Este documento resume un tema sobre la antropología teológica cristiana, la moral de la ley y la moral del espíritu. Explica la diferencia entre la ley eterna y la ley natural, y cómo la ley natural guía a las personas a hacer el bien y evitar el mal. También discute cómo la conciencia ayuda a discernir entre el bien y el mal, y que aunque las personas a veces se alejen del bien, siempre pueden volver a elegirlo gracias a su libertad. Finalmente, enfatiza que la salvación viene de la adhes
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Este documento resume un tema sobre la antropología teológica cristiana, la moral de la ley y la moral del espíritu. Explica la diferencia entre la ley eterna y la ley natural, y cómo la ley natural guía a las personas a hacer el bien y evitar el mal. También discute cómo la conciencia ayuda a discernir entre el bien y el mal, y que aunque las personas a veces se alejen del bien, siempre pueden volver a elegirlo gracias a su libertad. Finalmente, enfatiza que la salvación viene de la adhes
Este documento resume un tema sobre la antropología teológica cristiana, la moral de la ley y la moral del espíritu. Explica la diferencia entre la ley eterna y la ley natural, y cómo la ley natural guía a las personas a hacer el bien y evitar el mal. También discute cómo la conciencia ayuda a discernir entre el bien y el mal, y que aunque las personas a veces se alejen del bien, siempre pueden volver a elegirlo gracias a su libertad. Finalmente, enfatiza que la salvación viene de la adhes
Este documento resume un tema sobre la antropología teológica cristiana, la moral de la ley y la moral del espíritu. Explica la diferencia entre la ley eterna y la ley natural, y cómo la ley natural guía a las personas a hacer el bien y evitar el mal. También discute cómo la conciencia ayuda a discernir entre el bien y el mal, y que aunque las personas a veces se alejen del bien, siempre pueden volver a elegirlo gracias a su libertad. Finalmente, enfatiza que la salvación viene de la adhes
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Pontificia Universidad Javeriana
Facultad de Teología Asignatura: Moral fundamental Docente: Alberto Munera Duque, SJ y Maria Isabel Gil Espinoza Estudiante: Juan Diego Hernández Gaviria
SÍNTESIS ANALÍTICA Y CRITICA DE TEMA 11: ANTROPOLOGÍA
TEOLÓGICA CRISTIANA: MORAL DE LA LEY Y MORAL DEL ESPÍRITU – OBJETIVO Y SUBJETIVO – JUICIO MORAL Iniciamos hablando de la confesión, la cual recordábamos como antiguamente el sacramento de la confesión solo se vivía en tres momentos (AAA) “adulterio, asesinato y anatema” y como lastimosamente dicho sacramento se ha convertido en una penitencia arancelaria y con características mágicas que nos alejan del verdadero sentido de dicho sacramento. Es importante resaltar así mismo la diferencia entre ley eterna y ley natural. La ley eterna hace referencia a la afirmación cristiana que todo está orientado a Dios, todo ser humano está llamado a la santidad y la ley natural, es la creencia a que Dios ha establecido una ley natural en todos nosotros, es así como los Tomistas creen que Dios al ser un legislador, Él nos ha puesto unas leyes naturales. Y dicha ley natural está orientada a hacer el bien y evitar el mal y esto se reduce a la captación del bien y del mal, según las circunstancias. Es importante, no perder de vista que la ley natural no puede nublar la claridad que tenemos en cuanto a la conciencia y al descubrir que la conciencia nos ayuda a discernir el bien o mal que se hace y entonces todo ser humano tiene en su interior una ley puesta allí por Dios, pues no podemos olvidar y mucho menos anular el echo de que Dios ha dejado en nuestras manos elegir el bien o el mal guiados por nuestra conciencia, y si en algún momento consciente o inconsciente nos alejamos de la opción fundamental, podemos reconectar con ella, pues por la libertad recibida de Dios siempre podemos elegir vivirnos orientados desde la opción fundamental que hemos asumido. Es así, como se hace indispensable recordar que la teología moral, no puede basarse en normas sino en una opción libre, que nos lleva a aceptar y reconocer que hay actos extrínsecos que van en contra de nuestra libertad, pero que nos corresponde a cada uno tomar conciencia de ellos y elegir no actuar desde el mal. Y entonces, al tener claro lo mencionado anteriormente, también se hace indispensable hablar de la economía de la ley, la cual nos deja claro en cuanto a ley divina, como Cristo no designa propiamente una legislación promulgada por Dios para orientar la vida, sino que justamente lo que nos enseña Jesús, es que lo que salva y diviniza al hombre y a la mujer es la adhesión libre al proyecto del Reino. Entonces, esto nos lleva a afirmar que la salvación no ocurre por la ley, es decir, no se da por el cumplimiento de la ley, sino por nuestra decisión libre de vivir orientados desde la opción fundamental, “el amor”. La única ley del cristiano es Cristo y la única ley de Cristo fue “amar” y obedecer a su Padre, es por ello que los ministros de la Iglesia no son escrutadores, ni jueces de la conciencia humana, pues tal y como lo dice “Gaudium et Spes” “Dios es el único juez y escrutador del corazón humano. Por ello, nos prohíbe juzgar la culpabilidad interna de los demás.” (Concilio Vaticano II, constitución pastoral sobre la Iglesia en el mundo actual, n. 28). Nosotros, debemos acompañar los procesos interiores, por medio del discernimiento, ofreciendo al Pueblo de Dios, herramientas que les ayude a discernir su actuar, sin influir en ello y mucho menos juzgar.