Meningitis Viral
Meningitis Viral
Meningitis Viral
Meningitis Viral
Las infecciones virales del sistema nervioso central, como la meningitis, la encefalitis o
la meningoencefalitis, son causas importantes de morbilidad y mortalidad significativas
en todo el mundo. El diagnóstico temprano y el tratamiento oportuno conducirán a
mejores resultados.
Los virus tienen la habilidad de penetrar el sistema nervioso central (SNC), causar
inflamación en las leptomeninges y/o el encéfalo, dando lugar a infecciones que en la
mayoría de las veces son de sintomatología leve y autolimitadas, pero capaces de Ser
prolongadas progresivas o recurrentes, llegando incluso a}+
producir una disfunción neurológica grave con secuelas permanentes y la muerte. A este
evento infeccioso se le conoce como meningoencefalitis; en otros casos puede afectar
exclusivamente al cerebro (encefalitis), o a la médula espinal (mielitis o
encefalomielitis).
Los patógenos más comunes son los enterovirus (echovirus, coxsackievirus). Otras
causas son paperas, HSV, herpes zoster, VIH, sarampión e influenza
Etiología
Los agentes virales capaces de afectar el SNC son de muy diversa naturaleza y de un
comportamiento epidemiológico diferente y cambiante. Los patógenos más comunes
son los enterovirus (grupos Coxsackie o Echovirus) en todos los grupos de edad; Los
parechovirus también son comunes en los niños. Los herpesvirus que causan
meningitis incluyen el virus del herpes simple (VHS) 1 y 2, el virus de la varicela-zóster
(VZV), el citomegalovirus, el virus de Epstein-Barr y el virus del herpes humano 6.
Otras causas virales incluyen el adenovirus, el virus de la coriomeningitis linfocítica
(LCMV), influenza, parainfluenza y paperas. Los arbovirus que pueden causar
meningitis viral incluyen el virus del Nilo Occidental (WNV), Zika, chikungunya,
dengue, LaCross, encefalitis de Saint Louise, Powassan y el virus de la encefalitis
equina del este
Enterovirus
Epidemiologia
Según los últimos datos de OMS publicados de 2018 las muertes causadas por
Meningitis en República Dominicana han llegado a 195 (0,32% de todas las muertes).
La tasa de mortalidad por edad es de 1,87 por 100.000 de población.
Fisiopatología
Cuando el huésped ha tenido un contacto anterior con el agente viral, la mucosa del tubo
digestivo y las vías respiratorias puede cubrirse con inmunoglobulina A (IgA) secretora,
que neutraliza el virus y evita la unión y la penetración celular posterior. Si algunos
virus son capaces de escapar de los mecanismos de defensa iniciales del huésped
pueden multiplicarse y diseminarse, con la posibilidad de invadir el SNC.
Los virus pueden invadir el SNC por varios mecanismos. La mayoría de los virus lo
invaden cruzando directamente las células endoteliales de los capilares cerebrales, que
es la localización principal de la BHE. Algunos virus infectan directamente las células
del endotelio microvascular del cerebro antes de infectar la glía y las neuronas
adyacentes, mientras que otros infectan primero la glía sin signos de infección de las
células endoteliales. Otros virus pasan entre las células endoteliales cerebrales en los
leucocitos infectados después de la alteración de la BHE. Otro lugar por donde entran
los virus es el epitelio del plexo coroideo.
La diseminación de los virus por los nervios periféricos también puede conducir a la
invasión del SNC.
Con independencia del mecanismo de invasión del SNC, para que surja la enfermedad
es necesario que los virus se unan y penetren en células susceptibles, la diseminación
dentro del sistema nervioso y la inducción de cambios celulares. La entrada de virus en
el espacio subaracnoideo a través del plexo coroideo provoca la dispersión del virus en
el LCR en contacto con las meninges y las células ependimarias; a continuación puede
producirse la diseminación secuencial del virus de forma contigua a la glía y las
neuronas. Otros virus se diseminan a través de huecos extracelulares entre las células y
partes del SNC (p. ej., dendritas, axones o glía), o discurren a lo largo de las
ramificaciones axonales o dendríticas de las neuronas por medio de la glía o son
transportados por leucocitos móviles en la respuesta inflamatoria.
Una vez que se produce la infección viral del SNC suelen acumularse células
inflamatorias, aunque el mecanismo que origina el reclutamiento de células
inflamatorias y su papel en las infecciones virales del SNC sólo se conoce en parte.
Parece que la respuesta inflamatoria inicial es inmunológicamente específica y consiste
en una población de linfocitos sensibilizados por el virus. Sin embargo, la respuesta
inflamatoria puede no desarrollarse en otras infecciones virales del SNC, lo que tal vez
dependa de la edad del huésped más que del propio virus. Es probable que los linfocitos
sensibilizados respondan a miaproteina específica del virus que se difunde o transporta
por la superficie luminal del endotelio, con el paso posterior a través de las células
endoteliales y la liberación de citocinas inflamatorias Después de desarrollarse una
respuesta inflamatoria en el LCR, las alteraciones de la BHE permiten que las proteínas
del suero lleguen al LCR, entre ellas las inmunoglobulinas. Además, se produce una
síntesis local de inmunoglobulinas en el SNC pues los linfocitos B entran en el LCR y
se diferencian en células plasmáticas. También se produce síntesis intracerebral de
inmunoglobulinas, que se refleja en un aumento del cociente LCR/suero de las
inmunoglobulinas específicas que persisten durante varias semanas después de la
infección. Se ha demostrado que se generan proteínas IgG oligoclonales dentro del SNC
en pacientes con meningitis por el virus de la parotiditis, el virus de la varicela-zóster y
el V IH.
Parece que la respuesta inmunitaria intacta del huésped es esencial para eliminar los
virus del SNC; además, parece que la respuesta de linfocitos T es más relevante que la
de linfocitos B. La falta de desarrollo de la respuesta inmunológica puede deberse a la
tolerancia inmunológica, defectos de la inmunidad del huésped o la capacidad del virus
para eludir la vigilancia inmunitaria.
Manifestaciones clínicas
Los hallazgos en los recién nacidos contrastan con los signos clínicos de la meningitis
por enterovirus después del período neonatal (> 2 semanas), en el que es raro que la
enfermedad sea grave y el pronóstico malo. En este grupo de pacientes, la enfermedad
suele aparecer de forma súbita y hay fiebre en el 76-100% de los casos; la fiebre puede
ser bifásica, de modo que aparece inicialmente con síntomas constitucionales
inespecíficos, desaparece y vuelve a surgir cuando aparecen los signos meníngeos. Más
de la mitad de los pacientes tienen rigidez de nuca, que se presenta con más frecuencia
en los niños que empiezan a andar, niños más mayores, adolescentes y adultos.
Los adultos casi siempre tienen cefalea (a menudo intensa y localizada en la parte
frontal); la fotofobia también es común en los pacientes de más edad. Los síntomas y
signos inespecíficos son vómitos, anorexia, exantema, diarrea, tos, hallazgos
respiratorios superiores (especialmente faringitis) y mialgias. Otras pistas de la
presencia de enfermedad por enterovirus, además de la época del año y una enfermedad
epidémica conocida en la comunidad, son la presencia de exantemas, miopericarditis,
conjuntivitis y síndromes por enterovirus que se reconocen específicamente como
pleurodinia, herpangina y enfermedad de mano-pies-boca.
Se observa mía situación clínica peculiar en los niños y adultos, con ausencia o
deficiencia de la inmunidad humoral que altera la eliminación de los enterovirus.
Complicaciones
En estas entidades las complicaciones neurológicas dependerán del tipo del virus
infectante, en general para Echovirus y Coxsackie son extraordinariamente raras pero
para Enterovirus 71 y el Herpes Simplex tipo 1 son más frecuentes.
Encefalitis
Meningoencefalitis
Ataxia cerebelosa aguda, Se presenta súbitamente con vómito, incoordinación,
ataxia troncal y disartria. En niños los datos pueden ser rehusarse a caminar y
mutismo.
Mielitis Transversa Aguda, ES un síndrome agudo que semeja sección de la
médula espinal. Los síntomas iniciales incluyen fiebre, exantema y dolor en las
piernas, región interescapulovertebral o espalda. La disfunción neurológica es
máxima en 12 hr en 15% de los pacientes y en 24 hr en e150% de ellos, pero se
han reportado casos con progresión hasta por 14 días. Más frecuentemente se
afecta la región torácica. La debilidad muscular se acompaña de ref1ejos
osteotendinosos disminuidos o abolidos. Puede existir cierto grado de asimetría.
La pérdida de la sensibilidad es un dato constante por abajo del nivel
determinada
Encefalomielitis
Meningitis recurrente
Meningitis crónica
Diagnostico
Diagnóstico Diferencial
Meningitis Bacteriana
Debe establecerse también el diagnóstico diferencial con otras posibles causas como:
meningitis tuberculosa en estados iniciales, cisticercosis, toxoplasmosis, triquinosis,
Ieptospirosis y diversas micosis Capaces de producir infección en el SNC. Otros
diagnósticos diferenciales son intoxicaciones por metales pesados, introducción de
substancias en el conducto raquídeo y neoplasias. En los casos pertinentes, es
importante enviar una muestra de líquido cefalorraquídeo a patología para descartarla
presencia de células neoplásicas.
Tratamiento
Los miembros de la familia herpesvirus pueden tratarse con antivirales, como Aciclovir,
ganciclovir, cidofovir y foscarnet, cada uno con actividades variables contra cada virus.
El Aciclovir parenteral ha mostrado específicamente reducir de forma drástica las tasas
de morbilidad y de mortalidad.
Se han empleado medidas complementarias en los pacientes graves con meningitis por
enterovirus. Debido a que la eliminación de los enterovirus del huésped está mediada
por anticuerpos, se ha examinado la administración exógena de anticuerpos. La
administración de inmunoglobulinas por varias vías (incluida la directa en el SNC) ha
conducido a la estabilización o mejoría de los pacientes con agammaglobulinemia y
meningitis enteroviral o meningoencefalitis crónica, pero los resultados han sido
variables. Los recién nacidos con sepsis fulminante por enterovirus y meningitis han
recibido IGIV, plasma materno y exanguinotransfusiones con éxito ocasional.
Pronóstico y prevención
Bibliografía