Tema 31
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TEMA31
ÍNDICE
l. INTRODUCCIÓN
2. BASES PSICOLINGÜÍSTICAS
2.1. LA PSICOLINGÜÍSTICA
2.2. LAS FUNCIONES DEL LENGUAJE: UNA PERSPECTIVA
PSICOCOGNITIV A
2.3. LA PERCEPCIÓN DEL HABLA
2.3.1. La decodificación fonético-fonológica
2.3.2. Reconocimiento y compresión de palabras
2.3.3. La comprensión de oraciones
2.3.4. La comprensión del discurso
2.4. LA PRODUCCIÓN DEL HABLA
2.4.1. La planificación conceptual y la codificación lingüística
2.4.2. La codificación fonético-fonológica
2.4.3. La producción del discurso y la conversación
3. BASES LINGÜÍSTICAS
3.1. LA ENUNCIACIÓN ORAL
3.2. DISCURSOS ORALES
3.3. LA CONVERSACIÓN
3.3.1. TIPOS DE CONVERSACIÓN
3.3.2. UNIDADES CONVERSACIONALES Y SOLAPAMIENTO
DE INTERVENCIONES
3.3.3. PRINCIPIOS Y MÁXIMAS QUE REGULAN LA
CONVERSACIÓN
3.4. CARACTERÍSTICAS DE LO ORAL
3.4.1. Nivel fónico
3.4.2. Nivel morfosintáctico
3.4.3. Nivel léxico-semántico
3.4.4. La organización discursiva
4. BASES PEDAGÓGICAS
4. 1. OBJETIVOS
4.2. ACTIVIDADES DE EXPRESIÓN Y COMPRENSIÓN
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BIBLIOGRAFÍA
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l. INTRODUCCIÓN
Parece claro que "la comunicación oral y la escrita constituyen actividades diferentes
que requieren recursos lingüísticos distintos" (Alcoba 2000:23), pero las diferencias que
median entre estas dos modalidades de realización del lenguaje no estriban exclusivamente
en diferencias lingüísticas, sino que hablar y escribir implican procesos psicológicos
diferentes, aunque no radicalmente distintos. El presente tema, así como el que prosigue,
pretende ser un exposición sintetizada de las características psicolingüísticas y lingüísticas
que se atribuyen a ambos medios de realización del lenguaje, entendido éste como una
capacidad innata del hombre. Se habrá visto ya cómo la comunicación no es sino un
mecanismo de producción y de recepción de mensajes en el que quedan implicados los
procesos conocidos como codificación y decodificación ; pero, como habremos de ver a lo
largo de este tema, para llegar a una correcta comprensión e interpretación de los mensajes
no basta con decodificar adecuadamente el mensaje, sino que para que la comunicación sea
eficaz habrá que explicar el mecanismo comunicativo como un proceso ostensivo-
inferencial y cooperativo.
Algunas de las ideas que afloran en este tema son el resultado de concebir el lenguaje
como un mecanismo interactivo. Como han puesto de relieve algunos autores y, como
tendremos ocasión de ver, el lenguaje se concibe, así, como un sistema "diseñado" con un
fin concreto, la comunicación, más concretamente, la comunicación oral, ya que la
escritura no es ni genética ni constitutivamente anterior a lo oral. Habrá de tenerse en
cuenta -aunque razones de espacio nos impiden extendemos en consideraciones demoradas
al respecto- que en lo escrito pueden quedar reflejadas las características que se observan
en los textos orales. Dicho de otro modo, la oposición entre ambos medios de realización -
relativa al canal- puede ser contemplada no como tal oposición sino como un continuum en
el que se producen interrelaciones especialmente determinadas por las condiciones
comunicativas.
Que el medio de expresión oral, como natural que es, sea un mecanismo comunicativo
esencial en la actividad humana resulta una obviedad, pero ya no lo resulta tanto que a
pesar de su naturalidad el habla requiera un proceso de aprendizaje. El proceso de
aprendizaje, no obstante, no puede quedar limitado a la interiorización por parte del
individuo en las primeras etapas de su vida de los mecanismos de producción y de
comprensión de mensajes, sino que debe contemplar, en fases ulteriores, el aprendizaje de
los dispositivos reguladores que intervienen en el proceso de comunicación oral,
entendiendo que el desarrollo de estas capacidades contribuye a la formación del individuo
y a su interacción con un medio -la sociedad- en el que, necesariamente, ha de
desenvolverse y sin el cual el ser humano no podría alcanzar su pleno desarrollo .
2. BASES PSICOLINGÜÍSTICAS
2.1. LA PSICOLINGÜÍSTICA
Las investigaciones y reflexiones sobre el lenguaje fueron hasta prácticamente finales
del siglo XIX de corte eminentemente filosófico y gramatical. En efecto, hay que esperar
hasta el XIX para que el lenguaje comience a ser estudiado desde una perspectiva
psicológica. Con Wilhelm von Humboldt, que aprovecha la distinción lingüística entre
ergon y enérgeia, el lenguaje empieza a ser considerado no un mero producto (ergon) del
hombre , sino como un proceso (enérgeia):
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Tema 31. La comprensión y expresión de textos orales. Bases lingüísticas, psicológicas y pedagógicas
conocimiento que pone en juego el sujeto, así como las formas de representación de
ese conocimiento y las operaciones o procesos que efectúan sobre sí mismo.
Mayor y Gil (1984): Psicología del lenguaje es la ciencia de la conducta
lingüística.
El cometido principal de los epígrafes que siguen será el análisis de los procesos de
producción ( codificación) y de percepción ( decodificación) del lenguaje humano.
Trataremos, pues, de describir los mecanismos sensoriales, cognitivos y lingüísticos
implicados en el procesamiento de las señales fisicas del lenguaje. La peculiar visión que
nos proporciona la psicolingüística sobre el lenguaje, sin embargo, requiere previamente
dar cuenta de la naturaleza de la actividad que se pretende describir y, por ende, de las
funciones de tal actividad.
2.2. LAS FUNCIONES DEL LENGUAJE: UNA PERSPECTIVA
PSICOCOGNITIV A
Para llevar a cabo el análisis de las funciones del lenguaje se debe tener en cuenta que
un mensaje no sólo contiene un significado literal o proposicional explícito sino que junto a
este los mensajes contienen un significado intencional que, las más de las veces, no se
refleja directamente en lo dicho, sino que exige una actividad por parte del receptor del
mensaje , actividad que va encaminada a la extracción de la intención sugerida por el
emisor . A esta actividad deductiva se la conoce con el nombre de inferencia. En realidad,
es común en el uso del lenguaje que las proposiciones sean formas indirectas de expresar
una determinada intención. Para comprender, pues, las funciones del lenguaje es necesario
partir de un conjunto de afirmaciones, como las que se presentan a continuación, tomadas
de Belinchón et al. (1992:183):
l.- El lenguaje actúa sobre el mundo interno y el contexto cognitivo de los individuos,
esto es, sobre un conjunto de ideas, creencias, deseos e intenciones que forman parte de su
"mundo mental".
2.- Cualquier usuario de un lenguaje sabe -consciente o inconscientemente- que actúa
sobre el mundo interno de sus interlocutores.
3.- Al usar el lenguaje , los interlocutores ponen en juego un conjunto de conocimientos
o de saberes compartidos que tienen que ver:
a) con el propio lenguaje -reglas sintácticas, elementos léxicos, etc.
b) con el mundo externo;
c) con características de sus mundos intencionales internos.
Asumir estas afirmaciones implica reconocer que el uso del lenguaje no sólo supone
conocer las reglas que gobiernan su empleo, sino también asumir que el uso del lenguaje
implica el empleo de procesos mentales que versan sobre los objetos a los que el lenguaje
se refiere y sobre las personas a las que se dirige. Desde esta perspectiva, la actividad
lingüística es una actividad cooperativa, puesto que exige un intercambio de objetos
intencionales-creencias, deseos e intenciones entre individuos que se reconocen
implícitamente como usuarios de una lengua con un mundo interno.
Uno de los enfoques más recientes sobre las funciones del lenguaje, teniendo en cuenta
este aspecto, es la teoría de la relevancia o de pertinencia de Sperber y Wilson (1986).
Esta teoría establece que las funciones esenciales del lenguaje se derivan de la actitud
intencional, actitud que sirve a su vez como instrumento predictivo y explicativo de las
interacciones humanas. Considerada la actitud intencional como la estrategia que posee
cualquier hablante de poder comprender y predecir la conducta de cualquier otro
interlocutor, se comprenderá fácilmente que las funciones del lenguaje, desde el punto de
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vista de la psicología del lenguaje, deben ser definidas en virtud de contextos cognitivos
internos y no en función de contextos externos. Quiero esto decir que los signos que
forman el lenguaje remiten a objetos intencionales e internos -ideas, conceptos e
intenciones. El lenguaje, pues, no sólo significa estos objetos, sino que es capaz de cambiar
los objetos que contienen las mentes de los hombres que los usan.
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Tema 31. La comprensión y expresión de textos orales. Bases lingüísticas , psicológicas y pedagógicas
(4)
o
SN sv
Det N V SN
Det N
La niña compra el libro
4. Acoplamiento sintáctico-semántico. El proceso consiste en la búsqueda de correspondencias
entre los papeles sintácticos y los temáticos. Este paso es el último en el proceso de análisis
sintáctico, ya que implica la transformación de la representación estructural de la oración
(sintaxis) en una representación conceptual. Teniendo en cuenta, pues, el ejemplo que se
contiene en (2), tendríamos un SN "la niña" en función de SUJ, que cumple el papel temático
de AG; un SN "el libro" que desempeña función sintáctica de CDIR y la semántica de OBJ ....
5. Construcción de la representación proposicional de la oración . Para llegar a comprender
adecuadamente el significado de una oración y para llegar a integrarla en el contexto
discursivo es necesario incorporar a la representación proposicional determinadas
informaciones que no se encuentran explícitamente en ellas. Obsérvese, por ejemplo, que si
tomamos una oración como (5a), en la que no se especifica el instrumento con el que se
cortaba el pan, puede resultar completamente natural añadir a (5a) la oración contenida en
(5b), de lo que podría resultar (5c-e), etc. Tal naturalidad resulta de la circunstancia que en
(5a) hay una información que, aunque no está explícita, forma parte de la representación
semántica de la oración: el verbo cortar lleva incorporada en su información semántica un
instrumento -cuchillo, bisturí, tijeras, manos ... -:
(5)
a. El niño cortaba el pan.
b. El cuchillo estaba sucio.
c. El niño cortaba el pan. El cuchillo estaba sucio.
d. El niño cortaba el pan con el cuchillo sucio.
e. El niño cortaba el pan, aunque / a pesar de que / pero ... el cuchillo estaba sucio.
2.3.4. La comprensión del discurso
La comprensión de un texto pasa por incluir en el proceso de interpretación un nivel
supraoracional, que contiene las propiedades específicas y las leyes compositivas propias de los
discursos. El discurso, el texto, se define por la coherencia, coherencia que no depende sólo de la
forma y del significado de las oraciones que lo constituyen, sino que el texto resulta de leyes o de
reglas compositivas a partir de las cuales se transmiten las ideas y las intenciones. Estas ideas e
intenciones sobrepasan el plano oracional y, como se indicó más arriba, no siempre se
encuentran explícitas en las secuencias oracionales. En el proceso de comprensión del discurso
interviene , por ello, un fuerte componente inferencial. Podemos señalar, pues, que la
interpretación de cualquier discurso supone, en primer lugar, la extracción de una serie de
inferencias a partir de un conjunto de oraciones y, en segundo lugar, la elaboración de un
entramado de intenciones en virtud de las ideas o proposiciones. Como ha quedado dicho, debe
tenerse en cuenta que las ideas o proposiciones no tienen por qué suponer una proyección
biunívoca de las oraciones , en tanto que no tienen por qué coincidir con los límites oracionales y
en tanto que no siempre las ideas o proposiciones están representadas explícitamente en la
oración.
En el discurso, en una situación comunicativa normal, no se hacen explícitas todas las ideas
necesarias para su comprensión, sino que se suponen un alto número de ellas. Por esta razón, es
clarificadora la afirmación de que el valor de cualquier unidad del discurso se deriva de un
compromiso entre lo explícito y lo que queda implícito. Las unidades lingüísticas explícitas son
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un mecanismo de acceso a los significados y a las ideas que se sugieren y a las que quedan
tácitas. El compromiso entre lo tácito y lo explícito es el principio fundamental elaborado por
Grice (1975), llamado de cooperación.
El discurso se define, desde este punto de vista, como una actividad cooperativa entre los
interlocutores. Los supuestos que se siguen de este principio son los de:
a) relevancia ;
b) economía
c) coherencia.
Estos principios explican por qué no hay que decir todo lo estrictamente requerido para
comprender el discurso y por qué no se hacen explícitas todas las ideas que deben intervenir en
su comprensión. Comprender un discurso no consiste sólo en detectar las ideas que contiene y
establecer la coherencia que se manifiesta entre ellas, sino que la comprensión de un texto es un
proceso activo que se basa en el supuesto de que los discursos tienen un significado global, un
tema, que no consiste en la mera operación de sumar las ideas extraídas de cada una de las
proposiciones que el texto contiene Es cierto que el "fundamento" o la "esencia" de un texto
puede extraerse de las ideas particulares pero no exclusivamente de ellas, sino también de
nuestro conocimiento del mundo y del esquema que configura el propio texto. A lo largo del
proceso de comprensión del texto, las ideas se s,ometen a tres procesos: depuración , abstracción y
elaboración, que permiten asignar al texto una coherencia global, un terna. Obsérvese, por
ejemplo, que mientras que las oraciones que se contienen en (6) están conectadas mediante la
repetición de argumentos, el texto no es coherente y ello a pesar de que las oraciones, corno
acabamos de indicar, están relacionadas entre sí:
(6) María soñaba con ver a Juan. A Juan lo atropello un coche el año pasado. El coche de Juan era azul.
El azul es uno de los colores de la bandera francesa.
Para explicar la comprensión del discurso es necesario , pues, recurrir a dos supuestos
esenciales:
1. Los textos y los discursos se organizan en torno a ideas esenciales que corresponden a
unidades globales de significado. Estas ideas, sin embargo, no es posible reducirlas a otras
más pequeñas, como los rasgos semánticos -por ejemplo-. Estas ideas , no obstante, nos sirven
como mecanismo de acceso a un conjunto de conocimientos sobre el mundo que guían
nuestro proceso de comprensión.
2. Una parte importante de la comprensión del discurso consiste en otorgarle coherencia global
a los textos y discursos.
Psicológicamente , la explicitación del tema de un discurso facilita su comprensión y su
recuerdo.
2.4. LA PRODUCCIÓN DEL HABLA
A la hora del análisis de los procesos de producción del mensaje podemos indicar que la
actividad de hablar se basa, en un primer momento , en un proceso cognitivo-motivacional que
no es exclusivo de la actividad lingüística. Pero parece claro que para poner a disposición de los
otros nuestra experiencia emotiva o intelectiva no basta con utilizar combinaciones de signos ,
sino que estas combinaciones de signos, que ha codificado el hablante , deben poder ser
interpretadas, descifradas o descodificadas adecuadamente por los interlocutores . Generalmente,
cuando los individuos se comunican mediante el lenguaje construyen oraciones con significado
y gramaticalmente aceptables , y no meras combinaciones azarosas de palabras. Pero la actividad
que llamamos habla es, además de un proceso cognitivo y lingüístico , una actividad instrumental
y de interacción social, por ello la producción del lenguaje ha de ser considerada como un
proceso comunicativo con repercusiones sociales , que se ve fuertemente condicionado por:
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a) factores pragmáticos -por ejemplo, por los objetivos e intenciones comunicativas de los
hablantes-;
b) el contexto social en el que tiene lugar el acto de habla;
c) el conocimiento y los supuestos que los interlocutores tienen sobre sí mismos;
d) los contenidos significados en el discurso previo.
Desde el punto de vista de la psicología científica, el proceso de producción lingüística ha
sido considerado de muy diversas maneras:
1. Durante la década de los cincuenta, los investigadores, influidos fuertemente por las teorías
asociacionistas, consideraron la producción verbal como a) un proceso markoviano en el que
la selección de palabras durante la emisión de los mensajes viene determinada especialmente
por su probabilidad asociativa, esto es por la probabilidad de aparición con respecto a las
palabras precedentes en tal emisión; b) como una conducta operante cuya realización podía
ser explicada por los mismos principios que explicarían el aprendizaje y el mantenimiento de
otras conductas no verbales .
2. En los sesenta, la producción del lenguaje se interpretó como un proceso de transformación
de las estructuras profundas en estructuras superficiales, al mismo tiempo que las reglas
gramaticales que se describían en las gramáticas generativas fueron consideradas como
notaciones útiles para la explicación psicológica del proceso de producción verbal.
3. En la década de los setenta, el interés de los investigadores se centró en el análisis de los tipos
de representaciones y los mecanismos de cómputo que subyacen en la producción del
lenguaje, así como en el desarrollo de programas de investigación empírica basados en la
observación del habla espontánea.
4. En la década de los ochenta el análisis de la producción del lenguaje se ha centrado en el
estudio de procesos como los de lexicalización y organización fonológica de los mensajes.
La mayor parte de las teorías encuadradas en estas corrientes ha pretendido diferenciar
distintas fases en la producción de los mensajes, fases que podrían definirse en virtud de la
intervención en ellas de la conciencia. Uno de estos modelos explicativos es el de Levlet, que
establece las siguientes fases: ·
l. Fase de planificación o conceptualización. En esta fase los individuos seleccionan el
contenido comunicativo de su mensaje que quieren comunicar a su/s interlocutor /es. Esta
primera fase engloba una serie de procesos o de actividades de carácter intencional, que no
han de ser necesariamente conscientes. Estos procesos implican la selección del contenido, la
selección de la información relevante y su ordenación en el mensaje. El resultado es un
paquete de información al que se suele denominar mensaje pre-lingüístico.
2. Fase de codificación o de formulación lingüística. Esta fase , en la que la información
seleccionada se traduce a un formato lingüístico, da comienzo antes de que el mensaje
prelingüístico se -haya definido completamente. En este periodo el sistema cognitivo elabora
una primera representación la forma lingüística del mensaje, por lo que implica la utilización
de una lengua y de una gramática concretas.
3. Fase de articulación. Es Laúltima fase en el proceso de producción del mensaje y necesaria
en el caso de que el mensaje vaya dirigido a un receptor, aunque es prescindible si el mensaje
forma parte de nuestro lenguaje interno, es decir, si el mensaje va dirigido a nosotros mismos.
Las representaciones lingüísticas que configuran el plan fonético son traducidas , también en
esta fase, a un código o plan motor, que especifica y pone en marcha la serie de movimientos
que han de realizar los órganos implicados en la realización efectiva del mensaje , en su
articulación .
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una serie coordinada de órdenes motoras. La actividad de producción del habla implica la puesta
en movimiento de un sistema motor caracterizado, por un lado , por su complejidad -este sistema
se encuentra constituido por un centenar de músculos distintos que se organizan en tres grandes
sistemas anatómicos: el sistema respiratorio subg lótico, el sistema laríngeo y el tracto vocal
supralaringeo- y, por otro, por la alta velocidad con la que opera.
2.4.3. La producción del discurso y la conversación
La producción verbal, que está ligada genéticamente a la construcción de intenciones
comunicativas, tiene su forma más genuina, como actividad lingüística, en el intercambio de
series coordinadas de emisiones lingüísticas producidas por uno o varios interlocutores, lo que
conocemos generalmente con el nombre de conversaciones. La lingüística cognitiva contempla
el uso comunicativo del lenguaje como una forma de conducta que presenta dos características:
por un lado, tal conducta implica la elaboración de enunciados gramaticales, lo que supone que
el hablante es competente lingüísticamente; de otro, estos enunciados suelen constituir
secuencias aceptables en relación con los objetivos del intercambio comunicativo en el que se
produce. En este sentido, pues, cabe asumir que:
a) cualquier discurso, por su carácter comunicativo, puede interpretarse como una forma de
conversación;
b) cualquier conversación o discurso puede ser considerado como un monólogo o como un
diálogo;
c) los monólogos y los diálogos pueden desarrollarse tanto en la modalidad oral como en la
modalidad escrita.
En la caracterización psicológica del discurso la primera idea que es necesario destacar es la
de que el discurso tiene un carácter intencional , es producido "para algo". De esta idea primaria
se sigue una no menos importante : la de que para que la comunicación sea eficaz el objetivo o
los objetivos que subyacen en el discurso deben ser reconocidos como tales por el/ los
interlocutor/es. Esta circunstancia obliga a interpretar la producción de los discursos y de las
conversaciones no sólo como una forma de actividad intencional sino también como una forma
de actividad cooperativa. De hecho, desde los años setenta, los filósofos del lenguaje han
interpretado esta actividad cooperativa como un principio regulador de las estrategias
comunicativas de los hablantes y de los oyentes. Recuérdese, en este sentido, que hemos
señalado y señalaremos también más abajo que la conversación es básicamente un actividad de
cooperación.
El reconocimiento de la intención comunicativa del hablante por parte del oyente se ve
facilitado por la existencia de un cierto conocimiento que comporten ambos y que, entre otros
componentes, incluye el conocimiento de un mismo contexto social y fisico. En las explicaciones
psicológicas de la producción del lenguaje ha cobrado una especial fuerza la idea, desarrollada
por el lingüista francés Benveniste, de que la realización del discurso implica siempre un acto de
enunciación (i.e. un acto de presentación lingüística de sí mismo, en tanto que un sujeto -el
hablante- realiza su acción lingüística en unas coordenadas espacio-temporales y con una actitud
concretas) . La información que se refiere a tal presentación se marca lingüísticamente en los
textos mediante los llamados términos deícticos-pronombres personales, demostrativos,
morfemas del verbo, etc .-, así como a través de las modalidades de los enunciados.
Por último, podemos subrayar que los discursos no cabe interpretarlos como emisiones
sucesivas de enunciados inconexos, sino que la posibilidad de que una secuencia de emisiones
lingüísticas pueda ser interpretada como un texto se deriva de la presencia en su estructura
constitutiva de una serie de mecanismos lingüísticos que relacionan y conectan unas oraciones
con otras. En las últimas décadas, los teóricos han comprobado, mediante programas de
simulación de la producción de discursos y de conversaciones, la validez psicológica de la
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3. BASES LINGÜÍSTICAS
Como se ha venido repitiendo a lo largo de este temario, el LNH es primordialmente oral, el
medio de realización, pues, en el que esta capacidad se realiza , conocido como oralidad, es
natural , consustancial y constitutivo del ser humano. A diferencia de lo oral, la modalidad de la
escritura no es universal, sino que es un invento del ser humano , se aprende como un
procedimiento artificial y se emp lean en su producción elementos que sustituyen a los órganos
del habla. Con esta primera distinción entre oralidad y escritura estamos estableciendo una
diferencia entre dos modalidades de realización del lenguaje natural humano. Antes de
adentrarnos, sin embargo, en una presentación de las características de lo oral, de los tipos de
discurso que realizan con la modalidad oral, etc., conviene que atendamos a otras distinciones
que nos ayudarán a comprender la exposición que sigue.
Sabido es que las lenguas no son homogéneas sino que en ellas se pueden establecer distintos
tipos de variedades:
l. Variedades dialectales, geográficas o diatópicas (dialectos) .
2. Variedades sociales o diastráticas (variedades sociolingüísticas).
3. Variedades situacionales o diafásicas (registros).
Estos tres tipos de variedades -dialectales, diastráticas y diafásicas- se manifiestan, como
veremos más abajo, en mayor o menor medida en los textos orales. La tercera de estas
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variedades, la variedad situacional o diafásica, está, a diferencia de los otros dos tipos de
variedades -asociadas con las características de los usuarios- , relacionada con la situación o con
el contexto comunicativo, esto es, con la situación o con el contexto en el que se produce la
comunicación. El contexto comunicativo marca y determina tanto la conducta lingüística como
la extralingüística de los hablantes, de manera que estos se esfuerzan en acomodar en mayor o
menor grado sus actos comunicativos a la situación precisa en la que tienen lugar, empleando,
pues, un registro u otro. El registro es, desde esta perspectiva, una variedad funcional de la
lengua incluida en lo que se ha llamado variación diafásica.
En cuanto a los tipos de registros que pueden distinguirse podemos diferenciar, como
opuestos en dos extremos imaginarios, el registro formal o el informal, llamado este último
también coloquial. La distinción entre estos dos tipos viene marcada por varios factores que,
según Briz (1998:26) se pueden concretar en:
1. La relación de proximidad entre los participantes.
2. Su saber y experiencia compartidos, que posibilitan la existencia de una serie de
conocimientos y de presuposiciones que comparten.
3. La cotidianidad del tema.
4. El grado de planificación de la comunicación.
5. La finalidad que se persigue con la comunicación: interpersonal, transaccional o estético-
estilística
Entre ambos extremos, esto es, entre el registro formal y el registro infonnal-coloquial, se
sitúan una serie de registros a los que podemos denominar intermedios. Tanto el registro formal
como el informal pueden manifestarse en lo oral -en lo hablado- y en lo escrito - lo representado
gráficamente. En determinados estudios, sin embargo, se ha producido una identificación entre lo
oral, uno de los medios de realización del LNH, con una de sus manifestaciones, la oral
coloquial o informal, pues, como hemos visto más arriba, también tenemos la modalidad oral
formal y, entre una y otra, toda una serie de realizaciones intermedias. Conviene, pues,
desestimar la identificación de lo oral y de lo informal o coloquial. Conviene también desechar la
identificación de lo oral con la conversación y, por ende, de lo coloquial-informal, pues la
conversación es un tipo de discurso, una forma de realización discursiva . De hecho hay
conversaciones, las entrevistas de trabajo -por ejemplo-, en las que se produce un alto grado de
formalidad. Cabe advertir, por último, que en una misma situación comunicativa los usuarios
pueden cambiar de registro.
3.1. LA ENUNCIACIÓN ORAL
Más arriba se ha indicado que es el habla el mecanismo que permite al hombre la interacción
con el medio y con otros seres humanos. Esta función, que comparten la lengua oral y la lengua
escrita, es la función social fundamental de la oralidad, que se constituye en un mecanismo que
permite las relaciones sociales. Esta modalidad ha cumplido también un lugar muy importante en
la vida pública -son difíciles de imaginar sin la palabra hablada actos sociales como los oficios
religiosos, la enseñanza, la juridisprudencia, etc.- y es la modalidad en la que se fundamentan
algunas actividades lúdicas y estéticas -como es sabido, los mitos, las canciones y cuentos
populares, las leyendas ..., tienen su origen en las manifestacion es orales del lenguaje. La
situación de enunciación oral prototípica se caracteriza básicamente , según Calsamiglia y Tusón,
por los siguientes rasgos:
1. Por la participación simultánea de las personas que intervienen en la comunicación.
2. Por la presencia simultánea de los interlocutores, que comparten un mismo espacio y un
mismo tiempo cronológico. Ha de tenerse en cuenta, sin embargo, que con los avances
tecnológicos , la inmediatez fisica no es un requisito sine qua non. Los avances técnicos han
condicionado también que el canal por el que pueda discurrir el habla no sea exclusivamente
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el aire, como ocurre, por ejemplo, en una conversación telefónica, en una emisión en la que
se emplean ordenadores, etc.
3. Por el hecho de que los interlocutores ponen en juego en la interacción una relación
interpersonal basada en sus características psicosociales.
3.2. DISCURS OS ORALES
La conversación espontánea es la forma primaria y universal de realización de la oralidad (Tu
son 1995), es la manifestación prototípica de lo oral y, en palabras de Levinson (1983:271) es
"claramente la manera prototípica de usar el lenguaje". Kerbrat-Orecchioni (1996:8) ha definido
como sigue la conversación, estableciendo, así, algunas de sus características básicas sobre las
que, no obstante, habremos de volver más abajo:
Así lo característico de la conversación es el hecho de implicar un número relativamente restringido de
participantes, cuyos papeles no están predeterminados, que gozan todos en principio de los mismos
derechos y deberes (la interacción es un tipo 'simétrico' e 'igualitario') y que tienen como única
finalidad confesada el placer de conversar; tiene, en fin, un carácter familiar e improvisado: los temas
que se abordan, la duración del intercambio o el orden de los turnos de palabra se determina paso a
paso, de forma relativamente libre -relativamente, pues [...] incluso las conversaciones aparentemente
más anárquicas obedecen de hecho a ciertas reglas de fabricación, aunque dejan un margen de
maniobra claramente más amplio que otras formas más 'regladas' de intercambios comunicativos.
Pero junto a este tipo básico de realización discursiva, otros tipos de discurso tienen como
modo de realización la lengua oral. Un criterio válido para acercamos a una tipología de estos
tipos de textos orales puede ser su relación con las distintas actividades que tienen lugar en el
ámbito social. El cuadro que se propone en (7), en el que se tiene en cuenta esta doble
perspectiva, ha sido tomado de Calsamiglia y Tusón (2000:41):
(7)
ÁMBITO PRACTICAS DISCURSIVAS
Administrativo Interacciones en las ventanillas
Jurídico Interrogatorios, juicios
Religioso Sermones, rezos colectivos, cánticos, confesión
Político Mítines, arengas, debates, reuniones, congresos
Periodístico Noticiarios, reportajes , entrevistas
Literario Representaciones teatrales, canciones, cuentos
Científico Comunicación, ponencia, conferencia,
Médico Visita médica, reunión clínica
Académico Exámenes orales, clases, defensa de tesis
Instituciones y organizaciones Reuniones, cursos de formación
Publicitario Eslóganes, anuncios
Vida cotidiana Conversaciones, entrevistas
Algunas de estas prácticas discursivas pueden caracterizarse por la utilización de registros
diferentes, pero también pueden definirse por la relación que implican entre las personas que
intervienen en el acto oral. Así puede observarse en (8):
(8) De persona a persona
Entrevista
Consulta (médica, administrativa ...)
Transacción comercial (tienda, bar, taquilla, taxi ...)
Debate
Tertulia
Mesa redonda
Coloquio
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Examen oral
De persona a audiencia (± monologal)
Conferencia
Charla
Clase
Mitin
Sermón
Presentación (ponencia, comunicación)
Declaración
h. Discurso
Como decíamos más arriba, algunos de estos discursos están determinados por el empleo
ellos de un determinado tipo de registro. El registro sirve para definir la unidad comunicativa de
acuerdo, como indicamos más arriba, con la situación en la que se sitúa el hablante. Las distintas
situaciones comunicativas en las que se encuentra inmerso un hablante, como indican los autores
mencionados, hacen que este se encuentre también ante la tesitura de elegir elementos
lingüísticos-textuales adecuados a ese contexto comunicativo y situacional en el que se integra
Debe tenerse en cuenta, no obstante, que los registros no constituyen entidades en las que puedan
estable entre fronteras claras, sino que, como ya observábamos, se dan en un continuum: de lo
formal a lo informal o coloquial hay una serie de registros intermedios. Como se ha dicho más
arriba, en una misma situación comunicativa los usuarios pueden emplear distintos registros y
dicho cambio podrá implicar una falta de competencia por parte del hablante, un cambio de
situación, una intención de usar otro registro con una finalidad determinada etc.
Los factores situacionales que orientan y condicionan el uso lingüístico se conocen como
campo, tenor y modo. La combinación de estos tres factores propicia la construcción de un texto
adecuado a la situación comunicativa:
1. El campo hace referencia a la temática. Este factor situaciona l condiciona especialmente el
léxico empleado.
2. El tenor puede hacer referencia a las personas -personal-; a la relación que se establece entre
los interlocutores -interpersonal-; y a las intenciones comunicativas -funcional-: El tenor
personal, referido a la identidad de las personas, su posición y el grado de involucración que
muestran con el mensaje, condiciona el empleo de determinadas marcas personales y de
modalización: rasgos de despersonalización en la sintaxis -empleo de la tercera persona del
plural, del pronombre se, de fórmulas estereotipadas, de pasivas ...- o de personalización -
utilización de deícticos personales: pronombres, etc.- El tenor interpersonal puede
condicionar, por ejemplo, el empleo de determinadas fonnas de tratamiento. El tenor
funcional, por último, tiene repercusiones especialmente en el modo de organización global y
local del texto.
3. El campo es, por último, el factor situacional asociado a las formas de transmisión del
mensaje.
El registro sintetiza, como señalan Calsamiglia y Tusón (2000:330),
... diversas combinaciones de orden macrotcxtual y microtextual para dar como resultado una unidad
comunicativa que responde a una situación. Pese a lo que se podría esperar, ante la multiplicidad de
gentes y situaciones, en cada texto se muestran unas características que están lejos de ser arbitrarias;
[...] entre los 'rasgos de la situación' y las 'formas lingüísticas' se interpone lo que se llama 'funciones y
convenciones' , tradicione s de uso establecidas en las prácticas discursivas orales y escritas. Según esta
apreciación, a través del registro , el habla de los individuos se adapta y acomoda a los usos sociales.
Por ello, la competencia en el registro se basa en la familiaridad con situaciones diversas . La
participación en situaciones de comunicación variadas , de las más informales o las más formales , es la
clave del aumento del repertorio de registros de un hablante . La capacidad de seleccionar el registro
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Tema 31. La comprensión y expresión de textos orales. Bases lingüísticas, psicológicas y pedagógicas
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Tema 31. La comprensión y expresión de textos orales. Bases lingüísticas, psicológicas y pedagógicas
manifiesto en otros seis principios o en otras seis máximas que tienen que ver especialmente con
los oyentes o receptores, aunque lógicamente el emisor está implicado. Estas reglas, que
complementan a las de cooperación, están relacionadas con el componente social, con la cortesía
que regula las actuaciones del individuo en sociedad:
l. La primera máxima es la del tacto, con ella se regula la no imposición del emisor al receptor.
Podríamos formularla diciendo; "No te impongas al receptor".
2. La segunda máxima es la de la generosidad, que se puede enunciar como "Dale opciones al
receptor, sé generoso con él, permítele que intervenga para que él también se pueda
comunicar".
3. La tercera máxima es la de la aprobación. Con ella se refuerzan los lazos comunicativos
entre los interlocutores.
4. La cuarta máxima es la de la modestia, que tiene una estrecha relación con la del tacto. La
máxima de modestia dice "Quítale importancia a tu propia contribución a la comunicación.
Minimízala".
5. y 6. La quinta y la sexta máximas están estrechamente relacionadas: son la de la unanimidad y
la de simpatía, estas máximas establecen el acuerdo con el otro.
Salta a la vista, sin embargo, que cuando intervenimos en una conversación no siempre nos
atenemos a todas estas máximas: no siempre es verdad todo lo que decimos, ni todo lo dicho es
pertinente, ni somos todo lo claro que deberíamos para que nuestra comunicación se comprenda
o simplemente para que la comunicación avance y, en muchas ocasiones, determinados actos de
habla pueden parecemos descorteses. Así pues, si la teoría de Grice (1975) pretende explicar
cómo funciona el mecanismo de la conversación, Sperber y Wilson (1986) pretenden explicar, a
partir de las teorías formuladas por el primero de los autores mencionados, cómo funcionan los
mecanismos cognitivos en la emisión y, sobre todo, en la interpretación de los enunciados. El
concepto de comunicación que tienen estos autores está basado en un modelo ostensivo-
inferencial. A través de la ostensión o mostración los hablantes llaman la atención de sus
interlocutores sobre alguna cosa, acción o situación para hacerles manifiesta su intención
comunicativas y a través del proceso inferencial el oyente construye una representación
pragmática de la intención comunicativa que el oyente cree que el hablante ha tratado de
trasmitirle al elaborar y proferir un determinado mensaje en la forma en la que lo hace.
( 1O)Es hora de levantarse.
La teoría aludida postula, pues, que cuando un hablante emite un enunciado como el que se
contiene en (10) no sólo pretende que su interlocutor repare en determinado aspecto de la
realidad , sino que podemos suponer que el hablante pretende , por ejemplo, que el oyente se
levante. El contenido infonnativo de tal mensaje no se agota en la mera decodificación, en la
asignación de una interpretación semántica a la estructura gramatical; en el reconocimiento, en
definitiva, del significado preposicional 'es hora de levantarse', sino que requiere un proceso
inferencial que le permite captar al oyente la intención sugerida por el hablante en su proceso
ostensivo
Tales tareas pueden quedar resumidas de una forma muy general en (11):
(11) Hablante . . . . . .. . . .. Oyente
Codificación Descodificación
Ostensión Inferencia
Por eso es necesario no perder de vista que los procesos de ostensión y de inferencia son
imprescindibles para entender correctamente un mensaje y que no basta exclusivamente con los
mecanismos de codificación y de decodificación . Si no se acierta o no se quiere acertar en las
inferencias se producirá lo que se ha venido denominando fracaso conversacional. El
reconocimiento correcto por parte del oyente del significado no literal que pretenden comunicar
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Tema 31. La comprensión y expresión de textos orales. Bases lingüísticas , psicológicas y pedag ógicas
los hablantes a través de sus aportaciones, sean verbales o no, exige, según Grice (1975) , la reali-
zación de distintos tipos de inferencias que permiten ir más allá de la información extraíble de
los datos lingüísticos. Tales inferencias son de dos tipos: explicaturas e implicaturas. Las
primeras son las inferencias semánticas que permiten , por ejemplo, desambiguar palabras,
identificar los referentes de las anáforas, etc. El segundo tipo de inferencias, las implicaturas,
suponen un especial tipo de razonamiento, la denominada lógica conversacional, que se apoya
en el principio de cooperación -ya explicado- entre los interlocutores. Se trata de un tipo especial
de razonamiento no analizable mediante la lógica formal.
Sperber y Wilson (1986), a diferencia de lo postulado en la teoría de Grice, consideran que la
comunicación ostensiva se apoya en lo que denominan el prin cipio de búsqueda de la
relevancia, que implica mecanismos formales de razonamiento deductivo. Este modelo supone
que los seres humanos están capacitados cognitivamente para interpretar enunciados a partir de
cadenas de inferencias. Un enunciado será pertinente o relevante, teniendo en cuenta los datos
contextuales en los que el mensaje se produce, si puede ser interpretado fácilmente y con efectos
contextuales que compensen el esfuerzo de interpretación . Un enunciado no será pertinente ni
relevante si, por el contrario , no se tienen datos que permitan interpretarlo o si incluye
información que, aunque conocida, no aporte nada, dado el contexto en el que se produce . Según
el principio de búsqueda de la relevancia , pues, el emisor tiende a seleccionar entre todos los
mensajes posibles aquel que pueda producir en su interlocutor los mayores efectos cognitivos
con el menor esfuerzo de procesamiento posible. Por su parte, el receptor , al oír un mensaje ,
tenderá a interpretarlo a partir del contexto cognitivo -esto es, a partir del conjunto de premisas
previas- que estime que le puede conducir a la interpretación más relevante , ya que, como
indican los citados autores , "todo acto de comunicación ostensiva comunica la presunción de su
propia relevancia" (Sperber y Wilson 1986: 158). La relevancia implica, pues , la utilización de un
mecanismo formal de razonamiento capaz de derivar implicaciones de la información nueva a
partir de la información ya conocida, y de comparar las premisas implicadas con las conocidas o
asumidas previamente.
Los procesos ostensivos-inferenciales debe ser claramente distinguidos de los procesos de
codificación y de decodificación, a pesar de que corresponden respectivamente a tareas propias
del hablante (codificación y ostensión) y del oyente (decodificación e inferencia). Los procesos
de codificación y decodificación se basan en el empleo de correspondencias entre señales y
mensajes para mencionar cosas, acciones o situaciones. Ha de tenerse en cuenta que el modelo
ostensivo -inferencial no sólo es aplicable a mensajes verbales, sino también a mensajes no
verbales. Piénsese, por ejemplo, que si un individuo emplea un periódico para abanicarse puede
estar indicando no sólo que tiene calor (significado literal o proposicional), sino que puede estar
sugiriendo (ostensión) que se abra una ventana, que se encienda el aire acondicionado o el
ventilador. La interpretación conecta de tal mensaje conllevará que el destinatario de tal mensaje
infiera la intención que ha pretendido comunicar el productor de ese mensaje .
3.4. CARACTERÍSTICAS DE LO ORAL
La dificultad que supone establecer unas características generales de lo oral o de la oralidad en
los tres niveles lingüísticos viene dada especialmente por el hecho de que dentro de este marco
de realización , "lo hablado" , se encuadran distintos tipos de discursos entre los que se pueden
apreciar diferencias notorias. Lo que sigue, pues , no debe contemplar se sino como una
generalización que como todas, pretende -por definición- obviar, en la medida de lo posible , los
rasgos atribuibles a cada uno de los tipos de discursos orales y, por ello, puede incurrir en la
simplificación excesiva.
3.4.1. Nivel fónico
Tal y como ha quedado mostrado desde hace largo tiempo en los estudios lingüísticos , la
pertenencia de los usuarios de una lengua a una determinada zona geográfica y a un determinado
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Tema 31. La comprensión y expresión de textos orales. Bases lingüísticas, psicológicas y pedagógicas
Otro recurso fónico que se puede emplear en lo oral es la pronunciación enfática, marcada,
que puede llegar al silabeo. Una de las funciones que cumple la pronunciación enfática es la de
servir como refuerzo a algo ya dicho:
(15) ¡TE-HE-DI-CHO -QUE-VEN-GAS!
Dependiendo de las características de los usuarios, de su pertenencia a un determinado
estrato sociocultural, en lo oral pueden producirse también fenómenos de debilitamiento
articulatorio -como transformaciones y pérdidas de sonidos (gabina , gü eno, to(d)avía,
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Tema 31. La comprensión y expresión de textos orales. Bases lingüísticas, psicológicas y pedagógicas
tam(b)ién ...)- o de realce articulatorio (muncho ...), asociados a un estrato sociocultural bajo o
medio-bajo. Algunos fenómenos fónicos pueden ser, sin embargo, debidos también a
circunstancias situacionales -como la rapidez en la pronunciación , a causa del nerviosismo, de la
excitación, etc.
3.4.2. Nivel morfosintáctico
En este nivel las diferencias entre los tipos de discursos orales pueden ser muy grandes:
téngase en cuenta, por ejemplo, que una conferencia, una ponencia, una clase, etc., requieren un
proceso de elaboración en el que, en muchas ocasiones, intervendrán patrones preestablecidos, lo
que puede no ocurrir en una conversación espontánea. Por lo demás , debe apreciarse que la
espontaneidad de la propia conversación y de la situación en la que esta se desenvuelve hace
posible que intervengan en ella expresiones de duda, titubeos, anacolutos, uso de muletillas, etc.
Uno de los rasgos por el que caracterizábamos más arriba la situación de la enunciación oral
prototípica , la presencia simultánea de las personas que intervienen en la comunicación, que
comparten un mismo espacio fisico y un mismo tiempo cronológico , determina el empleo de
elementos deícticos - personales, espaciales y temporales-. Estos elementos permiten además de
la referencia al contexto lingüístico, como se ha venido señalando a lo largo de este temario, la
referencia al contexto extralingüístico y, en consecuencia, a la situación comunicativa, al aquí y
al ahora; en definitiva, al tiempo y al espacio -las dos coordenadas fundamentales, como hemos
señalado en otras ocasiones, en las que queda enmarcado todo acto comunicativo-, de ahí la
importancia de su empleo en lo oral.
La situación en la que se produce la comunicación, especialmente la presencia in situ de
hablante y oyente, condiciona y determina el empleo constante en lo oral de continuas
apelaciones al otro interlocutor: son frecuentes, así, no sólo los pronombres personales de
segunda persona-de cortesía en contextos más formales-, sino tambi én de operadores fáticos, etc.
El orden de las palabras depende de varios factores -de la intención psicológica del hablante,
de su actitud ante lo que manifiesta ; de las necesidades informativas; del fin que se persigue con
la comunicación; del propio procesamiento de la información; de las estrategias empleadas por el
hablante y de sus argumentaciones; del contexto situacional...-, que condicionan especialmente
dicho orden en lo hablado . La alteración del orden lógico S-V-0 -que tantas veces se ha dicho
que es característico del español-, por ejemplo, puede ser empleada como un mecanismo para
resaltar determinadas partes del discurso (16a) o como un mecanismo explicativo, matizador o
de precisión informativa (16b), con construcciones como las de (16a-b) denominadas
dislocaciones o topicalizaciones. Este orden, que podríamos denominar no convencional, se pone
especialmente de relieve con determinadas construcciones en las que el hablante pone de relieve
suyo (16c):
(16)
a. A esos amigos tuyos no los puedo soportar.
b. Los compré el jueves, los libros que me pediste .
c. Yo, lo que te digo es que me parece que eso no está bien.
Lo oral puede presentar también un alto grado de redundancia , redundancia que se manifiesta
especialmente en las repeticiones y las reelaboraciones. Las repeticiones pueden ser empleadas
como recordatorios de algo ya dicho , como mecani smos de cohesión como realces expresivos
(17a) -especialmente en la conver sación coloquial- y como un mecanismo de reelaboración de lo
que se está diciendo ( 17b):
(17) a. La ceremonia fue bonita bonita.
b. He de decir que, que ...
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Tema 31. La comprensión y expresión de textos orales. Bases lingüísticas, psicológicas y pedagógicas
puede ser un indicio del tipo de registro que se utiliza: se indica, así, que la menor complejidad
sintáctica va ligada a un registro más coloquial y, viceversa, que una mayor elaboración
sintáctica puede ser indicio de un registro más formal. En un sentido si no contrario sí que
divergente se ha expresado Narbona, autor que, en reiteradas ocasiones, ha manifestado que uno
de los rasgos más característicos de la construcción coloquial es la concatenación y acumulación
de enunciados, frente a la sintaxis incrustada del modo escrito y del registro formal. Tal tipo de
construcción puede dar lugar a un modo de construcción del discurso parcelado, que no debe por
ello ser confundido con la falta de trabazón sintáctica, ni siquiera con el predominio de las
construcciones coordinadas o yuxtapuestas, frente a las subordinadas.
3.4.3. Nivel léxico-semántico
El léxico usado por los hablantes puede ser un indicio del estrato sociocultural en el que este
hablante se encuadra-el léxico empleado por los jóvenes, por ejemplo, puede ser notablemente
distinto al empleado por la tercera generación de hablantes, el empleado en el mundo rural varía
también con respecto al empleado en las ciudades y sobre algunas voces se ha señalado que son
características del lenguaje femenino-, de la variante dialectal a la que pertenece este hablante -
hay determinadas voces, como es sabido y pongo por caso, específicas de determinados espacios
geográficos- y de la situación comunicativa en la que se produce el acto de habla oral -como se
ha dicho más arriba, la temática condiciona especialmente el léxico empleado-, aunque, como ha
señalado Garrido , el léxico es un recurso que emplean los hablantes para organizar la informa-
ción que quieren transmitir.
En este nivel se han señalado, por ejemplo, como características de la conversación -
concretamente de la conversación coloquial o informal-, la reducción del léxico común, que
tiene como contrapartida el aumento de la carga significativa de las palabras, esto es, de su
polisemia; de ahí que sea frecuente el empleo de palabras comodín o de verba omnibus. Se ha
indicado también que es un rasgo de la conversación informal la presencia de voces
pertenecientes al léxico argótico o a jergas que, no obstante, en muchos casos han perdido su
marca para integrarse plenamente en el registro coloquial (Cf, entre otros, para una
caracterización de los rasgos léxico-semánticos en el español coloquial y conversacional
Carballo 1964; Casado 1985).
3.4.4. La organización discursiva
Las características que hemos apuntado basta ahora de una forma muy simple se reflejan
evidentemente en la organización discursiva. A estas características, sin embargo, hay que añadir
aquellas otras que resultan de lo paraverbal, de la kinésica y de la proxemia, de ahí que en
ocasiones se haya señalado que la comunicación oral es multicanal. La modalidad oral puede
manifestarse tanto en secuencias en las que interviene un único interlocutor como en secuencias
en las que intervienen dos o más interlocutores. Un mensaje oral, como una noticia emitida en un
telediario, es una manifestación monologa!.
Sin embargo, las manifestaciones más características de lo oral son aquellas en las que
intervienen dos o más interlocutores, esto es, las dialogales o las dialógicas. La esencia de lo
oral, pues, se encuentra en la acción entre los individuos, en la interacción. Para analizar la
organización textual y discursiva de los discursos monologales Calsamiglia y Tusón (2000)
proponen atender a los siguientes aspectos:
1. Aquellos rasgos que sirven para organizar la estructura del texto: presentación, progresión
infonnativa y finalización.
2. Los elementos lingüísticos que se emplean para elaborar un discurso cohesionado: los
marcadores discursivos y las secuencias textuales en las que aparecen .
3. Las marcas verbales y no verbales, que pueden ser un indicio de la naturaleza dialogal que
caracteriza a cualquier tipo de comunicación humana.
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Tema 31. La comprensión y expresión de textos orales. Bases lingüísticas , psicológicas y pedagógicas
A modo de ilustración, los mencionados autores proponen el cuadro que presentamos en (18):
(18)
a. Estructura b. Marcas de c. Marcas de
Presentación Marcadores Elementos kinésicos
resumen ordenadores gestos
anticipación organizadores maneras
ordenación conectores posturas
progresión operadores Elementos
continuidad Secuencias textuales lugares
cambio narrativa distancias
contraste explicativa Formas verbales de
Finalización argumentativa deixis personal y
recapitulación descriptiva muletillas
resumen referencias al
conocimientos
coletillas diálogos retóricos
cierre
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Tema 31. La comprensión y expresión de textos orales. Bases lingüísticas , psicológicas y pedagógicas
4. BASES PEDAGÓGICAS
Como indicábamos más arriba , es el lenguaje el mecanismo que le permite al hombre su
desarrollo en la sociedad, hace casi un siglo señalaba Américo Castro que
La enseñanza del idioma en la escuela primaria condiciona todos los demás trabajos intelectuales que
han de desarrollarse. La escuela ideal deberá esforzarse por enseñar a hablar y escribir con sentido y
corrección; hará reflexionar sobre el idioma, llamando la atención sobre el significado de las palabras,
funciones síquicas y lógicas que desempeflan. El cultivo de esta forma suprema de expresión afecta a
todas las actividades del espíritu: a lo emotivo y a lo intelectual. Y lo que hagamos para educar como
hablantes a nuestros alumnos vale más aún que por su contenido, por su valor formativo" (Castro
1922:119).
Tal visión se inserta en la tradición didáctica de la lengua, cuyos postulados generales pueden
resumirse así:
1. La finalidad de la enseñanza de la lengua, en los niveles primario y secundario es, ante todo,
el desarrollo de las capacidades verbales de expresión y de comprensión.
2. La actividad educativa debe dar preeminencia a la práctica, al uso de la lengua, a la lectura y
a la expresión oral y escrita.
3. La actividad educativa también debe proporcionar conocimientos sobre la lengua , de carácter
gramatical, siempre que estén relacionados con el uso y tengan, por lo tanto , un carácter
práctico normativo .
El contenido de los epígrafes que siguen está encaminado , pues, a proporcionar unas líneas
29
Tema 31. La comprensión y expresión de textos orales. Bases lingüísticas, psicológicas y pedagógicas
directrices en las que se contienen objetivos y mecanismos fundamentales para lograr por parte
de los alumnos una correcta expresión a través de la modalidad oral del lenguaje.
4.1. OBJETIVOS
La LOE regula como objetivos generales de la enseñanza secundaria comprender y producir
mensajes orales y escritos en castellano. Será , pues, un objetivo principal "desarrollar habilidades
y crear hábitos para la transmisión del mensaje, y su escucha atenta y apropiada". Entre los
objetivos básicos citados por Pescetto ( 1971 :328) se encuentran:
1. Considerar la lengua materna como el elemento fundamental de todas las experiencias de
aprendizaje.
2. Ubicar el centro de gravitación de la enseñanza y el aprendizaje de la lengua materna en
la ejercitación adecuada, sistemática y permanente de la expresión oral. La enseñanza
incidental u" ocasional es parcial e insuficiente para el progreso expresivo de los
alumnos.
3. Distinguir adecuadamente los niveles de lengua en las ejercitaciones para la expresión
oral des tacando que la lengua oral coloquial no es ni la única forma de expresión oral, ni
la más adecuada para determinadas situaciones.
4. Capacitar al alumno para que hable de acuerdo con las normas comúnmente aceptadas
por las personas cultas de su medio.
5. Considerar en la didáctica de la expresión oral los factores técnico-normativos,
gramaticales v estéticos. La simple espontaneidad expresiva no resulta suficiente para las
relaciones complejas de comunicación que exige el desenvolvimiento en sociedad.
6. Respetar las diferencias individuales de los alumnos: de desarrollo lingüístico, de
intereses personales , de maduración afectiva, al establecer los temas y ejercitaciones para
la expresión oral.
7. Planear experiencias y ejercicios colectivos para el desarrollo e incremento de las
posibilidad expresivas de los alumnos.
8. Evaluar sistemática y continuamente el progreso expresivo de los alumnos mediante
pautas concretas y vana das de ponderación: pruebas objetivas, test estandarizados y
observación directa y crítica por parte del educador.
9. Formar, mediante una adecuada sistematización, hábitos de trabajo oral. Incrementar
sistemática, adecuada y permanentemente el aprendizaje de la modalidad oral medio
primordial de la comunicación humana , enfatizando la ejercitación de los siguientes
aspectos: fluidez, pronunciación , ritmo y entonación.
Además de estos objetivos generales habrá que hacer especial hincapié en descubrir al niño la
existencia de distintos soportes formales del mensaje , de distintos códigos sociales y de distintos
tipos de discurso . El docente deberá esforzarse por subrayar las correlaciones existentes entre los
códigos sociales y los tipos de discurso y, por otra entre las situaciones de comunicación. Para
conseguir atender a algunas de las diferencias apuntadas más arriba -lengua oral/lengua escrita;
registro formal/registro informal...; es necesario planificar la enseñanza atendiendo como indica
González Nieto (2001 :269-270), a los siguiente s aspectos:
1. Los ámbitos y contextos de uso oral y escrito de la lengua y los tipos y géne ros textuales
que deben ser objeto de atención.
2. La forma de ejercitar las capacidades de comprensión y expresión.
3. Ejercicios de los órganos articulatorios (labios, lengua ...).
4. Descripción oral de lámina s.
5. Relato de cuentos.
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Tema 31. La comprensióny expresión de textos orales. Baseslingüísticas,psicológicasy pedagógicas