Discalculia
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Discalculia
Por otro lado, además de las evaluaciones realizadas al alumno, debemos obtener información
de su contexto familiar mediante una entrevista con su familia y también del contexto escolar
a través de su tutor/a para una óptima intervención.
Hay múltiples factores que no se nos pueden pasar por alto en la entrevista con el tutor: el
aspecto emocional, por ejemplo, si ha tenido problemas en casa, falta de algún ser
querido, una separación reciente de sus padres… o trastornos de su conducta: baja
capacidad de concentración, agresividad, Bullying, etcétera.
Esto afecta dos aspectos cruciales del rendimiento escolar, en materias específicas como
lenguaje y matemáticas y en las cuáles de ellas se ve más perdido. Y por supuesto en qué
aspectos o apartados ha habido un trabajo específico para el alumno.
Ante la sospecha de encontrarnos frente a un alumno con discalculia, debemos ser estrictos,
dado que en muchas ocasiones sólo se manifiesta con un pequeño déficit en su rendimiento
de cálculo y/o razonamiento matemático. Por ello debemos ser rigurosos y someter al alumno
a las pruebas estandarizadas más resolutivas para detectar su posible problema.
Entre las pruebas más utilizadas para ese tipo de evaluación podemos encontrar:
La competencia curricular. Una manera habitual que se utiliza en los centros escolares para
ayudar a los alumnos a superar las dificultades de aprendizaje son las medidas ordinarias
referidas a los apoyos y refuerzos educativos, atendiendo a las diferencias individuales que
forman parte de la Diversificación Curricular.
Para poder evaluar de forma estandarizada este déficit de aprendizaje existen varias pruebas
que nos indican el desfase curricular. Unas serán baterías de test:
Cumanin elaborado para niños de 3 a 5 años. Evalúa de manera sencilla las dificultades
de aprendizaje y desarrollo de áreas fundamentales para el niño: psicomotricidad,
lenguaje, atención, estructuración espacial, visopercepción, memoria, estructuración
rítmico-temporal y lateralidad.
Cumanes. Es consecuencia del cumanin. En este caso las escalas están elaboradas para
niños de 7-11 años. Contiene doce subescalas en seis áreas (visopercepción, lenguaje,
funcionamiento ejecutivo, lateralidad, memoria y ritmo).
Nivel de madurez y rendimiento cognitivo (ENFEN): evaluación neuropsicológica de las
funciones ejecutivas en niños (memoria y atención).
Test de BENDER. El test se basa en pedir al individuo que copie seis figuras que se le
entregan en un papel en blanco y después se analizan los resultados. En concreto,
suelen aparecer errores en el número de puntos o círculos de algunas láminas,
integran mal las figuras y presentan distorsiones en la forma, tamaño y simetría de las
mismas.
Test de FROSTIG. Elaborado para evaluar la madurez visual. Este test se aplica a niños
de 4 a 10 años.