El Rey Del Desierto
El Rey Del Desierto
El Rey Del Desierto
Anónimo
Cuentan por ahí que un grupo de animales se reunió en medio del desierto para organizar un
concurso. Allí estaban un águila, un juan- cito, una iguana, una tarántula, una culebra y un
camaleón; todos tan ansiosos que nadie paraba de hablar, hasta que el águila se subió a un
sahuaro y les dijo:
-¡Ey, animales! Vamos a iniciar el concurso. Veremos quién es el más listo, cuando yo de la
orden, todos corren a esconderse, luego los voy a buscar y al que encuentre al último será el
ganador.
-Una corona-contestó el juancito-. El ganador la llevará para siempre, así todos sabremos que
por ser el más listo, es el rey del desierto. Así, el águila les dijo:
-Voy a cerrar los ojos y a contar hasta diez. Luego empezaré a buscarlos.
Todos los animales corrieron a esconderse donde según ellos nadie los encontraría. Unos
hacían hoyos en la arena, otros detrás de las biznagas
y otros entre las piedras. Por fin el águila terminó de contar y comenzó
-¡Ay, no! Por favor, deja que me vuelva a esconder. ¡Todos van a decir
-¡A ver, silencio!-dijo el águila-. Como nadie está conforme, que el camaleón nos demuestre
cómo le hizo, así veremos si le corresponde el triunfo o no.
Entonces, todos los animales se pusieron muy contentos y en sus meras narices vieron cómo
desapareció el camaleón.
-Estoy en medio de ustedes. No me he movido. Fíjense, voy a abrir un ojo para que me vean.
-¡Es cierto, allí está! —gritó la iguana muy sorprendida, mientras los demás animales
aplaudían.
Desde entonces el camaleón cambia de color nada más oye o ve algo, pues teme que la
culebra quiera robarle su corona. Por el contrario, la envidiosa culebra ve a alguien y saca la
lengua, pues sigue resentida con todos los animales.