Crecimiento y Desarrollo Craneofacial
Crecimiento y Desarrollo Craneofacial
Crecimiento y Desarrollo Craneofacial
Introducción:
Todo odontólogo debe tener amplios conocimientos sobre el crecimiento y el
desarrollo craneofacial. Es importante distinguir las variaciones normales de
los efectos de los procesos anómalos o patológicos. Dado que los odontólogos
y los ortodoncistas no solo tienen mucho que ver con el desarrollo de la
dentición, sino con todo el complejo dentofacial, un profesional concienzudo
podrá manipular el crecimiento facial en beneficio del paciente. Como es
lógico, esto no es posible sin amplios conocimientos de las pautas normales de
crecimiento y de los mecanismos implicados en el mismo.
Los mismos términos de crecimiento y desarrollo pueden llevar a confusión.
Aunque están estrechamente relacionados, no son sinónimos. En lenguaje
coloquial, el crecimiento suele referirse a un aumento de tamaño, pero
tiende a asociarse al cambio más que a cualquier otro concepto. Por otra
parte, si definimos el crecimiento únicamente como un proceso de cambio, el
término carecerá prácticamente de sentido. En este capítulo, emplearemos el
término crecimiento para referirnos a un aumento de tamaño o de
número. En términos generales, el desarrollo entraña un grado de
organización cada vez mayor, a menudo con consecuencias desafortunadas
para el entorno natural. En lo que se refiere al crecimiento, el término
desarrollo se utiliza casi siempre para referirse a un aumento de la
complejidad. El desarrollo tiene connotaciones de especialización creciente,
de modo que uno de los precios que hay que pagar por el aumento de
desarrollo es una pérdida de potencial. El crecimiento es fundamentalmente
un fenómeno anatómico, mientras que el desarrollo es un fenómeno
fisiológico y conductual.
Neurocráneo:
Desmocráneo o bóveda craneal, comprende los huesos: frontal, huesos
parietales, hueso supraoccipital, huesos temporales (porción escamosa).
Base de cráneo o condocraneo, comprende los huesos: etmoides,
esfenoides, porción petrosa del temporal, hueso basioccipital.
Viscerocráneo o sistema estomatognáticofacial: comprende los huesos
nasales, lagrimales, maxilar, mandíbula, huesos cigomáticos, vómer,
hueso palatino.
El crecimiento y osificación de estos huesos se da por:
osificación intramembranosa, que es el proceso de transformación
directa de tejido conectivo a hueso y es visto en la formación de huesos
dermales o membranosos del esqueleto craneofacial. El primer paso es
la condensación y diferenciación de células ectomesenquimales en
osteosblastos; estos sintetizan una matriz extracelular compuesta de
colágeno tipo I, proteína no colagenosa y glicoproteínas, las cuales
rápidamente se mineralizan para formar un centro de osificación. La
osteogénesis continúa hasta que se encuentra con huesos vecinos y se
convierten en articulaciones fibrosas o suturas. Funcionan los cartílagos
secundarios.
Osificación Endocondral. La mayoría de los huesos en el cuerpo se
desarrollan por un proceso de osificación endocondral en el cual el
modelo cartilaginoso semeja la forma final del hueso. El paso inicial en
la formación del modelo cartilaginoso es la migración y condensación
de células mesenquimales y su diferenciación en condroblastos, los
cuales producen una matriz extracelular compuesta predominantemente
de colágeno tipo II, tipo X y proteoglicanos condrolin sulfato.
Funcionan los cartílagos hialinos.
El crecimiento craneal se da por remodelación ósea, modelación ósea,
desplazamiento y rotación. La modelación ósea incluye la deriva o
migración cortical y la traslación o desplazamiento que puede ser primario o
secundario. A medida que la aposición y reabsorción ocurre, la estructura ósea
va a migrar con relación a una estructura fija. Esta migración pasiva de una
estructura ósea por modelación es conocida como migración cortical o deriva.
La superficie hacia la cual ocurre el crecimiento es de aposición, mientras la
superficie opuesta es de reabsorción. No necesariamente lo dos procesos se
dan con la misma intensidad, pero si la actividad de aposición es un poco más
intensa, los huesos se vuelven más gruesos; por ejemplo, el paladar duro crece
hacia abajo, por aposición inferior y reabsorción superior en la superficie
inferior nasal. También ocurre modelación cuando hay aposición ósea en el
sitio que es dejado cuando los huesos se desplazan hacia delante y reabsorción
ósea en la parte anterior del hueso, hacia donde se esta desplazando. Es decir,
al mismo tiempo que lo anterior ocurre, todo el hueso se mueve en relación a
la base de cráneo, este movimiento por el cual todo un hueso es llevado a una
nueva posición es denominado desplazamiento.
Bóveda Craneal
La bóveda craneal está constituida por una serie de huesos planos que se
originan directamente por formación de hueso intramembranoso, sin la
intervención de precursores cartilaginosos. Desde el momento en que se inicia
esa osificación en una serie de centros que prefiguran las unidades óseas
anatómicas definitivas, el proceso de crecimiento es en su totalidad el
resultado de la actividad perióstica en la superficie de estos huesos. La
remodelación y el crecimiento se producen fundamentalmente en las zonas de
contacto recubiertas de periostio que existen entre los huesos craneales
contiguos, o suturas craneales, pero la actividad perióstica también modifica
las superficies interiores y exteriores de estos huesos aplanados.
Al nacer, los huesos planos del cráneo están bastante separados por un tejido
conjuntivo intermedio laxo. Estos espacios abiertos, o fontanelas, permiten
que el cráneo se deforme considerablemente en el momento del parto. Esto es
muy importante para que la cabeza (relativamente grande) pueda descender
por el canal del parto. Tras el nacimiento, la aposición de los huesos a lo largo
de los bordes de las fontanelas va eliminando estos espacios abiertos con
bastante rapidez, si bien los huesos siguen estando separados durante muchos
años por una delgada sutura recubierta de periostio, que se fusiona en la edad
adulta. A pesar de su pequeño tamaño, la aposición de hueso neoformado en
estas suturas es el principal mecanismo para el crecimiento de la bóveda
craneal. Aunque la mayor parte de dicho crecimiento se produce en las
suturas, existe una tendencia a eliminar hueso de la superficie interior de la
bóveda craneal, al tiempo que se añade hueso neoformado a la superficie
exterior. Esta remodelación de las superficies interior y exterior permite ir
modificando el contorno durante el crecimiento.
Mandíbula
A diferencia de lo que sucede en el maxilar, en el crecimiento de la mandíbula
son importantes la actividad endocondral y la perióstica, y el desplazamiento
creado por el crecimiento de la base del cráneo que mueve la ATM desempeña
un papel mínimo (con raras excepciones). El cartílago recubre la superficie del
cóndilo mandibular de la ATM. Aunque este cartílago no es como el de las
placas epifisarias o las sincondrosis, también se producen en él procesos de
hiperplasia, hipertrofia y sustitución endocondral. Las restantes zonas de la
mandíbula se forman y crecen por aposición superficial directa y
remodelación. Dependiendo de la estructura de referencia, ambas son
correctas. Si se toma como referencia al cráneo, el mentón se desplaza hacia
abajo y hacia delante. Si se examinan los datos obtenidos en los experimentos
de tinción vital, se observa que los principales puntos de crecimiento de la
mandíbula son la superficie posterior de la rama mandibular y las apófisis
condilar y coronoides. Se producen muy pocos cambios en la parte anterior de
la mandíbula. El mentón es una zona de crecimiento casi inactiva. Se desplaza
en sentido anteroinferior, ya que el crecimiento se produce realmente en el
cóndilo y a lo largo de la superficie posterior de la rama mandibular.
El cuerpo de la mandíbula se alarga por aposición perióstica de hueso solo en
su superficie posterior, mientras que la rama mandibular crece en altura por
reposición endocondral en el cóndilo y por remodelación superficial.
Conceptualmente, podemos considerar que la mandíbula se desplaza hacia
abajo y hacia delante, al tiempo que aumenta de tamaño al crecer hacia atrás y
hacia arriba (la rama). El desplazamiento se produce fundamentalmente al
moverse el hueso en sentido anteroinferior acompañado por los tejidos
blandos que lo envuelven. En ningún otro sitio podemos encontrar un mejor
ejemplo de reabsorción remodeladora que el del movimiento posterior de la
rama de la mandíbula. La mandíbula va alargándose por aposición de hueso
neoformado en la superficie posterior de la rama. Al mismo tiempo, se van
eliminando grandes cantidades de hueso de la superficie anterior de la misma.