Adminpujojs,+5 +consumo+de+alcohol
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doi:10.11144/Javeriana.ie19-2.ahca
Cómo citar: Telumbre-Terrero JY, Esparza-Almanza SE, Alonso-Castillo BA, Alonso-
Castillo MTJ. Actitudes hacia el consumo de alcohol y consumo de alcohol en estu-
diantes de enfermería. Investig Enferm Imagen Desarr. 2017;19(2):69-81. http://dx.doi.
org/10.11144/Javeriana.ie19-2.ahca
Resumen
Objetivo: Determinar la relación de las actitudes hacia el consumo de alcohol y el con-
sumo de alcohol en estudiantes de enfermería. Método: Estudio descriptivo correlacio-
nal. El muestreo fue censal con una muestra de 166 participantes de un programa de
la Licenciatura en Enfermería de dos universidades privadas de Monterrey, Nuevo León,
México. Se utilizó la Escala de Actitudes hacia el Consumo de Alcohol y el Cuestionario
de Identificación de Trastornos debidos al Consumo de Alcohol. Resultados: Se identi-
ficó que el 83,1 % de los estudiantes de enfermería han consumido alcohol alguna vez
en la vida, el 73,5 % lo ha hecho en el último año y el 33,7 % señaló haber consumido
en los últimos siete días. Las actitudes positivas hacia el consumo de alcohol se rela-
cionaron positiva y significativamente con el consumo sensato (rs = 0,401; p = 0,001),
con el consumo dependiente (rs = 0,263; p = 0,001) y con el consumo dañino de alcohol
(rs = 0,219; p = 0,016). Conclusión: Los hallazgos muestran la necesidad de diseñar y
desarrollar intervenciones de enfermería para prevenir el consumo de alcohol y otras
drogas y fomentar el desarrollo de habilidades para resistir el consumo de alcohol.
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Actitudes hacia el consumo de alcohol y consumo de alcohol en estudiantes de enfermería
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Investig. Enferm. Imagen Desarr. ISSN 0124-2059 19 (2): 69-81, julio-diciembre de 2017
Juan Yovani Telumbre-Terrero et al.
Introducción
El consumo de alcohol constituye un creciente problema de salud pública,
debido a su alto grado de adicción, aunado a que es la sustancia psicoacti-
va más utilizada por la población en general, la cual provoca múltiples con-
secuencias biológicas, psicológicas y sociales en el individuo, las familias y
la sociedad (1). La Organización Mundial de la Salud (2) señala que el con-
sumo de drogas es uno de los factores de riesgo para la salud global, donde
el consumo de alcohol representa un factor significativo en la tasa general
de morbilidad.
En México, cerca de 27 millones de personas han ingerido alcohol en
grandes cantidades por ocasión de consumo, con frecuencias que oscilan
entre una vez al mes y a diario (1). La Encuesta Nacional de Adicciones 2011
(ENA) reporta que el consumo de alcohol alguna vez en la vida en población
general de 12 a 65 años es del 71,3 %, que el consumo de alcohol en el último
año fue del 51,3 % y que en el último mes fue del 31,6 %. Además, el 32,8 %
de la población presenta un consumo alto de alcohol; el 0,8 %, un consu-
mo diario; el 5,4 %, consumo consuetudinario, y el 6,2 %, dependencia (3).
El presente estudio centra su atención en los estudiantes de enfer-
mería, quienes —además de encontrarse en la etapa de la juventud— serán
futuros profesionales de la salud y están inmersos en el contexto cultural
donde se presenta consumo de alcohol, tabaco y otras drogas (4). Una pro-
porción considerable de estudiantes de enfermería, aun cuando no ha con-
cluido su proceso académico formativo, se encuentra incorporada al mercado
laboral y es probable que enfrente situaciones como desgaste físico y emo-
cional, excesiva carga horaria, mayor responsabilidad laboral, privación de
la convivencia familiar y diversión (5). Además, durante el proceso de cuidar
se enfrenta a dilemas éticos derivados del cuidado, el sufrimiento humano
y los procesos de muerte, factores que pueden aumentar la probabilidad de
afrontar estas realidades por medio del consumo de alcohol (6).
En este sentido, diversos estudios realizados en Brasil, Honduras y
Colombia muestran que entre el 30 % y el 98 % de los estudiantes de enfer-
mería han consumido alcohol alguna vez en la vida, con un tipo de consu-
mo de bajo riesgo en la mayoría de los estudiantes y mayor consumo en los
hombres que en las mujeres (7-9). La frecuencia de consumo es de dos veces
por semana, con hasta diez bebidas alcohólicas en una sola ocasión (8,9).
Desde la perspectiva de enfermería, el Modelo de Promoción de la
Salud (MPS) de Nola J. Pender lo han utilizado ampliamente los profesio-
nales de enfermería, porque permite entender los comportamientos de las
personas relacionados con la salud y el bienestar, el incremento de la com-
petencia protectora opuesta al riesgo y al daño ocasionado por conductas
no saludables como el consumo de drogas. Además, este modelo orienta ha-
cia la comprensión de los factores implicados en la toma de decisión de las
personas para mantener su salud y evitar las conductas de riesgo, como el
consumo de alcohol.
El MPS expone que la actitud es un aspecto que interviene en la rea-
lización o modificación de la conducta en los seres humanos (10). Afirma
72 que la conducta es racional y que las actitudes son un componente decisivo
Actitudes hacia el consumo de alcohol y consumo de alcohol en estudiantes de enfermería
Método
El diseño del estudio fue descriptivo-correlacional (15). La población estuvo
constituida por 172 estudiantes de un programa de licenciatura en enfer-
mería de dos universidades privadas del área Metropolitana de Monterrey,
Nuevo León. El tipo de muestreo fue censal, es decir, se contó con la parti-
cipación de todos los estudiantes de ambas escuelas. El tamaño de muestra
para el estudio fue de n = 166, debido a que seis personas no se encontra-
ron en el momento de la recolección de datos. Para ello se utilizó una ficha
de datos personales y de consumo de alcohol, en la cual se recabaron datos
de identificación, características sociodemográficas e información sobre el
consumo de alcohol.
Así mismo, se empleó el Cuestionario de Identificación de Trastornos
debidos al Consumo de Alcohol (AUDIT), el cual es una prueba que se aplica
para examinar el uso de alcohol durante los últimos doce meses y sus con-
secuencias. Está constituido por diez reactivos: los reactivos del uno al tres
determinan la cantidad y frecuencia de consumo de alcohol; los del cuatro
al seis exploran la posibilidad de que exista dependencia al alcohol; y los del 73
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Resultados
En relación con las características sociodemográficas de los participantes, se
identificó que el 68,7 % corresponde al género femenino, el 91 % está soltero
y el 62 % presenta una edad entre 17 y 21 años. Por grado escolar, el 40,4 %
corresponde al primer año, y el 36,7 %, al segundo.
Respecto al consumo de alcohol de los estudiantes, se observó una
media de edad de inicio del consumo a los 16,8 años (DE = 2,9). Además, los
participantes refirieron consumir en promedio 5,3 (DE = 4,6) bebidas alco-
hólicas en una sola ocasión. En la tabla 1 se observa que el 83,1 % (IC 95 %:
0,77-0,89) de los estudiantes de enfermería han consumido alcohol alguna
vez en la vida, y el 73,5 % (IC 95 %: 0,67-0,80) lo ha hecho en el último año.
Cabe destacar que el 33,7 % señaló haber consumido en los últimos siete días.
Tipo de consumo f %
Sensato 45 36,9
Dependiente 40 32,8
Dañino 37 30,3
f: frecuencia.
F u en t e : elaboración propia.
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Discusión
Se identificó que los participantes inician el consumo de alcohol, en prome-
dio, a los 16 años de edad, lo cual concuerda con Braga y Bastos (6), quie-
nes indican que la población inicia a consumir alcohol a los 17 años o me-
nos. Esto se debe, tal vez, a que los jóvenes se encuentran en un periodo
de transición entre la adolescencia y la adultez, en el cual el joven se siente
miembro y partícipe de una “cultura de edad”, caracterizada por sus propios
comportamientos, valores, normas, espacios y modas. Por ello es probable
que busque la conducta del consumo de alcohol como una forma de iniciar
el proceso de adultez (20).
Los estudiantes de enfermería consumen, en promedio, cinco bebidas
alcohólicas, lo cual es similar a los resultados de López (7) y Matute y Pillon
(8). Esta situación es preocupante, porque los participantes son estudian-
tes de enfermería de quienes se espera sean modelos de rol y educadores en
salud, ya que se encuentran en una posición única para impulsar estrate-
gias de prevención y abandono del consumo de drogas, aparte de que cono-
cen los factores de riesgo que implica para su salud y la de las personas a
quienes brindan el cuidado (21).
El consumo de alcohol alguna vez en la vida y en último año fue me-
nor en comparación con los hallazgos de Montoya (22), que reporta preva-
lencias del 98 % y del 90 %, respectivamente. El consumo de alcohol en el úl-
timo mes y en los últimos siete días fue mayor en relación con los hallazgos
de Bautista y colaboradores (23), quienes reportan prevalencias inferiores al
15 %. Lo anterior pudiera estar relacionado con la interacción de variables
sociodemográficas, ambientales y culturales propias del contexto universi-
tario que facilitan y promueven el consumo excesivo de alcohol (22).
Referente al tipo de consumo de alcohol, los estudiantes de enferme-
ría presentaron un consumo sensato en un 36,9 %, un consumo dependiente
76 del 32,8 % y un consumo dañino del 30,2 %. Los resultados coinciden con los
Actitudes hacia el consumo de alcohol y consumo de alcohol en estudiantes de enfermería
Hay que resaltar que el MPS retoma las características y las expe-
riencias individuales, además de la valoración de las creencias en salud, en
razón a que estas últimas son determinantes a la hora de decidir un com-
portamiento saludable o de riesgo para la salud, debido a su alto nivel de
interiorización y la manera de ver la realidad que lo rodea. La valoración de
las creencias en salud relacionadas con los conocimientos y experiencias
previas determinan las conductas adoptadas por la persona; estas creen-
cias están dadas por los beneficios percibidos, las barreras para la acción,
la autoeficacia y las emociones, motivaciones, deseos o propósitos (10,11).
López y colaboradores (1) señalan que en adolescentes y jóvenes existe
un mayor impacto de la actitud por el peso significativo cultural de la opi-
nión de los amigos y compañeros de escuela para la toma de decisiones sobre
la conducta de consumo de alcohol; así mismo, se evidencia que la actitud
los jóvenes hacia el consumo de alcohol, tabaco u otras drogas será más fa-
vorable cuando menor sea la percepción del riesgo, mayores sean las creen-
cias distorsionadas y más permisiva sea la disposición para su consumo.
Conclusión
Los resultados de la presente investigación aportan conocimientos sobre la
relación de las actitudes y el consumo de alcohol en estudiantes de enfer-
mería. Del total de los estudiantes de enfermería, el 73,5 % ha consumido
alcohol alguna vez en la vida, y el 33,7 % en los últimos siete días, en que
predomina un consumo sensato de alcohol, seguido del dependiente y el da-
ñino. El consumo de alcohol se inicia, en promedio, a los 16,6 años y los es-
tudiantes consumen, en promedio, 5,3 bebidas alcohólicas en un día típico.
Se destaca que predominan las actitudes negativas hacia el consumo de al-
cohol. Así mismo, las actitudes positivas hacia el alcohol se relacionan po-
sitivamente con su consumo.
Con base en los hallazgos donde los estudiantes presentaron un tipo
de consumo sensato de alcohol, se recomienda implementar programas edu-
cativos para evitar la transición a otro tipo de consumo. Así mismo, diseñar
y desarrollar intervenciones de enfermería para prevenir el consumo de al-
cohol y otras drogas, a través del fortalecimiento de las actitudes negativas
hacia el consumo de alcohol y fomentar el desarrollo de habilidades para
resistir el consumo de alcohol; de igual manera, es necesario continuar in-
vestigando la relación entre estas variables con el empleo de diferentes me-
todologías y en otros grupos poblacionales.
Financiamiento
Ninguno.
Conflictos de interés
Los autores declaran no tener conflictos de interés.
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