Reinberg Ecuador2
Reinberg Ecuador2
Reinberg Ecuador2
COMERCIANTE.- Naci� en Riga el d�a 5 de Agosto de 1862. Riga fue capital de los
estados B�lticos de Rusia y despu�s sede del gobierno de la Rep�blica de Letonia
entre 1918 y el 40, mientras su padre Mendel Reinberg ejerc�a el Consulado de los
Estados Unidos en dicho lugar y fue su madre Paulina Eder, de la gran familia de
banqueros y comerciantes de ese apellido que tanto �xito tuvieron durante el siglo
XIX en Colombia. Ambos, naturales de Cincinatti, Ohio, USA y de religi�n jud�a.
Fue el mayor de una familia compuesta de tres hermanos y de escasos quince a�os lo
enviaron a terminar sus estudios a Cincinatti, pero no residi� all� lo suficiente
como para tomar carta de ciudadan�a; pues, a los pocos meses, fue llamado por su
t�o David Eder a Guayaquil.
Esos Tyler Donnegan eran irlandeses cat�licos pasados al Per�. En Lima hab�an
tenido un modesto negocio de cristaler�a importada de los Estados Unidos e
Inglaterra, similar al que luego instalar�an en Guayaquil. A su departamento
concurr�an a almorzar otros j�venes, extranjeros como Reinberg, entre los que
estaban Juan Kruger, Alfred Cartwright que ocupar�a el consulado de Inglaterra,
Isaac Reinberg Eder que llegar�a atra�do por su hermano Mart�n, etc. (1)
El joven Mart�n hablaba ingl�s, franc�s, alem�n y ruso, ten�a la estatura mediana,
la tez blanca rosada, el pelo entre caf� y rubio y los ojos azules. Pronto aprendi�
el espa�ol porque era alegre, dicharachero y comunicativo, muy dado a las bromas y
a las chanzas y hasta gustaba de los juegos de manos. En Guayaquil demostr� ser un
excelente bailar�n y buscaba que lo invitaran a las fiestas, donde se distra�a
sanamente porque no era mujeriego ni vicioso y amaba el trabajo por sobre todas las
cosas. En sus negocios demostr� desde el principio poseer un agudo olfato y gran
seriedad; era, lo que se dec�a entonces, un perfecto caballero. Respetuoso con las
damas, su trato exquisito y cort�s pronto le abri� las puertas de los principales
salones y hasta le salieron algunos buenos partidos, pero �l supo mantenerse
soltero, quiz� por una cortedad propia en �l o simplemente por su conducta
ahorrativa.
Como dato curioso cabe anotar que a las pocas semanas de su arribo a Guayaquil
naci� en el hogar de los Tyler una ni�ita que fue bautizada con el nombre de Alice.
El reci�n llegado la tom� en sus brazos y con el andar del tiempo se acostumbr� a
sacarla a pasear con su hermanita Hattie para que tomaran helados y cuando Alice
cumpli� diecinueve a�os, se casaron como sucede en los cuentos de hadas; suceso que
caus� la admiraci�n de nuestra sociedad y hasta origin� algunos salados
comentarios, aunque el novio solamente ten�a 35 a�os.
(1) Kruger contrajo matrimonio con Emma Tyler, Cartwright con Shara Tyler, Mart�n
Reinberg con Alice Tyler, su hermano David Reinberg con Enriqueta (Hattie) Tyler.
La �nica Tyler casada con nacional fue Mary, esposa de Agust�n Febres Cordero y
Lavayen. Todas tuvieron sucesi�n. En cambio sus hermanos varones, William y Joseph
Warren Tyler, murieron de fiebre amarilla, muy j�venes, en Guayaquil, y est�n
enterrados en el cementerio de los Extranjeros, llamado impropiamente de los
Protestantes, en la actual calle Julian Coronel.
En 1869, otro de sus t�os maternos llamado Santiago Eder, que ya era rico y famoso
en el valle del Cauca en Colombia, le invit� a trabajar en Cali; pero Reinberg
rechaz� la oferta con pena debido a que "Eder, Mayer and Secker" le hab�a aumentado
el sueldo y ya se sent�a a sus anchas en Guayaquil viviendo en el hogar de los
Tyler Donegan, al punto que en un viaje a Babahoyo hasta hab�a sido bautizado como
cat�lico.
En 1871 fund� la sociedad exportadora de cacao "Merge and Reinberg" que luego se
transformar�a en "Mart�n Reinberg y C�a." con dinero que le prest� otro de sus t�os
Phanor Eder y trajo de Cincinatti a sus hermanos menores Isaac y David. El primero
casar�a despu�s, como ya se dijo, como Hattie Tyler, viaj� a Hamburgo de
comisionista de su hermano, luego regres� al Ecuador y finalmente falleci� en Bah�a
de Car�quez, siempre dedicado al negocio del cacao. El segundo se instal� en Bah�a
a poco de llegado y como era algo neur�tico trabajaba cuando quer�a y no lleg� a
casarse, al punto que su hermano Mart�n termin� pas�ndole una pensi�n.
Para entonces la casa Reinberg era una de las m�s importantes firmas importadoras y
exportadoras de Guayaquil y sus principales rubros eran el comercio del cacao y
cueros, tambi�n atend�a contratos del gobierno o las municipalidades, entre los
cuales, los m�s notables fueron la construcci�n de un muelle de acero en el malec�n
del r�o y el sistema de tranv�as de Guayaquil.
1887 fue el a�o de su feliz matrimonio con Alice Tyler, pero la dicha solo dur�
hasta el fatal accidente de ella, el 14 de Febrero de 1899, en el balneario de
Puna. Ese dia, Reinberg hab�a anunciado su llegada. La joven esposa, embarazada del
s�ptimo hijo, sali� apresuradamente a recibirle en el muelle con su numerosa prole
y como desde la casa que ocupaban, propiedad de Mario Maulme Barrat, hasta el
desembarcadero, hab�a una corta distancia, no se hizo acompa�ar de una empleada.
Entonces, por cuidar que no se le separaran los ni�os, no vio un desnivel, dio un
mal paso, perdi� el equilibrio y cay� al suelo, sobrevini�ndole una aguda
hemorragia que no par� con ning�n remedio y le ocasion� la muerte por anemia, una
hora despu�s. El caso fue tr�gico pues ya la hab�an embarcado a Guayaquil y el ni�o
que ten�a en el vientre no pudo nacer. (2)
Su viudo qued� inconsolable y solicit� la ayuda de su cu�ada Mary Tyler para que
cuidara a los peque�os. Ella estaba viuda de Febres-Cordero y desde entonces
Reinberg se comprometi� a educarle a sus ni�os del mismo modo que a los suyos, y
hasta los envi� al exterior, pues es fama que siempre cumpl�a su palabra al pie de
la letra.
En Enero de 1900 fue electo con Francisco J. Coronel Matheus, Gerentes del banco
Comercial y Agr�cola. En Julio pidi� permiso al Directorio para ausentarse a Europa
con sus hijos y sobrinos a quienes
(2) Alice Tyler era algo dura del o�do como todos los de su familia y su esposo
Reimberg, para agradarla, le mand� a pedir a Europa lo �ltimo que hab�a salido para
ayuda de los sordos" un bello e ingenioso abanico con punta met�lica, que poniendo
sobre los dientes ampliaba grandemente el sonido. Dicen que el tal aparatito era
excelente. A su muerte lo regalaron a otra sordita en la familia.
llevaba a educar. Estando en Hamburgo, en casa de su hermano Isaac, recibi� una
carta confidencial en que le comunicaban que uno de sus funcionarios llamado Alfred
Ferm�n, hab�a desfalcado una fuerte suma en la empresa y que otro de nacionalidad
peruana Julio Talledo, hab�a realizado malas transacciones, requiri�ndose de
urgencia su regreso al pa�s.
Reinberg tom� el primer barco y al llegar a Guayaquil encontr� que el monto de las
p�rdidas ascend�a a 700.000 sucres, suma enorme para la �poca, y aunque se movi�
varios meses para superar la crisis y evitar la quiebra, �sta se produjo de todas
maneras en Octubre de 1901, involucrando al banco Comercial y Agr�cola; pues, el 21
de ese mes estall� el p�nico y se formaron numerosas filas de cuentacorrentistas
que pugnaban por cambiar sus fondos por met�lico. Ya Reinberg hab�a renunciado a la
Gerencia, as� como los dem�s miembros del Directorio a sus respectivas posiciones y
todos fueron inmediatamente reemplazados.
Sin embargo, para superar la crisis, sus amigos Robert Daily y el C�nsul Herm�n R.
Dietrich le solicitaron que representara a la casa newyorkina de exportaciones e
importaciones "Andean Trading Co." Y sirviera de agente de las compa��as de vapores
"United Fruit Co." y "Blue Diamond Steamship Co."
En 1914, superados sus problemas econ�micos, tuvo suficiente dinero para enviar a
sus seis hijos a estudiar idiomas e instrumentos musicales a Alemania, pero en eso
estall� la I Guerra Mundial; con todo, los sigui� teniendo en casa de su cu�ada
Hattie, viuda de su hermano en Hamburgo, hasta que en 1916, al avisar los Estados
Unidos que posiblemente entrar�a a la guerra, decidi� traerlos al Ecuador.
Al final de su vida acostumbraba pasar las vacaciones anuales en la zona del canal
de Panam� acompa�ado de su hija Carlota, con quien siempre se llev� muy bien, al
punto que termin� viviendo con ella en una de la casa de los herederos de Benjam�n
Rosales Pareja en Malec�n y Col�n, donde enferm� del coraz�n y muri� tras varios
meses de sufrir esa dolencia, el 20 de Junio de 1936, a la avanzada edad de 83
a�os, declarando solemnemente: "Desde que enviud� no volv� a tocar a ninguna
mujer", as� eran los caballeros antiguos, decimon�nicos y Victorianos.
(2) La casa Americana funcionaba en el Malec�n N� 500 al 503, ten�a el apartado 380
de Correos y su matriz estaba en 60 Wall Street, New York.
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CARLOTA REINBERG DE MAULME
FEMINISTA.- Naci� en Guayaquil el 16 de Enero de 1897. Hija leg�tima de Mart�n
Reinberg Eder, comerciante y banquero, y de Alyce Tyler Donegan, naturales de Riga
y Guayaquil respectivamente. Vino al mundo tra�da por la c�lebre partera Herlinda
Bravo Arcia m�s conocida como la mam� Herlinda y fue la quinta de una larga familia
compuesta de seis hermanos, inscritos como ciudadanos norteamericanos en el
consulado en Guayaquil.
En 1899 qued� hu�rfana de madre y pas� bajo los cuidados de su t�a Mary Tyler de
Febres Cordero. En 1900 la llev� su padre a Alemania y vivi� con sus hermanos
dieciocho meses en Hamburgo. Nuevamente en Guayaquil habitaron en un departamento
alto de 9 de Octubre y Pichincha. Su t�a era muy religiosa y la llevaba siempre al
cementerio a ver la tumba de su madre: "Aqu� est� enterrada tu mamacita,
arrod�llate y r�zale."
En 1906 el presidente Alfaro visit� al C�nsul de los Estados Unidos que viv�a en el
departamento contiguo, posiblemente para tratar sobre el ferrocarril a Quito,
Carlota sali� con sus hermanitos a esperar con santa paciencia en el corredor,
haci�ndole guardia de honor con unas escobitas puestas a manera de fusiles sobre
sus hombros y cuando al fin salieron el Viejo Luchador y el C�nsul, quedaron
gratamente sorprendidos de la gentileza. Alfaro les sonri�, habl� unas cuantas
palabras, les acarici� los rostros y hasta ofreci� regresar en cuanto pudiera, pues
el ferrocarril le ten�a muy preocupado.
A principios de 1914 fue enviada con sus hermanos a estudiar idiomas e instrumentos
musicales a Alemania. Arribaron en Marzo a Hamburgo, al chalet de su t�a Hett�e
Vda. de Reinberg, situado en la calle Bluewenhour No. 155 y prontamente empez� el
aprendizaje de viol�n, que no le servir�a de mucho porque por los a�os treinta
empez� a padecer de la misma sordera que hab�a aquejado a su madre; sin embargo
viaj� y pase� dos a�os por el norte alem�n y la regi�n del Rhin hasta cuando los
Estados Unidos amenaz� a las potencias centrales con entrar a la Guerra.
El papel le ca�a de perillas porque iba con su car�cter asaz alegre y vivaz, con su
forma de ser nerviosa y agitada, con sus movimientos r�pidos. Enseguida se gan� las
simpat�as del p�blico, especialmente cuando se le ocurri� inventar algo que estaba
fuera del libreto: "Yo tengo una hija que se llama Carlota como yo y es loqu�sima".
Grandes carcajadas corearon la frase, que se hizo c�lebre y fue comentada despu�s
en sociedad. De all� en adelante la buscaban todas las instituciones ben�ficas de
la ciudad a las que jam�s neg� su contingente, sin importarle sacrificio alguno;
pues amaba el baile y las fiestas y se familiariz� con el trabajo social serio a
trav�s de la organizaci�n "Cultura y Regeneraci�n de la Mujer" que patrocinaban
desde 1916 las monjas del Buen Pastor, recogiendo ni�as y educ�ndolas en una
escuelita donde se ense�aban manualidades hasta que, ya mayorcitas, las empleaban
en casas particulares o en tiendas de comercio.
En 1919 form� una estudiantina con varias amigas. En 1920 dieron conciertos de
m�sica semicl�sica y popular, uno de ellos en el Paraninfo de la Universidad.
Su padre, que mucho la prefer�a, la llevaba para las vacaciones anuales de Carnaval
a la zona del Canal de Panam� donde ten�a negocios y amigos. All� particip� Carlota
en numerosas comparsas de carros aleg�ricos, conoci� gente importante y hasta fue
presentada al pr�ncipe de Gales luego Eduardo VIII de Inglaterra y al pr�ncipe
Fernando Mar�a de Baviera esposo de una de las hermanas de Alfonso XIII de Espa�a.
El 27 de Mayo del 23 contrajo matrimonio y fue feliz aunque sin hijos. Su esposo
trabajaba para la Sociedad General de Juan Francisco Marcos Aguirre (1)
En la d�cada de los a�os 30 recogi� a su anciano padre a vivir con ella, cuid�ndole
cari�osamente hasta su muerte en 1936.
En 1931, una amiga suya muy mayor, llamada Ofelia Araya de Gayangos, de
nacionalidad peruana, la hab�a llevado de vocal al Comit� "El Ajuar del Ni�o" que
presid�a desde su fundaci�n. Dicho Comit� estaba
(1) En 1936 fue contratado por Lorenzo Tous para dirigir parte de sus negocios,
especialmente los de las Islas Gal�pagos, a trav�s de la "Sociedad General de
Gal�pagos". El 41 renunci� para hacerse cargo de los intereses mineros de la
familia Maulme en Portovelo y Zaruma. Por el 46 adquiri� la Piladora Modelo con
otros socios pero fueron perjudicados por el gobierno que a �ltima hora les neg� un
permiso de exportaci�n de arroz a Panam�. El asunto le cost� casi toda su fortuna:
3.000.000 de sucres. Posteriormente adquiri� a Bol�var Monroy Garaycoa una hacienda
ubicada al lado de Punta Espa�ola en la Isla Puna, donde instal� un aserr�o para
fabricar cajones que vend�a a la Cervecer�a. Tambi�n aprovechaba la lana de ceibo y
los cocos, muy abundantes en esa zona. Entonces ocurri� que el mar arroy�
numeros�simas conchas con la "V" impresa y como estaba Velasco Ibarra de candidato
presidencial, la prensa anunci� el suceso con grandes titulares. Ese 52 se produjo
otro fen�meno de dif�cil explicaci�n; pues, numerosas familias y entre ellas los
c�nyuges Maulme Reinberg, presenciaron una noche el avance rapid�simo y
relativamente a poca altura de una gran bola de fuego de color rojizo, con
direcci�n sur a norte, que brillaba en la oscuridad, para luego apagarse o
desaparecer. C�mo habr� sido el fulgor que el techo de zinc de la casa de hacienda
parec�a encendido. El caso fue comentado por todos los pobladores y jam�s se supo a
ciencia cierta que fue. �Quiz� un platillo volador? En la d�cada de los 60 Fernando
Maulme vendi� la hacienda a unos lugare�os y se emple� como Ingeniero Mec�nico en
la Loter�a de la Junta de beneficencia, de t�cnico reparador de maquinarias. Muri�
falt�ndole �nicamente dos a�os para su jubilaci�n. La hacienda a�n existe con el
nombre de su esposa "Carlota".
formado por se�oras y se�oritas de diferentes edades que se reun�an una o dos veces
a la semana a coser ajuares para los reci�n nacidos, hermosas chambritas,
escarpines y �tiles pa�ales, que distribu�an entre las madres del pueblo. En
Septiembre del 36 y por ausencia de la se�ora de Gayangos a Chile, Carlota fue
ascendida a Vicepresidenta para que pudiera reemplazarla. El Comit� manten�a una
peque�a escuelita que era necesario salvar a trav�s de fondos recogidos en rifas,
fiestas y presentaciones, cuyo objeto no solamente era ese, sino tambi�n ayudar a
las se�oritas a escapar del aburrimiento, vente�ndolas en art�sticas veladas para
que perdieran la natural timidez de una educaci�n pacata y pueril, que acortaba la
personalidad social. Para entonces hab�a muerto Ana Darquea y casi nadie se
preocupaba de la mujer en Guayaquil.
Por la tarde hubo juegos infantiles, golosinas y sorpresas para los ni�os y como la
Coca Cola reci�n hab�a salido en Guayaquil consigui� que se la proporcionaran
gratuitamente y as� fue como empez� a entrar tal producto en nuestro medio. Desde
las ocho de la noche se inici� el Baile a los acordes de la Orquesta de los
Hermanos Blacio y se calcul� en mas de 3.000 personas la concurrencia, cantidad
inmensa para la �poca si se considera que solo hab�an 200.000 habitantes. Todo fue
en orden, no hubo borrachos ni peloteras y a las 11 se termin� con alegr�a y
tranquilidad, seg�n coment� favorablemente la prensa. Poco despu�s celebr� las
Navidades de San Nicol�s con un simp�tico viejecito disfrazado y numerosos ni�os
pobres.
En Noviembre del 40 introdujo el Hallowen que nadie conoc�a, en una velada en los
patios interiores de la Escuela Modelo Municipal de Sucre y Chimborazo. Sus chicas
se disfrazaron de brujas, gatas, murci�lagos y calaveras, a esas �ltimas las oblig�
a usar unos guantes de caucho llenos de agua fr�a, para que cuando dieran la mano
al p�blico, asustaran, como efectivamente as� ocurri�. El suceso vino a constituir
un nuevo triunfo econ�mico para el Comit� y sus simp�ticas patrocinadoras.
Superada la crisis volvi� a sus actividades de siempre y comenz� a dar una kermese
anual en el Parque Seminario, repartiendo mensualmente los ajuares a las madres
pobres y unas suculentas canastas de v�veres a las familias vergonzantes cada fin
de a�o, entendi�ndose por vergonzantes a familia de la clase media que atravesaban
una mala situaci�n econ�mica y que no pod�an solicitar ayuda dad su condici�n
social. As� eran los tiempos de antes.
1.- Mart�n Reinberg Eder, cas� con Alice Tyler Donnegan y fueron padres de seis
hijos:
2.- Alice Reinberg Tyler, naci� en Guayaquil el 10 de Enero de 1892 y cas� con el
holand�s Juan Schotel Sekel.- Hijos
3.- Juan Mart�n Schotel Reinberg, casado con Leonor Hidalgo Febres-Cordero, con
hijos.
1.- Deiia Reinberg Froment, casada con Antonio Fern�ndez Holgu�n, de Ambato, con
hijos.
2.- Jorge Reinberg Froment, casado con Lidia Heffely Verlich, natural de Guayaquil,
con hijos.
3.- Mercedes Reinberg Froment, casada con Nicol�s Guillen L�pez, natural de Quito,
con hijos.
4.- Mart�n Reinberg Froment, casado con Mar�a Elena Oviedo Lalama, natural de
Ambato, con hijos.
5.- Esperanza Reinberg Froment, casada con Patricio Eguez Garc�a, de Quito, con
hijos.
6.- Luis Alberto Reinberg Froment, a c.c. Martha Pulley Cherres, divorci�, con
hijos y 2 c.c. Ana Mar�a Sala Moreno, con hijos.
4.- Ana Julia Reinberg Tyler, naci� en Guayaquil el 2 de Noviembre de 1895, cas� en
Panam� con Rafael Dillon Vald�s, divorci�.
1.- Gladys Dillon Reinberg, cas� en Guayaquil con norteamericano, con hijas.
2.- Greta Reinberg de Mesa cas� con el italiano Dr. Maspragostino; C.S.
3.- Mar�a Eugenia Reinberg Aguirre, cas� con el capit�n de Aviaci�n Andr�s Crespo
Villafuerte, ya fallecido, con sucesi�n.