Padres de La Iglesia
Padres de La Iglesia
Padres de La Iglesia
www.divvol.org, 2003.
Los Padres de la Iglesia son los autores de los primeros escritos cristianos, y los pastores
de la Iglesia de los primeros siglos, cuyas enseñanzas, en sentido colectivo, son
consideradas por la Iglesia como el fundamento de la doctrina ortodoxa cristiana.
Este nombre, aún en el siglo V, se le daba en general sólo a los obispos, pero San Agustín
rompió esta barrera al citar un escritor eclesiástico que no fue obispo, San Jerónimo,
teniendo en cuenta su doctrina y santidad de vida. Unos años más tarde el Papa Gelasio I
hace el primer elenco de los autores cristianos que tienen derecho al apelativo de
Padres.
Para que un escritor sea considerado "Padre de la Iglesia" debe tener estas
características:
• Santidad de vida,
• Aprobación eclesiástica y
Entre los santos Padres, algunos adquieren un destacado relieve por haber iluminado
ampliamente todo el campo de la revelación, y haber abierto nuevos caminos a la
teología de los siglos posteriores. La Iglesia reconoce en ellos a los interpretes
autorizados de su doctrina, y los honra con el título de "Doctor de la Iglesia" o "Doctor
eclesiástico".
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Este título fue atribuido oficialmente en 1298 por el Papa Bonifacio VIII a los cuatro
grandes Padres occidentales o latinos que son: San Ambrosio, San Agustín, San Jerónimo
y San Gregorio Magno. Más tarde son contados también entre los Doctores de la Iglesia
otros Padres latinos que fueron: San Hilario de Poitiers, San Pedro Crisólogo, San León
Magno y San Isidoro de Sevilla.
También en la Iglesia de Oriente les fue atribuido este título a: San Basilio, San Gregorio
Nacianceno y San Juan Crisóstomo. A esto se añadió después San Atanasio formando así
el grupo de los cuatro grandes Padres de la Iglesia oriental. Más tarde, en 1883 y 1890,
el Papa León XIII declaró Doctores de la Iglesia a otros Padres Orientales: San Cirilo de
Jerusalén, San Cirilo de Alejandría y San Juan Damasceno.
Así pues, el título de "Doctor" representa la recomendación que la Iglesia hace a sus
hijos, de la doctrina de estos santos, sobre todo en orden a la enseñanza.
¿Qué período abarca el estudio de los Padres de la Iglesia? La era Patrística comienza
inmediatamente después del período apostólico, y abarca los 8 primeros siglos de la era
Cristiana, coincidiendo casi con la edad antigua de la Iglesia, siendo Isidoro de Sevilla,
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quien murió en el año 636, el último de los Padres latinos y San Juan Damasceno, en el
año 749, el último de los Padres griegos.
• El de los Padres Apostólicos, quienes vivieron en el siglo I y parte del II, y que
fueron discípulos de los apóstoles.
• El de los Padres Apologistas, quienes vivieron desde mediados del siglo II hasta
finales del siglo III.
Durante este período, es decir, desde el año 70 al año 140, surgen los Padres
Apostólicos, a quienes grandes evidencias los señalan como discípulos y sucesores
directos de los Apóstoles. Hasta hoy se conservan algunos de los escritos de quienes,
además de haber fortificado la fe de las primeras comunidades cristianas, fueran los
primeros depositarios de la Tradición Apostólica.
En un principio no fueron más que cinco los escritores a los que se les dio el título de
"Pater Eavi Apostolici" publicando sus obras. Tales escritores eran: El autor de la Carta
de Bernabé, San Clemente de Roma, San Ignacio de Antioquía, San Policarpo de Esmirna
y El Pastor de Hermas. Mas tarde se añadieron también a estos: Papías de Hierápolis y
los autores de la Didaché.
Los Apologistas, fueron los primeros defensores públicos de la fe, eran sabios cristianos,
que con sus escritos defendieron la doctrina de la Iglesia y el culto cristiano. Y así
pusieron de manifiesto la Santidad de la Iglesia.
3.1 Quiénes son los Padres Apologistas y cuáles son sus escritos
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propósito de ganar adeptos para el cristianismo entre aquellas personas que se
interesaban por el peculiar modo de vida de los cristianos.
Entre los Principales Padres Apologistas tenemos a: San Justino, San Teófilo de
Antioquía, San Ireneo de Lyón, y San Cipriano.
Existen también apologistas que no cumplen con las cuatro condiciones para ser
considerados Padres de la Iglesia y son llamados "escritores eclesiásticos", ya que ayudan
de gran manera a esclarecer el misterio de Cristo, como por ejemplo: Tertuliano,
Orígenes, Clemente de Alejandría, Lactancio, Eusebio de Cesarea, Taciano, entre otros.
Entre estos sobresalen Clemente de Alejandría, Tertuliano y Orígenes.
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Calcedonia en el año 451. Es la época de un gigantesco esfuerzo por la completa
evangelización del mundo antiguo, a la cual se le llama edad de oro de los Padres.
A comienzos del siglo IV, nuevos panoramas se abren a la vida de la Iglesia. Después de
casi tres siglos de persecuciones comienza un largo período de paz que facilitó
extraordinariamente la expansión y el desarrollo del cristianismo. La fecha clave de este
cambio se sitúa en el año 313, cuando el emperador Constantino, agradecido al Dios de
los cristianos por la victoria militar que le aseguró el dominio del Imperio romano,
promulgó el edicto de Milán, con el que quedaron revocadas las leyes contrarias a la
Iglesia. A partir de entonces, el cristianismo quedaba reconocido como religión y se le
permitía a sus adeptos trabajar en las estructuras del estado. Más tarde, el emperador
Teodosio, en el año 380, prohibió el culto pagano, y el cristianismo fue declarado como
religión oficial del imperio Romano.
Con la llegada de la paz religiosa, los cristianos pudieron edificar sus propias iglesias.
Fueron levantadas las grandes basílicas en Roma, como las de San Juan de Letrán, San
Pedro y San Pablo; y en Palestina, la basílica de la Natividad en Belén, y las del Santo
Sepulcro y Monte de los Olivos, en Jerusalén. Al mismo tiempo, se emprendió la
evangelización progresiva de la gente del campo. En esta obra de evangelización se
destacaron los monjes, como San Antonio Abad y San Benito.
También fuera de los territorios sometidos al Imperio Romano se propagó con fuerza el
cristianismo, pero luego se frenó por la proliferación de herejías en torno a los dos
grandes misterios centrales de la fe: El de la Santísima Trinidad y el de la Encarnación.
El monofisismo afirmaba que tras la unión del Verbo con la carne, la naturaleza humana
de Cristo había sido "absorbida" por el Verbo, o al menos disminuida, lo cual es
condenado en el Concilio de Calcedonia, en el año 451, en donde se declara el dogma de
la unión hipostática de las dos naturalezas de Cristo: Humana y Divina, en la segunda
persona de la Santísima Trinidad.
Gracias al influjo del Espíritu Santo sobre los Santos Padres de manera que pudieran
cumplir con la misión de defender y exponer la genuina fe de la Iglesia, recibida de
generación en generación desde los tiempos apostólicos; y a los Concilios ecuménicos en
los que los obispos se reunieron para dilucidar tan graves cuestiones teológicas, la fe de
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la Iglesia salió indemne y fortalecida, e hicieron que fuera más consciente y vivida en la
práctica.
Son muchos los Padres de la Iglesia en este período, pero los más importantes son
aquellos a los que se les atribuye el titulo de "Doctor eclesiástico" tanto en los Padres
Orientales o Griegos, como en los Padres Occidentales o Latinos.