Balaguer Presidente

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Nombre: Scarlet Rodríguez Cosme.

Matricula: 20-EPSS-6-162
Asignatura: Historia Dominicana
Seccion: 341 (AT)
Profesora: Rosario López Guzmán.
Trabajo: Balaguer Presidente.
Horario: Miércoles 2PM-4:20PM
Cuando Trujillo dispuso que su hermano Héctor Bienvenido fuera
reelegido a la presidencia en 1957, optó por Balaguer como
vicepresidente. Tres años más tarde, cuando la Organización de los
Estados Americanos (OEA) convenció al dictador de que no era
apropiado tener a un miembro de su familia como presidente, Trujillo
obligó a su hermano a renunciar, y Balaguer le sucedió en el cargo. Sin
embargo, Balaguer no tenía prácticamente ningún poder y fue
considerado como un mero títere de Trujillo.
Cuando Trujillo fue asesinado en 1961 y a pesar de haber sido durante
mucho tiempo colaborador del dictador, Balaguer tomó medidas para
liberar al país del régimen con la concesión de algunas libertades civiles
y suavizando la estricta censura a que Trujillo tenía sometida la prensa.
La OEA se mostró satisfecha y levantó las sanciones económicas
impuestas a la República Dominicana, debido al intento de asesinato que
Trujillo tramó en contra del presidente venezolano Rómulo Betancourt.
Sin embargo, las reformas provisionales de Balaguer fueron rechazadas
por gran parte de la sociedad, ya que era presionado por los militares,
por la derecha, por la izquierda, era abucheado en las calles por la
ciudadanía y llamado entre otras cosas por los militares muñequito de
papel.
Debido a la presión ejercida por la Unión Cívica Nacional, un Consejo
de Estado creado después de la muerte de Trujillo, Balaguer solo pudo
retener el poder hasta 16 de enero de 1962. Un golpe de Estado militar,
dirigido por el jefe de la fuerza aérea Pedro Rodríguez Echavarría, lo
obligó a exiliarse en Nueva York.
Durante el periodo 1962-1964 la República Dominicana solo tuvo siete
meses de buena democracia, bajo la presidencia de Juan Bosch. En 1963
formó el Partido Reformista y se centró en una lucha política contra
Bosch, en la campaña utilizó la táctica presentándose como un candidato
moderado y conservador. Cuando un golpe militar derrocó a Bosch, el
país comenzó un período tumultuoso que dio lugar a la Guerra Civil del
24 de abril de 1965.
Los militares se habían revelado en contra de la Junta Provisional para
restaurar a Bosch, con lo cual el presidente de EE. UU. Lyndon Johnson,
bajo el pretexto de eliminar la influencia comunista en el Caribe envió
42.000 soldados para anular la rebelión.
El gobierno provisional, encabezado por Héctor García Godoy, anunció
elecciones generales para 1966. Balaguer aprovechó la oportunidad, y
con la enfermedad de su madre como excusa, le pidió permiso para
regresar del exilio, el cual le fue concedido. A pesar de denuncias de
fraude electoral, Balaguer juró como presidente de la República
Dominicana en 1966.
Balaguer encontró una nación severamente golpeada por décadas de
turbulencia, con tiempos cortos de paz, y prácticamente ignorantes de la
democracia y los derechos humanos. Durante su campaña electoral solía
dirigir sus mensajes propagandísticos a la mujer dominicana y al
campesino, tratando de atar a su proyecto político personal las fracciones
más conservadoras de estos sectores sociales.
Balaguer trató de apaciguar a los supervivientes antitrujillistas y a los de
la guerra civil de 1965, pero los asesinatos políticos continuaron siendo
frecuentes durante su administración.
Tuvo éxito en parte la rehabilitación de las finanzas públicas, que
estaban en un estado caótico, e impulsó un modesto programa de
desarrollo económico.
Durante los tres primeros meses de instalado su segundo gobierno, la
Asociación Dominicana de Derechos Humanos, declaró que había
recibido quejas. Con la anuencia de sectores del gobierno se inició en el
país la Operación Chapeo con la finalidad de exterminar los remanentes
izquierdistas sobrevivientes al conflicto de abril del 65.
En noviembre de 1969 un grupo de mujeres anunció la formación del
Comité de Madres, Esposas y Familiares de los Muertos y
Desaparecidos, donde dieron a conocer un listado de muertos y
desaparecidos, y revelaron que, en los tres primeros años del gobierno de
Balaguer, 366 personas fueron muertas o desaparecidas por causas
políticas y subversivas.
Con la abstención electoral del Partido Revolucionario Dominicano,
debido a las pocas garantías constitucionales y a la participación de las
Fuerzas Armadas en las actividades proselitistas, Balaguer fue reelegido
para el periodo 1970-1974.
El 1 de enero de 1971 designó al general Enrique Pérez y Pérez como
jefe de la Policía Nacional. Varias semanas después hizo su aparición en
las calles de Santo Domingo un grupo autodenominado Frente
Democrático Anticomunista y Antiterrorista, mejor conocido como La
Banda Colorá, un grupo de jóvenes reclutados por el gobierno de
Balaguer con fines de represión. Durante esa época fueron asesinados
numerosos dirigentes de la izquierda dominicana.
Durante este segundo mandato de gobierno (conocido popularmente en
la política dominicana simplemente como los 12 años), Balaguer
incentivó la construcción de escuelas, hospitales, presas, carreteras, y
muchos edificios importantes. Los proyectos también se utilizaron como
medio para recompensar a sus partidarios políticos con lucrativos
contratos de obras públicas, los favorecidos en dichos contratos se
conocen como los 300 millonarios. También presidió un sistema de
crecimiento económico estable. Sin embargo, su administración pronto
desarrolló un modelo autoritario, a pesar de las garantías
constitucionales. A pesar de sus métodos autoritarios, Balaguer tenía
mucho menos poder que Trujillo, y su gobierno era más suave.
La sensación de que en la República Dominicana había un híbrido de
dictadura y democracia, se reprodujo en las elecciones del 16 de mayo
de 1974, cuando el Partido Revolucionario Dominicano y los otros
partidos signatarios del denominado Acuerdo de Santiago retiraron a su
candidato Antonio Guzmán, por considerar que no se daban las mínimas
garantías y como protesta por los desafueros de los paramilitares
balagueristas. En estas circunstancias, Balaguer solo compitió con un
rival, el contraalmirante Luis Homero Lajara Burgos, del Partido
Popular Demócrata (PPD). Balaguer obtuvo el 84,7% de los votos, y su
partido ganó mayoría en el congreso donde la abstinencia alcanzó el
50%.
Una coyuntura favorable en los precios internacionales del azúcar, el
auge del turismo estadounidense, las inversiones privadas foráneas, y los
programas de obras públicas produjeron una fase de expansión
económica, favoreciendo la emergencia en la sociedad dominicana de
clase media. Balaguer eludió siempre su responsabilidad en los crímenes
cometidos por La Banda Colorá y otras irregularidades vinculadas con
las Fuerzas Armadas, siempre achacó la violencia política a sectores
incontrolados del oficialismo y a la subversión de izquierdas, cuya
verdadera fuerza exageró enormemente.
También, incumplió las promesas sobre la reforma agraria, ya que la
pequeña minoría de propietarios autóctonos y las compañías
estadounidenses continuaban poseyendo la mayoría de las tierras
cultivables y las de mejor calidad. Pero cuando anunció su intención de
optar a un cuarto mandato consecutivo en las elecciones del 16 de mayo
de 1978, y con un fondo de deceleración económica, el repudio popular
alcanzó tal calibre que la derrota en las urnas ante el PRD se antojó
inevitable. Balaguer se enfrentó a Antonio Guzmán del Partido
Revolucionario Dominicano, pero cuando los resultados electorales
mostraron una tendencia en favor de Guzmán, el ejército detuvo el
conteo. Sin embargo, en medio de enérgicas protestas en el país y una
fuerte presión en el extranjero por parte del presidente estadounidense
Jimmy Carter, el conteo se reanudó. Cuando se dieron los resultados,
Guzmán dio a Balaguer la primera derrota de su carrera política. Cuando
Balaguer dejó el cargo, fue la primera vez en la historia de la República
Dominicana que un presidente en ejercicio tranquilamente cede el poder
a un miembro elegido de la oposición.
Balaguer se volvió a presentar como candidato en 1986 aprovechándose
de una división en el Partido Revolucionario Dominicano para ganar la
presidencia de nuevo después de una ausencia de ocho años, donde
derrotó por escaso margen al candidato por el PRD, Jacobo Majluta.
Para entonces, tenía 80 años y casi ciego por completo (había sufrido de
glaucoma durante muchos años).
El tercer gobierno de Balaguer fue mucho más liberal que el anterior. En
este periodo Balaguer era mucho más tolerante a los partidos de
oposición y los derechos humanos.
Siguió con sus grandes proyectos de infraestructura, tales como la
construcción de carreteras, puentes, escuelas, proyectos de viviendas y
hospitales. Siguiendo el estilo de Trujillo, estos proyectos de gran
visibilidad eran muy publicitado en los medios de comunicación
controlados por el gobierno y través de grandiosas ceremonias públicas
destinadas a mejorar la popularidad de Balaguer. La economía también
mejoró considerablemente.
En este período, Joaquín Balaguer mantuvo una ligera política de
populismo, en lo que se refiere a la entrega de canastas, dinero y otras
"dádivas" al pueblo dominicano con el propósito de gobernar con el
apoyo del campesinado y la masa pobre, que es la mayoría. El
clientelismo también se manifestó en gran medida.
En 1990, con una abstención del 40%, Balaguer logra reelegirse con el
35.1% de los votos, contra el 33.9% de Juan Bosch del Partido de la
Liberación Dominicana, y un Partido Revolucionario Dominicano que
mantenía una crisis interna. Este proceso se caracterizó por la expresión
de amplios sectores de la vida política y social, que criticaban la
legitimidad de dichas elecciones, a lo que Balaguer respondió lanzando
los militares a la calle y decretando un toque de queda.
En 1992, para el 500.º aniversario de la llegada de Cristóbal Colón a
América y la visita del Papa Juan Pablo II, Balaguer gastó millones en la
restauración de la histórica ciudad colonial de Santo Domingo, y
readecuándola para la visita del Papa, quien junto a Balaguer inauguró el
Faro a Colón.
Ese mismo año gastó más de doscientos millones de dólares en la
construcción del controvertido Faro a Colón, un faro de diez pisos en
honor a Colón. Terminado en 1992, el Faro a Colón fue diseñado para
transmitir la imagen de una cruz cristiana en el cielo nocturno y para que
sea visible a decenas de kilómetros.
Desde que se terminó, el Faro que supuestamente alberga los restos de
Colón, ha sido una atracción turística de menor importancia. Su luz no
se utiliza muy a menudo debido a los costos de energía y los apagones
en el país. Sin embargo, su simbolismo y el gasto fueron fuente de
mucha controversia.
En 1994 Balaguer decidió optar de nuevo por la presidencia, incluso
cuando ya tenía casi 90 años y ciego por completo. Esta vez, su principal
competidor era José Francisco Peña Gómez del Partido Revolucionario
Dominicano.
Esta campaña fue una de los peores de la historia dominicana. Su Partido
Reformista Social Cristiano con frecuencia utilizaba la ascendencia
haitiana de Peña Gómez a su favor. El dominicano históricamente tiende
a desconfiar de cualquier persona con sangre haitiana. Por ejemplo,
Balaguer llegó a decir que Peña anexionaría el país con Haití en caso de
ganar. Con igual capacidad de maniobra en las elecciones, se impuso
con un 42.3%, contra un PRD que obtuvo el 41.6% de los votos, donde
se asegura que ocurrieron alteraciones de actas y del padrón electoral en
la misma Junta Central Electoral. Peña alegó fraude, y llamó a una
huelga general. Las manifestaciones tuvieron lugar en apoyo a la huelga.
En este periodo se sucedió la misteriosa desaparición del profesor
universitario y activista Narciso González (Narcisazo), un vehemente
crítico de la política de Balaguer. Su desaparición que hasta la fecha es
un misterio, se le atribuyó a su gobierno.
Una investigación posterior reveló que la Junta Central Electoral no
sabía el número total de votantes registrados, y el resultado en las listas
distribuidas en los colegios electorales no coincidían con las dadas a los
partidos. La investigación también reveló que unas 200.000 personas
habían sido retiradas de las urnas. En medio de tales preguntas sobre la
legitimidad de la encuesta, acordaron celebrar nuevas elecciones en
1996, pero esta vez Balaguer no sería candidato. En este sentido,
cumplió su palabra de poner su cargo a disposición de la administración
estadounidense.
El acuerdo político de los gobernantes, de sectores del poder fáctico que
incluye a la Iglesia católica, y de los dirigentes de los partidos políticos,
dejaron establecida una reforma constitucional que se hizo el 14 de
agosto de 1994. Este acto de consenso jurídico fue preferido a la
anulación total de las elecciones y fue conocido como "Pacto por la
Democracia".
En las elecciones de 1996, Jacinto Peynado Garrigosa, terminó muy
lejos de llegar a la segunda vuelta. Balaguer entonces dio su apoyo a
Leonel Fernández del Partido de la Liberación Dominicana en una
inusual coalición con Bosch, su enemigo político de más de 30 años.
En las elecciones presidenciales de 2000, Balaguer, a la edad de 94 años,
se postuló por novena y última vez a la Presidencia de la República
Dominicana; pese a las enormes limitaciones físicas debidas a su
avanzada edad y al cúmulo de críticas de sus anteriores gobiernos, logró
más del 20% de los votos, ubicándose en el tercer lugar.
Muerte y legado
Joaquín Balaguer murió de insuficiencia cardíaca en Santo Domingo el
14 de julio de 2002 a la edad de 95 años.
Su legado en República Dominicana es contradictorio. Mantuvo una
relativa estabilidad política y económica en el país por muchos años,
centralizó todas las decisiones gubernamentales y lanzó programas
masivos de construcción de carreteras, puentes, hidroeléctricas y
monumentos, con la intención clara de que su impronta personal quedara
marcada en piedra. Fue una figura polarizante que podría incitar tanto al
odio como al amor de la población.
Era tradicional en Balaguer facilitarles viviendas a los más pobres por
medio del Gobierno donde estos pagaban un módico precio mensual por
las mismas. También tenía la costumbre junto a su hermana Emma de
regalar juguetes a los niños pobres los Días de Reyes.
Ronald Reagan una vez dijo de él: "El presidente Balaguer ha sido una
fuerza impulsora en todo el desarrollo democrático de su país. En 1966
llevó el retorno de la democracia a la República Dominicana después de
años de incertidumbre política y agitación. En efecto, él es, en muchos
sentidos, el padre de la democracia dominicana" y Jimmy Carter, lo
felicitó diciendo "El presidente Balaguer ha sido un ejemplo para todos
los líderes en esta nación y su gente, que lejos de un gobierno totalitario,
lleva al país cada vez más la democracia".
El director cinematográfico dominicano René Fortunato hizo dos
documentales, basándose en la forma de gobierno de Balaguer y
haciendo alusión a su todavía relación ideológica con Trujillo, Balaguer:
La Herencia del Tirano y Balaguer: La violencia del poder, lanzados en
1998 y 2002 respectivamente.
Joaquín Balaguer es uno de los personajes de la novela La fiesta del
Chivo, escrita por Mario Vargas Llosa.

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