Manuela Sáenz

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Manuela

Senz
La Caballeresa del Sol
La Libertadora del Libertador
La amante de Bolvar
Biografa
Hija del hidalgo espaol Simn Senz y de la criolla Mara Joaquina de
Aizpuru, naci en Quito el 27 de diciembre de 1797, aunque algunas
fuentes citan el ao de 1795.
Su madre, que haba sido enviada a la hacienda Cataguango, propiedad
de los Aizpuru, a dar a luz, muri, segn unas versiones, al da que
naci Manuela o, segn otras, dos aos ms tarde, por lo cual la nia
fue entregada al Convento de las Monjas Conceptas (Real
Monasterio de la Limpia e Inmaculada Concepcin), en el que pas sus
primeros aos bajo la tutela de su superiora, sor Buenaventura.
Se

sabe que por sus talentos y dones especiales su padre la llev de


visita a la casa que comparta con su esposa, Juana del Campo y
Larraondo, ilustre dama nacida en Popayn, quien siempre trat a la
nia con cario y le ense buenas costumbres, foment su inters
por la lectura y le prodig afectuosos cuidados de madre. En esa
casa naci un profundo lazo de amor con su hermano de padre, Jos Mara Senz. A las negras
Natn y Jonats las conoci en los primeros aos de su vida, cuando sala del internado para pasar
unos das en Cataguango, por lo que les uni una amistad que se inici en la niez y fueron sus
inseparables amigas y compaeras.
Luego de haber completado su formacin con las monjas conceptas, pas al monasterio de Santa
Catalina de Siena (Quito), de la Orden de Santo Domingo, para concluir as con la educacin que en
ese tiempo se imparta a las seoritas de las ms importantes familias de la ciudad. En ese lugar,
aprendi a bordar, a elaborar dulces y a comunicarse en ingls y francs, habilidades y labores que
fueron con las que se mantendra en sus aos de exilio en Paita (Per).
En 1815, a los 17 aos huy del convento, en un episodio del que se sabe pocos detalles, y del cual
ella no hablaba, pues al parecer fue seducida y luego abandonada por Fausto DElhuyar, oficial del
Ejrcito Real, sobrino de Juan Jos Elhyar e hijo de Fausto Elhyar (los descubridores
del tungsteno).
En 1817, se une en un matrimonio de conveniencia con el acaudalado mdico ingls James Thorne.

Por sus actividades pro independentistas, San Martn, luego de haber tomado Lima con sus milicianos
y proclamado su independencia el 28 de julio de 1821, le concedi a Manuela el ttulo de Caballeresa
de la Orden El Sol del Per.
En 1821, a raz de la muerte de su ta materna, Manuela decidi regresar al Ecuador, para reclamar su
parte de la herencia de su abuelo materno, y viaj con su medio hermano, entonces oficial del batalln
Numancia, ya integrado al ejrcito libertador con el nombre de Voltgeros de la Guardia y bajo las
rdenes del general Antonio Jos de Sucre, que haba recibido la orden de trasladarse a Quito.
En un encuentro posterior, en el baile de bienvenida al Libertador, l le manifiesta: Seora: si mis
soldados tuvieran su puntera, ya habramos ganado la guerra a Espaa. Manuela y Simn Bolvar
se convirtieron en amantes y compaeros de lucha durante ocho aos, hasta la muerte de ste en
1830.
Eran los tiempos del corto
Colombia.
Manuelita
militaba
partido bolivariano y se encargaba
del Libertador. Durante el da vesta
sus fieles esclavas de siempre, se
zona. Cuidaba las espaldas de

esplendor de la Gran
activamente en el
de llevar los archivos
de soldado y, junto a
dedicaba a patrullar la
Bolvar.

Los aos turbulentos


En 1823 Manuelita acompa a
Bolvar al Per y
estuvo a su lado durante buena
parte
de
las
campaas, participando en ellas activamente, hasta culminar la gesta libertadora cuando se radicaron
en la ciudad de Santa F de Bogot.
Thorne en varias ocasiones pidi a Manuela que volviera a su lado. La respuesta de Manuela fue
contundente: seguira con Bolvar y daba por finalizado su matrimonio con el ingls. Untada sobre el
rompimiento con su marido, Manuelita expres que no poda amar a un hombre que rea sin rer, que
respiraba pero no viva y que le generaba las ms agrias repulsiones. Este comportamiento
"indecente" para una mujer de la poca marc un antecedente de auto determinismo en la mujer en
una poca donde eran reprimidas por una sociedad que las anulaba completamente; en este acto est
quizs una de las caractersticas ms interesantes de este personaje histrico.
Durante su estancia en Santa F de Bogot, el 25 de septiembre de 1828, Bolvar fue objeto de un
intento de asesinato, frustrado gracias a la valiente intervencin de Manuelita. Los enemigos de
Bolvar, encabezados por Francisco de Paula Santander, se haban conjurado para darle muerte
aquella noche de septiembre. Al entrar al Palacio de San Carlos (hoy en da sede de la Cancillera de
Colombia), frente al Teatro Coln, Manuela se da cuenta del atentado, y se interpone a los rebeldes,
con el fin de que Bolvar tuviera tiempo de escapar por la ventana.
Por estas acciones, Bolvar mismo la llam la Libertadora del Libertador.
Tras las investigaciones posteriores, los responsables del atentado fueron capturados y ejecutados, El
seor Francisco de Paula Santander fue encontrado culpable y condenado a la Pena de Muerte. Dada
la magnanimidad y nobleza del Libertador, este le permut la Pena de Muerte por el destierro. Gran
error histrico, el cual viene a determinar grandemente la construccin poltica de Colombia que viene
a ser un pas santanderista y no un pas bolivariano en esencia ms igualitario y democrtico.

Exilio y muerte

Despus de que fuera aceptada su dimisin a la presidencia, Bolvar abandon la capital el 8 de mayo
de 1830 y falleci en diciembre en la ciudad de Santa Marta producto de un trastorno
hidroelectroltico5 (aunque durante mucho tiempo se ha supuesto que muri de tuberculosis),
sumiendo a Manuela en la desesperacin. En 1834, el gobierno de Francisco de Paula
Santander destierra a Manuela de Colombia y ella parte hacia el exilio en la isla de Jamaica. Regresa
a Ecuador en 1835, pero no alcanza a llegar a Quito: cuando se encontraba en Guaranda, su
pasaporte fue revocado por el presidente Vicente Rocafuerte, por lo que decidi instalarse en el puerto
de Paita, al norte del Per. All fue visitada por varios ilustres personajes, como el patriota
italiano Giuseppe Garibaldi, el escritor peruano Ricardo Palma (que se bas en sus relatos para
redactar parte de sus Tradiciones peruanas) o el venezolano Simn Rodrguez. Durante los siguientes
25 aos se dedic a la venta de tabaco, adems de traducir y escribir cartas a los Estados Unidos de
parte de los balleneros que pasaban por la zona, de hacer bordados y dulces por encargo.
En 1847, su esposo muri asesinado, siendo incapaz de cobrar ni siquiera los 8000 pesos de la dote
entregada por su padre al momento de su matrimonio.
Manuela falleci el 23 de noviembre de 1856, a los 58 aos de edad, durante
una epidemia de difteria que azot la regin. Su cuerpo fue sepultado en una fosa comn del
cementerio local y todas sus posesiones, para evitar el contagio, fueron incineradas, incluidas una
parte importante de las cartas de amor de Bolvar y documentos de la Gran Colombia que an
mantena bajo su custodia. Manuela entreg a OLeary gran parte de documentos para elaborar la
voluminosa biografa sobre Bolvar, de quien Manuela dijo: Vivo ador a Bolvar, muerto lo venero.

La bastarda
Fruto de una relacin adltera, Manuela Senz nace en Quito en
1797 en momentos de gran convulsin social e incluso de
sacudimientos telricos, que presagian lo que ocurrir aos ms
tarde con la rebelin de las colonias. Un terremoto sacude la
regin desde la ciudad de Popayn, en el entonces Nuevo Reino
de Granada, hasta Quito. Con 60.000 habitantes, la ciudad de
Quito vive bajo la influencia francesa y hasta all llegan los ecos de
la revolucin. Viajeros como Mutis, La Condamine y Humbodt
que fue recibido en Quito, por el marqus de Selva Alegre,
amigo de la familia de la madre de Manuela, afn a la causa
independentista, dejan su impronta en la juventud harta de un
sistema de privilegios que excluye a los criollos. Al otro lado del
mar, los jesuitas, expulsados por la Corona espaola, azuzan
desde el exilio y agitan las conciencias, en tanto que la masonera prepara la estrategia continental
que tiene como meta la independencia de Amrica.
Los padres de Manuela son los espaoles Simn Senz y Joaquina Aispar, representantes de la
aristocracia colonial. La educacin de la nia se encomienda, pues, a las monjas a donde es enviada
a los once aos. Pero de all se escapa a los diecisiete con un joven oficial, dejando una estela de
murmuraciones. Sobre ese episodio se corre un tupido velo cuando el padre la casa con el
comerciante ingls James Thorne. Sin embargo, en Quito se deca de ella: "Es lo que caba esperar
de una bastarda".
Manuela, que creci viendo luchar a sus parientes por causas opuestas, presenci en su infancia la
ejecucin de muchos de los patriotas. Tales circunstancias, sin duda, desarrollaron en ella un
sentimiento anti espaol, unido a un anhelo de independencia, as como una conciencia americana
que se refleja en estas palabras suyas de protesta cuando los generales se oponen a que ella y las

esclavas que la acompaaron por el resto de su vida, se unan al ejrcito: "Los seores Generales del
Ejrcito Patriota no nos permitieron unirnos a ellos; mi Jonaths y Nathn sienten como yo el mismo
vivo inters de hacer la lucha, porque somos criollas y mulatas, a las que nos pertenece la libertad de
este suelo...."
Pero la sociedad quitea, a la que perteneca, repar ms en sus faltas que en sus cualidades
morales y en su talento. El historiador Alfonso Rumazo Gonzlez, reacciona contra el estigma que
distorsiona su imagen, ofreciendo un perfil ms ajustado, para l, Manuela era "una mujer [que] se
conduca en la hora difcil en la misma forma que hubiera procedido el Libertador. Le sobraba genio;
slo faltaron hombres que la secundasen". Sin embargo, en las memorias del general O'Leary se
suprimi el volumen donde se habla de los amores de Bolvar y Manuela, exactamente el vol. 56
titulado "Correspondencia y documentos relacionados con la seora Manuela Senz, que muestra la
estimacin que en ella hacan jefes y particulares y la parte que tomaba en los asuntos de la poltica".
Estas pginas desaparecieron de los archivos de Santaf de Bogot. Slo quedaron los rumores y un
silencio que se rompi con la publicacin de las memorias del francs Jean Baptiste Boussingault en
1897 quien le dedica unas cuantas pginas.

La hembra voraz
Pero si hubo una campaa en contra de ella, tambin hubo otra a favor de esclarecer los hechos y
ofrecer
una imagen ms contrastada, especialmente a raz del escndalo que se
produjo
con la novela del escritor venezolano Denzil Romero, La esposa del Dr.
Thorne, con la que obtuvo el premio "La sonrisa vertical" en Espaa 1987.
La novela ofrece la imagen de una hembra ambiciosa, arrogante,
impulsiva y de extraordinaria voracidad sexual. Romero crea un
personaje lascivo e insaciable, el mismo que se construy a
base de rumores.
Obviamente existe una mitologa en torno a los prceres de la
independencia, que se derrumba cuando desentraamos sus
biografas. Pero este tambin es otro tema, prefiero centrarme en los
discursos que nuestra tradicin ha formulado en torno a Manuela
Senz: calumniada, anatematizada, perseguida y proscrita, envidiada,
deseada, repudiada y desterrada. Su destino de herona es trgico.
Enferma, invlida y atacada por la peste difteria, muere en 1857 en el olvidado puerto de Paita, en el
Pacfico. All es enterrada en una fosa comn, junto con todos sus recuerdos, cartas y documentos. El
testimonio de su vida se redujo a cenizas como una medida de higiene, y tambin como una venganza
del tiempo que le cobr cara su osada: su ejercicio de la libertad.
Manuela era una mujer de amplios horizontes por encima de las convenciones sociales. Haba crecido
en una hacienda, lejos de la ciudad, en contacto con la naturaleza donde aprendi a montar a caballo
a horcajadas, para escndalo de la servidumbre. El sentido de la libertad, el placer por la aventura y el
riesgo, la sensualidad y la reciedumbre de carcter son los rasgos que ciertos bigrafos le asignan,
pero Denzil Romero, hacindose eco de la leyenda, ofrece otra imagen. Segn l, su carne es como
"lava no eructada", la lava de todos los volcanes que ofrece la tierra ecuatoriana. Ella es la mujer
"personuda", la "varona", satnica, que a hurtadillas aprende a fumar... y al ser infecunda se le
consideraba una "machorra". En cambio, el colombiano Vctor Paz Otero en La otra agona, la pasin
de Manuela Senz (2007) le da la oportunidad de expresarse en una novela escrita en primera
persona: "...yo puedo proclamar y reclamar para mi pequea e inadvertida gloria, el orgullo de haber
sido libre, tanto en la vida como en el amor" (pg.70-71).Vctor W. Von Hagen sostiene la misma idea:
"Haba en ella algo muy libre, casi descocado; sin embargo, las manos bellas y cuidadas uas, que

sostenan levemente las riendas, mostraban los ahusados dedos de la dama. Eran manos capaces de
accin. Dos enormes pistolas turcas de bronce, amartilladas y preparadas para su uso, estaban
enfundadas en sendas pistoleras a la altura de las rodillas. Era fcil leer el nombre en las culatas de
bronce: Manuela Senz. pg. 16. En cambio para Santander, el enemigo de Bolvar, "la Senz", como
afirmaba desdeosamente, slo "era una ramera".
Pese a la campaa de silencio, de Manuela se supo en Europa donde tambin aliment una leyenda
impregnada de exotismo, como todo lo nuestro. Personalidades que la visitaron en el declive de su
vida, como Melville o Garibaldi vieron en ella "una reina". Esto indica que ms all de las adversidades
se impona una gran personalidad. El escritor peruano, Ricardo Palma, que le dedica unas pginas en
sus Tradiciones peruanas, dir que era "una mujer-hombre", "una mujer superior"; para las tropas, "la
generala"; para los campesinos de las aldeas por donde pasa el ejrcito libertador, "una marimacho".
Victor W. Von Hagen en Las cuatro estaciones de Manuela, 1947, resume as las circunstancias de su
vida: "Manuela haba mantenido a Quito en agitacin durante toda su primera juventud; haba sido un
torbellino. Tena un genio manifiesto para descubrir las debilidades humanas [...] Nunca haba sido
humilde ni mostrado el recato de la doncella. Era agresiva, decidida y voluble: alegre, sensible, de
genio vivo y valiente segn soplara el viento." Desde luego, se comprenda la razn de todo esto: era
un ser al que nadie aceptaba, una bastarda, sin posicin alguna en la sociedad (pero ella era en
realidad una dama de sociedad, conspiradora y revolucionaria). En resumen, en Manuela todo fue
piedra de escndalo, desde su nacimiento hasta sus primeros amoros, su matrimonio con el ingls y
su relacin adltera con Bolvar.
El destino hara coincidir a Manuela Senz y Simn Bolvar en Quito donde l sera recibido como un
semidis. Se conocieron en casa de Juan Larrea, quien celebr con una fiesta el da de su entrada
triunfal el 16 de junio de 1822. Ella tena 24 aos y l tena 39. Si l era "un hombre con una
imaginacin poderosa, gran sentido de la organizacin, de la estrategia en proyectar campaas, con
un conocimiento de los hombres, y hbil a la hora de atraerse seguidores fieles", ella saba escuchar a
las gentes del pueblo, ganarse voluntades y adelantarse a los hechos.
Tras conocer a Bolvar, Manuela regresa a Lima con l, abandonando a su marido. All nos dicen que:
"las damas se sentan escandalizadas hasta las puntas de sus chapines de baile, porque tena el
mismo poder que la consorte del virrey. En respuesta a las crticas de las mujeres, ella les echaba en
cara su conducta poco ejemplar.

Mujer vestida de hombre

La leyenda le asigna a Manuela el ttulo de


Libertadora
del
Libertador por haberle salvado la vida a Bolvar la
clebre noche de
septiembre en Santa Fe de Bogot cuando ste
debi
ocultarse
debajo de un puente para escapar de sus
asesinos. Pero ella
fue ms que su guardaespaldas como lo
demuestra
esta
carta en la que lo anima a crear la repblica de
Bolivia: "Un pueblo
agradecido con su espada y su voluntad de usted,
puede ser el abono
ms extraordinario para que fortalezcan la justicia
y las instituciones
republicanas. He recogido de manera reservada
algunas opiniones
de la gente que le es fiel, y comparten el
entusiasmo de ver
nacer un estado con su nombre, que tenga de
usted
el
amor
irrefrenable por la libertad. Permtame ayudar a
multiplicar la libertad
y juntos habremos logrado procrear una hija, que
slo usted y yo,
sabremos es el producto de este sentimiento que
desafa la barrera de
los tiempos. Ahora, que ya lo sabe, reprndame
con indulgencia y
con la dulzura con la que corrige los desvaros de
pueblos
que
aprenden a vivir su independencia. Su enojo ser la mejor prueba que la Historia se construye con
locuras de amor y de coraje. Y yo, ver nacer una hija que mantendr en la eternidad mi tributo de
reconocimiento a usted, gestado entre los nueve meses que estn pasando desde el triunfo de
Ayacucho y el primer aniversario de Junn."
Esta carta impregnada de una profunda conciencia americana, nos indica que no sigue a un hombre
sino a un ideal. Ataviada con ropas militares, armada y a caballo emprende la campaa escalando la
cordillera. Con el grado de coronela, Manuelita se instala en Lima donde se comentaba que se
comport con mucha imprudencia (pues se rumoreaba que tena amantes y Bolvar lo ignoraba)... y el
odio hacia ella creca tanto que fue desterrada de la ciudad.
Manuela parti rumbo a Santa Fe de Bogot llena de temores porque saba que all tambin haba una
conspiracin en contra del Libertador. Seis aos vivi en un ambiente de maneras corteses, bajo las
cuales se ocultaba la traicin. All escandalizaba a las mujeres y a los hombres con su indumentaria,
atentando contra las costumbres en la capital de la Nueva Granada donde se proceda lo mismo que
en Quito y Lima, slo que Santaf de Bogot era una ciudad ms pequea, adems, las tensiones se
agudizan porque el presidente, Bolvar, y el vicepresidente, Santander, no se entendan. Pese a todo,
Manuela se convirti en el centro de atraccin de esa sociedad. En las tertulias que organizaba era
acogedora, saba escuchar y gratar; tambin era alegre y de una generosidad ilimitada. Bolvar, en
cambio, era demasiado confiado, tanto que no lleg a imaginar que se atentara contra su vida.

Hroe/herona

Bolvar fue el primero


recuerda
a
ste

traicionara,

en reconocer el talento de Manuela. En carta al general Crdova, le


respeto que se merece: "Ella es tambin Libertadora, no por mi
ttulo, sino por su ya demostrada osada y valor, sin que usted y
otros puedan objetar tal. ...De este raciocinio viene el respeto que
se merece como mujer y como patriota". Lo importante para Bolvar
es que Manuela no deseaba nada para s y por tanto no le
por eso cada vez se fue confiando ms a ella, hasta dejarla
encargada de su archivo.

Algunos bigrafos nos dicen que era una mujer derrochadora


que ofreca fiestas esplndidas agasajando en abundancia a
los
invitados y luciendo costosos trajes que se mandaba hacer,
tomados
de modelos de revistas francesas. Pero no lo haca por
frivolidad,
sugiere Von Hagen, ya que con ello "estaba ampliando su
papel", "estaba influyendo en las opiniones de hombres que tenan importancia para Bolvar". Debajo
de sus "locuras" haba algo diferente. Al final, aclara: "... todos, demasiado tarde, que la haban
juzgado mal", pues "...aquella extravagante conducta era una fachada para ocultar las verdaderas
intenciones, las manipulaciones polticas en favor de los ideales de Bolvar. Ella era capaz de medir el
nimo en las distintas capas sociales, ya que sus criadas le traan noticias de las gentes del pueblo.
Las mujeres culpaban de la caresta de la vida a Bolvar. Los soldados estaban descontentos por las
pagas atrasadas. Los comerciantes se quejaban de ver caer sus negocios, la aristocracia de la
prdida de sus privilegios, los intelectuales de los frenos de la dictadura: "No habr libertad mientras
Bolvar viva", decan todos.
En ausencia de Bolvar era ella quien despachaba la correspondencia con los generales y meda la
temperatura moral del ambiente. En un entorno predominantemente masculino y cargado de
prejuicios, la vemos desenvolverse, consciente de su papel en la historia, como madre/padre de la
patria, a la vez. Obviamente, tras la muerte de Bolvar se le cerrarn todas las puertas incluso las de
su ciudad natal. As la vemos asediada por unos, criticada por otros, y en el ocaso de su vida.
Manuela se refugia en Paita, ante la inmensidad de un ocano, llamando a sus perros con los
nombres de los enemigos de Bolvar. Acaso para conjurar los males se vali del humor, como suelen
hacerlo quienes son capaces de estar por encima de las mezquindades humanas. Quizs estos
versos de Pablo Neruda, incluidos en el Canto General, sean el ms bello homenaje a lo que fue su
vocacin americana: "Quin vivi? Quin viva? Quin amaba?/ Malditas telaraas espaolas!/
En la noche la hoguera de los ojos ecuatoriales, /tu corazn ardiendo en el basto vaco:/ as se
confundi tu boca con la aurora./ Manuela, brasa y agua, columna que sostuvo / no una techumbre
vaga sino una loca estrella. /Hasta hoy respiramos aquel amor herido, / aquella pualada de sol en la
distancia" (Pablo Neruda, "Retrato", La insepulta de Paita)

Perspectivas de Manuela Senz segn varios autores

Germn Arciniegas describe as su complicada situacin en Manuelita Senz, texto que hace parte
de su libro Amrica mgica II. Las mujeres y las horas:
Desde la noche en que Manuelita se rob a Bolvar en Quito hasta la noche en que le salv la vida en
Santa Fe de Bogot, debi espantar siempre a las damas de buena sociedad. En las tres capitales: en
Quito, en Lima y en Bogot, cerraban las ventanas las seoras para no verla pasar. En Quito era la
que abandon al marido, en Lima la querida de Bolvar, en Bogot, la que acaudillaba los soldados
como un coronel. (p. 94)
Manuela es tambin, mujer inconclusa:
Yo tuve que convertirme en hombre para acompaarte en el horror desmesurado que implicaban tus
combates. La mujer es hombre cuando odia, y por eso, mi vida de mujer se quedar inconclusa. Pero
en esa guerra de mujer que liber con furia enamorada y libertaria, yo secreta y confusamente
comprenda que mi aventura personal era tambin un hecho colectivo. (pp. 29-30)
Manuela es secreto dolor:
Tus guerras y las mas se dieron en campos diferentes. T lograste quebrantar la opresin de un
mundo escrito y sostenido con letras de hierro sobre los hechos reconocibles de la historia, pero no
percibas la oscura ignominia que aplastaba la historia que vivan otros seres desde dentro. Me dola
ser mujer cuando me amabas, y en esto no hay reproche (p. 29).
Manuela, rediviva, escribe y Paz Otero insiste en la escritura del drama, evocando la prdida de esas
cartas quemadas que ya no resolvern las incgnitas que abre el personaje:

Estas notas que nunca sern por ti ledas, estas notas que son escrituras del silencio, imaginarias
pginas escritas y perdidas en el viento, son mi soledad, la oscura incoherencia de mis sueos rotos,
el quejido de una mujer que ha muerto innumerables veces en innumerables tardes (p. 40)
Manrique Ardila indaga en el personaje ms all de la muerte en la consciencia separada de todo
aquello que lo ata a lo terrenal, la lucha infructuosa por recuperar la hacienda heredada de su madre,
Catahuango, lugar mtico a donde nunca pudo regresar:
Por fin, me liberaba de aquello, me liberaba de un sitio que de todas maneras nunca debi haberme
pertenecido. Pertenecera siempre a los indios, que a su vez siempre haban pertenecido a esa tierra,
porque los indios y la tierra eran la misma cosa. (p. 365)
La historia dice que al morir Manuela, el general Antonio de la Guerra, amigo ntimo suyo, lleg hasta
su casa y la encontr en llamas. De entre las cenizas rescat una carta de Bolvar en la que expresa
los poderosos sentimientos que despert en l:
El hielo de mis aos se reanima con tus bondades y gracias. Tu amor da una vida que se est
expirando. Yo no puedo estar sin ti, no puedo privarme voluntariamente de mi Manuela. No tengo tanta
fuerza como t para no verte. Apenas basta una inmensa distancia. Te veo, aunque lejos de ti.
Ven...ven...ven...luego. (p. 113)
Elocuentes palabras para resumir un sentimiento que llega hasta nosotros abriendo interrogantes
sobre nuestra historia e invitndonos a reconstruirla de modo que encajen las piezas restituyendo a
las mujeres el papel que jugaron en el proceso de independencia.

Manuela Senz: Jams me harn ni vacilar ni temer


Relacin Amorosa entre
Senz

Simn Bolvar y Manuela

Por qu llama hermanos a los del sur y a m extranjera? Ser todo lo que quiera: lo que s es que
mi pas es todo el continente de la Amrica y he nacido bajo la lnea del Ecuador.

el 16 de junio de 1822, en medio de cohetes, fuegos artificiales y repiques de campanas, el Libertador


Simn Bolvar conoci en Quito (Ecuador) a Manuela Senz, el gran amor de su vida y su ms fiel
defensora.
Ese da, Bolvar entr a Quito entre aclamaciones, recin liberada la ciudad del dominio espaol.
Antonio Jos Sucre, el hroe de la batalla de Pichincha (Ecuador), le preceda.
El pueblo aclamaba a sus libertadores en una gran fiesta. Desde los balcones les eran lanzadas flores
por bellas y jvenes mujeres del pueblo. Entre ellas se encontraba Manuelita Senz, con 24 aos de
edad para el momento y quien se enamorara de Bolvar el mismo da, en el baile del municipio.
El Libertador apareci de un grupo de lanceros, iba montado en su caballo blanco "Pastor".
La gente lo aclamaba, l llegaba triunfador. La dama le lanz una corona de laureles que
accidentalmente le peg en la cara. El caraqueo se vuelve y mira al balcn molesto, chocando su
mirada con los ojos seductores de la bella mujer.
Una joven lanza una corona de rosas al caballo del Libertador, y le acierta al jinete en el pecho.
Bolvar saluda con su sombrero pavonado, y despus comenta sonriente: Seora: si mis soldados
tuvieran su puntera, ya habramos ganado la guerra a Espaa.
En la noche, en un baile ofrecido por las autoridades en honor del venezolano, Don Juan Larrea los
presenta.
Desde ese momento entre el hroe y Manuelita se inici ese amor entre tempestuoso y apasionado
que no fue superado por ninguno de los muchos que adornaron el prontuario amoroso del Libertador.
Manuela era hija de don Simn Senz de Vergara y de doa Mara Aispuro.
Nada pudo apagar aquel amor que sentan el uno por el otro.
Giuseppe Garibaldi escribir despus que: Doa Manuelita de Saenz era la ms graciosa y amable
matrona que nunca yo haya conocido; ella haba sido la amante de Simn Bolvar, y conoca las ms
menudas circunstancias de la vida de este gran Libertador de Amrica del Sur, cuya vida entera,
consagrada a la emancipacin de su pas, junto a sus grandes virtudes, no lo salvaron del acoso de la
envidia y del jesuitismo de sus coterrneos, que le amargaron los ltimos das. Simn Rodrguez
conversa largamente y parte para no volver, dirigindole la ms desgarradora de las despedidas: Dos
soledades no pueden hacerse compaa.
En 1856 un brote de difteria azota Paita. Manuela va para el cementerio, las autoridades ordenan
quemar su casa por razones sanitarias, y el general Antonio de la Guerra entra en el incendio y salva
un cofre lleno de papeles chamuscados y recuerdos. Los restos de Manuela se pierden. Escribir
despus Neruda: Y no saban dnde/ falleci Manuelita/ Ni cul era su casa/ ni dnde estaba ahora/
El polvo de sus huesos.
El 5 de julio de 2010 los restos simblicos de Manuelita Senz se encuentran con los de Simn
Bolvar en el Panten Nacional de Caracas. Siempre hemos sabido dnde estaban: esas cenizas son
el continente que pisamos. Ni la libertad que sembr ni la pasin que sintieron se han extinguido.
Como dijo Quevedo en Amor constante ms all de la muerte: Polvo sern, mas polvo enamorado.

LA CABALLERESA DEL SOL


"La loca adorable, la libertadora del libertador"
Manuela, la quitea, la amante de Bolvar.
La que dej todo por su hombre.
Manuela, la coronela la generala justiciera.
la que cabalgaba con pantalones.
!qu barbaridad, qu escndalo!
en tiempos que las "damas"
Escondan sus miserias bajo los trapos largos
y las sonrisas a media boca
Manuela, la nia que vio corre sangre por las calles de Quito
en tiempos de lucha
y que se enamor de la justicia , de la libertad.
Manuela, que se enamor no slo del hombre ,
sino tambin del ideal
que fue fuerza y coraje, que fue amor y batallas.
No, no empez su trayectoria con la llegada de Bolvar,
ella ya era coronela, ya saba del dolor y sacrificios
en las batallas.
Por eso fue nombrada "LA CABALLERESA DEL SOL"
Manuela un ideal, una bandera , una mujer enamorada
una amante apasionada siglo 21
que vivi su historia en el siglo 19
Manuela, si me parece verte
por las calles de Bogot repartiendo pasquines
en los que hablabas de libertad
del libertador y de lealtad.
Manuela, que no crea en la esclavitud
que rompi cadenas, que se alz
quien se enfrent a su padre, militar espaol
que ,lucho junto a su madre por un mundo mejor.

Manuela, que fue desterrada por la infame traicin


que siendo ecuatoriana en Per falleci
porque el escarnio lo permiti.
Libertad fue su lema, su vida y por lo que luch.
Djame poner en tu memoria Manuela
un verso que hable de libertad:
Manuela, luchadora amante de la !libertad!

Carta de Simn Bolvar y

Manuela Senz

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