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Psicopatología Criminal: ¿un criminal nace o

se hace ?
Publicada el 19 diciembre, 2019 por Iniseg

Hay muchas formas de describir a un criminal, no importando cuál sea el término, la pregunta
es ¿un criminal nace o se hace? Trataremos de enfocar el tema desde el punto de vista de la
Criminología, porque esto nos llevará a entender que es un tema de seguridad finalmente.

Psicopatología Criminal
Como definición podemos decir, que es la ciencia que estudia la relación entre el crimen y
los trastornos psicológicos. En forma general, es estudiar al criminal como individuo que
manifiesta ciertas patologías psicológicas en su comportamiento.

A través de la historia de la humanidad, siempre han existido criminales patológicos, tal vez
no se catalogaban con los términos conocidos hoy en día, pero existían. Una vez que nació
esta ciencia, se empezó a estudiar al criminal desde el punto de vista psicológico, para
entender su comportamiento y qué factores influían para que fuera un delincuente.

Desde que nació esta ciencia, el objetivo principal era deducir si un criminal nace o se hace.
Hay muchas teorías al respecto, unas más comprobables que otras, unas más ciertas que
otras. Se trata en el fondo de entender la manera de actuar de un criminal, de entender qué
pasa por su mente cuando va a cometer un crimen. Es un tema muy complejo e interesante.

La Criminología trata de explicar el comportamiento psicológico del criminal, trata de


determinar qué factores llevaron al delincuente a cometer un crimen. Es una ciencia que ha
tratado de explicar a lo largo del tiempo, los factores que intervienen para que un delito se
cometa tal y como lo vemos.

Ha sido una obsesión de los investigadores conocer si una persona nace con
predisposición a cometer un delito o no.

Como es un tema tan complejo, los investigadores partieron analizando la parte biológica
del delincuente, después agregaron la parte social, más tarde la parte ambiental, la
escolaridad, y así, con el paso del tiempo llegaron a abarcar todos los posibles factores que
influyen en la mente de un criminal.

Es tan complejo que no hay un patrón único que indique si un individuo será un criminal o
no, porque lamentablemente se descubre a un criminal una vez que ya ha cometido el delito.

Factores de riesgo que podrían influir para que un individuo se convierta en criminal

• Factores Familiares: la familia es muy importante en las primeras etapas de desarrollo de


un individuo, sobretodo en la socialización. Va a depender mucho si es una familia
numerosa, si hay ausencia de los progenitores, el estilo de crianza, si hay autoritarismo o
permisividad, influye también el ambiente familiar. En esta etapa es cuando se inculcan los
principios y valores, que le servirán al futuro adulto para defenderse de las malas influencias
que encuentre en su vida.

• Factores Escolares: la escolaridad es muy importante, ya que es ahí donde se refuerzan los
principios inculcados en el hogar. Además se adquieren y se conocen nuevas experiencias
que influirán a lo largo de la vida. También se pueden adquirir malos hábitos o malas
experiencias, como el fracaso escolar, competitividad, individualismo. Como vemos, tanto
en el hogar como en la escuela, se entregan enseñanzas que marcarán la vida de la persona,
tanto positiva como negativamente. El concepto de ley o autoridad debe ser interiorizado en
esta etapa.

• Factores Ambientales: el ambiente en el que crece el individuo es muy importante, lo que


antes se decía es que, a más clase social menos probabilidad de ser delincuente y fue
demostrado con estadísticas. Por lo tanto, lo que se deducía era que en la clase social baja
existían más delincuentes. Con el paso de los años, se pensó que la clase social baja se veía
más desfavorecida, que no estaba en igualdad de condiciones que la clase social alta, ya
que no podían contratar mejores abogados.

Hoy se dice, que la influencia del ambiente en el criminal ocurre mediante su grupo de pares,
en la familia, con los amigos. Y si en su grupo delinquen, portan armas, consumen drogas
sería un fuerte predictor de delincuencia, como una posible causa.

• Medios de Comunicación: la información que entregan estos medios influye en la


percepción de las personas en riesgo. Hay que cuidar la información que se entrega para no
crear estigmas sociales que arrastren a los individuos a la delincuencia.

• Factores Genéticos: ciertos comportamientos antisociales tienen una base genética.


Algunos resultados de investigaciones dicen que ciertas personas están más predispuestas
a relacionar el castigo físico con agresividad, lo que explicaría por qué no todos los niños
maltratados desarrollan tendencias antisociales.

Si todos estos factores se unen, o al menos algunos, podríamos tener la respuesta a la


pregunta arriba mencionada ¿Un criminal nace o se hace?

Probablemente todos tenemos en nuestra personalidad algún factor psicopatológico, pero


no siempre se manifiesta si no existe la oportunidad de cometer un crimen, y ahí entran en
juego todos los factores antes mencionados.

https://www.iniseg.es/blog/seguridad/psicopatologia-criminal-un-criminal-nace-o-se-hace/

GENÉTICA CRIMINAL

La criminología como ciencia interdisciplinaria busca las causas del delito de manera
integral y se nutre de la biología criminal; a su vez, la Biología criminal en si misma, hace
como objeto de estudio la vertiente genética hereditaria de la delincuencia, según esta
ciencia son los factores genéticos los que impulsan a una persona a delinquir. Así la
biología describe la criminalidad con fundamentos en la conformación o constitución
orgánica morfológica del hombre y se caracteriza por: a) Realizar un análisis de hombre que
delinque como persona diversa de lo normal, por razones biológicas y antropológicas. b)
Busca las causas del delito preferentemente en el autor de su comportamiento. c) Le
concede gran importancia a la herencia, esta tendencia se fundamenta en estudios que han
hecho en materia de biotipología, genética, gemelos, familias criminales, endocrinología y
caracterología. Mendel en 1856 comprobó experimentalmente, por primera vez, la hipótesis
de que los factores hereditarios se transmiten en los cromosomas. En una explicación muy
esquemática podemos decir que la formación de un nuevo ser resulta de la fusión de los
gametos masculinos y femeninos, espermatozoides y óvulos y que al efectuarse la fusión
se presenta el fenómeno de la meiosis o deducción cromática. De esta manera, cuando el
óvulo es fecundado por el espermatozoide, los cromosomas de cada célula se agrupan
formando 22 pares muy parecidos y un vigésimo tercero que puede ser o no semejante. La
Genética Criminal, es el estudio que relaciona las aberraciones o malformaciones
cromosomáticas o cariotípicas con la delincuencia. A partir del descubrimiento del ADN y
de la diferenciación entre cromosomas masculinos y femeninos, la Genética toma un nuevo
impulso, encontrándose sujetos que tienen más o menos cromosomas que los demás con
resultados físicos y mentales notables. Cada célula contiene en su núcleo un número fijo
de cromosomas y cada uno de éstos está compuesto de unidades hereditarias llamadas
Genes. Los genes que componen cada cromosoma son miles de unidades las cuales
pueden realizar 5 millones de combinaciones posibles en los genes, que se combinan como
cartas de baraja, están los planos de la construcción del nuevo individuo, su sexo, el color
de los ojos, del pelo, el grupo sanguíneo, el factor RH y quizá su predisposición a delinquir.
La dotación biológica de los seres humanos está contenida dentro de cada célula donde
existen 46 cromosomas, donde 44 son llamados autosomas y los otros dos pertenecen al
sexo y son llamadas gonosomas o cromosomas sexuales. En el hombre gonosoma es
masculino (Y) y otro femenino (X), en la mujer los dos son femeninos (XX). El Gonosoma
masculino es dominante, es decir X mas Y igual a hombre, X mas X igual a mujer. Toda
célula debe tener, normalmente, dos cromosomas sexuales o gonosomas: XX para la mujer
y XY para el hombre. Los últimos avances biológicos en el examen de la criminalidad nos
llevan al estudio de las aberraciones cromosómicas, es decir a las malformaciones
cariotipicas por exceso de cromosomas o por defecto de cromosomas, las cuales son
llamadas Anomalías Cromosómicas sexuales numéricas, las cuales se presentan en la
siguiente tabla: Por defecto: Síndrome de Turner Por exceso Klinefelter Del súper macho
Aberración XO, Monosomia de los cromosomas Características. El YO no se ha encontrado
y parece ser letal. Presenta genitales externos de tipo femenino, corta estatura, cuello corto
y escurrido hacia los hombros, implantación baja de las orejas, pecho ancho, manos
subdesarrolladas y pezones muy separados, útero pequeño y ovarios substituidos por
haces fibrosos. Se da un caso por cada 5000 hembras. Trisomia de los cromosomas
sexuales: En la mujer XXX XXXX XXXXX En el hombre: XXY XXXY XXXXY XXYY XXXYY Se
han encontrado también XYYY En XSXY circunferencia torácica disminuida, caderas
anchas, atrofia testicular, escaso vello en el cuerpo, piernas muy largas, los demás órganos
sexuales normales. Su cociente intelectual promedio es de 83.9. Aunque pueden tener
relaciones sexuales son estériles. En XXXY, los síntomas anteriores se agravan,
principalmente en disminución de inteligencia, pues dan un promedio de cociente
intelectual de 52.2 En XXXXY, la inteligencia en estos sujetos alcanza apenas un promedio
de 35.2 de cociente. En XYY no da muchas características físicas especiales. En un estudio
encontraron que la única característica es la de una estatura de más de 1.80 y en lo demás
aparentan ser físicamente normales. Es el síndrome del doble Y. XYY Se propone que el
exceso de cromosomas puede originar una predisposición a los trastornos de conducta,
pues el sujeto afectado posee un terreno especial que lo hace más sensible que el resto de
las personas, ante estímulos criminógenos ambientales. Parece existir una correlación
positiva de la existencia de una doble YY a la agresividad, siendo ésta una característica
más masculina que femenina. Aunque el numero de delincuentes con este problema es
muy bajo (2.5% para Klinefelter y 2.8 para XYY), es indudable que los estudios de genéticos
han dado nuevos y valiosos elementos para la comprensión del fenómeno antisocial. A
partir de los descubrimientos de Mendel sobre la transmisión de las características
hereditarias comenzó el descubrimiento de la genética, y todos los avances en el área
llamaron la atención de los criminólogos, los cuales buscaron desde luego las posibilidades
de que cierta disposición hacia el crimen pudiera ser adquirida por dotación biológica, es
decir por herencia. Los primeros descubrimientos fueron en enfermos mentales,
encontrado la gran incidencia de parentesco consanguíneo entre los anormales.
Actualmente no se puede afirmar que la existencia de una tara hereditaria es explicativa de
la génesis del delito, dado que no es la enfermedad o la criminalidad lo que se hereda, sino
la predisposición. La aportación importante de las corrientes que buscan en la herencia la
causa criminal es que en el momento actual nos obliga a estudiar cuáles son los factores
hereditarios y cómo influyen en la conducta criminal. La relación entre herencia y
criminalidad se han estudiado bajo tres métodos distintos: 1.- el análisis de la genealogía
del delincuente 2.- la genealogía estadística 3.- la investigación de los gemelos. Pensando
en la herencia criminal, varios investigadores han orientado sus esfuerzos al estudio de
familias criminales, realizando una verdadera genealogía criminal, encontrando
concordancias notables, y demostrando que existen familias célebres en la que la mayoría
de los componentes son criminales. Algunos estudios de genética proponen la existencia
de un cromosoma extra al cual se le atribuye la conducta criminal, el cromosoma 47 (XXY,
o XYY). En 1961, según Glasser, se tuvo la primera noticia sobre su existencia. Se halló un
cromosoma Y extra en un sujeto, llegando a relacionarse su conducta delictiva con la
presencia del mismo. En 1968, durante la defensa de un caso de asesinato en París, se
alegó la inocencia del encausado por demencia, por tener el triplete cromosómico XYY, por
lo que un panel de expertos recomendó al tribunal la reducción de la sentencia. López Saiz
y Codon, desde el punto de vista psiquiátrico, el estudio de la herencia ha conseguido
algunos resultados con las investigaciones de los caracteres psicológicos normales y
patológicos heredados en el caso de los gemelos univitelino, y los métodos estadísticos
puestos en marcha de manera científica en grupos extensos de sujetos antisociales.
Existen estudios genéticos en las familias criminales que se basan en la elaboración de
árboles genealógicos, que permite conocer lo que ha ocurrido a través del tiempo a la
descendencia de un individuo determinado. Se afirma que los estudios genéticos sobre
familias criminales se remontan al siglo XIX. Uno de ellos, referido por Dugdale, en 1877, el
cual se refiere a un sujeto de nombre Juke, alcohólico, residente en Nueva York, quien se
dice tuvo 709 descendientes, entre ellos 202 prostitutas y mantenidos, 77 delincuentes y
142 vagabundos. Estabrook amplió las investigaciones, hasta localizar 3,00 descendientes,
de los cuales la mitad son deficientes mentales, y un tercio vagos, mendigos, prostitutas y
delincuentes. Hjurwitz hace ver como el número de delincuentes va decreciendo con el
tiempo. Otros ejemplos son los de las familias Zero, Victoria, Marcus y Kallikak, esta última
investigada por Goddard, quien encuentra dos ramas, una “buena” y otra “mala”, ya que el
iniciador tuvo dos mujeres, una normal y una deficiente mental, siendo la familia “normal” y
la otra “antisocial”. Sin embargo, los sociologistas proponen que esto es producido por el
aprendizaje derivado de la convivencia, pues era lógico que los hijos de los criminales
siguieran el ejemplo de los padres. La crítica más generalizada para estas investigaciones
es que la obtención de métodos no es totalmente confiable, pues el diagnóstico de
debilidad mental o la calificación de vagos o prostitutas se hace con base en referencias
generalmente verbales. La estadística familiar. Para vencer las dificultades anteriores,
varios investigadores se preocuparon por usar la estadística y buscar datos más directos,
así como formas de comparación o control. Goring (1919) y Lund (1918) coinciden en sus
estudios al encontrar que la proporción de delincuentes condenados a prisión por delitos
graves, es mayor entre aquellos en los que ambos padres fueron delincuente, que entre
aquellos en los que un solo padre fue condenado, y estos últimos son más que aquellos sin
padres con antecedentes criminales Bernhard (Rudolf, 1930), efectuó un estudio sobre
criminales dividiendo en dos grupos: a) Aquellos cuyos padres no eran criminales, pero los
abuelos y otros ascendientes si. b) Aquellos sin parientes criminales. El resultado fue, que
en el grupo “a” la proporción de hermanos delincuentes es el doble que en el grupo “b”, a
pesar de que ambos ambientes fueron considerados “no criminógenos” Una de las más
antiguas estadísticas sobre la herencia criminal fue suministrada por Marro, quien estudió
los progenitores vivos de 500 delincuentes, comparándolos con 500 no delincuentes,
después de un análisis estadístico encontró el factor alcoholismo en un 40% de ellos y taras
mentales en más de un 42% en los progenitores y colaterales de los delincuentes, frente a
un 16% de casos de alcoholismo en los progenitores de los no delincuentes y un 13% de
taras en sus progenitores y colaterales. Sobre el valor de estos estudios se afirma que
efectivamente, desde el punto de vista psiquiátrico el alcoholismo puede estar
correlacionado con cuestiones hereditarias que llegan a los descendientes agrandados.
Dicha idea es rechazada por otros científicos para quienes el valor hereditario y la
descendencia en los alcohólicos no pueden ser consideradas aisladamente sin tomar en
cuenta otros elementos del medio y elementos de tipo afectivo.
BIBLIOGRAFÍA Luis Rodriguez Manzanera. (1981) Criminología. México. Marcos A.
González b.(2007) Criminología. Santiago de Chile Hurwitz Stephan. (1956) Criminologia.
Barcelona España. Doris Cooper Mayr. (2005) Delincuencia y desviación juvenil. Santiago
de Chile http://bvs.sld.cu/revistas/aci/vol13_1_05/aci05105.htm . Jorde, i. B. y John C.
Carey. (2010) Genética Médica. España.
https://xdoc.mx/documents/lectura-genetica-criminal-5f794b1c9af27

GENOMA HUMANO
Desde un punto de vista estrictamente biologista, podríamos considerar al ser humano como un conjunto
de células debidamente organizadas con una función determinada.

Cada una de estas células contienen en su núcleo, un material genético estrictamente codificado: el
genoma humano, que no es más que una maraña de proteínas, (llamadas bases nitrogenadas)
maravillosamente interrelacionadas de tal forma, que permiten que ese conjunto de células
individualmente consideradas, funcionen organizadamente, de tal suerte que el ser que las contiene,
tenga dos ojos y no ocho, dos piernas y no seis, manos y no alas, pulmones y no branquias, que piense,
sienta, llore, hable, ría, tenga ira, le guste el helado de vainilla y no el de chocolate, que le guste la
Ingeniería y no la Arquitectura, la Física y no la Filología o incluso, porqué no, que le disguste robar, pero
que le apasione matar.
El genoma es un conjunto de proteínas que agrupadas en unidades de información denominadas genes,
conforman los cromosomas, situados en el núcleo de cada célula del organismo humano. Todas nuestras
células, desde la primera que se formó luego de la concepción hasta la última tienen idéntica carga
genética.

Este conjunto de genes que integran el patrimonio biológico de cada individuo contiene las claves de la
herencia. Su conocimiento, hace posible entender los procesos de transmisión de todo tipo de
características, desde las fenotípicas hasta la conducta humana.

Toda la información genética está codificada en la cadena del ADN que forman los cromosomas. El orden
o secuencia en el que se suceden los cuatro componentes químicos elementales (nucleótidos, o bases
nitrogenadas), determinan el código genético.

CONDUCTA Y CARÁCTER

Debemos antes que todo, recordar que el concepto de crimen y sus términos relacionados: criminalidad, delito,
conducta desviada y delincuente, son constructos sociales y por lo tanto, no están genéticamente
determinados, sino más bien, socialmente establecidos. Tanto es así, que dependiendo del concepto que cada
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sociedad tenga de estos términos, así serán, incluso, las estadísticas criminales decada país.

La conducta humana, desviada, o no, es regida por el CARÁCTER, cuya estructura y función está bajo
el control de la genética, pero influenciada por el ambiente .

El carácter es la base de la conducta, sea ésta o no criminal. Lo que influya en el carácter, influirá en la
conducta.

Los aspectos ambientales que influyen en la expresión del carácter y por lo tanto de la conducta, son tan
diversos como impredecibles y van desde los daños cerebrales adquiridos durante la gestación o durante
la vida extrauterina, pasando por las experiencias tempranas de la vida, los modelos de comportamiento
aprendidos, la educación, el uso de medicamentos, enfermedades adquiridas o congénitas, la pareja con
la que se viva, hasta un sin número de situaciones contingentes o probables, imposibles de enumerar en
su totalidad.

Partiendo de la premisa que el carácter humano está gobernado por la genética pero influenciado por el
entorno, pretendo afirmar que la CONDUCTA del ser humano –

socialmente considerada como criminal, delictiva o desviada- responde a una serie de interacciones del
entorno social con la esencia genética propia de cada individuo. Ésta se empieza a ensamblar desde el
momento mismo de la concepción y aquéllas inician su impronta a partir del nacimiento y continuarán
ejerciendo su influencia durante toda la vida del sujeto. De esta interacción solo son posibles tres
resultados:

1. Que en la conducta se expresen únicamente los genes;

2. Que en la conducta se exprese únicamente la influencia del ambiente o

3. Que se expresen ambos a través de una específica interacción.

Creo, con la mayoría de los estudiosos del tema, en la tercera posibilidad, por lo que la pregunta que
surge es: ¿de qué manera se interrelacionan los factores ambientales con los genes para la manifestación
de la conducta humana? Para contestar a esta pregunta es necesario referirme al concepto de lo que
denomino: teoría genética – social.

Revista Digital de la Maestría en Ciencias Penales de la Universidad de Costa Rica. Nº 1, 2009

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