentido, decimos que a la lógica proposicional le interesa la verdad o falsedad lógica, y que
lo que determina el valor de verdad de una proposición compuest a es la definición de la conectiva
que une en cada caso a las proposiciones simples.
Tablas de verdad
La verdad de toda forma proposicional depende de los valores de verdad de las proposiciones que la
componen; por lo tanto, todas las formas proposicionales son funciones de verdad. Lastablas de ver-
dad constituyen un procedimiento de cálculo p ara determinar la verdad o falsedad de las proposi-
ciones moleculares.
Las siguientes son las t ablas que definen a las conectivas interproposicionales, y que constituyen
la base para la resolución de cualquier forma molecular.
p . q p v q
V V V V V V
F F V F V V
V F F V V F
F F F F F F
p q p q ~ P
V V V V V V F V
F V V F F V V F
V F F V F F
F V F F V F
Las tablas de verdad se construyen poniendo valores de verdad (V erdadero o Falso) a cada variable
proposicional p y p, de tal manera que existan entre ellas todas las combinaciones posibles. Así, una
de ellas se indica como verdadera, mientras la otra se indica como verdadera o falsa (p ara que se de
la combinatoria deseada. Lo mismo se hace con la falsedad. Existen, como es natural, cuatro combi-
naciones posibles.
Véase la tabla de verdad sin la definición del uso del símbolo que la caracteriza, con únicamente
los valores de verdad de las proposiciones atómicas p y q, p ara advertir la combinatoria a la que hici-
mos alusión anteriormente:
P q
V V
F V
V F
F F
Algunas indicaciones poniendo ejemplos del lenguaje natural puede aclarar la asignación de verdad o
falsedad del conectivo lógico.
Supongamos que:
- la proposición p es "llueve",
- la proposición q es "truena", y
- la conjunción "." corresponde en el lenguaje natural, como es obvio a "y".
En este caso, la proposición compuesta por estas dos proposiciones simples, se lee "llueve y truena".
El valor de verdad (V o F) que ponemos en la columna de la conectiva corresponde al que posee cada
proposición compuesta, según sea la combinatoria que forman p y q alternativamente verdaderas o
falsas. Es natural pensar que entre ellas es verdadera la proposición compuesta que expresa que son
verdaderas al mismo tiempo "p" (que efectivamente llueve) y "q" (efectivamente truena). En este caso,
"y" está correctamente usado.
Con respecto a la disyunción inclusiva "v", (léase o), si admitimos nuevamente que la proposi-
ción p es "llueve", mientras que la proposición q es "truena", la proposición compuest a correspondi-
ente es "llueve o truena". Esta conectiva es llamada "inclusiva" pues admite que "v" (o) sea verdadero
si al menos es verdadero que llueva o que truene, o los dos hechos simultáneamente. Esto se refleja
en la definición del conectivo en las t ablas de verdad, cuando se pone que únicamente es falsa la
proposición compuesta, si al mismo tiempo es falso que llueva, y es falso que truene.
En el cálculo lógico casi no se utiliza la disyunción exclusiva que corresponde estrictamente a la "o"
del lenguaje natural, en el que "llueve o truena" se utiliza en sentido fuerte, por el cual únicamente será
verdadera si una de las proposiciones que la forman es verdadera, i.e. si es verdadero que llueve, o es
verdadero que truena, pero no si son verdaderas las dos a la vez, como en la disyunción inclusiva.
Prohíbe en síntesis, que se pueda conectar la falsedad de la primera proposición con la verdad segun-
da, pero curiosamente permite que se pueda sostener que si el antecedente es falso, el consecuente
puede ser tanto verdadero como falso.
El bicondicional, que puede leerse como indicando que p y q son equivalentes, naturalmente esta
proposición compuesta es verdadera tanto si son verdaderas o falsas simultáneamente.
Por último, la negación. La proposición " ~ p", que leemos con el reemplazo adecuado de p por
"llueve" como "no llueve" es verdadera si "llueve" es falso.
Sintetizamos a continuación esta interpretación de las tablas, que muestran cuales son las combina-
ciones admisibles como verdaderas por cada conectiva.
Disyunción (inclusiva): sólo es falsa si el valor de verdad de las proposiciones componentes es falso
Disyunción (exclusiva): es verdadera cuando una de las proposiciones es verdadera, pero no cuan-
do las dos lo son.
Bicondicional: es verdadera sólo cuando las proposiciones componentes tienen igual valor (las dos
son verdaderas o las dos son falsas). En los otros casos es falsa.
Negación: la negación de una proposición verdadera es falsa, la negación de una proposición falsa
es verdadera[5].
Para la asignación de valores, cuando se trata de formas proposicionales moleculares con más de una
conectiva interproposicional, se hace necesario t ambién el uso de los términos lógicos llamados sig-
nos de puntuación (paréntesis, corchetes, llaves).
[5] La negación "no siendo propiamente una conectiva, el símbolo que la designa no puede ser colocado entre los de las
proposiciones unidas. Colócasele, en principio, antes del símbolo proposicional al que afecta: ~ p" (R. Blanché, Introducción
a la lógica contemporánea, Ed. Lohlé, Bs. As., 1963, p.41)
En segundo lugar, como se trat a de una lógica bivalente, se toma como base 2 y se la eleva al
número de variables (en este caso 3, como vimos).
El resultado nos permitirá saber la cantidad de filas necesarias para el cálculo. Como veremos, la com-
binatoria de tres variables para asignar todos los valores de verdad posible son ocho.
Ejemplo:
( p . q ) r
V V V ( fila 1)
F V V ( fila 2)
V F V ( fila 3)
F F V ( fila 4)
V V F ( fila 5)
F V F ( fila 6)
V F F ( fila 7)
F F F ( fila 8)
Resolución: se toma como base las t ablas de verdad que definen a las conectivas (ver arriba).
En este caso, se consult a la tabla de la conjunción p ara resolver lo que está entre p aréntesis (p . q).
Una vez obtenido el resultado del paréntesis, se lo confronta con los valores de r (para lo que se debe
consultar la tabla del condicional, pues ahora se trata de este operador), y este será el resultado final.
Si en el result ado final encontramos sólo valores de verdad en todas sus filas, entonces decimos
que es una tautología.
Y la tercera posibilidad que tenemos, que en el result ado aparezcan tanto valores de verdad como
de falsedad, se llama contingencia.
V V V V V
F F V V V
V F F V V
F F F V V
V V V F F
F F V V F
V F F V F
F F F V F
Cuando aplicamos la tabla de verdad a la proposición que aparece la primera fila, notamos que deba-
jo del signo del condicional existen dos valores (verdadero y falso), pues en la quint a fila hay un valor
de falsedad, y el resto son valores de verdad. Por lo t anto es una contingencia.
Formas de razonamientos
Hasta aquí nos hemos referido a proposiciones y formas proposicionales, y a una de las maneras de
determinar la verdad o la falsedad de dichas formas. Ahora trataremos de razonamientos y formas de
razonamientos. En este sentido debemos recordar que cuando se trat a de formas de razonamientos
se habla de validez o invalidez, y no de verdad y falsedad como en el caso de las proposiciones.
Si apruebo el ingreso, entonces cursaré primer año. Apruebo el ingreso. Por lo t anto, cursaré
primer año.
(B) p q
p
q
(A) es un razonamiento
(B) es la forma del razonamiento
Condicional Asociado
Como sucede en todas las lógicas, la lógica proposicional cuenta con técnicas y métodos para deter-
minar la validez o invalidez de las formas de razonamientos.
Tendremos en cuenta sólo una de las técnicas (el condicional asociado) por dos razones: una, que el
objetivo es comprender en que se basa la lógica para sostener que una forma de razonamiento es vál-
ida o inválida; otra, que permite el uso de las t ablas de verdad que hemos estado viendo.
La técnica del condicional asociado consiste en transformar una forma de razonamiento en una
forma proposicional condicional, cuyo antecedente está formado por la conjunción (.) de las
premisas, y el consecuente por la conclusión de dicho razonamiento.
Ejemplo:
(B) p q
p
q
Hacemos la conjunción de las premisas: (p q). p que constituirán el antecedente del condicional, y
la conclusión q pasa a ser el consecuente del condicional, quedando lo siguiente:
(C)
[(p q) . p] q
Antecedente Consecuente
Una vez que obtenemos la forma condicional (C), aplicamos las tablas de verdad correspondientes, y
realizamos el cálculo.
Si el resultado es una tautología (es decir, todos los valores son verdaderos), la forma de
razonamiento (B) es válida.
Cuando una forma element al de razonamiento es válida, es una regla lógica (es legítimo llamarla
asimismo ley lógica). Y cuando es inválida, es una falacia formal. Esa forma especial del razonamien-
to deductivo válido, denominado t autología, no expresa ninguna información. Otra manera de decirlo
es que es trivialmente verdadero.
La primera ley lógica es el principio de identidad, afirma que si cualquier enunciado es verdadero,
entonces es verdadero.
En la escritura que introdujimos anteriormente, se afirma que todo enunciado de la forma p p es ver-
dadero (si algo ocurre, entonces algo ocurre: "si llueve, entonces llueve"). (Otra manera de escribirlo
es A = A).
Cuando se comienza a hablar de mariposas, no puede seguir el discurso refiriéndose a mesas de coci-
na como si se hubiera variado aquello a lo que se refiere, como si fueran la misma cosa.
La segunda ley lógica es el principio de no contradicción, que expresa que algo no puede ser él
mismo y su contrario.
~ (p.~p) (léase: no es posible que algo sea p y no p: "no es posible que llueva y que no llueva")
Otra tautología característica es el principio que expresa que todo enunciado es o bien verdadero o
bien falso, llamado también principio del tercero excluido: "llueve o no llueve" (p o no p)
Simbolizado resulta: p v~ p
Desde hace pocos años, se desarrollan lógica sin ningún tipo de defecto que prescinden del principio
de no contradicción, o lo atenúan. Se llaman lógicas p ara-consistentes.
En el segundo caso, es obvio que es verdadero, cualquiera sea el tiempo, pero no nos informa si el
tiempo es lluvioso o no lo es.
Modus Ponens
Modus Tollens
Algunos autores prefieren utilizar como variables, en lugar de p y q, las letras A y B. Esto se debe a
que en realidad el antecedente puede ser tanto una proposición simple como una molecular. El Modus
Ponens, por ejemplo, se simboliza A B
A
B
Donde, decíamos, A puede ser una proposición molecular incluso relativamente compleja.
(A) (B)
{ [ ( p . q) v r ] ( s . t ) } ( r v t )
[ ( p . q ) v r ] ( s . t ) (A)
( r v t ) (B)
Vemos que el antecedente A es una proposición compuesta que utiliza para su escritura paréntesis,
corcheas y llaves.
Pues bien. Esta es una forma de razonamiento válida porque tiene la forma del Modus Ponens.
En sentido estricto, una falacia es una creencia errónea o un proceso erróneo de llegar a una creencia.
Falacias formales
Se denomina falacia a un razonamiento que tiene la apariencia de ser correcto, pero no lo es. Son fala-
cias de proceso de argumento.
Es esta similitud con razonamientos reconocidamente correctos los que los hace falaces, pues si fuer-
an evidentemente erróneos, no podrían inducir a equívocos.
A B si A entonces B
~A no A
~B por lo tanto no B
A B si A entonces B
B B
A por lo tanto A
Esta última falacia forma parte de argumentos centrales del método hipotético-deductivo, como vere-
mos a su tiempo.
Falacias no formales
Mencionaremos únicamente dos falacias que no implican confusión con una forma de razonamiento
válida.
Consiste en razonar en base a una o unas premisas no acept adas como verdaderas por aquel con
el cual se polemiza. En general, toda discusión acerca de una posición dada, realizada desde otra,
constituye una petición de principios. Para una discusión racional, las premisas tienen que ser acep-
tadas por todos los que intervienen en ella. No se puede invocar la volunt ad de Dios al discutir el
ateismo, o la solidaridad al discutir el darwinismo social. En síntesis, se da por probado aquello que
se quiere probar.
Consiste en afirmar la verdad de una proposición (o negarla) según quien sea quien la propone, o
trasladando la supuesta pericia de quien la propone de un campo de conocimiento a otro. Pueden ser
ejemplo de esto último las recomendaciones publicitarias de futbolistas exitosos para comprar el mejor
electrodoméstico, o del primero, el rechazar los datos est adísticos de rent a nacional simplemente
porque fueron elaborados por técnicos de la Unión Industrial.
Ejercicios de revisión 2.
I. Determinar en cada una de las siguientes expresiones si es una proposición simple o com-
puesta:
Si me inscribo en el Curso de Ingreso, entonces tendré que regresar antes de las vacaciones.
No es cierto que hoy saque las entradas p ara el recital.
Júpiter, Mercurio y Venus son planetas.
Es falso que García Márquez escribió ese artículo o que lo mandó a escribir .
Si no traes los apuntes y el libro, entonces no podremos estudiar .
José ganará el partido si y sólo si se entrena y no hace vida nocturna.
no lo escuchó, o lo escuchó y se hizo el distraído.
Si no es honesto, no dirá la verdad y no devolverá el dinero.
Macedonio Fernández, Leopoldo Marechal y Jorge Luis Borges fueron grandes escritores argentinos.
Estudia la materia o no aprobará el examen
III. Aplicar tablas de verdad para averiguar si las siguientes formas son tautológicas, contra-
dictorias o contingentes:
1. (p q) ( ¬ q . ¬ p)
7. ¬(p v q) ( ¬ p . ¬ q)
8. (p q) . (q p)
1. (p q)
q
2. (p q)
p
3. pvq
~q
4. pvq
p
5. (p (q .r)
p
q.r
6. (p v q) r)
~p
7. p q
~q
8. p q
q r
p r
9. (p q) . (r s)
pvr
qvs
Si era pitagórico, entonces creía que el centro del mundo estaba ocupado por el "fuego central". Era
pitagórico. Luego, creía que el centro del mundo est aba ocupado por el "fuego central".
Si a este papel lo sumergimos en ácido y se vuelve rojo, entonces es p apel tornasol. No se volvió
rojo. Por lo tanto, no es papel tornasol.
Si a este papel lo sumergimos en ácido y se vuelve rojo, entonces es p apel tornasol. Es papel tor-
nasol. Por lo tanto, a este papel lo sumergimos en ácido y se volverá rojo.
Contraerá la rabia si y sólo si el perro no está vacunado. El perro está vacunado. Por lo t anto, no
contraerá la rabia.
Si Juan es un ser social, entonces goza de una comp añía agradable y divertida. Pero no goza de
una compañía divertida. Luego, Juan no es un ser social.
Si es empirista, considerará que las teorías son sugeridas por la experiencia. Considera que las
teorías son sugeridas por la experiencia. Luego, es empirist a.
Si es empirista, considerará que las teorías son sugeridas por la experiencia. Si es apriorist a, con-
siderará que las teorías no son sugeridas por la experiencia. Es empirista o es apriorista. Por lo tanto,
considerará que las teorías son sugeridas o no por la experiencia.
Si tengo tiempo iré a verte, y si no lo tengo, te llamo por teléfono. Te llamo por teléfono. Por lo tanto,
no tengo tiempo de ir a verte.
Salvo en los casos de proposiciones cuya verdad o falsedad es posible est ablecer con sólo apelar a
los sentidos. Por ejemplo: "Pedro trajo el libro".
Introducción
En el apartado anterior habíamos mencionado que el análisis de la ciencia se realiza tomando en cuen-
ta sólo aquello que es público, y por lo t anto puede ser sometido a estudios y discusiones objetivas.
Esto significa trasladar el punto de vist a desde las ideas y el espíritu de la ciencia -como se prefería
hacerlo hace casi más de un siglo- a aquello que se expresa en un lenguaje definido, el lenguaje de
la ciencia, y que se encuentra recogido en libros y artículos especializados.
Por supuesto, no queremos decir que la ciencia es sólo lenguaje, sólo discurso -como lo pretende
alguna filosofía posmoderna-, puesto que se trata de un lenguaje que no se encierra en sí mismo, sino
En este apartado presentaremos las características del lenguaje de la ciencia, aquello que lo diferen-
cia de cualquier otro tipo de lenguaje, y su p articular organización. A continuación caracterizaremos
con estos elementos a la primera metodología científica que se propone en la historia, la inductivista.
Cuando veamos los p asos de que const an tanto los proyectos de investigación, como los artículos
científicos -que por otra p arte se encuentran organizados según las metodologías científicas-, hare-
mos alusión continuamente a estas consideraciones, ya que como es obvio, unos y otros se redactan
en el lenguaje de la ciencia, cuyas peculiaridades es necesario conocer .
Existe el lenguaje interrogativo, aquel con el que formulamos pregunt as tales como "¿qué
sucedió el 25 de mayo de 1810?", o "¿qué comió anoche el p aciente?"
Existe asimismo el lenguaje directivo, aquél con el damos órdenes. "Cierre la puert a", o
"tome este medicamento cada 6 horas", son ejemplos del mismo.
Otro tipo de lenguaje es el expresivo, aquel con el que comunicamos distintos est ados de
ánimo, y con el que decimos cosas t ales como "¡qué barbaridad!" "Lo siento mucho". "Qué
bello paisaje".
Pues bien. El lenguaje en que se manifiesta el conocimiento científico recibe el nombre de informa-
tivo, pues con él procuramos comunicar lo que sabemos.
Dicho lenguaje está formado por enunciados. Utilizamos esta expresión como sinónimo de proposi-
ción, o de afirmación, aunque en este último caso podría pensarse que su uso implica un cierto asen-
timiento a lo que se dice.
La característica principal de los enunciados, y que los hace aptos para volcar en ellos al conocimien-
to científico, es que es verdadero o falso.
La distinción es sumamente import ante, pues toda la metodología científica se dirige a est ablecer la
verdad o falsedad de lo que se dice. Como habíamos mencionado, nace en un contexto histórico en
el que no se puede apelar más a la autoridad religiosa o civil -fuente de toda razón y justicia, como de
expresa en las oraciones- para fundamentar el conocimiento, sino a la experiencia humana.
Una vez establecido que el lenguaje de la ciencia es el informativo, y está integrado por enunciados,
avanzaremos en la consideración de sus elementos básicos, los términos o palabras con los que se
forman los enunciados, para distinguir entre ellos a los más básicos y a los más complejos. Una dis-
tinción que permite ver sus relaciones, y cómo en esas relaciones se juega la posibilidad de decir de
la verdad o falsedad de las afirmaciones de la ciencia.
Diferenciaremos en los términos que forman a los enunciados de la ciencia -los ladrillos básicos con
los que se construye el edificio científico- entre aquellos que son lógicos y los que son empíricos.
Los términos empíricos nombran a aquellas cosas que se estudian en ciencia, y a sus
propiedades y cualidades. Los dividiremos a su vez entre términos observacionales y térmi-
nos teóricos, según sea la índole de lo que nombran. (Se llaman en la jerga lógica cate-
goremáticos.)
Los términos lógicos, en cambio, no nombran a nada en particular. (En la jerga lógica, sin-
categoremáticos).
Su función es la de conect ar entre sí a distintos enunciados ("llueve y truena" por ejemplo, en el que
"llueve" es un enunciado y "truena" otro, conect ados por "y"), o para expresar a cuántos nombran los
términos empíricos.
Retengámoslos, pues con ellos caracterizaremos a los enunciados que son la base de la comprensión
de la metodología científica.
Otros términos lógicos muy interesantes son "si ...... entonces", pues con ellos se conectan enuncia-
dos de tal manera que forman una secuencia causal.
"Si el paciente toma el medicamento, entonces baja la fiebre" puede ser un ejemplo mínimo tomado
de la práctica médica en la que se establece una relación causal entre dos sucesos, tomar el medica-
mento y bajar la fiebre.
En cuanto a "todos", el símbolo que lo represent a en lógica es el siguiente: que al igual que
"algunos", se representan habitualmente como x , leyéndose "para todo x ....". También puede rep-
resentarse en otra notación con la variable x entre p aréntesis: (x).
En cuanto a los conectivos lógicos, se sugiere ver el apartado que corresponde a las nociones bási-
cas de lógica, a fin de comprender la función de los signos y, o, no, si .... entonces -llamado condi-
cional-, que se representan así:
y: "."
o: "v"
no: ¬
si .... entonces: ; en otra not ación:
En las primeras metodologías, los términos observacionales son los únicos que se consideran real-
mente empíricos. Se trata de aquellas palabras con las que se nombran las cosas y las propiedades
más o menos direct amente observables, tales como: alverjillas rojas y blancas (como las que men-
ciona Mendel en su clásico experimento), luna, sol, pasto verde, agua, aparato de ultrasonografía, etc.
Desde una perspectiva más actual, aquello a que nombran los términos observacionales no son t an
directamente observables, ni son de la experiencia cotidiana.
Sabemos desde la medicina lo arduo que es aprender a ver, y cómo se aleja de la experiencia cotidiana aquello que debemos
ver. Incluso existe una disciplina específica -la semiología- que enseña a ver aquello que deber ver , y describir los médicos.
Sabemos que para la semiología, algo t an simple en la experiencia común como una mancha en la piel debe diferenciarse
para ser descripta como una mácula, una pápula, un eritema, etc., y según la distribución y extensión que tenga, como mor-
biliforme, etc.
Lo mismo sucede en diagnóstico por imágenes, y con mayor motivo que en clínica médica. No corresponde a nada de la expe-
riencia común el que se pueda distinguir al corazón en una sombra blanca en el centro de una placa de tórax, o al sistema vas-
cular pulmonar en las sombras que se alejan de ella dibujando el ramaje de un árbol. Sin embargo, constituye el andamiaje bási-
co con el que se hace el diagnóstico por imágenes.
En la notación lógica:
Cuando se habla de un individuo -sea de lo que sea- lo representamos por letras tales como
las siguientes: a, b, c, etcétera. El perro Sultán, el p aciente Oscarcito se representan de esta
manera.
Cuando se habla de un conjunto de individuos sin pormenorizar -una clase-, habíamos visto
que utilizábamos: x.
Cuando se habla de una cualidad -un predicado-, se la represent a con las letras P, Q,
etcétera. En nuestro ejemplo, simbolizan a pápula, eritema, etcétera.
3. Términos teóricos
Pronto se ve que la ciencia present a términos que designan cosas y relaciones que no son direct a-
mente observables. Es sabido que los electrones y las demás p artículas subatómicas así como el
átomo mismo no pueden observarse. Tampoco la energía (en física), la neurosis (en p siquiatría), la
valencia (en química), etc.
Se advierte, además, que estos términos que se llaman teóricos, son los más característicos de las
teorías científicas, aquello que las hacen distintas al conocimiento común. Esto hace que con el tiem-
po deje de insistirse en el carácter o no de observable de los términos teóricos, para centrarse en que
constituyen el vocabulario propio que introduce cada teoría científica. Lo inadecuado del criterio de si
lo que nombra es observable o no deja de tener relevancia cuando no se descart a que algún avance
tecnológico permita "verlo".
Así sucede, por ejemplo, con los cromosomas, en que las primeras versiones de la teoría
genética de la herencia nombraban a factores aport ados por ambos progenitores, pero que
aunque explicaban los rasgos de los hijos basada en una combinatoria de los mismos, no se
sabía dónde residían ni qué eran, y que en años posteriores se sitúan en el núcleo de los
gametos, e incluso pueden fotografiarse.
Enunciados de Nivel I:
Están formados por términos observacionales, que se refieren algún (o algunos) objeto (u objetos)
observables, que presentan alguna o algunas propiedades observables.
Cuando hablan de "algunos" -un número corto de ejemplares-, habitualmente se lo denomina una
muestra.
Como se refieren a situaciones perfectamente identificadas -con una precisa ubicación espacial y tem-
poral-, la verdad o falsedad de lo que afirman puede ser const atada sin mayores esfuerzos ni dudas.
Constituyen el nivel de los datos de la ciencia. A partir de ellos, las distintas metodologías infieren
la verdad o falsedad de los enunciados siguientes.
P (a): el individuo a posee la cualidad P (Este paciente -Oscarcito- presenta una erupción
morbiliforme)
Los enunciados de Nivel II se encuentran formados por términos observacionales, pero que en vez de
referirse a uno o algunos, se refieren a "todos".
"Todos los cuerpos que se calientan se dilatan" puede ser un ejemplo de estos enunciados.
"Todos los pacientes a los que se administra p aracetamol bajan la temperatura", puede ser otro.
Son enunciados que rigen para todo tiempo y lugar, para todos los miembros del universo al que se
refieren. Se denominan por este motivo enunciados universales.
Aquí encontramos por primera vez a las leyes científicas, que son represent adas por enunciados
de este tipo.
Por este motivo, es crucial la relación que establecen con enunciados de Nivel I, un hecho del que se
ocupa la metodología.
En nuestro ejemplo, para todo paciente, si presenta manchas de Koplic, presentará una erupción mor-
biliforme.
Recordemos que también puede presentarse en los textos de esta otra manera:
Los enunciados universales son imposibles de verificar -dada la extensión ilimitada en tiempo y en
espacio de objetos a los que se refiere-, pero fáciles de refutar, puesto que basta un solo caso falso
para rechazar el universal, que ya no será verdadero p ara todos, como lo sostiene.
Existe un curioso tipo de enunciado, cuyo término lógico característico introdujimos anteriormente. Se
trata del enunciado llamado existencial, que a diferencia del universal habla de uno o algunos, pero
con igual nivel de generalidad que éste, pues asimismo su dominio se extiende por todo tiempo y lugar .
Como veremos al hablar del método hipotético-deductivo, juega un p apel importante en est a
metodología.
Por el momento sólo lo introduciremos p ara su consideración, haciendo not ar que al contrario de los
enunciados universales, son muy fáciles de verificar , ya que bast a encontrar un caso que cumpla la
propiedad P para que sea verdadero. Sin embargo, es imposible de refut ar, puesto que aunque per-
manentemente se encuentren casos en los que no se cumple, un futuro caso podría cumplirla.
Pese a sus dificultades, pueden guiar las investigaciones, como uno muy conocido de fines de siglo
XIX, que expresaba que existían sust ancias que mat aban a los microbios, pero no dañaban al
organismo humano. Pese a los continuados fracasos, Paul Ehrlich, científico alemán que obtiene el
Premio Nobel en 1905 por sus estudios sobre la inmunología, logra la primera sulfamida, el
Prontosil, que se constituye en el primer antibacteriano general, salvando millones de vida y prelu-
diando a los antibióticos.
Debemos diferenciar los enunciados generales, como lo hace Popper entre los estrict amente univer-
sales, las auténticas leyes de la ciencia, y los enunciados universales numéricos, cuyos miembros se
pueden enumerar, como sucede con un universo estadístico. Aquí "todos" habla de "todos los votantes
de Argentina", o "todos los niños de Latinoamérica", que aunque abarque un número muy grande de
casos, no es infinito como en las leyes.
Los enunciados de Nivel III están formados por términos teóricos, y se refieren en el caso de lasleyes
teóricas, a "todos" los miembros del universo en el que se aplican.
"Todos los átomos poseen un núcleo de neutrones, y están rodeados de electrones", pudo ser un
ejemplo cuando se sostenía el primer modelo atómico.
"Todos los paranoicos resuelven inadecuadamente el complejo de Edipo", sería un ejemplo si esta
fuera una ley psicoanalítica legítima.
Aunque según una versión de la metodología en toda teoría científica existe un núcleo de enunciados
de términos teóricos puros, no cabe duda de que en las leyes de la ciencia se mezclan términos que
son teóricos con términos que no lo son.
El ejemplo más notable lo constituye el segundo principio de Newton (f = m. a), en el que fuerza (f)
y masa (m) son propios de la teoría, pero la aceleración de un cuerpo puede const atarse (obser-
varse) sin recurrir más que la medida de dist ancia que recorre un móvil, y del tiempo que demora
en recorrerla.
En la medicina hipocrática, puede considerarse que existe una ley fundamental que expre-
sa (aproximadamente), que tales o cuales signos (y síntomas) observables (según la semio-
logía médica) son causados (en todos los casos) por alteraciones en los humores.
En la medicina actual, se expresa que en todos casos los signos y síntomas son causados
por alteraciones en la anatomía y fisiología de los órganos.
En ambos casos, los signos (y síntomas) se consideran observables, mientras que "humores" y
"anatomo-fisio-patología" son introducidos por cada una de las teorías médicas mencionadas, la de
Hipócrates, y la actual, y por lo t anto son teóricas a su respecto.
Enunciados mixtos
Son enunciados formados por términos teóricos y términos empíricos. Sirven p ara dar una inter-
pretación empírica a los enunciados teóricos puros teóricos, conectándolos términos teóricos con tér-
minos observacionales. Pueden llamarse t ambién "Reglas de correspondencia", o en otra termi-
nología, "Diccionario".
Un ejemplo de la medicina actual podría ser el siguiente "La resolución del proceso de inflamación
en los tejidos bronquiales da como result ado la desaparición de los roncus y sibilancias bronquiales",
en el que "inflamación de los tejidos bronquiales" aparece como más teórico, puesto que no es observ-
able para el clínico, mientras que los roncus y sibilancias, los sonidos que hacen los bronquios infla-
mados pertenecen a un lenguaje observacional especializado.
La notación lógica de los enunciados teóricos puros y mixtos no difieren mayormente de los enuncia-
dos de Nivel II.
2. Sus elementos más simples, el tipo de p alabras -términos- que lo integran, se distinguen entre tér-
minos lógicos, observacionales y teóricos
3. Las oraciones -enunciados- que pueden formarse con ellos, son de distintos niveles, que van desde
el nivel de los datos (I), al de las leyes empíricas (II), y de las leyes teóricas (III)
Si bien la notación lógica de leyes científicas específicas puede ser considerablemente más compleja
que los ejemplos muy simples que manejamos, dado que presentan el mismo esquema básico de rep-
resentación en lo que sigue del curso no iremos en lo posible más allá de est a notación básica.
Se descarta, como expusimos, la versión que hace de la ciencia lo que está en la mente de los cien-
tíficos, o un conjunto de "ideas" porque no se sabe con exactitud de qué se habla cuando se las men-
ciona. En cambio, los enunciados de la ciencia son públicos, y su referencia es clara. Podemos expre-
sar ya el problema metodológico por excelencia en su versión lingüística, entonces, a p artir de estas
consideraciones. Es el siguiente: si sólo podemos conocer la verdad o falsedad de los enunciados que
exponen los datos de los que dispone la ciencia:
¿Cómo pueden sostenerse las leyes científicas, que hablan de lo que ocurre en todo
tiempo y lugar, y acerca de lo cual no podemos tener ninguna experiencia?
En la metodología inductivist a, la verdad de los datos (enunciados de Nivel I) const atada por la
experiencia, permite establecer la verdad de las leyes empíricas (enunciados de Nivel II), haciendo
una generalización. Según Bacon -el primero en ocuparse de la metodología de la ciencia-, la cien-
cia es inductiva.
Agregamos a nuestra síntesis anterior el siguiente punto: la relación de inducción entre el Nivel I y el
Nivel II permite justificar -para el inductivismo- por los datos de la experiencia a las leyes científicas.
Puede ser un lugar común apuntar que la filosofía toda es, fundamentalmente, una reflexión acer-
ca de la ciencia y de la sociedad. Habría quizás que matizar el punto, y añadir al menos el arte,
y ese meditar acerca de los comportamientos humanos que es La ética.
Platón, vivamente impresionado por el desarrollo de las matemáticas, moldea en ellas su teoría del
conocimiento, basado en esencias o ideas eternas, a cuya visión privilegiada podía accederse. en esto
consistiría el saber, con tanto éxito que, incluso en nuestros días, not ables matemáticos -Whitehead,
Gödel- son platonistas. La sensación del matemático de llegar a algo que ya está allí, algo que se des-
cubre, y no que se construye o invent a, encuentra plena satisfacción en las intuiciones platónicas.
Bacon reflexiona, luego de las revoluciones científicas posrenacentistas, acerca de las nuevas cien-
cias de los hechos, ciencias no conocidas en la Grecia antigua, retornando a Occam, entre otros, para
establecer firmemente al empirismo inglés, que se continúa en nuestros días, a través de Hume, con
B. Russell y otros.
Kant escribe su Crítica de la razón pura pensando cómo es posible la física newtoniana, y las
matemáticas que la sustentan.
Hegel medita la historia, con sus cambios, revoluciones y permanencias, en su obra en ocasiones
tan oscura, pero tan influyente en otros pensadores.
Asimismo los científicos habían pensado los fundamentos de su propio quehacer .
Sin embargo, esta reflexión acerca de la ciencia present a una característica: es el fruto de pen-
sadores aislados, que no interactúan unos con otros.
En los años veinte, en Viena, se produce un hecho crucial para la filosofía de la ciencia. Moritz Schlick
inaugura en su seminario, origen del llamado Círculo de Viena, lo que luego se visualizaría como el
inicio de la profesionalización de esta rama de la filosofía. Por primera vez se reúnen científicos y
filósofos de primera línea a discutir acerca de la ciencia, de t al manera que los trabajos de unos
comentan los problemas y reflexiones planteados por los otros. Carnap, Schlick, Neurath, Feigl, Gödel,
continúan los trabajos de Frege, Russell y Wittgenstein, sus predecesores y contemporáneos en la
labor emprendida, y encuentran eco en la escuela polaca -Tarski entre ellos- y en Berlín -Reichenbach
y colaboradores-.
Su preocupación fundamental consiste en utilizar la lógica como herramienta precisa para entender la
ciencia, y el conocimiento en general. Esta escuela es conocida bajo el apelativo genérico de empiris-
mo lógico. Otro nombre con el cual se lo conoce es el de neo-positivismo.
El nazismo, que los persigue por su ideología liberal o socializante, da punto final a su actividad en
Europa continental con el asesinato de Schlick por un estudiante fanatizado por la prédica fascista. La
Libros básicos, artículos que continúan polémicas aclarando puntos problemáticos, congresos interna-
cionales, completan la transformación de una filosofía, que era en sus orígenes individual, en el pro-
ducto de una comunidad filosófica que avanza rápidamente en sus logros, ya que cada miembro no
parte desde el comienzo, no tiene necesidad de construir desde cero su campo, sino desde bases
comunes y aceptadas.
Cuestiones tales como, cuál es la estructura lógica de las teorías científicas, cómo se relacionan
con la realidad, en qué consiste la explicación en ciencia, cuáles son las p articularidades de la
teoría de la relatividad, la p sicología, la sociología, las matemáticas, la est adística, la física en
general, son largamente debatidas, y encuentran respuest as siempre perfectibles.
Para ese entonces, su visión de la ciencia ha ganado adeptos y lo expresado en 1934 deviene casi
lugar común. Ernest Nagel, que a fines de los cincuenta escribe una monumental obra en la que com-
pendia los logros de la filosofía de la ciencia, adopt a para el análisis lógico al neo-positivismo, pero la
relación de las teorías con la realidad que expone es más hipotético-deductivist a que empirista. Lo
mismo hace Hempel.
Otros autores, desde dentro y fuera del neo-positivismo, como Feyerabend, Hanson, Toulmin, Koyré y
Bachelard, cuestionan parcial o totalmente la percepción de la ciencia derivada del Círculo de V iena,
que ya comenzaba a denotar signos de agotamiento en su actividad, con repetición de temas y discu-
siones con sabor escolástico.
Era el momento de una inflexión tot al en el camino de la filosofía de la ciencia. Aparece oportuna-
mente, en 1962, la obra que iba a dar por concluida más de cuarent a años de labor hegemónica: La
estructura de las revoluciones científicas de Thomas Kuhn.
Obra de un historiador de la ciencia, demuestra que el desarrollo real de las teorías se aleja notoria-
mente tanto del neo-positivismo como del hipotético-deductivismo; que ést as eran artefactos mucho
más complejos que los pensados en los análisis lógicos realizados hast a ese momento, que evolu-
cionaban en el tiempo, al ser producidas, modificadas y tot almente cambiadas por una comunidad
científica, agente histórico de la ciencia.
La labor de la filosofía de la ciencia se reinicia con est as armas en otro plano distinto al ya superado.
Con ellas efectuaremos el examen de las teorías médicas, y sus peculiaridades investigativas, dando
por culminada esta serie.
Intentaremos reproducir las argument aciones que subyacen a las propuest as de incorporar la
metodología -insisto, una vez más que se trat a de la filosofía de la ciencia- a los programas de edu-
cación de estudiantes de ciencias, o de postrados especializados con la idea de que esto conduce a
una mejor ciencia.
La primera diferenciación que es necesario exponer es entre dos posiciones ant agónicas:
El razonamiento que conduce a la última posición manifiest a que en el interior de cada ciencia se
dan las normas de cientificidad, y por ende, el método. Que no existe tal cosa como un método
general, sino múltiples métodos, tantos como ciencias haya.
El neo-positivismo pensaba que es posible encontrar un lenguaje común en el cual expresar toda la
ciencia, y que la articulación de este lenguaje, la forma que adopta para la ciencia, marca esquema ge-
neral del procedimiento científico, el método. Su intento teórico se denominó el de la ciencia unificada.
Dicho lenguaje sería la lógica matemática -que valdría incluso para las teorías matematizadas, desde
el momento en que también se buscaba reducir las matemáticas a la lógica, en lo que se llamó el inten-
to "logicista"-, estructurando un léxico de objetos macroscópicos.
Carnap inicia este programa de investigación bajo la fuerte impresión que provocaron en su juventud
los esperantistas, quienes proponían un lenguaje común a toda la humanidad, p ara terminar con las
separaciones artificiales entre los hombres, y conducir a una mejor comprensión, en el seno de un
vasto movimiento socia- lista e igualitarista.
Los sostenedores del Método, así, con mayúsculas, distinguían, con just a razón, entre método y
técnicas, sosteniendo de este modo que todos los científicos tenían p atrones de pensamiento
comunes, factibles de analizar y sistematizar , deviniendo así método. Recién en el plano de las
realizaciones específicas aparecerían las diferencias expuestas por los adversarios a la noción de
método, y que lo serían en cuanto a técnicas.
La disección sería la técnica y no el método de la anatomía, el análisis espectroscópico la técnica de la química, no su método .
Encontrar y estandarizar estos patrones de pensamiento entre las teorías científicas, con sus pro-
blemas expuestos en el lenguaje claro, inequívoco, sin confusiones de la lógica matemática, fue una
empresa filosófica de largo aliento, la de la concepción clásica, y condujo a hallazgos que permanecen
como punto de referencia obligado.
Esto, se pensaba, era la metodología, y eso era lo que buscaban t anto los implementadores de
cursos como sus alumnos.
La marcha de la filosofía de la ciencia iba a mostrar que lo que se exponía como seguridades era
sólo el eslabón -incompleto y parcialmente falso- hacia otras metas.
Con respecto al lenguaje de la ciencia, el primer sueño frustrado fue el de reducir las
matemáticas a la lógica. Hacia los años treinta, luego de algunos éxitos iniciales, este inten-
to se encontraba en un callejón sin salida debido, entre otros factores, a las conclusiones a
las que se llegaba con el teorema de Gödel. No es la oportunidad de exponer detalladamente
el fracaso del programa logicista en matemáticas. La lógica matemática no era, contra las
expectativas despertadas, el cálculo fundamental de las matemáticas, sino un cálculo más
entre todos.
De allí que se pudiera hablar con propiedad de método, aunque las exposiciones dejaran en
los científicos la sensación de lo todavía incompleto y de que no describían con tot al justeza sus
procedimientos.
Hacia los años cuarent a es reiniciado en matemáticas el intento logicist a, desde otras bases, por
Nicolás Bourbaki. Bajo este nombre colectivo, un grupo de los mejores matemáticos franceses pu-
blicaban una nueva búsqueda del lenguaje básico de las matemáticas. Lo encuentran en la teoría
informal de conjuntos; los sucesivos artículos y libros muestran la potencia de este lenguaje y la
fecundidad del experimento, ya que, paulatinamente, todas las ramas de las matemáticas terminan
siendo expresadas en él. No sólo los cultores de las distint as porciones de las matemáticas tenían
un lenguaje común, de forma que pudieran comprenderse rápidamente los logros y avances en
cada una sin ser especialist a en el tema; este lenguaje preciso y potente, t ambién revolucionó la
enseñanza: habían nacido, y p ara quedarse, pese a las protest as de los pedagogos antiguos, las
matemáticas modernas.
La teoría de conjuntos es tomada por "Nicolás Bourbaki" para fundamentar, rescribir las matemáticas,
como base de la enorme revolución técnica y teórica en esta ciencia. El programa logicista fue desar-
rollado, finalmente, en otro plano, y de una manera no soñada por Frege y Russell.
La lección es aprovechada por la filosofía de la ciencia. En una extensión del proyecto Bourbaki a
las ciencias naturales, Patrick Suppes comienza a sentar las bases para la formalización de teorías
apelando, asimismo, a la teoría informal de conjuntos, con un éxito que convence a otros cultores
de la filosofía de que este es el buen camino. Una teoría nada trivial, como la mecánica clásica,
es formalizada en este lenguaje riguroso, más sencillo. A los logros iniciales suceden otros. Luego
veremos cómo, en el mismo espíritu, toda la riqueza y complejidad de las teorías es capt ada por la
concepción estructural.
Una vez más, la ruta señalada por el neo-positivismo es recorrida fructuosamente, y de otra manera.
Pero estas formalizaciones, si bien permitían reconocer patrones de pensamiento en las distintas cien-
cias, alejaban cada vez más la noción de un esquema que permitiera llegar sin sorpresas a producir
conocimiento científico.
Tampoco existía tal cosa como un procedimiento mecánico que permitiera separar, por su mismo fun-
cionamiento, la ciencia de la no-ciencia. La noción de método, como fue manejado anteriormente, se
alejaba, y transformaba en otra herramienta.
Narremos en qué consistía la metodología, tal como la practicó la concepción tradicional, para
aquilatar la distancia que nos separa de ella, e intentar desde el nuevo lugar un relanzamiento de
los estudios en metodología de la ciencia, con la certeza de contribuir de esta manera al avance
científico, como lo logró Bourbaki en matemáticas luego de casi cuarenta años.