Ayuquelen
Ayuquelen
Ayuquelen
Milena Vodanovic
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La siguiente entrevista fue extraída
de la Revista APSI Nº 206, del 22 al 28
de junio de 1987. Además se incluyen tres cartas
respondidas a la revista con motivo de la entrevista,
que ilustran las repercusiones que esta generó.
Dos de ellas aparecieron en la APSI Nº207,
del 29 de junio al 5 de julio de 1987.
La tercera en la APSI Nº209,
del 13 al 19 de julio de 1987.
Hacia el final, a su vez, incluimos
el extracto de una investigación histórica
que analiza las repercusiones en torno a esta entrevista.
Las imágenes incluidas forman parte de la publicación
de la Revista APSI Nº 206.
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Son lesbianas. Son feministas. Son lesbianas-feministas.
Se agrupan en el colectivo Ayuquelén, palabra mapuche que
quiere decir algo así como “la alegría de ser”. En este caso,
la alegría de ser lesbianas. Funcionan al alero de la casa de la
mujer La Morada, ahí, en el barrio Bellavista. Son las únicas
lesbianas agrupadas y organizadas como tales que hay en
Chile. Su punto de vista es particular. Quieren producir
pensamiento propio, un pensamiento “lésbico-feminista”,
dicen. Su lesbianismo, que entienden como opción –y no
como un defecto, enfermedad o desviación–, es para ellas un
instrumento de protesta social, punta de lanza de
revoluciones estructurales. Un asunto político, al fin.
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¿Ustedes son solteras, casadas, tienen pareja?
Elena: Yo fui una mujer heterosexual hasta hace unos 10 años atrás.
Ahora tengo 34. Mi cuestionamiento partió al observar que en mi fa-
milia habían roles muy marcados, y la mujer siempre asumía los infe-
riores. Nadie pudo nunca explicarme por qué. Yo me rebelaba frente
a eso y a ver que se me preparaba para casarme, tener hijos y punto.
¿Pololeaste?
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mundo de perspectivas.
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vida y soportar las indicaciones que me daban de cómo tenía que ser
una buena mujer, un buen matrimonio y todo ese rollo social. Yo no
quería casarme ni tener hijos. Quería ser una persona caminando li-
bremente por el mundo. En los primeros años de universidad tuve una
relación con una mujer. Sentí que era una experiencia muy importante
en mi vida…
Ustedes han aludido a que la relación con la mujer les resulta más
gratificante que con los hombres. ¿Por qué?
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Elena: Uno se plantea honestamente como uno es. En las relaciones
heterosexuales generalmente tú empiezas a ser como la otra persona
espera que tú seas.
¿Cómo es eso?
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Hasta ahora, los argumentos que ustedes entregan para plantear
el porqué de su lesbianismo no se diferencian mayormente de los
que podría esgrimir cualquier feminista, e incluso mujeres no femi-
nistas, absolutamente heterosexuales, que abogan por una mayor
comunicación e igualdad con sus parejas masculinas. ¿Cuál es el fac-
tor específico que las lleva a vivir una vida lesbiana?
Inés: Con otra mujer no hay que explicar, tienes tiempos similares,
puedes desarrollarte mejor.
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Pero es verdad que fisiológicamente las mujeres estamos destina-
das a ese fin.
¿Cómo ven ustedes que las percibe la demás gente? Hablo de an-
dar por la calle, de ir a una fiesta, hacer vida social…
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me puedo mostrar,
porque el rechazo
me mandaría al ca-
rajo, ¿ves?
Sofía: Es como si
no tuvieras dere-
cho a tener tu pro-
pia vida. Con cada
pregunta te están
violentando cons-
tantemente. Hay
que desarrollar un
lenguaje sutil que,
en todo caso, enri-
quece mucho a la
relación. De repente vamos con la Elena por la calle y apenas nos roza-
mos el dedito chico, pero eso nos dice mucho. Sería fantástico poder
abrazarnos, hacernos cariñito, regalonearnos, pero por el momento
no se puede. Hay que usar un lenguaje silencioso.
Elena: Hay una frase muy nuestra: la lesbiana que pretende igua-
larse a un hombre es muy poco ambiciosa. Yo no soy homofóbica,
pero no soporto el rol que el hombre desempeña en esta sociedad.
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La publicación de esta entrevista —primera aparición
pública de la que se considera la primera organiza-
ción homosexual con orientación política en Chile—
generaría repercusiones, debates y algunos conflic-
tos al interior del movimiento feminista del período.
Para reparar en aquello, presentamos a continuación
tres cartas enviadas a la Revista APSI en números
posteriores. Asimismo, hacia el final, el extracto de
una investigación historiográfica que analiza
el conflicto surgido.
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LESBIANAS I
Señor director.
Carla Toro L.
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LESBIANAS II
Señor director:
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Por el Colectivo Coordinador, firman: Loreto Bravo, Ingrid Droguett,
Alicia Frohmann, Eliana Largo, Margarita Pisano y Eugenia Velasco (Las
otras dos integrantes del Colectivo Coordinador no firmaron por en-
contrase fuera del país: ellas son Antonieta Saa y Alejandra Valdés).
PERSPECTIVA ENRIQUECEDORA
Señor director:
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sociedad oculte el lesbianismo limita las opciones de vida de todas
las mujeres. Las lesbianas feministas han sido marginadas no sólo por
sus elecciones personales, sino también porque no aceptan definiti-
vamente el patriarcado, que se manifiesta como un sistema viciado
y represivo dentro de la familia y las relaciones heterosexuales. Va-
loramos su lucha como una de tantas formas de resistencia al poder
patriarcal. Tanto para las mujeres heterosexuales como para aquellas
que se cuestionan las opciones y los roles sexuales, esta perspectiva
es indispensable.
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EXTRACTO DE LA INVESTIGACIÓN HISTORIOGRÁFICA
“IDENTIDAD COLECTIVA Y MARGINACIÓN EN LA OPOSICIÓN A
LA DICTADURA CHILENA: AYUQUELÉN Y LAS YEGUAS DEL
APOCALIPSIS (1983 – 1991)”,
Ilán Shats, Santiago de Chile, 2015.
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ganizaciones que trabajaban “públicamente por y para todas las mu-
jeres por una sociedad más justa” (…). Tras este desencuentro, se las
convocó a una reunión junto a representantes de otras agrupaciones,
ocasión en la que fueron expulsadas de la sede.
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tas son lesbianas, lo cual amenazaba con hacerlas víctimas del enorme
estigma social que conllevaba la homosexualidad femenina. Este fe-
nómeno es observado por Mogrovejo (…) en toda América Latina. Los
temores de las feministas parecen haber sido canalizados a través de
la crítica a la supuesta superficialidad y falta de contenido teórico de
la agrupación, de ese modo, pese a que el feminismo era la “base de la
conciencia lesbiana que Ayuquelén promovía”, la colectiva fue víctima
de “una rigurosidad teórica feminista que a la vez y en la práctica no
las incluía y que facilitaba la inferiorización de la identidad y práctica
política lesbiana” (…).”
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“Es súper difícil que se empiece a dar una apertura en Chile.
En primer lugar, porque Chile es un país altamente homofóbico.
Basta ver el humor que existe: deben circular como diez mil chistes en
los que se hace mofa, en forma estereotipada, de los homosexuales.
Además, en la medida en que la homosexualidad no es reproductora,
atenta contra el sistema. Como grupo, por ahora, nuestra meta es que
el movimiento feminista incorpore en su discurso el cuestionamiento
de la heterosexualidad como norma.”
Inés
Elena
Sofía
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