El sermón exhorta a los creyentes a mantener sus ojos puestos en Jesús para continuar corriendo la carrera de la fe con paciencia. Al enfrentar dificultades, es fácil perder de vista el propósito y querer abandonar el camino, pero manteniendo el enfoque en Jesús se puede perseverar. El sermón usa varios ejemplos bíblicos como Abraham, Noé y Rahab para ilustrar cómo poner los ojos en otras cosas en lugar de Jesús puede llevar a titubear, pero enfocándose en É
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El sermón exhorta a los creyentes a mantener sus ojos puestos en Jesús para continuar corriendo la carrera de la fe con paciencia. Al enfrentar dificultades, es fácil perder de vista el propósito y querer abandonar el camino, pero manteniendo el enfoque en Jesús se puede perseverar. El sermón usa varios ejemplos bíblicos como Abraham, Noé y Rahab para ilustrar cómo poner los ojos en otras cosas en lugar de Jesús puede llevar a titubear, pero enfocándose en É
El sermón exhorta a los creyentes a mantener sus ojos puestos en Jesús para continuar corriendo la carrera de la fe con paciencia. Al enfrentar dificultades, es fácil perder de vista el propósito y querer abandonar el camino, pero manteniendo el enfoque en Jesús se puede perseverar. El sermón usa varios ejemplos bíblicos como Abraham, Noé y Rahab para ilustrar cómo poner los ojos en otras cosas en lugar de Jesús puede llevar a titubear, pero enfocándose en É
El sermón exhorta a los creyentes a mantener sus ojos puestos en Jesús para continuar corriendo la carrera de la fe con paciencia. Al enfrentar dificultades, es fácil perder de vista el propósito y querer abandonar el camino, pero manteniendo el enfoque en Jesús se puede perseverar. El sermón usa varios ejemplos bíblicos como Abraham, Noé y Rahab para ilustrar cómo poner los ojos en otras cosas en lugar de Jesús puede llevar a titubear, pero enfocándose en É
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Sermón: Hacia donde miran tus ojos?
Base bíblica: hebreos 12:1-2
Propósito general: dar aliento. Propósito especifico: que los creyentes tomen conciencia de correr la carrera con paciencia, evitando mirar los infortunios, considerando la nube de testigos y manteniendo el enfoque en Cristo. Introducción: Dios les bendiga, que gusto tenerle hoy con nosotros. Opción 1: la semana pasada como esta, tenemos algunas ausencias por enfermedad, sabemos a lo que se refería Pablo hablando acerca de la iglesia… “que cuando un miembro del cuerpo se duele, todos los demás miembros con el se duelen.” Estamos tristes por no tenerlos con nosotros, pero confiamos en que Dios les dará la paz y fortaleza física. Opción 2: estamos a dos semanas de celebrar un recordatorio del nacimiento de Jesucristo y que tal si aprovecha esa ocasión para compartir con su familia y amigos de la paz que le ha dado Jesucristo, que reciban del amor de Dios que hay en usted, y vean la alegría que llena su corazón. La navidad es dadiva, Dios dándonos su hijo, de usted también a los demás, deles su amor, bríndeles su amistad, su tiempo, su comprensión, su paciencia.
Consideremos el mensaje de hoy: ¿Hacia donde miran tus
ojos?
Le cuento que cuando voy en carretera con mi esposa, la
mayoría de las veces yo manejo, ella me ayuda en tramos, pero la mayor parte de los recorridos lo hago yo, entonces tenemos un trato. Y es el siguiente: “Ella debe apreciar el paisaje y yo debo mirar hacia adelante.” El que ella aprecie el paisaje, significa: apreciar lo bello que esta delante de sus ojos, mostrar asombro por todo eso que Dios creo para ella. Y el que yo ponga mis ojos hacia delante significa: tener mis ojos en la meta, centrar mi atención en el objetivo, asumir la responsabilidad de mi avance mantenerme en la ruta hacia el destino Imagina usted… ¿que podría pasar si quebrantáramos este trato y yo centrara mi atención en el paisaje y ella en mirar hacia adelante?
No tiene nada de malo en mirar el paisaje, contemplar los
campos, los atardeceres o las lunas llenas, siempre y cuando no seas el que maneje, porque entonces. Estará de acuerdo conmigo en que importante es esta pregunta: ¿Hacia donde miran tus ojos? Quiero que te remontes conmigo a Palestina al año 65 d.C y llegamos a una casa donde se encuentran un grupo de personas que hablan: de dejarlo todo de renunciar Se nota un tono de nostalgia en sus palabras, pero tu y yo aun no sabemos a que se refieren. Solo les oímos decir: a una mujer: que me gane, antes perdi a mi esposo a manos de Roma. Otro dice: mi familia y yo no tenemos donde vivir. En aquel rincón se escucha el reclamo de un hombre, tantos años en este camino, mejor volvámonos. ¡Quienes son ellos? Son los primeros creyentes , judíos que habían estado siguiendo a Jesús por treinta años, soportando gran persecución de los judíos incrédulos.
Todos ellos y otros creyentes perdieron sus posesiones,
como negocios, casas, terrenos, muebles, y animales. Cuando Esteban fue apedreado, huyeron de Jerusalén solamente con lo que podían llevar para el viaje. Al principio, ellos esperaban que Jesús regresaría en cualquier momento; pero al pasar los años, algo de su esperanza se desvaneció. Después de tres décadas, algunos estaban pensando en volver a Jerusalén.
Ellos estaban poniendo sus ojos en lo que se había
quedado atrás. Ellos miraban atrás y sabían que allá en Jerusalén, estaba un templo, habría un sumo sacerdote, tendrían la oportunidad de ofrecer sacrificios de animales, las fiestas religiosas, para ellos era muy tentador volver a la ley de Moises y abandonar a Jesus. Para ellos se escribió una carta, llamada la carta a los hebreos, una carta con solo 13 capitulos. Pero una carta que ocupa los primeros 10 capítulos para hablar que Cristo es mejor que todo aquello de la ley de Moises en lo que ponían sus ojos y que les estorbaba para seguir adelante y los tentaba a volver, a abandonar el Camino. Ponían sus ojos en el templo, ahora no tenían uno, querían desistir, pero el escritor les dice: Cristo es mejor que el templo.
Ponían sus ojos en la tradición oral que les hablaba de las
visitaciones angelicales que trajeron esperanza, pero ahora no había nada de eso, pero el escritor les dice: Cristo es superior a los ángeles.
Habían dejado la ley de Moises y ahora miraban hacia allá,
pero el escritor les dice: Cristo es superior a Moises.
Sus ojos estaban puestos en el sumo sacerdote que antes
les ministraba, hoy no tenían eso, esa ausencia los hacia pensar en el abandono de la fe cristiana, pero el escritor les dice: Cristo es mejor Sumo sacerdote que no traspasa el velo del templo sino los cielos.
Extrañaban los sacrificios, resentían la perdida de eso en
sus vidas, pero el escritor les dice: Cristo es el mejor sacrificio, pues los sacrificios de animales cubren el pecado, pero el sacrificio de Cristo es superior, pues no cubre sino que quita el pecado. Este era el problema con aquellos creyentes, y en cierta forma sigue siendo el problema de muchos creyentes en este tiempo. Ponen la mirada en las circunstancias que están atravesando y eso los lleva a considerar el abandonar el camino.
Pues para ellos y para nosotros se escribió Hebreos 12:1-2
Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, 2 puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios. Cuando enfrentamos desaliento es fácil perder la perspectiva. Y de ahí viene el desanimo y el querer tirar la toalla. Abandonar la carrera. ¿Dónde estas poniendo tus ojos que no ves la belleza que hay en esto? ¿en donde están puestos tus ojos que ya no te asombra Dios? ¿no será que has perdido la ruta por mirar hacia otro lado? Cuando enfrentamos dificultades es fácil perder de vista el propósito.
Podemos continuar nuestra carrera
1. Si tan solo mantenemos nuestros ojos en Jesús.(12:2).
Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro
tan grande nube de testigos,
Que puede resultar de poner tus ojos en la envidia que
otros tienen de ti (caso de Abel) Les molesta tu devoción a Dios. Tu ni andas cuidando lo que le dan a Dios, pero cuando tu le das de lo mejor a Dios ellos les cambia el semblante. Abel te grita desde las gradas: no te detengas, pon los ojos en Jesús y tu sigue dando lo mejor a Dios.
La gente quizá dice que tu estas loco por meterte aquí
todos los domingos, que tu estas loco por dar tu dinero aquí… que pasaría si centras tu atención en esos comentarios. Caso de Noe Noe grita desde las gradas: no te detengas, continua la carrera, igual decían que yo estaba loco, pero mi locura significo la salvación de mi familia. Pon tus ojos en Jesús.
Que puede resultar de poner los ojos en el poco o nada de
patrimonio que hoy tienes. (Contrastar que Abraham le fue prometida la tierra, pero vivió en tiendas, el, Isaac y Jacob. Abraham te grita desde las gradas: que no te preocupe tu patrimonio, pon los ojos en Jesús y tu descendencia será muy bendecida.
Que podría resultar de poner tus ojos, centrar tu atención
en tus necesidades físicas no suplidas. (contrastar la vida de Sansón que fue tras sus deseos físicos) Sanson te grita desde las gradas: no vayas tras tus deseos carnales, cumple tu llamado, cumple tu propósito con los ojos puestos en Jesús.
Vas a poner tus ojos en tu estilo de vida presente,
centraras tu atención en los errores que llegaste cargando a este lugar. Caso Rahab. Desde las gradas hay una mujer que grita con fuerza: deja de mirar tus fracasos, pon los ojos en Jesús, aprovecha la oportunidad que esta delante de ti hoy. ¿Quién es esa mujer? Rahab.
Conclusión: Si apartamos la mirada de Jesucristo titubearemos… Mantenga sus ojos en Jesucristo.
Si ponemos la mirada en nosotros titubearemos…
Mantenga sus ojos en Jesucristo.
Si ponemos la mirada en otros titubearemos…
Mantenga sus ojos en Jesucristo.
Si ponemos la mirada en las circunstancias titubearemos…
Mantenga sus ojos en Jesucristo.
Cierre y llamado al altar:
¿has considerado renunciar?
¿Dónde están puestos tus ojos hoy? ¿Cómo te fue cuando pusiste tus ojos en ti? ¿Qué resulto de poner tu atención en la gente?