Habeas Corpus
Habeas Corpus
Habeas Corpus
FUNDAMENTALES.
1. INTRODUCCIÓN.
2. CONCEPTUALIZACIÓN Y NATURALEZA JURÍDICA DEL HABEAS
CORPUS.
3. PRINCIPIOS DEL PROCEDIMIENTO DEL HABEAS CORPUS.
4. REGULACIÓN DEL HÁBEAS CORPUS EN ESPANA.
4.1 CONSAGRACIÓN DEL HABEAS CORPUS EN LA CONSTITUCIÓN DE
1978.
4.2 REGULACIÓN ACTUAL DEL HABEAS CORPUS EN ESPAÑA: LEY
ORGÁNICA 6/1984, DE 24 DE MAYO.
3.2.1.OBJETO PROCESAL
3.2.2 LA PETICIÓN
3.2.3 SUJETOS
3.2.4 LEGITIMACIÓN ACTIVA
3.2.5 LEGITIMACIÓN PASIVA.
3.2.6 POSTULACIÓN PRINCIPIOS DEL PROCEDIMIENTO.
5. PRIVACIÓN DE LA LIBERTAD PERSONAL Y SU PROTECCIÓN POR
EL HÁBEAS CORPUS.
5.1 RESERVA DE LEY ORGÁNICA, QUE DETERMINE LOS
PRESUPUESTOS HABILITANTES DE LA PRIVACIÓN DE LIBERTAD
5.2 LA DETENCIÓN PREVENTIVA Y EL HÁBEAS CORPUS CUANDO
DEVIENE EN ILEGAL.
5.2.1 LOS PRESUPUESTOS HABILITANTES DE LA DETENCIÓN
PREVENTIVA.
5.2.2 EL LÍMITE TEMPORAL DE LA DETENCIÓN PREVENTIVA.
5.2.3 OBSERVANCIA DE LOS DERECHOS QUE LA CONSTITUCIÓN,
NORMAS INTERNAS Y TRATADOS GARANTIZAN A LOS
PRIVADOS DE LIBERTAD.
6. PRESUPUESTOS DE PROCEDENCIA DEL HÁBEAS CORPUS.
6.1 PRIVACIÓN EFECTIVA DE LA LIBERTAD.
6.2 LA PRIVACIÓN DE LIBERTAD NO HAYA SIDO DISPUESTA POR LA
AUTORIDAD JUDICIAL.
6.3 LA PRIVACIÓN DE LIBERTAD DEBE SER ILEGAL.
7. RESOLUCIÓN DEL CASO PRÁCTICO PLANTEADO.
8. CONCLUSIONES
9. BIBLIOGRAFÍA.
“Nadie podrá ser arbitrariamente detenido, preso ni desterrado” (Artículo 9 de la
Declaración Universal de los Derechos Humanos, 1948).
El habeas corpus es una institución jurídica que cuenta con una larga trayectoria
histórica. Entre sus antecedentes se encuentran el habeas corpus inglés, instaurado en
Inglaterra en la Carta Magna de 1215, y el procedimiento de manifestación de personas
del Fuero aragonés, existente en la Corona de Aragón desde principios del siglo XV hasta
finales del siglo XVI. El hábeas corpus ha surgido históricamente como una barrera
contra el abuso del Poder.
Por ello, el habeas corpus se presenta como una figura instrumental para el control difuso
de los derechos fundamentales o amparo judicial ordinario que debe producirse en todas
las instancias previas al amparo constitucional. En definitiva, la finalidad del habeas
corpus es la de controlar la legalidad de la detención practicada y hacer cesar de
inmediato las situaciones irregulares de privación de libertad. 3
2
GIMENO SENDRA y DÍAZ MARTÍNEZ, Protección Procesal en la adopción y ejecución de la
detención: el procedimiento de habeas corpus, Universitas, Madrid, 2013, pp. 417-419.
3
STC 194/1989, de 16 de noviembre.
2. CONCEPTUALIZACIÓN Y NATURALEZA JURÍDICA DEL HABEAS
CORPUS.
El objetivo del habeas corpus es por tanto proteger el derecho a la libertad personal, que
es uno de los derechos más fundamentales de las personas. Ha demostrado ser un
procedimiento muy eficaz para salvaguardar la libertad personal frente a la posible
arbitrariedad de los agentes del poder público.
Según De Diego Díez, es un proceso judicial rápido y sencillo, que refleja el derecho de
cualquier ciudadano a solicitar su inmediata comparecencia ante el juez para que, una vez
expuestos sus argumentos, se pronuncie acerca de su detención o arresto y sobre las
condiciones en las que se ha desarrollado el mismo, y si es que han sido o no legales.6
Serrano Alberca sostiene que en los términos previstos por la Constitución, el hábeas
corpus es un recurso judicial, por medio del cual se puede instar la puesta a disposición
de una persona privada de libertad fuera de los casos previstos en la ley o de una forma
diferente prevista legalmente. Este recurso se encuadra dentro de los remedios
interdictales, que en el Derecho español protegían solo la propiedad, y que en el texto
constitucional se extienden a la protección de la libertad.7
4
GIMENO SENDRA, Vicente. Derecho Procesal Penal. 2a edición, Colex, Madrid, 1997, p. 818.
5
GIMENO SENDRA, Vicente. El proceso de habeas corpus, p. 59.
6
DE DIEGO DÍEZ, Luis Alfredo, op. cit., p. 50.
7
SERRANO ALBERCA, José Manuel. Comentarios a la Constitución. 3a edición, Civitas, Madrid, 2001, p.
380.
8
ÁLVAREZ CONDE, Enrique. Curso de Derecho Constitucional. Volumen 1, Tecnos, Madrid, 2003, p. 357.
A mi entender, no es un recurso (a pesar de que así lo denomina el art. 5.4 del Convenio
Europeo de Derechos Humanos), pues no supone un nuevo conocimiento judicial de una
previa instancia procesal. estando de acuerdo con la postura defendida por Alvarez
Conde, ni tampoco un medio de impugnación, ya que en España no resulta procedente
para la revisión de resoluciones judiciales.
9
SSTC 98/1986, de 10 de julio, fj 1; 26/1995, de 6 de febrero.
10
SSTC 104/1990, de 4 de junio, fj 10; 61/2003, de 24 de marzo, fj 2,
Tratándose en conclusión, de un procedimiento constitucional de tutela urgente del
derecho a la libertad personal y derechos conexos del detenido , cuya nota principal es la
articulación de un procedimiento con plazos breves para la inmediata puesta del detenido
a disposición del juez.
El legislador tuvo en cuenta la necesidad de una eficaz regulación del hábeas corpus. En
tal sentido, diseñó un procedimiento muy rápido para conseguir el inmediato control
judicial de la legalidad y las condiciones de la detención. Este procedimiento fue lo
suficientemente sencillo para que todos los ciudadanos accedan a la autoridad judicial.
Por esta razón, como se verá luego, si el juez dicta el auto de incoación dispone de 24
horas para su sustanciación y la emisión de la correspondiente resolución (art. 7 in fine de
la LOHC)191 .
Otra de las notas que pone de manifiesto la agilidad del procedimiento, es que la petición
de hábeas corpus solo se presenta ante un único juez y los autos de admisión e
inadmisión del procedimiento son inimpugnables (art. 6 de la LOHC). Igual carácter
tiene la decisión que se pronuncia sobre el fondo, estimando o desestimando la petición
de hábeas corpus, una vez que ha sido admitida.
Tratándose del detenido basta con que se formule el deseo de ser trasladado
inmediatamente ante el juez. Se establece que la autoridad o agente de la autoridad que lo
tenga bajo su custodia, debe hacer de conocimiento del juez de manera inmediata la
petición (art. 5 de la LOHC). Además, no se precisa de abogado ni de procurador (art. 4.1
de la LOHC) optándose por la sencillez de la petición, para evitar dilaciones indebidas.
Al respecto, hemos anotado que el art. 1.1 de la CE proclama la libertad como un valor
superior de su ordenamiento jurídico conjuntamente con otros valores como la justicia, la
igualdad y el pluralismo político, y que el TCE la ha diferenciado de las facetas o
dimensiones que esta presenta, una de ellas, la libertad personal. En ese sentido, ha
12
SSTC 263/2000, de 30 de octubre, fj 3;
interpretado que la libertad personal, protegida por el art. 17 de la CE, es la “libertad
física”, la libertad frente a la detención, condena o internamientos arbitrarios,
13
Por lo tanto, la regulación de los supuestos en que cabe la privación de la libertad debe
respetar las disposiciones que respecto al referido derecho fundamental se contengan en
los tratados internacionales ratificados por España . 15
Por otro lado, el segundo apartado del art. 17.4 de la CE, dispone que: “Asimismo, por
ley se determinará el plazo máximo de duración de la prisión provisional”.
13
SERRANO ALBERCA. “Comentarios al art. 17 de la Constitución Española”, en GARRIDO FALLA,
Comentarios a la Constitución. Madrid, 1980, p. 207].
14
STC 120/1990, de 27 de junio de 1990.
15
SALIDO VALLE, Carlos. La Detención Policial. Bosch, Barcelona, 1997, p. 35.
excluye la aplicación de un plazo razonable de la misma, en atención a las circunstancias
del caso penal en concreto .
El objeto de este proceso es, de forma general, el conocimiento de una pretensión que
deriva de una detención ilegal, por lo que se basa en la vulneración del derecho
fundamental a la libertad pero también en cualquier garantía constitucional o derecho que
se haya podido violar o afectar en el curso de una detención.
Partiendo de esta idea, parece claro que existen tres elementos que componen la
pretensión del procedimiento de habeas corpus: una detención, que esta no se haya
realizado o acordado por una autoridad judicial y que sea ilegal según lo establecido en la
LOHC. Dichos elementos se detallan de la siguiente manera:
La detención.
No judicial.
Ilegal.
Por tanto, todo ciudadano que considere haber sido privado de libertad ilegalmente podrá
presentar solicitud de habeas corpus
4.2.2 La petición.
Las pretensiones del detenido en este procedimiento son mixtas, tanto declarativas como
de condena. Será declarativa la pretensión de que se declare por el Juez competente la
ilegalidad de la detención, y de condena aquella por la que se solicita que el demandado
cumpla con una de las prestaciones establecidas en el art. 8 LOHC, es decir, que se ponga
inmediatamente en libertad al detenido, que se le cambie de custodia o que simplemente
sea puesto a disposición judicial. Sin embargo, es importante recalcar que en un
procedimiento de habeas corpus no se puede interponer la pretensión de condena penal
de la persona que llevó a cabo la detención ilegal, incluso cuando esta pudiera ser
constitutiva de delito, aunque sí se permite que el Juez levante el oportuno testimonio de
particulares.
17
STC 37/1999.
4.2.3. Sujetos
Las partes que intervienen en el procedimiento de habeas corpus son principalmente dos:
el titular del derecho fundamental vulnerado (libertad personal o integridad física) y la
persona que causa dicha violación (autoridad gubernativa o funcionario público), ya sea
persona física o jurídica. No obstante, también pueden aparecer otras partes secundarias,
ocupando tanto la posición actora (aunque solo en cuanto a la incoación del
procedimiento) como la posición contra la que se ejercita la acción (la persona bajo cuya
custodia se encuentra el detenido).
Ostentan legitimación activa para constituirse como parte actora las personas físicas, pues
las personas jurídicas no son titulares de los derechos fundamentales que pretende tutelar
el procedimiento del habeas corpus (libertad, seguridad, integridad física y moral), por lo
que no poseen capacidad para ser parte ni siquiera en lo que respecta a la incoación del
procedimiento. Por otra parte, estas personas físicas pueden ser nacionales o extranjeras;
es más, en este último caso, pueden plantear el habeas corpus en los procedimientos de
expulsión derivados de la Ley de Extranjería. 18
No ocurre lo mismo que en la legitimación activa, ya que pueden ser demandadas tanto
personas físicas como personas jurídicas, independientemente de si se trata de
particulares o personas de naturaleza jurídico-pública, y así lo prevé expresamente el art.
1.b) de la LOHC, como puede ocurrir en el caso del internamiento en centros
psiquiátricos o privaciones de libertad realizadas por sectas religiosas.
4.2.6. Postulación
18
STC 66/1996, 21/1996, 12/1994.
5. PRIVACIÓN DE LA LIBERTAD PERSONAL Y SU PROTECCIÓN POR EL
HÁBEAS CORPUS.
A efectos del examen jurídico material de la privación de libertad, partimos del mandato
constitucional del artículo 17.1 de la CE, el cual dispone: “Nadie puede ser privado de su
libertad, sino en los casos y en la forma previstos en la ley” . La reserva de ley opera
como una garantía del ciudadano, ley que solo cobra efectividad si las causas de
privación de la libertad están previstas en ella con una mínima especificación. 20
La
validez de la privación de libertad ha precisado que el legislador, que debe desarrollar el
mandato del art. 17.1 de la CE, establezca los supuestos de hecho en las leyes que privan
o restringen la libertad personal. De este modo, el ciudadano tiene una garantía de su
libertad, al saber por qué comportamientos puede ser privado lícitamente de ella.
19
Para Gimeno Sendra, la ilegalidad de la detención a efectos del procedimiento de habeas corpus se
origina a concurrencia de alguna de estas tres situaciones de hecho: Ausencia o insuficiencia de
imputación, exceso del plazo y omisión en el curso de la detención de las garantías preestablecidas
(GIMENO SENDRA, op. cit., pp. 64-65).
20
GARCÍA MORILLO, Joaquín, op. cit., pp. 55-65.
5.2.1. Los presupuestos habilitantes de la detención preventiva .
El art. 492 de la LECrim establece los casos en que los agentes de la Policía Judicial
están en la obligación de detener: i) a cualquiera en los casos permitidos a los
particulares, esto es, por flagrancia, fuga o rebeldía; ii) a procesados; y iii) por presunto
delito .
Estimamos que esta indeterminación se salva con la jurisprudencia del TEDH, la cual ha
sostenido que la razonabilidad de la sospecha sobre la que el arresto debe fundamentarse,
forma parte esencial de la protección en contra de la detención y arresto arbitrarios, que
se consagra en la referida disposición, y que el hecho de “tener una ‘sospecha
razonable’” presupone la existencia de hechos o información que convencerían a un
observador objetivo de que la persona en cuestión pudo haber cometido el delito; empero,
lo que puede ser considerado como “razonable” dependerá de las circunstancias.
Por tanto, podemos concluir que una detención será ilegal si se practica sin que exista una
ley que establezca los presupuestos habilitantes de carácter material o si esta existe, sin
que se cumplan los presupuestos formales, que atañen al modo en que se ejecutan.
Para que una privación de libertad sea legítima, otro de sus presupuestos es que se
respeten los límites temporales, ya sea el establecido por el art. 17.2. de la CE para la
detención preventiva, o el establecido en las leyes, como es el caso del plazo
extraordinario de la detención de personas en los supuestos relacionados a delitos de
terrorismo o banda armada, o los internamientos.
Dentro del límite temporal de la detención, caben dos conceptos previstos en el art. 17.2
de la Constitución: a) el plazo estrictamente necesario, y b) el máximo absoluto de
setenta y dos horas.
Según el art. 17.2 de la CE, la detención preventiva “no podrá durar más del tiempo
estrictamente necesario para la realización de las averiguaciones tendentes al
esclarecimiento de los hechos”, sin que en ningún caso pueda ser superior a las setenta y
dos horas .
Según la jurisprudencia anotada, hay dos tipos de plazo: uno relativo y otro máximo
absoluto. El primero se afecta cuando la detención preventiva ya no resulta necesaria por
haberse realizado las averiguaciones tendentes al esclarecimiento de los hechos, y en tal
sentido, su fijación estará en función de las circunstancias del caso; y el segundo, el plazo
máximo absoluto, infranqueable, fijado en las setenta y dos horas, que se computan desde
el inicio de la detención.
23
STC 224/1998, de 24 de noviembre.
24
STC 31/1996, de 27 de febrero,
En la hipótesis más normal de que no coincidan ambos plazos, absoluto y relativo, tendrá
preferencia aquel que resulte más beneficioso para el detenido. El plazo relativo se
superpone, sin reemplazarlo, al plazo máximo absoluto .25
Para la fijación del plazo estrictamente necesario o relativo, habrán de tenerse en cuenta
las circunstancias de cada caso, y en especial, el fin perseguido por la medida de
privación de libertad, la actividad de las autoridades implicadas y el comportamiento del
afectado por la medida.
Hemos señalado que el CEDH, en su art. 5, consagra los derechos del detenido. Si alguno
de ellos no estuviere garantizado despliega sus efectos el art. 6 del citado Convenio, que
contiene un listado de derechos que constituyen un estándar mínimo del denominado
proceso equitativo, y que complementan los contenidos de los derechos desarrollados en
los arts. 17 y 24 de la CE y la LECrim.
25
STC 31/1996, de 27 de febrero,
-- Derecho a ser reconocido por un médico forense.
La LECrim prescribe, en su art. 520.2.e), que el detenido tiene derecho a que se ponga
en conocimiento de algún familiar u otra persona que designe, los hechos que han
motivado su detención y el lugar de custodia en que se encuentre en cada momento. La
Ley no señala la forma en que se debe cumplir este derecho; sin embargo, tal
comunicación puede darse de forma oral o escrita. Esto se entiende a través de los medios
que permitan cumplir con esta finalidad y dejándose constancia de su cumplimiento. La
comunicación, en caso el detenido sea un ciudadano español, debe efectuarse a un
familiar o cualquier persona que el privado de libertad señale, si el detenido es extranjero,
se notificará a la Oficina Consular de su país.26
26
REBATO PEÑO, María Elena, op. cit., p. 237.
el cónyuge o persona unida por relación de afectividad, descendientes, ascendientes,
hermanos, el Ministerio Fiscal y el Defensor del Pueblo.
El derecho a guardar silencio conlleva que un detenido no sea obligado a declarar. Ello
comprende que los efectivos policiales no pueden ejercer ningún tipo de presión para
obligar a que él mismo lo haga. Es decir, ya no se cuenta con una actitud pasiva exclusiva
del detenido que conlleve su derecho a no declarar, a no declarar contra sí mismo o no
confesarse culpable, sino que se busca impedir una postura activa de las fuerzas
policiales que obliguen a declarar al detenido. 28
Se trata de un derecho que puede ejercer el imputado por sí mismo, y que lo faculta a
través de su manifestación a no declarar, a declarar en todo o en parte al interrogatorio al
que sea sometido, y a precisar o a rebatir las premisas de hecho de la imputación en
procura de la defensa de sus intereses.
28
CARBALLO ARMAS, Pedro. “Derecho fundamental al debido proceso y a la tutela judicial efectiva:
algunas reflexiones en torno al procedimiento de ‘Habeas Corpus’ en España (nuevas perspectivas de la
tutela de los derechos fundamentales en los albores del siglo XXI)”, en Pensamiento Constitucional N° 10,
Pontificia Universidad Católica de Lima, Lima, 2004, pp. 147-165
.
su derecho de autodefensa o adoptando una línea de ausencia de la misma, el imputado
puede ejercer su defensa sin proveerse de abogado, cuya intervención se hará
imprescindible desde el momento en que una norma procesal así lo disponga, en este
caso, por razones de orden público o de interés institucional, pero sin una conexión
necesaria con los intereses del encausado”. 29
En la STC 229/1999, se indica que este derecho implica una garantía instrumental del
derecho a la defensa, el cual se concreta en el hecho de que un sujeto opte por defenderse
en el proceso en la forma que estime más conveniente para sus intereses, sin que pueda
ser forzado o inducido bajo compulsión a declarar contra sí mismo o confesarse culpable.
30
El derecho a la asistencia letrada de libre elección tiene un lugar destacado dentro de las
garantías procesales, ya que la confianza que inspire el abogado a su patrocinado es
esencial para defender los derechos constitucionales del imputado. Queralt Jiménez
afirma lo siguiente: “el letrado es el director-técnico de la defensa del detenido, a quien le
corresponde verificar, de acuerdo a su leal saber y entender, si y cómo se ha dado
cumplimiento por la Policía a los derechos del detenido, sea cual fuera la voluntad de
29
IZAGUIRRE GUERRICAGOITIA, Jesús María. La investigación preliminar del Ministerio Fiscal. Aranzadi,
Navarra, 2001, p. 259.
30
STC 229/1999, de 13 de diciembre,
este. De tal suerte, se pretende garantizar la incolumidad de tales derechos y sustraer al
detenido a la posible presión que pueda sentir por el mismo hecho de la detención, sin
que ello implique prejuzgar si los agentes han ejercido presión o apremio sobre el
ciudadano privado cautelarmente de libertad”. 31
Estamos de acuerdo con Roxin cuando afirma que este derecho tiene la finalidad de
proteger al imputado de una autoincriminación sobre la cual no haya reflexionado lo
suficiente, ya que solo quien tiene la posibilidad de ser aconsejado por su abogado en el
momento de declarar puede responder de la mejor manera posible a la pregunta de si en
el caso concreto puede declarar de la forma más pertinente. 32
El apartado “g” del artículo 520.2 de la LECrim dispone que el detenido tiene derecho a
ser reconocido por un médico, preferentemente forense. Esto supone una obvia garantía
ante todo posible maltrato, puesto que quedará constancia del estado de salud en que
ingresó en la unidad policial, lo cual permite la comparación con su estado físico al
abandonar dichas dependencias 33. Este derecho tiene como principal fin reflejar el estado
31
QUERALT JIMÉNEZ, Joan Josep. Asistencia letrada al detenido. 3a edición, Atelier Penal, Barcelona,
1999, p.73.
32
ROXIN, Claus. La evolución de la política criminal. El Derecho penal y el proceso penal. Tirant lo Blanch,
Valencia, 2000, pp. 131-132.
33
GARCÍA MORILLO, Joaquín, op. cit., pp. 136-137.
físico y psíquico en que se encuentra el detenido, y en caso sea necesario brindarle el
tratamiento médico respectivo.
Ya hemos anotado que existe un núcleo de derechos que inclusive durante la vigencia del
derecho de excepción no pueden ser suspendidos: uno de ellos es el de no ser víctima de
torturas, tratos crueles, inhumanos y degradantes. De allí que la tortura como medio de
obtener la confesión o efectuada para infligir sufrimientos a un detenido, atenta contra
normas de ius cogens. El derecho anotado se encuentra en conexión directa con el
mandato del artículo 15 de la CE, que garantiza el derecho de toda persona a la vida y a
la integridad física, prohibiéndose la tortura y los tratos inhumanos y degradantes. Así
también está en compatibilidad con lo dispuesto en los arts. 3 del CEDH y 7 del PIDC y
a. Las que lo fueren por una autoridad, agente de la misma, funcionario público o
particular, sin que concurran los supuestos legales, o sin haberse cumplido las
formalidades prevenidas y requisitos exigidos por las leyes.
c. Las que lo estuvieran por plazo superior al señalado en las leyes, si transcurrido el
mismo, no fuesen puestas en libertad o entregadas al juez más próximo al lugar de la
detención.
d. Las privadas de libertad a quienes no les sean respetados los derechos que la
Constitución y las leyes procesales garantizan a toda persona detenida.
Por tanto, cuando la privación de libertad ha sido ordenada por la autoridad judicial, ya
no cabe el control a través del hábeas corpus, constituyendo una causal de
improcedencia. Y en estos casos, la persona que considera ha sido ilegalmente privada de
su libertad, debe recurrir a los recursos previstos por la ley, para obtener la revisión de la
resolución que según estima le causa agravio en su libertad. En este supuesto, agotados
los recursos que la ley procesal establece, la última vía para la protección del derecho lo
constituye el amparo ante el Tribunal Constitucional, cuyo pronunciamiento agota la
jurisdicción interna, quedando expedita la jurisdicción internacional, a través del sistema
de peticiones individuales, ya sea ante el TEDH o el Comité de Derechos Humanos.
35
STC 26/1995, de 6 de febrero de 1995, fj 5.
36
STC 31/1985, de 5 de marzo, fj 2.
6.3. La privación de libertad debe ser ilegal.
Constituye el tercer y último presupuesto para que un privado de libertad formule una
petición de hábeas corpus y obtenga un pronunciamiento estimatorio. Conforme al art. 1
de la LOHC, la interposición de un hábeas corpus comprende los supuestos de “detención
preventiva ilegal” e “internamiento ilegal”. La ilegalidad de la privación de libertad,
como hemos visto anteriormente, implica el incumplimiento de los presupuestos
habilitantes de la privación de la libertad, establecidos en el art. 17.1 de la CE y las leyes
orgánicas que lo desarrollan, del límite temporal de la privación de libertad y de los
derechos de los privados de libertad, consagrados en las respectivas leyes orgánicas y los
tratados de derechos humanos ratificados por España.
De los tres presupuestos mencionados, los dos primeros constituyen requisitos formales.
Son causales que determinan la inadmisión del procedimiento de hábeas corpus. En
cambio, en relación al tercer presupuesto, el juez debe determinar si la privación de
libertad es legítima o ilegal. Sobre el análisis de este presupuesto, consideramos que si el
fin último del hábeas corpus es otorgar la libertad o corregir las condiciones de detención
de una persona que se considera detenida o internada ilegalmente, es fundamental que el
juez del hábeas corpus determine si la privación de libertad es legítima o no, lo que a
nuestro criterio solo se logra incoado el procedimiento y luego de escuchar a las partes –
afectado y presunto agresor– y la actuación probatoria que sea necesaria.
Tal y como hemos analizado el habeas corpus procede cuando se produce una detención
no judicial en la que concurre algunas de las siguientes circunstancias que hacen que la
privación de libertad sea ilegal:
a) La ausencia o insuficiencia de imputación
Pues bien analizados los derechos del detenido, podemos concluir que en el caso
practicado planteado se vulneran los siguientes:
– Derecho a ser informado de los hechos que se le imputan y de sus derechos. El
derecho a ser informado sobre los cargos o imputaciones formuladas es un derecho que
asiste a todo ciudadano detenido, y que se extiende a su abogado defensor, con la
finalidad de efectuar una defensa eficaz. El contenido de la información debe ser de
forma expresa y en términos que no sean considerados ambiguos o indeterminados, con
el fin de posibilitar el ejercicio del derecho de defensa. En el supuesto planteado se les
informa de que han sido detenidos por once robos, pero no les comunicaron los hechos
que se les imputan, ni les proporcionaron mas detalles de fecha, lugares etc, por lo que
podemos concluir que se ha producido una vulneración del derecho a ser informado de
los hechos que se le imputan.
Por lo tanto ,podemos concluir que los supuestos de procedencia del habeas corpus tienen
lugar cuando nos encontramos con personas “ilegalmente detenidas”. Entendemos por
personas igualmente detenidas las siguientes:
a. Las que lo fueren por una autoridad, agente de la misma, funcionario público o
particular, sin que concurran los supuestos legales, o sin haberse cumplido las
formalidades prevenidas y requisitos exigidos por las leyes.
d. Las privadas de libertad a quienes no les sean respetados los derechos que la
Constitución y las leyes procesales garantizan a toda persona detenida.
CONCLUSIONES.
Tal y como hemos analizado, el habeas corpus es un derecho fundamental del ciudadano
detenido a comparecer inmediatamente ante un juez o tribunal, para que el juez decida si
la detención es ilegal ya sea por el modo de la detención o por el exceso de tiempo.
El objetivo del habeas corpus es por tanto, proteger el derecho a la libertad personal e
integridad del detenido, que es uno de los derechos más fundamentales de las persona, y
que a su vez esta relacionado con otros derechos fundamentales como el derecho a la
defensa del articulo 24 de la Constitución española. De ahí la importancia de dicho
procedimiento, el cual ha demostrado ser muy eficaz para salvaguardar la libertad
personal frente a la posible arbitrariedad de los agentes del poder público.
A mi entender, no es un recurso (a pesar de que así lo denomina el art. 5.4 del Convenio
Europeo de Derechos Humanos), pues no supone un nuevo conocimiento judicial de una
previa instancia procesal. estando de acuerdo con la postura defendida por Alvarez
Conde, ni tampoco un medio de impugnación, ya que en España no resulta procedente
para la revisión de resoluciones judiciales.
Como hemos analizado a lo largo del presente trabajo de suma importancia es señalar los
casos en los que el habeas corpus resulta procedente. En este sentido, podemos concluir
que son los siguientes: privación efectiva de la libertad que no haya sido dispuesta por la
autoridad judicial y que sea ilegal. Entendemos por detención ilegal cuando se de alguna
de las siguientes circunstancias: ausencia o insuficiencia de imputación, exceso de plazo
en la detención (no puede superar las 72 horas salvo casos de banda armada o terrorismo)
y omisión de las garantías preestablecidas para la detención.
En estos supuestos el detenido podrá solicitar el derecho fundamental al habeas corpus
para hacer respetar los derechos que le asisten y han sido vulnerados.
Los derechos que asiste a todo detenido incluyen los siguientes: derecho a ser informado
de los hechos que se le imputa de forma expresa y de sus derechos, derecho a guardar
silencio y no autoincriminarse, derecho a la asistencia letrada de libre elección o de oficio
con el fin de hacer efectivo el derecho de defensa consagrado en el articulo 24 de la
Constitución española, y derecho a ser reconocido por un médico forense. Esto conlleva
que el detenido debe en todo caso ser informado de una manera expresa y clara del delito
que se le imputa, que en ningún caso el puede ser obligado a declarar, y que tiene el
derecho a la asistencia letrada para hacer valer su derecho a la defensa , así como el
derecho a ser reconocido por un medico forense.
Por ultimo reiterar que la gran importancia del Habeas corpus radica en el objeto de su
función, es decir, en la salvaguarda de uno de los valores fundamentales del Estado de
derecho: la libertad personal, y que ha demostrado ser un procedimiento muy útil, eficaz
y necesario para salvaguardar la libertad personal frente a la posible arbitrariedad de los
agentes del poder público. Sin la existencia de este mecanismo, la libertad sería
simplemente un postulado formal y la vigencia del Estado de derecho quedaría en
entredicho.
Tal y como hemos analizado el habeas corpus procede cuando se produce una detención
no judicial en la que concurre algunas de las siguientes circunstancias que hacen que la
privación de libertad sea ilegal:
--La ausencia o insuficiencia de imputación
Por lo tanto ,podemos concluir que los supuestos de procedencia del habeas corpus tienen
lugar cuando nos encontramos con personas “ilegalmente detenidas”. Entendemos por
personas igualmente detenidas las siguientes:
a. Las que lo fueren por una autoridad, agente de la misma, funcionario público o
particular, sin que concurran los supuestos legales, o sin haberse cumplido las
formalidades prevenidas y requisitos exigidos por las leyes.
c. Las que lo estuvieran por plazo superior al señalado en las leyes, si transcurrido el
mismo, no fuesen puestas en libertad o entregadas al juez más próximo al lugar de la
detención.
d. Las privadas de libertad a quienes no les sean respetados los derechos que la
Constitución y las leyes procesales garantizan a toda persona detenida.
CONCLUSIONES.
Tal y como hemos analizado, el habeas corpus es un derecho fundamental del ciudadano
detenido a comparecer inmediatamente ante un juez o tribunal, para que el juez decida si
la detención es ilegal ya sea por el modo de la detención o por el exceso de tiempo.
El objetivo del habeas corpus es por tanto, proteger el derecho a la libertad personal e
integridad del detenido, que es uno de los derechos más fundamentales de las persona, y
que a su vez esta relacionado con otros derechos fundamentales como el derecho a la
defensa del articulo 24 de la Constitución española. De ahí la importancia de dicho
procedimiento, el cual ha demostrado ser muy eficaz para salvaguardar la libertad
personal frente a la posible arbitrariedad de los agentes del poder público.
Por su parte, Serrano Alberca sostiene que en los términos previstos por la Constitución,
el hábeas corpus es un recurso judicial, por medio del cual se puede instar la puesta a
disposición de una persona privada de libertad fuera de los casos previstos en la ley o de
una forma diferente prevista legalmente.
A mi entender, no es un recurso (a pesar de que así lo denomina el art. 5.4 del Convenio
Europeo de Derechos Humanos), pues no supone un nuevo conocimiento judicial de una
previa instancia procesal. estando de acuerdo con la postura defendida por Alvarez
Conde, ni tampoco un medio de impugnación, ya que en España no resulta procedente
para la revisión de resoluciones judiciales.
Como hemos analizado a lo largo del presente trabajo de suma importancia es señalar los
casos en los que el habeas corpus resulta procedente. En este sentido, podemos concluir
que son los siguientes: privación efectiva de la libertad que no haya sido dispuesta por la
autoridad judicial y que sea ilegal. Entendemos por detención ilegal cuando se de alguna
de las siguientes circunstancias: ausencia o insuficiencia de imputación, exceso de plazo
en la detención (no puede superar las 72 horas salvo casos de banda armada o terrorismo)
y omisión de las garantías preestablecidas para la detención.
Los derechos que asiste a todo detenido incluyen los siguientes: derecho a ser informado
de los hechos que se le imputa de forma expresa y de sus derechos, derecho a guardar
silencio y no autoincriminarse, derecho a la asistencia letrada de libre elección o de oficio
con el fin de hacer efectivo el derecho de defensa consagrado en el articulo 24 de la
Constitución española, y derecho a ser reconocido por un médico forense. Esto conlleva
que el detenido debe en todo caso ser informado de una manera expresa y clara del delito
que se le imputa, que en ningún caso el puede ser obligado a declarar, y que tiene el
derecho a la asistencia letrada para hacer valer su derecho a la defensa , así como el
derecho a ser reconocido por un medico forense.
Por ultimo reiterar que la gran importancia del Habeas corpus radica en el objeto de su
función, es decir, en la salvaguarda de uno de los valores fundamentales del Estado de
derecho: la libertad personal, y que ha demostrado ser un procedimiento muy útil, eficaz
y necesario para salvaguardar la libertad personal frente a la posible arbitrariedad de los
agentes del poder público. Sin la existencia de este mecanismo, la libertad sería
simplemente un postulado formal y la vigencia del Estado de derecho quedaría en
entredicho.
BIBLIOGRAFÍA.
GIMENO SENDRA, Vicente, El proceso de Habeas Corpus, Tecnos D.L., Madrid, 1985.
GIMENO SENDRA, Vicente. Derecho Procesal Penal. 2a edición, Colex, Madrid, 1997.