Tema 31

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Tema 31. La comprensión y expresión de textos orales.

Bases lingüísticas, psicológicas y pedag ógicas

TEMA31

LA COMPRENSIÓN Y EXPRESIÓN DE TEXTOS ORALES.


BASES LINGÜÍSTICAS, PSICOLÓGICAS Y PEDAGÓGICAS

ÍNDICE

l. INTRODUCCIÓN
2. BASES PSICOLINGÜÍSTICAS
2.1. LA PSICOLINGÜÍSTICA
2.2. LAS FUNCIONES DEL LENGUAJE: UNA PERSPECTIVA
PSICOCOGNITIV A
2.3. LA PERCEPCIÓN DEL HABLA
2.3.1. La decodificación fonético-fonológica
2.3.2. Reconocimiento y compresión de palabras
2.3.3. La comprensión de oraciones
2.3.4. La comprensión del discurso
2.4. LA PRODUCCIÓN DEL HABLA
2.4.1. La planificación conceptual y la codificación lingüística
2.4.2. La codificación fonético-fonológica
2.4.3. La producción del discurso y la conversación
3. BASES LINGÜÍSTICAS
3.1. LA ENUNCIACIÓN ORAL
3.2. DISCURSOS ORALES
3.3. LA CONVERSACIÓN
3.3.1. TIPOS DE CONVERSACIÓN
3.3.2. UNIDADES CONVERSACIONALES Y SOLAPAMIENTO
DE INTERVENCIONES
3.3.3. PRINCIPIOS Y MÁXIMAS QUE REGULAN LA
CONVERSACIÓN
3.4. CARACTERÍSTICAS DE LO ORAL
3.4.1. Nivel fónico
3.4.2. Nivel morfosintáctico
3.4.3. Nivel léxico-semántico
3.4.4. La organización discursiva
4. BASES PEDAGÓGICAS
4. 1. OBJETIVOS
4.2. ACTIVIDADES DE EXPRESIÓN Y COMPRENSIÓN
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l. INTRODUCCIÓN
Parece claro que "la comunicación oral y la escrita constituyen actividades diferentes
que requieren recursos lingüísticos distintos" (Alcoba 2000:23), pero las diferencias que
median entre estas dos modalidades de realización del lenguaje no estriban exclusivamente
en diferencias lingüísticas, sino que hablar y escribir implican procesos psicológicos
diferentes, aunque no radicalmente distintos. El presente tema, así como el que prosigue,
pretende ser un exposición sintetizada de las características psicolingüísticas y lingüísticas
que se atribuyen a ambos medios de realización del lenguaje, entendido éste como una
capacidad innata del hombre. Se habrá visto ya cómo la comunicación no es sino un
mecanismo de producción y de recepción de mensajes en el que quedan implicados los
procesos conocidos como codificación y decodificación ; pero, como habremos de ver a lo
largo de este tema, para llegar a una correcta comprensión e interpretación de los mensajes
no basta con decodificar adecuadamente el mensaje, sino que para que la comunicación sea
eficaz habrá que explicar el mecanismo comunicativo como un proceso ostensivo-
inferencial y cooperativo.
Algunas de las ideas que afloran en este tema son el resultado de concebir el lenguaje
como un mecanismo interactivo. Como han puesto de relieve algunos autores y, como
tendremos ocasión de ver, el lenguaje se concibe, así, como un sistema "diseñado" con un
fin concreto, la comunicación, más concretamente, la comunicación oral, ya que la
escritura no es ni genética ni constitutivamente anterior a lo oral. Habrá de tenerse en
cuenta -aunque razones de espacio nos impiden extendemos en consideraciones demoradas
al respecto- que en lo escrito pueden quedar reflejadas las características que se observan
en los textos orales. Dicho de otro modo, la oposición entre ambos medios de realización -
relativa al canal- puede ser contemplada no como tal oposición sino como un continuum en
el que se producen interrelaciones especialmente determinadas por las condiciones
comunicativas.
Que el medio de expresión oral, como natural que es, sea un mecanismo comunicativo
esencial en la actividad humana resulta una obviedad, pero ya no lo resulta tanto que a
pesar de su naturalidad el habla requiera un proceso de aprendizaje. El proceso de
aprendizaje, no obstante, no puede quedar limitado a la interiorización por parte del
individuo en las primeras etapas de su vida de los mecanismos de producción y de
comprensión de mensajes, sino que debe contemplar, en fases ulteriores, el aprendizaje de
los dispositivos reguladores que intervienen en el proceso de comunicación oral,
entendiendo que el desarrollo de estas capacidades contribuye a la formación del individuo
y a su interacción con un medio -la sociedad- en el que, necesariamente, ha de
desenvolverse y sin el cual el ser humano no podría alcanzar su pleno desarrollo .

2. BASES PSICOLINGÜÍSTICAS
2.1. LA PSICOLINGÜÍSTICA
Las investigaciones y reflexiones sobre el lenguaje fueron hasta prácticamente finales
del siglo XIX de corte eminentemente filosófico y gramatical. En efecto, hay que esperar
hasta el XIX para que el lenguaje comience a ser estudiado desde una perspectiva
psicológica. Con Wilhelm von Humboldt, que aprovecha la distinción lingüística entre
ergon y enérgeia, el lenguaje empieza a ser considerado no un mero producto (ergon) del
hombre , sino como un proceso (enérgeia):

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El lenguaje, considerado en su verdadera esencia, es algo efimero siempre en cada momento.


Incluso su retención en la escritura no pasa de ser una conservación incompleta, momificada, ne-
cesitada de que en la lectura vuelva a hacerse sensible su dicción viva. La lengua misma no es un
producto sino una potencia [...] no consiste sólo en [ ...] producciones concretas sino en la
posibilidad de obtener otras innumerables [...] [Las palabras] no yace[n] como una masa inerte en
l" oscuro del alma sino que actúa[n], determinando como ley, las funciones de la mente; por eso,
la primera palabra ya proclama y anuncia el lenguaje entero. El lenguaje propiamente dicho está
en el acto real de producirlo. Toda investigación que aspire a penetrar la esencia viva del lenguaje
deberá tomar ese hablar trabado por lo primero y verdadero (Humboltd 1990:64-65).
A pesar de que, como indica Mounin (1979: 195), el análisis del autor alemán no ha sido
fácil la perspectiva psicológica que introduce en el estudio del lenguaje influyó de forma
determinante en la lingüística y en la psicología moderna. Como sugirió Hurnboltd, el
lenguaje es, en términos psicológicos, una capacidad que poseen ciertos organismos y que
resulta de ciertas propiedades tanto de su constitución fisiológica como psíquica. Debe
notarse, sin embargo, que la capacidad del lenguaje del ser humano , manifestada en el
habla, es independiente, por un lado, del hecho concreto de que un individuo en un
momento determinado haga uso de ella, y, de otro, de que, para usarla, sea necesario un
proceso previo de aprendizaje. Que el lenguaje debe ser -y es- objeto de investigación por
parte de la psicología se pone de manifiesto en primer lugar en el hecho de que es un tipo
de capacidad que forma parte del catálogo de destrezas y de comportamientos de algunos
organismos vivos -especialmente de los seres humanos y, en segundo lugar, en la
circunstancia de que es precisamente el lenguaje el instrumento que hace posible la relación
con otros seres y la interacción con el medio. Lo que le interesa a la psicología es, pues,
explicar el lenguaje como un componente y como un comportamiento derivado de un
organismo activo, no como un producto acabado y cerrado en sí mismo. Tales objetivos se
ponen de manifiesto en las definicione s que nos proporcionan diferentes autores de la
psicología del lenguaje (Cf. Belinchón et al. 1992:63):
Osgood y Sebeok (1954): La psicolingüística trata directamente de los procesos de
codificación y descodificación en cuanto que relacionan estados de mensajes con
estados de comunicantes .
Slobin (1971): La psicolingüística reúne los fundamentos empíricos de la
psicología y de la lingüística para estudiar los procesos mentales que subyacen a la
adquisición y al uso del lenguaje.
Hormann (1973): La psicología del lenguaje o psicolingüística tiene por objeto
una descripción científica no del lenguaje , sino del proceso de su utilización.
- Bronckart (1977): La psicología del lenguaje trata de las conductas o
comportamientos del lenguaje en el marco del funcionamiento psicológico del
individuo.
Clark y Clark (1977): La psicología del lenguaje es el estudio de tres procesos: la
comprensión, la producción y la adquisición.
- Foss y Hakes (1978): La psicolingüística es el estudio del lenguaje en tanto que
actividad humana de lo que se adquiere cuando se adquiere un lenguaje, de cómo se
adquiere este lenguaje y de cómo se utiliza cuando las personas producen y
comprenden mensajes.
Paivio y Begg (1981): La psicología del lenguaje va orientada a comprender
científicamente la naturaleza del lenguaje y su uso por parte de los seres inteligentes.
García-Albea (1982): El objeto de la psicolingüística debe consistir, según este
autor, en construir un modelo explicativo del comportamiento lingüístico humano el
cual, apoyado en una buena base empírica, permitiera determinar los distintos tipos de

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conocimiento que pone en juego el sujeto, así como las formas de representación de
ese conocimiento y las operaciones o procesos que efectúan sobre sí mismo.
Mayor y Gil (1984): Psicología del lenguaje es la ciencia de la conducta
lingüística.
El cometido principal de los epígrafes que siguen será el análisis de los procesos de
producción ( codificación) y de percepción ( decodificación) del lenguaje humano.
Trataremos, pues, de describir los mecanismos sensoriales, cognitivos y lingüísticos
implicados en el procesamiento de las señales fisicas del lenguaje. La peculiar visión que
nos proporciona la psicolingüística sobre el lenguaje, sin embargo, requiere previamente
dar cuenta de la naturaleza de la actividad que se pretende describir y, por ende, de las
funciones de tal actividad.
2.2. LAS FUNCIONES DEL LENGUAJE: UNA PERSPECTIVA
PSICOCOGNITIV A
Para llevar a cabo el análisis de las funciones del lenguaje se debe tener en cuenta que
un mensaje no sólo contiene un significado literal o proposicional explícito sino que junto a
este los mensajes contienen un significado intencional que, las más de las veces, no se
refleja directamente en lo dicho, sino que exige una actividad por parte del receptor del
mensaje , actividad que va encaminada a la extracción de la intención sugerida por el
emisor . A esta actividad deductiva se la conoce con el nombre de inferencia. En realidad,
es común en el uso del lenguaje que las proposiciones sean formas indirectas de expresar
una determinada intención. Para comprender, pues, las funciones del lenguaje es necesario
partir de un conjunto de afirmaciones, como las que se presentan a continuación, tomadas
de Belinchón et al. (1992:183):
l.- El lenguaje actúa sobre el mundo interno y el contexto cognitivo de los individuos,
esto es, sobre un conjunto de ideas, creencias, deseos e intenciones que forman parte de su
"mundo mental".
2.- Cualquier usuario de un lenguaje sabe -consciente o inconscientemente- que actúa
sobre el mundo interno de sus interlocutores.
3.- Al usar el lenguaje , los interlocutores ponen en juego un conjunto de conocimientos
o de saberes compartidos que tienen que ver:
a) con el propio lenguaje -reglas sintácticas, elementos léxicos, etc.
b) con el mundo externo;
c) con características de sus mundos intencionales internos.
Asumir estas afirmaciones implica reconocer que el uso del lenguaje no sólo supone
conocer las reglas que gobiernan su empleo, sino también asumir que el uso del lenguaje
implica el empleo de procesos mentales que versan sobre los objetos a los que el lenguaje
se refiere y sobre las personas a las que se dirige. Desde esta perspectiva, la actividad
lingüística es una actividad cooperativa, puesto que exige un intercambio de objetos
intencionales-creencias, deseos e intenciones entre individuos que se reconocen
implícitamente como usuarios de una lengua con un mundo interno.
Uno de los enfoques más recientes sobre las funciones del lenguaje, teniendo en cuenta
este aspecto, es la teoría de la relevancia o de pertinencia de Sperber y Wilson (1986).
Esta teoría establece que las funciones esenciales del lenguaje se derivan de la actitud
intencional, actitud que sirve a su vez como instrumento predictivo y explicativo de las
interacciones humanas. Considerada la actitud intencional como la estrategia que posee
cualquier hablante de poder comprender y predecir la conducta de cualquier otro
interlocutor, se comprenderá fácilmente que las funciones del lenguaje, desde el punto de

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vista de la psicología del lenguaje, deben ser definidas en virtud de contextos cognitivos
internos y no en función de contextos externos. Quiero esto decir que los signos que
forman el lenguaje remiten a objetos intencionales e internos -ideas, conceptos e
intenciones. El lenguaje, pues, no sólo significa estos objetos, sino que es capaz de cambiar
los objetos que contienen las mentes de los hombres que los usan.

2.3. LA PERCEPCIÓN DEL HABLA


2.3.1. La decodificación fonético-fonológica
La percepción del habla se puede definir como
" ... el proceso en virtud del cual un patrón de variación de energía acústica, que incide en los
órganos receptores de la audición, se transforma en una representación mental de la configura-
ción estimular (i.e. los [...) sonidos) que produce esa variación de energía" (Belinchón e/ al
1992:321).
La tarea del sistema perceptivo de los seres humanos consiste, en consecuencia, en
extraer de las variaciones que se producen en la onda sonora una serie de constantes que, en
el caso del habla, se corresponde con los sonidos de la lengua que se está empleando. Sin
embargo, la percepción del habla es una actividad mucho más compleja que requiere una
división en cuatro etapas (Cf. Belinchón et al 1992: cap. 8):
1. Análisis auditivo-periférico . En esta etapa se produce una descodificación
preliminar de las señales acústicas en el sistema auditivo periférico, esto es, en las
estructuras anatómicas y neurológicas del oído.
2. Análisis auditivo central. En este análisis se extraen de la señal una serie de
patrones espectrales, relacionados con las características acústicas de los sonidos -
transiciones de formantes, frecuencias, etc.- y temporales . Del análisis de estos patrones se
extraen las llamadas claves acústicas que, combinadas, nos permitirán, en el tercer nivel de
análisis, identificar los sonidos.
3. Análisis acústico-fonético. En este nivel se efectúa el primer análisis propiamente
lingüístico, que consiste en identificar los segmentos o sonidos del habla.
4. Análisis fonológico. En esta última etapa los rasgos y segmentos fonéticos,
identificados en la etapa tercera, se convierten mediante el análisis en representaciones
abstractas de los sonidos, i.e. en fonemas. También en este nivel los fonemas se someten a
reglas combinatorias para formar unidades superiores, tales como las sílabas o las palabras,
y tienen lugar, asimismo, fenómenos de asimilación o transformación fonética vinculados a
procesos de derivación morfológica (morfofonología).
2.3.2. Reconocimiento y compresión de palabras
La comprensión, como señalaba Wittgenstein, no puede asociarse desde el punto de
vista psicológico ni con un proceso ni con un estado mental:
"No puede considerarse en modo alguno que comprender sea un proceso. ¿Cuándo comprende-
mos una frase? ¿Cuando la hemos proferido en su totalidad o mientras la estamos pronunciando?
¿Se puede decir que la comprensión sea un proceso articulado y que su articulación corresponda
a la articulación de la frase? ¿O, por el contrario, no es articulado, sino que acompaña a la
articulación de la frase, al igual que bajo continuo acompaña a la melodía? Entender una palabra,
de la misma forma que saber jugar al ajedrez, es un estado y no un proceso. Pero incluso al
llamarlo estado nos puede conducir a equívoco. Si se trata de un estado mental , no es lo mismo
que un estado psicológico como el dolor, la depresión o la emoción. Tales estados tienen una
duración temporal y pueden acontecer de forma continua o interrumpida. Sin embargo, uno no
puede saber ininterrumpidamente lo que significa una palabra" (Wittgenstein apud Belinchón e/
al. 1992:363).

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Teniendo en cuenta la velocidad con la que se desarrolla una conversación normal, el


proceso de identificación de las palabras que intervienen en una oración ha de ser un
proceso relativamente rápido, aunque no por ello simple. El reconocimiento léxico es un
proceso complejo en el que intervienen distintos tipos de información: a) información
estimular o de entrada; b) información léxica almacenada en la memoria; c) información
contextual.
El proceso de identificación léxica se puede definir como un proceso de "activación " de
conocimientos almacenados en un supuesto diccionario "mental" o memoria de palabras a
partir de una entrada sensorial dotada de ciertas características. Tal proceso consiste, pues,
en asociar una entrada perceptiva o sensorial a un conocimiento o a una información de la
que ya se dispone. Esta definición sugiere, pues, que el conocimiento que los hablantes
poseen sobre las palabras de su lengua consiste en una lista de entradas léxicas a las que
están vinculadas ciertas propiedades. En otras palabras , el léxico mental -metafóricarnente-
no es otra cosa que un diccionario mental. Cada entrada de este supuesto diccionario está
constituida por, al menos, los siguientes elementos:
1. Una representación fonológica, similar a la pronunciación figurada que presentan los
diccionarios y en la que se especifica la estructura segmenta! de la palabra, tal vez
organizada en secuencias silábicas, y dotada de un patrón acentual.
2. Una representación ortográfica, compuesta por una secuencia de letras con rasgos
visuales.
3. Una representación morfológica , que refleja la estructura formal de la palabra y, en
algunos casos, su categoría gramatical.
4. Una representación sintáctica, que establece la naturaleza categorial de la entrada léxica
y los contextos en los que puede figurar.
5. Una representación significativa, que consiste en una serie de rasgos primitivo s
semánticos o en un enunciado que constituye su definición.
6. Una lista de términos o conceptos asociados a la entrada léxica en virtud de su
significado, i.e. un campo asociativo.
2.3.3. La comprensión de oraciones
Una vez recuperado el significado de la palabra es necesario, para llegar a entender el
mensaje producido, asociar o combinar los significados léxicos individuales en unidades
complejas, las oraciones. El acceso al significado de las palabras que configuran las oraciones es,
empero, condición necesaria pero no suficiente para llegar a alcanzar el significado de la oración.
En efecto, para llegar a comprender el significado de un oración como (1) es necesario no sólo
sumar al significado de 'niña' el de 'comprar' y el de 'libro', sino que es preciso identificar quién
compraba y qué era comprado; esto es, se trata de elaborar una representación mental del
contenido proposicional de los mensajes:
(1) La niña compra el libro
Se tendrá así una representación que especificará los predicados, eventos o estados descritos
por la oración, y los argumentos o papeles que desempeñan las entidades participantes o
implicadas en tales eventos o estados . Sin embargo, deberá tenerse en cuenta que el proceso de
asignación de papeles temáticos o argumentos no puede separarse de aquel otro mediante el cual
se asigna una función a los elementos que constituyen la oración y que la estructuran. Cabe
advertir, además, que el significado de los mensajes no se agota en la mera interpretación
semántica ni en la asignación de determinadas funciones sintácticas a tal o cual elemento, sino
que, como se vio más arriba, hay que tener en cuenta que el lenguaje es un intercambio de
intenciones entre los interlocutores, lo que quiere decir que en el proceso interpretativo de las
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oraciones es insoslayable el componente pragmático , la fuerza ilocutiva del mensaje que se ha


producido y que se pretende descifrar. Para que la comprensión sea efectiva, por último, es
necesario que los interlocutores compartan, además de un código lingüístico común, un
repertorio de conocimientos extralingüísticos que se refieren al discurso, a la situación y a los
estados mentales de los propios interlocutores.
La comprensión de oraciones se compone, pues, de dos procesos paralelos: el análisis
sintáctico y la interpretación semántica. El primero de ellos se puede definir como "un proceso
cognitivo que consiste en asignar una estructura de constituyentes a la oración" (Belinchón et al.
1992:418). El segundo se caracteriza como el proceso de asignación de papeles temáticos a los
constituyentes oracionales con el objeto de obtener la representación proposicional de una
oración:
Mientras que el análisis sintáctico consiste en la asignación de categorías gramaticales y de rela-
ciones estructurales a los constituyentes de la oración (al margen del significado de tales constitu-
yentes), la interpretación consiste en la integración de información suministrada por los propios
constituyentes y por las dependencias estructurales que existen entre ellos en una representación
interna de los sucesos descritos en la oración (Altmann ; apudBelinchón et al. 1992:418).
Esta hipótesis postula, como se ha podido ver, que los procesos de asignación de una
determinada estructura a una oración son independientes de la interpretación semántica. Entre los
autores, sin embargo, no hay unanimidad al respecto: algunas teorías defienden que la
interpretación semántica puede lograrse sin el proceso de análisis sintáctico, es el caso, por
ejemplo de la teoría de la dependencia conceptual postulada por Schank. Dicho autor considera
que la representación proposicional de una oración se obtiene exclusivamente mediante la
interpretación semántica, prescindiendo de la sintaxis: a partir de las relaciones conceptuales que
se establecen entre los elementos que forman un enunciado y a partir de las estrategias
inferenciales que completan la representación proposicional que otorga significado al enunciado.
Otras teorías (Marslen-Wilson; Tyler y Marslen-Wilson) no llegan a prescindir por entero de los
procesos de análisis sintáctico, sino que consideran que ciertas propiedades semánticas ejercen
una influencia decisiva sobre las decisiones operadas por el analizador sintáctico a la hora de
establecer la estructura de la oración. Para llegar a comprender una secuencia oracional, el
primero de los pasos relativo al significado es la interpretación de las unidades léxicas que
componen tal secuencia. Los siguientes pasos en el proceso interpretativo pueden enunciarse de
una forma muy esquemática como:
1. Segmentación. Supone determinar las fronteras entre las unidades estructurales que
componen los enunciados -oraciones y sintagmas-, agrupando las palabras que forman cada
una de estas unidades. Así se propone en los ejemplos que se contienen en (2) (donde <>
representa la frontera entre sintagmas y [ ] la frontera enunciativa):
(2) a. La niña compra el libro.
b. [<La niña> <compra> <el libro>J.
2. Asignación de papeles estructurales. Esta operación supone, por un lado, reconocer la catego-
ría gramatical a la que pertenece cada uno de los elementos que componen los sintagmas para
establecer la identidad de estos (SN, SV, S. Adj ...). De otro lado, esta operación sirve para
identificar la función sintáctica que desempeñan cada uno de los constituyentes en la
estructura de la oración:
(3) [<La nifia SN> <compra V> <el libro SN>SV>O]
3. Establecimiento de dependencias. Mediante este proceso reconstruimo s la estructura
jerárquica de los constituyentes sintácticos manifestados en (3):

9
Tema 31. La comprensión y expresión de textos orales. Bases lingüísticas , psicológicas y pedagógicas

(4)
o
SN sv
Det N V SN
Det N
La niña compra el libro
4. Acoplamiento sintáctico-semántico. El proceso consiste en la búsqueda de correspondencias
entre los papeles sintácticos y los temáticos. Este paso es el último en el proceso de análisis
sintáctico, ya que implica la transformación de la representación estructural de la oración
(sintaxis) en una representación conceptual. Teniendo en cuenta, pues, el ejemplo que se
contiene en (2), tendríamos un SN "la niña" en función de SUJ, que cumple el papel temático
de AG; un SN "el libro" que desempeña función sintáctica de CDIR y la semántica de OBJ ....
5. Construcción de la representación proposicional de la oración . Para llegar a comprender
adecuadamente el significado de una oración y para llegar a integrarla en el contexto
discursivo es necesario incorporar a la representación proposicional determinadas
informaciones que no se encuentran explícitamente en ellas. Obsérvese, por ejemplo, que si
tomamos una oración como (5a), en la que no se especifica el instrumento con el que se
cortaba el pan, puede resultar completamente natural añadir a (5a) la oración contenida en
(5b), de lo que podría resultar (5c-e), etc. Tal naturalidad resulta de la circunstancia que en
(5a) hay una información que, aunque no está explícita, forma parte de la representación
semántica de la oración: el verbo cortar lleva incorporada en su información semántica un
instrumento -cuchillo, bisturí, tijeras, manos ... -:
(5)
a. El niño cortaba el pan.
b. El cuchillo estaba sucio.
c. El niño cortaba el pan. El cuchillo estaba sucio.
d. El niño cortaba el pan con el cuchillo sucio.
e. El niño cortaba el pan, aunque / a pesar de que / pero ... el cuchillo estaba sucio.
2.3.4. La comprensión del discurso
La comprensión de un texto pasa por incluir en el proceso de interpretación un nivel
supraoracional, que contiene las propiedades específicas y las leyes compositivas propias de los
discursos. El discurso, el texto, se define por la coherencia, coherencia que no depende sólo de la
forma y del significado de las oraciones que lo constituyen, sino que el texto resulta de leyes o de
reglas compositivas a partir de las cuales se transmiten las ideas y las intenciones. Estas ideas e
intenciones sobrepasan el plano oracional y, como se indicó más arriba, no siempre se
encuentran explícitas en las secuencias oracionales. En el proceso de comprensión del discurso
interviene , por ello, un fuerte componente inferencial. Podemos señalar, pues, que la
interpretación de cualquier discurso supone, en primer lugar, la extracción de una serie de
inferencias a partir de un conjunto de oraciones y, en segundo lugar, la elaboración de un
entramado de intenciones en virtud de las ideas o proposiciones. Como ha quedado dicho, debe
tenerse en cuenta que las ideas o proposiciones no tienen por qué suponer una proyección
biunívoca de las oraciones , en tanto que no tienen por qué coincidir con los límites oracionales y
en tanto que no siempre las ideas o proposiciones están representadas explícitamente en la
oración.
En el discurso, en una situación comunicativa normal, no se hacen explícitas todas las ideas
necesarias para su comprensión, sino que se suponen un alto número de ellas. Por esta razón, es
clarificadora la afirmación de que el valor de cualquier unidad del discurso se deriva de un
compromiso entre lo explícito y lo que queda implícito. Las unidades lingüísticas explícitas son

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Tema 31. La comprensión y expresión de textos orales. Bases lingüísticas , psicológicas y pedagógicas

un mecanismo de acceso a los significados y a las ideas que se sugieren y a las que quedan
tácitas. El compromiso entre lo tácito y lo explícito es el principio fundamental elaborado por
Grice (1975), llamado de cooperación.
El discurso se define, desde este punto de vista, como una actividad cooperativa entre los
interlocutores. Los supuestos que se siguen de este principio son los de:
a) relevancia ;
b) economía
c) coherencia.
Estos principios explican por qué no hay que decir todo lo estrictamente requerido para
comprender el discurso y por qué no se hacen explícitas todas las ideas que deben intervenir en
su comprensión. Comprender un discurso no consiste sólo en detectar las ideas que contiene y
establecer la coherencia que se manifiesta entre ellas, sino que la comprensión de un texto es un
proceso activo que se basa en el supuesto de que los discursos tienen un significado global, un
tema, que no consiste en la mera operación de sumar las ideas extraídas de cada una de las
proposiciones que el texto contiene Es cierto que el "fundamento" o la "esencia" de un texto
puede extraerse de las ideas particulares pero no exclusivamente de ellas, sino también de
nuestro conocimiento del mundo y del esquema que configura el propio texto. A lo largo del
proceso de comprensión del texto, las ideas se s,ometen a tres procesos: depuración , abstracción y
elaboración, que permiten asignar al texto una coherencia global, un terna. Obsérvese, por
ejemplo, que mientras que las oraciones que se contienen en (6) están conectadas mediante la
repetición de argumentos, el texto no es coherente y ello a pesar de que las oraciones, corno
acabamos de indicar, están relacionadas entre sí:
(6) María soñaba con ver a Juan. A Juan lo atropello un coche el año pasado. El coche de Juan era azul.
El azul es uno de los colores de la bandera francesa.
Para explicar la comprensión del discurso es necesario , pues, recurrir a dos supuestos
esenciales:
1. Los textos y los discursos se organizan en torno a ideas esenciales que corresponden a
unidades globales de significado. Estas ideas, sin embargo, no es posible reducirlas a otras
más pequeñas, como los rasgos semánticos -por ejemplo-. Estas ideas , no obstante, nos sirven
como mecanismo de acceso a un conjunto de conocimientos sobre el mundo que guían
nuestro proceso de comprensión.
2. Una parte importante de la comprensión del discurso consiste en otorgarle coherencia global
a los textos y discursos.
Psicológicamente , la explicitación del tema de un discurso facilita su comprensión y su
recuerdo.
2.4. LA PRODUCCIÓN DEL HABLA
A la hora del análisis de los procesos de producción del mensaje podemos indicar que la
actividad de hablar se basa, en un primer momento , en un proceso cognitivo-motivacional que
no es exclusivo de la actividad lingüística. Pero parece claro que para poner a disposición de los
otros nuestra experiencia emotiva o intelectiva no basta con utilizar combinaciones de signos ,
sino que estas combinaciones de signos, que ha codificado el hablante , deben poder ser
interpretadas, descifradas o descodificadas adecuadamente por los interlocutores . Generalmente,
cuando los individuos se comunican mediante el lenguaje construyen oraciones con significado
y gramaticalmente aceptables , y no meras combinaciones azarosas de palabras. Pero la actividad
que llamamos habla es, además de un proceso cognitivo y lingüístico , una actividad instrumental
y de interacción social, por ello la producción del lenguaje ha de ser considerada como un
proceso comunicativo con repercusiones sociales , que se ve fuertemente condicionado por:

11
Tema 31. La comprensión y expresión de textos orales. Bases lingüisticas, psicológicas y pedagógicas

a) factores pragmáticos -por ejemplo, por los objetivos e intenciones comunicativas de los
hablantes-;
b) el contexto social en el que tiene lugar el acto de habla;
c) el conocimiento y los supuestos que los interlocutores tienen sobre sí mismos;
d) los contenidos significados en el discurso previo.
Desde el punto de vista de la psicología científica, el proceso de producción lingüística ha
sido considerado de muy diversas maneras:
1. Durante la década de los cincuenta, los investigadores, influidos fuertemente por las teorías
asociacionistas, consideraron la producción verbal como a) un proceso markoviano en el que
la selección de palabras durante la emisión de los mensajes viene determinada especialmente
por su probabilidad asociativa, esto es por la probabilidad de aparición con respecto a las
palabras precedentes en tal emisión; b) como una conducta operante cuya realización podía
ser explicada por los mismos principios que explicarían el aprendizaje y el mantenimiento de
otras conductas no verbales .
2. En los sesenta, la producción del lenguaje se interpretó como un proceso de transformación
de las estructuras profundas en estructuras superficiales, al mismo tiempo que las reglas
gramaticales que se describían en las gramáticas generativas fueron consideradas como
notaciones útiles para la explicación psicológica del proceso de producción verbal.
3. En la década de los setenta, el interés de los investigadores se centró en el análisis de los tipos
de representaciones y los mecanismos de cómputo que subyacen en la producción del
lenguaje, así como en el desarrollo de programas de investigación empírica basados en la
observación del habla espontánea.
4. En la década de los ochenta el análisis de la producción del lenguaje se ha centrado en el
estudio de procesos como los de lexicalización y organización fonológica de los mensajes.
La mayor parte de las teorías encuadradas en estas corrientes ha pretendido diferenciar
distintas fases en la producción de los mensajes, fases que podrían definirse en virtud de la
intervención en ellas de la conciencia. Uno de estos modelos explicativos es el de Levlet, que
establece las siguientes fases: ·
l. Fase de planificación o conceptualización. En esta fase los individuos seleccionan el
contenido comunicativo de su mensaje que quieren comunicar a su/s interlocutor /es. Esta
primera fase engloba una serie de procesos o de actividades de carácter intencional, que no
han de ser necesariamente conscientes. Estos procesos implican la selección del contenido, la
selección de la información relevante y su ordenación en el mensaje. El resultado es un
paquete de información al que se suele denominar mensaje pre-lingüístico.
2. Fase de codificación o de formulación lingüística. Esta fase , en la que la información
seleccionada se traduce a un formato lingüístico, da comienzo antes de que el mensaje
prelingüístico se -haya definido completamente. En este periodo el sistema cognitivo elabora
una primera representación la forma lingüística del mensaje, por lo que implica la utilización
de una lengua y de una gramática concretas.
3. Fase de articulación. Es Laúltima fase en el proceso de producción del mensaje y necesaria
en el caso de que el mensaje vaya dirigido a un receptor, aunque es prescindible si el mensaje
forma parte de nuestro lenguaje interno, es decir, si el mensaje va dirigido a nosotros mismos.
Las representaciones lingüísticas que configuran el plan fonético son traducidas , también en
esta fase, a un código o plan motor, que especifica y pone en marcha la serie de movimientos
que han de realizar los órganos implicados en la realización efectiva del mensaje , en su
articulación .

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Tema 31. La comprensióny expresiónde textos orales. Baseslingüísticas,psicológicasy pedagógicas

De la especificación realizada de estas tres fases se deduce que en la producción de un


mensaje intervienen componentes muy diversos -comunicativos, conceptuales, gramaticales y
motores-, por ello la discusión entre los investigadores se ha centrado especialmente en dilucidar
cuáles de estos componentes deben ser incorporados a una teoría psicolingüística. El influjo que
ejerció en los primeros psicolingüistas la gramática generativa chomskyana condujo a que el
estudio empírico de la producción verbal se centrara en la producción de oraciones individuales,
lo que permitió a los investigadores concentrar su atención en el análisis de mensajes
relativamente independientes del contexto.
A partir de los años setenta, con los avances de la lingüística textual y con el progresivo
interés mostrado por los psicólogos, se produjo un interés creciente por la elaboración de
modelos de producción de secuencias multioracionales o discursos. En las últimas décadas, no
obstante, ha habido una producción considerablemente más abundante de trabajos dedicados a la
investigación de la producción de oraciones que dedicados a la investigación de un conjunto de
ellas, ello ha sido debido a la hipótesis formulada por Garret. Este supuesto sugiere que las
operaciones implicadas en la construcción de las oraciones no se modifican en el caso de que se
emita una oración o un conjunto de ellas. Una posición encontrada es la de Van Dijk, que
considera que la necesidad de encadenar oraciones en un discurso conlleva operaciones y tipos
de información que en ningún caso quedan recogidos en los modelos explicativos de las simples
oraciones.
2.4.1. La planificación conceptual y la codificación lingüística
Tal y como quedó expuesto más arriba, en la producción de un mensaje cabe contemplar tres
fases, la primera de ellas es la planificación conceptual. Esta primera fase, como se indicó allí
mismo, está -desde una perspectiva cognitiva- desligada de las operaciones estrictamente lin-
güísticas, puesto que no implica la utilización de un conocimiento gramatical; sí que implica , en
cambio, una serie de operaciones conceptuales, como la concepción por parte del sujeto de un
cierto significado -entendido este como una representación sobre un determinado estado de cosas
en el mundo- y de una intención comunicativa. Estas operaciones conceptuales deben ser
codificadas, en una fase posterior, en un mensaje lingüístico y, para que la comunicación sea
eficaz, el significado y la intención comunicativa deben poder ser identificados y reconocidos
por el interlocutor a partir del análisis de la cadena hablada.
Algunos investigadores -entre ellos Levelt- han señalado diversas fases en la planificación
conceptual (Cf. Belinchón et al. 1992: cap. 12):
1. Procesos de macroplanificación. Estos procesos incluyen fases de elaboración del discurso
global -son responsables, por tanto, de la selección de los contenidos globales de los
discursos y del estilo retórico- , de la definición de los contenidos semánticos y pragmáticos
de los grupos de enunciados individuales del discurso y de su orden o posición relativa en la
secuencia discursiva.
2. Procesos de microplanificación. Se aplican a la construcción de enunciados individuales y
son los responsables de otras fases en las que se determina la forma lingüística específica de
los referentes de la oración, la perspectiva en la que los núcleos temáticos se deben presentar ,
la actitud del hablante ante el contenido de su mensaje , la posición de las palabras en la
oración y el tiempo y el modo verbales requeridos .
El resultado final de estos procesos se denomina mensaje preverbal de la oración y se
corresponde con la llamada estructura profunda de la GGT.
Un modelo explicativo un tanto divergente es el propuesto por Schlesingeren un trabajo
anterior al de Levelt. En la terminología de este autor, las representaciones o mensajes
preverbales se denominan marcadores de entrada. Tales marcadores están compuestos por
unidades protoverbales, relativas a elementos y a relaciones entre elementos. Estas

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· Tema 31. La comprensión y expresión de textos orales. Bases lingüísticas, psicológicas y pedagógicas

representaciones se transforman en oraciones mediante la aplicación, por parte del hablante, de


reglas de realización , similares a las propuestas por la GGT, aunque distintas, ya que las de
realización se aplican sobre los elementos individuales de los mensajes; esto implica que la
codificación lingüística de las oraciones es un proceso serial que exige la transformación uno a
uno de los elementos que constituyen los marcadores de entrada en componentes lingüísticos. El
modelo de Schlesinger incluye, pues , reglas gramaticales cuyo empleo permite al hablante
realizar de manera eficaz los siguientes procesos de codificación, implicados con la fase
de formulación lingüística:
1. Encontrar un ítem léxico apropiado para cada elemento protoverbal. Este proceso se
denomina de lexicalización e implica la utilización o el acceso al léxico interno.
2. Asignar una categoría gramatical a cada elemento protoverbal. Esta segunda regla junto con
la tercera y la cuarta se denominan reglas de relación, a pesar de que la regla 4 se ejecuta
mediante la aplicación de las llamadas reglas de concordancia que, en teoría, se aplican tras
las de relación.
3. Asignar una posición relativa a cada elemento protoverbal.
4. Introducir afijos flexivos y términos funcionales.
5. Imponer un contorno de entonación adecuado. El proceso se denomina regla de entonación.
6. Convertir la secuencia generada por las reglas 1-4 en una forma propiamente fonológica que
pueda servir como base para la articulación. Este proceso recibe la denominación de reglas
fonológicas.
Finalmente podemos destacar que los procesos más relevantes de la formulación son la
codificación gramatical del mensaje y la recuperación de sus piezas léxicas.
2.4.2. La codificación fonético-fonológica
Una vez elaborada la representación gramatical del enunciado es necesario construir una
representación de la secuencia de sonidos que lo constituyen para convertir, más tarde, esa
representación fonética en un conjunto de órdenes articulatorias dispuestas para su ejecución por
los órganos del tracto vocal. La producción de un enunciado lingüístico prosigue , pues, con la
formulación de un plan fonético de los fragmentos que constituyen la representación gramatical
y concluye con la elaboración y ejecución de un plan motor que especifica la secuencia de
movimientos articulatorios que son necesarios para producir los sonidos del habla. La
representación fonética de un enunciado está constituida por los siguientes niveles:
1. Nivel morfosintáctico , relativo a la organización del mensaje en morfemas, sintagmas y
oraciones.
2. Nivel prosódico , referente al contorno de entonación de la emisión.
3. Nivel métrico, relativo a la distribución de las sílabas tónicas y átonas.
4. Nivel silábico, que refleja la estructura de agrupamiento de las unidades fonémicas del
enunciado.
5. Nivel de distribución secuencial, que representa las unidades temporales en que se divide la
cadena hablada.
6. Nivel segmental, que expresa la secuencia de unidades fonéticas asociadas a movimientos
articulatorios.
El último de los componentes que participa en la producción del habla es el articulador. Con
esta denominación se hace referencia a un conjunto de estructuras y de procesos cuya función
primordial es, como quedó dicho más arriba, la transformación del plan fonético de la oración en

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Tema 31. La comprensión y expresión de textos orales. Bases lingüísticas , psicológicas y pedagógicas

una serie coordinada de órdenes motoras. La actividad de producción del habla implica la puesta
en movimiento de un sistema motor caracterizado, por un lado , por su complejidad -este sistema
se encuentra constituido por un centenar de músculos distintos que se organizan en tres grandes
sistemas anatómicos: el sistema respiratorio subg lótico, el sistema laríngeo y el tracto vocal
supralaringeo- y, por otro, por la alta velocidad con la que opera.
2.4.3. La producción del discurso y la conversación
La producción verbal, que está ligada genéticamente a la construcción de intenciones
comunicativas, tiene su forma más genuina, como actividad lingüística, en el intercambio de
series coordinadas de emisiones lingüísticas producidas por uno o varios interlocutores, lo que
conocemos generalmente con el nombre de conversaciones. La lingüística cognitiva contempla
el uso comunicativo del lenguaje como una forma de conducta que presenta dos características:
por un lado, tal conducta implica la elaboración de enunciados gramaticales, lo que supone que
el hablante es competente lingüísticamente; de otro, estos enunciados suelen constituir
secuencias aceptables en relación con los objetivos del intercambio comunicativo en el que se
produce. En este sentido, pues, cabe asumir que:
a) cualquier discurso, por su carácter comunicativo, puede interpretarse como una forma de
conversación;
b) cualquier conversación o discurso puede ser considerado como un monólogo o como un
diálogo;
c) los monólogos y los diálogos pueden desarrollarse tanto en la modalidad oral como en la
modalidad escrita.
En la caracterización psicológica del discurso la primera idea que es necesario destacar es la
de que el discurso tiene un carácter intencional , es producido "para algo". De esta idea primaria
se sigue una no menos importante : la de que para que la comunicación sea eficaz el objetivo o
los objetivos que subyacen en el discurso deben ser reconocidos como tales por el/ los
interlocutor/es. Esta circunstancia obliga a interpretar la producción de los discursos y de las
conversaciones no sólo como una forma de actividad intencional sino también como una forma
de actividad cooperativa. De hecho, desde los años setenta, los filósofos del lenguaje han
interpretado esta actividad cooperativa como un principio regulador de las estrategias
comunicativas de los hablantes y de los oyentes. Recuérdese, en este sentido, que hemos
señalado y señalaremos también más abajo que la conversación es básicamente un actividad de
cooperación.
El reconocimiento de la intención comunicativa del hablante por parte del oyente se ve
facilitado por la existencia de un cierto conocimiento que comporten ambos y que, entre otros
componentes, incluye el conocimiento de un mismo contexto social y fisico. En las explicaciones
psicológicas de la producción del lenguaje ha cobrado una especial fuerza la idea, desarrollada
por el lingüista francés Benveniste, de que la realización del discurso implica siempre un acto de
enunciación (i.e. un acto de presentación lingüística de sí mismo, en tanto que un sujeto -el
hablante- realiza su acción lingüística en unas coordenadas espacio-temporales y con una actitud
concretas) . La información que se refiere a tal presentación se marca lingüísticamente en los
textos mediante los llamados términos deícticos-pronombres personales, demostrativos,
morfemas del verbo, etc .-, así como a través de las modalidades de los enunciados.
Por último, podemos subrayar que los discursos no cabe interpretarlos como emisiones
sucesivas de enunciados inconexos, sino que la posibilidad de que una secuencia de emisiones
lingüísticas pueda ser interpretada como un texto se deriva de la presencia en su estructura
constitutiva de una serie de mecanismos lingüísticos que relacionan y conectan unas oraciones
con otras. En las últimas décadas, los teóricos han comprobado, mediante programas de
simulación de la producción de discursos y de conversaciones, la validez psicológica de la

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Tema 31. La comprensión y expresión de textos orales. Bases lingüísticas, psicológicas y pedagógicas

mayoría de los tipos de conocimiento que se presentan a continuación y que contribuyen a la


producción de mensajes comunicativos coherentes y/o adecuados:
1. Conocimiento de los procedimientos de selección y jerarquización de intenciones u objetivos
comunicativos y procedimientos para elaborar, implementar y revisar planes orientados a
metas.
2. Modelo de oyente ( o teoría de la mente del interlocutor) y conocimiento de procedimientos
para predecir la actividad de los interlocutores y regular el propio discurso atendiendo a
dichas predicciones.
3. Conocimiento del "conocimiento mutuamente manifiesto" o "conocimiento común" con los
interlocutores que fundamente el cálculo eficaz de las condiciones de relevancia de las
contribuciones al discurso.
4. Modelo del discurso previo y conocimiento de los procedimientos que permiten regular el
contenido informativo del discurso (equilibrio entre la información nueva y la dada).
5. Modelo del contexto pragmático o situación concreta en que se desarrolla el discurso.
6. Conocimiento de los principios conversacionales que regulan los intercambios
comunicativos.
7. Conocimiento de los formatos textuales básicos (narrativo, expositivo, etc.) y de sus
correspondientes macroestructuras.
8. Conocimiento de los procedimientos que permiten mantener la textualidad (coherencia lineal
y global) entre las unidades del texto.
9. Procedimientos para recuperar y reutilizar conocimiento adquirido previamente a partir de
textos .
1O.Procedimientos para evaluar y manejar situaciones mediante el uso de textos lingüísticos.
11. Procedimientos para mantener el discurso a pesar de las discrepancias, discontinuidades,
ambigüedades y ocurrencias no esperadas que puedan producirse.

3. BASES LINGÜÍSTICAS
Como se ha venido repitiendo a lo largo de este temario, el LNH es primordialmente oral, el
medio de realización, pues, en el que esta capacidad se realiza , conocido como oralidad, es
natural , consustancial y constitutivo del ser humano. A diferencia de lo oral, la modalidad de la
escritura no es universal, sino que es un invento del ser humano , se aprende como un
procedimiento artificial y se emp lean en su producción elementos que sustituyen a los órganos
del habla. Con esta primera distinción entre oralidad y escritura estamos estableciendo una
diferencia entre dos modalidades de realización del lenguaje natural humano. Antes de
adentrarnos, sin embargo, en una presentación de las características de lo oral, de los tipos de
discurso que realizan con la modalidad oral, etc., conviene que atendamos a otras distinciones
que nos ayudarán a comprender la exposición que sigue.
Sabido es que las lenguas no son homogéneas sino que en ellas se pueden establecer distintos
tipos de variedades:
l. Variedades dialectales, geográficas o diatópicas (dialectos) .
2. Variedades sociales o diastráticas (variedades sociolingüísticas).
3. Variedades situacionales o diafásicas (registros).
Estos tres tipos de variedades -dialectales, diastráticas y diafásicas- se manifiestan, como
veremos más abajo, en mayor o menor medida en los textos orales. La tercera de estas

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Tema 31. La comprensión y expresión de textos orales. Bases lingüísticas, psicológicas y pedagógicas

variedades, la variedad situacional o diafásica, está, a diferencia de los otros dos tipos de
variedades -asociadas con las características de los usuarios- , relacionada con la situación o con
el contexto comunicativo, esto es, con la situación o con el contexto en el que se produce la
comunicación. El contexto comunicativo marca y determina tanto la conducta lingüística como
la extralingüística de los hablantes, de manera que estos se esfuerzan en acomodar en mayor o
menor grado sus actos comunicativos a la situación precisa en la que tienen lugar, empleando,
pues, un registro u otro. El registro es, desde esta perspectiva, una variedad funcional de la
lengua incluida en lo que se ha llamado variación diafásica.
En cuanto a los tipos de registros que pueden distinguirse podemos diferenciar, como
opuestos en dos extremos imaginarios, el registro formal o el informal, llamado este último
también coloquial. La distinción entre estos dos tipos viene marcada por varios factores que,
según Briz (1998:26) se pueden concretar en:
1. La relación de proximidad entre los participantes.
2. Su saber y experiencia compartidos, que posibilitan la existencia de una serie de
conocimientos y de presuposiciones que comparten.
3. La cotidianidad del tema.
4. El grado de planificación de la comunicación.
5. La finalidad que se persigue con la comunicación: interpersonal, transaccional o estético-
estilística
Entre ambos extremos, esto es, entre el registro formal y el registro infonnal-coloquial, se
sitúan una serie de registros a los que podemos denominar intermedios. Tanto el registro formal
como el informal pueden manifestarse en lo oral -en lo hablado- y en lo escrito - lo representado
gráficamente. En determinados estudios, sin embargo, se ha producido una identificación entre lo
oral, uno de los medios de realización del LNH, con una de sus manifestaciones, la oral
coloquial o informal, pues, como hemos visto más arriba, también tenemos la modalidad oral
formal y, entre una y otra, toda una serie de realizaciones intermedias. Conviene, pues,
desestimar la identificación de lo oral y de lo informal o coloquial. Conviene también desechar la
identificación de lo oral con la conversación y, por ende, de lo coloquial-informal, pues la
conversación es un tipo de discurso, una forma de realización discursiva . De hecho hay
conversaciones, las entrevistas de trabajo -por ejemplo-, en las que se produce un alto grado de
formalidad. Cabe advertir, por último, que en una misma situación comunicativa los usuarios
pueden cambiar de registro.
3.1. LA ENUNCIACIÓN ORAL
Más arriba se ha indicado que es el habla el mecanismo que permite al hombre la interacción
con el medio y con otros seres humanos. Esta función, que comparten la lengua oral y la lengua
escrita, es la función social fundamental de la oralidad, que se constituye en un mecanismo que
permite las relaciones sociales. Esta modalidad ha cumplido también un lugar muy importante en
la vida pública -son difíciles de imaginar sin la palabra hablada actos sociales como los oficios
religiosos, la enseñanza, la juridisprudencia, etc.- y es la modalidad en la que se fundamentan
algunas actividades lúdicas y estéticas -como es sabido, los mitos, las canciones y cuentos
populares, las leyendas ..., tienen su origen en las manifestacion es orales del lenguaje. La
situación de enunciación oral prototípica se caracteriza básicamente , según Calsamiglia y Tusón,
por los siguientes rasgos:
1. Por la participación simultánea de las personas que intervienen en la comunicación.
2. Por la presencia simultánea de los interlocutores, que comparten un mismo espacio y un
mismo tiempo cronológico. Ha de tenerse en cuenta, sin embargo, que con los avances
tecnológicos , la inmediatez fisica no es un requisito sine qua non. Los avances técnicos han
condicionado también que el canal por el que pueda discurrir el habla no sea exclusivamente

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Tema 31. La comprensión y expresión de textos orales. Bases lingüísticas, psicológicas y pedagógicas

el aire, como ocurre, por ejemplo, en una conversación telefónica, en una emisión en la que
se emplean ordenadores, etc.
3. Por el hecho de que los interlocutores ponen en juego en la interacción una relación
interpersonal basada en sus características psicosociales.
3.2. DISCURS OS ORALES
La conversación espontánea es la forma primaria y universal de realización de la oralidad (Tu
son 1995), es la manifestación prototípica de lo oral y, en palabras de Levinson (1983:271) es
"claramente la manera prototípica de usar el lenguaje". Kerbrat-Orecchioni (1996:8) ha definido
como sigue la conversación, estableciendo, así, algunas de sus características básicas sobre las
que, no obstante, habremos de volver más abajo:
Así lo característico de la conversación es el hecho de implicar un número relativamente restringido de
participantes, cuyos papeles no están predeterminados, que gozan todos en principio de los mismos
derechos y deberes (la interacción es un tipo 'simétrico' e 'igualitario') y que tienen como única
finalidad confesada el placer de conversar; tiene, en fin, un carácter familiar e improvisado: los temas
que se abordan, la duración del intercambio o el orden de los turnos de palabra se determina paso a
paso, de forma relativamente libre -relativamente, pues [...] incluso las conversaciones aparentemente
más anárquicas obedecen de hecho a ciertas reglas de fabricación, aunque dejan un margen de
maniobra claramente más amplio que otras formas más 'regladas' de intercambios comunicativos.
Pero junto a este tipo básico de realización discursiva, otros tipos de discurso tienen como
modo de realización la lengua oral. Un criterio válido para acercamos a una tipología de estos
tipos de textos orales puede ser su relación con las distintas actividades que tienen lugar en el
ámbito social. El cuadro que se propone en (7), en el que se tiene en cuenta esta doble
perspectiva, ha sido tomado de Calsamiglia y Tusón (2000:41):
(7)
ÁMBITO PRACTICAS DISCURSIVAS
Administrativo Interacciones en las ventanillas
Jurídico Interrogatorios, juicios
Religioso Sermones, rezos colectivos, cánticos, confesión
Político Mítines, arengas, debates, reuniones, congresos
Periodístico Noticiarios, reportajes , entrevistas
Literario Representaciones teatrales, canciones, cuentos
Científico Comunicación, ponencia, conferencia,
Médico Visita médica, reunión clínica
Académico Exámenes orales, clases, defensa de tesis
Instituciones y organizaciones Reuniones, cursos de formación
Publicitario Eslóganes, anuncios
Vida cotidiana Conversaciones, entrevistas
Algunas de estas prácticas discursivas pueden caracterizarse por la utilización de registros
diferentes, pero también pueden definirse por la relación que implican entre las personas que
intervienen en el acto oral. Así puede observarse en (8):
(8) De persona a persona
Entrevista
Consulta (médica, administrativa ...)
Transacción comercial (tienda, bar, taquilla, taxi ...)
Debate
Tertulia
Mesa redonda
Coloquio

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Tema 31. La comprensión y expresión de textos orales. Bases lingüísticas, psicológicas y pedagógicas

Examen oral
De persona a audiencia (± monologal)
Conferencia
Charla
Clase
Mitin
Sermón
Presentación (ponencia, comunicación)
Declaración
h. Discurso
Como decíamos más arriba, algunos de estos discursos están determinados por el empleo
ellos de un determinado tipo de registro. El registro sirve para definir la unidad comunicativa de
acuerdo, como indicamos más arriba, con la situación en la que se sitúa el hablante. Las distintas
situaciones comunicativas en las que se encuentra inmerso un hablante, como indican los autores
mencionados, hacen que este se encuentre también ante la tesitura de elegir elementos
lingüísticos-textuales adecuados a ese contexto comunicativo y situacional en el que se integra
Debe tenerse en cuenta, no obstante, que los registros no constituyen entidades en las que puedan
estable entre fronteras claras, sino que, como ya observábamos, se dan en un continuum: de lo
formal a lo informal o coloquial hay una serie de registros intermedios. Como se ha dicho más
arriba, en una misma situación comunicativa los usuarios pueden emplear distintos registros y
dicho cambio podrá implicar una falta de competencia por parte del hablante, un cambio de
situación, una intención de usar otro registro con una finalidad determinada etc.
Los factores situacionales que orientan y condicionan el uso lingüístico se conocen como
campo, tenor y modo. La combinación de estos tres factores propicia la construcción de un texto
adecuado a la situación comunicativa:
1. El campo hace referencia a la temática. Este factor situaciona l condiciona especialmente el
léxico empleado.
2. El tenor puede hacer referencia a las personas -personal-; a la relación que se establece entre
los interlocutores -interpersonal-; y a las intenciones comunicativas -funcional-: El tenor
personal, referido a la identidad de las personas, su posición y el grado de involucración que
muestran con el mensaje, condiciona el empleo de determinadas marcas personales y de
modalización: rasgos de despersonalización en la sintaxis -empleo de la tercera persona del
plural, del pronombre se, de fórmulas estereotipadas, de pasivas ...- o de personalización -
utilización de deícticos personales: pronombres, etc.- El tenor interpersonal puede
condicionar, por ejemplo, el empleo de determinadas fonnas de tratamiento. El tenor
funcional, por último, tiene repercusiones especialmente en el modo de organización global y
local del texto.
3. El campo es, por último, el factor situacional asociado a las formas de transmisión del
mensaje.
El registro sintetiza, como señalan Calsamiglia y Tusón (2000:330),
... diversas combinaciones de orden macrotcxtual y microtextual para dar como resultado una unidad
comunicativa que responde a una situación. Pese a lo que se podría esperar, ante la multiplicidad de
gentes y situaciones, en cada texto se muestran unas características que están lejos de ser arbitrarias;
[...] entre los 'rasgos de la situación' y las 'formas lingüísticas' se interpone lo que se llama 'funciones y
convenciones' , tradicione s de uso establecidas en las prácticas discursivas orales y escritas. Según esta
apreciación, a través del registro , el habla de los individuos se adapta y acomoda a los usos sociales.
Por ello, la competencia en el registro se basa en la familiaridad con situaciones diversas . La
participación en situaciones de comunicación variadas , de las más informales o las más formales , es la
clave del aumento del repertorio de registros de un hablante . La capacidad de seleccionar el registro

19
Tema 31. La comprensión y expresión de textos orales. Bases lingüísticas, psicológicas y pedagógicas

pertinente y la capacidad de variar de registro constituye una parte importante de la competencia


comunicativa.
3.3. LA CONVERSACIÓN
Briz (1998:42-43) ha caracterizado la conversación, frente a otros tipos de discurso s orales,
por los siguientes rasgos:
1. Interlocución en presencia. Se trata de un tipo de discurso que requiere la presencia de, al
menos, dos interlocutores, se trata de un tipo de discurso , pues, que se mantiene cara a cara.
A pesar de que, según lo señalado más arriba, también puede mantenerse una conversación
telefónica en la que los participantes aunque no comparten el mismo lugar físico, el mismo
lugar , sí que comparten el mismo tiempo cronológico.
2. La conversación es un tipo de discurso que se caracteriza por su inmediatez. La conversación
es inmediata, actual, se desarrolla en un aquí y en un ahora. Este rasgo nos permite diferenciar
la conversación de una emisión de mensajes como la que se produce en el telediario.
3. En tercer lugar, la conversación se caracteriza por el hecho de que la toma de turnos de los
participantes no está predeterminada de antemano, es espontánea. Este rasgo nos permite
diferenciar la conversación de otros tipos de discurso orales en los que los tumos de los
participantes están en mayor o medida predeterminado s como, por ejemplo, los debates , las
mesas redondas, los juicios, etc.
4. La conversación es dinámica. Como se acaba de decir, los participantes toman el turno de
manera no mediatizada, sin un plan previo. La toma de turnos por parte de los interlocutores
se puede producir, como veremos, bien de forma sucesiva o bien de forma simultánea. Este
dinamismo favorece una comunicación prolongada. El dinamismo conversacional diferencia
también a la conversación de otros tipos discursos en los que sólo interviene un participante,
como una ponencia o una conferencia en un congreso, cualquier discurso -los pregones, las
intervenciones parlamentarias ...
5. La conversación es un mecanismo comunicativo cooperativo, pues para que se produzca la
conversación, el intercambio , debe producirse también una cooperación entre los
interlocutores. La cooperación, en este sentido, tiene que ver tanto con el tema de la
conversación como con la intervención del resto de los interlocutores.
Estas características y otras, como la no fijeza de la duración de los turnos de palabras, de la
propia conversación, del tema , del número de hablantes que intervienen, etc., sugieren que las
conversaciones espontáneas son imprevisibles y que en ellas interviene, además, un alto
componente de improvisación. Pero estas características sugieren también que la conversación es
un mecanismo de negociación: los hablantes tienen que ponerse de acuerdo sobre todos los
aspectos que se refieren a la propia conversación que quieren mantener: su inicio y su fin, su
tema, el mantenimiento o el cambio de los papeles, de los turnos, el desarrollo del diálogo, etc.
3.3.1. Tipos de conversación
Para distinguir entre lo que Briz denomina conversación prototípica y conversaciones
periféricas hay que tener en cuenta una serie de rasgos, llamados situacionales o
coloquializadores. Estos rasgos se asocian a una determinada situación comunicativa y
favorecen el empleo del registro coloquial:
1. La relación de igualdad entre los interlocutores
2. La relación vivencia! de proximidad: el saber y la expenencia compartidos, las
presuposiciones comunes.
3. El marco discursivo familiar
4. La temática no especializada

20
Tema 31. La comprensión y expresión de textos orales. Bases lingüísticas, psicológicas y pedagógicas

Si en una conversac10n se dan estos cuatro rasgos situacionales o coloquializadores la


denominaremos conversación prototípica, si no presenta alguno de estos cuatros situacionales
pero alguno de los otros tres es capaz de nivelar o de salvar al que falta, entonces nos
encontraremos con una conversación periférica o intermedia.
3.3.2. Unidades conversacionales y solapamiento de intervenciones
Diferenciadas, así, las conversaciones prototípicas y las periféricas en virtud de la presencia /
ausencia en las mismas de alguno de los rasgos situacionales descritos más arriba, conviene hace
referencia, siquiera brevemente, a las unidades constitutivas de la conversación. En atención a si
en estas unidades participa un único interlocutor o varios podemos distinguir entre unidades
monologar y unidades dialogales:
1. Unidades inferiores, monologales:
1.1. Enunciado o acto de habla
1.2. Intervención.
2. Unidades superiores, dialogales:
l. Intercambio: Par adyacente.
2. Diálogo o interacción.
A un intercambio mínimo del tipo de los que se describen en (9), propuestos por Levinson
(1983:324), se denominaba;- adyacente:
(9) a. Saludo-saludo.
b. Invitación/ofrecimiento-aceptación o rechazo.
c. Petición-aceptación o rechazo.
d. Valoración-acuerdo o desacuerdo.
e. Pregunta-respuesta esperada o respuesta inesperada o no respuesta.
f. Acusación-negación o admisión.
La combinación de más de un intercambio sucesivo da lugar a la unidad superior, el diálogo
o interacción que está, por su parte, constituido por dos secuencias básicas, la de apertura o
inicio y la de cierre o de fin. Las particularidades por las que se caracteriza la conversación,
especialmente la alternancia de turnos no predeterminada , hace que la alternancia de turnos entre
varios interlocutores pueda producirse de forma sucesiva, pero también puede originar que la
intervención de un interlocutor sea simultánea a la de otro interlocutor, este fenómeno se conoce
como habla simultánea y se puede definir más precisamente como el tumo ocupado por dos o
más intervenciones superpuestas -producidas al mismo tiempo- por parte de distintos hablantes.
Generalmente se distinguen dos tipos de intervenciones solapadas: las de arranque simultáneo,
que se producen cuando dos o más .interlocutores comienzan a hablar al mismo tiempo, y las
intercaladas, que tienen lugar cuando la superposición , el solapamiento, se produce en medio de
la intervención de otro interlocutor.
3.3.3. Principios y máximas que regulan la conversación
En la conversación actúan también una serie de mecanismos, normas, principios, máximas o
reglas que regulan los intercambios de comunicación. Como se ha indicado a lo largo de este
tema, la conversación es una negociación entre dos o más interlocutores y, como negociación
que es, supone mantener una relación cooperativa regulada por las normas de conducta social,
llamadas máximas o principios de cortesía. El contexto o la situación comunicativa pueden, no
obstante, alterar los principios de pertinencia comunicativa, de adecuación a la situación ,
alteraciones que son, en muchas ocasiones , estratégicas . Pero conversar es también argumentar,
aportar argumentos con una intención, con un fin concreto; por ello hay que tener en cuenta,
como también quedó dicho más arriba, que lo que se dice puede coincidir o no con lo que se
quiere decir, de ahí que sea fundamental para que la conversación sea eficaz que el receptor

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Tema 31. La comprensión y expresión de textos orales. Bases lingüísticas, psicológicas y pedagógicas

interprete correctamente la intención del hablante, ya que si no la interpreta adecuadamente se


producirán los fracasos conversacionales.
El éxito y el fracaso de la relación entre las personas en los actos comunicativos constituye,
pues, un punto de estudio fundamental en el análisis de la interacción verbal. La mayor parte de
los estudios están de acuerdo en considerar que la comunicación supone un acuerdo básico entre
los sujetos que se comunican, de ahí que cobre una especial relevancia el llamado principio de
cooperación, postulado por Grice (1975):
Él ha dicho que p; no hay ninguna razón para suponer que no está observando las máximas , o al menos
el principio de cooperación; podría estar incumpliéndolas si pensase que q sabe (y sabe que yo sé que
él sabe) que yo me apercibo de la necesidad del supuesto de que piensa que q no ha hecho nada para
impedirme pensar que q; por lo tanto pretende que yo piense, o al menos desea hacerme posible que
piense, que q y consiguientemente ha implicado que q" (Grice 1975:521).
La regla o máxima de cooperación implica cuatro máximas o principios conversacionales.
Estas máximas o principios conversaciones están relacionadas especialmente con el modo o con
la manera en la que el hablante o el emisor debe llevar a cabo su intervención:
1. La primera de estas máximas se denomina de la cantidad. Mediante esta regla el interlocutor
que habla controla o regula la cantidad de la información que transmite. Esta máxima podría
enunciarse como:
a. "Haga usted que su contribución sea tan informativa como sea necesario -teniendo en
cuenta los objetivos de la conversación."
b. "No haga usted que su contribución resulte más informativa de lo necesario."
Así pues, la cantidad de información que se transmite debe ser una cantidad justa, que no
sobrepase o que no se quede sin llegar a la cantidad de información suficiente para que el
oyente pueda comprender con facilidad qué le está transmitiendo el otro interlocutor.
2. La segunda máxima es la de la cualidad. Esta máxima regula la falsedad o la veracidad de lo
que dice el hablante. Para que el oyente pueda comprender con claridad lo que se dice, el
hablante no debe decir cosas que no sean verdaderas, ni cosas de las que no tenga pruebas:
a. "No diga usted lo que crea que es falso."
b. "No diga usted aquello de lo cual carezca de pruebas adecuadas."
3. La tercera de las máximas conversacionales es la de la relación, que podríamos formular
como una ley que enunciara:
a. "Diga cosas pertinentes, que tengan relación con lo que se dice antes."
b. "Sea pertinente, vaya al grano."
La falta de pertinencia de lo que se dice puede destruir la comunicación y, en consecuencia,
la conversación.
4. La cuarta máxima es la máxima del modo o manera. Esta máxima regula la claridad de la
exposición, la concisión y el orden expositivo, y, por el contrario, desestima en los
intercambios comunicativos la ambigüedad expresiva:
a. "Evite la oscuridad."
b. "Evite la ambigüedad."
c. "Seabreve."
d. "Sea ordenado."
Según dicho autor, los hablantes y los oyentes durante las conversaciones se adhieren al
principio de cooperación y, por tanto, conocen y tratan de respetar las máximas
conversacionales. Además de estas máximas que se relacionan con el hablante o con el emisor,
en la conversación interviene, como se indicó más arriba, ¿[principio de cortesía, que se pone de

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Tema 31. La comprensión y expresión de textos orales. Bases lingüísticas, psicológicas y pedagógicas

manifiesto en otros seis principios o en otras seis máximas que tienen que ver especialmente con
los oyentes o receptores, aunque lógicamente el emisor está implicado. Estas reglas, que
complementan a las de cooperación, están relacionadas con el componente social, con la cortesía
que regula las actuaciones del individuo en sociedad:
l. La primera máxima es la del tacto, con ella se regula la no imposición del emisor al receptor.
Podríamos formularla diciendo; "No te impongas al receptor".
2. La segunda máxima es la de la generosidad, que se puede enunciar como "Dale opciones al
receptor, sé generoso con él, permítele que intervenga para que él también se pueda
comunicar".
3. La tercera máxima es la de la aprobación. Con ella se refuerzan los lazos comunicativos
entre los interlocutores.
4. La cuarta máxima es la de la modestia, que tiene una estrecha relación con la del tacto. La
máxima de modestia dice "Quítale importancia a tu propia contribución a la comunicación.
Minimízala".
5. y 6. La quinta y la sexta máximas están estrechamente relacionadas: son la de la unanimidad y
la de simpatía, estas máximas establecen el acuerdo con el otro.
Salta a la vista, sin embargo, que cuando intervenimos en una conversación no siempre nos
atenemos a todas estas máximas: no siempre es verdad todo lo que decimos, ni todo lo dicho es
pertinente, ni somos todo lo claro que deberíamos para que nuestra comunicación se comprenda
o simplemente para que la comunicación avance y, en muchas ocasiones, determinados actos de
habla pueden parecemos descorteses. Así pues, si la teoría de Grice (1975) pretende explicar
cómo funciona el mecanismo de la conversación, Sperber y Wilson (1986) pretenden explicar, a
partir de las teorías formuladas por el primero de los autores mencionados, cómo funcionan los
mecanismos cognitivos en la emisión y, sobre todo, en la interpretación de los enunciados. El
concepto de comunicación que tienen estos autores está basado en un modelo ostensivo-
inferencial. A través de la ostensión o mostración los hablantes llaman la atención de sus
interlocutores sobre alguna cosa, acción o situación para hacerles manifiesta su intención
comunicativas y a través del proceso inferencial el oyente construye una representación
pragmática de la intención comunicativa que el oyente cree que el hablante ha tratado de
trasmitirle al elaborar y proferir un determinado mensaje en la forma en la que lo hace.
( 1O)Es hora de levantarse.
La teoría aludida postula, pues, que cuando un hablante emite un enunciado como el que se
contiene en (10) no sólo pretende que su interlocutor repare en determinado aspecto de la
realidad , sino que podemos suponer que el hablante pretende , por ejemplo, que el oyente se
levante. El contenido infonnativo de tal mensaje no se agota en la mera decodificación, en la
asignación de una interpretación semántica a la estructura gramatical; en el reconocimiento, en
definitiva, del significado preposicional 'es hora de levantarse', sino que requiere un proceso
inferencial que le permite captar al oyente la intención sugerida por el hablante en su proceso
ostensivo
Tales tareas pueden quedar resumidas de una forma muy general en (11):
(11) Hablante . . . . . .. . . .. Oyente
Codificación Descodificación
Ostensión Inferencia
Por eso es necesario no perder de vista que los procesos de ostensión y de inferencia son
imprescindibles para entender correctamente un mensaje y que no basta exclusivamente con los
mecanismos de codificación y de decodificación . Si no se acierta o no se quiere acertar en las
inferencias se producirá lo que se ha venido denominando fracaso conversacional. El
reconocimiento correcto por parte del oyente del significado no literal que pretenden comunicar

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Tema 31. La comprensión y expresión de textos orales. Bases lingüísticas , psicológicas y pedag ógicas

los hablantes a través de sus aportaciones, sean verbales o no, exige, según Grice (1975) , la reali-
zación de distintos tipos de inferencias que permiten ir más allá de la información extraíble de
los datos lingüísticos. Tales inferencias son de dos tipos: explicaturas e implicaturas. Las
primeras son las inferencias semánticas que permiten , por ejemplo, desambiguar palabras,
identificar los referentes de las anáforas, etc. El segundo tipo de inferencias, las implicaturas,
suponen un especial tipo de razonamiento, la denominada lógica conversacional, que se apoya
en el principio de cooperación -ya explicado- entre los interlocutores. Se trata de un tipo especial
de razonamiento no analizable mediante la lógica formal.
Sperber y Wilson (1986), a diferencia de lo postulado en la teoría de Grice, consideran que la
comunicación ostensiva se apoya en lo que denominan el prin cipio de búsqueda de la
relevancia, que implica mecanismos formales de razonamiento deductivo. Este modelo supone
que los seres humanos están capacitados cognitivamente para interpretar enunciados a partir de
cadenas de inferencias. Un enunciado será pertinente o relevante, teniendo en cuenta los datos
contextuales en los que el mensaje se produce, si puede ser interpretado fácilmente y con efectos
contextuales que compensen el esfuerzo de interpretación . Un enunciado no será pertinente ni
relevante si, por el contrario , no se tienen datos que permitan interpretarlo o si incluye
información que, aunque conocida, no aporte nada, dado el contexto en el que se produce . Según
el principio de búsqueda de la relevancia , pues, el emisor tiende a seleccionar entre todos los
mensajes posibles aquel que pueda producir en su interlocutor los mayores efectos cognitivos
con el menor esfuerzo de procesamiento posible. Por su parte, el receptor , al oír un mensaje ,
tenderá a interpretarlo a partir del contexto cognitivo -esto es, a partir del conjunto de premisas
previas- que estime que le puede conducir a la interpretación más relevante , ya que, como
indican los citados autores , "todo acto de comunicación ostensiva comunica la presunción de su
propia relevancia" (Sperber y Wilson 1986: 158). La relevancia implica, pues , la utilización de un
mecanismo formal de razonamiento capaz de derivar implicaciones de la información nueva a
partir de la información ya conocida, y de comparar las premisas implicadas con las conocidas o
asumidas previamente.
Los procesos ostensivos-inferenciales debe ser claramente distinguidos de los procesos de
codificación y de decodificación, a pesar de que corresponden respectivamente a tareas propias
del hablante (codificación y ostensión) y del oyente (decodificación e inferencia). Los procesos
de codificación y decodificación se basan en el empleo de correspondencias entre señales y
mensajes para mencionar cosas, acciones o situaciones. Ha de tenerse en cuenta que el modelo
ostensivo -inferencial no sólo es aplicable a mensajes verbales, sino también a mensajes no
verbales. Piénsese, por ejemplo, que si un individuo emplea un periódico para abanicarse puede
estar indicando no sólo que tiene calor (significado literal o proposicional), sino que puede estar
sugiriendo (ostensión) que se abra una ventana, que se encienda el aire acondicionado o el
ventilador. La interpretación conecta de tal mensaje conllevará que el destinatario de tal mensaje
infiera la intención que ha pretendido comunicar el productor de ese mensaje .
3.4. CARACTERÍSTICAS DE LO ORAL
La dificultad que supone establecer unas características generales de lo oral o de la oralidad en
los tres niveles lingüísticos viene dada especialmente por el hecho de que dentro de este marco
de realización , "lo hablado" , se encuadran distintos tipos de discursos entre los que se pueden
apreciar diferencias notorias. Lo que sigue, pues , no debe contemplar se sino como una
generalización que como todas, pretende -por definición- obviar, en la medida de lo posible , los
rasgos atribuibles a cada uno de los tipos de discursos orales y, por ello, puede incurrir en la
simplificación excesiva.
3.4.1. Nivel fónico
Tal y como ha quedado mostrado desde hace largo tiempo en los estudios lingüísticos , la
pertenencia de los usuarios de una lengua a una determinada zona geográfica y a un determinado

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Tema 31. La comprensión y expresión de textos orales. Bases lingüísticas, psicológicas y pedagógicas

sociolecto -variedades diatópicas y diastráticas- condiciona la "manera del hablar" de los


hablantes . Los estudios de · variación lingüística han venido también a mostrar, como hemos
venido repitiendo a lo largo de este tema, que los hablantes emplean de modo distinto su lengua
dependiendo del contexto comunicativo en el que la usan -variedad diafásica- No debe extrañar,
pues, que estas variaciones, dependientes de las características del propio usuario y del contexto
en el que produce su mensaje, se trasluzcan, de un modo u otro y en mayor o menor medida, en
la lengua oral. La lengua oral difiere aquí de la lengua escrita ya que, en este nivel, es más neutra
-al menos si los usuarios se atienen a los empleos descritos como normativos-. El habla nos
informa o nos puede informar, pues, del origen geográfico de los hablantes, de su pertenencia a
un determinado estrato sociocultural o socioeconómico y de determinados elementos
situacionales: De hecho, cuando un individuo hace uso de una lengua se ve obligado a "escoger"
entre las distintas realizaciones fonéticas posibles un tipo de pronunciación determinada que será
más o menos neutra o más o menos marcada dependiendo de diversos factores, tales como su
propia competencia, la finalidad de la comunicación, el tono de la interacción, la situación en la
que se producirá su discurso, etc.
La modalidad oral se puede diferenciar radicalmente, en este nivel, de la modalidad escrita en
el simple hecho de que características fónicas, como la entonación, la intensidad y el ritmo, son
elementos fisicos en relación inmediata con lo oral -aunque representables más o menos
precisamente en lo escrito. La entonación es el mecanismo fónico al que se recurre para señalar
la modalidad oracional y refleja la actitud psicológica del hablante ante lo dicho. Nos sirve
también para marcar el foco temático o para destacar determinados elementos estructurales.
Como la entonación, la intensidad puede servir para marcar enfáticamente las partes más
relevantes del mensaje que, por ejemplo, se pueden corresponder con los focos informativos:
(12) ¡El vaso! lo has dejado caer.
El ritmo y las pausas nos pueden servir para señalar o para interpretar determinadas actitudes
de nuestros interlocutores: un ritmo rápido se relaciona generalmente con un estado de
nerviosismo, mientras que el lento va asociado a un estado de relax y/o seguridad. Las pausas y
los silencios pueden ser indicios de las relaciones de dominio o de poder entre los interlocutores:
piénsese, por ejemplo cómo el profesor o el conferenciante pueden utilizar un silencio para hacer
callar a sus alUllIDOSo a los asistentes a una conferencia, respectivamente. Las pausas pueden ser
empleadas también como indicio de que una respuesta de un interlocutor a la pregunta de otro
requiere una reflexión previa y para marcar la duda o la disconformidad:
(13) a. ¿Vienes a cenar?
b. No sé.
Otros elementos que podemos encontrar también en lo hablado son los alargamientos
fónicos, esto es, la pronunciación de vocales, y en ocasiones también de consonantes , con una
duración superior a la usual. Los alargamientos fónicos nos sirven como un apoyo para pensar,
para ganar tiempo para lo que se va a decir, como refuerzo de lo que se dice o de la forma de
decirlo ( 14a) y como atenuación de una opinión crítica o negativa o de un mandato ( 14b):
(14) a. ¡Cóoomo olía!
b. ¡Veen!

Otro recurso fónico que se puede emplear en lo oral es la pronunciación enfática, marcada,
que puede llegar al silabeo. Una de las funciones que cumple la pronunciación enfática es la de
servir como refuerzo a algo ya dicho:
(15) ¡TE-HE-DI-CHO -QUE-VEN-GAS!
Dependiendo de las características de los usuarios, de su pertenencia a un determinado
estrato sociocultural, en lo oral pueden producirse también fenómenos de debilitamiento
articulatorio -como transformaciones y pérdidas de sonidos (gabina , gü eno, to(d)avía,

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Tema 31. La comprensión y expresión de textos orales. Bases lingüísticas, psicológicas y pedagógicas

tam(b)ién ...)- o de realce articulatorio (muncho ...), asociados a un estrato sociocultural bajo o
medio-bajo. Algunos fenómenos fónicos pueden ser, sin embargo, debidos también a
circunstancias situacionales -como la rapidez en la pronunciación , a causa del nerviosismo, de la
excitación, etc.
3.4.2. Nivel morfosintáctico
En este nivel las diferencias entre los tipos de discursos orales pueden ser muy grandes:
téngase en cuenta, por ejemplo, que una conferencia, una ponencia, una clase, etc., requieren un
proceso de elaboración en el que, en muchas ocasiones, intervendrán patrones preestablecidos, lo
que puede no ocurrir en una conversación espontánea. Por lo demás , debe apreciarse que la
espontaneidad de la propia conversación y de la situación en la que esta se desenvuelve hace
posible que intervengan en ella expresiones de duda, titubeos, anacolutos, uso de muletillas, etc.
Uno de los rasgos por el que caracterizábamos más arriba la situación de la enunciación oral
prototípica , la presencia simultánea de las personas que intervienen en la comunicación, que
comparten un mismo espacio fisico y un mismo tiempo cronológico , determina el empleo de
elementos deícticos - personales, espaciales y temporales-. Estos elementos permiten además de
la referencia al contexto lingüístico, como se ha venido señalando a lo largo de este temario, la
referencia al contexto extralingüístico y, en consecuencia, a la situación comunicativa, al aquí y
al ahora; en definitiva, al tiempo y al espacio -las dos coordenadas fundamentales, como hemos
señalado en otras ocasiones, en las que queda enmarcado todo acto comunicativo-, de ahí la
importancia de su empleo en lo oral.
La situación en la que se produce la comunicación, especialmente la presencia in situ de
hablante y oyente, condiciona y determina el empleo constante en lo oral de continuas
apelaciones al otro interlocutor: son frecuentes, así, no sólo los pronombres personales de
segunda persona-de cortesía en contextos más formales-, sino tambi én de operadores fáticos, etc.
El orden de las palabras depende de varios factores -de la intención psicológica del hablante,
de su actitud ante lo que manifiesta ; de las necesidades informativas; del fin que se persigue con
la comunicación; del propio procesamiento de la información; de las estrategias empleadas por el
hablante y de sus argumentaciones; del contexto situacional...-, que condicionan especialmente
dicho orden en lo hablado . La alteración del orden lógico S-V-0 -que tantas veces se ha dicho
que es característico del español-, por ejemplo, puede ser empleada como un mecanismo para
resaltar determinadas partes del discurso (16a) o como un mecanismo explicativo, matizador o
de precisión informativa (16b), con construcciones como las de (16a-b) denominadas
dislocaciones o topicalizaciones. Este orden, que podríamos denominar no convencional, se pone
especialmente de relieve con determinadas construcciones en las que el hablante pone de relieve
suyo (16c):
(16)
a. A esos amigos tuyos no los puedo soportar.
b. Los compré el jueves, los libros que me pediste .
c. Yo, lo que te digo es que me parece que eso no está bien.

Lo oral puede presentar también un alto grado de redundancia , redundancia que se manifiesta
especialmente en las repeticiones y las reelaboraciones. Las repeticiones pueden ser empleadas
como recordatorios de algo ya dicho , como mecani smos de cohesión como realces expresivos
(17a) -especialmente en la conver sación coloquial- y como un mecanismo de reelaboración de lo
que se está diciendo ( 17b):
(17) a. La ceremonia fue bonita bonita.
b. He de decir que, que ...

En este nivel se ha señalado que la selección de determinadas construcciones gramatica les

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Tema 31. La comprensión y expresión de textos orales. Bases lingüísticas, psicológicas y pedagógicas

puede ser un indicio del tipo de registro que se utiliza: se indica, así, que la menor complejidad
sintáctica va ligada a un registro más coloquial y, viceversa, que una mayor elaboración
sintáctica puede ser indicio de un registro más formal. En un sentido si no contrario sí que
divergente se ha expresado Narbona, autor que, en reiteradas ocasiones, ha manifestado que uno
de los rasgos más característicos de la construcción coloquial es la concatenación y acumulación
de enunciados, frente a la sintaxis incrustada del modo escrito y del registro formal. Tal tipo de
construcción puede dar lugar a un modo de construcción del discurso parcelado, que no debe por
ello ser confundido con la falta de trabazón sintáctica, ni siquiera con el predominio de las
construcciones coordinadas o yuxtapuestas, frente a las subordinadas.
3.4.3. Nivel léxico-semántico
El léxico usado por los hablantes puede ser un indicio del estrato sociocultural en el que este
hablante se encuadra-el léxico empleado por los jóvenes, por ejemplo, puede ser notablemente
distinto al empleado por la tercera generación de hablantes, el empleado en el mundo rural varía
también con respecto al empleado en las ciudades y sobre algunas voces se ha señalado que son
características del lenguaje femenino-, de la variante dialectal a la que pertenece este hablante -
hay determinadas voces, como es sabido y pongo por caso, específicas de determinados espacios
geográficos- y de la situación comunicativa en la que se produce el acto de habla oral -como se
ha dicho más arriba, la temática condiciona especialmente el léxico empleado-, aunque, como ha
señalado Garrido , el léxico es un recurso que emplean los hablantes para organizar la informa-
ción que quieren transmitir.
En este nivel se han señalado, por ejemplo, como características de la conversación -
concretamente de la conversación coloquial o informal-, la reducción del léxico común, que
tiene como contrapartida el aumento de la carga significativa de las palabras, esto es, de su
polisemia; de ahí que sea frecuente el empleo de palabras comodín o de verba omnibus. Se ha
indicado también que es un rasgo de la conversación informal la presencia de voces
pertenecientes al léxico argótico o a jergas que, no obstante, en muchos casos han perdido su
marca para integrarse plenamente en el registro coloquial (Cf, entre otros, para una
caracterización de los rasgos léxico-semánticos en el español coloquial y conversacional
Carballo 1964; Casado 1985).
3.4.4. La organización discursiva
Las características que hemos apuntado basta ahora de una forma muy simple se reflejan
evidentemente en la organización discursiva. A estas características, sin embargo, hay que añadir
aquellas otras que resultan de lo paraverbal, de la kinésica y de la proxemia, de ahí que en
ocasiones se haya señalado que la comunicación oral es multicanal. La modalidad oral puede
manifestarse tanto en secuencias en las que interviene un único interlocutor como en secuencias
en las que intervienen dos o más interlocutores. Un mensaje oral, como una noticia emitida en un
telediario, es una manifestación monologa!.
Sin embargo, las manifestaciones más características de lo oral son aquellas en las que
intervienen dos o más interlocutores, esto es, las dialogales o las dialógicas. La esencia de lo
oral, pues, se encuentra en la acción entre los individuos, en la interacción. Para analizar la
organización textual y discursiva de los discursos monologales Calsamiglia y Tusón (2000)
proponen atender a los siguientes aspectos:
1. Aquellos rasgos que sirven para organizar la estructura del texto: presentación, progresión
infonnativa y finalización.
2. Los elementos lingüísticos que se emplean para elaborar un discurso cohesionado: los
marcadores discursivos y las secuencias textuales en las que aparecen .
3. Las marcas verbales y no verbales, que pueden ser un indicio de la naturaleza dialogal que
caracteriza a cualquier tipo de comunicación humana.

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Tema 31. La comprensión y expresión de textos orales. Bases lingüísticas , psicológicas y pedagógicas

A modo de ilustración, los mencionados autores proponen el cuadro que presentamos en (18):
(18)
a. Estructura b. Marcas de c. Marcas de
Presentación Marcadores Elementos kinésicos
resumen ordenadores gestos
anticipación organizadores maneras
ordenación conectores posturas
progresión operadores Elementos
continuidad Secuencias textuales lugares
cambio narrativa distancias
contraste explicativa Formas verbales de
Finalización argumentativa deixis personal y
recapitulación descriptiva muletillas
resumen referencias al
conocimientos
coletillas diálogos retóricos
cierre

Finalmente, es importante tener en cuenta el tipo de escenario en el que se produce el


monólogo: la localización temporal y espacial, su organización interna y su significado
sociocultural. El ejemplo que proponen los mencionados autores, contenido parcialmente en
(19), es el comienzo de un telediario ejemplo paradigmático del tipo de dircurso monologal; a
pesar de ello existen determinados rasgos interactivos y coloquiales , indicados con letra cursiva -
secuencias de saludo (buenas noches), apelaciones a los interlocutores (vean, vean ustedes;
¡Junciana la seguridad. .. ?) e implicación de estos en el discurso (nuestros) , referencias deícticas
al ahora de la enunciación (ahora), despersonalización (dicen):
(19) 1. buenas noches \\ no hay: explicaciones ni dimisiones \I
2. treinta y dos horas después del incidente ?11 protagonizado ayer \I
3. por dos ecologistas que prácticamente \I
4. se situaron sobre las cabezas de los reyes \[ en un acto \I
5. de gran trascendencia \I internacional \I no ha habido \I ninguna reacción \11
6. la eficacia de nuestros servicios de seguridad: ha quedado en entredicho \I
7. en unas imágenes que han dado ho:y la vuelta al mundo \II[mientras habla LM se
ofrecen las imágenes del incidente]
8. vean \\\ vean ustedes \ \ cómo los dos miembros de grinpis \I
9. escalaron la estructura metálica del lugar donde se celebraba el acto \I
[se continúan mostrando las imágenes. Se oye la voz del Rey: "R se levanta la sesión"]
11.ahora se dice \ \ que francotiradores de las fuerzas de seguridad del estado \II
12.vigilaron todos sus movimientos \I
13.para abatirles en caso de que hubieran intentado un atentado \ü
14.no:: se les persiguió dicen \I en las alturas
15.al considerar que sólo intentaban \11 un acto \I propagandístico \I
16.no violento \IIclaro está \IIuna vez ocurrido el incidente \I
17.voces oficiales afirman ahora \I que la seguridad del rey no corrió peligro \I
18.en ningún momento \I pero esto:: no está tan claro
19.por eso la pregunta se mantiene \II
20.¡Junciona la seguridad del personaje más protegido de este país ? 11
21.desde luego que las imágenes que han dado la vuelta al mundo y que
22.ustedes ven \\ \ no lo confirman \ \ \ para los grupos de oposición \I
23.lo ocurrido es \IIridículo \IIe increíble \IIIpor otro lado \I más .s que increíble \II

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Tema 31. La comprensión y expresión de textos orales. Bases lingüísticas , psicológicas y pedagógicas

24.lo que les vamos a contar ha sido terrorífico \I


Por lo que se refiere al discurso dialogal, su organización textual tiene que descubrirse
atendiendo a los turnos de palabra. Una forma propuesta por algunos autores para acercarse a su
estructura discursiva es teniendo en cuenta tres secuencias básicas: inicio -saludos, preguntas,
exclamaciones-, desarrollo -mantenimiento , cambio, respuestas mínimas- yifzna//-ofrecimiento,
aceptación y cierre.
El inicio y el final de las interacciones pueden responder, como han señalado distintos
analistas del discurso, a fórmulas rituales específicas de cada grupo cultural o de cada tipo de
evento, pero, además, iniciar y terminar de forma adecuada a las expectativas que generan los
distintos tipos de acontecimientos supone un alto grado de competencia oral. El cuerpo medio
de la interacción dialógica, según lo señalado, es el que está sometido a mayor variabilidad y en
el que conviene atender especialmente a la construcción cooperativa del discurso y a la
negociación que supone toda interacción. Para dar cuenta de la organización de los diálogos,
Calsamiglia y Tusón atienden básicamente a tres dimensiones de análisis: la dimensión
interlocutiva, la dimensión temática y la dimensión enunciativa. La primera de ellas atiende a la
mecánica en la que se organiza la interacción. Esta dimensión puede aportar una información
interesante con respecto a las posiciones que ocupan los interlocutores y el grado de control que
ejercen sobre la propia interacción, en tanto que en esta dimensión se atiende al análisis de la
manera de tomar la palabra y de pasar el turno al siguiente interlocutor, la forma en la que los
participan construyen su propia identidad a partir del papel comunicativo que desarrollan, etc.
La dimensión temática está relacionada con la actuación de los distintos interlocutores con
respecto a la construcción temática: qué tipo de intervenciones realizan, qué papel desempeñan
en lo que se refiere al mantenimiento y cambio de los contenido informativos de la
comunicación , etc. Por último , la dimensión enunciativa atiende a la posición de los diferentes
interlocutores con respecto a lo que dicen y con respecto al resto de los individuos que
interactúan y, por otra parte, a los recursos discursivos y textuales que emplean para llevar a
cabo sus finalidades comunicativas.

4. BASES PEDAGÓGICAS
Como indicábamos más arriba , es el lenguaje el mecanismo que le permite al hombre su
desarrollo en la sociedad, hace casi un siglo señalaba Américo Castro que
La enseñanza del idioma en la escuela primaria condiciona todos los demás trabajos intelectuales que
han de desarrollarse. La escuela ideal deberá esforzarse por enseñar a hablar y escribir con sentido y
corrección; hará reflexionar sobre el idioma, llamando la atención sobre el significado de las palabras,
funciones síquicas y lógicas que desempeflan. El cultivo de esta forma suprema de expresión afecta a
todas las actividades del espíritu: a lo emotivo y a lo intelectual. Y lo que hagamos para educar como
hablantes a nuestros alumnos vale más aún que por su contenido, por su valor formativo" (Castro
1922:119).

Tal visión se inserta en la tradición didáctica de la lengua, cuyos postulados generales pueden
resumirse así:
1. La finalidad de la enseñanza de la lengua, en los niveles primario y secundario es, ante todo,
el desarrollo de las capacidades verbales de expresión y de comprensión.
2. La actividad educativa debe dar preeminencia a la práctica, al uso de la lengua, a la lectura y
a la expresión oral y escrita.
3. La actividad educativa también debe proporcionar conocimientos sobre la lengua , de carácter
gramatical, siempre que estén relacionados con el uso y tengan, por lo tanto , un carácter
práctico normativo .
El contenido de los epígrafes que siguen está encaminado , pues, a proporcionar unas líneas

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Tema 31. La comprensión y expresión de textos orales. Bases lingüísticas, psicológicas y pedagógicas

directrices en las que se contienen objetivos y mecanismos fundamentales para lograr por parte
de los alumnos una correcta expresión a través de la modalidad oral del lenguaje.
4.1. OBJETIVOS
La LOE regula como objetivos generales de la enseñanza secundaria comprender y producir
mensajes orales y escritos en castellano. Será , pues, un objetivo principal "desarrollar habilidades
y crear hábitos para la transmisión del mensaje, y su escucha atenta y apropiada". Entre los
objetivos básicos citados por Pescetto ( 1971 :328) se encuentran:
1. Considerar la lengua materna como el elemento fundamental de todas las experiencias de
aprendizaje.
2. Ubicar el centro de gravitación de la enseñanza y el aprendizaje de la lengua materna en
la ejercitación adecuada, sistemática y permanente de la expresión oral. La enseñanza
incidental u" ocasional es parcial e insuficiente para el progreso expresivo de los
alumnos.
3. Distinguir adecuadamente los niveles de lengua en las ejercitaciones para la expresión
oral des tacando que la lengua oral coloquial no es ni la única forma de expresión oral, ni
la más adecuada para determinadas situaciones.
4. Capacitar al alumno para que hable de acuerdo con las normas comúnmente aceptadas
por las personas cultas de su medio.
5. Considerar en la didáctica de la expresión oral los factores técnico-normativos,
gramaticales v estéticos. La simple espontaneidad expresiva no resulta suficiente para las
relaciones complejas de comunicación que exige el desenvolvimiento en sociedad.
6. Respetar las diferencias individuales de los alumnos: de desarrollo lingüístico, de
intereses personales , de maduración afectiva, al establecer los temas y ejercitaciones para
la expresión oral.
7. Planear experiencias y ejercicios colectivos para el desarrollo e incremento de las
posibilidad expresivas de los alumnos.
8. Evaluar sistemática y continuamente el progreso expresivo de los alumnos mediante
pautas concretas y vana das de ponderación: pruebas objetivas, test estandarizados y
observación directa y crítica por parte del educador.
9. Formar, mediante una adecuada sistematización, hábitos de trabajo oral. Incrementar
sistemática, adecuada y permanentemente el aprendizaje de la modalidad oral medio
primordial de la comunicación humana , enfatizando la ejercitación de los siguientes
aspectos: fluidez, pronunciación , ritmo y entonación.
Además de estos objetivos generales habrá que hacer especial hincapié en descubrir al niño la
existencia de distintos soportes formales del mensaje , de distintos códigos sociales y de distintos
tipos de discurso . El docente deberá esforzarse por subrayar las correlaciones existentes entre los
códigos sociales y los tipos de discurso y, por otra entre las situaciones de comunicación. Para
conseguir atender a algunas de las diferencias apuntadas más arriba -lengua oral/lengua escrita;
registro formal/registro informal...; es necesario planificar la enseñanza atendiendo como indica
González Nieto (2001 :269-270), a los siguiente s aspectos:
1. Los ámbitos y contextos de uso oral y escrito de la lengua y los tipos y géne ros textuales
que deben ser objeto de atención.
2. La forma de ejercitar las capacidades de comprensión y expresión.
3. Ejercicios de los órganos articulatorios (labios, lengua ...).
4. Descripción oral de lámina s.
5. Relato de cuentos.

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Tema 31. La comprensióny expresión de textos orales. Baseslingüísticas,psicológicasy pedagógicas

6. Completar oralmente textos que hayan comenzado otros alumnos


7. Relatar oralmente recuerdos.
8. Realizar dibujos con palabras.
9. Desarrollar la memoria auditiva, exigiendo la repetición ordenada de una serie de
palabras dichas oralmente.
1O. Intensificar las lecturas orales, destacando los distintos matices de la entonación.
11. Ejercitar la puntuación, indicando la correspondencia entre los signos de puntuación y
la entonación .
12. Distinción de unidades melódicas.
13.Desarrollar cualidades de evocación: pronunciar palabras que empiecen con
determinados prefijos o con determinados sonidos.
14. Descripción de paisajes reales y pintados.
15. Lecturas con diferentes ritmos.
16. Comentar oralmente lecturas, ordenando rigurosamente los datos que se comentan.
17. Repetición de palabras en un orden dado, y luego en orden inverso
18. Aumentar la capacidad y velocidad de evocar palabras .
19. Exposición de temas improvisados .
20. Debates orales, con intervención de todos los alumnos.
21. Formación y formulación de conceptos teniendo en cuenta lecturas realizadas.
22. Describir láminas, respondiendo a un cuestionario escrito previamente dado.
23. Descripción de espectáculos visuales complejos.
24.La forma de introducir los contenidos metalingüísticos y metacomunicativos y el grado
de adquisición de los mismos. Esto último supone contar con un modelo pedagógico de
"gramática de la comunicación".
4.2. ACTIVIDADES DE EXPRESIÓN Y COMPRENSIÓN
Entre los objetivos que se señalan en la LOE se emplean palabras como "destrezas" y "estra-
tegias" como mecanismos de aprendizaje y se hace especial hincapié en la conecta comprensión
y utilización de distintos tipos de textos orales por parte de los alumnos. Entre éstos se
mencionan el diálogo y el debate. Ambos mecanismos constituyen tipos de discursos dialogales
pero, como se verá a continuación, en la enseñanza pueden ser también empleados mecanismos
monologales, como la conferencia (Cf. Mantecón 1992:238-248):
1. La puesta en común. Medio de expresión y comunicación ampliamente empleado en la
enseñanza y que puede ser aprovechado para comprobar si los alumnos han asimilado unos
determinados contenidos. Mediante este mecanismo los alumnos pueden habituarse a la
exposición ordenada de sus ideas mediante la expresión oral.
2. La mesa redonda. Se trata de una fonna de debate ante un auditorio bajo el control de un
moderador, tal mecanismo puede ser empleado para polemizar sobre cuestiones de
actualidad. Entre los objetivos que persigue el empleo de esta forma de comunicación
destacan: a) el comunicarse directamente con un auditorio; b) discusión y exploración de
problemas; c) argumentación sobre los mismos; d) motivar a los oyentes hacia el
pensamiento constructivo; d) negociar: determinar los puntos de acuerdo, discutir las zonas
de desacuerdo y tratar de lograr el consenso -recuérdese que la conversación no es sino una
negociación.
3. Elforo. Es un medio colectivo de expresión oral consistente en que varios oradores de forma
individual tratan un asunto. Tal mecanismo permite la expresión sistemática y completa de
ideas ininterrumpidamente.
4. La conferencia. Tiene como objetivo enseñar al estudiante el manejo de la expresión oral
individual, mediante el conocimiento teórico y práctico de las reglas y procedimientos
fundamentales de actuación en público.
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