Separata de Perio Clasificacion y Atm
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SALUD PERIIMPLANTARIA
La salud periimplantaria se definió clínica e histológicamente. Clínicamente, la salud
periimplantaria se caracteriza por la ausencia de signos visuales de inflamación y sangrado al
sondaje. La salud periimplantaria puede existir alrededor de implantes con soporte óseo
normal o reducido. No es posible definir un rango de profundidades de sondaje compatibles
con la salud periimplantaria.
MUCOSITIS PERIIMPLANTARIA
La mucositis periimplantaria se caracteriza por sangrado al sondaje y signos visuales de
inflamación. Si bien existen pruebas sólidas de que la mucositis periimplantaria es causada
por la placa, existen pruebas muy limitadas de mucositis periimplantaria no inducida por
placa. La mucositis periimplantaria se puede revertir con medidas encaminadas a eliminar la
placa.
PERIIMPLANTITIS
La periimplantitis se definió como una afección patológica asociada con la placa que se
presenta en el tejido alrededor de los implantes dentales, caracterizada por la inflamación de
la mucosa periimplantaria y la posterior pérdida progresiva del hueso de soporte. Se supone
que la mucositis periimplantaria precede a la periimplantitis. La periimplantitis se asocia con
un control deficiente de la placa y con pacientes con antecedentes de periodontitis grave. El
inicio de la periimplantitis puede ocurrir temprano después de la colocación del implante,
según lo indican los datos radiográficos. La periimplantitis, en ausencia de tratamiento,
parece progresar con un patrón acelerado y no lineal.
INTRODUCCIÓN
El trastorno temporomandibular (TMD) es la razón más común para buscar atención dental
además del dolor dental. Por lo tanto, los odontólogos necesitan conocer el perfil de riesgo
de los pacientes más vulnerables a los TTM, para diagnosticar con precisión los TTM y
conocer las vías de manejo más adecuadas para obtener resultados óptimos. Las
clasificaciones diagnósticas aceptadas para TMD no consideran los riesgos únicos asociados
con cada individuo y/o procedimiento. Esto hace que la traducción a una estrategia de
gestión adecuada para TMD sea complicada. El objetivo de este documento fue proporcionar
al odontólogo una guía clínica de referencia que incluye herramientas prácticas para
examinar, diagnosticar y manejar pacientes con TTM. Un diagrama de flujo que describe
una vía clínica proporciona una guía práctica sobre el manejo e indica dónde se recomienda
una derivación a un especialista para el paciente con TMD más complejo.
DEFINICIÓN DE TMD
El trastorno temporomandibular (TTM) es un término amplio que abarca el dolor y/o la
disfunción de la musculatura masticatoria y las articulaciones temporomandibulares. La
característica más importante es el dolor, seguido de un movimiento mandibular restringido
o limitado, y ruidos articulares durante el movimiento mandibular.
Aunque el TMD no pone en peligro la vida, puede tener un profundo impacto en la calidad
de vida de una persona ya que los síntomas, cuando son crónicos, son extremadamente
difíciles de manejar y, a menudo, requieren una intervención multidisciplinaria.
QUÉ HACE QUE LA ARTICULACIÓN TEMPOROMANDIBULAR SEA TAN ÚNICA?
La articulación temporomandibular (ATM) está formada por la articulación de la mandíbula
y el hueso temporal del cráneo. El proceso condilar junto con el cuello condilar forma el
componente mandibular y la parte escamosa del hueso temporal (fosa glenoidea y el
tubérculo articular) forman la parte craneal de la ATM.
Las superficies articulares están cubiertas por fibrocartílago y separadas entre sí por un disco
articular (menisco).
Las dos cavidades articulares formadas por el disco articular están revestidas por una
membrana sinovial. Esta superficie articular junto con el disco y las cavidades articulares
están rodeadas por una cápsula articular.
La articulación funciona con la ayuda de músculos y ligamentos adheridos a la cápsula
articular, el cuello del cóndilo y el cuerpo de la mandíbula. La inervación de la ATM
proviene de la rama mandibular (V3) del nervio trigémino. La inervación sensorial de la
articulación proviene de las ramas auriculotemporal y masetérica, mientras que la inervación
motora de los músculos de la masticación se realiza a través de V3.
El suministro de sangre a la ATM proviene de ramas de la arteria carótida externa,
principalmente de la arteria temporal superficial y del drenaje venoso a través del plexo
venoso que rodea la cápsula.
Un método simple para detectar TMD es usar el Cuestionario de detección de dolor TMD de
seis ítems, que forma parte de los Criterios de diagnóstico para el trastorno
temporomandibular. Este sencillo cuestionario ha demostrado ser de utilidad en una práctica
médica y dental general.
Incluso los pacientes de bajo riesgo sin factores predisponentes pueden desarrollar un TTM.
Al igual que con muchas afecciones, el diagnóstico y el manejo tempranos son la clave para
obtener buenos resultados. Los factores a considerar incluyen factores biológicos,
psicológicos y sociales.
EXÁMEN CLÍNICO
El examen clínico del paciente debe ser estructurado y metódico. Los componentes críticos
del examen clínico incluyen:
1. Observación del paciente
Evaluación de la simetría facial
hipertrofia muscular, es decir, hipertrofia masetérica
evidencia de morderse las uñas
evidencia de otros hábitos, como la postura de la mandíbula, movimientos
2. Movimientos de mandíbula
apertura bucal, limitaciones, trismo
desviaciones de la mandíbula con apertura o cierre.
3. ATM
palpar la ATM tanto en posición abierta como cerrada
sentir irregularidades en el movimiento de las articulaciones
escucha los sonidos de las articulaciones.
4. Músculos de la masticación
palpación de los músculos Masetero y Temporal. El protocolo DC-TMD recomienda
utilizar un dedo para palpar estos músculos y aplicar una presión de 1 kg durante 2 s
en cada zona (origen, cuerpo e inserción de cada músculo).
5. Examen de la dentición
evidencia de desgaste, facetas de desgaste, grietas, líneas de grietas, dientes
fracturados o restauraciones
movilidad periodontal, frémito
dimensión vertical oclusal reducida
pérdida de soporte molar posterior
evaluación de la salud e higiene bucal.
Todos los hallazgos relevantes deben estar correctamente documentados en la historia clínica
de los pacientes.
La asimetría facial puede ser un indicio de alteración de la morfología condilar como
consecuencia de una anomalía congénita, un proceso patológico o una enfermedad
degenerativa. Otras observaciones, como la hipertrofia masetérica, pueden sugerir una
parafunción. La limitación de la apertura de la boca o la desviación de la mandíbula durante
la función pueden indicar un trastorno subyacente en la ATM o la musculatura asociada y
pueden justificar una mayor investigación. La palpación de la ATM y los músculos de la
masticación pueden provocar sensibilidad, lo que respalda el componente biológico de una
ATM (Eje I). El examen de la dentición es importante para descartar una etiología
odontogénica y puede proporcionar evidencia adicional que apoye el diagnóstico de
bruxismo.
Una vez que la historia clínica y el examen estén completos, es posible que se indiquen
estudios radiográficos u otros para respaldar sus hallazgos clínicos.
LLEGAR A UN DIAGNÓSTICO DE TMD
La fusión de la queja inicial, la historia clínica y los hallazgos del examen ayudarán al
médico a llegar a un diagnóstico. El riesgo de desarrollar síntomas de TMD o la
exacerbación de un TMD subyacente se basa en la respuesta afirmativa al DC-TMD Pain
Screener, así como en los hallazgos positivos en el examen clínico en el contexto de los
factores psicosociales que ya pueden estar presentes. Dado que la etiología del TMD es
multifactorial, es esencial que los médicos también consideren emplear las preguntas
sugeridas mientras toman un historial detallado del dolor y las fusionan con los hallazgos
clínicos y los factores psicosociales para determinar el riesgo.
Aquellos pacientes que presenten un TTM existente o que se determine que tienen riesgo de
desarrollar un TTM, deben ser tratados como de "alto riesgo". ' y manejado con mucho
cuidado. Cualquier procedimiento dental considerado de "alto riesgo" tiene el potencial de
desencadenar o exacerbar un TTM.
Antes de comenzar el tratamiento dental, es fundamental que se obtenga el consentimiento
informado del paciente con respecto a la posibilidad de desarrollar un TTM.
MANEJO DE TMD
De acuerdo con la Asociación Estadounidense de Investigación Dental, se recomienda
encarecidamente que, a menos que existan indicaciones específicas y justificables de lo
contrario, el tratamiento de los TTM debe basarse en el uso de modalidades de tratamiento
conservadoras, reversibles y basadas en la evidencia.
Una vez que se ha establecido un diagnóstico de TTM, el odontólogo debe reconocer si el
tratamiento está dentro de su alcance o si está indicada una derivación a un especialista. La
identificación de los pacientes de "alto riesgo" es primordial, especialmente en el entorno
dental, ya que someter a un paciente de "alto riesgo" a un procedimiento de "alto riesgo",
como una visita dental prolongada, podría precipitar o agravar un TTM subyacente o no
diagnosticado. Las vías recomendadas para el manejo de los pacientes de acuerdo con el
riesgo del paciente y el riesgo del procedimiento se resumen en la figura. Es esencial que
antes de comenzar cualquier procedimiento dental, los riesgos predisponentes para TTM se
discutan con el paciente y se documenten en la historia clínica. Esta documentación es
fundamental cuando se planifica un procedimiento de alto riesgo para un paciente de alto
riesgo, por ejemplo, un procedimiento dental prolongado bajo aislamiento con dique de
goma en un paciente con un TTM preexistente conocido. Puede haber circunstancias
excepcionales en las que se justifique un procedimiento dental de emergencia en una persona
con un TMD conocido o un alto riesgo de TMD, y no haya tiempo suficiente para una
remisión a un especialista. En tales casos, se deben tomar medidas para minimizar la
exacerbación del TTM.
La tranquilidad del médico tratante de que el TMD puede resolverse o mejorar con el tiempo
juega un papel importante en el manejo del paciente. En un lenguaje sencillo, una discusión
sobre el descanso de la mandíbula, evitando iniciar y perpetuar el comportamiento, como
apretar y mover demasiado, limitar la apertura de la boca y un masaje muscular suave puede
ofrecer un alivio significativo de los síntomas. La aplicación de calor a la musculatura puede
ser terapéutica y el uso de medicamentos antiinflamatorios, si se toleran, puede estar
indicado para algunos pacientes. Puede encontrar orientación detallada sobre el manejo
terapéutico del dolor agudo de TTM en las Pautas terapéuticas, 2019.
El uso de un aparato oral puede estar justificado en algunas situaciones en las que está
implicado el bruxismo nocturno. Los aparatos bucales pueden proteger los dientes de los
efectos del rechinamiento dental, pero su papel en la reducción del hábito no ha sido
concluyente. Sin embargo, han demostrado ser una modalidad de tratamiento eficaz para
algunos TTM. Anteriormente, el papel de los aparatos orales se consideraba principalmente
mecánico y relacionado con la desarmonía oclusal y la disparidad esquelética. Sin embargo,
ha habido un cambio de paradigma en la comprensión de su modo de acción.
Actualmente se acepta ampliamente que los factores psicosociales juegan un papel
importante en el manejo del paciente con TTM, junto con otros factores como la relación
médico-paciente y el efecto placebo. La mayoría de las personas indicarán en su cuestionario
de historia clínica si tienen un diagnóstico psiquiátrico o están recibiendo asesoramiento. La
lista de medicamentos de los pacientes puede incluir antidepresivos y/o antipsicóticos que
pueden generar más debates sobre su uso. Si, como odontólogo general, tiene inquietudes
sobre el estado de salud mental de un paciente, entonces sería apropiado ponerse en contacto
con su médico general con el permiso de los pacientes. De lo contrario, se indica la
derivación a un especialista. Es vital que cualquier "terapia" que se ofrezca sea conservadora
y reversible.
Los aparatos orales, si se usan, deben tener una cobertura total y los pacientes deben ser
revisados a intervalos regulares.
Después de una evaluación exhaustiva, se debe informar a los pacientes sobre los eventos
que podrían desencadenar otro episodio de TTM, por ejemplo, largas citas con el dentista,
intubación para anestesia general, micro y macrotrauma. Las citas dentales deben ser breves,
la apertura de la boca debe estar restringida y el uso de un bloque de mordida durante los
procedimientos dentales puede estar justificado. Durante las citas dentales, se indican
períodos de descanso frecuentes.
Para pacientes complejos o con TTM crónico, el manejo puede ser más complicado y se
debe considerar la derivación a un especialista. El papel del odontólogo general es
fundamental en el diagnóstico y acompañamiento permanente de estos pacientes; sin
embargo, el manejo de TMD para esta cohorte probablemente esté más allá del alcance de la
odontología general.
El manejo especializado puede implicar: mayor tranquilidad, imágenes (cuando esté
indicado); educación sobre el dolor; terapia con aparatos orales; fisioterapia; farmacoterapia;
estrategias de meditación/relajación; educación sobre higiene del sueño; terapia conductual
psicológica/cognitiva; inyecciones de botulismo; hipnoterapia; biorretroalimentación; y en
algunos casos, cirugía ATM. Si bien existe alguna evidencia de la eficacia de la toxina
botulínica en el tratamiento de TMD, su uso es "fuera de etiqueta" y los dentistas deben
realizar una capacitación adicional para poder administrarla.
El manejo de TMD siempre debe incluir una discusión detallada con el paciente y
complementarse con un programa de atención domiciliaria que proporcione al paciente cierta
propiedad del tratamiento. Los pacientes que no tengan ningún factor predisponente o un
TTM diagnosticado que se sometan a un procedimiento dental de alto riesgo deben ser
informados del riesgo de desarrollar un TTM. En tales casos, se recomienda una revisión
clínica adecuada y, si se desarrolla un TTM, podría justificarse la derivación a un
especialista.
CONCLUSIÓN
TMD es una condición compleja y una razón común de presentación de emergencia en la
clínica dental. Los profesionales de la odontología deben ser competentes en el
reconocimiento de los factores de riesgo, para permitir un diagnóstico correcto y temprano
de TTM, y garantizar que se lleva a cabo el manejo adecuado para evitar que la TTM aguda
se convierta en una condición crónica. Comprender qué procedimientos es probable que
aumenten el riesgo de iniciar un TMD es más crítico para aquellas personas que ya están
predispuestas a esta afección. Ahora sabemos que aquellos que corren un mayor riesgo de
desarrollar un TTM son los mismos individuos en quienes la afección se presentará con
mayor gravedad y persistirá como una afección crónica. Una vez que TMD se ha establecido
como una condición crónica, la resolución y reversión es más improbable. Comprender la
idoneidad del paciente para el manejo en la práctica dental general frente a aquellos que
requieren atención más especializada es fundamental en el tratamiento de TMD.