Buscando Sonrisas

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Índice

Introducción……………………………………………………………………………. Página 2

Objetivos del trabajo…………………………………………………………………. Página 3

Descripción y ubicación del lugar………………………………………………….... Página 4

Experiencia Luciana…………………………………………………………………. Página 5

Experiencia Emilio……………………………………………………………………. Página 7

Experiencia Ernesto…………………………………………………………………. Página 9

Conclusiones………………………………………………………………………… Página 11

Anexos………………………………………………………………………………. Página 12

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Introducción

El presente trabajo consiste en un pequeño resumen de lo que fue hacer el


Servicio o Trabajo Comunal Estudiantil con niños de uno a seis años, que forman parte
de la Guardería San Martín en Alajuela.

Esta última, está a cargo de un grupo de hermanas, quienes logran mantener la


institución por ayudas, donaciones… Son las responsables del cuido de todos los
infantes y dividen su tiempo para realizar las distintas actividades del día. Al ser una
guardería los niños no reciben clases o materia en sí, pero si se les brindan un apoyo
en distintas áreas, como aprender los números en español e inglés.

Este informe abarca nuestras experiencias en la realización de este proyecto, las


cuales incluyen diversos aspectos como: los aprendizajes, las anécdotas más
significativas, los sentimientos y emociones enfrentadas, así también, las situaciones o
vivencias con cada uno de los niños. Todo esto englobado en la sección de
experiencias personales, se le agregó, además, las hojas de la Fórmula 02 del MEP
que son en las que explicamos nuestro proyecto, objetivos, metas y logros. Y, por
último, las hojas que comprueban las horas que nos llevó completar el servicio.

Contiene, al mismo tiempo, la descripción de la guardería, en la que se explican


las dificultades y carencias que enfrentan las hermanas y los niños, las características
físicas de esta y su ubicación. En cuanto a la última parte, los anexos, agregamos
ciertas fotos que nos sirven de recuerdo y nos llenan de mucha alegría, muchas de
estas consisten en juegos con los niños y diferentes momentos que fueron capturados.

Como síntesis de los anterior, este informe refleja y comprende lo que fue para
nosotros llevar a cabo el Trabajo Comunal Estudiantil, cómo pudimos hacerlo, qué
esfuerzos implicó y el porqué de nuestras metas. Este nos hizo tomar consciencia de
las realidades desde otra perspectiva. Todo lo vivido nos deja enseñanzas y relatos
que quedarán como memorias y gratos recuerdos.

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Objetivos del trabajo

 Ayudar a las hermanas encargadas de la guardería San Martín, con sus labores
cotidianas y con el cuido de los niños.
 Conseguir ayuda y donaciones que hagan de la guardería un lugar adecuado
para la formación de los pequeños y, además, contribuir a que cuenten con
alimentos que aseguren la cobertura de las necesidades básicas de cada
persona.
 Hacer de esta experiencia un recuerdo maravilloso, lleno de momentos alegres
con los niños. Poder llenarlos de cariño y felicidad, brindarle apoyo a cada uno y
dar lo mejor de nosotros para cumplir, satisfactoriamente, las metas personales.
 Crear espacios en los que, mediante juegos y actividades, los infantes puedan
disfrutar sin presiones ni preocupaciones.
 Hacer consciencia y tratar de retribuirle a la sociedad un poco de los beneficios
con los que contamos.

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Guardería San Martín
Esta guardería es una institución ubicada en San Martín de Alajuela. Es un
centro de niños con muchas limitaciones, tanto económicas como de infraestructura.
Para entrar en detalle, el lugar es un espacio relativamente pequeño, donde hay una
parte que es donde los niños comen, pintan y otra donde los chiquitos disfrutan al aire
libre con sus columpios, toboganes etc. La parte techada, es un lugar con 4 cuartos, 2
baños y un comedor, donde los 3 cuartos se distribuyen en una sala de juegos, dos
bodegas y donde están las camas para que los niños duerman, 2 baños, uno grande
para que los niños hagan sus necesidades y otro para las monjas y para invitados y un
comedor donde toman su desayuno, almuerzo y meriendas. Los lugares, antes
mencionados, no se encuentra estéticamente en buenas condiciones donde se ven
paredes rayadas por los niños, suciedad, mesas en mal estado, juguetes y libros en
igual estado y algunas cunas también. El espacio techado, además, es de un tamaño
mediano-grande, donde los niños pueden jugar con las pelotas ó bien ver televisión en
el espacio que tiene para dicha actividad. Un lugar, donde ante cualquier fenómeno
natural, tiene las condiciones para generar seguridad y tranquilidad en los familiares,
las Monjas y en los niños porque, aunque estéticamente no estén bien, no se ve que
tenga goteras, las paredes son de buen material y todo lo demás está en buena calidad

En la parte de afuera, la del aire libre, es un espacio verde de tamaño grande


donde se localizan árboles, plantas, además de, los niños subidos en los columpios, en
las hamacas, en los pasamanos y demás distracciones que les ofrece el Kínder. No
obstante, el estado de estos objetos no es el mejor, en el que se pueden encontrar
columpios dañados, hamacas con cadenas oxidadas y zafadas, además de, objetos
dañados tirados cerca del espacio que los niños juegan, frutas caídas y podridas lo que
hace que sea un lugar de atracción para los insectos.

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Experiencia Luciana:
Cuando decidí realizar mi trabajo o servicio comunal con niños, me llené de
mucha ilusión, quería compartir con ellos y poder, al menos por algunas horas, sacarles
sonrisas y verlos realmente felices. Iba completamente emocionada y con ganas ya de
iniciar una linda semana, pero el primer día fue un poco difícil porque pudimos observar
las diferentes circunstancias y condiciones en las que viven algunos de los niños,
lamentablemente, no solo en sus casas, porque vimos las carencias que tienen que
superar las hermanas en la propia guardería. Todo esto me motivó, e hizo que viviera
esta experiencia más intensamente.

Empezamos con actividades con las que no solo se divirtieran sino también
pudieran desarrollar e incrementar sus habilidades, haciéndolo nosotros con ellos;
pintamos con lápices, crayolas y pinturas, hicimos y pegamos bodoquitos. Además,
pasamos ratos de juegos adentro y afuera de la guardería. Estos últimos, fueron los
momentos en los que más compartimos acerca de nosotros con ellos, y viceversa.
Escuchamos muchas historias familiares completamente diferentes, unas de los
hermanos, de los papás, de sus juegos favoritos, con quiénes vivían…

Por ejemplo, una de las más impactantes para mí, fue cuando me contaron la
condición de pobreza que vivía la familia de uno de los niños con los que yo había
estado compartiendo más y con el que más me había encariñado. Por esto, traté todos
los días de darle cariño, de ayudarlo e inclusive de alistarle una merienda extra que
pudiera disfrutar. Mi mamá fue de las personas que más me apoyó, y quien, mediante
donaciones y ayudas, consiguió prendas de vestir para Marcos y todos sus hermanos.

También, escuchar a dos niñas hablando de su padre con tanto amor, sabiendo
nosotros que no vivían con él porque se fue de su casa, dejándolas a cargo solo de su
madre y sin tomar ninguna responsabilidad, fue sumamente duro.

Pero ver la alegría de Marcos y los demás niños cuando llegábamos por las
mañanas de esa semana, fue de las situaciones que más me llenó, me hacía todos los
días un poco más feliz y me convenció de haber escogido el lugar correcto en un
momento perfecto. Con el simple hecho de jugar, ellos ya estaban realizados,

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completamente agradecidos y alegres. Tratamos siempre de ayudar a las hermanas en
todo lo que estuviera a nuestro alcance, los niños siempre estaban con nosotros, a la
hora de la siesta los dormíamos, cuando se despertaban los cambiábamos y los
alistábamos para que regresaran a sus casas.

En cuanto a lo que viví y observé en la guardería, los niños que tomaban leche y
que podían merendar eran los que la traían de la casa, las hermanas solo alcanzaban
brindarles el desayuno, el almuerzo y una galleta en la tarde, además, las porciones de
comida eran muy pequeñas. Quienes no tenían chupón, tomaban agua. El jabón para
lavarse las manos era administrado por ellas, daban cierta cantidad a todos los niños
para lograr rendirlo.

Debido a esto, nos pusimos de acuerdo con la hermana a cargo de la Guardería


Corazón de Jesús, para ejecutar un proyecto final que fuimos decidiendo poco a poco,
con el paso de los días. Nos decidimos por recolectar, entre todos, donaciones que
beneficiaran a los niños como alimentos básicos (arroz, frijoles, leche en polvo y
líquida…) y objetos de higiene personal que pudieran estar bajo la administración de
las hermanas misioneras. En mi caso, las busqué con ayuda de mis familiares y
amigos, conseguimos grandes cantidades de leche líquida y en polvo, así como de
jabón líquido.

El último día, les hicimos una pequeña fiesta de la alegría, con almuerzo,
helados, queque y confites. Pusimos música, jugamos toda la tarde y compartimos las
últimas horas antes de sus pequeñas vacaciones. La emoción de los chicos al ver lo
que les hicimos y sus sonrisas siempre van a formar parte de mis recuerdos más
lindos.

Esto hizo que mi experiencia fuera sumamente enriquecedora, me hizo tomar


consciencia, ver las circunstancias por las que puede estar pasando un niño sin
demostrarlo o expresarlo, vi que cualquier problema puede borrarse al disfrutar con
ellos. También, me di cuenta de lo significativo que puede llegar a ser una sonrisa o
una risa de todos los chicos, por eso decidimos colocarle a este trabajo un nombre
relacionado a lo que me quedó y aprendí de esos días. Buscar una sonrisa resume mi

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objetivo en esa guardería y mi compromiso con los niños, desde que realicé este
trabajo es algo que tengo presente siempre.

Experiencia Emilio:

Esta experiencia de vida que tuve en la Guardería Corazón de Jesús dejó una
huella en mi vida, debido a que abrí los ojos, miré alrededor mío y vi que no todo el
mundo vive en las condiciones en que nosotros vivimos. Me dejo una huella de manera
que me sentí agradecido eternamente con Dios, cuando escuche la mayoría de
historias de los niños, me dejo una huella en la forma en que los niños agradecían un
confite, un helado, ya que, muy pocas veces los papás tiene la oportunidad de
comprarles los artículos antes mencionados, me dejo una huella la manera de servir de
las Hermanas, que ante muchas dificultades siempre están para ayudar a los niños,
para sacarles una sonrisa y sobre todo dejar a su familia, amigos para siempre ayudar
al más necesitado.

La motivación para realizar este trabajo en mi persona fue el pensamiento de


¿qué estarán pensando estos niños acerca de su vida? ¿Qué sentirán cuando sus
papás les dicen que no hay comida?, dos preguntas que me hago y me deja marcado,
porque debe ser un sentimiento de sufrimiento y dolor para esos niños y traté de ser la
mejor persona posible durante esta semana, porque en un futuro no me gustaría que
mis hijos, nietos, sobrinos sufran de esta manera y siempre tengan todo lo necesario
para vivir de una manera feliz.

Me entristeció saber que hay que niños en el mundo que su situación


intrafamiliar no es lo mejor, pero a la vez me generó un sentimiento de felicidad saber
que siempre habrá gente que quiere ayudar al prójimo, estar para ellos y servirle.

El día que tuve que ir a recoger la carta con las firmas, les lleve un diario con
comida a las Hermanas como símbolo de agradecimiento por haber aceptado mi
solicitud para hacer el trabajo comunal ahí y su reacción fue de total agradecimiento y
felicidad y es en este tipo de acciones donde uno se da cuenta que las personas que
más lo necesitan siempre son lo más agradecidas y que nunca por más cosas que

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tengamos siempre debemos ser humildes y agradecer cualquier gesto de una persona
que solo quiere ayudar.

Otra situación que genero impactó en mi persona fue la historia del chiquito
Mathias, donde sus tiempos de comida, desayuno y almuerzo los hace en el Kínder, y
un día después del almuerzo pidió que si le podían dar más y ya no había comida, lo
cual provocó tristeza en él y me dolió su reacción de al saber que seguramente iba a
ver un plato de comida hasta el día mañana y al ver esto fuimos a comprarle un par de
galletas y su felicidad se notaba en su rostro y con miles de abrazos como forma de
agradecimiento.

Me impactó las condiciones de los juguetes, los columpios, casitas de los niños,
que, a pesar de estar en malas condiciones, ellos disfrutaban sus juguetes y no les
importaban sus condiciones e igualmente lo aprovechaba como si estuvieran en
óptimas condiciones

Fue una experiencia muy enriquecedora no solo de manera espiritual y cristiana,


sino también, una forma completamente diferente de ver al mundo. Antes de esta
experiencia, mi vida solo se centraba en mi persona y no sabía ó no recordaba que
había gente a la par mía que no tenía ropa, no tenía una unión familiar, que no tenía
comida, no tenía un hogar y que, con un simple pedazo de pan, un abrazo, un fresco
etc, ellos eran felices.

Este trabajo fue un espacio que me brindo el Colegio, donde me hizo crecer mi
fe en Dios y agradecerle día y noche por las bendiciones que Él diariamente nos da y
por darnos la oportunidad de tener todas las cosas necesarias para llevar una vida
digna y sin falta de nada.

Para concluir, esta experiencia fue completamente increíble para mí, ya que, es
una historia que me va a costar mucho borrar de la mente, y que siempre recordare
porque deja un mensaje solidario, de amor y de siempre ayudar al prójimo, y sobre todo
agradecer a Dios por todas las bendiciones que me da.

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Experiencia Ernesto:

En mi caso, el trabajo comunal fue una experiencia sumamente enriquecedora y


única, ya que fue un período donde tuvimos que dejar el egoísmo de lado y comenzar a
dirigir nuestros actos, no con el objeto de favorecernos a nosotros mismos (como
usualmente hacemos), sino en servicio de los niños y como ayuda a las monjas
presentes en la Guardería Corazón de Jesús.

Además, fue una oportunidad que me permitió realizar que en ocasiones vivimos
en cierto tipo de burbuja; la cual nos ciega, nos impide darnos cuenta de las
necesidades y de las situaciones problemáticas en las cuales muchas personas a
nuestro alrededor se encuentran sumergidas y, por lo tanto, nos frena de tomar
iniciativa y efectuar acciones en busca de incentivar la solidaridad entre los miembros
de la comunidad. Y, en consecuencia, me abrió los ojos a lo afortunado que soy y la
gran cantidad de privilegios que contamos día con día, que muchas veces damos por
sentado.

Una de las experiencias que más me impacto y que propició fuertemente a que
todo lo descrito anteriormente fuera posible, fue la situación de las hermanas en la
guardería, pues todos los días se hacían cargo de los niños desde las 7 de la mañana
hasta la 5 de tarde, aproximadamente, y muchas veces no contaban con la cantidad
suficiente de artículos necesarios como jabón para lavarse las manos antes de comer y
después de ir al baño o como leche para quienes los padres no les enviaban, y por
tanto tenían que darle agua y se la tomaban en sus biberones (los más pequeños) o
botellas antes de la siesta como si fuera leche.

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Además, de que las porciones para los desayunos, los almuerzos y la merienda
que tenían en la tarde eran pequeñas, y no alcanzaba para que los infantes volvieran a
servirse, aunque tuvieran hambre.

Es por ello, que uno de los mejores momentos, fue cuando, después de cumplir
con las horas del trabajo comunal, realizamos una recolecta de leche líquida y en
polvo, y jabón entre los vecinos, familia y seres queridos para los niños de la guardería.
Y ver las caras de las hermanas cuando llegamos con la sorpresa y lo felices y
agradecidas que estaban con nosotros.

Y también, cuando planeamos una pequeña fiesta, inspirados en la fiesta de la


alegría que teníamos en los años de escuela en el Colegio Marista, para los chicos de
Santa Rita. En la mañana, salimos al patio a jugar con ellos, luego pusimos música y
les dimos globos de diferentes colores. Después, a la hora del almuerzo, les
preparamos unos “hot dogs”, y posteriormente les dimos un postre, el cual consistía en
queque y helados. Ulteriormente de la comida, tomaron la siesta que hacían todos los
días, y al despertar realizamos una serie de juegos como: la papa caliente, “pato, pato,
ganso”, enano-gigante, entre otros; y volvimos a poner música. Y, por último, antes de
que los niños partieran, les otorgamos una bolsa con confites y galletas para que la
disfrutaran en sus hogares.

Sin embargo, también hubo ciertos momentos tristes y duros, por ejemplo,
cuando las hermanas nos contaban las situaciones difíciles de algunos de los infantes.
La que más me impacto, fue la de una niña llamada Jimena, a quien su padre la había
abandonado y su madre (el día en el que las hermanas nos explicaron su historia) la
tenían que operar de un tumor cerebral. Y a pesar de ello, Jimena se encontraba
tranquila, si se le notaba algo afligida; sin embargo, trataba de que no la vieran triste, y
seguía jugando normalmente con los demás.

Fueron ese tipo de situaciones, además de la gran alegría con la que los chicos
nos recibían, que hicieron que realmente nos acercáramos y nos encariñáramos con
ellos, y fue uno de los grandes factores que más nos motivó a tratar de realizar nuestro
trabajo de la mejor forma. Pues todas aquellas sonrisas fue la parte que más me quedó
de esta experiencia, y definitivamente fueron también la parte más satisfactoria; pues

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en ellas se reflejaban que nuestro principal propósito se llevaba a cabo, así como la
gratitud de los niños hacia nosotros.

Conclusiones:

La experiencia del trabajo comunal fue verdaderamente enriquecedora, debido a que


nos permitió enfrentarnos a una realidad diferente a la nuestra; pues muchas veces
vivimos en una especie de burbuja que nos ciega y nos puede convertir en seres
ignorantes, inconscientes o insensibles acerca de las grandes necesidades que tienen
muchas personas a nuestro alrededor.

Todo ello incentivó a que llegáramos a realizar que, a pesar de dichas necesidades o
particularidades, los niños con quienes trabajamos son infantes que presentan una
actitud diferente hacia la vida, que aprecia más lo poco o mucho que se les pueda
brindar, ayudar o simplemente el hecho de dedicarles una pequeña parte de nuestro
tiempo. Por lo tanto, lo anterior nos demostró la gran relevancia que recae en las
diversas formas de hacerle frente a las adversidades que el presente nos plantee y la
actitud que tengamos hacia ellas.

Con base en lo anterior, nos dimos cuenta lo malagradecidos que en ocasiones


podemos llegar a ser y lo poco que valoramos el montón de privilegios que contamos
día con día, las pequeñas ayudas que nos ofrecen, así como aquellas circunstancias
que encontramos como usuales o normales, tales como: contar con un hogar con un
ambiente familiar bueno y unido, con la posibilidad de acceder a una educación de
excelente calidad, con vestimenta y una casa en buenas condiciones, entre otros.
Puesto que, muchas de estas situaciones son aspectos ausentes en la vida de los
niños de la guardería, mientras que nosotros no las apreciamos como deberíamos e
incluso en ocasiones las damos por sentado.

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Además, nos posibilitó ver la importancia de la atención de los padres a los niños y el
tiempo que estos pasen con ellos; la cual se evidenció cuando los infantes expresaban
el enorme deseo de ver a sus papas y en sus caras de felicidad cuando por fin era la
hora de volver a sus hogares. Pues, en la mayoría de los casos, pasan el día en la
guardería desde muy temprano en la mañana hasta la hora en que los papás salgan
del trabajo y puedan pasarlos a recoger; por lo que comparten la mayor parte del día
con los otros infantes y con las hermanas.

Y, por último, nos gustaría rescatar el porqué del nombre a nuestro trabajo. Lo
llamamos “Buscando sonrisas”, pues fue una de los primeras y de las primordiales
metas que nos propusimos al embárcanos en esta bonita experiencia, ya que las
sonrisas son esenciales en la infancia y porque son indicadores de que los niños están
pasando un agradable momento, lo cual fue lo que nos mas motivo a hacer nuestro
proyecto de la mejor forma posible.

Anexos:

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