Iniciacao Ao Judo

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Iniciación al judo

VICENT CARRATALÁ DEVAL


Doctor en Psicología. Licenciado en Educación Física. Profesor de la Facultad de Ciencias de la
Actividad Física y el Deporte de la Universidad de Valencia. Cinto Blanco y Rojo 6º Dan de judo

HELIO CARRATALÁ BELLOD


Diplomado en Educación Física. Cinto negro 3er Dan de judo

ENRIQUE CARRATALÁ SÁNCHEZ


Doctor en Psicología. Licenciado en Educación Física. Profesor de la Facultad de Ciencias de la
Actividad Física y el Deporte de la Universidad de Valencia

PRAXIS 1
A. Presentación del tema

La reforma educativa trata de transformar desde los planteamientos teóricos hasta los más
experimentales, que no son otros que las enseñanzas de la disciplina en nuestras aulas. Se
pretende responder a los requerimientos de una sociedad moderna introduciendo muchas
innovaciones, desde el punto de vista didáctico, relacionadas con los métodos, la organización
de los contenidos, la evaluación, etc., para que aquello que aprendan los alumnos sea verda-
deramente significativo, útil y funcional, y realmente represente la construcción de la persona-
lidad a partir de los conocimientos y de sus experiencias.
El aprendizaje constructivo y significativo basado en las experiencias previas es un funda-
mento de la didáctica de la Educación Física. Procurar la actividad intensa, la participación de
los alumnos en su propia enseñanza, la autonomía como fin del aprendizaje, la comprensión,
el equilibrio afectivo, etc., son cuestiones que se abordan desde hace tiempo en nuestras pro-
gramaciones y aulas.
El cambio ha venido precedido por una demanda social originada por la necesidad de la
realización de actividades físicas y deportivas con motivaciones muy diferenciadas: desde el
aspecto lúdico presente en cualquier juego deportivo hasta el interés por la salud, la mejora de
la imagen o un mejor y mayor conocimiento de todo lo que afecta al cuerpo en movimiento
(PCC edelvives 1998).
El constructivismo no es una teoría psicopedagógica sino el conjunto de diversas teorías
que comparten principios o postulados constructivistas. Todas ellas coinciden en señalar que
el desarrollo y el aprendizaje humanos son el resultado de un proceso de construcción de la
propia persona. En el marco de la enseñanza institucional, esta construcción se realiza con la
ayuda de un intermediario de excepción: el profesor. Pero es el alumno quien, en último térmi-
no, modifica y reelabora sus esquemas de conocimiento. En este proceso el profesor actúa
como guía y mediador para facilitar la construcción de aprendizajes significativos. Para que un
aprendizaje sea significativo es necesario partir de los conocimientos previos de los alumnos y
que se cumplan dos requisitos básicos: el primero es que los contenidos de enseñanza sean
potencialmente significativos desde la estructura lógica del área y desde la estructura psicoló-
gica del alumno. El segundo requisito es que el alumno esté motivado y tenga una actitud favo-
rable para relacionar lo que aprende con lo que ya sabe. El aprendizaje significativo es, por defi-
nición, un aprendizaje globalizado, ya que implica que el nuevo aprendizaje se relacione de
manera sustantiva y no de forma arbitraria con aquello que el alumno ya sabe o bien con
aprendizajes posteriores (Díaz, 1994).
En definitiva, cualquier programación y posterior intervención didáctica con los alumnos
comportará el máximo respeto por las teorías constructivistas del aprendizaje, fomentando que
éste sea lo más significativo posible. Para ello serán necesarias entre otras consideraciones las
siguientes (Díaz, 1994).:

• Globalización del aprendizaje entendido como una estructura psicológica.


• Construcción de los nuevos aprendizajes a partir de los que ya posee el alumno.
• Adaptación de los métodos de enseñanza a las características individuales de los alum-
nos.
• Interdisciplinaridad de los aprendizajes con el fin de establecer relaciones entre diferen-
tes áreas.
• Atención a la diversidad de los alumnos.
• Atención a las necesidades educativas especiales a través de las adaptaciones curricu-
lares necesarias.

PRAXIS 2
Para llevar a cabo cualquier programación de Educación Física en el actual sistema edu-
cativo es necesario tener en cuenta las bases psicopedagógicas en las que el nuevo currículo
se sustenta, de lo contrario, correríamos el riesgo de no respetar sus principios e intencionali-
dades y, en definitiva, de no ceñirnos a la nueva manera de entender la enseñanza y el apren-
dizaje.
Dado el desconocimiento que los alumnos tienen sobre las actividades y los deportes de
lucha y siguiendo las directrices del Diseño Curricular Básico, plantearemos un nivel de activi-
dad adaptado a los alumnos, a los que hay que considerar individualmente, ya que no todos
son idénticos ni poseen los mismos conocimientos y experiencias; debemos considerar a cada
uno a partir de su nivel de desarrollo y maduración, entendiendo la adquisición del conoci-
miento como un proceso que conduce a la obtención de unos objetivos determinados y no
como el resultado de la acción, proponiendo unas actividades que todos puedan realizar y que
les sirvan de base para estructurar nuevos aprendizajes en los deportes de lucha.

La renovación de la iniciación deportiva, el constructivismo y


la enseñanza del deporte
La actividad física y el deporte, ya sea o no desde la perspectiva de la competición, han
adquirido una importancia tal en nuestra sociedad que se están transformando en una vía
excelente para ayudar a situar al individuo, a los jóvenes, en su entorno social más inmediato.
A través del deporte pueden aprender a integrar en su vida en sociedad algunos conceptos
útiles. Y todo ello de una forma lúdica que los distrae, los divierte, y que puede resultar inclu-
so apasionante para ellos. Mediante la actividad deportiva podrán llegar a ser aceptados y a
desarrollar su propia identidad en el seno de la colectividad (Puig y Masnou, 1995).
El deporte educativo constituye una verdadera actividad cultural, ya que primero permite
una formación básica y luego una formación continua a través del movimiento. Postula la bús-
queda de unas metas educativas y pedagógicas aplicadas al deporte de iniciación, olvidándo-
se de la concepción competitiva del deporte para dirigirse hacia una visión global del proceso
de enseñanza e iniciación donde la motricidad sea el común denominador, y el joven, el pro-
tagonista del proceso educativo. Así entendido, el deporte debe permitir el desarrollo de las
aptitudes motrices y psicomotrices en relación con los aspectos afectivos, cognitivos y socia-
les de su personalidad, respetando los estadios del desarrollo humano (Blázquez, 1995). Sin
olvidar, tal y como indica Fullat (1979), que las finalidades de la Educación Física y deportiva
deben plantearse la búsqueda del equilibrio, el cual viene determinado no sólo por la propia
concepción del hombre sino por la propia naturaleza de las relaciones que éste establece con-
sigo mismo: medio personal (biología y psicología), y con el entorno: medio circundante (natu-
raleza, sociedad y cultura).
Desde la perspectiva de la Educación Física, el proceso de iniciación deportiva, el judo en
nuestro caso, lo realizaremos de forma progresiva y atendiendo a las características de los
implicados en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Una vez analizado el contexto general de
la modalidad deportiva elegida, debemos introducir de forma progresiva y planificada los ele-
mentos que conforman el propio deporte, desde el juego, en su concepto más amplio, a las
actividades de los contenidos específicos, hasta llegar al planteamiento más o menos formal
de la práctica deportiva elegida.
Desde el punto de vista educativo y siguiendo a Blázquez (1995), el proceso de iniciación
deportiva debe recoger los siguientes aspectos:

• Ser un proceso de socialización, de integración de los sujetos teniendo en cuenta las


obligaciones sociales hacia los demás.
Queremos resaltar el papel socializador del deporte, ya que el atractivo del juego y del
deporte favorece la socialización de las personas, contribuyendo al desarrollo de las dimen-
siones de la personalidad: conformidad, identidad, autoconsciencia y solidaridad (Heinenann,

PRAXIS 3
1990). El juego motor y el juego deportivo son un buen campo de socialización no sólo de las
conductas motrices (sociomotricidad), sino también, como todo juego, de conductas sociales
globales. En este sentido, se puede decir que la socialización se produce gracias al deporte,
ya que facilita el aprendizaje de cualidades que convierten a la persona en un ser capaz de vivir
en sociedad. A través del juego, el niño aprende a ser protagonista y a depender a menudo de
los mayores. Su conducta debe regularla él mismo en función de las circunstancias y de las
conductas de los demás. Pero, además, las actividades físicas tanto en el niño como en el
adolescente raramente se hacen en soledad, sino en grupo.
Cada deporte se plantea imponiendo su lógica interna, que va a modificar en un aspecto
concreto la conducta de todo participante. Tal y como dice Boudon (1981), la estructura de
ciertas situaciones es a veces tal que es posible deducir de ellas el comportamiento de los
actores.
Autores como Boudon (1981), Caillois (1958) y Parlebas (1988) indican que el juego depor-
tivo aparece como un verdadero laboratorio que reproduce a pequeña escala los grandes ras-
gos de todo fenómeno social: la confrontación de intereses individuales en el seno de un sis-
tema colectivo de interdependencia en donde se conjugan los problemas de percepción y de
decisión, de dinámica de grupos y de encrucijada del poder, de iniciativa individual y de los sis-
temas de obligación colectivos.
Son muchos los autores que se interesaron por el poderoso atractivo que tienen el juego y
el deporte, especialmente para los niños y los jóvenes, por lo que estudiaron su importancia
en los procesos de socialización (Piaget, 1932; 1945; Mead, 1934; Simel, 1950; Helanko,
1957; Goffman, 1961; Stone, 1965; Duda, 1987; Balague,1991; Balaguer, 1993; García Ferriol,
1993; Castillo, 1995; Carratalá, 1996). A este respecto, Watson (1984) considera que los jue-
gos y el deporte son una construcción social que enseña a vivir en sociedad, proporcionando
una ligazón básica de comunicación humana y de adaptación cultural.
El deporte puede y debe contribuir en el futuro, de manera más decisiva aún que en el
pasado, al desarrollo del hombre y a su mayor integración social.

• Ser un proceso de enseñanza-aprendizaje progresivo y optimizador que tiene como


intención conseguir la máxima competencia en una o varias prácticas deportivas.
• Ser un proceso de adquisición de capacidades, habilidades, destrezas, conocimientos y
actitudes para desenvolverse lo más eficazmente posible en una o varias prácticas deportivas.
• Ser una etapa de contacto y experimentación en la que se deben conseguir unas capa-
cidades funcionales y prácticas.

Si bien podríamos abordar los contenidos bajo el nombre genérico de iniciación a los
deportes de lucha, dado su escaso tratamiento en líneas generales en los contenidos curricu-
lares de la Educación Física, lo haremos, sin abandonar la idea de la generalidad y la transfe-
rencia, desde el punto de vista del deporte del judo, ya que, como indica Contreras (1998), el
deporte es la forma más común de entender la actividad física en nuestro contexto social y cul-
tural. Abordaremos, desde esta perspectiva, la enseñanza del judo en la adolescencia.

El judo en los adolescentes


El adolescente redefine su propia identidad a través de una progresiva integración en el
contexto social. A través de la relación con los grupos de pertenencia y con los grupos de refe-
rencia, el adolescente clarifica lo que es y lo que quiere ser, lo que no es y en qué no quiere
convertirse, del mismo modo que acepta ciertos modelos y rechaza otros. Por ello, parece pre-
sumible esperar que los adolescentes que pertenecen a la cultura deportiva elijan amigos y
compañeros que valoren esta actividad y se encuentren inmersos en ella. Dornbush (1989),
acerca de la influencia del grupo de iguales en la socialización del adolescente, afirma que el
adolescente suele escoger como amigos a aquellos que se le parecen. Los iguales refuerzan

PRAXIS 4
en el adolescente actitudes preexistentes más que inducirle a nuevas formas de conducta. No
hay una sola cultura adolescente dominante y en oposición a la cultura adulta, sino muchas
culturas adolescentes que apoyan la diversidad de valores y comportamientos. De hecho,
parece haber tanta diferencia de valores entre adolescentes como entre jóvenes y adultos, y
los valores de los iguales tienden a reforzar los valores parentales más que oponerse a ellos.
En la adolescencia, el grupo proporciona al individuo la oportunidad de ser un sujeto acti-
vo o pasivo en los procesos de toma de decisiones, la oportunidad de dirigir u obedecer, de
afirmar o pasar por alto la influencia de la familia, en especial si el sujeto pertenece a una sub-
cultura cohesiva, y la de experimentar y resolver con rechazo y reprobación. En la adolescen-
cia, el problema de la imagen es más intenso que en la infancia a causa de los cambios físicos
y de la tendencia a compararse con los modelos adultos. Son varios los autores que destacan
la importancia de la percepción de la imagen corpórea en el adolescente como factor capaz
de dar al individuo el sentido de su propia identidad. En la adolescencia, el cuerpo adquiere un
nuevo valor, hasta el punto de que toda inadecuación objetivamente percibida puede consti-
tuir una fuente de malestar. La imagen que el adolescente se forma de su propio cuerpo es una
representación acumulativa de las experiencias pasadas y presentes, reales y fantaseadas,
conscientes e inconscientes. Si se tiene presente que el juicio que el entorno da del adoles-
cente está estrechamente ligado a su aspecto físico, se comprende que la valoración que el
joven tiene de su propio cuerpo refleje las expectativas de la familia y las apreciaciones de sus
coetáneos.
El adolescente realiza una práctica deportiva motivado por el deseo de construir una
estructura física adecuada al modelo adulto, o para mejorarla en el plano de las facultades,
o para asegurarse y escapar de penosos sentimientos de inadaptación. Teniendo en cuen-
ta esto, una de las facetas del profesor será, además de ayudarle en esta búsqueda, hacer-
le aceptar la realidad de su imagen corporal. En este sentido, la actividad deportiva repre-
senta para el adolescente no sólo un medio de ganar una nueva identidad física en conso-
nancia con su próximo estatus de adulto sino también una posibilidad de tomar conciencia
de esta nueva realidad, superando así el sentimiento subjetivo de alienación producido por
la coexistencia de una mentalidad infantil con un cuerpo viril. Así pues, la iniciación deporti-
va, al cambiar en el adolescente el uso del cuerpo, acaba por inducirlo a cambiar el signifi-
cado de la vida, como dice Sartre: «el hombre empieza a existir cuando se define de acuer-
do con su proyecto».
Por todo ello, estar inmerso en la cultura deportiva o practicar regularmente actividad físi-
ca o deporte tiene implicaciones muy hondas en la vida de un adolescente. Practicar un depor-
te no consiste sólo en entregarse a una actividad física codificada. Supone realizar un conjun-
to de acciones cargadas de significado que pertenecen a registros distintos: desarrollar una
actividad física regular y emplear distintas habilidades, perfeccionar dichas habilidades, entre-
narse en la competencia para ser capaz de enfrentarse a otros atletas, mejorar su calidad de
vida, etc., y todos los aspectos relativos a la vida asociativa, a la búsqueda y el mantenimien-
to de interacciones amistosas y a la construcción de una red de relaciones sociales. Optar por
asociarse a un grupo o club deportivo significa comprometerse en relación con cada una de
estas actividades. Varios trabajos han documentado que, para los adolescentes que practican
deporte en un club, un factor especialmente motivador son los aspectos sociales y de com-
pañerismo del entorno deportivo (Escartí y García Ferriol, 1994; Gill, Gross y Huddleston, 1983;
Watson, 1984). Para aquellos jóvenes que tienen asumida la lógica interna del deporte, para
aquellos jóvenes que se sienten especialmente motivados por la competición que generan cier-
tas formas deportivas, la asociación es el marco idóneo de interacción.
Los niños y jóvenes deberían considerarse en su conjunto como uno de los grupos princi-
pales en los que promover la actividad física y el deporte en el tiempo libre. Estos datos evi-
dencian el hecho de que los programas que promocionan una vida saludable, realizados con
el fin de incrementar el nivel de actividad física y la participación deportiva entre los jóvenes,
serían más eficaces si tratasen de implicar también a los padres o a otras personas significati-
vas para ellos.

PRAXIS 5
El período de los 13 a los 15 años corresponde a una fase de desestructuración de las dife-
rentes experiencias de la conducta motriz adquiridas en las fases precedentes –destreza, coor-
dinación y conocimiento del cuerpo en movimiento– que forma parte del proceso de reorgani-
zación del esquema corporal, a lo largo de la cual, el adolescente, habitante de su nuevo cuer-
po, va a ir reencontrando y redescubriendo las capacidades condicionales. Los adolescentes
que se inician en la práctica del judo se encuentran con una modalidad deportiva compleja, y
se consideran poco hábiles y eficaces en lo que a los factores de ejecución se refiere. Tienen
dificultades para elaborar una respuesta motriz, dadas las diversas y rápidas modificaciones
físicas desencadenadas por la pubertad y la gran cantidad de información que surge en cada
momento de la actividad en función de la propia evolución de la pareja, información que deben
procesar para elaborar una respuesta, lo que puede producir cierta confusión en el momento
de tomar decisiones.
En esta fase de transición, el adolescente, al abordar la práctica del judo, muestra, como
consecuencia de la falta de habilidad, una actitud fundamentalmente defensiva, es decir, con
los brazos extendidos, las piernas alejadas, y una posición del cuerpo ligeramente flexionada,
lo que se puede traducir como una disposición negativa para tomar la iniciativa y por consi-
guiente para realizar acciones que impliquen afrontar situaciones de riesgo con el fin de evitar
la caída. Una vez familiarizado con el proceso, la práctica del judo permite al adolescente una
comunicación que eliminará de forma progresiva el concepto de distancia corporal, facilitando
el trabajo cuerpo a cuerpo, la resolución de los problemas de su cuerpo y de la relación con
los demás. La necesidad de un aprendizaje basado en la relación con el otro favorecerá la
capacidad de saber estar.
Proponemos una orientación metodológica no directiva, basada en el concepto de con-
fianza en las capacidades del adolescente para resolver los problemas planteados en la prác-
tica cotidiana. Una confianza que debemos potenciar, ya que él la suele perder fácilmente a lo
largo de este período al tener que reaccionar ante nuevas situaciones en las cuales debe asu-
mir un determinado papel que en cierto modo le produce dificultades, normalmente imagina-
rias, para afrontar la tarea y la relación con su pareja. El judo le ofrece la posibilidad de aplicar
el gesto adecuado en el momento preciso, lo que le permitirá analizar, experimentar, sentir y
comprender su propio cuerpo y le irá aproximando a una regulación de su capacidad emotiva.
La exploración debe ser el camino para el conocimiento de este deporte y para la adquisición
de los conocimientos adecuados que le permitan aplicar unas soluciones motrices a los pro-
blemas planteados, lo que le conducirá a la construcción de un judo personal.

PRAXIS 6
B. Selección de contenidos

Siguiendo las directrices de la Reforma Educativa plantearemos los objetivos con los tres
ámbitos de orientación: la adquisición de conceptos, que nos permitirá dotar al alumno de los
conocimientos básicos y específicos sobre la asignatura; el dominio de procedimientos, que
exigirá al alumno el dominio de un conjunto de acciones ordenadas y orientadas a la aplica-
ción de los conocimientos adquiridos; y el desarrollo de actitudes que permitan al alumno
pasar de ser un receptor pasivo a ser un receptor activo, teniendo en cuenta el desarrollo de
su nivel crítico al diseñar sus objetivos en cada uno de los ámbitos de aplicación.
Los contenidos que a continuación proponemos se abordarán, en cuanto al concepto de
actividad, desde una amplia perspectiva, con la intención de aportar posibles transferencias a
otras actividades de lucha, y con unos objetivos concretos en cuanto a los contenidos funda-
mentales que hay que aprender.

Contenidos conceptuales, procedimentales y de actitudes,


valores y normas
CONCEPTOS PROCEDIMIENTOS ACTITUDES
• Conocimiento de las posibilida- • Introducción a las actividades • Estimular la participación en las
des educativas del judo. de lucha de forma progresiva, uti- actividades propuestas.
• Asimilación de los conceptos lizando los juegos cuerpo a cuer- • Control de la agresividad ante
de cooperación y oposición como po (lucha por un objeto, por un cualquier adversario.
medio para alcanzar los objetivos. territorio y cuerpo a cuerpo).
• Dominio de su comportamien-
• Comprensión teórica de la • Experimentación con las posi- to en toda situación.
noción de ataque y defensa. bilidades que ofrece el propio
cuerpo, fuerza, equilibrio, veloci- • Valoración del respeto hacia el
• Conocimiento de las distintas dad, etc., como elementos inte- compañero/adversario.
formas de desplazamiento y grantes de los juegos de oposi- • Respeto hacia los más débiles.
desequilibrio. ción. Integración y aplicación de los prin-
• Aprendizaje de los fundamen- • Familiarización con las accio- cipios del judo a la vida cotidiana.
tos básicos del judo. nes de coger, empujar, tirar, car- • Desarrollo de un trabajo sis-
• Conocimiento de los principios gar, etc. temático como medio de mejora
de base de las caídas. • Práctica de un proceso de ini- personal.
• Aprendizaje de las bases técni- ciación al judo. • Conocimiento de los funda-
cas del judo, sus principios y • Realización de las distintas téc- mentos y principios en los que se
métodos de estudio y aprendizaje. nicas básicas de judo. basa el judo como uno de los
• Estudio de las normas básicas contenidos propios y particulares
• Aprendizaje de las caídas. de la actividad físico-deportiva.
del desarrollo deportivo del judo.
Conocimiento de las distintas • Aplicación de las técnicas • Concienciación, durante la acti-
orientaciones de la práctica aprendidas en una situación real. vidad, del respeto hacia la integri-
deportiva. • Aplicación de los conceptos dad física de los compañeros.
técnico-tácticos más adecuados • Conocimiento de los principios
a cada situación. del fundador Kano en la práctica
• Observación y reconocimiento diaria del judo: ser tolerante con las
de los errores cometidos por los diferencias de tipo técnico, físicas,
compañeros. de orientación en la práctica, etc.
• Aceptación del reto que supo-
ne el trabajo de lucha, sin que ello
suponga actitudes de rivalidad,
entendiendo la oposición como
una estrategia de juego y no
como una actitud ante los demás.

PRAXIS 7
C. Secuenciación de contenidos

Somos conscientes de que el tratamiento de las actividades y los deportes de lucha en el


currículo de Educación Física es prácticamente inexistente, debido a varias razones entre las
que resaltamos las expuestas por Torres (1990) y por el grupo de trabajo coordinado por Tama-
llo (1997). Estos autores, en líneas generales, indican que los principales problemas que difi-
cultan la introducción de estos contenidos en el currículo de Educación Física son:

– La falta de una información estructurada de los contenidos correspondientes a las acti-


vidades y los deportes de lucha.
– La falta de formación de los maestros especialistas en este tipo de actividades, ya que se
considera que en otro tipo de actividades deportivas no es tan importante esta falta de formación.
– El deficiente acondicionamiento de las instalaciones: la falta de gimnasio, de colchone-
tas suficientes, etc.
– La posible existencia de un mayor riesgo de lesión que en otro tipo de actividades depor-
tivas, que, según Torres (1990), con una metodología adecuada, se reduce al esperado en las
actividades deportivas más frecuentes.

Atendiendo a lo expuesto, proponemos un proceso de iniciación basado en los juegos


cuerpo a cuerpo, donde planteamos una oposición progresiva. Se comienza por la lucha por
un territorio y después con la lucha por un objeto para llegar, finalmente, a la lucha donde el
objetivo es el cuerpo del adversario/compañero. La secuenciación propuesta es la siguiente:

• Juegos por la conquista de un territorio.


• Juegos por la conquista de un objeto.
• El cuerpo a cuerpo.
– En el suelo.
– De pie.
• Iniciación al judo.
– Judo suelo.
– Caídas.
– Encadenamiento judo pie con judo suelo.
– Judo pie.

Criterios para la distribución de los contenidos del programa


El programa se ha elaborado atendiendo a dos aspectos: el contenido que hay que
desarrollar y el principio de seguridad en la ejecución. El contenido, con el fin de tratar-
lo de forma amplia y variada, lo hemos estructurado partiendo de un desarrollo temático que
aborda un contenido principal y unos elementos secundarios. Esta variedad en el plantea-
miento del trabajo servirá para crear un clima motivador que favorezca el deseo de práctica. El
programa deberá tener unos mínimos exigibles que nos permitan seguir la evolución del alum-
no/a en cada nivel de práctica.
El principio de seguridad en la ejecución lo hemos propuesto siguiendo las directrices de la
Fédération Francaise de Judo et Disciplines Asocies (FFJDA), (1989), quien indica que la dis-
tribución de los contenidos se debe realizar atendiendo por un lado a la facilidad en la ejecu-
ción por parte de los alumnos implicados en el proceso y por otro a la seguridad en la caída
que pudiera producir la aplicación de la técnica.

PRAXIS 8
D. Desarrollo de la propuesta

Educación en valores y enseñanza del judo


Diversos estudios han centrado la atención en los programas deportivos orientados hacia
los niños y adolescentes, que establecen códigos precisos de comportamiento para promo-
cionar los valores y las actitudes a favor del deporte y de la sociedad. Los valores que mani-
fiestan y persiguen los niños a través de sus comportamientos deportivos pueden ser diferen-
tes de los que corresponden a los adultos. El desarrollo de valores a través de la participación
deportiva, entendiendo éstos como un modo de conducta personal determinado y socialmen-
te preferible a otros modos de conducta alternativos, no resulta sencillo. Hay que establecer
un valor educativo en cualquier tipo de actividad deportiva, tanto individual como colectiva, sin
caer en el error de pensar que, por ejemplo, los deportes de lucha o de contacto son mayo-
res generadores de violencia.
Bien aplicado, el deporte puede enseñar resistencia y estimular un sentimiento de juego
limpio y un respeto por las reglas, un esfuerzo coordinado y la subordinación de los intere-
ses personales a los del grupo. Mal utilizado, puede estimular la vanidad personal y la del
grupo, el deseo codicioso de victoria y el odio a los rivales, un espíritu corporativo de into-
lerancia y un desdén por aquellas personas que se encuentran más allá de un determina-
do rol arbitrariamente seleccionado. Aspectos que deben analizar cuidadosamente los res-
ponsables de la formación de los futuros profesionales del deporte, con el fin de poder
establecer los medios necesarios para la correcta orientación del deporte en edad escolar
[Arnold (1991)]. En el mismo sentido, Lee (1990), en su trabajo Conducta y actitudes rela-
cionadas con el juego limpio en el deporte juvenil, resalta el interés y la preocupación actua-
les por las normas de conducta, tanto en la sociedad en general como en el deporte,
inquietudes que se derivan del desprecio por las normas y del interés creciente de los pro-
gramas deportivos juveniles en los que se pone un excesivo énfasis en el triunfo, sin pres-
tar atención a los principios de disfrute y juego limpio. Tales circunstancias han inducido a
centrar la atención en los programas deportivos orientados hacia los niños y que estable-
cen códigos precisos de comportamiento para fomentar los valores y las actitudes en favor
del deporte y de la sociedad.
El deporte contiene valores de descubrimiento de uno mismo, de desarrollo personal y de
educación social que el niño deportista puede mantener durante toda su vida. La iniciación
deportiva, en su contexto más amplio, debe abordar además de los contenidos conceptuales
y procedimentales, los actitudinales Los principales valores que se pueden desarrollar a través
de la práctica deportiva son las actitudes, los valores y las normas.
A través del judo podemos incidir en la adquisición de los siguientes valores:

• La integración social. Pyecha (1971) señala que «la influencia que el judo ejerce en
la formación de la personalidad indica que su práctica hace una significativa contribución
hacia la consecución de uno de los objetivos de la Educación Física dentro de la psicología
social».
• El respeto a las reglas. La práctica del judo implica el cumplimiento de determinadas
normas de cortesía hacia la colectividad de los practicantes, el profesor, los compañeros, etc.,
que están presentes a lo largo de cada una de las sesiones de práctica; si a ello unimos las
normas que rigen el desarrollo de la actividad reglada, el joven alumno tenderá a adoptar una
actitud de respeto hacia la propia estructura deportiva y a introducirse en el concepto de
deportividad o juego limpio.

PRAXIS 9
• La ayuda mutua. La práctica del judo propicia situaciones de tensión, enfrentamiento y
rivalidad que es necesario resolver con una actitud tolerante y que sirven para promover acti-
tudes básicas de convivencia, respeto, solidaridad y participación. Tal y como menciona la
FFJDA en sus cuadernos pedagógicos, hacer judo con Uke y no contra Uke, si además aña-
dimos que la regla de oro del desarrollo del trabajo es no hacer daño, nos lleva al trabajo sis-
temático de uno de los valores del judo: la ayuda mutua, con el fin de conseguir objetivos o
beneficios que les permitan evolucionar en la práctica conjuntamente. Al respecto, Ventura
(1995) indica que el trabajo en pareja ayuda al desarrollo de la percepción y el conocimiento
de uno mismo y del otro tanto física como psicológicamente, mediante la expresión de su cuer-
po en el marco de la relación. Hace perder el miedo al contacto y asumir la responsabilidad de
sus acciones.
Los valores en los que podemos incidir de manera concreta en la práctica del judo son los
siguientes:

LA CORTESÍA
– Saludar a los compañeros al inicio y al final de la sesión. Saludar al compañero antes y
después de cada acción de pareja.

EL RESPETO
– No hacer daño a los demás compañeros.
– Tomar conciencia del compañero.
– Escuchar y respetar las consignas establecidas.
– Respetar el material y colaborar en el mantenimiento de su ubicación.

LA AMISTAD
– Ayuda mutua. Aprender a aceptar la ayuda de los demás en la realización de una activi-
dad.
– Animar a los demás.

EL CORAJE
– Tener valor para introducirse rápidamente en las acciones propuestas.
– Esforzarse delante del grupo para explicar o demostrar.

SINCERIDAD
– Tomar la palabra para indicar lo que se prefiere.
– Decir la verdad.

MODESTIA
– Felicitar a los compañeros durante el desarrollo de la tarea.

CONTROL DE UNO MISMO


– Aplicar el código de buena conducta.

Además de los valores específicos, asumiremos en nuestro planteamiento las propues-


tas del Consejo de Europa sobre el código de ética deportiva (1996), donde se plantea que
«el código engloba el concepto de derecho de los niños y adolescentes a practicar un depor-
te y a obtener una satisfacción de esa práctica, y el concepto de responsabilidad de los
adultos y las instituciones, en su condición de promotores del juego limpio, de garantes del
respeto de ese derecho». El juego limpio significa mucho más que el simple respeto de las
reglas: abarca los conceptos de amistad, de respeto al adversario y de espíritu deportivo.
Es, más que un comportamiento, un modelo de pensamiento. El concepto se extiende a la
lucha contra las trampas, contra el arte de engañar sin vulnerar las reglas, contra el dopaje,

PRAXIS 10
la violencia física y verbal, la desigualdad de oportunidades, la excesiva comercialización y la
corrupción.
En cuanto al ámbito de aplicación, estas propuestas indican que el deporte en todas sus
formas debe ser accesible a todos los jóvenes y tener como objetivo el desarrollo mental, físi-
co y social; la comprensión de los valores morales y del espíritu deportivo, la disciplina y las
reglas; el respeto a uno mismo y a los demás, incluidos los grupos minoritarios; el aprendizaje
de la tolerancia y de la responsabilidad, elementos esenciales de la vida en una sociedad
democrática (Consejo de Europa, 1996).

Orientaciones generales para la realización de la propuesta


La práctica deportiva constituye uno de los fenómenos sociales de mayor envergadura
dentro de las sociedades avanzadas contemporáneas. De forma que las condiciones para que
se lleve a cabo la «experiencia deportiva personal» se producen en el entorno social en el que
todos nos encontramos inmersos, por lo que podemos decir que el deporte y su práctica se
constituyen como elementos significativos de la experiencia vital del individuo y del colectivo.
Por lo tanto, el deporte en edad escolar tiene en cada momento y circunstancia un referente
inevitable, que es el concepto que la sociedad tenga del fenómeno de la práctica deportiva.
Esta conceptualización no es estática sino que está sujeta a los cambios que dicta la propia
dinámica (Sánchez Bañuelos, 2000).
Román (1995) hace referencia a un planteamiento didáctico de respeto absoluto a la crea-
tividad del deportista, facilitándole la toma de decisiones sobre la base de grados de libertad
del propio deportista, lo que compromete al educador (profesor/entrenador) a ser consciente
de que su actividad puede enmarcarse en líneas pedagógicas conductoras, que facilita el des-
cubrimieto de los alumnos, y no caer en métodos de trabajo que pretendan dar respuestas
despersonalizadas y de carácter estándar. El mecanicismo criticado es, por tanto, una meto-
dología de trabajo obsoleta que aconsejaba un aprendizaje técnico aplicable a todos los prac-
ticantes, previa una evolución y comprensión táctica. El gesto no puede separase del uso, del
porqué de su utilización y sus fines, lo que exige un aprendizaje permanente en situaciones de
juego. El gesto técnico considerado de forma aislada no es suficiente en el aprendizaje de un
deporte.
Gómez y García (1993) hacen referencia al deporte como vehículo de formación de valores
personales, tanto físicos como espirituales y sociales, justificando desde esta perspectiva la
inclusión del deporte en los centros educativos, de lo que podemos deducir que no se puede
entender el deporte escolar desligado del proceso de educación integral, involucrando así en
el proceso educativo, al igual que lo haría Santiago Coca o Pierre de Coubertín, al profesora-
do. De este modo, serán los responsables del hecho educativo, es decir, los integrantes de la
comunidad educativa, quienes marcarán los objetivos del deporte escolar en el proceso inte-
gral que defendemos (Solar 1997).
En el deporte del judo, la constante necesidad de adaptarse a los diferentes adversarios y
situaciones exige que centremos la enseñanza en la búsqueda de estas adaptaciones, explo-
rando las acciones técnico-tácticas con las que nosotros obtenemos un mayor rendimiento.
Este último factor hace necesaria la elección de las acciones más adecuadas, entre los múlti-
ples recursos que nos ofrece el deporte del judo, en función de nuestras posibilidades y de las
imposiciones del adversario. Atendiendo a estos planteamientos, el profesor, a lo largo del pro-
ceso de enseñanza-aprendizaje, debe ofrecer un gran abanico de recursos que puedan garan-
tizar el desarrollo y la exploración del judoka dentro del judo. Por ello debemos proponer en las
primeras sesiones de la iniciación un trabajo general de situaciones de lucha, para ir progresi-
vamente introduciendo al alumno en situaciones más complejas, orientándole en las posibles
soluciones que generan las diferentes situaciones de lucha. De esta manera, con el aprendi-
zaje estructurado de las posibles soluciones a las diferentes circunstancias que se puedan
plantear, el alumnado podrá incrementar su potencial resolutivo y, con los diferentes trabajos

PRAXIS 11
de lucha planteados, explorar el conflicto y poner en práctica los diferentes recursos que le
hemos ido indicando o que él ha descubierto. Este planteamiento facilitará que el joven judo-
ka mantenga su motivación en la propia práctica, es decir, su asiduidad a la clase o entrena-
miento, y su progresión, ya que se le ofrece al niño mayores posibilidades para que encuentre
diversión y placer en la práctica del judo, así como elementos y personas que le permitan un
enriquecimiento personal.
El judo es una actividad deportiva que conlleva toda una serie de aspectos emocionales,
afectivos, espirituales, físicos, mecánicos, intelecto-motores, que conforman el interior de la
persona como unidad. Por ello, Cecchini (1989) indica que: «este acercamiento interdisciplinar
permite comprender cómo el deporte no limita su riqueza pedagógica a resultados de orden
caracterial e higiénico, sino que es la persona la que se expresa a través de ese movimiento,
por tanto, es un medio de desarrollo integral». Este autor afirma que la vertiente más impor-
tante del judo es, sin duda alguna, la educativa. Por ello propone que para elevar al deporte
del judo a la categoría de Deporte Educativo debemos humanizarlo, garantizar el desarrollo
humano con su práctica. Y con tal fin hemos de potenciar el valor social que requiere el judo,
es decir, valorar la condición lúdica del judo como juego interindividual, la expresión libre de
intencionalidad, la experiencia personal, la creatividad de actuación, la adquisición de valores
morales, la autorrealización.
En diversas ocasiones ha podido confirmarse que muchos jóvenes ponen un mayor énfa-
sis en la diversión, el desarrollo de las técnicas, la pertenencia a un equipo, el estado de
forma y el juego limpio que en la búsqueda del triunfo como objetivo último. En este senti-
do, el judo debe concebirse como un medio que se puede utilizar en la educación físico-
deportiva de niños y jóvenes. Desde esta perspectiva, el judo no es necesariamente una dis-
ciplina que se elige como futura práctica deportiva, y por consiguiente los objetivos no deben
ir dirigidos a formar un judoka, sino que deben encaminarse a participar en su educación
deportiva, por lo que proponemos abordar su enseñanza con contenidos y actividades que
respondan a las necesidades, inquietudes y motivaciones de los alumnos. Basándonos en
ello debemos:

a) Realizar un planteamiento de la actividad en sintonía con los objetivos educativos


propuestos por el Ministerio de Educación en lo que a la asignatura de Educación Física se
refiere en cada una de las distintas etapas educativas. De este modo, al realizar un plante-
amiento de la actividad físico-deportiva de forma integrada, conseguiremos un doble obje-
tivo:

– Contribuir al desarrollo y la educación del alumnado siguiendo las directrices del sistema
educativo reglado.
– Incidir y desarrollar de forma genérica los principios motores básicos que, de forma clara,
facilitarán el aprendizaje de tareas más específicas y complejas como son las del deporte del
judo.

b) Abordar la enseñanza del judo conservando la especificidad de los contenidos, tratados


bajo los aspectos mencionados, para lo cual propondremos una práctica basada en situacio-
nes a las que el alumno tendrá que responder con sus conocimientos y con la ayuda del grupo
y del profesor. Éste planteará situaciones de trabajo adaptadas a las posibilidades del sujeto
de aprendizaje para que pueda ser capaz de realizar ciertos elementos técnicos a través de
unos planteamientos de trabajo globales, sin preocuparse por la ejecución de una técnica este-
reotipada, de manera que este proceso le ayude a desarrollar un saber efectivo más que un
proyecto de adquisición de automatismos.
El deporte del judo se presenta dentro de esta obra como el desarrollo físico en conso-
nancia con la formación educacional, ya que de no ser así iría en contra de sus principios.
Nos referimos con ello a que el judoka se enmarca, como ciudadano, dentro de la socie-
dad.

PRAXIS 12
Aspectos que hay que considerar en la enseñanza del judo

A la hora de tratar el proceso de enseñanza del deporte en general y del judo en particular,
es necesario que tengamos en cuenta cada uno de los aspectos que intervienen a lo largo del
proceso de enseñanza-aprendizaje de forma interrelacionada. Blázquez (1995) propone los
siguientes:

• Las características del individuo que aprende.


• Las características de la actividad deportiva. Su estructura lógica.
• Los objetivos que se pretende alcanzar.
• Los planteamientos pedagógicos o métodos didácticos.

Las características del sujeto que aprende

Debemos tener presente los rasgos del individuo que se inicia en la actividad deportiva para
proceder en nuestra acción didáctica a partir de ellos. Amador (1995) indica que hay que tener
en cuenta las siguientes particularidades:

– Las capacidades motrices del sujeto.


– Sus cualidades físicas y su capacidad de entrenamiento.
– Su coordinación dinámica general.
– Los estadios de crecimiento y madurativos.
– La capacidad de aprendizaje.
– El nivel de aptitud deportiva general y específica para la lucha.
– Las condiciones del entorno y el nivel de interacción.

Estructura y características del judo

Iniciaremos este apartado atendiendo a un doble planteamiento, es decir, analizando


el judo desde el punto de vista de la tarea que hay que realizar y desde la perspectiva del
deporte. Ambos aspectos serán coincidentes con la orientación de los contenidos que
hay que desarrollar en el primer y el segundo Ciclo de la Enseñanza Secundaria Obliga-
toria.
Desde el punto de vista de la tarea, la actividad consiste en procesos habituales de
desplazamientos, reequilibración, agarres, tracción, empuje, apoyos sobre el cuerpo del
oponente, etc. Acciones que se desarrollarán a través de los juegos y las actividades de
lucha.
Desde el punto de vista del deporte, en el judo encontramos tres componentes esenciales:
el judo pie, el judo transición y el judo suelo. A continuación destacaremos sus principales
características:

– El judo pie lo forman las técnicas de proyección, y para su aplicación se requiere una
gran coordinación, rapidez, agilidad, fuerza del tren superior y del inferior, etc.
– El judo transición es la secuencia táctica limitada en el tiempo que marca la transición
entre el momento en que la pareja trabaja judo pie y el momento en el que existe oposición en
el trabajo de judo suelo; es decir, las acciones dirigidas al control del adversario después de
ser proyectado, para lo que deberemos tener presente la situación del cuerpo en el espacio,
aplicar una fuerza dinámica del tren superior, una gran agilidad, y una buena capacidad para
utilizar los apoyos con cualquier parte del cuerpo.
– El judo suelo lo forman las técnicas de control, y para su aplicación se necesita una
gran fuerza de extensión, de flexión, de rotación del tronco, fuerza estática del tren superior y
del inferior y flexibilidad.

PRAXIS 13
Estructura lógica del judo

• La técnica debe facilitarse de manera global, adaptándola o modificándola en función de


la situación y de las características del aprendiz para más adelante realizar las combinaciones
oportunas.
• El reglamento, para una mejor comprensión en el aprendizaje global del judo, conviene
simplificarlo, modificando las reglas en función de las necesidades y condicionando su uso con
el fin de conseguir un judo positivo (judo de ataque) y preservar la integridad física de los prac-
ticantes.
• El espacio donde se realiza la actividad, el tatami, en función de los objetivos persegui-
dos, podremos utilizarlo de la manera más conveniente, aumentándolo, disminuyéndolo o
usando sólo una zona determinada.
• El tiempo, al igual que el espacio y en función de los objetivos propuestos, podremos
aumentarlo o disminuirlo, así como utilizar distintos ritmos de acción dentro de los tiempos
establecidos.
• La comunicación. En el caso del judo, la comunicación fundamental viene dada por el
contacto físico, inicialmente a través del agarre.
• La estrategia. Podemos realizar las acciones de acuerdo con una estrategia preestable-
cida, sin estrategias previas y con papeles alternativos de ataque y defensa.

Fases de la iniciación al deporte del judo


Tomaremos como modelo las referencias generales de las fases de iniciación deportiva:
iniciación, desarrollo y perfeccionamiento; y nos basaremos en las aportaciones específicas
de la iniciación al judo realizadas por FFJDA, 1989; Cecchini, 1989; González, 1990; Torres,
1990; García, 1992; Castarlenas, 1993; Arruza, 95; Amador, 1995 y 1997; Carratalá, 1997,
1998 y 2000; Espartero, 1997; Dopico e Iglesias, 1997; Villamón, 1997 y 1999; Real Federa-
ción Española de Judo y otros Deportes Asociados (RFEJYDA), 2000. A continuación expon-
dremos un modelo de iniciación al judo desde la perspectiva de la Educación Física, concre-
tamente dirigido a la ESO, para lo que estructuraremos los contenidos en dos bloques, el pri-
mero de ellos dirigido al primer Ciclo de Secundaria, y que hará referencia a los juegos y las
actividades de lucha, y el segundo bloque a los alumnos/as de segundo Ciclo de Secunda-
ria, donde abordaremos los contenidos específicos del deporte del judo desde una perspec-
tiva global.
En la primera fase, los planteamientos de la actividad irán orientados al descubrimiento de
los principios y las reglas que rigen las actividades de lucha, explorando, a través de la expe-
rimentación práctica, un medio nuevo. Este planteamiento facilitará que el alumno comprenda
la finalidad de sus acciones, aplicándolas a la situación real, y le ayudará a encontrar, aprender
y construir formas aplicables relacionadas entre sí que le permitan construir un programa orga-
nizado en función del objetivo general. Debemos hacer hincapié en plantear escenas basadas
en la exploración y la vivencia personal de las distintas situaciones que plantean las acciones
de lucha, dedicando un tiempo a analizar la sensación del otro.
En la segunda fase, y dado que el aprendizaje es un proceso continuo de adquisición de
conocimientos en el ámbito motor, debemos incidir en la mejora de las acciones motrices pro-
pias del judo, creando en el sujeto la necesidad de perfeccionar sus respuestas, adecuándo-
las a cada una de las situaciones, lo que le llevará a recabar informaciones cada vez más pre-
cisas acerca del acto motor. Aconsejamos seguir un aprendizaje global y adaptado a la situa-
ción real de práctica del judo como actividad deportiva, ya que uno de los objetivos prioritarios
de su aprendizaje se centra en la sincronía que deben guardar cada una de las partes que lo
componen. Proponemos comenzar el aprendizaje técnico a través de las respuestas que los
alumnos producen de forma espontánea, con el fin de obtener un éxito global de los elemen-
tos técnicos abordados sin entrar en exceso en el análisis técnico detallado.

PRAXIS 14
Aspectos reglamentarios
Reglamento básico del judo

El reglamento se aplica a lo largo del desarrollo de un combate. Para su mejor compren-


sión vamos a describir las pautas generales de un combate de judo y su relación con la termi-
nología arbitral.
El combate se inicia a la voz de «Hajime» y ambos judokas, a través del kumikata (agarre)
intentan dominar al adversario y aplicar una acción técnica que será más o menos eficaz. En
función del nivel de eficacia, el árbitro anunciará Koka, Yuko, Waza-ari o Ippon (se explicarán
más adelante); en los tres primeros casos ambos judokas podrán seguir el combate en el suelo
para aplicar una inmovilización, estrangulación o luxación. En el caso de que uno de los judo-
kas logre inmovilizar al otro y en función del tiempo conseguido, el árbitro anunciará los mis-
mos tipos de ventaja. El combate finaliza cuando uno de los judokas logra un Ippon, dos Waza-
aris o, en su caso, cuando se llegue al tiempo establecido, siendo vencedor el judoka que
mayor puntuación haya obtenido. Si al llegar el final del combate ambos judokas tienen la
misma puntuación, el combate se decidirá mediante la «Técnica de Oro». En este caso se ini-
cia de nuevo el combate con la misma duración, y finaliza en el mismo momento que alguno
de los judokas consiga una ventaja técnica o sanción.
La duración de los combates es a tiempo real, sin contabilizar el tiempo transcurrido entre
el anuncio de «Matte» (parar) y «Hajime» (empezar), y entre «Sono-mama» (no moverse) y
«Yoshi» (continuar).

Edad, grado, tiempo de combate y categorías de peso para los campeonatos oficiales

MASCULINO

EDAD QUE SE
GRADO TIEMPO
CATEGORÍA CUMPLE EL AÑO PESOS
MÍNIMO COMBATE
DEL CAMPEONATO

ABSOLUTA 17-Libre Marrón 5’ - 60, - 66, - 73, - 81, - 90, - 100, + 100 kgs

SUB-23 17-22 Marrón 4’ - 60, - 66, - 73, - 81, - 90, - 100, + 100 kgs

JUNIOR SUB-20 *(16) 17-19 Marrón 4’ - 60, - 66, - 73, - 81, - 90, - 100, + 100 kgs

JUVENIL SUB-19 15-18 Marrón 4’ - 55, - 60, - 66, - 73, - 81, - 90, + 90 kgs

CADETE SUB-17 15-16 Marrón 3’ - 50, - 55, - 60, - 66, - 73, - 81, + 81 kgs

INFANTIL SUB-15 *(12) 13-14 Azul 3’ - 42, - 46, - 50, - 55, - 60, - 66, + 66 kgs

ALEVÍN SUB-13 11-12 Verde 2’ - 30, - 34, - 38, - 42, - 47, - 52, + 52 kgs

BENJAMÍN SUB-11 9-10 Naranja 2’ - 26, - 30, - 34, - 38, - 42, - 47, + 47 kgs

* Tanto para la categoría Junior como para Infantil se podrán admitir judokas con la edad mínima
señalada.

PRAXIS 15
FEMENINO

EDAD QUE SE
GRADO TIEMPO
CATEGORÍA CUMPLE EL AÑO PESOS
MÍNIMO COMBATE
DEL CAMPEONATO

ABSOLUTA 17-Libre Marrón 5’ - 48, - 52, - 57, - 63, - 70, - 78, + 78 kgs

SUB-23 17-22 Marrón 4’ - 48, - 52, - 57, - 63, - 70, - 78, + 78 kgs

JUNIOR SUB-20 *(16) 17-19 Marrón 4’ - 48, - 52, - 57, - 63, - 70, - 78, + 78 kgs

JUVENIL SUB-19 15-18 Marrón 4’ - 44, - 48, - 52, - 57, - 63, - 70, + 70 kgs

CADETE SUB-17 15-16 Marrón 3’ - 44, - 48, - 52, - 57, - 63, - 70, + 70 kgs

INFANTIL SUB-15 *(12) 13-14 Azul 3’ - 40, - 44, - 48, - 52, - 57, - 63, + 63 kgs

ALEVÍN SUB-13 11-12 Verde 2’ - 30, - 34, - 38, - 42, - 47, - 52, + 52 kgs

BENJAMÍN SUB-11 9-10 Naranja 2’ - 26, - 30, - 34, - 38, - 42, - 47, + 47 kgs

* Tanto para la categoría Junior como para Infantil se podrán admitir judokas con la edad mínima
señalada.

El tatami: partes en las que se divide el área de competición

El área de competición deberá tener una dimensión mínima de 14 x 14 metros y máxima


de 16 x 16 metros y deberá estar cubierta de tatamis.
El área de competición se divide en dos zonas: área de combate y zona de seguridad. La
demarcación entre estas dos zonas se denomina «zona de peligro» y se indicará mediante una
zona coloreada, generalmente roja, de una anchura aproximada de 1 metro. El área de com-
bate debe tener como mínimo unas dimensiones de 8 x 8 metros y como máximo de 10 x 10
metros. La zona de seguridad debe tener una anchura de 3 metros.

Uniforme de judo (judogui)

Los competidores vestirán judogui de color azul para el competidor nombrado en primer
lugar y blanco para el competidor nombrado en segundo lugar.
Las mujeres competidoras deberán llevar debajo de la chaqueta una camiseta blanca de
manga corta, lo suficientemente larga para ser metida dentro del pantalón.

Jueces, árbitros, anotadores y cronometradores

El combate será dirigido por un árbitro y dos jueces.


El árbitro y los jueces serán asistidos por los anotadores y cronometradores.
El árbitro situado en el área de competición, dirigirá el combate y tomará las decisiones,
asegurándose de que sean correctamente registradas. Alguna de las acciones que puede indi-
car son las siguientes:

• Osaekomi-waza (inmovilización)
Existe Osaekomi cuando el judoka inmovilizado está controlado por su adversario y tiene

PRAXIS 16
su espalda, ambos hombros o un hombro en contacto con el tatami. El judoka que aplica la
inmovilización no puede tener su pierna o cuerpo controlado por las piernas del adversario.
Tiempos de inmovilización y tipo de ventaja:

– Ippon: Un total de 25 segundos.


– Waza-ari: 20 segundos o más pero menos de 25 segundos.
– Yuko: 15 segundos o más pero menos de 20 segundos.
– Koka: 10 segundos o más pero menos de 15 segundos.
– Un Osaekomi de menos de 10 segundos será contado igual que un ataque.

• Ippon
Ippon es la máxima valoración que puede obtenerse en un combate. Marcar un Ippon sig-
nifica obtener la victoria sobre el adversario.
Cuándo se puede marcar Ippon::

a) Cuando un competidor proyecta al otro sobre su espalda con considerable fuerza y velocidad.
b) Cuando un competidor inmoviliza al otro durante 25 segundos.
c) Cuando un competidor abandona golpeando dos o más veces con su mano o pie, gene-
ralmente como resultado de una técnica de Shime-waza (estrangulación) o Kansetsu-
waza(luxación al brazo).

Los tres elementos necesarios para conseguir Ippon a través de una técnica de proyección son:

– Mantener el control sobre el adversario en el momento de la proyección.


– Que la caída se realice ampliamente sobre la espalda.
– Que la proyección sea aplicada con considerable fuerza y velocidad.

• Waza-ari
El árbitro anunciará Waza-ari:

a) Cuando un competidor con control proyecta al otro, pero la técnica carece parcialmen-
te de uno de los tres elementos mencionados necesarios para Ippon.
b) Cuando un competidor inmoviliza al otro durante 20 segundos o más, pero menos de 25
segundos.

• Yuko
El árbitro anunciará Yuko:

a) Cuando un competidor proyecta al otro, pero la técnica carece parcialmente de dos de


los tres elementos necesarios para Ippon.
b) Cuando un competidor inmoviliza al otro durante 15 segundos o más, pero menos de
20 segundos.

• Koka
El árbitro anunciará Koka:

a) Cuando un competidor con control proyecta al otro competidor sobre su glúteos, con
velocidad y fuerza.
b) Cuando un competidor inmoviliza al otro durante 10 segundos o más, pero menos de
15 segundos.

• Sanciones
El reglamento contempla una serie de actos prohibidos que se clasifican en leves y graves.

PRAXIS 17
Las faltas leves se sancionarán con Shido y las faltas graves se sancionarán con Hansoku-
make (descalificación).

Evaluación
La evaluación debe ser considerada como un medio que proporciona información al profe-
sor para ajustar su intervención didáctica. Así entendida, la evaluación debe centrarse en el
proceso de enseñanza-aprendizaje.
Proponemos la evaluación continua y cualitativa basada en la observación sistemática y
registro del proceso, dada la complejidad de los contenidos, lo que aportará una constante
información sobre el progreso (comportamientos, actitudes, rendimiento, conocimientos, aten-
ción, etc.), sobre el esfuerzo puesto en práctica por parte de los alumnos y sobre el resultado
del proceso de enseñanza-aprendizaje.
Fraire (1996) hace referencia a tres tipos de evaluaciones fundamentales:

– Evaluación inicial o de diagnóstico. Tiene como finalidad la planificación sobre las bases
conocidas. Tiene en cuenta las capacidades, estado físico, conocimientos y experiencias ante-
riores del sujeto.
– Evaluación formativa. Su objetivo es integrar el proceso de evaluación en las actividades
físico-deportivas, para obtener de sus resultados aplicaciones que la perfeccionen y para
determinar en qué grado se consiguen los objetivos propuestos.
– Evaluación sumativa o de producto final. Es la síntesis de los resultados de la evaluación
continua, teniendo en cuenta la evaluación inicial y los objetivos previstos para cada nivel.

Respecto a los interrogantes sobre qué, cómo y cuándo evaluar, podemos encontrar orien-
taciones en el siguiente cuadro resumen:

EVALUACIÓN INICIAL EVALUACIÓN FORMATIVA EVALUACIÓN SUMATIVA

Los esquemas de Los tipos y grados de


Los progresos, dificultades,
conocimiento pertinentes para aprendizaje que estipulen los
¿QUÉ EVALUAR? bloqueos... que acompañan al
los nuevos contenidos de objetivos a propósito de los
proceso de aprendizaje
aprendizaje contenidos seleccionados

Al inicio de una fase de Durante el proceso de Al término de una fase de


¿CUÁNDO EVALUAR?
aprendizaje enseñanza-aprendizaje aprendizaje
Observación y control
Observación, control, registro
Consulta e interpretación de la sistemático del proceso de
e interpretación de las
historia escolar. Registro e aprendizaje. Registro e
¿CÓMO EVALUAR? respuestas y comportamientos
interpretación de respuestas interpretación de las
que exijan utilizar los nuevos
ante nuevos aprendizajes observaciones en los
aprendizajes
documentos adecuados

Criterios de evaluación

– Reconocer la existencia de normas y principios de combate establecidos en el desarro-


llo de las actividades.
– Aplicar las habilidades específicas adquiridas a situaciones reales de práctica, prestando
especial atención a los elementos de percepción, decisión y ejecución.
– Incrementar las cualidades técnicas respecto a sí mismo y al entorno de referencia.
– Coordinar las acciones propias con las del adversario, participando de forma coope-
rativa.

PRAXIS 18
– Coordinar las acciones propias en función de las acciones del contrario, participando en
situación de oposición.
– Resolver problemas de decisión surgidos en la realización de actividades deportivas uti-
lizando habilidades específicas y evaluando el ajuste de la ejecución al objetivo previsto.
– Practicar las técnicas en situación de oposición, adaptando la ejecución al nivel de los
compañeros.
– Comportarse respetuosamente con el medio que nos rodea y con los compañeros.
– Participar de forma activa en la realización de las actividades físico-deportivas propuestas.

Instrumentos y técnicas de evaluación empleadas

Las técnicas que se emplearán en la evaluación serán: la observación, autoevaluación y


evaluación teórico-práctica, todo ello para determinar la asimilación y comprensión de los obje-
tivos propuestos, mediante registro anecdótico, listas de control, escalas de clasificación y pro-
cedimientos de verificación.

– El registro anecdótico consiste en la anotación y una breve descripción de aquellos


hechos o comportamientos que, de manera destacada y no esperada, aparecen en el trans-
curso de los procesos de enseñanza-aprendizaje.
– Las listas de control son un conjunto de frases referidas a conductas, acciones, com-
portamientos, etc., cuya presencia o ausencia se comprobará mediante una observación sis-
temática y metódica.
– Las escalas de clasificación pretenden, como su nombre indica, clasificar los comporta-
mientos motrices de una habilidad, actividad o tarea realizada por los judokas en una determi-
nada categoría de una escala que puede tener varios niveles, pero que siempre tiene los extre-
mos definidos. El primero corresponde a la no existencia de ese comportamiento o a una uti-
lización muy mala del mismo, y el otro, a la mejor realización posible. Los extremos o intervalos
pueden ser: ordinales, numéricos, gráficos y descriptivos.
– Los procedimientos de verificación tratan de registrar hechos y acontecimientos que se
dan en situaciones reales en la práctica de actividades físicas. Las variables que hay que obser-
var deben estar establecidas previamente y se deben utilizar para el registro unas plantillas en
las que se van anotando los diferentes hechos verificados.

¿Cómo se utilizarán estos instrumentos en las diferentes fases de la evaluación?

En la evaluación inicial o de diagnóstico emplearemos una lista de control relacionada con


la experiencia previa de los alumnos en cuanto a la práctica de diferentes deportes y en parti-
cular del judo, sus conocimientos y predisposición hacia él. Debe ser cumplimentada por el
alumno (Tabla 1).
Por otro lado, utilizaremos una escala de clasificación cualitativa que valore el momento de
aprendizaje en que se encuentran los judokas y su predisposición inicial en lo referente al judo
y a las habilidades básicas de las que vamos a partir; de esta manera, el profesor podrá detec-
tar los problemas que les puedan surgir (Tabla 2).

PRAXIS 19
EXPERIENCIAS PREVIAS SÍ NO

He practicado más de un deporte extraescolar

Actualmente, practico más de un deporte extraescolar

He practicado judo o actividades de lucha con anterioridad

PREDISPOSICIÓN SÍ NO

Me gusta hacer deporte

Me gusta jugar, divertirme y pasarlo bien haciendo ejercicio

Me gusta competir en muchos deportes

Yo quería practicar judo

CONOCIMIENTO SÍ NO

En el judo se debe ayudar y cuidar al compañero/adversario

Para hacer judo necesito un traje especial

En el judo se dan patadas

El judo es un deporte de origen japonés

Tabla 1. Lista de control sobre experiencias previas, predisposición y conocimientos del judo.

CONDUCTAS QUE HAY QUE OBSERVAR Nunca A veces A menudo Siempre

Realiza las tareas propuestas con facilidad

Se desplaza con facilidad en todas las direcciones

Atiende durante las explicaciones

Tiene interés por el deporte y lo demuestra

Realiza preguntas cuando no entiende algún concepto o actividad

Colabora con los compañeros en el desarrollo de las sesiones

Colabora con el profesor en el desarrollo de las sesiones

Participa activamente en los juegos y actividades propuestas

Tabla 2. Momento de aprendizaje y predisposición observada.

Durante la evaluación formativa se utilizará una escala de clasificación cualitativa que nos
dará información sobre los aprendizajes que los alumnos van adquiriendo y sobre la idoneidad
de las enseñanzas que se están impartiendo. Estos datos serán comprobados mediante la
observación diaria, sistemática y metódica de los judokas.
Por otro lado, también se emplearán los procedimientos de verificación mediante la obser-
vación de judokas en competición durante diferentes campeonatos y con la visualización y
posterior análisis conjunto (alumnos y profesor) de una grabación de vídeo de nuestros propios
judokas en competición o/y durante la ejecución de alguna sesión. Se deberá realizar un regis-
tro de acontecimientos (número de ataques, técnicas empleadas, sanciones, etc.) y el crono-
metraje (tiempo de trabajo judo pie y judo suelo).

PRAXIS 20
La evaluación final se realizará mediante una lista de control que refleje el grado de apren-
dizaje de las tareas más significativas del curso, una ficha de autoevaluación y un examen teó-
rico-práctico para pasar de grado. Este examen lo utilizamos como elemento motivador para
los alumnos y para prepararlos para un futuro en el que se verán obligados a superar este tipo
de pruebas.

PRAXIS 21
A lo largo de la propuesta los materiales se desarrollarán mediante el siguiente etiquetado:

P = Orientaciones para el profesorado

D = Documentos para trabajar en el aula

A = Actividades para el alumnado

Secuencia 1. Juegos de oposición y lucha


P Orientaciones para el profesorado
D Conocer el judo
A Juegos por la conquista de un territorio
A Juegos por la conquista de un objeto
A Juegos de lucha cuerpo a cuerpo
A Juegos de lucha de diferentes países

Secuencia 2. Judo suelo. Buscar formas de inmovilizar al adversario


P Orientaciones para el profesorado
A ¿Cómo inmovilizar al adversario?
A Mejoremos la capacidad de control
A Formas de inmovilización que pueden aparecer
A ¿Cómo podemos derribar o voltear al adversario?
A ¿Somos capaces de escapar de una inmovilización?
A Hagamos un combate/randori de judo suelo

Secuencia 3. El aprendizaje de las caídas


P Orientaciones para el profesorado
A Caídas hacia atrás
A Caídas laterales
A Caídas hacia delante
A Juegos de caídas

Secuencia 4. Comencemos con el judo pie


P Orientaciones para el profesorado
A Proyectamos al compañero
A Encadenamiento pie-suelo
A Introducción a los principios fundamentales del judo
A Actividades de aplicación técnica y táctica

Secuencia 5. Proyectando al compañero


P Orientaciones para el profesorado
A Con la cadera
A Caída en el vacío
A Proyección cargando sobre la espalda
A Gran siega exterior
A Gran siega interior
A Barrido del pie que avanza

PRAXIS 22
A Bloqueo del pie con acción de pescar
A Proyectamos frente al colchón quitamiedos
A Algunas propuestas para la aplicación del trabajo desarrollado

PRAXIS 23
Propuesta 1. Conocer el judo

Secuencia 1. Juegos de oposición y lucha

Orientaciones para el profesorado P


El judo se caracteriza por la constante necesidad de adaptarse a los diferentes adversarios
y situaciones y de estudiar las acciones con las que obtenemos mejores resultados. En este
sentido, debemos elegir entre los múltiples recursos en función de nuestras posibilidades y de
las imposiciones del adversario, hecho que exige que el profesorado ofrezca una variedad de
situaciones de trabajo que faciliten la exploración personal del alumnado. Las actividades de
lucha, al ser desconocidas por la inmensa mayoría de los alumnos y alumnas, requieren un
buen planteamiento introductorio, una progresión lenta en el desarrollo de los contenidos y una
formación equilibrada de los grupos y/o parejas.
La iniciación a las actividades de lucha/judo en el ámbito de la Educación Física pretende
llevar al alumnado a la adquisición progresiva de las habilidades fundamentales del combate
cuerpo a cuerpo, donde el contacto se volverá cada vez más próximo y frecuente, ya que es
necesario actuar sobre el otro para aplicar los principios técnicos y tácticos. Actuar para con-
trolar, desequilibrar, fijar, excluir y dar la vuelta al adversario. Es el momento en que la acción
sobre el otro aumenta y el respeto hacia el otro se convierte en un imperativo educativo. Es la
situación ideal para introducir las nociones de saludo, respeto al adversario, arbitraje y conoci-
miento y aceptación de la norma.
Desde esta perspectiva plantearemos una oposición progresiva, comenzando por la lucha
por un territorio para continuar con la lucha por un objeto, para llegar finalmente a la lucha en
la que el objetivo es el cuerpo del adversario/compañero:

• Juegos por la conquista de un territorio.


• Juegos por la conquista de un objeto.
• Juegos de lucha cuerpo a cuerpo.
– Juegos y actividades en el suelo.
– Juegos y actividades pie-suelo.
– Juegos y actividades de pie.

Los juegos por la conquista de un territorio llevarán al alumno a utilizar las acciones de tirar,
empujar, penetrar o bien hacer salir al otro de un espacio determinado, lo que hará aparecer la
noción directa de oposición y lucha a través de las acciones de tirar, empujar, elevar, situarnos
encima, controlar, etc. A continuación plantearemos juegos cuyo objetivo sea la conquista de
un objeto; de esta manera la oposición se dirige hacia el objeto y no hacia el cuerpo del otro,
lo que se traduce en una oposición menos intensa. Por último, plantearemos los juegos de
lucha cuerpo a cuerpo. Estas fases de oposición directa son muy motivadoras y permiten la
participación de todos los alumnos, guiándolos de forma natural hacia las acciones funda-
mentales del combate. Llegado este momento podemos dar por finalizada la primera etapa de
la actividad o seguir profundizando en la enseñanza de los deportes de combate en función
del proyecto de centro, de las instalaciones o de la motivación personal, y se puede elaborar
un proyecto educativo que englobe los aspectos generales y/o comunes de los deportes de
lucha o elegir el desarrollo de un proyecto educativo de una sola actividad deportiva, como por
ejemplo: judo, lucha leonesa, lucha canaria, lucha grecorromana, lucha libre, esgrima, etc.

PRAXIS 24
Conocer el judo D

¿Qué es el judo?
Descomponiendo la palabra japonesa judo, etimológicamente tenemos que JU significa
«flexibilidad, no resistencia», y DO, «camino». En este sentido, Uzawa (1981) indica que el judo
es el camino de la no resistencia o el camino de la flexibilidad. Camino que lleva a una vida
equilibrada utilizando un método de Educación Física y mental basado en una disciplina de
combate cuerpo a cuerpo.
En el contexto deportivo, el judo se define como un combate entre dos individuos en situa-
ción de agarre, donde el reglamento incita a cada uno de los adversarios a superar la resis-
tencia del otro a través de acciones técnico-tácticas complejas, del uso de sus capacidades
físicas y de la búsqueda de una supremacía psíquica.

Breve introducción histórica


El inicio del judo se remonta al año 1882. Su creador fue un practicante de jiu-jitsu llama-
do Jigoro Kano, destacado letrado y pedagogo japonés. Jigoro Kano se interesó y trabajó en
el desarrollo de la Educación Física y el Deporte, tanto en el ámbito nacional como internacio-
nal, presidió la Federación Deportiva del Japón y fue el primer japonés que representó a su país
en el Comité Olímpico Internacional.
Kano, con experiencia en jujitsu, con amplios conocimientos de la proyección y las aspi-
raciones educacionales de su tiempo, elimina todas las técnicas peligrosas del jujitsu con-
servando de este arte las formas y acciones de mayor valor, al tiempo que aporta nuevas
habilidades técnicas que dan al conjunto de su trabajo un carácter de actividad deportiva,
creando así un nuevo deporte, concebido como un método de Educación Física, en el que
el combate es sólo un medio para el desarrollo personal. En 1882 Jigoro Kano inició su
enseñanza en su propia escuela-centro que denominó Kodokan, «lugar donde se enseña
el camino». El desarrollo del judo se completó hacia 1922 con un marcado carácter edu-
cacional.
La expansión internacional del judo se puede situar en los años posteriores a la segunda
guerra mundial. En la actualidad constituye una actividad mundialmente organizada, cum-
pliéndose con ello un propósito más de Jigoro Kano: ver su escuela elevada a escala interna-
cional, lo que en realidad tuvo su plena expresión en la participación del judo en los XVIII Jue-
gos Olímpicos de Tokio en 1964. No obstante, el judo fue aceptado definitivamente como
deporte olímpico en los Juegos de Múnich de 1972.
El judo femenino tiene una evolución más lenta: el primer campeonato se realizó por equi-
pos en 1966 en Liverpool a puerta cerrada, y en 1974 se celebró en Italia un campeonato
europeo experimental. Tras la experiencia, la FIJ (Federación Internacional de Judo) realiza en
1975 el primer Campeonato Europeo Femenino de carácter oficial en la República Federal
Alemana. El primer Campeonato Mundial de Judo Femenino tuvo lugar en 1980 en Nueva
York.

El judo en España

El judo en España se inicia en los años cuarenta (1946-1947), al crearse dentro de la fede-
ración de lucha el departamento de judo. La creación del departamento de judo, la trayecto-
ria de nuestro deporte y su continua evolución y expansión hacen que en noviembre de 1965
se constituya la Federación Española de Judo. La década de los años setenta fue muy signi-
ficativa para el judo español, ya que marcó el inicio de una nueva etapa que se caracterizó

PRAXIS 25
por: la publicación de la revista Judo, que edita la Federación Española, la campaña de supe-
ración técnica, a cargo de los maestros Takeda, Taira y Fukami, quienes recorrieron todo el
territorio español, y la reestructuración de las grandes áreas de funcionamiento de la federa-
ción, que da lugar a la creación de la Escuela Nacional de Preparadores y el Colegio Oficial
de Árbitros.
En 1982 comienza una nueva etapa que se caracteriza por la renovación, la nueva imagen
organizativa y deportiva, las relaciones internacionales y la incorporación de deportistas, técni-
cos y federativos en el seno de la propia federación, que trabajan a lo largo de estos años con
el objetivo de dar a conocer el judo a la sociedad española. Campaña que a tenor de los resul-
tados es considerada por la FEJ (Federación Europea de Judo) como altamente positiva al
conseguir un gran incremento del número de practicantes.
En el terreno deportivo, Mirian Blasco y Joaquín Ruiz obtuvieron el triunfo más importan-
te del judo español, oro y plata en un Campeonato del Mundo Absoluto en sus respectivas
categorías y pesos, el 27 de julio de 1991, en el Palau Blaugrana de Barcelona. Un año des-
pués, Mirian Blasco y Almudena Muñoz conquistan en las categorías de 52 y 56 el Oro Olím-
pico en Barcelona 92. Desde entonces el judo deportivo alcanza un gran nivel y cosecha
continuos éxitos internacionales en campeonatos del mundo, como los últimos obtenidos en
la Olimpiada de Atlanta, los Europeos de Oviedo 1998 y los Juegos Olímpicos de Sydney.
Según se recoge en el número 12 de la revista Judo, y en palabras del presidente de la
RFJYDA, «el judo español está viviendo sus momentos más dulces». En este mismo núme-
ro también se hace referencia al III Congreso Nacional de Maestros de Judo, algo que dese-
amos resaltar como muestra de un cambio de orientación del trabajo de la Escuela Nacio-
nal de Entrenadores, quienes están realizando una reestructuración y una adaptación del
judo a las nuevas demandas sociales, centrando su atención en el área de formación en el
campo del judo infantil y en el contenido curricular de los cursos de las nuevas titulaciones
deportivas.

Conceptos básicos
DOJO. Es el lugar donde se practica el judo. El suelo se cubre con colchonetas refor-
zadas, de 2 x 1 m de tamaño, denominadas tatamis, cuya finalidad es absorber el impac-
to de las caídas. La palabra dojo viene del término budista que significa «sitio de ilumina-
ción». Por ello debe considerarse no sólo como el lugar donde se aprenden unas técnicas
sino, como su propio nombre indica, el lugar donde se aprende el camino: DO-camino,
JO-lugar.

TATAMI. El judo se practica sobre una superficie blanda formada por colchonetas de 2 x
1 metros. Según el reglamento, la superficie necesaria para la práctica reglada de este depor-
te deberá tener la dimensión mínima de 14 x 14 metros y máxima de 16 x 16 metros, y deberá
estar cubierta de tatamis, generalmente de color verde. La superficie de competición se divi-
dirá en dos zonas: área de combate y zona de seguridad. La demarcación entre estas dos
zonas se llamará zona de peligro y se indicará con una zona coloreada, generalmente roja, de
una anchura aproximada de 1 metro. La zona coloreada formará parte del área de competi-
ción, que como mínimo tendrá unas dimensiones de 9 x 9 metros y como máximo de 10 x 10
metros. La zona de seguridad tendrá una anchura aproximada de 3 metros (pero nunca infe-
rior a 2,5 metros).

JUDO-GUI. El judogui o keiko-gui se compone de chaqueta, pantalón y cinturón. La forma


de colocar la chaqueta es la misma para hombres y para mujeres, tanto zurdos como diestros,
con la solapa izquierda siempre colocada encima de la derecha. El judogui debe ser de tejido
resistente, de algodón o material similar, y de color blanco o azul.

PRAXIS 26
GRADOS. Los grados dentro del judo indican el nivel del judoka, y se establecen por colo-
res. Los grados en judo se dividen en KYU y DAN:
Los Kyus son los grados inferiores, los cintos de color, y van desde el 6º Kyu, cinto blanco,
al 1.er Kyu, cinto marrón.

6.º Kyu blanco


5.º kyu amarillo
4.º kyu naranja
3.º kyu verde
2.º kyu azul
1.º kyu marrón

Los Dan son los grados superiores, y van desde el 1.er Dan, cinto negro, al 10.º Dan, cinto
rojo.

1.º al 5.º Dan cinto negro


6.º al 9.º Dan cinto rojo y blanco
10.º Dan cinto rojo

Terminología básica
Dojo: Lugar donde se practican las artes marciales.
Hajime: Voz del árbitro o entrenador para empezar el combate o el randori.
Judoka: Practicante de judo.
Judogui: Traje para practicar judo.
Osaekomi: Inmovilización.
Randori: Práctica libre.
Rei: Saludo.
Yuko: Puntuación equivalente a 5 puntos.
Koka: Puntuación equivalente a 3 puntos.
Sore-made: Voz arbitral para indicar el final del combate.
Ippon: Máxima puntuación en una competición de artes marciales; conseguirla supone la
finalización del combate y la victoria para el judoka.
Waza-ari: Puntuación equivalente a 7 puntos; dos Waza-ari equivalen a un Ippon.
Matte: Se detiene el combate momentáneamente cuando los judokas tengan que arre-
glarse el kimono, cuando se produzca un acto prohibido o cuando uno o ambos judokas estén
heridos.
Tatami: Módulo rectangular, generalmente de 2 x 1 m; colchoneta.
Tori: El que efectúa una proyección.
Toketa: Voz arbitral cuando un judoka inmovilizado logra escaparse o enganchar las pier-
nas de su oponente.
Uchi-komi: Entrar repetidamente a efectuar una técnica.
Ukemi: Caída.
Uke: El que es proyectado.

PRAXIS 27
Juegos por la conquista de un territorio A

La prensa

Descripción de la actividad: Por parejas, tumbados en el suelo boca abajo uno sobre el
otro. El que está debajo intenta alcanzar la línea trazada a 2 m de distancia mientras el com-
pañero intenta impedírselo.

Representación gráfica:

La barca

Material: Colchonetas.

Descripción de la actividad: Cada pareja sobre una colchoneta y en posición de cua-


drupedia, intentamos tirar al «mar» al otro miembro de la «barca», es decir, sacar al compañe-
ro de la colchoneta.

Representación gráfica:

PRAXIS 28
La tortuga

Descripción de la actividad: Por parejas, partiendo de la posición de rodillas, intentar que


la espalda del compañero toque el suelo, ya sea tirando, empujando, girando...

Representación gráfica:

La cuerda

Material: Cinturones o cuerdas y tiza.

Descripción de la actividad: Por parejas, frente a frente, en una zona delimitada y con
una cuerda o cinturón en cada mano, cada uno intentará atraer al otro hacia su territorio.

Representación gráfica:

PRAXIS 29
Los hermanos enemigos

Material: Tiza.

Descripción de la actividad: Por parejas y ambos cogidos por la nuca, intentarán sacar
al compañero de la zona delimitada.

Representación gráfica:

El solitario

Material: Tiza.

Descripción de la actividad: Por parejas, uno en el interior del círculo luchará por man-
tenerse dentro de él, mientras que el otro, situado fuera, intentará sacarle.
Representación gráfica:

PRAXIS 30
El aro

Material: Aros.

Descripción de la actividad: Por parejas alrededor de un aro, empujar al compañero para


introducirse en el aro.

Representación gráfica:

La pata coja

Material: Tiza.

Descripción de la actividad: Por parejas y con un solo pie apoyado en el suelo, empujar
al otro intentando sacarle de la zona delimitada o hacerle poner el pie en el suelo.

Representación gráfica:

PRAXIS 31
La danza

Material: Tiza.

Descripción de la actividad: Por parejas, frente a frente, en el interior de un círculo.


Ambos cogen el tobillo del compañero e intentan sacar al otro del círculo. Cada vez que se
sale de la zona, o cada cierto tiempo, hay que cambiar el pie de apoyo.

Representación gráfica:

La frontera

Material: Tiza.

Descripción de la actividad: Por parejas, situados en una zona delimitada de 1 m, inten-


tar traer a nuestro adversario detrás de nuestra «frontera».

Variantes: 1ª. Permitir el juego de ceder y luego empujar para pasar a nuestro adversario
detrás de nuestra línea.

Representación gráfica:

PRAXIS 32
El choque de búfalos

Descripción de la actividad: Por parejas, en una zona delimitada de 2 m, sacar a nues-


tro oponente por la línea que tiene a su espalda.

Observaciones del profesor: Con esta actividad se mejora la capacidad de reacción ante
un empuje, se aprende a contrarrestar esta fuerza y a aplicarla de forma eficaz. También se
comienza a tener nociones de la aplicación de los desplazamientos y la acción-reacción en las
zonas delimitadas.

Variantes: 1ª. Permitir el empuje y la tracción para conseguir nuestro objetivo.

Representación gráfica:

El círculo

Material: Tiza.

Descripción de la actividad: Por parejas en el interior de un círculo. La actividad consis-


te en sacar a nuestro compañero de este espacio limitado por medio de las acciones de trac-
ción y empuje, y mediante diferentes desplazamientos que favorezcan estas acciones, per-
mitiendo los agarres.

Observaciones del profesor: Con esta actividad el alumno comienza a tener conciencia
del juego de ceder y empujar para aprovechar, con la mayor eficacia, los desequilibrios a la
hora de desplazar a un oponente, y además, comienza a tomar conciencia de la utilización de
la fuerza del adversario en beneficio propio.

Variantes: 1ª. Realizar la misma actividad y en el mismo espacio con la salvedad de que
sólo se puede empujar sin agarres.

PRAXIS 33
Representación gráfica:

La línea

Material: Tiza.

Descripción de la actividad: Por parejas en un espacio delimitado de 2 m, desplazar a


nuestro adversario la mayor distancia posible a lo largo de esta franja, evitando al mismo tiem-
po que nos desplace.

Observaciones del profesor:

Variantes: 1ª. La variante propuesta consiste en desplazar al adversario dentro de la fran-


ja trazada en dirección a nuestra espalda, por lo tanto habrá que utilizar la tracción para poder
desplazar.

Representación gráfica:

PRAXIS 34
Juegos por la conquista de un objeto A

El guardián del tesoro

Material: Balones, aros, cinturones, etc.

Descripción de la actividad: Cada pareja con un «Tesoro» (un cono, por ejemplo). Un
miembro de la pareja debe defender el tesoro mientras el otro intenta arrebatárselo.

Observaciones: El profesor facilitará un material blando para el tesoro.

Variantes: De pie, de rodillas, etc.

Representación gráfica:

El ladrón

Material: Cinturones y tiza.

Descripción de la actividad: Por parejas en cuadrupedia, se sitúan uno frente al otro a


una distancia de 6 m; a la indicación del profesor, han de intentar coger el cono situado en el
centro y llevarlo a su zona. Quien no consiga cogerlo debe perseguir a su adversario e inten-
tar quitárselo para llevarlo a su zona.

Representación gráfica:

PRAXIS 35
La pinza

Material: Pinzas.

Descripción de la actividad: Tras dar una pinza a cada alumno, los agrupamos por pare-
jas. Cada alumno debe enganchar la pinza en la parte posterior del cinturón. El juego consis-
te en coger la pinza de nuestro compañero sin que éste nos quite la nuestra.

Representación gráfica:

El árbol de navidad

Material: Balones, cintas y cinturones.

Descripción de la actividad: Por parejas, cada miembro con un balón y una cinta. El
balón lo deben mantener cogido bajo un brazo mientras que la cinta se engancha en la parte
posterior del cinto. El juego consiste en arrebatar el máximo número de objetos a nuestro com-
pañero.

Representación gráfica:

PRAXIS 36
Los pañuelos

Material: Pañuelos.

Descripción de la actividad: Por parejas, cada uno con un pañuelo colocado en la parte
posterior del pantalón. El juego consiste en tocar el mayor número de veces el pañuelo de
nuestro compañero evitando que éste toque el nuestro, pero sin coger en ningún momento ni
el pañuelo ni a nuestro compañero.

Observaciones del profesor: Con esta actividad se desarrolla la percepción espacial, la


visión de los espacios vacíos, lo que será de gran utilidad a la hora de realizar cualquier depor-
te de lucha, ya que éstos se desarrollan en un espacio delimitado y con un oponente.

Variantes:

1ª. La variante consiste en el hecho de que se permite coger tanto al compañero como el
pañuelo.

2ª. Cambiar la colocación del pañuelo (por ejemplo, uno atado en la rodilla y el otro en el
tobillo).

Representación gráfica:

PRAXIS 37
Balón prisionero

Material: Balones de gomaespuma.

Descripción de la actividad: Distribuimos la clase por parejas y a cada una le


damos un balón. Un miembro de la pareja se sitúa en posición de cuadrupedia apresan-
do el balón mientras su compañero, partiendo desde esta misma posición, intenta quitár-
selo.

Observaciones del profesor: Con esta actividad se introduce al alumno en las diferentes
formas de voltear al adversario cuando éste se encuentra en posición de cuadrupedia o en ten-
dido prono.

Variantes:

1ª. Se permite al que tiene el balón tumbarse boca abajo presionando el balón.

2ª. Se añade a la versión anterior el hecho de que quien debe quitar el balón en posición
de cuadrupedia lo pueda hacer desde todas las posiciones, no sólo desde el lateral (desde
delante o desde atrás).

PRAXIS 38
Representación gráfica:

PRAXIS 39
Juegos de lucha cuerpo a cuerpo A

El peso pesado

Descripción de la actividad: Por parejas. Uno de los jugadores se sitúa tumbado en el


suelo sobre la espalda, el otro jugador se tumba, boca abajo y con las manos en la espalda,
sobre el primero haciendo fuerza con todo su peso. El jugador de abajo intenta darse la vuelta.

Representación gráfica:

Los islotes

Descripción de la actividad: Por parejas. Uno en cuadrupedia, el otro de pie. El que está
de pie debe meter a su compañero en los círculos trazados en el suelo.

Representación gráfica:

PRAXIS 40
El gigante y el enano

Descripción de la actividad: Por parejas frente a frente. Uno de rodillas y el otro de pie.
El que está de pie trata de pasar detrás de su compañero, y el que está de rodillas intenta
impedírselo.

Representación gráfica:

De espaldas

Material: Un cinturón.
Descripción de la actividad: Por parejas, uno de rodillas y el otro de pie. El que está de
pie coge el cinturón y la manga de su compañero e intenta ponerle con la espalda en el suelo.

Representación gráfica:

PRAXIS 41
Uni-dos

Material: Cinturones.

Descripción de la actividad: Por parejas, ambos agarran el extremo de un cinturón de


unos 30 cm con la mano derecha, mientras que con la izquierda intentan tocar los glúteos del
compañero. Tras un periodo de tiempo determinado se realiza la actividad con la otra mano.

Representación gráfica:

El pasa muralla

Descripción de la actividad: Frente a frente, por parejas y cogidos de la mano contraria


(izq.-der.). El juego trata de tirar de nuestro compañero para poder colocarse a su espalda y
cogerse.

Representación gráfica:

PRAXIS 42
Juegos de lucha de diferentes países A

Lucha China: por parejas y cogidos por los


hombros, ambos intentan tocar con la planta del
pie, los pies del compañero.

Lucha de Estambul: Frente a frente, ambos


intentan levantar al compañero y andar dos pasos.

Lucha Irlandesa: agarrados por el cinturón


intentar levantar al compañero/a.

PRAXIS 43
Lucha Suiza: Ambos se
cogen con su mano derecha,
como en un apretón de manos, e
intentan pasar a la espalda del
compañero/a.

Lucha Sumo: Ambos en un círculo de 2 m de


diámetro, intentar derribar o sacar al compañero
del círculo.

PRAXIS 44
Secuencia 2. Judo suelo.
Buscar formas de inmovilizar al adversario

Orientaciones para el profesorado P

El trabajo de judo suelo, denominado Ne-waza, está formado por inmovilizaciones, estran-
gulaciones y luxaciones, lo que supone un gran abanico de posibilidades técnicas y tácticas
de cara al aprendizaje. El judo suelo, en el aspecto deportivo, es la consecuencia del encade-
namiento de las técnicas de judo pie, un aspecto muy trabajado en el judo moderno, que lleva
al encadenamiento pie-suelo. En el judo suelo la ventaja sobre el adversario se consigue por
pequeñas victorias estratégicas. Esta particularidad del judo contribuye a formar aspectos del
carácter como son la paciencia y la perseverancia, al tiempo que constituye un método de tra-
bajo específico de lucha, con el que se consigue una gran adaptación a las acciones especifi-
cas del judo con una seguridad máxima. Dentro del trabajo de judo suelo se recomienda abor-
dar primero la enseñanza de las técnicas de inmovilización como un medio de comprender los
principios de acción-reacción, la noción de control de cara a realizar acciones sucesivas, y el
trabajo de grandes grupos musculares, para pasar posteriormente al trabajo de luxación y
estrangulación. Estos dos últimos aspectos, por su aplicación y especificad casi exclusiva del
judo deportivo, no serán tratados en el presente trabajo.
Como aspectos comunes al desarrollo del trabajo de judo suelo proponemos abordar un
trabajo general de movilidad corporal en donde el alumno estará siempre atento y preparado
para actuar en cualquier momento con una gran movilidad. Los principios de colocación del
cuerpo, anticipación y movilidad son igualmente válidos para el que está en posición inferior
que, además, debe tener siempre la preocupación de utilizar la acción del oponente para apro-
vechar la reacción (Burger,1989).
Todos estos principios deben realizarse desde la posición superior e inferior:

– Desde la posición superior se debe envolver el cuerpo de Uke asegurando su estabilidad


por cuatro puntos o al menos tres puntos de apoyo. La consistencia de nuestro cuerpo debe
estar relativamente relajada; se dice que nuestro cuerpo debe pesar sobre el de Uke como lo
haría una manta húmeda, es decir que no se opondrá directamente en bloque ni con una rigi-
dez excesiva a la acción de Uke. Tori, gracias a su movilidad y a su anticipación, dará la impre-
sión a Uke de trabajar con una masa inerte, es decir, difícil de coger y difícil de volcar en blo-
que. La utilización de las palancas complementarias que son nuestras piernas y nuestros bra-
zos añadirá a esta impresión la sensación de aprisionamiento por una masa ágil y hermética
(Burger,1989).
– Desde la posición inferior, el que está debajo debe tener el cuerpo recogido como una
esfera, lo que asegura una gran movilidad y menos posibilidad de ser controlado; debe hacer
frente al contrario cerrando los puntos de entrada de frente, de lado o por detrás, es decir que
el adversario que intenta entrar por cualquier lado no conseguirá nunca envolvernos con su
cuerpo. La guardia se puede realizar bien sobre la espalda recogida, bien de rodillas y prepa-
rado para la respuesta (Burger,1989).

Bases de las inmovilizaciones


Los requisitos reglamentarios exigidos para que exista inmovilización vienen recogidos en
el reglamento oficial, no obstante, a nivel de práctica se considera que existe inmovilización

PRAXIS 45
cuando Tori bloquea y mantiene a Uke con la espalda pegada al tatami con la posibilidad de
que realice movimientos limitados. A continuación se indican los puntos esenciales que debe
cumplir toda inmovilización:

1. La línea de control básica es la de los hombros, pues a través de ésta se hacen casi
todas las salidas. También hay que tener en cuenta la línea de giro de las caderas.
2. La base de sustentación de Tori que-
dará ampliada cuanto más separadas estén
sus piernas, tratando siempre de evitar que
Uke pueda controlar la pierna más atrasada
de aquél. Hay un momento en que no es
práctico tratar de buscar más separación de
las piernas que la debida.
3. El peso de Tori, en general, debe estar
bajo para impedir así las salidas de Uke.
4. Cuando Uke intente una salida Tori
debe contrarrestarlo, usando su peso en la
dirección adecuada, anticipándose a esta
acción.

Para lograr una salida eficaz debemos tener en consideración las siguientes bases:

– Buscar el punto débil de Uke, que nos


controla, concentrando ahí nuestras fuerzas.
– Hacer movimientos rápidos para evitar
que los agarres de Uke puedan fijarse, o si ya lo
están, hacer que éstos se debiliten.
– Hacer movimientos en un sentido para
que, cuando éstos intenten ser contrarrestados,
girar o empujar en sentido contrario (acción-
reacción).

Vamos al suelo
El desarrollo del trabajo del judo suelo implica dominar una acción motriz compleja, ya que
debemos tener en cuenta las reacciones del adversario y la necesidad de mantenerle contro-
lado a lo largo de todo el proceso del ataque. Desde esta perspectiva, es evidente que sólo el
conocimiento de determinadas técnicas no puede permitir entender y solucionar los problemas
planteados por el adversario en situación de combate. Lo que corrobora que el aprendizaje de
las técnicas de lucha no puede darse fuera del contexto de la oposición. El profesor facilitará
este proceso proponiendo situaciones que permitan a los practicantes vivir, comprender y
resolver de forma progresiva la complejidad de la oposición en el judo suelo. A modo de ejem-
plo veremos cómo Tori aplica por primera vez una técnica. Esta situación se desarrollará en tres
niveles:

Situación de oposición cero. En este planteamiento Tori está en situación de alcanzar la


máxima eficacia. Después de algunas repeticiones y gracias a sus experiencias anteriores,
poseerá una imagen global del movimiento y habrá tomado conciencia de las diferentes fases
de su ataque.
Situación de estudio. En esta propuesta Uke ira ofreciendo a Tori la posición favorable
para la aplicación de la técnica, momento de transición que Tori deberá aprovechar para apli-
car la acción técnica aprendida de forma adecuada e inmediata a las acciones ofrecidas por

PRAXIS 46
Uke. Este planteamiento introducirá a ambos judokas en el trabajo de acción-reacción, aspec-
to básico del deporte del judo.
Situación de oposición real. Tori estará constantemente en una situación de oposición
cambiante que dificulta la aplicación de la técnica de una forma determinada, que deberá ir
modificando en función de la reacción de su oponente, con el fin de lograr su objetivo.
Posiblemente surjan nuevas situaciones que hagan imposible la aplicación de la técnica apren-
dida; es la nueva situación de práctica.

PRAXIS 47
¿Cómo inmovilizar al adversario? A

Descripción de la actividad: Por parejas, partiendo de la posición de sentado espalda


con espalda, hay que esperar la indicación del profesor para pasar a inmovilizar al compañe-
ro. Pueden darse dos situaciones:

Que un miembro de la pareja tenga el tiempo suficiente como para colocarse boca abajo.
En este caso la función del otro participante consistirá en voltear a su compañero partiendo
desde la posición lateral o desde arriba.
Que ningún miembro de la pareja tenga tiempo para girarse boca abajo, de modo que se
pasaría directamente a inmovilizar.

Observaciones: Con estos ejercicios se trabaja principalmente la velocidad de reacción y


la velocidad de ejecución de una posición o forma de volteo, ya que el alumno ha de decidir
en el menor tiempo posible la actitud que debe adoptar, en función de su compañero, ya que
una duda al respeto conlleva una pérdida de tiempo que el adversario aprovecha para actuar.
Otro aspecto que debe cuidar el profesor es la ejecución de las formas de volteo; no debe
permitir aquéllas en las que exista un bloqueo de la zona cervical o de la cabeza.

Variante: Realizar la misma actividad pero partiendo desde la posición de tendido supino,
donde se podrán dar igualmente las situaciones descritas anteriormente.

Objetivo: Adquirir una mejora en la velocidad de reacción y de ejecución ante una situa-
ción determinada.

Representación gráfica:

PRAXIS 48
Mejoremos la capacidad de control A

Descripción de la actividad: Por parejas en el suelo, uno tendido supino y el otro sobre
el compañero con la cabeza sobre el vientre de éste y con el pecho sobre su pecho. La acti-
vidad consiste en intentar inmovilizar al compañero con tan sólo estos dos puntos de apoyo
(pecho y cabeza), sin poder utilizar las manos, que deberán estar juntas en la espalda, mien-
tras el compañero debe intentar escapar sin utilizar ningún tipo de agarre.

Observaciones: Con este ejercicio el alumno comienza a conocer cuáles son los puntos
fundamentales de control en las inmovilizaciones, y a usar el peso para controlar a un adver-
sario sin la utilización de los brazos.

Objetivo: Mejora de la capacidad de inmovilizar por medio de una mejora en la distribu-


ción del peso en las acciones de inmovilización.

Representación gráfica:

PRAXIS 49
Descripción de la actividad: Por parejas, situados en un espacio delimitado de 2 x 2
metros. Un miembro de la pareja se sitúa en tendido supino, mientras que su compañero se
sitúa sobre él transversalmente, apoyando el abdomen sobre el de su compañero y con los
brazos extendidos. La actividad consiste en mantener inmovilizado a nuestro compañero el
mayor tiempo posible, utilizando los apoyos de las manos y del abdomen. El compañero inmo-
vilizado intenta escapar de esta posición o salir de la zona delimitada, sin la utilización de
ningún tipo de agarre.

Representación gráfica:

Descripción de la actividad: Por parejas, en un espacio de 2 x 2 metros, aproximada-


mente. Uno tendido supino y su compañero sobre él transversalmente con un brazo por deba-
jo del cuello y el otro pasándolo entre las piernas. Desde esta posición, hay que mantener
inmovilizado al compañero el mayor tiempo posible y evitar que salga de la zona delimitada.

Representación gráfica:

PRAXIS 50
Descripción de la actividad: Por parejas, en un espacio de 2 x 2 metros, aproximada-
mente. Uno tendido prono y su compañero sobre él transversalmente. Desde esta posición,
hay que mantener inmovilizado al compañero el mayor tiempo posible y evitar que salga de la
zona delimitada.

Representación gráfica:

Descripción de la actividad: Por parejas, en posición de decúbito prono, uno perpendi-


cular al otro dentro de un área delimitada por un círculo. La actividad consiste en intentar man-
tener inmovilizado al compañero dentro de la zona delimitada, tomando como puntos de
apoyo las extremidades. El alumno que realiza el trabajo de inmovilización puede hacer todo
tipo de desplazamientos y debe mantener el pecho pegado a la espalda del compañero.

Representación gráfica:

PRAXIS 51
Descripción de la actividad: Por parejas, uno tumbado en posición de decúbito supino,
mientras el compañero se coloca boca abajo transversalmente sobre él. La actividad consiste
en evitar que el compañero inmovilizado salga de la zona, se vuelva boca abajo o escape de
la inmovilización y consiga inmovilizarnos.

Representación gráfica:

Descripción de la actividad: Por parejas, uno en posición de decúbito supino y el otro


boca abajo sobre él y con una pierna entrelazada entre las del compañero. Desde esta posi-
ción intentamos sacar la pierna que tenemos cogida e inmovilizar a nuestro compañero.

Observaciones: Con esta actividad se pretende enseñar el trabajo con una pierna entre-
lazada para pasar a inmovilizar.

Representación gráfica:

PRAXIS 52
Formas de inmovilización que pueden aparecer A

Tras el proceso realizado, en líneas generales aparecerán las inmovilizaciones básicas.

Partiendo de estas posiciones elementales iremos construyendo cada una de las diferen-
tes formas de inmovilizar, que exponemos a continuación.

KAMI SHIHO GATAME (control por la parte superior y por cuatro puntos)

Puntos importantes:
El cuerpo debe mantener el mayor contacto posible con el de Uke (recuerda que en judo
se denomina así al que es proyectado), controlándole con el pecho y las caderas.
Tori (el que efectúa una proyección) debe mantener los codos cerrados, sin dejar huecos
entre su cuerpo y el de Uke.

PRAXIS 53
KUZURE KESA GATAME (variante de HON KESA GATAME)

Puntos importantes:
La posición es básicamente igual a Hon kesa gatame, con la particularidad de que la
mano pasa por debajo de la axila de Uke en lugar de agarrar su cuello.

TATE SHIHO GATAME (control por encima y por cuatro puntos)

Puntos importantes:
Separa las rodillas para aumentar la base de sustentación y colocar los pies bajo los glú-
teos.
El peso del cuerpo debe recaer sobre el pecho, hombros y cabeza de Uke, mientras se
empuja con el pecho y el abdomen.

PRAXIS 54
YOKO SHIHO GATAME (control por el costado y por cuatro puntos)

Puntos importantes:
Esta técnica puede realizarse en dos posiciones: con piernas flexionadas o con piernas
extendidas, según la posición de Uke.

HON KESA GATAME (control básico en oblicuo)

Puntos importantes:
Coger lo más arriba posible el brazo que tienes agarrado.
Rodear con fuerza el cuello de Uke a la vez que bajas la cabeza.
Las piernas deben estar bien abiertas y hay que procurar que Uke no las coja con sus
piernas.

PRAXIS 55
KUZURE YOKO SHIHO GATAME (variante de YOKO SHIHO GATAME)

Puntos importantes:
Igual que Yoko shiho gatame pero el brazo que pasaba por debajo del cuello de Uke
ahora coge el brazo de éste.

KUZURE KAMI SHIHO GATAME

Puntos importantes:
Con un brazo recoge fuerte el brazo de Uke y con el otro agarra la tela del judogui por la
parte superior del cuello.
Las piernas pueden estar como en el dibujo, pero también con las dos rodillas en el suelo
o bien estiradas pegando las caderas al suelo; incluso se puede variar la posición de las pier-
nas dependiendo de los movimientos que haga Uke para escapar.

PRAXIS 56
¿Cómo podemos derribar o voltear al adversario? A

Descripción de la actividad: Por parejas frente a frente y de rodillas con el agarre funda-
mental, un brazo coge la manga y el otro la solapa. Desde esta posición y utilizando la trac-
ción, el empuje y los desplazamientos, hay que intentar derribar al adversario por medio de los
desequilibrios básicos: hacia los lados, adelante, diagonal.

Observaciones: Por medio del juego se puede empezar a tomar conciencia de los dese-
quilibrios, así como de las acciones y situaciones más eficaces.

Representación gráfica:

Descripción de la actividad: Por parejas, uno se coloca en posición de cuadrupedia y el


otro, de rodillas, intentará voltear a su compañero partiendo de una posición lateral. Esta
acción puede llevar a dos posibles reacciones por parte del compañero:

1. Podría cerrar sus codos y aproximarlos a las rodillas para cerrar espacios. Ante esta
situación, hay que introducir una mano por el hueco del pecho o el abdomen, hasta alcanzar
el codo; la otra mano se unirá con la primera por debajo de la cara y con ambas manos y la
acción del cuerpo se ejercerá una fuerza hacia delante y en diagonal, para quitar el punto de
apoyo del codo y hacerlo ceder.
2. Podría colocarse en una postura defensiva abriendo los codos para tener una mayor
base de sustentación. Ante esta situación se debe bloquear con una mano el codo más aleja-
do e introducir la otra mano entre su brazo y antebrazo; desde esta posición elevamos su codo
hacia la espalda y empujamos en diagonal siguiendo la dirección que marca el hombro más
elevado para derribarle.

Observaciones: El profesor debe hacer que el alumnado dosifique la fuerza, ya que lo que
se pretende es que ambos tengan una oposición controlada con la que puedan trabajar pero
que esté próxima a la realidad. Asimismo debe contribuir al conocimiento de los puntos que
pueden provocar un desequilibrio ante una situación con similares características (uno en cua-
drupedia y el otro intentando voltear desde un costado) y los puntos que son de ayuda a la
hora de defender y evitar ser volteado.

PRAXIS 57
Representación gráfica:

1. Tori se sitúa en un lado de Uke, con sus brazos agarra los brazos de éste y al tiempo
que empuja con su cuerpo también atrae con sus brazos barriendo los apoyos de Uke. Tori
debe acompañar en todo momento a Uke para no perder el control. Para tener un mejor equi-
librio se puede extender la pierna derecha.

PRAXIS 58
2. Tori introduce el brazo izquierdo bajo el derecho de Uke y agarra el Kimono por la espal-
da de éste, empujando con su cuerpo a la vez que con la mano derecha Tori controla el brazo
izquierdo de Uke.

En todas las situaciones el objetivo de la actividad es derribar al compañero, mientras éste


debe evitarlo.

PRAXIS 59
¿Somos capaces de escapar de una inmovilización? A

KUZURE KESA GATAME

1. Intentar girar boca abajo hacia Tori.


2. Haciendo balanceo con ayuda de las piernas intentar sentarse para controlar a Tori o
adoptar postura defensiva.

YOKO SHIHO GATAME

1. Intentar ponerse boca abajo girando hacia Tori.

PRAXIS 60
KAMI SHIHO GATAME

1. Intentar voltear a Tori cogiéndole por el cinturón con ambas manos, haciendo primero
fuerza en una dirección y cambiando rápidamente hacia la otra para sorprender a Tori.

TATE SHIHO GATAME

1. Intentar hacer puente sobre los hombros en una dirección y luego en otra para sor-
prender a Tori.

PRAXIS 61
Hagamos un combate/randori de judo suelo A

La práctica de lo aprendido de forma libre (randori), la podemos realizar partiendo de


diversas posiciones; a modo de ejemplo:

• Sentados espalda con espalda


• Tumbados uno junto al otro con las cabezas en la misma dirección o en dirección
opuesta
• De rodillas frente a frente
• Uke de rodillas; Tori de pie le proyecta e inician el randori de judo suelo
• Etc.

PRAXIS 62
Secuencia 3. El aprendizaje de las caídas

Orientaciones para el profesorado P

Las caídas, dada su importancia en la evolución del aprendizaje y en la seguridad del alum-
no, deben ser tratadas en la primera fase de la enseñanza del judo. Cecchini (1989) atribuye a
las caídas una doble finalidad: pedagógica y estratégica.
La finalidad estratégica trata el aspecto dirigido al rendimiento deportivo y se abordará en
la última fase del aprendizaje. En relación a la finalidad pedagógica, debemos tener presentes
los siguientes aspectos:

– Protector. Hay que preservar la integridad física del individuo de manera que no entor-
pezca el progreso en este deporte.
– Psicológico. Cuando se domina la caída, se pierde el miedo a ser proyectado, lo que
aumenta el grado de seguridad y autoconfianza del alumno; esto permitirá un aprendizaje
mucho más rápido de las habilidades y técnicas en ataque y defensa.
– Filosófico. Si el alumno acepta la caída, no como una derrota sino como un medio para
seguir aprendiendo, tiene en sus manos un método de aprendizaje útil para cualquier faceta de
la vida.

Como ya hemos comentado, la finalidad estratégica trata el aspecto dirigido al rendimien-


to deportivo, basado en el método de Geesink (1980), por lo que no es un contenido que nos
interese en el desarrollo de este trabajo.

Las variables que podemos tener en cuenta son:

– Los apoyos y los contactos intermedios que proporcionan confianza al que cae.
– La velocidad de ejecución (de menos rápido a más rápido, de estático a dinámico).
– La altura de la caída (tumbado, sentado, de cuclillas, de rodillas).
– El refuerzo de las informaciones kinestésicas.
– La toma de iniciativa o la falta de la misma en el momento de la caída.

Proponemos seguir el siguiente proceso en el orden de la iniciación a las caídas: atrás, late-
ral, hacia delante. En la caída hacia delante, al comienzo la voltereta de gimnasia puede susti-
tuir ventajosamente a la caída tradicional de judo, a la que debemos dedicar el tiempo nece-
sario para que sea asimilada por los alumnos, ya que de su mayor o menor dominio depen-
derá el nivel de implicación en el proceso de aprendizaje del judo pie. La utilización de un
colchón quitamiedos suprime el aspecto apremiante de la caída y permite multiplicar el nume-
ro de repeticiones de forma más agradable para el alumno. Una vez alcanzado un cierto domi-
nio en la caída, debemos comenzar a practicar las diferentes formas de proyectar en despla-
zamiento, haciendo hincapié en que Uke no debe agarrar, sino que debe apoyar sus manos
abiertas sobre Tori, permitiéndole a éste soltar los apoyos sobre sus hombros cómodamente
y emprender la ejecución de la técnica más fácilmente, lo que sin duda alguna redunda en la
calidad de ejecución de la técnica y por consiguiente en un mayor control y seguridad de Uke
en el momento de la caída.
Es conveniente para los debutantes que se respete un cierto equilibrio entre los movimien-
tos practicados por la derecha y por la izquierda.
Las caídas o ukemis son elementos básicos que nos permiten evolucionar en el desarrollo
de judo, al tiempo que nos garantizan una seguridad en los planos físico y psíquico. Las caí-

PRAXIS 63
das representan el método más racional de amortiguar el choque del cuerpo contra el tatami.
Los tipos de caídas son los siguientes:

– Caída hacia atrás: Ushiro-Ukemi.


– Caída lateral: Yoko-Ukemi.
– Caída de frente: Mae-Ukemi.
– Caída hacia delante: Zempo-Kaiten-Ukemi.

La posición óptima del brazo con respecto al cuerpo es la formada por un ángulo de entre
30° y 40°. Si el brazo está muy abierto, no sirve para proteger el cuerpo y si está muy cerra-
do, corremos el riesgo de caer sobre él.
La iniciación a las caídas debe abordarse de forma gradual y sistemática con el fin de que
los practicantes asuman el hecho de ser proyectados, lo que les permitirá una práctica cons-
tructiva del deporte del judo.

PRAXIS 64
Caídas hacia atrás A

1. Desde la posición de sentado y con la barbilla dirigida hacia el pecho, nos dejamos rodar
hacia atrás, golpeando con las manos sobre el tatami/colchoneta, en el momento en que la
espalda toque la colchoneta. En la fase final las piernas y los pies deben estar extendidos y la
barbilla próxima al pecho con el fin de evitar golpearnos con la cabeza.

2. El compañero nos levanta los pies facilitándonos la acción de rodar.

3. Desde esta posición, empujamos ligeramente al compañero hacia delante; cuando él


resiste y empuja atrás, pivotamos sobre el pie adelantado desplazándonos a un lado para que
realice la caída.

PRAXIS 65
4. En posición de cuclillas y con la idea de sentarse sobre el tatami lo más cerca posible de
los talones, nos dejamos rodar y golpeamos cuando la espalda toque la colchoneta.

5. Uke tumbado boca abajo. Tori con la intención de sentarse sobre el tatami, se deja rodar
y realiza la caída.

6. Cogidos por las manos, Tori de pie y Uke de cuclillas. Uke se desequilibra atrás, Tori le
mantiene unos segundos y le suelta para que realice la caída.

PRAXIS 66
7. De cuclillas espalda con espalda, Tori pivota y Uke realiza la caída atrás.

8. De cuclillas frente a frente con los brazos flexionados. Ambos extienden sus brazos y
provocan la caída atrás.

9. Con el mismo principio que el ejercicio número 5, realizaremos esta caída. Para contro-
lar el impacto de la espalda con el tatami, debemos hacer una fuerte presión con nuestras pier-
nas sobre el cuerpo de Uke, lo que nos permitirá regular la velocidad de la caída cómoda-
mente.

PRAXIS 67
10. Caída atrás desde la posición de pie. Debemos bajar a la posición de cuclillas y con la
idea de sentarnos sobre el tatami lo más cerca posible de los talones, nos dejamos rodar y gol-
peamos cuando la espalda toque la colchoneta.

11. Frente a frente, Tori con sus manos sobre los hombros de Uke y avanzando su pierna
derecha le empuja ligeramente atrás. Uke, para facilitar la acción de caída, retrasa su pierna
izquierda y flexionándola realiza la caída atrás.

12. En carrera de cara al colchón con la intención de chocar contra él; en ese momento
flexionamos los brazos para amortiguar el choque, a continuación extendemos los brazos pro-
vocando un desequilibrio atrás que aprovecharemos para hacer la caída. Recordar que debe-
mos retrasar primero una pierna para facilitar la caída.

PRAXIS 68
Caídas laterales A

13. Tumbado boca arriba y la mano correspondiente al lado de la caída sobre el pecho.
Desde esta posición realizamos un giro a derecha o izquierda y golpeamos con el brazo corres-
pondiente.

14. Tumbado boca abajo con los brazos extendidos hacia delante, girar a un lado y golpe-
amos con el brazo correspondiente.

15. Tumbados boca abajo frente a frente y con los brazos extendidos hacia delante. De
forma alternativa van realizando la caída al lado que deseen y el compañero debe seguirle.
Realizar la misma acción que en el ejercicio anterior.

PRAXIS 69
16. Tori de pie y Uke tumbado boca abajo. Tori con un desplazamiento de las piernas o bra-
zos irá indicando la dirección de la caída que debe realizar Uke.

17. Uke en cuadrupedia le da la mano a Tori, que está situado en un lado. Tori le desequi-
libra arriba adelante tirando de su brazo, provocando la caída lateral.

18. De lado sobre un colchón o sobre un compañero, nos dejamos rodar y realizamos la
caída.

PRAXIS 70
19. Por parejas, uno de rodillas con el tronco flexionado y los brazos extendidos hacia
delante y el otro de pie frente a él y cogiéndole por las manos. Desde esta posición el com-
pañero que está de pie gira 90º por uno u otro lado proyectando al compañero. En la posición
final de caída Uke debe golpear con el brazo y Tori debe mantener agarrado al compañero con
la mano correspondiente al lado del giro.

20. Por parejas, Uke de rodillas y cogido con su mano derecha a la mano derecha (o vice-
versa) de Tori que está de pie. Tori gira 90º y proyecta a Uke.

PRAXIS 71
21. Misma posición anterior, pero ambos están cogidos por las dos manos; desde esta
posición, Tori retrocede haciendo que Uke avance un paso quedando en posición de dese-
quilibrio hacia delante. Desde está posición Tori gira proyectando a su compañero.

22. De pie y por parejas, Uke cogido con su mano a la solapa de Tori; con la pierna corres-
pondiente a la mano del agarre realizará una acción de golpeo lateral a una pelota para termi-
nar con caída.

PRAXIS 72
23. Uke con piernas abiertas y Tori frente a él en posición lateral y a unos metros de dis-
tancia golpeará un balón con la intención de pasarlo entre las piernas de su compañero. Tori
debe finalizar con caída.

24. Uke coge con su mano izquierda la solapa derecha de Tori, quien le agarra por la
manga. Uke con la pierna izquierda realizará una acción de golpeo a la mano izquierda de Tori,
quien cogiéndole el pie realizará un giro hacia la derecha y proyectará a su compañero.

PRAXIS 73
25. Sentados con piernas abiertas, el brazo izquierdo cogido a la solapa y el derecho exten-
dido lateralmente (caída derecha). Realizamos un giro hacia la izquierda juntando las piernas y
nos dejamos caer sobre el costado.

26. Desde la posición de cuclillas repetir la acción del ejercicio anterior.

27. Desde la posición de pie, repetir los dos pasos anteriores.

PRAXIS 74
Caídas hacia delante A

28. Posición final de la caída adelante. El brazo y la pierna correspondiente al lado de la


caída están extendidos, mientras que la pierna contraria se mantiene flexionada y con el pie
apoyado sobre el tatami, y el brazo plegado sobre el abdomen.

29. Hay que partir de la posición de la foto: rodilla izquierda, pie derecho y ambas manos
(la izquierda más adelantada y la derecha por su interior) sobre la colchoneta. Extendemos
ambas piernas para rodar hacia delante sobre el brazo derecho, golpeando con la mano
izquierda cuando nuestra espalda toque el tatami y cuidando la posición final.

PRAXIS 75
30. Partiendo de la posición anterior, Uke pasa su brazo entre su pierna y brazo contrarios
y se coge de la mano de Tori, quien situado a su lado semiarrodillado le desequilibra hacia
delante y arriba facilitándole la caída adelante.

31. Tori apoya su pecho sobre la espalda de Uke, que está en cuadrupedia, y rodea con
su brazo derecho el pecho de Uke; mientras, con la mano derecha se agarra a la solapa de la
chaqueta a la altura del cuello. Desde esta posición de deja rodar sobre Uke para hacer la
caída hacia delante.

32. De pie, con la pierna derecha adelantada, la mano izquierda apoyada en el tatami y la
derecha por su interior, nos dejamos rodar por el brazo derecho hacia delante para realizar la
caída.

PRAXIS 76
33. Uke adelantando su pie derecho, empuja a Tori que hará Taisabaki, es decir, se des-
plazará pivotando sobre el pie derecho, provocando un vacío que desequilibrará a Uke, faci-
litándole la acción de caída adelante.

34. Tori situado detrás de Uke le empuja con sus manos sobre la espalda. Uke, avanzan-
do su pie derecho, realiza la caída adelante.

PRAXIS 77
35. Uke de rodillas. Tori coge con su mano izquierda la manga derecha de Uke, rodeando
con su mano derecha el cuello, agarrando su hombro derecho o espalda. Tori, girando sobre
sí mismo y con las piernas abiertas, proyectará a Uke hacia delante manteniendo en todo
momento el agarre de la manga de Uke.

36. En carrera hacia el colchón, cuando estamos frente a él giramos y chocamos de espal-
das sobre él y aprovechando el rebote hacemos la caída hacia delante. Avanzar la pierna
correspondiente a la caída.

PRAXIS 78
Juegos de caídas A

Podemos utilizar juegos o actividades genéricas en las que introduzcamos la caída como
elemento de práctica. A modo de ejemplo proponemos:

– Carreras por parejas: los dos alumnos pueden iniciar una carrera con la intención de lle-
gar primero a la zona de referencia; el primero que llega puede proyectar a su compañero de
la forma establecida o libre, según se acuerde.

– En desplazamiento libre, un alumno debe tocar a cualquiera de los demás, quien se


pondrá de rodillas o de pie, en función del nivel del grupo, en una zona específica para ser pro-
yectado por cualquier miembro del grupo. Una vez proyectado vuelve al juego. Este mismo tra-
bajo puede realizarse con pelotas de espuma que, de forma libre, se pueden lanzar a los
demás compañeros, que deberán situarse en la zona establecida y en la posición determina-
da para ser proyectados. Se puede realizar con una o varias pelotas de espuma.

PRAXIS 79
Secuencia 4. Comencemos con el judo pie

Orientaciones para el profesorado P

El alumno ya ha tomado conciencia de la oposición y conoce los principios básicos del


judo, lo que le ayudará en el proceso de aprendizaje de esta fase. En el desarrollo de los con-
tenidos seguiremos el mismo proceso que en el judo suelo, es decir, un planteamiento que
separe de forma racional los extremos de la oposición. Por eso partiremos de una oposición
cero en la que Tori debe tener todas las condiciones favorables para aplicar su trabajo, para
pasar a situaciones que contribuyan al éxito de Tori al proporcionarle mejores condiciones de
trabajo con respecto a Uke. A continuación plantearemos situaciones apremiantes en las que
Tori debe aplicar unas soluciones en un tiempo o en un espacio dado para pasar, si se consi-
dera oportuno y con trabajos de corta duración, a la oposición real, denominada en nuestro
caso randori.
A lo largo del proceso debemos ir introduciendo las diferentes formas de proyectar, ya que
proyección y caída son dos facetas de todo movimiento de judo y, en un principio, sus apren-
dizajes son indisociables y deben ser conducidos simultáneamente para que el alumno pierda
el miedo a ser proyectado, explorando al mismo tiempo la acción de proyectar, apropiándose
de los principios de su realización (agarre, desequilibrio, desplazamiento, ritmo) y su eficacia en
el contexto de la oposición.
Comenzaremos esta secuencia con la aplicación de los principios generales del judo pie
(agarre, desequilibrio, preparación y proyección) a través de técnicas que realizaremos desde
posiciones modificadas para facilitar su aprendizaje y aplicación, al tiempo que garantizan la
seguridad de la caída, favoreciendo su aceptación.

Practiquemos algunas técnicas de proyección

El agarre: Kumikata

PRAXIS 80
El agarre nos facilitará la percepción de las sensaciones transmitidas por el
compañero/adversario, información que nos permitirá aplicar las acciones más convenientes
en la ejecución de cada una de las técnicas de judo. Debemos realizarlo sin aplicar una fuerza
excesiva y con los brazos ligeramente flexionados. Trabajaremos el agarre con el fin de conse-
guir el control del adversario durante la ejecución de cada una de las partes de la técnica (dese-
quilibrio, preparación y proyección), lo que sin duda alguna garantizará la seguridad del com-
pañero. Partiremos del agarre fundamental: mano derecha a la solapa y mano izquierda a la
manga, para los diestros. A partir de este agarre y de forma progresiva podremos ir persona-
lizando el agarre en función de las técnicas que más utiliza y el estilo del alumno/judoka. En un
nivel avanzado, el mismo agarre debe permitir realizar técnicas en las cuatro direcciones: dere-
cha, izquierda, adelante y atrás.

Partes de una técnica: desequilibrio, preparación y proyección

Para poder aplicar una técnica en judo, es necesario que rompamos el equilibrio del opo-
nente, situándolo en una posición en la que sea fácil proyectarle. La aplicación del desequili-
brio, Kuzushi, nos permitirá usar la fuerza de la forma más racional y efectiva para proyectar a
nuestro oponente con un mínimo esfuerzo siguiendo el principio de la dinámica.
La base del desequilibrio es la tracción y el empuje, que debe ejecutarse con todo el cuer-
po y no sólo con los brazos. El aprendizaje de las ocho formas básicas de desequilibrio y su
uso en combinación es indispensable para el dominio de las técnicas del judo.
A veces esto conlleva algo más que un simple empuje o tracción. Podemos, por ejemplo,
empujar y ceder, empujar y luego tirar, tirar y ceder, o tirar y a continuación empujar.
Tras haber desequilibrado a nuestro oponente, debemos desplazar nuestro cuerpo hacia
una posición que nos permita la aplicación de la técnica deseada. Esto se conoce como pre-
paración tsukuri, fase que nos llevara a la proyección kake. Estas dos fases; tsukuri y el kake,
no pueden disociarse en la práctica del judo, ya que una lleva a la otra.

PRAXIS 81
Proyectamos al compañero A

Atendiendo a la facilidad en la ejecución y seguridad en la caída para Uke, proponemos ini-


ciar el aprendizaje de las técnicas de judo pie desde la posición de rodillas y sin oposición. La
práctica de las acciones técnicas desde esta posición facilita la correcta aplicación de los dese-
quilibrios, la aproximación a cada una de las diferentes técnicas y la aceptación y control de la
caída, lo que sin duda alguna proporcionará al alumno mejores garantías de éxito de cara a la
consecución de los objetivos propuestos.

1. Por parejas, Tori de pie y Uke de rodillas, ambos se estrechan a modo de saludo la mano
derecha. Desde esta posición Tori, pivota hacia atrás sobre su pie derecho al tiempo que tira
del brazo de Uke desequilibrándole hacia delante provocando su caída.

Se pueden provocar diferentes caídas partiendo de esta posición: Tori de pie y Uke de
rodillas con agarre fundamental. A continuación proponemos algunas de ellas.

2. Tori se desplaza un paso atrás girando 90°, al tiempo que tira del brazo del compañero,
Uke, provocando el desequilibrio y caída hacia delante. Realizarlo por los dos lados cambian-
do de mano.

PRAXIS 82
3. Tori gira situándose de espaldas a Uke, y pasando su mano derecha por la espalda apli-
ca un movimiento circular con sus manos proyectándole hacia delante. En los dos ejercicios
siguientes Tori debe aplicar la misma acción de los brazos, y la posición final debe ser también
la misma.

4. El mismo gesto anterior, pero en este caso Tori separa sus piernas para proyectar a Uke,
de Tai Otoshi.

PRAXIS 83
5. Manteniéndose frente a Uke, Tori aplica una acción de bloqueo con su pierna izquierda
a la rodilla derecha de Uke, provocando la caída hacia delante con la técnica de Hiza Guruma.

Al intentar realizar el ejercicio anterior Uke puede reaccionar equilibrándose con un paso
hacia delante con su pierna derecha, con lo que partiríamos entonces de la siguiente posición:
Uke con su pierna izquierda de rodillas y el pie derecho apoyado en el tatami. En ese caso:

6. Tori puede aplicar una nueva solución técnica en dirección atrás. Para ello, Tori realizará
un desequilibrio lateral con su mano izquierda a la vez que su mano derecha empuja de la sola-
pa hacia atrás; en ese momento Tori aplicará con su pierna derecha una acción de siega exte-
rior, O-soto-gari, sobre la pierna derecha de Uke, provocando la caída hacia atrás.

PRAXIS 84
7. Mismo planteamiento anterior, pero Tori desequilibra a Uke hacia atrás y aplica una siega
interior, atacando con su pie derecho el talón derecho de Uke: Ko-uchi-gari.

Al intentar Tori la acción de bloqueo, también podría colocarse Uke con su pierna derecha
de rodillas y el pie izquierdo apoyado en el tatami. Desde esta posición:

8. Tori aplica un desequilibrio hacia atrás y con su pierna derecha ataca la pierna izquierda
de Uke: O-uchi-gari.

PRAXIS 85
9. Tori aplica un desequilibrio hacia delante y girando 180º ataca con su pierna derecha la
pierna izquierda de Uke: Uchi-mata.

Finalizada esta fase, podemos introducir juegos genéricos de tocar a los compañeros con
la mano, con una pelota de espuma, con el cinto, etc. A los que consigamos tocar deben
ponerse de rodillas en una zona de seguridad para ser proyectados por un compañero y poder
así incorporarse de nuevo al juego.

PRAXIS 86
Encadenamiento pie-suelo A

10. Partiendo de la situación anterior y tras proyectar en cada una de las acciones técnicas
propuestas, podemos encadenar con el trabajo de judo suelo, bien como práctica de las dife-
rentes inmovilizaciones o bien como lucha de judo suelo, randori.

Ejemplo: Tori proyecta de tai-otoshi e intenta inmovilizar a Uke, quien intentará evitarlo vol-
viéndose boca abajo, cogiendo a Tori entre las piernas o saliéndose de la superficie de com-
bate de 2 x 2 metros. Tori debe primero proyectar a Uke y a continuación ir al suelo con la
intención de controlarle mediante una técnica de inmovilización.

11. Frente a frente de rodillas, proyectamos al compañero reproduciendo las técnicas


aprendidas, pero ahora las realizaremos con la mano, tal y como muestra la secuencia fotográ-
fica siguiente. A partir de esta posición podemos encadenar con la práctica de las inmoviliza-
ciones o con la lucha de judo suelo.

PRAXIS 87
PRAXIS 88
Introducción a los principios fundamentales del judo A

Agarre/kumikata

Las actividades que a continuación presentamos están basadas en las acciones principa-
les para la aplicación de los principios del judo, la tracción y el empuje. Estas acciones forman
parte de un todo continuo en el desarrollo del judo, pero con el fin de poder comprender cada
una de ellas las planteamos por separado, aplicando los mismos principios con actividades
similares y objetivos distintos.

Toma de conciencia y puesta en práctica de la acción de agarrar


Por parejas, Tori, intenta coger la vestimenta (chándal, judogui, etc.), del compañero; Uke
intentará evitarlo desplazándose por la zona delimitada. Seguiremos el siguiente proceso:

1. Intentamos agarrar el pecho del compañero con la mano derecha


2. Intentamos agarrar la manga o el brazo derecho del compañero con nuestra mano
izquierda.
3. Con las dos manos intentamos agarrar solapa y manga.
4. Uke intenta evitarlo empujando con sus manos, y sin coger, las manos y brazos de Tori.
5. Ambos intentan agarrar y evitar ser agarrados simultáneamente.

Observaciones: limitar el espacio de acción, 2 x 2 metros, para centrar el objetivo de tra-


bajo.

Aplicación del agarre y aprovechamiento de fuerza y acciones del oponente


Por parejas:

1. Uke agarra desplazándose hacia delante; Tori agarra y retrocede tirando de Uke, lo que
pondrá a éste en situación ideal para poder aplicar una técnica hacia delante.
2. Uke agarra y empuja; misma situación anterior.
3. Uke agarra y realiza una tracción de Tori; éste aprovecha la acción avanzando y empu-
jando a Uke con la intención de provocar su desequilibrio y posterior aplicación de una técni-
ca hacia atrás.

Aplicación del agarre y marcar una dirección de desplazamiento del compañero


Por parejas:

1. Uke agarra con su mano derecha la solapa izquierda de Tori empujando. Tori agarra con
su mano izquierda el brazo de Uke y, tirando de él, se desplaza hacia atrás, en círculo, a uno
y otro lado.
2. Misma situación anterior, y Tori agarra con su mano derecha la solapa izquierda de Uke,
tirando de él se desplaza hacia atrás y en círculo.
3. Mismo trabajo combinando la tracción y el empuje, con la intención de provocar acción-
reacción en cada uno de los miembros de la pareja.

Aplicación del desequilibrio

Por parejas con agarre fundamental y postura natural:

– Realizar los desequilibrios básicos: adelante, atrás y a los lados.


– Ambos desequilibrados hacia atrás, uno suelta y el otro realiza caída hacia atrás.

PRAXIS 89
– Tori tira de Uke hacia delante, Uke reacciona traccionando, Tori le empuja y se desplaza
hacia atrás provocando la caída de Uke.
– Uke tira de Tori sin desplazar los pies; Tori aprovecha la acción y le empuja con su mano
derecha (solapa) al tiempo que tracciona su mano izquierda (manga), lo que deja a Uke en posi-
ción de desequilibrio hacia atrás. Desde esta posición se puede aplicar la técnica de O-uchi- gari.
– Uke empuja a Tori; éste aprovecha la acción y tira de él al tiempo que retrocede provo-
cando el desequilibro de Uke hacia delante. Uke cede y acepta la caída adelante.
– Uke, en desplazamiento, empuja a Tori, quien retrocede y realiza un giro de 90º, taisaba-
ki, provocando la caída del compañero.
– Uke, en desplazamiento hacia atrás, tira de Tori, quien aplicando un desplazamiento hacia
delante y empujando provoca la caída atrás de Uke.

Actividades con desplazamiento

Con el fin de conocer y experimentar las distintas formas de desplazamiento, al tiempo que
las combinamos con la noción de tracción y empuje, proponemos las siguientes actividades:

– Uke empuja. Tori, aprovechando la acción de Uke, tira de él y se desplaza hacia atrás.
– Uke tira. Tori, aprovechando la acción de Uke, le empuja y se desplaza hacia delante.
– Tori dentro de un círculo; Uke se desplaza a su alrededor al tiempo que Tori le intenta apli-
car una acción técnica adecuada a la forma de desplazamiento.
– Tori y Uke se desplazan siguiendo la figura de un gran cuadrado, donde aplican un des-
plazamiento diferente en cada uno de los lados.

Finalizado el proceso y dado que en el desarrollo real de un combate de judo estas dos
acciones son continuamente cambiantes, al igual que lo son los papeles de Tori y Uke, debe-
mos plantear situaciones de trabajo basadas en esta realidad.

PRAXIS 90
Actividades de aplicación técnica y táctica A
Las actividades que planteamos a continuación pueden dar lugar al descubrimiento de algu-
nos principios de aplicación técnica. El profesor, partiendo de las soluciones aportadas, irá intro-
duciendo los modelos técnicos más adecuados a cada una de las situaciones propuestas.

– Uke dentro de un círculo de un metro de diámetro aproximadamente y Tori sobre la línea


del círculo intentará sacarle o proyectarle.
– Tori dentro de un círculo de un metro de diámetro aproximadamente intenta derribar a
Uke, que está sobre la línea del círculo.
– Uke con un pie dentro de un pequeño círculo. Tori, con ataques y/o desplazamientos cir-
culares, intentará derribar o sacar el pie de Uke del interior del círculo. Uke puede pivotar sobre
su pie del círculo, pero no levantarlo.
– Tori intenta, mediante la tracción, llevar a Uke a su zona, a lo largo de este desplaza-
miento, y cuando Uke esté desequilibrado hacia atrás debido a su oposición a las acciones de
Tori, éste aplicará una acción técnica hacia atrás por el interior (O-uchi-gari) o por el exterior
(O-soto-gari) de las piernas de Uke.
– Tori intenta mediante el empuje llevar a Uke a su zona, a lo largo de este desplazamien-
to, y cuando Uke esté desequilibrado hacia delante debido a su oposición a las acciones de
Tori, éste aplicará una acción técnica hacia delante.

PRAXIS 91
Secuencia 5. Proyectando al compañero

Orientaciones para el profesorado P


Las técnicas de judo pie

El judo está formado por una gran variedad de técnicas que deben ser estudiadas en su
ámbito de aplicación y en relación a las dos acciones tácticas existentes: el ataque y la defen-
sa. Cada una de las técnicas requiere para su aplicación unas cualidades determinadas, por lo
que debemos ser conscientes de que no todas las técnicas son adecuadas para todos los
practicantes. Al respecto Martin (1991) indica que la técnica de una modalidad deportiva
corresponde a un patrón motor ideal que conserva sus características gestuales, pudiendo
introducir alguna variante peculiar en función del estilo personal del deportista. En este sentido
analizaremos las técnicas más adecuadas en función de las características de los practican-
tes, como el medio para abordar el aprendizaje del judo desde la perspectiva de la Educación
Física.

Clasificación de las técnicas de Judo

Son muchos los autores (Sacripani, 1987, 1991; Geesink, 1977; Gleeson, 1977; Kolychky-
ne, 1989; Dopico e Iglesias, 1997) que han aportado criterios para la clasificación de las téc-
nicas del judo; no obstante, la más difundida y a la que haremos referencia es la realizada por
el Maestro Jigoro Kano (1889), aportación que ha sido actualizada por el Kodokan de Tokio y
que sirve de guía a las federaciones de los distintos países.
Desde el ámbito de la Educación Física no es necesario abordar la clasificación de las téc-
nicas desde la perspectiva formal del deporte del judo, ya que esta es muy amplia y comple-
ja. En este caso es más oportuno indicar las directrices generales en las que se basa esta cla-
sificación y exponer a modo de ejemplo las técnicas más adecuadas para la utilización en el
contexto educativo, dando una visión global del deporte. Desde esta perspectiva, exponemos
la siguiente clasificación:

TÉCNICAS DE JUDO PIE (TACHI-WAZA)


Tai-otoshi
Técnicas de brazos: Te-waza
Seoi-nage
Koshi-guruma
Técnicas de caderas: Koshi-waza O-goshi
Uki-goshi
O-soto-gari
O-uchi-gari
Técnicas de pierna: Ashi-waza
De-ashi-harai
Sasae-tsuri-komi-ashi

Técnicas de sacrificio: Sutemi-waza No aconsejables en la iniciación

PRAXIS 92
TÉCNICAS DE CONTROL (KATAME-WAZA)
Hon-kega-gatame
Kuzure-kesa-gatame
Inmovilizaciones: Osae-waza Kami-shiho-gatame
Yoko-shiho-gatame
Tate-shiho-gatame
Estrangulaciones: Shime-waza Técnicas que, por su especificidad y control, deben
Luxaciones: Kansetsu-waza ser abordadas en niveles avanzados de práctica

Propuestas para el aprendizaje de la técnica


A continuación exponemos el proceso que seguiremos, en líneas generales, para el apren-
dizaje de cada una de las técnicas propuestas en judo pie.

G Comenzaremos por las técnicas en posición modificada, es decir, Uke de rodillas.


G Algunos ejercicios de asimilación técnica global, con y sin material auxiliar.
G Práctica global de la técnica sin oponente: «estudio solo».

G Práctica de la técnica por parejas sin agarre inicial.

G Por parejas realizar repeticiones de la técnica: Uchikomi.

G Trabajo genérico de las técnicas tratadas a través del estudio en desplazamiento Yaku-

soku-geiko, que representa la etapa más avanzada dentro de la técnica respecto al trabajo sin
oposición por parte de Uke. Podemos considerar que es el mismo trabajo que el Sotai-rensh-
yu, pero con una mayor armonía corporal donde intervine el desplazamiento de ambos, y las
acciones y objetivos están trazados de antemano. Este ejercicio, al igual que el anterior, debe
ser trabajado con un espíritu de ayuda mutua para una progresión común a Tori y a Uke.

Bajo este principio de ayuda mutua podemos trabajar las técnicas que se indican a continuación.

En desplazamiento libre podemos practicar las técnicas que impliquen un giro por parte de
Tori, que quedará de espaldas a su compañero. Los pies deben estar paralelos delante de los
del compañero y la espalda pegada a su pecho, en las siguientes técnicas:

- Koshi-guruma
- O-goshi
- Uki-goshi
- Ippon Seoi-nage

Podemos trabajar movimientos en desplazamiento circular, como situación facilitadora para


la aplicación técnica:

- Uke se desplaza hacia su izquierda, lo que facilita a Tori la aplicación de técnicas como
Ogoshi, Ukigoshi, Ippon Seoinage y Ouchigari.
- Uke se desplaza hacia su derecha, lo que facilita a Tori la aplicación de técnicas como
Sasaetsurikomiashi y Taiotoshi.

Aplicación de las técnicas sin giro de Tori; para facilitar su aplicación las realizaremos en
función del desplazamiento de Uke:

PRAXIS 93
- Uke se desplaza hacia atrás y tira de Tori, quien aplicará las técnicas de O-soto-gari y
O-uchi-gari, tal y como indican las fotos.

PRAXIS 94
- Uke se desplaza hacia delante, empujando a Tori, quien aplicará las técnicas de De-ashi-
harai y Sasae-tsuri-komi-ashi.

Es conveniente que se vayan aplicando cada una de las técnicas al final del proceso de
aprendizaje, incluyendo la fase de proyección, siempre de forma suave y muy controlada.
En una última fase y si el nivel de ejecución de la clase lo permite y disponemos de los ele-
mentos necesarios para abordar la práctica con seguridad, les introduciremos en la proyección
de una forma más real, utilizando para ello el colchón quitamiedos.

PRAXIS 95
Con la cadera A

KOSHI-GURUMA (rueda sobre la cadera)


Puntos importantes:
No se deben flexionar mucho las piernas, pero sí pasar bastante la cadera.
Se debe rodear el cuello de Uke con nuestro brazo y atraerlo hacia nosotros para hacer un
buen contacto.
Uke debe ser proyectado rodando sobre nuestra cadera.

O-GOSHI (gran cadera)


Puntos importantes:
Rodear la cadera de Uke con nuestro brazo derecho y atraerle hacia nosotros para hacer
buen contacto.
Proyectamos a Uke por encima de nuestra cadera.

PRAXIS 96
UKI-GOSHI (cadera flotante)

Puntos importantes:
Debemos mantener la espalda recta y los pies paralelos conservando un buen equilibrio sin
inclinar demasiado el cuerpo hacia delante.
Se debe contactar con fuerza sobre el cuerpo de Uke utilizando nuestro costado.

La similitud de estas técnicas hace posible, con ligeras modificaciones, la misma progre-
sión para el aprendizaje. Por ello expondremos sólo el modelo de O-goshi. Aplicaremos la téc-
nica desde la posición de rodillas:

PRAXIS 97
Por parejas, Tori se colocará de espaldas a Uke, quien, con los brazos extendidos, apoyará
sus manos sobre los hombros de Tori. Desde esta posición, Tori realiza tres saltos verticales
flexionando las piernas ligeramente en cada una de ellos en la fase de apoyo. Al finalizar el ter-
cer salto Tori realiza una torsión del tronco hacia el lado derecho, de tal manera que le permi-
ta rodear con su brazo derecho la cintura de su compañero, al tiempo que con su mano
izquierda le agarra la muñeca derecha. Este trabajo nos sitúa perfectamente en la posición final
de la técnica.

PRAXIS 98
En la misma posición inicial, Uke empuja ligeramente a Tori, quien, sin desplazarse, realiza una
ligera flexión del tronco hacia delante con el fin de crear desequilibrio en su compañero. Desde
esta posición, seguimos los pasos descritos en el ejercicio anterior desde la torsión del tronco

PRAXIS 99
Partiendo de la misma posición realizamos el ejercicio en desplazamiento, siguiendo las
pautas descritas en los ejercicios anteriores.

Conocida la técnica, pasaremos a practicarla siguiendo los diferentes métodos de estudio


utilizados en el judo. Comenzaremos por el estudio solo Tandoku Rensiu, que consiste en repe-
tir el ataque sin oponente, imaginando la posición del adversario. Esto nos obliga a pensar y
referenciar nuestro cuerpo con el del posible adversario, al tiempo que adquirimos velocidad,
coordinación y la precisión del gesto. En este trabajo debemos poner atención a la posición de
nuestros pies, que deben quedar perpendiculares a nuestras caderas, nuestro brazo izquierdo
tirando hacia delante y arriba en acción de desequilibrio, y el derecho como si agarrase el cin-
turón del hipotético adversario.

PRAXIS 100
Seguidamente practicaremos el mismo ejercicio con el compañero, sin agarre inicial. Fren-
te a frente, Uke mantendrá sus brazos extendidos hacia delante para facilitar que Tori realice el
ejercicio anterior con la referencia del compañero. En cada repetición Tori cogerá con su mano
izquierda el brazo o manga derecha de Uke y con su mano derecha el cinturón o cintura de
Uke, manteniendo sus pies frente a los del compañero y con una separación máxima corres-
pondiente al ancho de sus caderas.

Partiendo de la misma posición, Uke se desequilibrará hacia delante; Tori, en ese momen-
to, inicia la aplicación de O-goshi.

A partir de este momento podemos practicar la técnica a través del Uchikomi, que consis-
te en ejecutar con rapidez y precisión el conjunto de una técnica, exceptuando la proyección.
Este trabajo lo podemos realizar estáticos o en desplazamiento. El trabajo estático se puede
realizar para ir adquiriendo una referencia más clara de la colocación de su cuerpo con res-
pecto al de Uke. En el trabajo en desplazamiento, comenzaremos con desplazamiento circu-
lar, dado que facilitará la aplicación de la acción técnica. Tori se coloca en el interior de un cír-
culo, Uke inicia su desplazamiento hacia su izquierda y alrededor de Tori, quien le aplicará la
técnica de O-goshi.

Aplicar esta misma técnica en desplazamiento adelante y atrás.

PRAXIS 101
Caída en el vacío A
TAI-OTOSHI

Puntos importantes:
El contacto se produce con nuestro brazo derecho y con la pierna derecha.
La acción de desequilibrio debe colocar a Uke sobre la punta de los pies.
La rodilla de la pierna de ataque debe estar dirigida hacia dentro.

Se colocan frente a frente, Uke de rodillas y Tori de pie cogiendo con agarre fundamental.
Desde esta posición Tori gira situándose de espaldas al compañero, y separando sus piernas
aplica Taiotoshi.

PRAXIS 102
En la misma posición Uke se desplazará hacia delante; en el momento en que apoye su rodi-
lla derecha, Tori, tirando de su mano derecha para acentuar el desequilibrio, aplicará Tai-otoshi.

Frente a frente, cogidos por la mano derecha, ambos realizan Tai-otoshi.

Seguidamente se puede practicar el estudio solo.

PRAXIS 103
A continuación realizaremos el mismo ejercicio con el compañero, sin agarre inicial. Uke
mantendrá su brazo izquierdo extendido al frente para facilitar que Tori realice la técnica con la
referencia del compañero. Tori, en cada repetición, cogerá con su mano izquierda el brazo o
manga derecha de Uke y con su mano derecha la solapa de Uke, manteniendo sus piernas
bastante abiertas y su cadera baja.

Partiendo de la misma posición, Uke se desequilibrará hacia delante; Tori, en ese momen-
to, inicia la aplicación de la técnica.

A partir de aquí podemos practicar la técnica a través del Uchikomi que, como ya hemos
comentado, consiste en ejecutar con rapidez y precisión el conjunto de una técnica excep-
tuando la proyección. Este trabajo lo podemos realizar:

- Sin desplazamiento.
- Con desplazamiento. En este caso, comenzaremos con desplazamiento circular dado
que facilitará la acción. Tori se coloca en el interior de un círculo, Uke inicia su desplazamiento
hacia su izquierda y alrededor de Tori, quien le aplicará la técnica.

PRAXIS 104
Proyección cargando sobre la espalda A
SEOI-NAGE

Puntos importantes:
Rodear con nuestro brazo a la altura del bíceps la axila de Uke.
Flexión de piernas con pies paralelos hasta situar nuestros glúteos al nivel de los cuádri-
ceps de Uke.
Pegar bien la espalda al pecho de Uke.

Iniciamos el aprendizaje de la técnica con el trabajo de estudio solo, donde la colocación


de los pies es igual que en las técnicas de O-goshi. La mano izquierda tirará hacia delante y
arriba y el brazo derecho flexionado unos 45º se situará aproximadamente a la altura del hom-
bro, bajo la axila de Uke.

PRAXIS 105
Se colocan frente a frente, Uke con su brazo derecho extendido hacia delante. Tori, sin aga-
rrar inicialmente, realizará el mismo gesto anterior para finalizar agarrando la manga con su
brazo izquierdo y la chaqueta/sudadera con la mano derecha a la altura del hombro.

Por parejas, Uke se coloca detrás con los brazos extendidos y apoyados sobre los hom-
bros de Tori, quien aplicará la técnica.

PRAXIS 106
Hacemos lo mismo que en el ejercicio anterior, pero en este caso Uke toca con su mano
el hombro de Tori, quien aplicará la técnica por el lado correspondiente. Realizar esta práctica
también en desplazamiento.

A continuación, colocados frente a frente, Uke toca el hombro de Tori, quien aplicará la
Ippon Seoi-nage por el lado correspondiente.

PRAXIS 107
Colocados frente a frente ambos agarran con su mano derecha la manga del compañero
ligeramente por encima del codo. Desde esta posición y de forma alternativa realizan la técni-
ca de Ippon Seoinage.

A partir de este momento seguiremos trabajando a través de la repetición técnica, Uchiko-


mi, y del estudio en desplazamiento.

PRAXIS 108
Gran siega exterior A
O-SOTO-GARI

Puntos importantes:
El brazo derecho de Tori debe contactar con el pecho de Uke, flexionándolo por debajo de
los 90º.
Rodilla izquierda de Tori flexionada y por delante de la punta del pie.
Nuestro pie de apoyo deberá estar paralelo al de nuestro compañero.

Por parejas Uke se coloca con su pierna izquierda de rodillas y el pie derecho apoyado en
el tatami. Tori aplicará un desequilibrio lateral con su mano izquierda al tiempo que con su
mano derecha empuja hacia atrás. Desde esta posición y tras dar un paso hacia delante con
su pierna izquierda, aplicará con su pierna derecha una acción de siega exterior, O-soto-gari.

PRAXIS 109
De pie frente a frente, Tori con sus manos sobre los hombros de Uke avanza un pequeño
paso con su pierna izquierda y con su pierna derecha le aplica O-soto-gari, al tiempo que
empuja muy suavemente a Uke hacia abajo y atrás. Uke, para facilitar la acción de caída, retra-
sa su pierna izquierda y flexionándola, realiza la caída atrás.

Al tiempo que damos pequeños saltos con la pierna izquierda, realizaremos la acción de
O-soto-gari con la pierna derecha, intentando reproducir la acción de desequilibrio con
ambos brazos.

PRAXIS 110
Realizamos el mismo ejercicio anterior pero saltamos desplazándonos hacia delante al
tiempo que aplicamos la acción técnica.

Cada alumno con una pica y situado frente a ella desplaza su pie izquierdo adelante y con
su pierna derecha aplica O-soto-gari.

Frente a frente, ambos colocan el pie derecho en la misma línea y se agarran con su mano dere-
cha. Desde esta posición dan un pequeño paso con el pie izquierdo para, a continuación, lanzar su
pierna derecha adelante y aplicar O-soto-gari. El ejercicio lo realizarán los dos a la vez y en el momen-
to final ambos han de quedar paralelos y con el tronco y la pierna derecha en el mismo plano.

PRAXIS 111
Realizaremos estudio solo, y a continuación, por parejas, Uke extiende su brazo derecho
hacia delante y Tori realiza la técnica agarrando en el momento de su aplicación.

PRAXIS 112
Realizamos el mismo ejercicio anterior pero partiendo del agarre fundamental, es decir,
ambos con la mano derecha en la solapa del compañero y la izquierda en la manga. Hay que
aplicar Osotogari sin enganchar la pierna del compañero.

Partiendo del agarre fundamental, Uke coloca su pie derecho sobre un balón de ritmo.
Seguidamente, Tori aplica Osotogari.

A partir de aquí, aplicaremos el mismo proceso para todas las técnicas, es decir, estudio
solo, repeticiones de la técnica y estudio en desplazamiento con un compañero.

PRAXIS 113
Gran siega interior A
O-UCHI-GARI

Puntos importantes:
No se debe flexionar el cuerpo hacia los lados.
Se bebe desequilibrar a Uke hacia atrás en la dirección de la aplicación de la técnica.
El pie de apoyo debe estar en la dirección de la aplicación de la técnica y no abierto hacia
un lado.

Uke se coloca con su pierna derecha de rodillas y el pie izquierdo apoyado en el suelo.
Desde esta posición, Tori aplicará un desequilibrio hacia atrás y con su pierna derecha ataca
la pierna izquierda de Uke por su interior con O-uchi-gari.

PRAXIS 114
Con dos picas apoyadas sobre el suelo por un extremo y por el otro sujetas por nuestras
manos, aplicamos con la pierna derecha O-uchi-gari a la pica situada frente a la pierna de ataque.

Al tiempo que damos pequeños saltos con la pierna izquierda, realizar la acción de O-uchi-
gari con la pierna derecha, intentando reproducir la acción de desequilibrio con ambos brazos.
Seguidamente realizamos el mismo ejercicio pero saltamos desplazándonos hacia delante al
tiempo que aplicamos la acción técnica.

Partiendo del agarre fundamental, Uke coloca su pie izquierdo sobre un balón de ritmo. Tori
aplica O-uchi-gari.

PRAXIS 115
Estudio solo.

Por parejas y sin agarrar inicialmente, Uke se sitúa frente al compañero con el brazo dere-
cho extendido hacia delante y la pierna izquierda adelantada. Tori realiza la técnica utilizando el
agarre fundamental en el momento de su aplicación.

A partir de este momento se realizarán repeticiones de la técnica estáticos y en diferentes


desplazamientos.
Se estudiará la técnica con el compañero; ambos deben colaborar e intercambiar información.

PRAXIS 116
Barrido del pie que avanza A

DE-ASHI-HARAI

Puntos importantes:
No flexionar el cuerpo por la cintura hacia el lado del barrido.
Barrer el pie con nuestra planta a la altura del tobillo de Uke.
El barrido debe efectuarse en el momento en que se va a producir el apoyo del pie.

Uke debe colocarse con la pierna izquierda arrodillada y el pie derecho apoyado en el suelo,
Tori frente a él y ambos con agarre fundamental. Tori aplica un desequilibrio lateral y tras un
ligero desplazamiento lateral barrerá con su pie izquierdo el pie derecho de Uke.

PRAXIS 117
Con una pica apoyada por un extremo sobre la colchoneta y sujeta por el otro extremo con
la mano izquierda, aplicaremos la acción De-ashi-barai, utilizando todos los desplazamientos
posibles: girando alrededor de la pica, lateral, hacia delante, etc.

Al tiempo que damos pequeños saltos con la pierna izquierda, realizar De-ashi-barai con la
pierna derecha, intentando reproducir la acción de desequilibrio con ambos brazos.
A continuación haremos el mismo ejercicio pero desplazándonos hacia delante con
pequeños saltos sobre una pierna al tiempo que aplicamos la acción técnica con la pierna libre.

PRAXIS 118
Frente a frente y con agarre fundamental, Uke se sitúa con el pie derecho adelantado y apo-
yado ligeramente sobre un balón de ritmo. Tori, tras desplazar su pie derecho hacia atrás,
barrerá con su pie izquierdo el balón.

Frente a frente, Uke intenta pisar con su pie derecho el pie derecho de Tori, quien dará un
paso atrás con su pie derecho y barrerá con su pie izquierdo el derecho de Uke.

PRAXIS 119
Seguimos con estudio solo. Este trabajo lo podemos desarrollar con los siguientes ejercicios:

Damos un gran paso lateral con la pierna derecha y realizamos la acción de barrer, De-ashi-
barai, con la pierna izquierda.
Realizamos la misma acción dando un paso atrás con la pierna derecha al tiempo que
damos un giro de 90º con el cuerpo hacia la derecha para aplicar a continuación con la pier-
na izquierda De-ashi-barai.

A continuación practicaremos la técnica a través de la repetición, y para finalizar se traba-


jará el ejercicio en desplazamiento con un compañero.

PRAXIS 120
Bloqueo del pie con acción de pescar A
SASAE-TSURI-KOMI-ASHI

Puntos importantes:
TORI empuja hacia arriba con el brazo derecho y tira hacia delante con el izquierdo.
Hay que bloquear su pierna a la altura del tobillo.

Uke se colocará con las dos rodillas en el suelo. Tori, frente a él y con agarre fundamental,
aplicará con su pie izquierdo un bloqueo a la rodilla derecha de Uke, al tiempo que tirará de
sus brazos de forma circular hacia delante y abajo.

PRAXIS 121
Partiendo de la misma posición, Uke se desplaza de rodillas y Tori debe aplicar la técnica
cuando Uke tiene su rodilla derecha adelantada.

Con una pica realizamos el mismo gesto de la técnica explicada.

PRAXIS 122
Daremos pequeños saltos sobre el pie derecho al tiempo que realizamos la acción de blo-
queo con el pie izquierdo.

Hay que realizar el estudio solo, la práctica con el compañero sin agarrar, el trabajo de repe-
ticiones y finalizar con el estudio en desplazamiento con el compañero.

PRAXIS 123
Proyectamos frente al colchón quitamiedos A
Aplicación de las tres fases del movimiento en la introducción a las técnicas de judo pie
y adaptación y aceptación de la caída

Uke estará frente al colchón y Tori de espaldas; desde esta posición se aplicarán las técni-
cas hacia delante: O-goshi, Ippon Seoi-nage, Tai-otoshi y Sasae-tsuri-komi-ashi.

Posición inicial

O-goshi Ippon Seoi-nage

Tai-otoshi Sasae-tsuri-komi-ashi

PRAXIS 124
Posición final

Uke se sitúa de espaldas al colchón y Tori de frente, para aplicar las técnicas de O-soto-
gari y O-uchi-gari.

O-soto-gari O-uchi-gari

PRAXIS 125
Posición final (común para las dos técnicas)

Uke se situará sobre un plinto o similar, a una altura de 20-30 cm, y Tori frente a él, ambos
a un lado del colchón. Deberán desplazarse lateralmente hasta el final del plinto. En ese
momento Tori gira sobre sí mismo y hacia su izquierda de tal manera que su espalda quede
pegada al pecho de Uke. A continuación Tori aplica O-goshi o Ippon Seoi-nage, y Uke cae
sobre el colchón.

PRAXIS 126
Algunas propuestas para la aplicación del trabajo desarrollado A

Aplicación de O-goshi ante un agarre a la solapa

Uke con su mano derecha agarra la solapa izquierda o pecho de Tori, quien, utilizando su
mano izquierda para coger el brazo de Uke y desequilibrarlo hacia delante, le aplicará O-goshi.

- Esta misma progresión puede ser utilizada para la realización de Uki-goshi, dada la gran
similitud entre ambas técnicas. Debemos tener presente que, a grandes rasgos, en Uki-goshi
la utilización de la cadera para proyectar es menor que en O-goshi.
- De forma similar y teniendo en cuenta la colocación del brazo derecho de Tori en Koshi-
guruma y en Ippon Seoinage también puede ser aplicado aquí este proceso.

Practicar las técnicas a modo de circuito


Hay que seguir el circuito establecido por el profesor con una técnica en cada estación que
repetiremos un número determinado de veces. Podemos hacerlo sin proyectar o proyectando
al compañero; en el caso de proyectar debemos utilizar un colchón quitamiedos en cada una
de las estaciones.

Establecer un recorrido de proyecciones con colchón quitamiedos

Por parejas deberá realizarse dicho recorrido, proyectando en el punto establecido y apli-
cando la técnica adecuada en función del tipo de desplazamiento, que deberá estar condicio-
nado por el diseño del circuito.
Se trata de un trabajo de demostración técnica basado en los fundamentos de aplicación
para aprender sobre la propia práctica.

Aplicación de los principios del judo/lucha a través del sumo

Por grupos, un miembro de cada grupo se introducirá en un círculo de 2 m de diámetro,


aproximadamente. El objetivo consiste en sacar al compañero o derribarle. En el desarrollo del
juego aparecen todas las acciones propias del judo/lucha: tracción, empuje, desplazamiento,
giros, desequilibrio, etc.

PRAXIS 127
Juego de los zombies

Uno o varios alumnos, en función de las dimensiones de la zona acondicionada, se situarán


en el centro e irán proyectando a los demás compañeros que, situados en un extremo,
deberán cruzar la zona desplazándose lentamente, erguidos y con los brazos extendidos.

PRAXIS 128
A continuación, en grupos de tres, Uke se mantendrá erguido y sin mover los pies y se
dejará desequilibrar por cualquiera de sus dos compañeros. En función de la dirección del
desequilibrio, Tori aplicará una técnica adelante o hacia atrás, proyectando suavemente al
compañero.

PRAXIS 129
E. Recursos

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Obras comentadas

Calmet, M. y Gouriot, M. (1987). Didactique judo en milie scolaire. Formation profesionelle continue des
enseignants d’eps. Centre départemental de documentation pédagogique de L’ oise.
Monográfico escrito en francés que plantea la enseñanza del judo en el medio escolar, desde la pers-
pectiva de la educación física. Un trabajo interesante, que abre nuevas orientaciones para la introducción
de los deportes de lucha en el medio escolar, a través de las clases de educación física.

Carratalá, V. (1997): «Factores personales y sociales relacionados con la iniciación deportiva en la prác-
tica del judo». En Ayora, D. y otros. Aportaciones al estudio de la actividad física y el deporte.
Valencia: IVEF. Pp. 201-212.
Capítulo de libro que presenta los factores sociales que afectan a la iniciación al judo en edades tem-
pranas. En el trabajo se recogen las edades y lugares de iniciación al judo, las personas que en mayor
medida inciden en el proceso de iniciación y los itinerarios deportivos seguidos por los judokas a lo largo
de los años de práctica.

Carratalá, V. (1998): «Los juegos y deportes de lucha en el marco de la educación física escolar». En
Villamón, M. (comp). Contenidos de educación física para primaria. Cap. 8.
En este capitulo del libro se aborda el proceso de iniciación al judo desde el juego, planteando una
progresión que parte desde los juegos de cooperación basados en el contacto corporal, a los juegos de
oposición, donde se aborda este proceso de forma gradual, comenzando por los juegos de oposición a
distancia, media distancia y cuerpo a cuerpo. Finalizada esta fase, se presenta una iniciación al judo
a través del judo suelo, las caídas y el judo pie.

PRAXIS 132
Carratalá, V. y Carratalá E. (2000). Judo. La actividad física y deportiva extraescolar en los centros edu-
cativos. Ministerio de Educación, Cultura y Deportes. Consejo Superior de Deportes. Madrid.
Obra estructurada en cuatro capítulos, a través de los cuales se realiza una introducción al mundo
del judo, dando una amplia visión y aludiendo a aspectos poco tratados en la literatura actual de este
deporte. La utilización del judo y los juegos de lucha en el marco de la educación física escolar pueden
aportar un nuevo enfoque en el tratamiento de la enseñanza de este deporte.

Dopico, J. e Iglesias, E. (1997). «Clasificación y organización de los contenidos de enseñanza específi-


cos de judo, para la intervención en la iniciación». En El judo y las ciencias de la educación física y el
deporte. Instituto Vasco de Educación Física.
Capítulo de libro que fundamenta la propuesta de clasificación y organización de los contenidos pro-
puestos.

Villamón, M. (1999). Introducción al judo. Barcelona: Hispano Europea.


Compilación realizada por varios profesores de judo de las facultades de ciencias de la actividad físi-
ca y del deporte y los INEF, donde se presenta una amplia fundamentación teórica sobre el deporte del
judo.

FFJDA (1987). Méthode francaise d’enseignement du judo-jujitsu. París.


Trabajo realizado por la federación francesa de judo, que presenta unos contenidos muy adecuados
para la iniciación al judo en edades tempranas. En esta misma línea, la FFJDA tiene publicados trabajos
interesantes y que son de gran ayuda para la estructuración de los contenidos en función de los grupos de
edad.

Torres, G. (1990). 1000 ejercicios y juegos de actividades de lucha. Barcelona: Paidotribo.


Trabajo amplio que recoge y sistematiza las acciones fundamentales de los deportes de lucha a
través del juego. Una obra que facilita el proceso de iniciación e introducción de estos deportes en la
educación física escolar.

PRAXIS 133

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