Cuadro Clinico
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Cuadro Clinico
Los síntomas dependen del tipo de TCE y la parte del cerebro que está
afectada. La pérdida del conocimiento tiende a durar más en las personas con
lesiones en el lado izquierdo del cerebro que para aquellos con lesiones en el
derecho. Los síntomas también dependen de la gravedad de la lesión. Con un
traumatismo cerebral leve el paciente puede permanecer consciente o puede
perder el conocimiento durante unos segundos o minutos. Otros síntomas del
TCE leve incluyen dolor de cabeza, vómitos, náuseas, falta de coordinación
motora, mareos, dificultad para el equilibrio, visión borrosa, ojos cansados,
acúfenos, mal sabor en la boca, fatiga, letargo y los cambios en los patrones de
sueño. Los síntomas cognitivos y emocionales incluyen cambios de
comportamiento o estado de ánimo, confusión y problemas de memoria,
concentración, atención, o razonamiento. Los síntomas del TCE leve también
se encuentran en el TCE moderado y grave.
Una persona con un TCE moderado o grave puede tener un dolor de cabeza
que no desaparece, vómitos repetidos, náuseas, convulsiones, incapacidad
para despertar, dilatación de una o ambas pupilas, dificultad para hablar, afasia
(dificultad para encontrar palabras), disartria (debilidad muscular que causa
trastornos del habla), debilidad o entumecimiento en las extremidades, pérdida
de coordinación, confusión, inquietud o agitación. Los síntomas comunes a
largo plazo de un TCE moderado a grave son los cambios en la conducta social
apropiada, las deficiencias en el juicio social y los cambios cognitivos, sobre
todo problemas de atención sostenida, velocidad de procesamiento, y el
funcionamiento ejecutivo. La alexitimia (una deficiencia en la identificación,
comprensión, transformación y las emociones que expresa) se produce en el
60.9% de las personas con TCE. Los déficits cognitivos y sociales tienen
consecuencias a largo plazo para la vida cotidiana de las personas con TCE de
moderada a grave pero se puede mejorar con la rehabilitación apropiada.
EL DIAGNÓSTICO
Usos de la Neuroimagen
TRATAMIENTO
Diuréticos osmóticos
Hiperventilación
Craniectomía descompresiva
Coma barbitúrico
Hipotermia
Esta medida ha sido estudiada y utilizada por dé- cadas, en los últimos años se
ha producido un resurgimiento y diversas investigaciones se han realizado97-
100.
Los pacientes afectados con lesión traumática cerebral usualmente pueden ser
llevados a terapia intensiva. Los principios de manejo general incluyen el
control de la temperatura, tensión arterial, sedación, ventilación, nutrición, entre
otras.
Fiebre
Tensión arterial
Sedación y analgesia
Ventilación mecánica
Se recomienda que todos los pacientes con lesión traumática cerebral severa
sean intubados y apoyados con ventilación mecánica. Los pacientes que no
controlan su vía aérea, aquellos con episodios de broncoaspiración, hipoxia e
hipercapnia tendrán un peor pronóstico. Es crucial mantener una presión de
oxigeno por encima de 60 mmHg, y niveles de saturación por encima de 90%.
La toma de gases arteriales de manera rutinaria, junto con información sobre la
ventilación y radiografías de tórax ayudarán a un manejo óptimo. La ventilación
mecánica nos ayudará a manejar las concentraciones de CO2, un parámetro
fundamental en la manipulación de la PIC. La aplicación de traqueotomía
temprana será básica para aquellos pacientes que serán ventiladores
dependientes, presentarán riesgo de neumonía y estancia prolongada en
terapia intensiva.
Nutrición
Profilaxis antitrombótica
Manejo de glicemia
Control de sodio127
Bajos niveles de sodio pueden presentarse por dos mecanismos: uno de ellos
es el Síndrome de secreción inadecuada de hormona antidiurética (SIADH) y el
cerebro perdedor de sal. Ambos procesos implican sodio sérico disminuido y
altas concentraciones de sodio urinario. El manejo para el SIADH implica
restricción de líquidos de 500 a 1000 cc/día. La demeclocilina, es un inhibidor
en el túbulo colector renal de la ADH y puede ser considerado como manejo
alternativo. La hiponatremia severa o sintomática requiere la corrección rápida
usando solución salina hipertónica de manera cuidadosa siempre teniendo en
cuenta la desmielinización osmótica. Por otro lado, el manejo del síndrome de
cerebro perdedor de sal implica reemplazo de líquidos con solución salina
normal.
Crisis epiléptica
Profilaxis gástrica
Las úlceras gástricas por stress son comunes en todos los pacientes con
trauma. La incidencia es muy alta en pacientes con trauma cerebral severo,
sepsis, coagulopatía e hipotensión. El mecanismo propuesto es la
hiperproducción de gastrina y ácido clorhídrico. Se recomienda administrar
bloqueadores-H2 de manera profiláctica, inhibidores de la bomba de protones y
protectores gástricos para reducir la incidencia de estas úlceras.