La Españolización de Navios Norteamericanos en El Río de La Plata. Entre La Legalidad y El Fraude

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La españolización de navios
norteamericanos en el Río de la Plata.
Entre la legalidad y el fraude

Hernán Asdrúbal Silva

El problema de la compra y consecuente españoli- Otorgar beneficios y exenciones que no siempre fueron
zación de navios extranjeros, y en el caso particular bien recibidas por quienes intentaban mantener una rí-
que nos ocupa de los norteamericanos, es muy com- gida política proteccionista. Tal es la autorización dada
plejo y se enraiza en la situación particular que debió a pescadores para la adquisición de navios en el exte-
vivir España y sus colonias en las últimas décadas del rior con el fin de ponerlos al servicio de su industria, o
siglo XVIII y principios del XIX. Por un lado se en- en el caso que nos ocupa, de resoluciones como la del
contraban los intereses estatales por agilizar las vincu- 19 de abril de 1793, tendente a facilitar el envío de
laciones con las diversas regiones de hispanoamórica, embarcaciones al África destinadas a la trata de negros,
en medio de una serie de conflictos bélicos que com- en la que se establecía:
plicaron los intentos borbónicos por revitalizar la ali- 1) Que lodo Español pueda hacer estas expedicio-
caída economía del reino; y por otro, la acción de los nes desde cualquiera de América. 2) Que la tripulación
particulares que, ya aferrados a las antiguas estructuras de los buques negreros pueda ser la mitad extranjera,
monopolistas o incorporándose a las nuevas corrientes debiendo ser la otra mitad y el Capitán precisamente
aperturistas, pugnaban por lograr beneficios con el española. 3) Que todo lo que se embarque para este
tráfico. tráfico directo sea libre de derechos. 4) Que los bu-
Ya el Reglamento de Libre Comercio de 1778 en ques de construcción extranjera que se compren para
los dos primeros artículos se había encargado de la este preciso efecto del comercio de África, sean exen-
cuestión de las embarcaciones y en el tercero de las tri- tos de pagar derecho de extranjería y cualquiera
pulaciones, remarcando el interés de la Corona por es- otró^.
tos aspectos básicos. De acuerdo a ellos, todas las na- Evidentemente las ventajas eran muchas, pero nece-
ves deberían pertenecer a españoles, sin participación sariamente debían volcarse hacia tales adquisiciones
alguna de extranjeros, debiéndose matricular las que una importante cantidad de caudales, que no siempre
se hubieran adquirido en el exterior en el término de dispusieron o estaban dispuestos a invertir quienes se
dos años. Además, la plana mayor y la oficialidad, así encontraban más interesados en la transacción comer-
como las dos terceras partes de los marineros debían cial que en la conducción de mercaderías; particular-
ser españoles o naturalizados, y el otro tercio podrá mente cuando las guerras -por la acción de los navios
componerse de extranjeros católicos, comprendiéndo- enemigos y corsarios- conspiraron contra la navega-
se todos en la Matrícula, que se forma por los minis- ción con bandera española.
tros encargados de ella; y de consiguiente en la obli- La contienda que se genera en 1796, afectó decidida-
gación que deben otorgar los capitanes de volver a mente los vínculos entre la península y sus posesio-
España los individuos de sus tripulaciones^. No nes ultramarinas, produciendo una singular estagna-
obstante, el interés por dinamizar diferentes aspectos ción en el Río de la Plata. La apertura del comercio de
de la producción y el comercio habían conducido a neutrales (1797), trató de paliar esta situación, y, aco-
plándose a otras medidas ya tomadas como la libertad
Documentos para la Historia Argentina. Tomo VI.
^ Documentos para la Historia Argentina. Tomo VII.
Comercio de Indias. Comercio Libre 1778-1791. Fa- Comercio de Indias. Consulado, comercio de negros y de
cultad de Filosofía y Letras. Universidad Nacional de Extranjeros. Facultad de Filosofía y Letras. Universidad
Buenos Aires. Buenos Aires. Cía. Sudamericana de Bi- Nacional de Buenos Aires. Buenos Aires. Cía
lletes de Banco. 1915. pp. 14-15. Sudamericana de Billetes de Banco. 1916. p. 13.
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de tráfico negrero y el comercio por vía de ensayo con que el sistema de neutrales abría un nuevo espectro de
colonias extranjeras, tendió a dar una nueva fisonomía posibilidades al comercio internacional de la plaza rio-
al comercio generado desde y hacia el ámbito riopla- platense, y sin que aún hubieran cambiado las condi-
tense. Tal situación, permitió a los norteamericanos, ciones que le habían dado origen, debió ser puesta en
que ya habían surcado estas aguas en búsqueda de pin- vigencia por el Marqués de Aviles, a la sazón Virrey
gües ganancias con la explotación pesquera y la caza del Río de la Plata. Sin entrar a considerar los permi-
de pinnipedos, intervenir compitiendo con hamburgue- sos particulares y las disputas por el mantenimiento de
ses, daneses, portugueses, gcnoveses y aún otomanos, aquel sistema, debido a que escapan a los límites de
en el intercambio mundial que se abría para estas este trabajo, digamos que de inmediato se gestaron
zonas marginales. mecanismos tendentes a paliar esta situación y con-
Aún antes de que llegaran los primeros navios esta- secuentemente a evadir la disposición real. Además de
dounidenses en calidad de neutrales -la fragata Diana y los ingresos furtivos o efectuados bajo pretextos su-
el bergantín El Patriota, arribados en agosto y octu- pcrOuos, una de las formas más habituales de burlar la
bre de 1798-, ya un gran comerciante de Buenos Aires, disposición peninsular fue la de simular la nacionali-
Tomás Antonio Romero, había adquirido la fragata zación del navio que trasportaba la mercadería. Con
Ascensión, que viniera desde la Bahía de Tablas. En patente española, el buque entraba a puerto y una vez
mayo de aquel año se aprobaba la compra efectuada por desembarcadas las mercaderías y alejado de la rada,
intermedio de su Capitán Samuel Chase, y luego de enarbolaba nuevamente su propia bandera. Más aún, el
constatar la existencia de la correspondiente escritura, trámite de españolización se efectuó inclusive luego
con las formalidades acostumbradas, fue declarada de haber ingresado el navio a puerto.
por nacional en atención a la urgencia del asunto y En vista de este fraude, debieron exuemarse las pre-
con el fin de evitar que por la demora se ofrezcan per- cauciones para evitar tales delitos, exigiendo requisitos
juicios a este interesado^. como el de traer las naves en lastre y demostrar en for-
La adquisición de este navio norteamericano tiene ma fehaciente la compra de las mismas. A mediados de
varios aspectos de interés. 1800, a don Francisco del Sar, que obtuviera licencia
1) En principio se autoriza por ella al nuevo pro- para adquirir dos naves en los Estados Unidos, se le re-
pietario a enviar la nave al puerto de la Habana u otro quirió enue otras cosas que debería portar las patentes
que más le acomode, dando una gran posibilidad con expedidas por el embajador español en Norteamérica;
la elección del destino. que acreditara la compra con documentación refrendada
2) Se indica que el Gobernador y Comandante del por el cónsul de ese país; que en caso de no poder
Apostadero Naval de Montevideo, como Juez de Arri- tripular las naves enteramente con españoles despidiera
badas, debía tomar todas las providencias necesarias a los extranjeros al llegar al Río de la Plata; que no
con respecto a la tripulación. podría operar con las mismas hasta no ser reconocidas
3) Debido a la guerra, se permitía al navio seguir como españolas y que incluso no podría venderlas a
navegando bajo pabellón estadounidense, manteniendo exuanjeros.
la patente, cuya neutralidad garantizaría la prosecución Ahora bien, muchas de estas normas que se dictaron
de un adecuado tráfico. fueron más formales que prácticas y debieron estar di-
4) Se confeccionarían dos regisü-os: uno a nombre rigidas a acallar las quejas de aquellos que se veían per-
del Capitán anglo-americano y otro al de su verdadero judicados por el sistema o de los más celosos funcio-
dueño, con lafinalidadde superar las barreras impues- narios reales. La prosecución de las transgresiones fue
tas por el enemigo y particularmente prevenirse de las evidente. El mismo Marqués de Aviles, que no se ca-
inspecciones por abordaje. racterizó por su rudeza en la persecución del ingreso de
En ese mismo 1798 Narciso Yranzuaga españoliza- navios extranjeros y que recibiera incluso por ello im-
ba la fragata María Eugenia procedente de Filadel- portantes denuncias, se quejaba en su Memoria del
fia"*. Sin embargo, una verdadera avalancha de com- abuso que se hecho del muy benéfico real permiso
pras de barcos se producirá a partir de la anulación de para comprar embarcaciones extranjeras en lastre, con
la Real Orden que autorizaba el tráfico de neutrales. el designio interesante al Estado y a los particulares,
Por esta nueva disposición real del 20 de abril de cual es de aumentar la marina mercantil. Es grande
1799, teóricamente quedaban en su fuerza y vigor las —dice— el número de los permisos y patentes que se
leyes de Indias y el Reglamento del Libre Comercio y han dado, y que sólo han servido para negocios que
los mismos jefes obligados bajo expresa responsabi- han hecho los agraciados con los extranjeros, ven-
lidad a tomar cuantas providencias juzguen conducen- diéndoles sus nombres y sus patentes; y cuando de-
tes no sólo a su puntual observancia, sino también a bían hallarse estos puertos con un crecido número de
reparar los daños que ha causado el exceso ocurrido en embarcaciones, así compradas, sólo se experimenta
el uso de la citada ley.. .5. su muy notable y escandalosa falta, y si se han pre-
Tal prohibición, que se producía en momentos en sentado algunas, han venido a dar quehacer a este go-
bierno con los cargamentos que individualmente han
3 Archivo General de la Nación. S. K , A. 45. C.l. conducido, volviéndose a ir para no parecer más, o
'' Archivo General de la Nación. S. IX. A. 18. C.8. N»
para repetir -¡us molestas y perjudiciales arribada^.
11. ^ Memorias de los Virreyes del Río de la Piala.
^ Documentos para la Historia Argentina. Tomo VII. Noticia preliminar y recopilación de Sigfrido A. Radaelli.
Op. cit., pp.l57-158. Buenos Aires. Ed. Bajel. 1945. pp. 514-15.
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Evidentemente la queja y denuncia de Aviles es La finalización, al menos momentánea, del conflic-
muy dura. to bélico marcaba nuevas paulas, y consecuentemente
Los comerciantes rioplatenses que adquirieron na- con la reprimenda se le indicaba al Virrey la necesidad
vios norteamericanos fueron muchos. Para el citado de atenerse terminantemente a las disposiciones ema-
Romero, según Mariluz Urquijo, llegaron en 1800 por nadas de la corona, tanto en lo referente a la propiedad
lo menos 3 barcos comprados en Boston y Providen- de los navios, como a la cuestión de las tripulaciones.
cia, y en 1801 desde este último destino arribaba la La resolución de las máximas autoridades peninsu-
fragata Mariana que diera lugar a un largo proceso por lares no era arbitraria. Muchas eran las vías de excep-
contrabando, sumándose otras como la Oliver en ción que legal o semilegalmente habían permitido un
1802. Además de Romero y de Francisco del Sar, que resquebrajamiento de la estructura tradicional del mo-
en 1800 daba el nombre de San José a la fragata vimiento mercantil hispano, y ahora frente a la paz, se
Wilmington y en 1801 el de San Roque a la Supe- intentaba retornar a cánones normales muy difíciles de
rior, otros comerciantes y cargadores como Manuel de restaurar. En el caso que nos ocupa, de la españoliza-
Almagro, Manuel Dubal, Agustín García, José de ción de navios, y en particular de los norteamericanos,
María, Martín Clordi, Jaime Lavallol, Manuel de el Libro copiador de correspondencia comercial de la
Sarratea y el mismo Martín de Alzaga, nutrían la nó- Colección de documentos Dardo Estrada, del Archivo
mina de adquirentes. General de la Nación del Uruguay, nos muestra un
Por sobre las acusaciones y denuncias formuladas ejemplo claro de este manejo con sus vinculaciones
en diversas épocas, es difícil determinar las conü-aven- internacionales.
ciones cometidas al amparo de autorizaciones reales. El 5 de octubre de aquel 1803, se comunicaba por
De allí que el título del trabajo ubique la cuestión en- medio de tres cartas dirigidas respectivamente a Juan
tre la legalidad y el fraude; pues, si bien habitualmen- Miguel Pérez (residente en Londres), a Ignacio Manuel
tc se hace referencia al contrabando como elemento Rodríguez (de la Corufla) y a Antonio de Arrechea (de
distorsionante y destructor de la estructura imperial, a Cádiz), el envío de una embarcación transportando
mi entender la amplia gama de subterfugios que en- cueros de potro, de nutria y lana; especificándose
contraron amparo legal para canalizar acciones fraudu- sintéticamente en la última que: en la fragata anglo-
lentas tuvieron tanta o más trascendencia que aquel. americana nombrada José of Kennebunk, su capitán y
Varios ejemplos surgidos de documentación de di- maestre don Juan Francisco Agrícola ha embarcado
verso tipo, permiten corroborar esta aseveración, debi- don Martín de Alzaga por su cuenta y riesgo y a
do a que el problema afecta tanto a los niveles particu- entregar en Londres a don Juan Miguel Pérez, ausente
lares como a los oficiales, nutriéndose a su vez en la a su poder 255 pacas...Este buque saldrá, permi-
falsedad de declaraciones sobre los objetivos del ü-áfico tiéndolo el tiempo a mediados de la semana entrante
comercial. Es difícil aquí hacer generalizaciones, debi- con Patente, registro y bandera española al cargo del
do a los niveles penumbrosos en que se manejaban referido Agrícola, despachado por esta aduana con
estos asuntos, pero de la conjunción de denuncias ge- dirección a la costa de África a la compra de negros,
nerales y del rastreo de casos particulares puede el lec- pero su destino directo será al de Londres con patente,
tor sacar sus conclusiones. tripulación y bandera americana al cargo de su verda-
Como en otros casos de transgresiones, se vieron dero capitán y dueño don Juan Grant que se ha consti-
envueltos en serias disputas las más altas autoridades tuido a virtud de los documentos simulados que se
virreales, no fallando ocasión en que el mismo Rey - están disponiendo y debe llevar a la mano a defender
remarcando la trascendencia del problema- imputara se- este cargamento como suyo propio en cualquiera
rias faltas a la conducción regional. Así por ejemplo, encuentro o reconocimiento que le sobrevenga durante
el 30 de octubre de 1803 se resolvía intimar al Virrey su viaje con ingleses y franceses hasta que se realice
de Buenos Aires el desagrado de Su Majestad por La la entrega a sus legítimos interesados.. .8.
arbitrariedad con que... mandó matricular en aquella El texto es taxativo. Ahora bien, veamos como se
capital a un bergantín que diciéndose de Don Geró- efectuaba la gestión de acuerdo a lo expresado en la
nimo Merino Villanueva, del mismo comercio, pasa carta destinada al consignatario de Londres:
allí por español llamándose "Nuestra Señora del Pi- 1) Se le envía una guía del embarque, acompañada
lar" y en Bahía de todos los Santos "El Volcan del por una carta de Martín de Alzaga.
Sur", pasando por portugués; desatendiendo las justas 2) Se indica la designación de Juan Francisco Agrí-
representaciones que le hizo el Comandante de Marina cola, que en calidad de capitán español se tuvo por
del Apostadero de Montevideo, fundadas en documen- conveniente nombrar para salir de este puerto con re-
tos que prueban hasta la evidencia ser el bergantín de gistro, patente y bandera española.
pertenencia portuguesa.. .dando lugar con este y otros 3) Tal zarpada se haría con dirección simulada a la
semejantes sucesos a que se llene aquel Río de buques costa del África a la compra de esclavatura para que a
Americanos y principalmente portugueses que bajo su feliz arribo a ese destino donde realmente se dirige
las más dolorosas españolizaciones han absorbido con en derechura... se sirva V.M. mandar recibir dichas
sus gruesos cargamentos muchos millones de aque- piezas para proceder a su enagenación de conformidad
llas provincias durante la última guerra"^. con lo que le ordene el referido señor don Martín.
* Archivo General de la Nación (URUGUAY). Archivos
' Documentos para la Historia Argentina. Tomo VI. particulares, caja 332, carpeta 4. Colección de do-
Op. cií.,p. 265. cumentos Dardo Estrada.
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4) Toda la navegación se haría con patente y bande- No sabemos que sucedió con los otros tripulantes
ra norteamericana, que el navio debería usar desde su desembarcados a tanta distancia de sus lugares de ori-
salida del Río de la Plata. gen, ni cuantos corrieron igual suerte debido a otras
5) Se le enviaba también uno de los cuatro ejem- españolizacioncs. El que hemos detectado, para poder
plares de los contradocumentos otorgados por el capi- regresar a fin de incorporarse con su familia, por ser
tán y dueño del velero para resguardo de los interesa- casado en Corrientes, tuvo que valerse de un carpin-
dos en el cargamento, por razón de los documentos tero napolitano establecido en Boston y casado allí,
simulados que se están previniendo. que trabajaba en la misma fragata, al que gratificó con
6) Los duplicados, con las relaciones correctas, una onza de oro para que alcanzase del capitán lo
serían resguardados por un español, don Antoni Gil trajese, como en efecto lo consiguió dándole plaza el
que, según la comunicación, también puede pasar por americano de marinero, con sueldo de 17 pesos men-
portugués. suales, de los cuales devengados que tiene ha recibido
Esta carta y los documentos aludidos, eran enviados 34 pesos de préstamos en Boston antes de la sali-
por medio de una fragata correo bajo cubierta rotulada da^^.
a don Ignacio Manuel Rodríguez, vecino y del comer- Muchos navios norteamericanos surcaron las aguas
cio de la Coruña, recomendando su pronta remisión a rioplatcnse y a ü^avés de ellos, bajo diversas formas, se
Londres para completar el ciclo. concretó un importante intercambio internacional. A
Esta correspondencia nos muesü^a no sólo el mane- título de ejemplo digamos que en el Inssue of New
jo de la españolización del referido navio, sino tam- York Evening Post of Saturday, del 18 de septiembre
bién las argucias y vinculaciones internacionales que de 1802, se señalaba la presencia de 39 buques de
llevaban a cambiar el rumbo expreso de las embarca- aquella nacionalidad en el ámbito rioplatense al 20 de
ciones y consecuentemente a permitir el comercio con junio de 1802, y que del detalle más completo que in-
otros mercados. En el caso que nos ocupa, con el tra- cluye también Charles Lyon Chandler de 45 naves
dicional competidor inglés. estadounidenses, con fechas de estadía en Buenos Aires
El regisU'o de buques despachados por la Real Adua- y Montevideo entre 1801 y 1802 -la mayoría de este
na indica que la fragata La José, salió el 20 de octubre último año-'i enconü"amos que varias no figuran en
de 1803 con dirección al África, ü^ansportando 34.900 las nóminas de aduana y que otras habían sido es-
cueros de caballo, 8.000 de nutria y 34 1/4 quintales pañolizadas. En esta última situación se encontraban
de lana de camero, además de 250 cueros de novillo, la Minerva nacionalizada por Miguel García, la Mo-
262 1/2 quintales de sebo y 40 quintales de palo lly por Manuel de Almagro, la Eliza por Tomás
tinte'. Antonio Romero, la Joseph por Matín de Alzaga y la
Otra situación particular con respecto a la españoli- Superior por Francisco del Sar, a las que se sumaban
zación la encontramos ocasionalmente en las actuacio- las fragatas Five Brothers y la América, nacio-
nes sobre un desembarco furtivo efectuado por tripu- nalizadas en 1803 por Martín Clordi y Jaime Lavallol
lantes de la fragata norteamericana Finik. Uno de los respectivamente.
marineros sometidos a interrogatorio, el malagueño Sin duda muy difícil resulta generalizar en un tema
Juan Rodríguez, relata allí sus peripecias resultantes de como el presente para determinar que siempre las es-
haberse embarcado en la fragata Juana, que procedente pañolizacioncs escondieron una actitud fraudulenta.
de Cayena había comprado y nacionalizado Tomás Sin embargo tanto las quejas y denuncias, como los
Antonio Romero en 1798. casos concretos que a través del rastreo documental se
Al llegar dicho navio al puerto de Boston, el capi- han podido observar, pese a moverse esta temática en
tán despidió a todos los tripulantes españoles, que de- las tinieblas y el secreto de la ilegalidad, nos permiten
bían integrar la nómina de acuerdo a lo dispuesto en inferir que constituyeron una importante vía de trans-
las resoluciones sobre matrículas y compra de embar- gresión. Bajo apariencias formales se pudieron asi
caciones. Sólo quedaron a bordo el contramaestre y el evadir las normas dispuestas por el Estado Español
piloto, siendo el resto reemplazado por tripulación es- para el manejo de las cuestiones comerciales y de trá-
ladounidcnsc. Allí quedaron aquellos hombres librados fico; y en este manejo los norteamericanos tuvieron,
a su destino, por cuya razón todos los marineros, que si no el monopolio, una decidida participación.
eran doce, se fueron embarcando en distintos buques,
unos ingleses y otros franceses, por no tener modo
con que subsistir en tierra ni como restituirse al
puerto de su partida, pues los buques que venían para
estos dominios americanos o para la Habana no que-
rían llevar ningún español...

10 Archivo General de la Nación (URUGUAY). Ex-


Archivo y Musco Histórico Nacional. Aduana de Mon-
tevideo. Caja 246.
" CHANDLER, Charles Lyon: La influencia de los
Estados Unidos de América en el Río de la Plata, 1798-
Archivo General de Indias. Audiencia de Buenos 1802. En Revista de Ciencias Económicas. Año V. Núms.
Aires-94. 49-50. Buenos Aires. Julio y agosto de 1917. P. 143.

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