Palabras Sexistas Zorro Zorra Perro Perra Héroe Heroína

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LENGUAJE NO

SEXISTA
¿Cómo usarlo?

María del Rosario Romero Contreras

Medellín, Colombia, 2014


LENGUAJE NO SEXISTA
¿Cómo usarlo?

Textos:
María del Rosario Romero Contreras

Caricaturas: xxxxxx

Medellín, Colombia, 2012

1
INTRODUCCIÓN

Este manual tiene por objeto despertar la


reflexión y proponer alternativas
aplicables para el uso no sexista del
lenguaje en los diferentes espacios
laborales, administrativos, escolares y
familiares. Es un aporte para la
construcción de una sociedad
comprometida con la equidad de género y
con la erradicación de las violencias.

Para el ejercicio de la comunicación oral y


la escrita, se sugieren formas que ya no
excluyen o discriminan negativamente. Se
recomienda un estilo, que en vez de
reforzar estereotipos caducos, empiecen a
representar el rico, flexible y múltiple
panorama del desarrollo humano, que
incluye a las mujeres. Así mismo, plantea
un nuevo escenario en el que hombres y
mujeres se comunican sin necesidad de
considerarse superiores o inferiores entre
sí.

2
NOMBRAR ES DAR RECONOCIMIENTO Y
EXISTENCIA.

Por el lenguaje aprendemos a nombrar,


diferenciar, clasificar, valorar, sentir y
pensar. Decimos lo que somos. El lenguaje
refleja el mundo que percibimos y a la vez
nos construye.

Por ello se requiere que en el habla y la


escritura se represente la realidad en
masculino y en femenino. Esto facilita el
surgimiento de una sociedad menos
excluyente y de mayor equilibrio en las
relaciones mujeres - hombres.

El lenguaje cotidiano muchas veces oculta


a las mujeres, las subordina e infravalora,
les quita la existencia y la palabra. En
unos casos, el ocultamiento es deliberado;
en otros, involuntario, producto de los
aprendizajes recibidos por tradición desde
la infancia, en el hogar, la escuela, la
calle, los medios de comunicación, los
discursos religiosos, las canciones, los
chistes y demás formas comunicativas.
3
SEXISMO EN EL LENGUAJE

El tratamiento desigual o discriminatorio


de las personas por pertenecer a uno u
otro sexo, se llama sexismo y se expresa
de muchas maneras: en las actitudes, en
los comportamientos y también en la
manera como se usan las palabras tanto en
el lenguaje oral como en el escrito.

El lenguaje sexista da protagonismo a lo


masculino excluyendo a lo femenino: por
ello usa el término hombre como genérico
singular. Por ejemplo, se habla de la
historia del hombre, el desarrollo del
hombre, el cuerpo del hombre, la
inteligencia del hombre, los derechos del
hombre, usando “hombre” como
representación de lo universal.

Para evitar el sexismo en el lenguaje es


más equitativo hablar de: la historia de la
humanidad, el desarrollo de las personas,
el cuerpo del ser humano, la inteligencia
de las personas, los derechos humanos.

4
TRES OPCIONES

El uso de los genéricos, abstractos y otros


recursos, evita el sexismo en el lenguaje.

En vez de utilizar términos masculinos que


no consiguen representar a los dos sexos,
podemos usar los genéricos. El castellano
tiene palabras como personaje,
vecindario, víctima, gente, que ya sean
masculinos o femeninos, incluyen a
mujeres y a hombres sin perjuicio ni
omisión de unas y otros. En lugar de los
médicos, podemos decir el personal
médico.

También podemos emplear los abstractos:


en lugar de los directores, podemos decir
la dirección.

En vez de utilizar hombre en sentido


universal (El hombre vivía en cuevas), se
emplea un verbo en primera persona
plural (Vivíamos en cuevas), o en forma
impersonal en tercera persona (En la
prehistoria se vivía en cuevas).
5
ACTUALIZAR EL LENGUAJE

El mundo hispanohablante acuñó la forma


femenina de muchas palabras y éstas ya
figuran en el Diccionario de la Real
Academia Española. Sin embargo, los
estereotipos tradicionales se pegan a un
lenguaje que no corresponde con la
realidad. Aunque ya no hay profesiones
masculinas y profesiones femeninas,
todavía decimos “voy al médico”… y
seguramente termina atendiéndonos una
médica. Es mejor decir: “voy a consulta
médica”.

Para algunas personas pueden sonar


extrañas las denominaciones en femenino,
pero ya es hora de reconocer la existencia
de las mujeres en el mundo moderno:
astronautas, abogadas, presidentas o
primeras ministras.

La actitud científica consiste en aceptar la


evolución del lenguaje, que responde a la
evolución histórica: las mujeres ya no
están sólo en la casa sino en el mundo.
6
TÍTULOS, PROFESIONES Y OFICIOS

Nuevos paradigmas sobre las funciones de


las personas, con independencia del sexo a
que pertenecen, obligan a mencionar
ciertas profesiones y oficios que
corresponden a la inserción de las mujeres
en campos tradicionalmente masculinos
(la conductora, la mecánica, la
presidenta, la física nuclear) y a nombrar
el trabajo de los hombres en profesiones
que antes estaban reservadas sólo a las
mujeres (el secretario o el jardinero de
preescolar).

El lenguaje puede visibilizar la


flexibilización de roles y promover una
mentalidad favorable a las preferencias y
elecciones de las personas.

Tendemos a pensar en la enfermería como


carrera exclusiva de mujeres y se ha
vuelto estereotípica la imagen del
“médico y la enfermera”; pero podría ser
también “la médica y el enfermero”.

7
¿LENGUAJE PASADO DE MODA?

Algunas personas creen que emplear


correctamente el género en el lenguaje es
una nimiedad y que no importa, por
ejemplo, que durante años, en el hogar o
en las aulas o en los espacios laborales, se
salude siempre en masculino, frente a un
porcentaje considerable de presencia
femenina: Hola niños… Bienvenidos todos
los alumnos… Buenas tardes caballeros…

Pero es definitivamente importante como


reconocemos y cómo nos reconocemos.
Por ejemplo: el uso asimétrico de los
tratamientos señora y señorita, se debe a
una tradición que distingue, sin que sea
pertinente, entre una mujer casada y una
soltera. Actualmente, no podemos
continuar identificando a las mujeres por
su estado civil o por su relación con los
hombres (señora de). Por ello debe
utilizarse señora y señor para hacer
referencia de forma general a una mujer o
a un hombre, con independencia de su
estado civil.
8
CARGOS Y TÍTULOS EN FEMENINO

El lenguaje humaniza al promover


igualdad de oportunidades y al reconocer
que hombres y mujeres pueden jugar
diversos papeles. Los títulos académicos,
por ejemplo, deben adecuarse según sean
otorgados a hombres o a mujeres. Por
ejemplo, en los diplomas se escribirá:
arquitecto o arquitecta, médico o médica,
técnico o técnica, tecnólogo o tecnóloga,
ingeniero o ingeniera, historiador o
historiadora.

Cargos y títulos deben observar


concordancia de género. En algunas
palabras la o final se reemplaza por una a
como en el caso de:

decano /decana
tesorero /tesorera
diputado /diputada
ministro /ministra

También existen otras fórmulas de


feminización.

9
FEMINIZACIÓN DE TÉRMINOS

Se puede feminizar las palabras de varias


maneras. En las palabras masculinas
terminadas en r se agrega la a, como en:

administrador /administradora
rector /rectora
revisor /revisora
comunicador /comunicadora
contador /contadora
doctor /doctora
trabajador / trabajadora
gobernador /gobernadora
investigador / investigadora

Es incorrecto decir: la director o la


embajador.

Con palabras terminadas en e hay dos


posibilidades: la primera, vacilante,
emplea el artículo en femenino: la jefe, la
gerente. La segunda opta por cambiar la e
por a: jefe / jefa; gerente / gerenta;
presidente / presidenta; asistente
/asistenta.

10
EL CONCENSO DE LA COMUNIDAD DE
HABLANTES

Como no existen sustantivos invariables,


los cambios en la realidad social y el uso
de la lengua van determinando el grado de
aceptación de los vocablos. La transición
tiene sus dificultades. Por ejemplo, hay
dudas con los femeninos irregulares.

Se sugiere que el femenino de alcalde sea


alcalda y no alcaldesa cuya definición
tradicional es “mujer del alcalde” y no
“mujer con la máxima autoridad sobre un
municipio”. Se prefiere consulesa quizá
porque, hasta ahora, suena más bonito
que cónsula, pero figura aún en el
diccionario revisado en 1992, como "mujer
del cónsul". El término poetisa, es
rechazado por su tono inferiorizante
frente a poeta. La opinión de varias
mujeres escritoras de poesía es que les
llamen también poetas; las poetas y los
poetas.

11
LOS DEBATES

En el caso de juez, fiscal, edil, oficial y


cónsul, si se acepta que la terminación "al"
no es denotativa de masculino, el artículo
o los adjetivos usados indicarían la
presencia de una mujer o un hombre en
tal función: "la juez encargada", "la
concejal nombrada"… Pierde sentido
escribir jueza cuando no se usa juezo o
"fiscala y fiscalo", "edila y edilo", "oficiala
y oficialo", "cónsula y cónsulo",
“periodista y periodisto”. No ocurre igual
con médica, femenino de médico.

La Real Academia Española de la Lengua


admitió concejala aunque no se diga
concejalo. Los manuales de estilo por los
cuales se guían los y las periodistas, no se
han puesto aún de acuerdo. Algunos
obligan a utilizar concejala pero no hacen
lo mismo con fiscala o palabras similares.

Dotar de femenino a todas las profesiones,


tiene un sentido político que transforma
criterios lingüísticos válidos en el pasado.
12
LA TORRE DE BABEL

En el idioma español el artículo es muy


importante. Nadie duda que al hablar de
"la contralto", "la soprano", "la modelo",
nos referimos a mujeres. Ni duda que
hablamos sobre hombres si decimos "el
policía", "el guardia", "el dentista".

Los adjetivos terminados en "or" carecían


de género en los orígenes del español y
operaban igual que los comparativos
actuales: "un cargo inferior", "en la parada
anterior", "una fase ulterior"… A finales
del siglo XIV se añade la "a" de femenino
principalmente cuando el adjetivo se
sustantiva: seguidor / seguidora;
constructor / constructora; profesor /
profesora… Los y las hablantes han
decidido a lo largo de los siglos dotar de
femenino a las palabras terminadas en or,
excepto los comparativos. Sin embargo, la
feminización alcanzó algunos
comparativos, por ejemplo, se dice: "la
madre superiora".

13
TRANSICIONES

Se plantean dudas con las palabras


procedentes de participios pasivos, por
ejemplo: el presidente, el vidente, el
gerente… El uso de terminación femenina
en estas palabras se halla en evolución, y
la tendencia colectiva apunta hacia la
colocación de la “a" cuando se refieren a
una mujer. Se observa el uso de la
terminación femenina cuando se
aproximan más al sustantivo que al
participio presente, y viceversa. Así, por
ejemplo, conviven "la presidenta" y "la
vidente", "la gerente" y "la asistenta", "la
gobernante" y "la gobernanta" (en este
último caso, con significados distintos).

Lo importante, más allá de las


disquisiciones gramaticales, es evitar la
invisibilización de lo femenino. Sería
necesario por ejemplo, revisar el lenguaje
administrativo en los documentos,
formularios y estadísticas, para evitar el
ocultamiento de las mujeres.

14
EL "SALTO SEMÁNTICO"

El lingüista Álvaro García Meseguer llama


"salto semántico" al uso genérico del
masculino para referirse a un conjunto de
hombres y mujeres, excluyendo
finalmente a estas últimas. Observemos
estos interesantes ejemplos:

1. "Los antiguos egipcios habitaban en el


valle del Nilo. Sus mujeres solían hacer tal
o cual cosa". El sustantivo masculino
"egipcios" tiene un valor genérico, no
marcado, en la primera parte de la
oración; sin embargo, en la segunda, el
posesivo "sus" convierte al genérico en un
claro masculino, fomentando así en el
subconsciente la identificación de varón
con persona y se produce una ocultando el
valor de la mujer.

2. “Los emigrantes se trasladaron con sus


enseres, mujeres, ancianos y niños”. Las
mujeres, las personas de edad mayor y la
niñez, figuran como apéndices del
masculino “emigrantes” y están al nivel de
15
los “enseres”, es decir, son tratados como
cosas.

4. Éste es un caso que raramente se


percibe; sólo una mirada atenta puede
descubrirlo. Veamos: "Los guardias y sus
mujeres, escuchan la radio". Aquí se borró
de un plumazo a todas "las guardias y sus
maridos".
5. "Muchas personas corrían. Llevaban
gorras y pañuelos. Además disponían del
apoyo de esposas, novias y medio millar
de voluntarios". Quien informa, ha tenido
el cuidado de hablar al principio de
"personas", pero luego refiere que
recibirán la ayuda de sus esposas o novias,
incurriendo así en el salto semántico.

6. Hay que permanecer alerta ante toda


generalización relativa a papeles
masculinos o femeninos porque a veces se
deslizan prejuicios absurdos. Por ejemplo:
"Queremos tranquilizar a las mamás,
porque en los incidentes tras el concierto
no se ha producido ningún herido entre las

16
asistentes". ¿Y por qué tranquilizar sólo a
las mamás? ¿Acaso los papás no se
preocupan? ¿Y por qué el temor se dirigía
solamente a las hijas? Al concierto
también asistían muchachos.

7. “Se organizarán actividades culturales


para las esposas de los congresistas”; se
borró la existencia de las congresistas. Es
posible decirlo de otra forma: “Se
organizarán actividades culturales para las
personas que acompañan a las y los
congresistas”.

8. El lenguaje oculta o instaura realidad:


podemos instaurar realidad cuando, en vez
de escribir “A las mujeres les concedieron
el voto después de la Primera Guerra
Mundial”, expresamos: “Las mujeres
conquistaron el voto después de la
Primera Guerra Mundial”.

17
PALABRAS E IMÁGENES EN LOS
TEXTOS ESCOLARES

En su libro “Mi mamá me mima, mi papá


fuma pipa”, Zenaida Osorio revisa el
lenguaje utilizado en textos escolares y
observa en sus frases y dibujos un
androcentrismo perjudicial. Ella nota
tratamientos desiguales, por ejemplo
cuando se habla en los libros de historia
de “los héroes de la patria” y “las mujeres
de nuestra independencia”; en ellos se
destaca su calidad de héroes y en ellas la
de mujeres, no la de heroínas.

En muchas ilustraciones, las imágenes


masculinas tienden a ser más grandes que
las femeninas, ocupan espacios centrales y
se representan en situaciones de
actividad; por el contrario, en las
imágenes femeninas predominan los
tamaños medianos y pequeños o las
posiciones de sentadas y acurrucadas, la
ocupación de las esquinas o los lugares
“detrás o debajo” y los papeles de
pasividad.
18
PALABRAS ASIMÉTRICAS

Aunque parezca un chiste, estas


definiciones que han circulado en
internet, son un buen ejemplo de la
asimetría de género en el lenguaje:

DIOS: Creador del universo; transmitió su divinidad a su


hijo varón por línea paterna.
DIOSA: Ser mitológico de culturas supersticiosas, obsoletas
y olvidadas.

PATRIMONIO: Conjunto de bienes.


MATRIMONIO: Unión legal de una pareja.

HÉROE: Ídolo.
HEROINA: Droga alucinógena.

HOMBRE PÚBLICO: Funcionario.


MUJER PÚBLICA: Puta.

HOMBRE AMBICIOSO: Buen partido, con metas, inteligente.


MUJER AMBICIOSA: Interesada, arpía, chupasangre.

PERRO: El mejor amigo del hombre.


PERRA: Desgraciada, vil, mujerzuela.

ZORRO: Hábil, inteligente, audaz.


ZORRA: Prostituta.
ATREVIDO: Osado, valiente.
ATREVIDA: Insolente, mal educada.
SOLTERO: Codiciado, inteligente, hábil.
SOLTERA: Quedada, se le fue el tren.

19
SUEGRO: Padre político.
SUEGRA: Bruja, metiche, estorbo.

AVENTURERO: Hombre audaz.


AVENTURERA: Mujer fácil.

DON JUAN: Hombre en todo su sentido.


DOÑA JUANA: La mujer de la limpieza.

"Hombre de vida fácil" no significa lo mismo que


"mujer de vida fácil", ni "mujeres de vida alegre"
tienen simetría en el terreno gramatical masculino.

Hasta hace poco, "un profesional" distaba mucho de


"una profesional".

Algunas palabras cambian de significado con el


cambio de género: asistente y asistenta, fulano y
fulana, señorito y señorita… Son un reflejo de la
asimetría social de género.

20
NEONATISMO EN EL LENGUAJE

La actitud neonática se da cuando existen


condiciones de vulnerabilidad frente a la
relación con posibles agresores. El
neonatismo se manifiesta a través de
gestos infantiles de apaciguamiento.

La cultura patriarcal, al ser violenta


contra las mujeres, las induce a ocultar su
fortaleza y a presentarse como inofensivas
menores de edad, sin autonomía, ni
poder.

El lenguaje estimula esta anomalía


utilizando insistentemente diminutivos
para lo femenino o tratando de niñas o
nenitas a mujeres adultas.

Esta tendencia neonática en el lenguaje


también insiste en utilizar ciertos
adjetivos para referirse a las niñas y las
mujeres, como: bonita, amable, servicial,
preciosa; estos mismos adjetivos son
raramente empleados para aplicarlos a los
varones.
21
LAS PALABRAS INAUGURAN EL
ESPACIO

Lograr un lenguaje que no discrimine a las


mujeres, ni a nadie por su raza, credo,
orientación sexual o edad, es una tarea
permanente relacionada con el proceso de
humanización y con lograr sociedades
fundamentadas en la igualdad, la equidad
y la reciprocidad.

La forma como el pueblo se expresa por su


lenguaje, revela su visión del mundo, sus
valores y sentimientos, su dinámica de
organización social y psicológica. La
UNESCO, en la V Conferencia de Educación
de Jóvenes y Personas Adultas realizada
en Hamburgo en el año 2000, fue
insistente en la necesidad de revisar el
lenguaje en su expresión más amplia de
representación social.

El lenguaje sexista es fruto de una


práctica social sexista, pautada por la
educación sexista que se recibe en la
familia, la escuela, las iglesias, en el
22
ambiente de trabajo y de
entretenimiento, o a través de los medios
de comunicación. Cambiar el lenguaje
sexista significa aceptar el desafío de
romper con sistemas de educación y
prácticas sexistas para crear nuevas
formas de relación entre hombres y
mujeres.

La Plataforma Mundial de Acción, de la IV


Conferencia Mundial de la Mujer en
Beijing, orientada a proteger los derechos
humanos de las mujeres, respetando sus
características individuales de raza, etnia,
edad, condición física, social, estado civil
y cultura, en el capítulo sobre Educación
recomienda: “Elaborar currículos y libros
didácticos libres de estereotipos sexistas,
para todos los niveles de enseñanza,
incluyendo la formación de personal
docente”. En su 24ª sesión, la Asamblea
General de la UNESCO examinó la
necesidad y conveniencia de eliminar de
los registros escritos y los discursos orales
“todas las formas discriminatorias de
lenguaje” con relación a la mujer.

23
CAMPAÑA POR UN LENGUAJE Y UNA
EDUCACIÓN NO SEXISTAS.

Desde 1991, la Red Latinoamericana de


Educación Popular entre Mujeres REPEM -
realiza una Campaña de Educación No-
sexista cada 21 de junio en los varios
países del continente.

En escuelas, universidades, empresas,


órganos públicos y organizaciones de la
sociedad civil, se busca sensibilizar sobre
la redacción de comunicados,
documentos, pronunciamientos, charlas,
publicaciones y materiales educativos,
para que eviten el sexismo y expresen una
nueva actitud de equidad. En textos,
poemas, letras de canciones, dibujos,
obras de teatro, concursos, programas
radiales y de TV, publicaciones,
seminarios, se empieza a expresar el
reconocimiento de la igualdad de derechos
humanos de hombres y mujeres en su
diversidad de condiciones.

24
¿ATRÁS O ADELANTE?

¿Por qué el personaje masculino acapara


el protagonismo gramatical? ¿Por qué el
masculino precede al femenino? Padre o
madre… Ponga X según sea varón o
mujer… Colombianos y colombianas…
Electores-as… ¿Por qué no al revés?

“HOMBRE: Ser humano, especialmente un


ser humano adulto, varón”.(Webster’s
Collegiate Dictionary). Con estas
definiciones, la jerarquía se establece.

Hacer la equidad en el lenguaje, es optar


por la diversidad, la creatividad y la
novedad, es decir, dejar los apegos
miedosos a la “ley” masculina. El eje
androcéntrico se rompe y se instaura el
eje androgínico. O mejor, la humanidad
tiene dos ejes: el femenino y el masculino.
Va primero, la mujer o el hombre, según
la lógica de la circunstancia: “Michael
salió de su concierto acompañado de
Madona”; “Madona salió de su concierto
acompañada de Michael”.
25
LAS FOTOS

En la publicación de gráficos e imágenes,


se puede evitar que se propague o
“naturalice” la desigualdad de los sexos.

En las fotografías se propone:

- Tender al equilibrio entre protagonistas


masculinos y femeninos.
- Evitar la representación de los papeles
tradicionales en los juegos para la niñez.
- Dejar de representar siempre a las
mujeres en la cocina y a los hombres con
el periódico. También los maridos pueden
aparecer dando el biberón al bebé.
- En la ilustración de algún deporte en
general o de una actividad de ocio, acudir
también a fotos de mujeres que practican
esa actividad.
- Fotografiar la nueva realidad laboral
pues las actividades profesionales están
desempeñadas por hombres y mujeres.
- Las fotos sobre turismo, pueden ser
mixtas y ver más allá de la obsesiva y
única imagen de la mujer que toma el sol.
26
SENTENCIA DE LA CORTE SOBRE EL
LENGUAJE

La Sentencia C-804/06 de la Corte


Constitucional de la República de
Colombia, declaró inexequible el artículo
33 del Código Civil que declaraba los
términos hombre, niño y adulto como
comprensivos de ambos sexos:

“La Corte reiteró que el lenguaje como


fenómeno social, cultural e institucional
de primer orden, se proyecta de manera
directa en el ámbito jurídico, en la
medida en que el Derecho se manifiesta y
expresa por medio de palabras. A su vez,
el lenguaje jurídico refleja y contribuye a
perpetuar formas de pensamiento. No
obstante, ni el lenguaje ni la cultura
permanecen estáticos sino que se
transforman de manera profunda, aunque
a veces imperceptible, con el paso del
tiempo. Así, los cambios sociales pueden
tener incidencia en los cambios del
lenguaje y de los contenidos de las
definiciones construidas a partir del
27
mismo; también el lenguaje, y la manera
como sea utilizado para establecer
contenidos, puede producir una variación
en la percepción de los fenómenos
sociales. En este sentido, resulta
manifiesta la influencia que ejerce el
lenguaje jurídico bien sea para mantener
la condición de sujeción de la mujer y su
sometimiento a prácticas injustamente
discriminatorias y por tanto,
desconocedoras de sus derechos
constitucionales fundamentales, o bien,
para transformar el estado de cosas
imperante y lograr una igualdad real y
efectiva entre varones y mujeres. (…)
…para la Corte, un examen del sentido y
alcance de esta norma a la luz de las ideas
y valores predominantes en el momento
en que se adoptó el Código Civil a finales
del siglo XIX, permite concluir que tal
definición estuvo lejos del mandato
vigente en nuestra Carta Política, de igual
consideración y respeto para las mujeres.
En esa medida, la definición contenida en
el artículo 33 guarda estrecha relación con
la concepción del género femenino que

28
inspiraba toda la codificación y con el
papel subordinado, dependiente e invisible
que se asignaba a la mujer a lo largo de su
articulado. (…) Pretender que se utilice
como universal el vocablo hombre sólo
trae como consecuencia la exclusión de las
mujeres, pues en su uso oficial sólo se
refiere a los varones. La Corte precisó que
sólo una definición cuyo contenido
permita visualizar lo femenino, hacer
visible a las mujeres, armoniza con la
dignidad humana, la igualdad, el derecho
a participar en el ejercicio del control
político y acorde con la prohibición de
discriminación”.

El artículo 33 del Código Civil de la


Nación, sancionado el 26 de marzo de
1873 decía:

“Las palabras hombre, persona, niño,


adulto y otras semejantes que en su
sentido general se aplican a individuos de
la especie humana, sin distinción de sexo,
se entenderán que comprenden ambos
sexos en las disposiciones de las leyes, a

29
menos que por la naturaleza de la
disposición o el contexto se limite
manifiestamente a uno solo. Por el
contrario, las palabras mujer, niña, viuda
y otras semejantes, que designan el sexo
femenino, no se aplicarán al otro sexo, a
menos que expresamente las extienda la
ley a él”.

30
LAS MUJERES, LOS ESPEJOS, EL
LENGUAJE Y EL PODER
El poder masculino está inscrito en el lenguaje.

Virginia Wolf escribía en su obra “Una


habitación propia”, que las mujeres hemos
sido educadas para servir de espejos de
aumento a los hombres, de manera que
cuando se miren en nosotras, se vean
reflejados al doble de su verdadero
tamaño y por tanto refuercen su
autoimagen. Cumpliendo esa tramposa
tarea que nos convierte en objetos
necesarios, hemos venido siendo, sin
darnos cuenta, el espejo mágico que debe
responder a las preguntas: “¿Quién es el
más guapo de este reino?”, “¿Quién manda
aquí”? Espejo adulador, bruñida superficie
que cuando se atreve a reflejar la
realidad, enfrenta la furia y corre el riesgo
de ser despedazada. En la diaria
experiencia hemos probado la “armonía y
paz” que se desprenden de unas
relaciones en las que la mujer escucha
infinitamente y calla, aprobándolo todo

31
con su mirada, con su sonrisa, con su sí
inagotable. Como diría la mexicana Gloria
Ochoa en su canción: “Mujer, si te han
crecido las ideas, de ti van a decir cositas muy
feas: que no eres buena, que si tal cosa, que
si te callas te ves mucho más hermosa”.

Sabemos el desastre que implica contra-


decir, opinar distinto, mantener una
actitud crítica, expresar nuestra verdad:
el príncipe azul se pone rojo; el firme
soldado tambalea; el dulce galán resopla
de indignación; el amigo, defraudado, no
lo puede creer. Culturalmente, ellos han
sido acostumbrados a desear, esperar y
exigir que la mujer sea su complemento,
como el eco lo es de la voz y la sombra lo
es del cuerpo. Sólo que ese eco, esa
sombra, debe repetir su ser “corregido y
aumentado”, jamás del tamaño y forma
real. Los hombres tradicionales quieren
mujeres mudas, sin voz propia. Espejos de
distorsión, de refracción; pozos de aguas
quietas y mansas, con la forma circular del
“nunca cambies”. Las mujeres y hombres
nuevos, queremos EQUIFONÍA.

32
LECTURAS
COMPLEMENTARIAS

33
EL SUEÑO DE MOEMA
Tomado de: Moema L. Viezzer

Una niña recién nacida puede vestirse de


blanco, de verde, de amarillo o aún de
azul y ser tan deseada como el niño por
ser, como él, un nuevo ser humano. Una
niña puede jugar con carritos, un niño
puede jugar a las muñecas, sin problemas.
En la casa, hombres se turnan con mujeres
en todas las tareas de reproducción de la
vida, de la crianza de los niños y niñas y
en los quehaceres del hogar, con mucho
gusto.

Se ha dislocado el eje cultural que hacía al


hombre núcleo de las relaciones
familiares, comerciales, profesionales e
intelectuales; eso implica cambios
profundos con relación a lo que
aprendimos tanto en el contenido como en
el lenguaje de los libros de historia,
geografía, ciencias, gramática, redacción,
matemática... En los cursos de derecho,
filosofía, ingeniería, arquitectura y tantos
otros de nivel universitario.

34
EL CASTELLANO
¿UNA LENGUA DE CABALLEROS?
Apartes tomados de LAGARDE, Marcela. México,
Doble Jornada, 5/5/97.

“Con elocuente androcentrismo dice


Octavio Paz: Los hombres somos hijos de la
palabra. Ella es nuestra creación; también es
nuestra creadora; sin ella no seríamos
hombres. Si se le cuestionase, quizá
respondería que el uso de la palabra
hombre, un único ser simbólico, también
abarca a todas las mujeres. Pero no es
posible reconocer ambos géneros en el
singular hombre. Incontables mujeres
construimos la historia desde nuestra
condición humana específica, pero la
misoginia nos ha silenciado e
inferiorizado. Habla Paz también de una
andrología universal de parentesco: Somos
los padres y los abuelos de otras generaciones
que, a través de nosotros, aprenderán el arte
de la convivencia humana: saber decir y saber
escuchar. Pero cada generación también
está formada por hijas, madres y abuelas y
nosotras, en la cotidianidad, transmitimos

35
la lengua materna y enseñamos a decir y a
escuchar quizá mucho más que los
hombres.
El castellano, a diferencia de otras
lenguas, enuncia los géneros e indica si
quien existe, habla, nombra, crea, goza,
trasciende, es mujer o es hombre. El
hombre universal no es una construcción
lingüística, sino filosófica y política con la
que se subsume la categoría mujer y se
desaparecen todos sus contenidos de
especificidad humana. Esta categoría se
construye en la historia, las mitologías, las
religiones, a través de las políticas del
dominio y las ideologías cotidianas que
cristalizan en una lengua propia de la
cultura patriarcal. Las mujeres nos
identificamos con la a y con las otras
formas del femenino. Nuestra lengua
contiene ambos géneros porque en efecto,
la lengua es el signo mayor de nuestra
condición humana que es condición
femenina tanto como masculina. Hay que
humanizar las aulas, las conciencias, los
imaginarios, las relaciones y todo lo que la
lengua expresa, al reconocer a las mujeres

36
y a los hombres, a las niñas y a los niños, a
los viejos y a las viejas, a las humanas y a
los humanos, aunque nos tardemos con las
frases más largas. Que la equidad también
alcance el verbo de la gente. Que el
lenguaje refleje una nueva convivencia…
que exige la decisión de dejar de
transmitir una filosofía que violenta al
castellano y mutila a la humanidad. …La
diversidad es riqueza vital y lingüística.
Las lenguas se fortalecen cuando,
cambiando siempre, expresan la
heterogénea multiplicidad de experiencias
de sus habitantes, sus lectores y
escritores. Pueden debilitarse y
desaparecer si se imponen en ellas normas
y usos que no concuerdan con las
aspiraciones, las necesidades y los deseos
de las mujeres y los hombres que viven,
piensan y sienten través de sus propias
hablas. El castellano transita por la
modernidad en tanto incorpora la
democracia genérica y la democracia vital
para suprimir el racismo, la xenofobia, el
clasismo, el sexismo y la misoginia aún
prevalecientes.

37
TRUCOS DE DESAPARICIONES

Apartes tomados de SPENCER, Dale y Elizabeth


Sarah. Aprender a perder. Sexismo y Educación.

Utilizar hombre y él para incluir a la mujer


es una práctica que se desconocía en el
siglo XV. Un tal Mr. Wilson en 1553
sostenía que era más “natural” poner al
hombre delante de la mujer (como, por
ejemplo, en macho y hembra, marido y
mujer, hermano y hermana) y como él
escribía para una población casi
exclusivamente masculina de personas
educadas a las que les interesaba el arte
de la retórica, había pocas mujeres en
situación de protestar por el llamado
“orden natural”.

Hacia 1646, no sólo se consideraba natural


que lo masculino hubiese de tener
preferencia, era también, según un Mr
Pool, que el sexo masculino era el sexo
más valioso y por tanto merecía prioridad.

38
Las teorías a favor de la superioridad del
hombre sobre la mujer aumentaron y se
reforzaron cuando, en 1746, Mr. Kirkby
inventó sus Ochenta y ocho reglas
gramaticales; la Regla Veintiuno afirmaba
que el género masculino era más global
que el femenino. El Oxford English
Dictionary define global como que incluye
muchas cosas, luego, Mr. Kirkby estaba
afirmando que el sexo masculino incluía
mucho más que el femenino. Esto es por
supuesto una opinión personal no una
opinión lingüística y no hay por tanto
razones para hacer juicios lingüísticos y
formular reglas e imponerlas a todos los
usuarios del lenguaje. Una vez más, no
obstante, parece que hubo pocas
protestas; ciertamente Mr. Kirkby no tenía
entre sus colegas ninguna mujer que se
pudiese haber opuesto y que señalase los
fallos de su razonamiento. Así nació la
regla gramatical que dice que hombre
abarca a mujer, porque hombre es más
importante.

39
En 1850 el Parlamento inglés aprobó una
ley por la que oficialmente se hizo que,
hombre representase a mujer (Bodine,
1975). No había por supuesto
parlamentarias que pudiesen formular
nociones en contra.

No se puede decir pues, que las iniciativas


actuales para eliminar lo que los
gramáticos dispusieron “estropeen” el
lenguaje. No estamos intentando cambiar
algo que sea puro y sin adulterar. Por el
contrario, estamos intentando eliminar
una regla lingüística artificial a la que
nunca se le debería haber dado crédito y
que nunca ha estado justificada desde un
punto de vista lingüístico.

Desafortunadamente, los esfuerzos de los


gramáticos varones fueron eficaces y la
regla se impuso. Es la hora de cambiarla,
porque mientras hombre sea el término
lingüístico favorecido, es el sexo
masculino la imagen que resulta
favorecida en nuestra mentalidad.

40
Alleen Pace Nilsen (1973) observó que los
niños pensaban que hombre significaba
varón al escuchar frases como el hombre
necesita alimento; Linda Harrison (1975)
observó que los estudiantes de ciencias
pensaban en personas de sexo masculino
cuando hablaban de la evolución del
hombre; J. Schneider y Sally Hacker
(1972) observaron que los universitarios
pensaban en varones cuando se
encontraban con títulos como el Hombre
político o el Hombre urbano. Linda
Harrison y Wendy Martyna (1978)
observaron que el hombre utilizaba el
término hombre con mayor frecuencia que
las mujeres.

Cuando se preguntó a los hombres en qué


pensaban cuando utilizaban la palabra
hombre, decían que pensaban en sí
mismos. Las mujeres, en cambio, decían
que utilizaban el término hombre porque
les habían enseñado que era
gramaticalmente correcto. Desde las niñas
hasta las universitarias, reconocieron que
no estaban englobadas en el término

41
hombre; no podían pensar en sí mismas
cuando utilizaban la palabra.

Muriel Schulz (1978) analizó los escritos de


muchos sociólogos punteros (pasados y
actuales) y observó que aunque pueden
haber utilizado expresiones como hombres
de ideas y la naturaleza del hombre,
supuestamente para incluir a todos los
miembros de la especie, de hecho se
referían sólo a varones. Erich Fromm
parecía pensar así cuando escribió que los
“intereses vitales” del hombre eran “la
vida, la comida, el acceso a las mujeres,
etc.” (Alma Graham, 1975).

El Ministerio de Trabajo de USA reconoció


que: “Como se conoce la sociedad por el
lenguaje, las niñas aprenden que muchas
situaciones descritas con palabras
masculinas no las incluye a ellas. La
omisión lleva implícita la comprensión de
que una gran parte del mundo no es
apropiada para ellas” (Berger y Kachuk,
1977).

42
LA MISOGINIA DE LOS HISTORIADORES
Tomado de:
Piedad Córdoba, Columna Móvil, El Espectador,
Domingo 14 de Julio de 1996, Pág. 4ª.

“Yadira Calvo en su libro A la mujer por la


palabra (premio de ensayo en Costa Rica
del certamen Una Palabra, 1989), anota:
Una explícita orden de guardar silencio ha
difamado el habla de las mujeres,
calificada como cháchara y vacua
parlanchería”.

“Vocablos castellanos, tienen todavía


connotaciones despectivas como dueña y
prójima, que significan, sirvienta y
prostituta. El calificativo de pública o
alegre, significa ramera, creando la idea
de que la acción exterior, la libertad, la
alegría, son tipos de vida ajenos a la
mujer decente; ideas similares persisten
entre hispanohablantes modernos de la
sociedad tecnológica del siglo XX como
entre los antiguos nahuas neolíticos, para
quienes también las mujeres alegres
(ahuasiani) eran las prostitutas. La imagen

43
de la mujer doliente y acongojada es un
ideal muy caro al patriarcado de cualquier
punto de la tierra y de cualquier momento
de la historia”.

“Ofelia Gómez, en Género y


democratización de la gestión pública en
el sector educativo, plantea que el hecho
de que la historia no incluya a las mujeres
tiene un efecto desastroso en su
autovaloración. La misoginia de los
historiadores niega la contribución de las
mujeres a la historia y a la cultura y deja
la sensación de que las mujeres han sido
pasivas y sólo receptoras de lo que los
hombres han creado. Es importante
desarrollar una pedagogía de género que
permita conocer quiénes han sido las
mujeres que nos han precedido, tanto en
términos de la gran historia como en la
historia de cada una de nosotras. ¿Cómo
vivieron, cómo estamos nosotras en
relación con ellas?”

“Cuando la niña abre la enciclopedia y lee


que el hombre es la forma superior de

44
vida en la tierra su autoestima está siendo
lacerada. Cuando los niños leen la historia
se validan inmediatamente con fuertes
imágenes de guerreros, conquistadores,
exploradores, inventores”.

“En las universidades, aún predominan las


mujeres en áreas llamadas femeninas.
Cuando las niñas logran aprender a leer y
escribir, ya han reforzado su autoimagen
de menos capaces, menos activas y menos
interesantes que los varones. Pese a que
las mujeres conforman el 52 % de la
población, los cuentos, las historias y las
biografías se centran en la figura
masculina y cuando aparece la imagen
femenina, infantil o adulta, es
típicamente representada como: débil,
dependiente, melosa, temerosa de tomar
riesgos, demasiado preocupada por su
apariencia y emocionalmente inestable.
Por contraste, a los niños se les dibuja casi
siempre como seres fuertes,
independientes, sólidos, amigos
confiables, valerosos y emprendedores”.

45
ALGO FASTIDIOSO
SPENCER, Dale y Elizabeth Sarah.
Aprender a perder. Sexismo y Educación.

Las palabras que excluyen a los varones


son mucho menos frecuentes, y de un
status más bajo. Los hombres podrían no
sentirse tan ofendidos por la exclusión del
trabajo doméstico o de las labores de
crianza. Es distinto que aceptar ser
excluido de la política, de la religión, del
trabajo y, por supuesto, de la sociedad.

En ejercicios de análisis crítico del


lenguaje, realizados con chicos y chicas
escolares, ellas se percataron muy rápido
de su exclusión pero no hubo comentario
sobre la injusticia de la regla. Cuando se
propuso construir frases al revés,
excluyendo a los varones, los chicos
perdieron el entusiasmo y pasaron de la
incomodidad a la hostilidad. Pensaban que
eso era estúpido y uno de ellos se fue del
grupo. El no estar acostumbrados a “no
contar” y permanecer invisibles, hizo que
les resultase difícil la toma de conciencia.

46
BIBLIOGRAFÍA

DALE, Spender y Elizabeth Sarah. Aprender a perder.


Sexismo y Educación. Paidos Educador, Barcelona, 1993.

INSTITUTO DE LA MUJER Y MINISTERIO PARA LAS


ADMINISTRACIONES PÚBLICAS. Uso No sexista del lenguaje
administrativo. Ministerio de Asuntos Sociales, Madrid,
1993.

LAGARDE, Marcela. “El castellano ¿Una lengua de


caballeros?”. En: Doble Jornada, México, Mayo 5 de 1997.

OSORIO, Zenaida. Mi mamá me mima, mi papá fuma pipa.


Por una educación con igualdad de oportunidades para
niñas y niños. Presidencia de la República, Bogotá, 1995.

REPEM, Campaña A=O, Brasil, 1999.

ROMERO CONTRERAS, María del Rosario. En ruta hacia la


equidad de género. Por una educación no sexista. Guía
pedagógica para entender y transversalizar la Perspectiva
de Género en el ámbito educativo. Gobernación de
Antioquia, Secretaría de Equidad de Género para las
Mujeres, Medellín, 2006.

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