ADelgado Formación Valoral IFIE
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INTRODUCCIÓN
Actualmente la formación en valores es una preocupación tan constante
que ya forma parte del discurso educativo cotidiano. La situaciones de
violencia, daño ecológico, injusticia e inseguridad, acompañadas por
actitudes de falta de compromiso y/o de fanatismos de toda índole reclaman
la exigencia de atender no sólo a la instrucción o capacitación para el
trabajo de los niños, jóvenes y adultos que acceden a las aulas escolares,
sino a la formación humana de los mismos. Esto significa no limitarse a
considerar el problema de la moral como contenido, sino abordar la tarea de
promover el desarrollo de la moral como estructura.
Cada vez queda más claro que a las universidades les corresponde la
tarea de formar ciudadanos no solamente capaces de alcanzar cierta
independencia económica basada en el ejercicio de una profesión, sino de
colaborar al desarrollo justo e íntegro del país mediante un ejercicio
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profesional productivo y responsable. Es necesario que la enseñanza
universitaria vaya más allá de la transmisión de conocimientos y la
búsqueda de la verdad, para enfatizar los aspectos axiológicos y éticos que
implica su intención educativa.
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Ideario UIA, Aprobado por el Consejo Universitario el 25 de julio de 1968. Promulgado en el Acto
Jubilar de los XXV años de la Universidad Iberoamericana, el 31 de julio de 1968, 2.1.
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los factores que contribuyen a preparar a la persona para una relación
creadora y personalizadora consigo mismo, con el mundo y con los demás.
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Marco Conceptual para la Revisión Curricular del SEUIA, Consejo Académico del SEUIA, Aprobado
por el Consejo de Educación Superior, 21 de noviembre de 2002.
3 Arrupe, Pedro, S.J. “Hombres para los demás”, en Información, S.J. Madrid, septiembre-octubre
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promoción debe llevarse a cabo en todo el currículum, constituyéndose así
en ejes transversales del mismo. Las competencias en cuestión son:
• Comunicación
• Liderazgo intelectual
• Organización de personas y tareas
• Innovación y cambio
• Perspectiva global humanista
• Manejo de sí
5Esta definición está basada en la que elaboró el equipo del programa Institucional de Evaluación y
Mejoramiento de los Procesos Educativos UIA Ciudad de México, la cual, a su vez, trasciende la
definición propuesta por Andrew Gonzci y James Athanasou en “Instrumentación de la educación
basada en competencias”, en Argüelles, Antonio (comp.) Competencia Laboral y Educación Basada
en Normas de Competencia. México: Limusa, 1999, pp. 274-275.
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PROPUESTA DE FORMACIÓN VALORAL A NIVEL UNIVERSITARIO
Responder a la inserción del desarrollo de competencias en los planes de
estudios implica establecer un manejo pedagógico transversal del
discernimiento, la ética y los valores con base en los contenidos de
aprendizaje de todas las asignaturas.
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El modelo curricular también cuenta con un Área de Servicio Social, que
constituye una experiencia que ha de permitir al alumno poner a prueba en
el servicio, la totalidad de las competencias adquiridas durante su formación
profesional y evaluar su pertinencia, relevancia y eficacia6.
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Marco Conceptual para la Revisión Curricular del SEUIA, Consejo Académico del SEUIA, Aprobado
por el Consejo de Educación Superior, 21 de noviembre de 2002.
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1) Fundamento de la propuesta
La propuesta anterior se basa en la interrelación entre los principios básicos
y los valores propuestos en el proyecto educativo de la UIA, la dinámica del
modo de proceder ignaciano y los aportes de la ética discursiva, la teoría
cognitivo-evolutiva del juicio moral y los estilos de aprendizaje, para
enriquecer operativamente el quehacer docente en el aula. Esta
interrelación se articula alrededor de ciertas coincidencias como son la
referencia a la dignidad de la persona humana, tanto en su dimensión
individual como comunitaria; la alusión a la libertad, la autonomía, la
madurez y la justicia; el recurso al diálogo, el discernimiento, la
argumentación y la empatía; la relación entre la experiencia, la reflexión y la
acción; el reconocimiento de diferentes estilos de enseñar y aprender; y la
admisión de que un referente religioso no quita la autonomía moral. Estas
coincidencias son compatibles con un fundamento humanista de inspiración
cristiana, es decir, con la convicción de que toda persona humana es
racional, autónoma, igual en dignidad y que, viviendo en un mundo social,
debe hallar soluciones justas a los inevitables conflictos de intereses que la
convivencia con los demás genera.
El humanismo implica una búsqueda que sólo puede ser llevada a cabo en
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comunión con los demás y, por lo tanto, apoyada por el diálogo
interpersonal. De ahí su posibilidad de articulación con la ética discursiva,
para la cuál el ámbito moral se sitúa en la solución de conflictos entre
personas y los valores morales son básicamente valores de justicia porque
ésta articula a todos los demás. En este sentido, la decisión moral ha de ser
racional, tras un diálogo con los afectados por una situación, en condiciones
simétricas y según los mejores argumentos sobre lo que se debe hacer
para salvar los intereses generales. Cuando alguien asiente porque le
convencen las razones aducidas, está obligado a actuar de acuerdo con
ello: en el diálogo y la decisión personal última se concilian universalidad y
diferencias, comunidad humana e irrepetibilidad personal.
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autonomía progresiva mediante la cuál cada quien es capaz de ir
descubriendo por sí mismo nuevos horizontes para la acción comprometida.
9 Una característica importante del desarrollo cognitivo de los niños es que no se hacen capaces de
operaciones concretas de repente en todas sus actividades. Gradualmente, a lo largo de varios años
(generalmente los de la escuela elemental), aumenta su capacidad para este nivel de razonamiento y
se expande para incluir un mayor número de actividades. A esta expansión, Piaget le llama décalage
y es un aspecto del desarrollo moral que frecuentemente se deja de lado en función de un avance
más lineal.
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De acuerdo con esta teoría, el cambio de estructuras morales en el niño y
en el adulto sigue un orden lógico, común a los individuos de las distintas
culturas. La moral puede ser relativa a éstas desde el punto de vista de los
contenidos, pero las estructuras formales o estadios del desarrollo son
universales e invariantes, porque pueden aparecer en todos los humanos y
porque el sujeto tiene que pasar por cierto estadio para alcanzar el
siguiente, dándose un progreso moral en los sujetos según ascienden.
1) Preconvencional:
• Moralidad heterónoma: realismo moral ingenuo.
• Moralidad individualista, instrumental: individualista concreta.
2) Convencional:
• Moralidad de la normativa interpersonal: relaciones mutuamente confiadas
entre la gente (Regla de oro).
• Moralidad del sistema social: miembro generalizado de la sociedad.
3) Postconvencional o de principios:
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• Moralidad de los derechos humanos y de bienestar social: agente moral
racional.
• Moralidad de principios éticos generales, universalizables, reversibles y
prescriptivos: punto de vista moral ideal para todos como personas libres y
autónomas.
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facilita a todos, debido a sus estilos de aprendizaje y a las experiencias de
enseñanza que hayan tenido. Por eso es importante tomar en cuenta el
contexto específico del grupo, en el que quizá los estudiantes tengan
diferentes estilos de aprendizaje, ya sea teórico, reflexivo, pragmático y/o
activo, para buscar alternativas pedagógicas que les ayuden a relacionar
dichos estilos con las actividades características del proceso de reflexión.
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razonamiento moral para determinar de qué forma encarnan personalmente
esos principios y valores, asumiendo la responsabilidad de contribuir con
ello al mantenimiento de un orden y una autoridad razonables para todos.
10 Elaborado por James Rest. Esta prueba se aplica al reconocimiento de tareas, es decir, los sujetos
evalúan entre doce enunciados que les son propuestos en seis dilemas, los que juzgan más
adecuados para resolver el problema, ordenándolos de más a menos.
11 Cfr. Oficina de Examen de Admisión.
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2) Los dilemas morales como dinamismo de la propuesta
Los dilemas morales pueden surgir del examen de tres tipos de datos:
1) Hipotéticos.
2) De contenido específico.
3) De preocupaciones reales o prácticas.
Por su parte, los dilemas reales o prácticos del tipo de ¿Debo decirle al
profesor/a que uno de mis compañeros le copió el trabajo final a otro de un
grupo distinto?, maximizan la implicación personal y, por tanto, el interés en
el tema.
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razonamiento de los estudiantes, porque el contenido (los valores
específicos) no es pertinente en lo inmediato para el resultado de la
discusión. No obstante, una vez que los dilemas en discusión se refieren a
problemas de la vida real en las aulas, ya no puede permitirse esa distancia
respecto del contenido moral, puesto que en estos casos sí es importante
qué es lo que se decide (contenido), así como por qué se decide (criterios).
Este manejo del conflicto moral (hipotético y real) brinda la oportunidad de
comparar e integrar los valores científicos y tecnológicos con los valores de
la dignidad de la persona y la consecución de la justicia, desde la situación
de cada quien (contexto).
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enfrenta ante un conflicto moral que no puede resolver con facilidad pero
que le preocupa profundamente, es probable que se sienta más motivada
para elaborar nuevas soluciones que si el conflicto no le preocupa porque le
es ajeno. Las dimensiones afectivas de la crisis producen el crecimiento
cuando motivan la construcción de nuevos modos de juicio moral, de donde
es preciso tomar en cuenta la vida concreta de los estudiantes.
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situaciones que viven como asuntos morales, para lo cual puede valerse de
estrategias de discusión abierta que despierten conflictos cognitivos y
afectivos, estimulando así el razonamiento moral y la habilidad para tomar
distintas perspectivas sobre alguna cuestión moral. El profesor/a tiene dos
funciones principales en la creación de condiciones que promuevan el
desarrollo moral:
12Hersh, R., Reimer, J., y Paolitto, D., El crecimiento moral de Piaget a Kohlberg, Ed. Narcea,
Madrid, i998, p. 110.
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La tarea del profesor/a es la de dar un significado sustancial al desarrollo
moral para un grupo determinado de estudiantes, en un momento
determinado de su desarrollo y en una asignatura específica de su
currículum profesional. Dicho de otra manera, lo que los profesores/as
necesitan hacer es reflexionar sobre las características de desarrollo del
grupo concreto con el que están trabajando, porque cuanto más específico
sea ese conocimiento, más eficientes serán las experiencias educativas
diseñadas para estimular su crecimiento. Una vez conociendo las
características de sus estudiantes, los profesores/as podrán crear
oportunidades de clase para identificar situaciones morales, estimular el
conflicto cognitivo/afectivo y la asunción de roles, así como la toma de
perspectivas mediante estrategias de interrogación que promuevan el
diálogo.
Así como los estudiantes tienen que estar expuestos al conflicto cognitivo y
a adoptar nuevas perspectivas, los profesores también tienen que estarlo.
Estos momentos de nueva conciencia y percepción son los que les ayudan
a integrar las frustraciones inevitables y necesarias que acompañan a su
propio crecimiento moral y desarrollo docente.
CONCLUSIÓN
El mundo actual exige la formación de personas competentes y
comprometidas con la construcción de un mundo digno de ser habitado por
personas. Las universidades tienen el reto de formar egresados capaces de
responder a semejante desafío mediante estrategias de formación valoral
encaminadas a favorecer la maduración de las estructuras morales de los
estudiantes, ya que la sola preparación profesional o la mera adopción de
códigos de valor no los hace competentes para saber y poder construir una
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sociedad verdaderamente humana y humanizante.
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