Tema 3
Tema 3
Tema 3
Habilidades terapéuticas
para la evaluación y la
intervención con
personas mayores
Índice
Esquema 3
Material de estudio 7
3.1. Introducción y objetivos 7
3.2. La salud psicológica de las personas mayores 8
3.3. Habilidades terapéuticas generales y específicas
de trabajo con población mayor 17
3.4. El análisis funcional adaptado a los problemas
psicológicos de las personas mayores 27
3.5. La intervención psicológica adaptada 30
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3.6. Conclusiones 35
3.7. Referencias bibliográficas 36
A fondo 46
Test 47
Esquema
© Universidad Internacional de La Rioja (UNIR)
Luisa tiene 70 años y se divorció hace ya 28 años. Vive con su hija mayor, de 35 años,
quien tiene pareja y va a casarse en unos meses. Luisa se siente sola desde hace años,
pero le cuesta reconocerlo. Solo habla de ello con su hija, que se ha puesto en
contacto con un centro de servicios sociales para buscar alguna solución para su
madre.
Luisa ha tenido 4 hijos, con los que se lleva muy bien. Adora a sus nietas, a las que
quisiera ver más a menudo, cosa difícil porque viven en otra ciudad. A menudo se
queja del poco contacto que mantiene con ellos, empleando frases como «cría hijos
para que luego no sean capaces ni de llamarte». Frases como esta, que reflejan un
nivel de malestar acusado y contiene una crítica implícita, se las dice con frecuencia
a sus hijos.
Estos la describen como una mujer entregada a ellos, una «luchadora» que afrontó
estupendamente los problemas asociados a su matrimonio y, posteriormente, el
divorcio, y salió adelante ella sola, sin apenas ayuda y con muchos factores en contra.
Asumen que su actitud actual es algo normal por lo mucho que ha sufrido. Es muy
culta, tiene estudios universitarios y vive en el centro de Madrid, en la colonia de
Mirasierra (nivel socioeconómico alto). Nació en San Sebastián, donde vivió hasta que
se casó, momento en el que se vino a vivir a Madrid. Trabajó hasta los 65 años como
profesora y directora de un colegio público.
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Tiene una amiga, Julia, que fue compañera de trabajo, con la que queda
ocasionalmente, aunque les resulta muy difícil porque, desde que perdió a su marido,
Julia le dice a Luisa que ha perdido las ganas de salir porque todo le recuerda a él.
Según su hija, a Luisa le cuesta mucho hablar de sus sentimientos y encuentra difícil
relacionarse con las personas. Su hija nos habla de su madre y nos dice: «mi madre
lo ha pasado muy mal en la vida, se ha llevado muchas decepciones con supuestos
amigos, incluso con familiares que le dieron la espalda cuando la vida le planteó
problemas importantes. Está un poco decepcionada, en general, con las personas y,
por mucho que la animamos, no se mueve para informarse sobre actividades a través
de las cuales podría conocer gente nueva. Le hemos hablado de las actividades del
centro, pero dice que a ella no se le ha perdido nada en esos centros para «viejos»,
que no disfrutaría nada de esas actividades y que no quiere perder el tiempo. Alguna
vecina la ha llamado alguna vez para ir a estas actividades, pero ella siempre dice que
no».
La hija nos cuenta que está preocupada porque parece estar teniendo dificultades
con la única amiga a la que frecuenta. El otro día vio que Luisa estaba muy triste y le
preguntó qué le pasaba, ante lo que Luisa contestó que estaba molesta con su amiga
porque la había llamado para ir de compras, pero esta le había dicho que estaba muy
liada esta semana y que lo dejaran para más adelante.
«No tenía tiempo ni para hablar conmigo, hija, ya ves. Esa es la importancia que da a
nuestra amistad. Está claro que no le aporto nada porque lleva tiempo que no quiere
quedar conmigo. Se ve que tiene cosas más importantes y yo soy lo último que le
preocupa. No me extraña nada, siempre he sido una persona muy sosa. Pero ya está...
Yo ya he hecho suficiente. Ahora que mueva ella ficha. ¡Cómo ha cambiado nuestra
amistad! Recuerdo la época en la que siempre estaba queriendo quedar, ¡qué lejos
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queda eso ahora! Yo creía que ella era distinta, pero es como todo el mundo, va a lo
suyo».
La hija de Luisa dice que lleva una temporada peor porque sabe que se va a quedar
sola en casa cuando ella se case.
En este tema conocerás cuáles son los pilares de la salud psicológica en la vejez, las
características principales de la evaluación e intervención psicológica con estas
personas y las habilidades principales que debe tener un profesional en este
ámbito. Así mismo, se profundizará en el conocimiento de una herramienta
fundamental en la evaluación e intervención psicológicas sobre el comportamiento
humano: el análisis funcional. A su vez, se abordará la idea de la posible necesidad
de adaptar los procesos de evaluación y de intervención a las características
específicas de las personas mayores y se presentarán algunas intervenciones
psicológicas que han sido especialmente diseñadas y adaptadas para personas
mayores y que han demostrado eficacia científica.
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El centro de la flor
Los pétalos de la flor representan los pilares fundamentales del bienestar en la vejez
y tienen que ver con determinadas experiencias de la persona, que surgen de la
interacción con sus circunstancias ambientales, sociales o familiares, y con sus
condiciones de salud física y de capacidad funcional. Se describen a continuación:
La percepción de tener buena salud (más que las condiciones objetivas de esta) y la
capacidad funcional (la movilidad y la capacidad para orientarse y desplazarse de
forma autónoma) son los grandes determinantes del bienestar, dado que suponen la
plataforma necesaria para la autonomía y la actividad. La investigación demuestra la
íntima relación que existe entre estas variables y el bienestar psicológico de las
personas mayores (Cattan, 2006; Harris et al., 2003).
Los ambientes físicos y sociales adecuados son aquellos que permiten a la persona
mayor percibir este control y sentirse segura (saber que puede desplazarse con
seguridad en transporte público), poder predecir las consecuencias de sus acciones
(si hago esta acción concreta, conseguiré el resultado deseado), elegir sus cursos de
acción (quiero y puedo realizar una actividad determinada, quiero practicar mi afición
favorita, quiero visitar a mi familiar, etc.) y no encontrar barreras u obstáculos
(barreras arquitectónicas, barreras sociales, etc.) para su movimiento y autonomía.
El aislamiento social y la soledad son factores de riesgo para la salud física de las
personas de cualquier edad, comparables al consumo de tabaco y la obesidad (House,
2001). Así, se asocian a mayores tasas de morbilidad (enfermedades) y mortalidad
(Brummett et al., 2001; Seeman, 2000; Uchino, Cacioppo y Kiecolt-Glaser, 1996), a
una menor eficacia del sistema inmune (Cohen, Doyle, Skoner, Rabin y Gwaltney, J.
M. Jr., 1997; Pressman, Cohen, Miller, Barkin, Rabin y Treanor, 2005), a una mayor
probabilidad de trastornos psicológicos, como la depresión (Heikkinen y Kauppinen,
2004) y a un mayor riesgo de deterioro cognitivo en las personas mayores (Barnes,
Mendes de Leon, Wilson, Bienias y Evans, 2004; Wilson et al. 2007).
Funcionamiento familiar
En este sentido, las personas mayores solteras (nunca casadas) presentan una peor
salud y mayor riesgo de mortalidad (Waite y Gallagher, 2000). Y es que estar casado
contribuye a la salud también porque facilita la participación social y la integración
en redes sociales más amplias: las personas mayores son más activas cuando están
Esto tiene relación con creencias culturales, mantenidas especialmente por las
mujeres, del tipo «una mujer solo debe salir con su marido». Indudablemente, el
apoyo emocional inherente a muchos matrimonios facilita beneficios para la salud
física y psicológica. Por tanto, puede entenderse que la viudedad sea un factor de
riesgo para la salud y el bienestar, al suponer la pérdida de una de las principales
fuentes de apoyo de las personas. Efectivamente, los estudios indican que las
personas mayores viudas presentan menores niveles de salud psicológica (mayores
tasas de ansiedad y depresión [Schwarzbach et al., 2014]) y física (Wilcox, Evenson,
Aragaki, Wassertheil-Smoller, Mouton y Loevinger, 2003).
Recientemente, los datos empíricos apuntan hacia la idea de que, más que el
matrimonio en sí, es la calidad de la relación de pareja la que parece asociarse con
los beneficios en la salud física y psicológica (Bookwala y Jacobs, 2004; Sandberg,
Miller, y Harper, 2002). Bookwala y Franks (2005) encontraron que tener una relación
de pareja conflictiva (alto conflicto y desacuerdo) era el mecanismo mediador de los
efectos de la discapacidad física y la sintomatología depresiva en las personas
mayores.
El tallo de la flor
En el presente apartado se va a tratar dar respuesta a todos estos asuntos. Para ello,
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Por otro lado, las enfermedades crónicas (por ejemplo, las lesiones recurrentes como
las caídas, los accidentes cardiovasculares, el dolor crónico…), muy frecuentes en la
población mayor, y las limitaciones funcionales asociadas a estas son factores
íntimamente relacionados con los problemas psicológicos, bien como predictores o
precipitantes de estos (por ejemplo, deprimirse tras una rotura de cadera), bien como
variables resultado o consecuencias de los mismos, ya que se ha visto que los factores
psicológicos influyen enormemente sobre la discapacidad, la evolución de la
enfermedad, el cumplimiento terapéutico y el riesgo de mortalidad prematura (Jané-
Llopis y Gabilondo, 2008).
Si bien, como psicólogos no siempre vamos a trabajar con personas mayores debido
a que estas padezcan problemas psicológicos. Como ya hemos visto, la intervención
psicológica que se lleva a cabo desde la psicogerontología no solo está dirigida a
tratar, reducir o eliminar problemas psicológicos o de adaptación, como los
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Para profundizar más en el tema que nos ocupa, hay numerosas fuentes que el
alumno puede consultar para informarse de los tipos de terapia para los que se ha
encontrado apoyo empírico sobre su eficacia para tratar determinado trastorno
psicológico en personas mayores. Algunos son textos académicos (Pachana y Laidlaw,
2014), otras son guías de práctica clínica (National Institute for Health and Care
Excellence, http://www.nice.org.uk) y otras guías prácticas desarrolladas por
asociaciones profesionales y organizaciones (IMSERSO, 2010; Australian
Psychological Society, 2010).
A su vez, puesto que la salud física es uno de los pilares fundamentales de la salud
psicológica, es conveniente que la evaluación gerontológica incluya la valoración
del estado de salud objetiva y la percibida por la persona, las enfermedades
diagnosticadas que padece y las consecuencias funcionales asociadas a estas. La
evaluación de la medicación (fármacos) que consume la persona también resulta
fundamental, ya que sus efectos secundarios e iatrogénicos (de los fármacos
aislados y de su interacción) pueden ser factores íntimamente relacionados con
los problemas psicológicos.
sentido, por ejemplo, en la actualidad (aunque cada vez menos), es más frecuente
encontrar más personas mayores que jóvenes con dificultades para leer y escribir,
dado que las generaciones actuales de personas mayores no tuvieron tan fácil el
acceso a una educación de calidad como las personas jóvenes. Esta característica
determina de forma fundamental el tipo de evaluación psicológica que puede
Tabla 2. Motivos por los que las personas mayores no facilitan información.
Es fundamental que el psicólogo trate de solventar todos estos desafíos que presenta
la evaluación de las personas mayores, tanto los relacionados con la propia persona
mayor como los relacionados con su propia ejecución como psicólogo. De la correcta
solución de toda esta problemática va a depender el realizar un adecuado análisis
funcional y, por tanto, poder intervenir de modo correcto con las personas mayores.
COMPETENCIAS DECLARATIVAS
COMPETENCIAS PROCEDIMENTALES
COMPETENCIAS ACTITUDINALES
Tener conciencia de los propios estereotipos y creencias negativas sobre la vejez para controlarlos
y evitar su influencia, etc.
El resto de ideas clave sobre las habilidades y competencias específicas las puedes
estudiar en el extracto del documento:
revisar dicho modelo para comprender mejor la explicación del AF. En la tabla 7 se
presenta la estructura del AF, que consta de dos partes fundamentales o dos niveles
de análisis del problema distintos:
secuencias problemáticas que presenta la persona mayor. Para ello, tendremos que
identificar y diferenciar los antecedentes inmediatos (estímulos externos o internos)
que contribuyen a provocar la conducta o respuesta problemática de la persona y, a
continuación, las consecuencias de dicha respuesta o conducta que ha realizado la
En la tabla 7 se presenta una plantilla de análisis funcional con las diferentes variables
previamente descritas y posibles elementos objeto de ser introducidos en los
diferentes AF.
Para profundizar más en las características del análisis funcional adaptado a los
problemas de las personas mayores se presenta el siguiente vídeo. En dicho recurso
se ilustra cómo deben de formularse los problemas psicológicos de las personas
mayores sobre la base del modelo biopsicosocial situando la conducta de la persona
en dicho contexto.
Por otro lado, la intervención psicológica con personas mayores suele implicar
habitualmente contextos o escenarios de intervención, como la consulta psicológica
o el gabinete. Una gran proporción de este grupo todavía (aunque esto está
cambiando) no acude de forma voluntaria a estos lugares debido a diferencias de
cohorte (cultura, socialización, etc.), que les llevan a no percibir tan bien como los
adultos jóvenes la necesidad o conveniencia de la intervención psicológica. Los
escenarios de intervención psicológica con las personas mayores pueden ser los
propios domicilios, las familias, los centros de salud, centros comunitarios,
residencias, etc.
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Dada la compleja red de interacciones que existe entre la salud física y capacidad
funcional, los factores sociales y la salud psicológica de las personas mayores, es
Complejidad de la intervención
Sistemas expertos
Otra recomendación está relacionada con el hecho de que las personas mayores
pueden ser consideradas como «sistemas expertos» de conocimiento, con gran
cantidad de experiencias vitales acumuladas. Esta característica hace recomendable
que, a la hora de trabajar pensamientos (terapia cognitiva), en lugar de centrarse en
el análisis de pensamientos automáticos distorsionados, se enfoquen en las
distorsiones cognitivas presentes en esquemas cognitivos más generales, elaborados
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y amplios, como el autoconcepto o el concepto del propio ciclo vital (Knight y Satre,
2009).
mayores
modelos teóricos ilustran aspectos clínicos que hay que valorar, como la importancia
de considerar las creencias de la propia persona sobre su proceso de envejecimiento
(autoestereotipos y atribuciones negativas), que pueden obstaculizar el cambio
psicológico; la necesidad de ayudar a la persona mayor a adaptarse a los cambios
3.6. Conclusiones
Son diversas las dimensiones que influyen en el bienestar de las personas mayores
y que son consideradas como pilares fundamentales de su bienestar. Ver figura 1.
Resulta de gran importancia tener en cuenta todas las dimensiones del bienestar de
las personas mayores para poder incluirlas en los procesos de evaluación y de
intervención psicológica.
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En esta guía se presentan las competencias principales que debe tener un profesional
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10. Juan es psicólogo y está evaluando la posible depresión de un paciente suyo que
tiene 67 años. Para ello, está empleando un instrumento de evaluación que no
está adaptado a población mayor y a las características que presenta su paciente.
Según esta información, señala la respuesta correcta:
A. Juan se va a encontrar dificultades para hacer un correcto diagnóstico de su
paciente debido a que su paciente no le está facilitando correctamente la
información.
B. Juan se va a encontrar dificultades para hacer un correcto diagnóstico de su
paciente debido a que él mismo está cometiendo el error de no emplear un
instrumento de evaluación adecuado.
C. Las dificultades con las que se está encontrando Juan se deben al contexto
de evaluación.
D. Juan no se va a encontrar con ninguna dificultad y va a realizar un diagnóstico
correcto de su paciente.
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