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UNIVERSIDAD DEL GOLFO DE MÉXICO NORTE

Clave de la Institución 30MSU0989U

CAMPUS TIERRA BLANCA, VER.

TITULO DEL TRABAJO ESCRITO


LOS DERECHOS HUMANOS EN LA ACTUALIDAD Y LA IGUALDAD DE
GENERO

DETERMINACION DEL TRABAJO ESCRITO


MONOGRAFÍA

QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE:

LICENCIADA EN DERECHO

PRESENTA:

ANDREA CECILIA ESQUIVEL PULIDO

TIERRA BLANCA, VERACRUZ 2023


ÍNDICE

LOS DERECHOS HUMANOS EN LA ACTUALIDAD Y LA IGUALDAD DE GENERO . 3

INTRODUCCIÓN ..................................................................................................................... 3

CAPITULO I: EVOLUCIÓN DE LOS DERECHOS ............................................................... 4

CAPITULO II: DECLARACIÓN UNIVERSAL DE LOS DERECHOS HUMANOS .......... 23

CAPITULO III: LOS DERECHOS HUMANOS .................................................................... 29

CONCLUSIONES ................................................................................................................... 38

DEDICATORIA ...................................................................................................................... 39

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ..................................................................................... 40

2
LOS DERECHOS HUMANOS EN LA ACTUALIDAD Y LA IGUALDAD DE GENERO

INTRODUCCIÓN

Iniciando con la investigación, yo elegí el tema de los derechos humanos e igualdad de género

en la actualidad ya que es un tema extenso lleno de aprendizaje para la persona o personas que se

interesen en él. En la actualidad los derechos se han ido actualizando conforme las necesidades y

leyes del día con día, estos derechos los tenemos adquiridos desde antes de nacer y hasta al

fallecer.

¿Qué son los Derechos Humanos? Los derechos humanos son derechos inherentes a todos los

seres humanos, sin distinción alguna de nacionalidad, lugar de residencia, sexo, origen nacional

o étnico, color, religión, lengua, o cualquier otra condición. Todos tenemos los mismos derechos

humanos, sin discriminación alguna, así como tenemos derechos también adquirimos

obligaciones con ellos y están contemplados con la ley y garantizados en ella, hay normas que

nos fundamentan nuestros derechos un ejemplo de fundamento seria la Constitución Política de

los Estados Unidos Mexicanos hablo de este país ya que mi nacionalidad es mexicana y desde

ahí empieza, todo ser humano que nazca en territorio mexicano gozara de los derechos y

garantías en él, fundamentándolo con el Título I Capítulo I artículo 1ro. De La Constitución

Política de los estados Unidos Mexicanos que dicho artículo dice: En los Estados Unidos

Mexicanos todas las personas gozarán de los derechos humanos reconocidos en esta Constitución

y en los tratados internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte, así como de las

garantías para su protección, cuyo ejercicio no podrá restringirse ni suspenderse, salvo en los

casos y bajo las condiciones que esta Constitución establece.

3
CAPITULO I: EVOLUCIÓN DE LOS DERECHOS

1.1 Evolución histórica de los derechos humanos.

Es importante entender que los derechos humanos son ininteligibles sin el concepto “derecho

subjetivo”, que se gestó en la modernidad, si bien tiene ciertos precedentes importantes en la

Edad Media. Fue posible hablar de derechos humanos cuando se consideró que el hombre, solo

por serlo, tiene prerrogativas naturales o bien derechos subjetivos que deben ser reconocidos,

respetados y protegidos por el poder soberano. Por eso es tan importante conocer el origen de lo

que se conoce actualmente como derechos humanos o fundamentales.

En el siglo XVII con el nacimiento de la escuela racionalista de derecho natural, fue cuando

maduró el derecho subjetivo, cuyo fundador, para muchos historiadores, es el humanista

holandés Hugo Grocio, que comenzó a ser un gran toral para los grandes sistemas de

pensamiento jurídico y político. Mas sin embargo su origen está en las obras, códigos y

discusiones de la baja edad media.

En la edad media se dice que no hubo un concepto de derecho subjetivo, más bien, hubo

figuras jurídicas y conceptos teóricos de los primeros visos de una versión de libertad que dará

paso al moderno concepto de derecho subjetivo. Para las personas de la edad media el derecho

era una relación con una cosa, y se consideraba que el medio propio de la justicia era un medio

real, qué significa, que lo importante no era tanto las pretensiones subjetivas de cada uno de los

que entraban en un trato jurídico con las cosas y las relaciones con ellas que eran objeto del

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mencionado negocio. También se decía que la justicia era un acto virtuoso que buscaba dar a

cada quien lo suyo, generando una cierta igualdad de la proporción de la cosa exterior a la

persona exterior. Entonces lo importante era la determinación y el otorgamiento de los objetos

que son de cada uno, es entonces la justicia, a diferencia de otras virtudes, la finalidad de inserir

en lo real, modificarlo, generar un estado de cosas nuevas para realizar el derecho (ius), que es

precisamente eso: lo que es de cada uno.

No es lo que yo pretendo que sea mío, sino lo que de hecho es mío por algún título jurídico

que lo ampara, por las diferentes formas de adquisición de la propiedad.

Como primer precedente qué podemos hallar en la historia del pensamiento de derecho

subjetivo es la diferenciación entre fas e ius qué hizo San Isidoro de Sevilla: fas es lo lícito, lo

autorizado por dios al hombre, mientras que ius es lo legal, aquello que está en las leyes. Fas es

una facultad anterior al derecho que posee todo ser humano y qué tiene que ver con la dignidad

qué implica ser libre y racional, ius, por el contrario, se refiere a los preceptos que los hombres

han pactado y que si se quebrantan se dará un castigo justificado por la vida en sociedad. La

existencia de una facultad que estaba por encima del derecho, de las leyes y su precepto, debido

a que el hombre la poseía naturalmente, esto es, la poseía por el simple hecho de ser libre y

racional, es un claro antecedente del derecho subjetivo.

El código de derecho canónico es otro antecedente del derecho subjetivo, este ordenamiento

jurídico cuyo origen formal o normativo data del siglo XII, tenía un valor general en toda Europa

por ser propio de la iglesia católica. La diferencia que tenía del derecho común y de los

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ordenamientos locales, es que no dependía de pactos entre las partes, pues su autoridad no residía

en la voluntad humana sino en la voluntad divina. El Papa y el concilio de obispos eran quienes

conocían esa voluntad divina para traducirla a normas jurídicas universales; a esta particular

capacidad que sólo era propia de la más alta jerarquía eclesiástica se le llamó potestad o potestas.

Para el derecho canónico potestad era una cierta facultad adecuada para ejercer alguna operación

en determinado supuesto, según la definición del jurista medieval Jacobo Almain.

Y el término facultad designaba claramente un poder que podía ser ejercido ad libitum, o sea,

libremente. Tradicionalmente se había considerado que el Papa tenía dominio sobre toda la

Iglesia, el cual ejercía a través de su potestad, y las autoridades inferiores y los fieles en general

tenían también a su disposición una serie de facultades y derechos. El dominio que

supuestamente poseía el Papa sobre el orbe fue conocido con el nombre de plena potestad; los

obispos igualmente tenían potestad sobre sus diócesis. Lo particular de estas potestades es que

eran primarias y originales, es decir, no se derivaban de ninguna otra fuente que no fuese la

concesión divina y, por tanto, no se fundaban en derecho alguno, sino que fundaban el Derecho.

Y así como estos antecedentes hubo varios más como el de San Francisco de asís, quién fundó

la orden de los frailes menores en 1209. una de la multitud de movimientos religiosos que podrá

va en la pobreza fue el de Francisco el más influyente y exitoso de toda la edad media. La

pobreza como ideal salvífico tiene su fundamento en el nuevo testamento, pero su resignificación

como una práctica voluntaria y radical tuvo su desarrollo más importante en la época bajo

medieval. estos movimientos veían a la pobreza como una condición asumida hasta sus últimas

consecuencias: la medicación, es decir, vivir de caridad de los demás. El pobre voluntario se

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oponía al dominio (dominium) O potestad (potestas); él era el siervo que había renunciado a todo

poder (potens) económico, político, cultural y social.

Esto significa que optaba por la impotencia y su puesto en la sociedad era insignificante, pues

al no poseer nada, no tenía ninguna relación con el Derecho. Esto último vale pena recalcarlo: el

pobre, al renunciar a todo dominio, perdía cualquier estatuto jurídico. El dominium o dominio,

que definía en gran medida el derecho objetivo, significaba la relación de poder con un objeto o

con otras personas, relación que el Derecho protegía, conservaba, a través de las leyes. Dicho de

forma resumida: el dominio era un poder legal.

Con todo esto entendemos que, la Regla de San Francisco, en sus dos formulaciones, estipula

que la pobreza significa la ausencia de dominio en el sentido más amplio.

El argumento general que esgrimieron los franciscanos fue que el uso y el dominio eran cosas

distintas. Un cierto uso de las cosas es indispensable para la supervivencia, pero usar no significa

dominar, poseer en propiedad. El pobre voluntario no tiene la intención del propietario ni ve ni

utiliza la cosa como éste lo hace. El “uso” es desvinculado de forma radical por los teóricos

franciscanos del Derecho: usar de una cosa no es tener propiedad sobre ella. En consecuencia, el

uso propio de los franciscanos no implica ningún derecho sobre la cosa.

El Derecho, así como una de sus más importantes especies, el dominio, pueden hacerse valer

o reclamarse frente a un juez; sin embargo, toda pretensión o conflicto jurídico de esta índole se

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opone a la paz y a la humildad que Francisco exige de sus monjes en la Regla. Éste era uno de

los problemas de fondo.

Para el Derecho Romano no existía propiedad sin un título jurídico que la amparara; no

obstante, esta máxima no daba cuenta de la pobreza que habían vivido Jesús y sus apóstoles,

pues ellos, al igual que San Francisco de Asís, no habían poseído nada en estricto sentido y, por

tanto, no habían utilizado el derecho. Para poder mantener esta afirmación, fue necesario

considerar el dominio en términos distintos a los romanos. Uno de los intelectuales franciscanos

que asumió esta pesada empresa con mayores y denodados esfuerzos fue Guillermo de Ockham.

Ockham es considerado por algunos autores como el primer teórico del derecho subjetivo,

debido a su definición del Derecho como una potestad sobre lo individual. No obstante, los

estudios sobre el uso del término facultad o potestad, tanto en el derecho canónico como en los

tratados franciscanos anteriores al pensador inglés, han hecho que se matice esta afirmación. En

efecto, Ockham no fue el primero en hablar de facultades subjetivas, pero es uno de los autores

que más profundizaron en el asunto y, además, hizo un uso del concepto ius original que después

sería muy influyente.

Las objeciones que habían esgrimido tanto el Papa como los juristas contra la versión de la

pobreza franciscana eran esencialmente dos: cuando se actúa, se hace con derecho o sin derecho;

en este último caso, se procede ilegalmente. La segunda consiste en afirmar que el consumo

material de algo, por ejemplo, la comida, implica necesariamente la propiedad. Ockham contesta

diciendo que junto al dominio civil existe un dominio primario, que es legítimo, aun cuando está

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fuera del Derecho, y que permite tener una propiedad particular de las cosas, si bien tal dominio

nada tiene que ver con las leyes humanas o naturales. Lo particular de este dominio es que

pertenece al derecho divino o ius poli, y su legitimidad no viene dada por el pacto de voluntades

ni por una concesión terrena, ya sea política o jurídica.

Si el ser humano tiene una libertad radical que lo faculta para actuar lícitamente sin el amparo

o autoridad del Derecho, entonces ninguna autoridad humana tiene poder de obligar a persona

alguna que no preste su voluntad para ello.

Parece que en el pensamiento de Ockham terminan por identificarse dominio y libertad. Esto

significa que se contempla al hombre como un individuo pleno en sí mismo y dotado de una

totalidad de soberanía. La libertad, entonces, es un dominio propio que dota de autonomía e

independencia a cada individuo. El fas (lo lícito), el usus (el uso) y la prima potestas parentum

(la primera potestad de nuestros padres (se refiere a Adán y Eva)) dejan entrever una visión de la

libertad individualista que servirá de andén para las futuras construcciones teóricas de los

pensadores de la llamada Escuela Racionalista de Derecho Natural.

Posteriormente el derecho natural en la Segunda Escolástica Española trajo consigo este

nuevo concepto de libertad que tuvo gran influencia en toda Europa y que generó una nueva

visión del derecho natural y que es representada principalmente por Tomás de Aquino. Esta

nueva visión del derecho natural sufrió una serie de transformaciones hasta evolucionar y

convertirse en nuestro actual concepto de derechos humanos o fundamentales.

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La Segunda Escolástica Española fue un movimiento intelectual fundado por el dominico

español Francisco de Vitoria en las postrimerías del siglo XVI, que tuvo principalmente dos

sedes intelectuales: las universidades de Coímbra y de Salamanca. Una de las ideas que

mayormente influyó en esta escuela fue que la libertad era una facultad originaria anterior al

derecho humano.

Asimismo, otra tendencia que se dejó sentir con fuerza en los escolásticos tardíos fue la de

considerar que el valor de toda ley residía en su carácter de ordenada por una voluntad superior.

En la tradición filosófica anterior, la ley tenía un valor por sí misma, ya que era un ordenamiento

de la razón respecto de la realidad;20 dicho en otros términos: la ley era una relación entre el

mundo exterior y la racionalidad humana.

Sin embargo, una vez que Ockham sostuvo que toda realidad es atómica y que, de ella, por

tanto, no se puede predicar ningún universal, la visión clásica de la ley como un ordenamiento

cedió el paso a una visión voluntarista para la cual la esencia de toda norma es que sea impuesta

por una autoridad.

Podemos decir que fueron principalmente tres las ideas de filiación franciscana que tuvieron

fuerte impronta en los pensadores de la Segunda Escolástica Española: 1) Una concepción de la

libertad como una facultad irrestricta y primera, anterior a todo derecho, 2) una visión

voluntarista de la ley, y 3) una antropología individualista que entiende al hombre como un ser

cuya naturaleza está acabada. Hubo, además, dos grandes ejes de pensamiento que sí fueron

originales de la Escolástica Española: 1) el pactismo o contractualismo, con su consecuente idea

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de que la soberanía reside en el pueblo, y 2) que las esencias o naturalezas metafísicas son

inmutables y revelan con toda claridad el derecho natural.

Nótese que esta última premisa parece contradecir aquella otra que afirma que la esencia de la

ley o el derecho es su carácter de ordenada. No perdamos de vista que la creencia en una serie de

derechos que se desprenden de la contemplación de las naturalezas es la que sostiene todo el

edificio racionalista de los derechos humanos. De ahí la importancia de la Segunda Escolástica

Española a la hora de hablar sobre el origen de estos derechos. Las doctrinas jurídicas y políticas

de tres integrantes de la Escolástica tardía: Francisco de Vitoria, fundador de esta corriente;

Francisco Suárez, el pensador en el que se dan cita la mayoría de las tendencias intelectuales que

caracterizan a esta escolástica, y Fernando Vázquez de Menchaca, el primer jurista estrictamente

moderno y en el que se encuentran muchos de los conceptos que, al correr del tiempo, hicieron

posible el nacimiento de los derechos humanos.

La persona es, pues, la fuente de todo derecho. Antes de cualquier norma está su libertad, que

funge como una esfera moral o cualidad activa. Cada individuo ha de tener bien asegurada esta

esfera moral, por lo que nadie puede obligar a otro sin su consentimiento. De esta forma, en el

pensamiento de Pufendorf todos los individuos son personas, esto es, son libres y, por tanto,

iguales. El derecho natural consistirá esencialmente en pactos entre individuos libres que se

encuentran en una relación de igualdad.

Podemos nombrar a otros autores como, Vázquez Menchaca, John Locke, Samuel Pufendorf,

entre otros, que son importantes para la evolución del concepto de derecho natural, sin embargo,

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todos llegan de alguna u otra forma a la misma ideología: Si el hombre tiene la capacidad de

poseer bienes externos, es precisamente porque se posee a sí mismo. No se podría exigir de un

ser que no fuese libre y tuviese autogobierno que se autopreservase.

No es de extrañar, pues, que de la idea de los derechos naturales se pasara a la idea de

derechos humanos o fundamentales. ¿En qué reside la diferencia entre una y otra denominación?

Se llamaron humanos o fundamentales los derechos naturales que se consagraron en un texto

jurídico (declaración, constitución, tratado) que tenía pretensiones de universalidad, es decir, de

tener valor para todos los hombres de todos los hombres.

En lo que respecta a sus posturas antropológicas, podemos decir que la visión corriente del

hombre era la del hombre como un individuo libre y aislado que no estaba obligado sino a lo que

prestara su consentimiento. De suerte que la existencia de la comunidad política, es decir, la

renuncia de una parte de la libertad personal con la finalidad de crear un poder que fuese capaz

de coordinar los distintos derechos individuales, únicamente se podía comprender a partir de la

idea de un contrato social. Para asegurar la igualdad de las distintas voluntades, se hizo necesaria

la idea del estado de naturaleza, un estadio primitivo (simbólico, para la mayoría de los

pensadores) en el que ningún hombre era superior a otro y desde el cual era posible la realización

de un contrato social.

12
1.2 El reto educativo de los derechos humanos.

En la Carta de las Naciones Unidad de 1945 y, mas concretamente, en la Declaración

Universal de Derechos Humanos de 1948, cuyo preámbulo se dice que la Asamblea General de

las Naciones Unidas proclama la Declaración “como ideal común por el que todos los pueblos y

naciones deben esforzarse, a fin de que tanto los individuos como las instituciones, inspirándose

constantemente en ella, promuevan, mediante la enseñanza y la educación, el respeto a estos

derechos y libertades”, luego en su artículo 26, inciso 2, la Declaración subraya que “La

educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana y el fortalecimiento

del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales, favorecerá la composición,

la tolerancia y la amistad entre todas las naciones y todos los grupos étnicos o religiosos; y

promoverá el desarrollo de las actividades de las Naciones Unidas reconoce a todos los pueblos

del mundo”.

En 1968, bajo los auspicios de las Naciones Unidas, tuvo lugar la “Conferencia Internacional

de Derechos Humanos”, celebrada en Teherán, con el fin de examinar los progresos realizados

desde la aprobación de la “Declaración Universal de Derechos Humanos” (1948). Esta

Conferencia decidió instar a los Estados a que se aseguraran de que “todos los medios de

enseñanza” se emplearan de manera tal que los Jóvenes se formaran y desarrollaran en un

espíritu de respeto por la dignidad humana y por la igualdad de los derechos de todos los seres

humanos.

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La Asamblea General de las Naciones Unidas resolvió ese mismo año (1968) pedir a sus

Miembros que tomaran, cuando conviniera, medidas para introducir o estimular, según el sistema

escolar de cada Estado, los principios proclamados en la "Declaración Universal de Derechos

Humanos" y otras declaraciones.

Pidió, asimismo, la enseñanza progresiva de esta materia en los programas de las escuelas

primarias y secundarias, e invitó a los maestros y profesores a aprovechar las ocasiones que les

ofreciera la enseñanza para señalar a la atención de sus alumnos el papel cada vez más

importante del sistema de las Naciones Unidas en el fomento de la cooperación pacífica entre las

naciones y en los esfuerzos mancomunados por promover la justicia y el progreso social y

económico en el mundo.

Algunos de los conceptos incluidos en la aludida recomendación, que ha sido hasta el día de

hoy, el marco obligado de referencia para la introducción, en los procesos educativos, de la

enseñanza de los temas a los cuales se refiere la recomendación; la recomendación entiende por

educación el "proceso global de la sociedad, a través del cual las personas y los grupos sociales

aprenden a desarrollar conscientemente en el interior de la comunidad nacional e internacional y

en beneficio de ellas, la totalidad de sus capacidades, actitudes, aptitudes y conocimientos" Los

términos "comprensión", "cooperación" y "paz internacionales", dice la Recomendación, deben

considerarse como un todo indivisible, fundado en el principio de las relaciones amistosas entre

los pueblos y los Estados que tienen sistemas sociales y políticos diferentes, así como en el

respeto de los derechos humanos y las libertades fundamentales Y agrega los "derechos

humanos" y las "libertades fundamentales" son los definidos en la Carta de las Naciones Unidas,

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la Declaración Universal de Derechos Humanos y los Pactos Internacionales de Derechos

Económicos, Sociales y Culturales y de Derechos Civiles y Políticos La enseñanza de los

Derechos Humanos deberá comprender así todas las llamadas "generaciones" de los Derechos

Humanos.

La Recomendación de la UNESCO sugiere a los Estados miembros que formulen políticas

nacionales encaminadas a "aumentar la eficacia de la educación en todas sus formas, a reforzar

su contribución a la comprensión y la cooperación internacionales, al mantenimiento y desarrollo

de una paz justa, al establecimiento de la justicia social, el respeto a la aplicación de los derechos

humanos y las libertades fundamentales, y a la eliminación de los prejuicios, los malentendidos,

las desigualdades y toda forma de injusticia que dificultan la consecución de esos objetivo”, “los

estados miembros deberían tomar medidas destinadas a lograr que a los principios de la

Declaración Universal de Derechos Humanos y los de la Convención Internacional sobre la

eliminación de todas las formas de discriminación racial lleguen a ser parte integrante de la

personalidad de cada niño, adolescente, joven o adulto, a medida que ésta se desenvuelve,

aplicando esos principios en la realidad cotidiana de la enseñanza en todos sus grados y en todas

sus formas, permitiendo así a cada individuo contribuir en lo que a él respecta, a renovar y

difundir la educación en el sentido indicado”.

Los Estados Miembros deberían incitar a los educadores a poner en práctica, en colaboración

con los alumnos, los padres, las organizaciones interesadas y la comunidad, métodos que,

apelando a la imaginación creadora de los niños y de los adolescentes y a sus actividades

15
sociales, preparen a éstos a ejercer sus derechos y gozar de sus libertades, sin dejar de reconocer

y respetar los derechos de los demás, y a cumplir sus funciones en la sociedad.

“Los Estados Miembros deberían promover, en cada etapa de la educación, un aprendizaje

cívico activo que permita a cada persona conocer el funcionamiento y la obra de las instituciones

públicas, tanto locales y nacionales como internacionales, iniciarse en los procedimientos

apropiados para resolver cuestiones fundamentales y participar en la vida cultural de la

comunidad y en los asuntos públicos.

Esta participación deberá establecer, siempre que sea posible, un vínculo cada vez más

estrecho entre la educación y la acción para resolver los problemas que se plantean en los niveles

local, nacional e internacional"

Más recientemente, en el mes de marzo de 1993, bajo los auspicios de la UNESCO y del

Centro de las Naciones Unidas sobre los Derechos Humanos, tuvo lugar en Montreal, Canadá, el

"Congreso Internacional sobre la educación para los derechos humanos y la democracia".

Este Congreso tuvo como principal objetivo elaborar, para someterlo a la "Conferencia

Mundial sobre los Derechos Humanos", un "Plan Mundial de Acción sobre educación para los

Derechos Humanos y la Democracia".

Dicho Plan, adoptado por la Conferencia Mundial de Viena, reafirmó que "los valores

democráticos son requeridos para el disfrute de los derechos humanos y las libertades

16
fundamentales, por lo cual la educación sobre los derechos humanos y la democracia deberían

recibir atención especial".

El Plan es un marco general de acción, más que una estrategia omnicomprensiva para la

educación formal e informal, pelo que parte de una concepción global de la educación formal, no

formal, informal, de adultos, popular, educación familiar, extraescolar y especial para personas

en situaciones difíciles o de riesgo (refugiados, personas que viven en zonas de conflictos, etc.)

El propósito final debe ser construir una "cultura de paz" sobre la base de la democracia, el

desarrollo, la tolerancia y el más amplio respeto a los derechos humanos.

Enseñanza de los Derechos Humanos en un mundo cambiante es la punta de lanza del Plan tal

enseñanza debe ser participativa, operativa, creativa e innovativa. El reto clave es destacar el

carácter universal de los Derechos Humanos sin dejar de tener presente, a la vez, que están

profundamente enraizados en las diferentes tradiciones culturales.

Al inaugurar la "Conferencia Internacional sobre Enseñanza de los Derechos Humanos y

Democracia" (Montreal, Canadá, marzo de 1993), el Director General de la UNESCO, consideró

necesario precisar que la educación referida a los derechos humanos es todo lo contrario a la

enseñanza de un dogma, no se trata de enseñar o memorizar un texto ni de promover

determinados modelos de democracia "Se trata, dijo el Director General, más bien de inculcar en

los jóvenes los valores asociados a los Derechos Humanos y la Democracia.

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En último análisis, esta educación significa estimular en todos y en cada uno la voluntad de

participar, con sentido muy claro de responsabilidad, en todos los aspectos de la vida política y

social". Según el Director General, la enseñanza de los Derechos Humanos abarca tres aspectos

la transmisión de conocimiento específico, la aceptación de los valores y principios que sirven de

base a los Derechos Humanos y la Democracia y la práctica de los derechos, de las libertades

fundamentales y la democracia.

Nos parece que corresponde concebir la educación para los Derechos Humanos como un

elemento catalizador, que debe impregnar la totalidad del quehacer educativo, como

consecuencia del reto, del desafío, que para la educación significa asumir los Derechos

Humanos.

La enseñanza de los Derechos Humanos debe ser de carácter interdisciplinario y

"polinizador", valga la expresión, su cometido no se agota con la simpe introducción en el

pensum de una asignatura más, su naturaleza rebasa los reducidos límites de una asignatura y su

concepción va más allá de la unidisciplinariedad tradicional. La UNESCO considera el tema de

los Derechos Humanos como transdisciplinario.

En América Latina cada vez es más relevante el papel que han asumido las Organizaciones no

Gubernamentales en el auspicio de este tipo de programas. Así lo reconoció la Reunión Regional

preparatoria de la Cuadragésima Conferencia Internacional de Educación, celebrada en Santiago

de Chile en abril de 1994. En el relato final de esta reunión se dice "En América Latina y el

Caribe se advierten importantes avances en el campo de la educación para la paz, los derechos

18
humanos y la democracia, promovidos especialmente por organizaciones no gubernamentales.

Estos avances se refieren tanto a la elaboración de materiales y recursos didácticos como a la

formación y desarrollo de maestros, profesores, directivos y supervisores. De ahí que los

Ministerios de Educación pueden disponer de una rica y probada experiencia con vistas a poner

en práctica sus compromisos adquiridos en las materias, así como en la definición y adopción de

políticas, estrategias y programas educativos en este ámbito". Es aquí donde cabe también

mencionar la necesidad de una "Educación Permanente para todos" en Derechos Humanos.

Si la Educación Permanente propicia el encuentro entre la vida y la educación, y sustituye el

concepto de preparación para la vida por el de educación durante toda la vida, su introducción en

los esfuerzos conducentes a propiciar un nuevo humanismo, basado en una "Cultura de derechos

humanos, paz y democracia", es de vital importancia.

1.3 Identidad y diversidad cultural.

En 1982, la "Conferencia Mundial sobre Políticas Culturales" convocada por la UNESCO,

adoptó la "Declaración de México", en la cual se incluye una definición de cultura que mereció

aceptación universal, según dicha Declaración, cultura es el conjunto de rasgos distintivos,

espirituales y materiales, intelectuales y afectivos que caracterizan una sociedad o un grupo

social, ella engloba, además de las artes y las letras, los modos de vida, los derechos

fundamentales al ser humano, los sistemas de valores, las tradiciones y las creencias (UNESCO,

1982).

19
La "Declaración de México" proclamó el derecho de los pueblos, naciones y comunidades a

su identidad cultural "Cada cultura, se dijo, representa un conjunto de valores único e

irreemplazable, ya que las tradiciones y formas de expresión de cada pueblo constituyen su

manera más lograda de estar presente en el mundo", de ahí que la afirmación de la identidad

cultural contribuye a la liberación de los pueblos, por el contrario, cualquier forma de

dominación niega o deteriora dicha identidad.

La afirmación de la identidad cultural no significa promover el aislamiento ni la confrontación

con otras culturas, en realidad, la identidad cultural de un pueblo se enriquece en contacto con las

tradiciones y valores de otras culturas, "La cultura es diálogo, dice la "Declaración de México"

antes citada, es intercambio de ideas y experiencias, apreciación de otros valores y tradiciones, se

agota y muere en el aislamiento".

La UNESCO y sus Estados Miembros han proclamado el principio de que identidad cultural y

diversidad cultural son indisociables, la esencia misma del pluralismo cultural lo constituye el

reconocimiento de múltiples identidades culturales allí donde coexisten diversas tradiciones, la

comunidad internacional ha proclamado que es un deber velar por la preservación y la defensa de

la identidad cultural de cada pueblo, par tiendo del reconocimiento de la igualdad y dignidad de

todas las culturas, así como el derecho de cada pueblo y de cada comunidad a afirmar y preservar

su identidad cultural y a exigir su respeto.

20
Cuando la cultura se carga de prejuicios frente a otras culturas se transforma en fuente de

conflictos, la historia nos enseña que el etnocentrismo intransigente y la intolerancia son fuentes

de prejuicios capaces de encubar un dañino concepto de superioridad y arrogancia cultural,

muchas de las guerras del pasado fueron alimentadas por esos prejuicios, que incluso

ensombrecen el horizonte de nuestros días.

Una cultura de la diversidad implica el respeto al derecho a ser distinto o diferentes, hoy en

día considerado como uno de los derechos humanos de tercera generación. La negación del

"otro" conduce a diferentes formas de operación y desemboca en la violencia, el "otro" puede ser

la mujer, el indio, el negro, el mestizo, el marginal urbano, el campesino, el inmigrante, el

extranjero, esta cultura de la negación del otro genera la cultura de violencia, que ha sido una de

las principales limitantes para nuestros esfuerzos democráticos y para la construcción de una

cultura de paz.

Un estudio de la UNESCO sobre las relaciones entre Cultura y Desarrollo nos advierte: "La

dimensión cultural no es una dimensión como cualquier otra, no es uno de tantos factores que

tomados en su conjunto constituyen los elementos del desarrollo, por el contrario, es el factor

fundamental del desarrollo, la referencia básica por la que se miden todos los demás factores, por

lo tanto, esto significa que no puede existir un desarrollo realmente satisfactorio y sostenible que

no reconozca y utilice la fuerza vitalizadora de la cultura y haga caso omiso de los estilos de

vida, sistemas de valores, tradiciones, creencias, conocimientos y aptitudes de la comunidad.

21
"Se deben respetar las formas tradicionales de organización" afirma Rigoberta Menchú Tum,

Premio Nobel de la Paz en 1992 y agrega "La preservación de la herencia cultural no es, como se

ha hecho creer, contraria a los avances científicos y las innovaciones tecnológicas, por el

contrario, la comunidad indígena puede y debe apropiarse de esos avances e innovaciones,

entendiéndolos como patrimonio de la humanidad, más aún, las culturas originarias pueden

potenciar a la ciencia y a la tecnología universal, aportando un contenido más humano y

reafirmando que su fin último debemos ser las mujeres y los hombres que poblamos este

planeta"(Mench Tum, 1995).

22
CAPITULO II: DECLARACIÓN UNIVERSAL DE LOS DERECHOS HUMANOS

2.1 Libertad.

Al hablar de la libertad nos encontramos con varios significados, principalmente en la

Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y todos estos están bajo los términos de

libre, libertad, libremente, autonomía: “Todo hombre es libre para profesar la creencia religiosa

que mas le agrade y para practicas las ceremonias, devociones o actos del culto respectivo,

siempre que no constituyan un delito o falta penados por la ley (artículo 24)”; “La manifestación

de las ideas no será objeto de ninguna inquisición judicial o administrativa, sino en el caso de

que ataque a la moral, los derechos de tercero, provoque algún delito o perturbe el orden público;

el derecho a la información será garantizado por el estado (artículo 6o)”; “Todo hombre tiene

derecho para entrar en la República, salir de ella, viajar por su territorio y mudar de residencia,

sin necesidad de carta de seguridad, pasaporte, salvo-conducto u otros requisitos semejantes

(artículo 11)”.

En el articulo 24 consagra la libertad de creencia religiosa, en el 6º la expresión de las ideas y

en el 11 la libertas de transito y de residencia. Las 3 consideradas como derechos fundamentales

de las personas, es decir, derechos o facultades que nadie puede interferir o disminuir, sean otras

personas o instituciones.

Hay múltiples formas en que el derecho implica al concepto liberta, si no se asumiera que las

personas son libres no tendría sentido elaborar normas, aprobar códigos, llevar a cabo juicios,

23
imponer sanciones o penas, etcétera. Las normas jurídicas presuponen la libertad de las personas

a las que van dirigidas esas normas y buscan que las personas las obedezcan o de lo contrario se

expongan a las sanciones que esas mismas normas estipulan. El derecho presupone con la ética,

la política, la historia, la economía, entre otras, la propiedad del mérito, de lo que merecen las

acciones u omisiones de las personas.

Hay asimetrías entre la libertad y el derecho, pues mientras el derecho implica o presupone la

libertad, ésta no presupone o implica al derecho como se colige de las sociedades primitivas que

existieron sin normas jurídicas. Algunos teóricos sostienen que en una sociedad ideal no es

necesario que exista el derecho y otros más sostienen que en una sociedad futura el derecho

quedará eliminado como algo innecesario.

La declaración universal sobre los derechos humanos donde sostiene que todas las personas

somos libres e iguales y tenemos todos los derechos y libertades sin que importen la raza, el

sexo, el color la nacionalidad o cualquiera otra particularidad que nos hace diferentes a los seres

humanos, también nos incluye a las mujeres. Sin embargo, la realidad a veces difiere de lo que

dicen los principios éticos o de lo que ordenan las leyes y los tratados internacionales de

derechos humanos, y éstos no son respetados en condiciones de igualdad.

24
2.2 Justicia.

En su obra La idea de la justicia, Sen recuerda que el debate moderno alrededor de la justicia

data de los siglos XVIII y XIX.17 En este periodo de la historia se definen dos corrientes

diferentes alrededor de la teorización y de las vías que conducirían a la realización de la justicia

y, por ende, al sentido que había de darse a este concepto. Por un lado, la corriente

“contractualista”, y por el otro, el enfoque “comparativista”. En tanto que los primeros buscan la

“identificación trascendental de las instituciones justas”, los segundos “se ocupaban de las

realizaciones sociales resultantes de las instituciones reales, el comportamiento real y sus

influencias”. Como se precisa por Sen: “aquellos que se concentraban en comparaciones basadas

en realizaciones estaban principalmente interesados en la eliminación de la injusticia manifiesta

en el mundo que observaban”.

La promoción de la justicia dice Sen, debe concentrarse en “las realizaciones reales de la

sociedad estudiada más que en las instituciones y las reglas”. Para ello, Sen construye toda una

teoría, en donde el enfoque de la “elección social” juega un papel determinante en este proceso

en pos de la justicia; pero de igual forma, el “enfoque de las capacidades” que debería contribuir

a este fin. En su oportunidad se abordarán estos temas.

Así pues, superar el enfoque de la teoría de la justicia concebida por el “contractualismo”,

mediante un enfoque del “institucionalismo trascendental”, permitiría que las cuestiones

relevantes vinculadas a la justicia dejen de ser una mera “retórica vacía”. Además, lo que vale

para las personas o sociedades determinadas, valdría igualmente para una sociedad global como

la que se vive actualmente.

25
La teoría de la justicia según Rawls, habla sobre el riesgo de llegar a simplificaciones

cuestionables, es necesario recordar los elementos esenciales de los postulados de Rawls,

contenidos fundamentalmente en su obra Teoría de la justicia, aunque desarrollados con

posterioridad en otras obras.

Sen apunta que la idea fundacional de Rawls sobre la justicia es que ésta debe “considerarse

desde el punto de vista de las exigencias de la equidad”. Por otra parte, según Rawls, “el objeto

primario de la justicia es la estructura básica de la sociedad o, más exactamente, el modo en que

las grandes instituciones sociales distribuyen los derechos y deberes fundamentales y determinan

la división de las ventajas provenientes de la cooperación social”.

Para los principios de la justicia en el concepto de Rawls existen ciertos “principios de

justicia” que convocarán el acuerdo unánime en la posición original. Estos principios fueron

enunciados como sigue:

a) Cada persona tiene un derecho igual a un esquema plenamente adecuado de libertad básica

igual, que sea compatible con un esquema igualmente similar de libertades para todos.

b) Las desigualdades sociales y económicas tienen que satisfacer dos condiciones: en primer

lugar, tienen que estar vinculadas a cargos y posiciones abiertos a todos en condiciones de

equitativa igualdad de oportunidades, y, en segundo lugar, las desigualdades deben ser para el

mayor beneficio de los miembros menos aventajados de la sociedad.

26
También existen 2 principios de la justicia: Primer principio. Cada persona ha de tener un

derecho igual al más amplio sistema total de libertades básicas, compatible con un sistema de

libertad para todos. Segundo principio. Las desigualdades económicas y sociales han de ser

estructuradas de manera que sea para: a) mayor beneficio de los menos aventajados, de acuerdo

con un principio de ahorro justo, y b) unido a que los cargos y las funciones sean asequibles a

todos, bajo condiciones de justa igualdad de oportunidades.

Sen parte de la idea de que para acercarse al entendimiento de la idea de la justicia resulta

crucial que se tenga, como ya se indicó antes, un fuerte sentimiento de la injusticia, con muchos

y diferentes fundamentos; además, precisa que la justicia no puede ser indiferente a las vidas que

las personas pueden realmente vivir. Por ello, en tanto que el ejercicio central de las modernas

teorías de la justicia conlleva la identificación de las instituciones perfectamente justas, él se

esforzará, por el contrario, en investigar comparaciones basadas en realizaciones que se orienten

al avance o retroceso de la justicia.

Como Sen bien lo señala, comprender las exigencias de la justicia no se puede lograr en

solitario, como acontece con otras disciplinas humanas. Es por ello que el diálogo y la

comunicación no sólo son parte del tema de la teoría de la justicia, sino que la discusión pública

y sus aportes tenderán a fortalecerla. Es en este orden de ideas que Sen explora los alcances y la

importancia para la justicia o, en su propuesta, la búsqueda de una solución a las injusticias de la

“elección social” como un enfoque por seguir.

27
Todas las personas tenemos necesidades básicas comunes, que se traducen en derechos

humanos fundamentales: el derecho a la propia identidad, a la supervivencia, a la educación a

expresarnos con libertad y a ser tratados con dignidad y respeto, por ejemplo.

Cuando estas necesidades fundamentales no se satisfacen nos encontramos frente

a inequidades, que pueden darse tanto en los países industrializados como en países en

desarrollo. Lo que convierte estas situaciones en injusticias es que pueden ser evitadas: no se

trata de problemas irresolubles a los que no podamos hacer frente, sino que a menudo han sido

provocados por personas y persisten porque mucha gente se desentiende de ellos. La decisión de

promover o de negar la justicia social está en manos de las personas, ya sea a escala individual,

local, nacional o mundial.

Cada día, las mujeres de todos los países del mundo sufren desigualdad y discriminación. Se

enfrentan a situaciones de violencia, abusos y un trato desigual tanto en su hogar, como en su

entorno de trabajo y sus comunidades solo por el hecho de ser mujeres. También se les niegan

oportunidades para aprender, obtener ingresos, hacer oír su voz y liderar.

El término equidad alude a una cuestión de justicia: es la distribución justa de los recursos y

del poder social en la sociedad; se refiere a la justicia en el tratamiento de hombres y mujeres,

según sus necesidades respectivas. En el ámbito laboral el objetivo de equidad de género suele

incorporar medidas diseñadas para compensar las desventajas de las mujeres.

28
CAPITULO III: LOS DERECHOS HUMANOS

3.1 Marco de los Derechos Humanos en materia de igualdad.

La noción de igualdad ha sido paralela a la de no discriminación y aunque su reconocimiento

a nivel constitucional es posterior al de la no discriminación, ambos principios han ido

evolucionando en forma conjunta. Dentro del orden constitucional, la discriminación es

normalmente la piedra angular de la regulación jurídica del principio de igualdad y aunque en la

mayoría de las Constituciones estatales se ha buscado la incorporación del principio de igualdad,

en muchas se entiende incorporado al señalar el principio de no discriminación.

En 11 de las 31 Constituciones estatales donde se señala explícitamente la prohibición de

discriminar, en sólo 4 de ellas se señala de manera explícita el principio de igualdad entre

mujeres y hombres. Esta regulación, sin el planteamiento de una armonización legislativa en el

tema, provoca que en algunas Constituciones estatales no se entienda bien la diferencia de ambos

principios, así como la complementariedad de estos, dando como resultado marcos

constitucionales que no contemplan y desarrollan los planteamientos y compromisos de los

instrumentos internacionales en el tema, a los cuales el Estado mexicano se ha comprometido a

observar.

Es importante señalar la necesidad de no excluir la presencia de ambos principios en la

legislación nacional y de manera específica en el orden constitucional, ya que ambas tienen un

sentido sistémico y armónico. No puede hablarse de una, sin plantearse la noción de la otra. Si

bien la incorporación del principio de no discriminación refleja la actualización del principio de

29
igualdad, ambos deben de 6 estar reflejados de manera explícita en la normatividad nacional y en

las acciones que el Estado emprenda, en aras del cumplimiento de estos.

El principio de no discriminación se aborda de manera específica en el párrafo tercero del

artículo 1° de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos que señala que: Queda

prohibida toda discriminación motivada por origen étnico o nacional, el género, la edad, las

discapacidades, la condición social, las condiciones de salud, la religión, las opiniones, las

preferencias, el estado civil o cualquier otra que atente contra la dignidad humana y tenga por

objeto anular o menoscabar los derechos y libertades de las personas.

El principio de igualdad se aborda en diversos artículos de la Constitución Política de los

Estados Unidos Mexicanos, pero es el artículo 4° en donde se señala de manera concreta el

principio de igualdad jurídica. Artículo 4º Constitucional. El varón y la mujer son iguales ante la

ley.

La igualdad entre las personas es uno de los pilares en la construcción de las sociedades

modernas. Pese a estar plenamente reconocida en una gran cantidad de instrumentos jurídicos

internacionales y nacionales, dista mucho de ser una realidad. Las diferencias persisten, siendo

aquellas entre los géneros las más evidentes y graves, en tanto que violan los principios de la

igualdad de derechos y del respeto de la dignidad humana, dificultando la participación de la

mujer -en las mismas condiciones que el hombre, en la vida política, social, económica y cultural

de su país.

30
Fundamentalmente en el marco de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), y durante

las últimas seis décadas, la comunidad internacional ha contraído fuertes compromisos referidos

a la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres, tanto desde una perspectiva global,

como en el nivel interno de cada uno de los Estados que la componen. Un ejemplo de lo anterior

es que, en el marco de los Objetivos de Desarrollo del Milenio adoptados por las naciones del

mundo en 2000, se señala como uno de estos objetivos, la igualdad entre los géneros.

En el caso mexicano, La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos establece, en

su artículo 4°, la igualdad entre mujeres y hombres como una garantía para todas y todos los

ciudadanos. Además, en la legislación mexicana se cuenta con la Ley General para la Igualdad

entre Mujeres y Hombres (LGIMVH), ordenamiento que fue publicado en el Diario Oficial de la

Federación (DOF) el 2 de agosto de 2007 y que requiere, para su efectivo cumplimiento, de la

armonización de las legislaciones locales.

Es importante dejar claro que la igualdad entre los géneros es un derecho humano. Las

primeras disposiciones formales en materia de igualdad en el derecho internacional pueden

encontrarse en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, de la cual México fue uno de

los principales promotores (Méndez Silva, 1999). Desde 1948, ésta establecía que todos los seres

humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos. Asimismo, señalaba que toda persona

tiene todos los derechos y libertades proclamados en la Declaración, sin distinción alguna de

raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o

social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición.

31
Años más tarde, el 1966, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos establecía que

los Estados Parte, en su calidad de tales, se comprometían a garantizar a mujeres y hombres la

igualdad en el goce de todos los derechos civiles y políticos enunciados en el Pacto. En un

sentido parecido, pero enfocado al goce de los derechos económicos, sociales y culturales, el

Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales establecía la obligación de

los Países Miembros de asegurar a las mujeres y a los hombres igual título a gozar de todos los

derechos económicos, sociales y culturales enunciados en el mismo.

El instrumento internacional de derechos humanos de las mujeres por excelencia es la

Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer

(CEDAW). El gran marco a partir del cual esta Convención se desarrolla es, justamente, la

igualdad que debe existir entre mujeres y hombres, y la obligatoriedad que tienen los Estados

Parte de garantizarla.

Complementariamente, y a fin de facilitar el logro de la igualdad entre los géneros, el Comité

para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (COCEDAW) emitió en 1988 la

Recomendación General n° 5, titulada medidas especiales temporales, las cuales hacen referencia

a medidas tendientes a promover de facto la igualdad entre mujeres y hombres, como la acción

positiva, el trato preferencial o los sistemas de cupos para que la mujer se integre en la

educación, la economía, la política y el empleo. Tras lo anterior, el Comité ha emitido diversas

recomendaciones generales que hacen hincapié en la igualdad entre mujeres y hombres en

distintas esferas: laboral, en el matrimonio y las relaciones familiares, participación política,

educación, salud, etc.

32
En agosto de 2006 el COCEDAW recomendó a México de manera específica que ponga en

marcha mecanismos de coordinación y seguimiento destinados a lograr la armonización y

aplicación efectivas de los programas y políticas relativos a la igualdad de género, así como la

aplicación de la Ley general para la igualdad entre mujeres y hombres a nivel federal, estatal y

municipal.

Pasando al nivel regional, México forma parte de la Convención Interamericana para

Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer, mejor conocida como Convención

Belem do Pará. Esta Convención plasma el derecho de las mujeres a la igualdad de protección

ante la ley y de la ley y a la igualdad de acceso a las funciones públicas de su país y a participar

en los asuntos públicos, incluyendo la toma de decisiones.

Al ser Estado Parte de dicha Convención, el Estado mexicano se comprometió a tomar las

medidas necesarias, entre ellas las de carácter legislativo, para modificar o abolir leyes y

reglamentos vigentes, o para modificar prácticas jurídicas o consuetudinarias que respalden la

persistencia o la tolerancia de la violencia contra la mujer o la violación de sus derechos.

Como puede apreciarse, México ha adquirido importantes responsabilidades y compromisos

internacionales y regionales en materia del derecho a la igualdad entre mujeres y hombres,

compromisos que se han incorporado al marco jurídico Nacional, aunque no de manera total.

33
3.2 Igualdad de género en la actualidad.

Las relaciones entre las mujeres y los hombres desempeñan un papel importante tanto en la

plasmación como en la evolución y transformación de los valores, las normas y las prácticas

culturales de una sociedad, los cuales, a su vez, determinan dichas relaciones. De hecho, son

relaciones que evolucionan con el tiempo y en las que influye una matriz de factores

socioeconómicos, políticos y culturales. Los cambios en la combinación de esos factores pueden

afectarlas de manera positiva o negativa.

Por “género” se entienden las construcciones socioculturales que diferencian y configuran los

roles, las percepciones y los estatus de las mujeres y de los hombres en una sociedad. Por

“igualdad de género” se entiende la existencia de una igualdad de oportunidades y de derechos

entre las mujeres y los hombres en las esferas privada y pública que les brinde y garantice la

posibilidad de realizar la vida que deseen. Actualmente, se reconoce a nivel internacional que la

igualdad de género es una pieza clave del desarrollo sostenible.

Durante los últimos cincuenta años se han realizado considerables mejoras e inversiones para

reducir las disparidades tanto entre las mujeres y los hombres como entre los niños y las niñas en

áreas sociales clave, como la salud y la educación. Esta labor se centró fundamentalmente en el

empoderamiento de las mujeres y las niñas habida cuenta de la situación existente y

considerando los efectos externos resultantes de la eliminación de las desigualdades y

discriminaciones por motivos de sexo. Las desigualdades y disparidades de género en las áreas

educativas, políticas, económicas y sociales afectan negativamente tanto a las personas como a

34
sus comunidades. De hecho, como se afirma en el Informe sobre Desarrollo Humano del PNUD,

la desigualdad de género es un factor que obstaculiza el desarrollo humano; por ejemplo, los

países con altos niveles de desigualdad entre mujeres y hombres también se caracterizan por

tener bajos índices de desarrollo humano. Y viceversa: cuanto más alto es el nivel de igualdad de

género mayor es el PIB per cápita.

Las cuatro áreas abarcadas en este indicador (participación política, educación y participación

en la fuerza de trabajo, así como la existencia de marcos legislativos focalizados en cuestiones

relacionadas con la equidad de género) corresponden a algunas de las esferas clave en las que el

logro de la igualdad de género con respecto a los resultados y a las oportunidades ha tenido

repercusiones positivas en una variedad de procesos de desarrollo y que revisten importancia

decisiva tanto para el respeto de los derechos humanos, incluidos los derechos culturales, como

para la construcción de sociedades abiertas e integradoras.

Si bien la igualdad de género se evalúa ante todo por los niveles de igualdad en las

oportunidades, los derechos y los logros de las mujeres y los hombres, según indican las

mediciones de los resultados clave en esferas como la educación, la salud o la participación en la

fuerza de trabajo, esos indicadores de progresos solo permiten apreciar una parte del cuadro más

amplio de las relaciones de género. Las prácticas, los valores, las actitudes y las tradiciones

culturales son factores subyacentes que configuran la naturaleza y calidad de esas relaciones en

los planos personal y comunitario, así como determinantes fundamentales de las posibilidades

con que cuentan las mujeres y los hombres para realizar la vida que deseen, contribuir al

desarrollo cultural, político, económico de su país y participar en sus beneficios.

35
A menudo se considera que la cultura marca límites al logro de la igualdad de género y se la

invoca para justificar la resistencia a las estrategias e intervenciones públicas encaminadas a

promover dicha igualdad aduciendo que están en conflicto con prácticas culturales y

tradicionales. De esta manera, la cultura se utiliza como “instrumento eficaz para evitar el

cambio justificando el orden de cosas existente”. Esta idea y utilización de la cultura como

justificación para mantener el estatus quo en materia de género socava su dinamismo y capacidad

de adaptación a los contextos y valores cambiantes de las sociedades, así como su eficacia para

impulsar una transformación social positiva.

El respeto de la diversidad, las tradiciones y los derechos culturales es perfectamente

compatible con la igualdad de género porque esta entraña que todas las personas, tanto mujeres

como hombres, tengan las mismas oportunidades para acceder a la cultura, participar en ella y

contribuir a plasmarla en pie de igualdad. Esa igualdad enriquece los procesos culturales de

cambio y les añade valor ampliando el número de opciones y opiniones y garantizando la

expresión de los intereses y la creatividad de todas las personas.

Para que la igualdad de género se valorice y promueva no solo por las instancias públicas,

mediante intervenciones e inversiones (políticas y otras medidas), sino también por las personas

y las comunidades, es preciso que dicha igualdad se reconozca como derecho humano y motor de

desarrollo tanto “de arriba abajo” como de “abajo arriba”.

36
De hecho, las prácticas, los valores y las actitudes culturales contribuyen en gran medida a

configurar y determinar el contenido y la orientación de las estrategias y los compromisos

públicos relacionados con la igualdad de género. Asimismo, las estrategias y los compromisos

que tengan en cuenta el género y se diseñen con miras al logro de la igualdad de género también

pueden fomentar e impulsar la evolución y regeneración de prácticas, valores, actitudes y

percepciones relacionadas con los roles de las mujeres y los hombres en la sociedad.

Además, las acciones públicas encaminadas a construir sociedades abiertas e integradoras en

las que se respeten plenamente los derechos de ambos sexos se ven reforzadas y consiguen

resultados más sostenibles cuando son comprendidas y respaldadas por las personas y las

comunidades a las que están dirigidas. Para ello es necesario un proceso de diálogo, consenso y

gobernanza participativa que fomente el sentido de apropiación, así como la comprensión de que

la igualdad de género aporta beneficios para todos.

37
CONCLUSIONES

El respeto de los derechos humanos y de la igualdad entre mujeres y hombres son importantes

para promover los valores comunes principalmente en el respeto de estos dos géneros, así como

la idea compartida de que los derechos humanos son universales y se aplican a todas las personas

con independencia de su sexo, entre otras cosas.

Las presentes conclusiones sobre este trabajo escrito se basan en lo entendido durante la

escritura del mismo, como mujer entiendo que la igualdad entre mujeres y hombres es un

principio fundamental consagrado en los tratados que a lo largo de la historia se han escrito, esto

es importante ya que, gracias a los derechos humanos pudimos garantizar que nuestra dignidad

como persona sea respetada, para poder vivir de una manera correcta y como todos los seres

humanos se lo merecen, pero también es importante que se cumplan nuestros derechos y para

esto es importante conocerlos y ante una injusticia pedir ayuda para hacerlos valer.

Todos los seres humanos merecen la oportunidad de lograr el crecimiento y desarrollo de sus

capacidades, más allá de sus necesidades básicas y de supervivencia.

38
DEDICATORIA

Primeramente, agradezco a Dios por tener salud, permitirme vivir la vida permitirme ver y

aprender cada uno de los aprendizajes que he tenido. Gracias a mi motor día con día que por el

soy lo que soy que está en mis pensamientos cada día quien nunca me deja sola a quien amo con

todo mi corazón y daría mi vida por él, mi bello y hermoso Ángel de vida hijo mío te agradezco

por todo el aprendizaje de vida. A mis amados padres que con mucho esfuerzo, dedicación e

ilusión han estado conmigo día y noche apoyándome en mis éxitos y tropiezos gracias a ustedes

por tanto y perdón por tan poco.

Gracias a Dios por mi vida y la de mis seres amados su salud, su felicidad que están en tus

manos gracias por darnos la oportunidad de ser familia y por darme el conocimiento adquirido.

39
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