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Fenomenologia Del Ser

El documento describe la fenomenología como el estudio filosófico de la experiencia subjetiva y la conciencia. Fue fundada por Edmund Husserl a principios del siglo XX y se centra en describir los fenómenos tal como se manifiestan directamente en la conciencia sin intentar explicarlos con objetos externos. A lo largo de la historia, los filósofos han tenido diferentes perspectivas sobre el concepto de "ser", incluyendo si se refiere a la sustancia, las ideas platónicas, o el no-ser taoísta

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Fenomenologia Del Ser

El documento describe la fenomenología como el estudio filosófico de la experiencia subjetiva y la conciencia. Fue fundada por Edmund Husserl a principios del siglo XX y se centra en describir los fenómenos tal como se manifiestan directamente en la conciencia sin intentar explicarlos con objetos externos. A lo largo de la historia, los filósofos han tenido diferentes perspectivas sobre el concepto de "ser", incluyendo si se refiere a la sustancia, las ideas platónicas, o el no-ser taoísta

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1.

- FENOMENOLOGÍA DEL SER:

La fenomenología (del griego antiguo φαινόμενoν 'aparición, fenómeno' y λογος


'estudio, tratado') es el estudio filosófico del mundo en tanto se manifiesta directamente
en la conciencia; el estudio de las estructuras de la experiencia subjetiva. Aunque es
una empresa completamente empírica (en la tradición de Locke, Hume y Kant), se
distingue de la ciencia por no intentar explicar los fenómenos en términos de objetos
externos al sujeto (noúmeno), sino que se limita a describirlos y entenderlos en sus
propios términos; de manera similar a cómo un pintor analizaría su visión de una
escena para lograr reproducirla.

La fenomenología es un amplio movimiento filosófico fundado en los primeros años del


siglo XX por Edmund Husserl, quien la describía como una «psicología descriptiva», y
luego fue ampliado por un círculo de sus seguidores en las universidades de Gotinga y
Múnich en Alemania. Esta filosofía se extendió luego a Francia, Estados Unidos y otros
lugares, a menudo en contextos muy alejados de los primeros trabajos de Husserl.

Aunque la fenomenología no es un movimiento unitario, todos los fenomenólogos


comparten la búsqueda de un conocimiento que apela exclusivamente a la experiencia
evidente, carente de hipotetización y modelos conceptuales del mundo. Esto se ve
reflejado en el lema de Franz Brentano ¡A las cosas misma!, donde por «cosas» se
entienden los objetos mentales.

Aunque el término «fenomenología» fue usado muchas veces en la historia de la


filosofía antes de Edmund Husserl (1859-1938), el uso moderno de la palabra está
ligado explícitamente al método y proyecto filosófico que este denominó fenomenología
trascendental. El uso posterior del término está basado principalmente en la
fenomenología de Husserl o relacionado críticamente con ella.

Poniendo un ejemplo, en el campo de la psicología, la fenomenología implica el estudio


de las estructuras de la conciencia desde una perspectiva de la primera persona que
las experimenta. En tanto disciplina filosófica, la fenomenología se emparenta con la
ontología, la epistemología, la lógica y la ética.
Las filosofías antiguas profesaron, en general, un franco optimismo intelectual. Afirman
unas que el ser total se nos da en bloque en una intuición simple y exhaustiva. El ser
no solo está presente a nosotros, sino que su acceso carece de toda dificultad. Tal es
la revelación de Parménides.

Otras confiesan que la aproximación al ser nos resulta dificultosa, porque nuestro
conocimiento depende de una experiencia siempre limitada y sucesiva. Pero nada
impide que, paso a paso, acabemos explorando toda la realidad. Tales son los
consejos de valor intelectual a que se atiende Empédocles.

Pronto surgió la idea de que la realidad se dividía en dos zonas: una llena de luz y de
verdad, en la que la evidencia sacia al espíritu; otra mezclada de sombra, en la que el
error es el riesgo perpetuo. Tal es el espíritu del platonismo, para el que la gran
cuestión de método es la de remontarse de lo sensible a lo inteligible.

Aristóteles se opone al platonismo por cuanto se niega a separar las dos zonas: la
evidencia de lo necesario y eterno puede aparecer también en lo sensible. De esta
manera, hasta en el estoicismo y en el epicureísmo, el uso de un criterio juiciosamente
escogido permite tener una seguridad de lo verdadero.

Ser es el más general de los términos. Con la palabra «ser» se intenta abarcar el
ámbito de lo real en sentido ontológico general, esto es, la realidad por antonomasia,
en su sentido más amplio: «realidad radical». El Ser es, por lo tanto, un trascendental,
aquello que trasciende y rebasa todos los entes sin ser él mismo un ente, es decir, sin
que ningún ente, por muy amplio que sea y se presente, lo agote. Dicho de otro modo:
el Ser desborda y supera dialécticamente el mundo de las formas, el mundus
asdpectabilis, trasladándose en otro contexto, «más allá del horizonte de las formas»,
más allá de toda la "morfología cósmica".

La pregunta por el ser no corresponde solamente a Occidente: ya los filósofos antiguos


de China desarrollaron independientemente posiciones acerca del ser. Laozi en el siglo
VI a.C. hace la distinción entre ser y no-ser. Luego, las escuelas neo-taoístas (Wang Bi,
Guo Xiang, etc.) harán prevalecer el no-ser sobre el ser.
La tradición distingue dos tipos de
enfoques distintos al concepto de
ser:

Concepto unívoco de ser: «ser» es la


característica más general de
diferentes cosas (llamadas entes o
entidades), aquello que sigue siendo
igual a todos los entes, después de
que se han eliminado todas las
características individuales a los entes particulares, esto es: el hecho de que «sean»,
esto es, el hecho de que a todas ellas les corresponda «ser» (cfr. diferencia
ontológica). Este concepto de «ser» es la base de la «metafísica de las esencias». Lo
opuesto al «ser» viene a ser en este caso la «esencia», a la cual simplemente se le
agrega la existencia. En cierto sentido no se diferencia ya mucho del concepto de la
nada. Un ejemplo de ello lo dan ciertos textos de la filosofía temprana de Tomás de
Aquino (De ente et essentia).

Concepto analógico del ser: el «ser» viene a ser aquello que se le puede atribuir a
«todo», aunque de distintas maneras (analogía entis). El ser es aquello, en lo que los
diferentes objetos coinciden y en lo que, a su vez, se distinguen. Este enfoque del ser
es la base de una metafísica (dialéctica) del ser. El concepto opuesto a ser, es aquí la
nada, ya que nada puede estar fuera del ser. La filosofía tardía de Tomás de Aquino
nos brinda un ejemplo de esta comprensión de «ser» (Summa theologica)

Generalmente se ha considerado al término «ser» como un sinónimo de entidad o de


ente, en tanto que sería una cosa que posee existencia y autonomía. Las anomalías
del verbo «ser» fueron notados por los gramáticos de fines del s. XVII y principios del
s.XVIII, quienes determinaron que «ser» debe entenderse como infinitivo que expresa
el acto de ser, y que diferenciaron de aquello que es, que llamaron «ente» a su vez el
participio presente «ente» (en latín «ens»). Esta distinción se observó principalmente
en el contexto académico.
Parménides lo describe como lo que hay o existe, en general. Todo lo opuesto a la
nada

Según Platón es propiamente la idea, siendo esta: inmaterial, absoluta, perfecta, eterna
e inmutable.

Según Aristóteles el ser como sustancia, compuesta de materia y forma; las cuales
están unidas inseparablemente.

Según Martin Heidegger, esto es uno de los mayores errores en la historia de la


Filosofía. En efecto, este filósofo define a la Metafísica como el olvido del ser.

Según Wang Bi, el no ser se identifica con el Tao, por lo que se lo considera el origen
de todas las cosas, en particular el Ser.

Según Guo Xiang, el Ser no puede nunca transformarse en no-Ser, por lo que el Ser ha
existido desde siempre. En este caso, se establece una distinción tajante entre ellos, al
modo de Parménides.

Según Yehuda Ribco el Ser se encuentra compuesto por lo que en su tradición


comprende la multidimensionalidad. Siendo el Ser compuesto por cinco planos en esta
existencia (Físico, emocional, psicológico, social y el compuesto de todos: espiritual)
Todos ellos con su vital importancia, es decir que si uno de ellos anda mal, los demás
podrían entrar en conflicto.

Considerando los distintos puntos filosóficos, se puede observar cómo Aristóteles


establece la base en el propio conocimiento, que al ser expresado, se organizan por
predicados que se divulgan desde un sujeto con su significado propio como concepto
por intuición de lo real, como un atributo del sujeto de la oración. Otras ideas entienden
esto como que el ser se predica por analogía, siendo su predicación propia lo que le
corresponde a la sustancia primera que únicamente puede realizar la función de sujeto
de la oración y, secundariamente por analogía puede predicarse a los accidentes.
Sustancia

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