Analisis Literario Del Libro Prision Verde.

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UNIVERSIDAD TECNOLOGICA DE HONDURAS

CATEDRATICO: Lic. Félix Alberto Gutiérrez

ALUMNA: Cristy Diosana Nuñez Flores


CLASE: Español

TRABAJO: Análisis Literario Del Libro “Prisión Verde, Ramón


Amaya Amador”

GRUPO: #1

FECHA:06/03/2022
Introducción

En el siguiente análisis literario se muestra un resumen de la novela ¨Prisión Verde¨ de


Ramón Amaya Amador, con el que tratamos de mostrar parte de lo que es esta gran
historia sucedida aquí en Honduras, así también poder conocer todos sus puntos más
importantes y reflejarlos de la manera mejor posible, para comprender la trama y todo
lo que conlleva esta novela.
Siendo una de las obras literarias más codiciadas de Honduras, y que en su tiempo
sirvió como prueba para usar en los juzgados porque relata todos los sufrimientos y las
injusticias que ocurrieron en esa época, también muestra la corrupción que había,
tanto en las clases dominantes de la economía, así también en el gobierno, quien
estaba sumido por la dictadura de Tiburcio Carias Andino.
Pero lo más importante, el proceso que lleva a la formación de a conciencia de clase
entre los trabajadores, desde la resignación ante el poder, pasando por el estallido de
corto alcance, hasta llegar a la propuesta de un cambio radical en la sociedad haciendo
de la clase obrera la clase gobernante, Desde Prisión Verde Amaya Amador le habla a
la Resistencia de nuestros días a través de Máximo Lujan: ¨En política necesitamos algo
distinto al caudillismo tradicional, al compadrazgo, al paternalismo de los ¨gorgueras¨.
Necesitamos que los anhelos de las masas trabajadoras se plasmen en un ideal
político, y este ideal, en un verdadero partido de trabajadores, partido revolucionario
de verdad. Ya no debemos creer en hombres-ídolos: de sus promesas está llena
nuestra historia política¨.
Biografía del autor Ramón Amaya Amador

Nació el 29 de abril en 1916 en el municipio de Olanchito, en el departamento de Yoro,


entre sus primeros oficios estuvieron los de maestro de escuela primaria y de regador
de veneno en los campos bananeros, lo que le dio la experiencia en carne viva de las
situaciones precarias que vivían los trabajadores de las plantaciones bananeras. En el
año 1939, comenzó una etapa como periodista, empleándose en el periódico El
Atlántico de La Ceiba. Comenzó como redactor, escalando rápidamente hasta llegar a
ser editor periodístico. En octubre de 1943 fundó una revista semanaria en la ciudad
de Olanchito, llamada Alerta.
En 1944, escapando de persecución política, huyó buscando auxilio en Guatemala, país
que lo acoge por los siguientes diez años. Trabajó en el periódico Nuestro Diario y
prestó colaboración en El Popular Progresista, Mediodía y Diario de Centroamérica.
Tras el derrocamiento del presidente Jacobo Arbenz, buscó asilo en la embajada
de Argentina para posteriormente migrar hacia este país, donde se radicó en la ciudad
de Córdoba y trabajó para la editorial Sarmiento, es en esta ciudad donde conoció a
Regina Arminda Fúnez con quien se casaría el 19 de enero de 1957.
En mayo de 1957 regresó a Honduras, donde comenzó a trabajar para el periódico El
Cronista y fundó la revista Vistazo en Tegucigalpa.
En abril de 1959 abandona de nuevo el país junto con su esposa y sus hijos, Aixa Ixchel
y Carlos Raúl, radicándose en Checoslovaquia. Tomó residencia en la ciudad de Praga,
donde trabajó para una revista llamada "Problems of Peace and Socialism'
También es conocido como el señor de las novelas, mayormente en Honduras.
Mientras trabajaba en las plantaciones bananeras escribió su primera novela, la cual se
finalizó en 1939 con el título La nochebuena del campeño Juan Blas, editado y
publicado por la revista ANC.

SUS OBRAS
NOVELAS, CUENTOS Y POESIAS: Su producción literaria incluye más de treinta obras
entre novelas, cuentos, poesía y teatro. Varias de las cuales han sido traducidas al
alemán, checoslovaco, chino, ruso y recientemente al inglés. A continuación, alguna de
ellas:

Publicadas:
·         Prisión Verde (1945)
·         Amanecer (1947)
·         El Indio Sánchez (1948)
·         Constructores (1957)
·         El Señor de La Sierra (1957)
·         Los Brujos de Ilamamtepeque (1958)
·         Memorias de un Canalla (1958)
·         Biografía de un machete (1959)
·         Destacamento Rojo (1960)
·         El camino de mayo (1963)
·         Cipotes (1963)
·         Con la misma herradura (1963)
·         Jacinta Peralta (19649
·         Operación Gorila (19659
·         Morazaneida (1966) Hasta ahora sólo un volumen de cinco editado.

Inéditas:
·         La molienda (1944)
·         La india del amor derrotado (1955)
·         Fronteras de caoba (1956)
·         Buscadores de botijas (1961)
·         Un aprendiz de mesías (1961)
·         Tierras bravas del coyol o cinchonero (1962)
·         El hombre embotellado (1965)
·         Tierra santa (1965)
·         El sombrero de junco.
·         Sombras de la montaña
·         La última orden

Fallecimiento
Entre el 14 y 20 de noviembre de 1966, Ramón Amaya Amador viajó a Sofía,
en Bulgaria, en representación del Partido Comunista de Honduras, al Congreso
del Partido Comunista Búlgaro que se celebraba en la capital.
El 24 de noviembre, Amaya Amador tomó el vuelo TABSO LZ101 de regreso, con
destino a Praga vía Budapest, sin embargo, el vuelo se desvió de su ruta debido al mal
tiempo y tuvo que aterrizar en Bratislava, en Eslovaquia. A los pocos minutos de volver
a partir, el avión se estrelló a 5 millas del aeropuerto, falleciendo 74 pasajeros y 8
tripulantes, entre los cuales se encontraba Ramón Amaya Amador.
En septiembre de 1977 los restos de Ramón Amaya Amador finalmente fueron
repatriados y regresaron a la ciudad de Tegucigalpa. Su viuda Regina Arminda Fúnez,
fallecería en la República Argentina en 2007.

MARCO HISTÓRICO

El 8 de octubre de 1943 fundo Ramón Amaya Amador, con su amigo Dionisio Romero
Narváez, el semanario “ALERTA”, en el que se consagro a la defensa de los intereses de
los trabajadores bananeros. Este paso, que puede considerarse significante en una
época distinta a aquélla, constituye una muestra formidable de la compatibilidad y la
entrega incondicional de Ramón Amaya Amador a las cosas de nuestro pueblo, pues
entonces vivíamos bajo en terror de la dictadura encabezada por Tiburcio Carias
Andino, que se apoyaba en el desenfreno de los famosos “comandantes de armas”, es
decir, sus principales testaferros, que contaba con autorizaciones en blanco para hacer
su voluntad en cada pueblo.
La aparición del semanario “ALERTA” bajo aquellas condiciones, significaba un desafío
temerario, que solo al poder de un régimen abiertamente despótico, sino también a
los medios represivos de las compañías bananeras, las cuales disponían de sus propios
recursos en tal sentido. Prueba de ello es que, poco tiempo después de fundado el
periódico, Amaya-Amador fue detenido y llevado a las cárceles de La Ceiba, donde el
comandante de Armas respectiva –el famoso general Rufino Solís- ordeno darle una
soberana paliza para obligarlo a retirarse de sus actividades revolucionarias. El parque
central de la bella ciudad norteña fue testigo de semejante barbarie.
Prisión verde se escribió en la decadencia de cuarentena. Entonces los sectores
democráticos y populares de Honduras Vivian un proceso de acumulación de fuerzas
muy importante, destinado a cambiar el clima de brutalidad, de negociación de todo
derecho, manteniendo bajo la dictadura terrateniente-burguesa de 1954, la que, si
bien no logro todos los propósitos de los trabajadores, produjo cambios sustanciales
en la historia de nuestro país.
Los antecedentes preparativos de este hecho extraordinario fueron los esfuerzos
organizados de los obreros del banano en distintos puntos del vasto imperio, así como
los conatos insurrecciones llevados a cabo durante la década de la cuarentena, e
incluso antes.
Amaya Amador, sufriendo en carne propia la inhumanidad explotación de los
monopolios yanquis y protagonista el mismo de los esfuerzos reivindicativos de los
“campeños”, creyó útil escribir la historia de las tantas luchas frustradas que por
entonces tuvieron lugar y que, como lo hemos dicho ya, no fueron otra cosa que los
elementos acumulativos de la gran explotación de 1954. Esta historia es “Prisión
Verde”.
La mejor obra de Ramón Amaya Amador es, sin duda alguna, Prisión Verde, escrita
inicialmente en verso, pero después vaciada al sobrio lenguaje de la prosa, aunque con
rastros indudables de la primera versión.
Este libro recoge la experiencia, dolorosa y brutal, del novelista como trabajador
bananero. Es, en cierto sentido, una obra-testimonio, pues, como en todos los trabajos
de Amaya Amador, en ella se cuenta fielmente la historia cotidiana de nuestro pueblo.
Por eso pudo también decir, siguiendo el hilo de Balzac: "la sociedad hondureña es el
historiador y yo no tengo más que ser su secretario".

CRONOLOGÍA

Prisión Verde fue publicada por primera vez en 1950, por la Editorial Latina en
Guatemala. Escrita por Ramón Amaya Amador.
Empieza con el ambiente que se vive en las oficinas de las Standard Fruit,
específicamente en la oficina de Mr. Still, quien intenta comprar a los terratenientes
las pocas tierras que aún no posee la Bananera.
Uno de los Terratenientes que vendió sus tierras a la Bananera (Martín Samayoa), he
hizo mal uso del dinero, solicitó ayuda de Mr. Still, para ser capataz, pero este lo
desprecia y no le ayuda. Máximo Luján ¨Venenero ¨ ayuda a Martín Samayoa y se
vuelve como él venero en el Valle del Aguán y específicamente en Culuco.
Surgen acontecimientos que se desatan, debido al mal trato que los trabajadores
reciben por parte de los capataces de la finca, con el visto bueno de los Jefes ¨Los
gringos¨.
Tratan de Unirse, no solamente los Veneneros de Culuco, pero los de la Capital, pero
nunca logran comunicaciones efectivas. Máximo Lujan los exhorta para darse cuenta
en la miseria que viven y que algún día será todo diferente, con el derrocamiento del
régimen dictatorial de ese entonces, pero no están preparados aún.
Surge la Muerte de Don Braulio, enfermo de Tuberculosis, que muere trabajando, eso
causa indignación en sus compañeros, sirviendo a los amos extranjeros. Catuca hija de
Lucio Pardo es violada por el Capataz Encarnación Benítez y queda embarazada.
Matan al Esposo de Juana de Ruíz, ya que uno de los Jefes Mr. Jones quiere quedarse
con ella. Como venganza Mr. Still y el Abogado Párraga le tienden una trampa al único
Terrateniente que no quiso vender sus tierras y esto lo lleva a la ruina y luego a su
muerte.
Lucio Pardo, coludido con Marcos (quien al final los traicionó), comenzaron una
reyerta, cansados del trato que les dan a ellos y a los que han caído muertos en el
deber. Todo sale mal, debido a que no se unieron y meten en la cárcel a los amigos de
Máximo Luján y a él se lo llevan y lo matan.
Lucio Pardo trata de buscarlo, pero no lo encuentra y consigue la forma de vengarse de
su muerte, matando en forma de accidente a los jefes y capataces. Nunca encuentran
el cuerpo de Máximo, ni a la mujer que amó que se volvió loca de dolor al ver que lo
habían matado. Lucio Pardo admitió ser el autor del atentado, para que no pagaran
inocentes, por lo que había hecho y lo mataron, debajo de una mata de plátano, murió
ahorcado.
Al final los únicos sobrevivientes Catuca y su hijo, Samayoa, Plácida y Tivicho, buscando
nuevos horizontes, lejos de la Prisión verde, siempre con la esperanza de que las
nuevas generaciones podrán liberarse del yugo de los opresores y recordando a
Máximo Luján el revolucionario.

SINOPSIS
Ramón Amaya Amador relata su experiencia en los campos bananeros para elaborar su
novela. El propósito del autor —más que hacer un aporte literario— es crear una
conciencia política que produzca un cambio social que mejore las condiciones y la
calidad de vida de los trabajadores hondureños.
Los campos bananeros son descritos en la novela como una “prisión verde”, por la
misteriosa atracción que ejercen sobre los trabajadores a pesar de ser explotados
sienten el impulso a quedarse trabajando ahí a pesar de todas las dificultades. Amaya
Amador empieza su relato en el ambiente de una de las oficinas de las compañías, en
la que un “jefe gringo” —Míster Still— intenta convencer al terrateniente Luncho
López para que le venda sus tierras a la compañía bananera.
Después de la reunión con los terratenientes, aparece en mala facha el señor Martín
Samayoa, quien después de haber derrochado el dinero que le dio la compañía por su
terreno, buscaba la ayuda de Míster Still para que le diera un trabajo de capataz, pero
éste lo despreció y lo mandó a buscar trabajo de peón. Desalentado por el desaire y sin
dinero, Samayoa tuvo la suerte de conocer al campeño Máximo Luján, quien lo llevó a
vivir a su casa, un lugar miserable en el que vivía con otros trabajadores de la bananera
y le consiguió trabajo como regador de veneno.
 En cada episodio del libro siempre hay alguna injusticia de parte de la Compañía que
provoca la indignación de los trabajadores. Pero el grupo de Máximo Luján va
adquiriendo cada vez más conciencia social.
Sobre los partidos políticos tradicionales: el Partido Nacional y el Partido Liberal, Luján
opina que “tienen la misma esencia: oligarquía; y sirven al mismo patrón: las
Compañías Bananeras” … “En política necesitamos algo distinto”. Necesitamos que los
anhelos de las masas trabajadoras se plasmen en un ideal político, y este ideal, en un
verdadero partido de los trabajadores, partido revolucionario de verdad. Ya no
debemos creer en los hombres-ídolos: de sus promesas está llena nuestra historia
política”.
La situación de los trabajadores empeora cuando suben de precio los productos de los
comisariatos, que eran propiedad de la misma compañía. A los trabajadores el
gobierno les cobra impuestos para crear escuelas y hospitales, y sin embargo no
reciben ninguno de esos servicios. Cuando muere un conductor de una grúa en un
accidente, un jefe gringo se enoja con el difunto por echar a perder la máquina con
valor de miles de dólares y grita encolerizado: “¡Mejor se hubieran matado cien
desgraciados!”. Esto provoca una gran indignación de los trabajadores que no
soportan tantos maltratos y humillaciones, por lo que deciden ir a la huelga. Y deciden
nombrar a Máximo Luján como director de la misma.
El libro se cierra con los amigos recordando a Máximo Luján y su legado: “La prisión
verde no es solo oscuridad. Máximo encendió en ella el primer hachón revolucionario.
Otros cientos de hermanos se encargarán de mantenerlo enhiesto”.

ARGUMENTO

Todo empieza con la compra y venta de parcelas de tierra, desembocando con partes
accesibles a la venta y con otra parte resistiéndose a la misma. Esto provocado por la
mega compañía del cultivo del banano incrustada en la costa norte de Honduras.
Esta compañía no se presentó con transparencia beneficiando a pocos y perjudicando
a la gran mayoría, como en todo en lo que está relacionado con grandes cantidades de
personas la administración se torna compleja y este caso no fue la excepción.
En este negocio se involucró personajes trabajadores del estado, los que se prestaron
para dañar a los que más de cerca trabajaban o a los que se relacionaban con la
ejecución de los trabajos del campo.
En el campo había distintas jerarquías entre los mismos trabajadores, los cuales eran
tratados con la menor delicadeza e incluso eran castigados físicamente si no cumplían
con sus tareas a esto sumarle las enfermedades a las que eran prisioneros provocados
por el ambiente en el que vivían.
Los representantes del gobierno, deben preocuparse por el bienestar de cada
individuo, asegurándose que no se violen sus derechos (salud, educación,
alimentación, etc.), independientemente de con quien estén negociando y lo que esto
implique ya sea para crecimiento personal o del mismo estado, ya que no se debe
ganar lo poco perdiendo lo mucho y este caso en particular la salud e incluso la vida de
los trabajadores.
Se permitió que grandes masas de personas se movilizaran bajo una ilusión que los
terminó atrapando, y no permitiéndoles poder desistir de dicho embrujo, motivados
con la idea de una vida mejor, apantallados y más temprano que tarde se dieron
cuenta que incluso con su escases en sus lugares de origen vivían mejor.
En este punto, y desde el inicio y/o ingreso de estas compañías se debe plantear y/o
analizar los beneficios y los contras de dichos acuerdos, donde ninguna de las partes
salga menos beneficiada que la otra.
Lo mejor es socializar la idea o negociación o por lo menos asignar un representante
de cada una de las partes (representante compañía extranjera, representante del
estado y representante de los campesinos) estos deben estar de acuerdo para poder
tomar una decisión de que hacer y cómo hacer, de lo contrario no alterar la actividad
de la gran mayoría, bajo ningún argumento que no plantee claramente la razón de
dicha acción.

PERSONAJES
Personajes principales:
· Máximo Lujan:
Un hombre afectado por el paludismo provocado por la vida en la plantación (se
dedican a la irrigación de veneno), procedente de Santa Rita, quien siendo muy joven
perdió a su mama por esta misma enfermedad y a su papa envuelto en la mala vida
alcohol, juegos quien fue asesinado. Máximo Lujan es buscado por Camilo.
· Lucio Pardo:
Un hombre mayor, esposo de Placida y padre de Catuca. Es un obrero en la plantación
desempeñando diferentes actividades, este es de carácter brusco, violento, soberbio
quien ha vivido por muchos años en los campos bananeros, y conocía la historia
sangrienta y tremenda del trabajador de la costa norte.
Personajes Secundarios:
· Míster Still:
Dueño y/o representante de la compañía extranjera quien se encargó de comprar las
tierras a los campesinos, poner la plata para la siembra de la planta del banano, etc.
Un hombre de energía ilimitada, severo y autoritario.
· Parraga:
Un abogado sin muchos escrúpulos que se encargaba de la parte legal de los negocios
de Míster Still.
· Lucho López:
Un personaje aferrado a sus pertenencias presentes en su familia de generación en
generación, negándose rotundamente al desprendimiento de las mismas.
· Cantillano y Cierra:
Personajes embelesados por la palabrería y aparentemente buenas ofertas de parte de
Míster Still cedieron a la venta de sus pertenencias.
· Tiburcio Carias Andino:
Presidente de la república y que se encargó de implantar medidas o castigos extremos
para los supuestos culpables de alguna acusación.
· Martin Samayoa:
Ex propietario de una pequeña parcela, la que fue vendida a Míster Still, quien en su
momento se le dijo que contara con el apoyo de parte de los nuevos dueños si algo
llegara a necesitar, pero después de cinco años esta necesidad llego y Míster Still, lo
había olvidado y Samayoa fue tratado con indiferencia.
· Catuca Pardo:
Mujer joven, de muy bonita sonrisa, de silueta muy parecida y que tenía a Máximo
embelesado.
· Placida:
Una mujer sumisa y sometida.
· Camilo:
Encargado de los contratos y quien está recibiendo una propuesta de negociación de
parte de Míster Foxer, sobre ventajas que implica los nuevos contratos.

TEMAS
· Injusticia
· Pobreza
· Hambre
· Violaciones
· Esclavitud
· Corrupción

PROBLEMÁTICA
El autor quiso dar a conocer todo lo que sucedía en los campos bananeros y todo lo
que sufrían por la presencia de la empresa Standar Fruit Company. El señor Martin
Samayoa quien después de haber derrochado el dinero que le dio la compañía por el
terreno él les había vendido, busco la ayuda de Míster Still para que le diera un trabajo
de capataz, pero Míster Still lo menosprecio y lo mando a buscar trabajo de peón.
El señor Samayoa, desalentado por el desaire y sin dinero tuvo la suerte de conocer a
un campesino, Máximo Lujan quien lo llevo a vivir a su casa, un lugar miserable que
vivía hacinando con otros trabajadores de la bananera y le consiguió trabajo como
regador de veneno, por lo cual ellos eran llamados veneneros. Las mujeres también
eran víctimas de la opresión capitalista de las bananeras. Por la miseria, muchas
campesinas se vieron obligadas a dedicarse a la prostitución. Estanio Parraga era el
abogado que había engañado a Lucho López. Sierra y Cantillano se vieron obligados a
pedir trabajo de peones en la compañía, como a Martin Samayoa le había tocado.
En un accidente un conductor de una gran grúa muere, y un jefe gringo se enoja con el
difunto por echar a perder una maquina con valor de miles de dólares y grita
encolerizado: “¡Mejor se hubieran matado cien desgraciados!”, frase que dio a conocer
la importancia que le daban a la vida de los trabajadores que por cierto al fin y al cabo
los trataban como esclavos. Esto mismo provoca la reacción y una gran indignación en
los trabajadores y se dan cuenta que ya no pueden soportar tantos maltratos, por lo
tanto, deciden ir a huelga.
Decidieron nombrar a Máximo Lujan como director de la huelga, quien acepta el cargo
a pesar de que la huelga se realizó de manera prematura. Y lo que sucede a corto plazo
le da la razón a Lujan, huelga que le costó la vida. La huelga rápidamente fue reprimida
por los militares, los cuales recibían órdenes de los altos mandos los cuales estaban a
favor de la compañía bananera. A los huelguistas los llevan presos y al director de la
huelga, Máximo Lujan lo matan y lo entierran debajo de una mata de plátano. De este
modo, desbarataron el frente que se había formado contra la compañía bananera.
El viejo Lucio Pardo, para tomar venganza de la muerte de Lujan, a quien consideraba
como su propio hijo y le tenía aprecio, hace volcar el motocarro en el cual se
conducían un jefe gringo Míster Foxer y dos capataces, Encarnación Benítez y Carlos
Palomo y el coronel que mato a Lujan. Todos ellos mueren en el accidente excepto
Lucio Pardo, para el cual los problemas apenas comienzan. Los jefes gringos quieren
demostrar quién manda y dar un castigo ejemplar, y por medio de torturas pretenden
hacer que Lucio Pardo y sus amigos confiesen, pero es en vano todos sus esfuerzos.
Pero los ex terratenientes Sierra y Cantillano, Lucio Pardo, con el fin de liberar a los
inocentes, decide confesar ante los verdugos el atentado.
Lucio Pardo muere ahorcado a mano de los militares. Pero a pesar de las tragedias y
las perdidas vividas de algo podían estar seguros que la muerte de Máximo Lujan, no
había sido en vano. Porque lo mataron no solo por ser huelguista, sino por llevar la
verdad y la luz al cerebro y corazón de los proletarios, que por su sacrificio y muchos
otros después, no lograron mantener en ignorancia y sumisión perpetuas a los
trabajadores de la empresa bananera.
Tiempo
Prisión Verde se escribió en la década del cuarenta. Entonces los sectores
democráticos y populares de Honduras vivían un proceso de acumulación de fuerzas
muy importante, destinado a cambiar el clima de brutalidad, de negación de todo
derecho, mantenido bajo la dictadura terrateniente-burguesa de Tiburcio Carías
Andino.
Ese proceso culminó con la gran huelga bananera de 1954, la que, si bien no logró
todos los propósitos de los trabajadores, produjo cambios sustanciales en la historia de
nuestro país. Los antecedentes preparatorios de este hecho extraordinario fueron los
esfuerzos organizativos de los obreros del banano en distintos puntos del vasto
imperio, así como los conatos insurreccionales llevados a cabo durante la década del
cuarenta, e incluso antes. Amaya Amador, sufriendo en carne propia la inhumana
explotación de los monopolios yanquis y protagonista él mismo de los esfuerzos
reivindicativos de los "campeños", creyó útil escribir la historia de una de las tantas
luchas frustradas que por entonces tuvieron lugar y que, como lo hemos dicho ya, no
fueron otra cosa que los elementos acumulativos de la gran explosión de 1954.
Esa historia es Prisión Verde.

Espacio
Prisión Verde “ha sido el libro más perseguido del país. Por mucho tiempo fue prueba
de convicción para el encarcelamiento. Los viejos de mi pueblo aún bajan la voz al sólo
mencionar su nombre. Muchas veces fue enterrado vivo en la soledad de los patios
después del Golpe de Estado” (Armando García, 1997). Los campos bananeros son
descritos en la novela como una “prisión verde”, por la misteriosa atracción que
ejercen sobre los trabajadores que viven ahí, quienes, a pesar de ser explotados y
vejados en ellos, sienten el impulso a quedarse trabajando ahí a pesar de todas las
dificultades.
Amaya Amador empieza su relato en el ambiente de una de las oficinas de las
compañías, en la que un “jefe gringo” —Míster Still— intenta convencer al
terrateniente Luncho López para que le venda sus tierras a la compañía bananera. En
su intento para convencerlo le ayudan dos amigos de López: Sierra y Cantillano,
quienes ya vendieron sus tierras e intentan influenciar a su amigo para que haga lo
mismo, pero él se rehúsa tercamente.
En cada episodio del libro siempre hay alguna injusticia de parte de la Compañía que
provoca la indignación de los cámpeños. Aunque no todos tienen la misma conciencia
de su situación, hay quienes se han acostumbrado a la opresión, la ven como lo más
normal del mundo, y no protestan. Pero el grupo de Máximo Luján va adquiriendo
cada vez más conciencia social. En contra de los que proponen la violencia ciega como
respuesta a la opresión —como el viejo Lucio Pardo— Luján propone que la victoria de
la clase obrera reside en su capacidad de organización, y que hasta que no hayan
creado su propio partido político y derribado a la dictadura no podrá haber un cambio
en las condiciones de vida de los campeños.

RECURSOS LITERARIOS
El epíteto (añadir adjetivos que caracterizan al sustantivo con el fin de alabar o criticar
a alguien o algo).
La anáfora (que se basa en la repetición de uno o varios términos al comienzo del
enunciado).
Las onomatopeyas (aliteraciones que remiten a sonidos reales).
La hipérbole (cuando se altera la realidad de forma exagerada). El polisíndeton (que es
la coordinación de varios elementos lingüísticos mediante el uso de conjunciones).
La personificación (por la cual se atribuyen características antropomórficas a
elementos del mundo natural o inanimado).

FIGURAS LITERARIAS

Figuras de dicción: Las figuras de dicción afectan primordialmente a la forma de las


palabras, aunque en ocasiones inciden también sobre el significado. Se distinguen
cuatro categorías: figuras de transformación, figuras de repetición, figuras de omisión y
figuras de posición.
Figuras de transformación: También llamadas metaplasmos consisten en la utilización
de formas léxicas que serían, en teoría, incorrectas en la lengua ordinaria. Las más
conocidas de estas figuras son las licencias métricas.
Figuras de posición: Las figuras de posición son aquellos procedimientos que se basan
en la alteración del orden normal de las partes de la oración.
Figuras de pensamiento: Las figuras de pensamiento afectan principalmente al
significado de las palabras.
Figuras de amplificación: Aunque en latín, amplificativo, no es tanto un desarrollo más
por extenso de una idea sino más bien su realce (por un uso especial de la entonación,
por ejemplo), en la práctica las figuras de amplificación incluyen técnicas de
alargamiento de los contenidos de un texto.
Figuras de acumulación: Las figuras de acumulación son procedimientos que buscan la
adición de elementos complementarios a las ideas expuestas.
Figuras lógicas: Las figuras lógicas son procedimientos que tienen que ver con las
relaciones lógicas entre las ideas dentro de un texto; de forma especial, se considera la
relación de contradicción o antinomia, por lo que la figura lógica por antonomasia es la
antítesis. Como variantes de esta, se encuentran la cohabitación, la paradoja y el
oxímoron.
Figuras de definición: Las figuras de definición (y descripción) se utilizan para reflejar
lingüísticamente la esencia o apariencia de los temas tratados (personas, objetos,
conceptos...).
Figuras dialécticas: Las figuras dialécticas o de argumentación son las propias de los
debates dialécticos (la disputatio, en latín); se trata de técnicas argumentativas.
Figuras de ficción: Las figuras de ficción permiten presentar como reales situaciones
imaginarias.

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