Identidad Sacerdotal
Identidad Sacerdotal
Identidad Sacerdotal
hasta la muerte
“Identidad Sacerdotal y
configuración con Cristo”
Resumen
INTRODUCCIÓN
Hoy en día, uno de los problemas es que tiene una identidad pobre o
débil. De modo tal que algunos sacerdotes se sienten en desventaja respecto
a los profesionales civiles. El sacerdote se siente pequeño, esto ha
ocasionado problemas o crisis. Sacerdotes que no saben cuál es el sentido
del ministerio ordenado. De allí el subtítulo “identidad sacerdotal”. Es un
tema constante a lo largo del libro. Esa identidad sacerdotal la otorga solo
Cristo, no la da ninguna filosofía, teología. Viene de la configuración con
Cristo.
El presente libro quiere ser instrumento como para dar pistas para
comprender la espiritualidad sacerdotal.
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1. Naturaleza social
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2. Histórico cultural
3. Psicológico espiritual
4. Causas teológicas
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CAPÍTULO I
En comunión con Dios y a la búsqueda de Cristo
Urgencia de una formación de la auténtica identidad sacerdotal
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Por qué debo sacrificar una vida familiar o una estabilidad econmica
y profesional cuando hay muchos laicos que hacen las mismas cosas que yo
hago.
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Es común escuchar severas crticas a la envidia entre nosotros, así como del
poco reconocimiento que hacemos del éxito de nuestros hermanos en el
sacerdocio. En este aspecto tenemos que crecer mucho más y pedir perdón
por el dato que nos hemos hecho. Será hermoso que aprendiéramos a
colaborar entre generaciones de los ms ancianos y los más jóvenes y
apoyarnos en la experiencia de los primeros y la generosidad y entusiasmo
de los segundos.
CAPÍTULO II
Fidelidad de Cristo, fidelidad del sacerdote
La dirección espiritual y el discernimiento de espíritus, instrumentos
para fortalecer la identidad sacerdotal
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No solo hubo poca prudencia sino, más aún, llegó a haber algunos
casos de infidelidad al sigilo que deban haber observado los directores
espirituales. Esta situación hizo que muchos se alejaran y aun rechazaran
con toda razón abrir su corazón y su vida a un acompañante. En muchos
casos, esta práctica fundamental, se limitó a ser observada casi tolerada en
las casas de formación, pero sin hacer nada por corregir la situación. La
crisis se agravó aún más por el profundo cambio de época que estamos
viviendo, por el desarrollo acelerado de una nueva visión del hombre, de
mundo y de Dios.
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indiferente con una visión del mundo y del hombre que, tal vez, funcionaba
en el pasado cuando pertenecer a una sociedad cristiana indicaba el todo de
una persona.
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Bernard afirma que entre las acepciones usadas para indicar a aquel
que recibe la misión de guiar a otros en la vida espiritual, la más antigua y
la más adaptada sigue siendo aquella de padre espiritual. Esta expresión es
la que más evoca la relación interpersonal y vital uniendo la persona sabia
y experimentada a aquel que llamamos dirigido en la vida.
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CAPÍTULO III
Santidad, testimonio y profecía
El amor y servicio hasta la muerte en el ministerio de la vocación
sacerdotal
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Cada dia nacen nuevas sectas . . Tener una fe clara, segun el Credo
de la Iglesia, es etiquetado con frecuencia como fundamentalismo.
Mientras que el relativismo, es decir, el dejarse zarandear por cual quier
viento de doctrina, parece ser la unica actitud que esta de moda. . Se va
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Tenemos que madurar en esta fe adulta, tenemos que guiar hacia esta
fe al rebaño de Cristo. Y esta fe, solo la fe, crea unidad y tiene lugar en la
caridad. Cuanto más amamos a Jesús, más le conocemos, más crece nuestra
auténtica libertad, la alegría de ser redimidos.
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CAPÍTULO IV
Fraternidad, comunión y misión
La comunión fraterna sacerdotal que parte de los corazones animados
por la caridad
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Para estas personas no hay nada positivo, sólo ven los aspectos más
negativos. Desde el primer momento en que inician una conversa- ción,
encuentran un motivo para empezar a hablar mal de los otros. Usan este
tipo de expresiones: “el obispo (o el superior) tiene buena voluntad, pero es
un inepto, no sabe gobernar”; “desde hace mucho tiempo el trabajo pastoral
del seminario no tiene ninguna creati- vidad”; “la comunidad ignora el
sentido de lo que es una verdadera fraternidad”; “la liturgia no es tan
cuidada como debería”.
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Los calculadores
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Este tipo de sacerdote no se fía jamás de los otros; considera que los
ancianos deben hacerse a un lado porque ellos ya han vivido su vida, no
entienden la modernidad, no saben reaccionar ni hacer nada de acuerdo con
la informática y las ciencias modernas. Estamos hablando de trata
personas tristes que han vivido siempre solos o no han tenido relaciones
satisfactorias, ni en su familia, ni antes de entrar en el seminario o la
comunidad religiosa.
Los dictadores
Qué difícil es tener una relación seria con este tipo de personas. No
se sabe nunca qué piensan o qué es lo que desean en realidad. A primera
vista, estas personas son simpáticas, sonrientes, se puede confiar en ellos
porque, aparentemente, se relacionan con todos. Muy tarde nos damos
cuenta de que les falta dos elementos esenciales para construir una
verdadera comunidad: la sinceridad y la lealtad.
Los francotiradores
Los envidiosos
CAPÍTULO V
Testimonio alegre en fidelidad
Llamados a abrazar el misterio de la cruz y a comprometernos, aún
más, en la búsqueda de la santidad
alcanzado cotas alarmantes en la que, sin ningún control, los países ricos
venden armas a los países pobres que sufren la violencia generalizada por
conflictos raciales, políticos, sociales o de tráfico de drogas que nadie ha
podido —o querido— detener.
O cuando añadía «cada día nacen nuevas sectas [...]. Tener una fe
clara, según el Credo de la Iglesia, es etiquetado con frecuencia como
fundamentalismo. Mientras que el relativismo, es decir, el dejarse llevar
«zarandear por cualquier viento de doctrina», parece ser la única actitud
que está de moda. Se va constituyendo una dictadura del relativismo que no
reconoce nada como definitivo y que sólo deja como última medida el
propio yo y sus ganas», subrayó. Los cristianos «tenemos otra medida»,
recordó, «el Hijo de Dios, el verdadero hombre. El es la medida del
verdadero humanismo». ««Adulta» no es una fe que sigue las olas de la
moda y de la última novedad; adulta y madura es una fe profundamente
arraigada en la amistad con Cristo», indicó. «Tenemos que madurar en esta
fe adulta, tenemos que guiar hacia esta fe al rebaño de Cristo. Y esta fe,
sólo la fe, crea unidad y tiene lugar en la caridad
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sobre la vida y sus misterios pero solamente se puede fiar de los datos que
le ofrecen los instrumentos de alta tecnología, siempre sujetos a fallos
humanos porque cierta- mente son dependientes de la mano del hombre,
que es completamente falible. Es un hecho que no ha podido responder al
misterio de la vida y del alma y menos aún del misterio de la vida después
de la muerte y la vida eterna.
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PREGUNTAS
Capítulo I
Hoy en día, uno de los problemas es que tiene una identidad pobre o
débil. De modo tal que algunos sacerdotes se sienten en desventaja respecto
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Capítulo II
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Capítulo III
Sacramentalidad
Ministerialidad
Diocesaneidad
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también para todo el pueblo fiel de Dios: ese pueblo fiel del cual es
llamado el sacerdote para ser ungido y al que es enviado para ungir”.
“Una alegría que nos unge”, decía el Papa, que “penetró en lo íntimo
de nuestro corazón, lo configuró y lo fortaleció sacramentalmente. Una
alegría incorruptible a la que nadie puede quitar ni agregar nada y es fuente
incesante de alegría.” Sobre la “alegría misionera”, el Papa Francisco
recalcó que “la alegría del sacerdote está en íntima relación con el santo
pueblo fiel de Dios porque se trata de una alegría eminentemente
misionera”.
El Santo Padre concluyó sus palabras pidiendo “al Señor Jesús que
haga descubrir a muchos jóvenes ese ardor del corazón que enciende la
alegría apenas uno tiene la audacia feliz de responder con prontitud a su
llamado”.
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