Bloque 7
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Esta nueva etapa debía fundamentarse en una constitución moderada como marco jurídico.
La Constitución de 1876 favoreció esa “estabilidad” política. Si bien fue conservadora,
permitía cierta flexibilidad, de tal manera que ambos partidos pudieran gobernar de tal
manera que ambos partidos pudieran gobernar de manera estable sin tener que cambiarla
en cada turno. Las características principales de esta fueron: La soberanía compartida;
entre el rey y las cortes amplías competencia en la corona, El papel moderador del rey;
estaba por encima de los partidos políticos, era el jefe del ejército y elegía al de Gobierno,
no era responsable ante las las Cortes, convocaba y disolvía las Cortes , Las Cortes;
bicamerales, sufragio según el gobierno. Primer censitario masculino solo el 3% de la
población, Derecho y Libertades; imprenta, asociación reunión o expresión. Pero está
abierta su regulación al ejecutivo. Los gobiernos conservadores los aplicaron de forma más
restrictiva y los liberales con mayor amplitud, Ayuntamientos y diputaciones; legislación
centralista los puso bajo el control del gobierno y La eliminación de los fueron; legislación
unificado en todo el territorio
Estándar 84 (Opción A)
El movimiento obrero
Las dos corrientes ideológicas más destacadas durante el siglo XIX en España van a ser el
anarquismo y el socialismo. En el contexto del desarrollo industrial, crecía la importancia
social y numérica de la clase trabajadora que iba tomando conciencia de que pertenecían a
una clase social distinta y que necesitaban mejorar su situación.
El movimiento obrero español tenemos que ubicarlo en el Sexenio democrático, ya que
nace al amparo del derecho de libertad de reunión y de asociación. En 1864 se funda la AIT
en Londres de la mano de Karl Marx para luchar contra el capitalismo. Y llegaría a España
cuatro años más tarde tras la Revolución. A partir de 1874 las asociaciones obreras viven
en la clandestinidad hasta su legalización en 1887 por el gobierno de Sagasta.
Tras la escisión y crisis de la AIT, las corrientes socialista y anarquista española siguen
caminos separados. Los socialistas propugnaban la necesidad de acción política y de la
conformación de un partido de la clase obrera. En 1879 Pablo iglesias funda la Agrupación
Socialista Madrileña, núcleo original del Partido Socialista Obrero Español (PSOE). En 1888
impulsaron la creación de un sindicato socialista, la Unión General de Trabajadores (UGT).
Tuvieron en Madrid, Vizcaya y Asturias su mayor influencia aunque sus organizaciones
tendrán menor peso que las anarquistas. Otras zonas de influencia serán Extremadura y
Castilla-La Mancha. EI PSOE defendía el marxismo, el obrerismo y la revolución social.
Sus objetivos fundamentales fueron; la Revolución socialista ,el final del sistema liberal
capitalista. En su acción política diaria o estrategia propugnaban: la organización política y
sindical, la conquista del poder político por la clase obrera,la mejora las condiciones de vida
de los obreros: derecho de asociación, reunión y manifestación, sufragio universal, la
reducción de las horas de trabajo, la prohibición del trabajo infantil, etc. Condenaron la
guerra de Cuba como imperialista.
Se opusieron al servicio militar discriminatorio.
Sus instrumentos fundamentales para llevar a cabo sus objetivos fueron;
fundaron Escuela Nueva en 1910 preocupados por la educación y desarrollo cultural de los
trabajadores/as,participaron en la celebración del Primero de Mayo de 1890, protagonizó
grandes huelgas en Vizcaya y consiguió tener algunos concejales en ayuntamientos.En las
elecciones de 1910 obtuvo su primer diputado en las Cortes, cuando empezaron a
convertirse en verdadera oposición política. La UGT elaboró un programa de mejora de los
obreros y para ello negociaba con obreros y patrones así como el recurso a la huelga
general.Su medio de expresión y propaganda será su periódico "El Socialista"
El texto 1 hace referencia al nacionalismo catalán del siglo XIX. El autor del primer texto
es Enric Prat de la Riba, burgués catalán quien en 1901 funda la Liga Regionalista (Unió
Catalanista) con el objetivo de participar activamente en la política nacional para defender
los intereses catalanes. Había tomado parte en la redacción de las Bases de Manresa
(proyecto de Constitución Regional Catalana)
El texto 2 hace referencia al nacionalismo vasco, cuyo autor, Sabino Arana, fue su máximo
representante durante el siglo XIX. Reclamaba el independentismo vasco y convirtió la
tradicional reivindicación de los fueros en símbolo de la soberanía vasca.
El siglo XIX, es el siglo del nacionalismo en toda Europa, el sentimiento nacionalista se
reavivó entre una burguesía que estaba protagonizando la Revolución Industrial. Estas
tomaron las riendas del sentimiento nacionalista en pos de defender sus intereses
económicos. La nueva organización centralista del Estado que retomó la Restauración con
la división territorial basada en provincias, pretendió desconocer las realidades comunitarias
existentes y disolverlas. Se pretendió un centralismo legal pero de localismo regionalismo.
La burguesía industrial, básicamente catalana y vasca, pues no se había dado en España
una verdadera revolución Industrial, tomaron las riendas del tímido proceso de
modernización económica. Esta ocupó un lugar secundario en la organización del aparato
estatal y se preocupó simplemente por conseguir del Estado la necesaria política
proteccionista para su incipiente industria
Según vemos en los dos textos, tienen un marcado carácter regionalista: "...cada
nacionalidad ha de tener la facultad de acomodar su conducta colectiva, es decir, su
política, [...] Cada nacionalidad ha de tener su estado" en el caso catalán; "Libre e
independiente [...] nación aparte, como Estado constituido,...
"en el vasco. Los dos presentaron un marcado carácter conservador, católico y burgués.
Ambos buscaban los mejores intereses políticos y ecónomicos para su región. En el caso
catalan el movimiento cultural paso al plano político reclamando la existencia de una
nacionalidad catalana y un mayor autogobierno para Cataluña. Los vascos desde el inicio
reclamaron la independencia sin éxito.Su posición se suavizaría al aceptar que la
autonomía debía alcanzarse desde la legalidad y dentro de la unidad del Estado español.
Por tanto tras la Restauración ambos plantean un mayor autogobierno a través de los
Estatutos autonomía. Tanto Prat de la Riba como Arana fundan partidos. En 1891 Prat de la
Riba funda la Unión Catalanista, posteriormente reformada como Liga Regionalista. Tuvo un
importante papel en la elaboración de las Bases de Manresa, base del nacionalismo
catalán.Por otro lado Sabino Arana funda en 1895 el Partido Nacionalista Vasco (PNV) en
Bilbao, cuya implantación se centró únicamente en la provincia de Vizcaya.El nacionalismo
catalán nace del movimiento denominado Renaixença un movimiento literario que buscaba
recuperar la lengua catalana y que posteriormente dio paso a la actividad política liderado
por la burguesía industrial. En el caso vasco su origen tuvo como detonante la abolición de
los Fueros de 1876 y de las instituciones propias suprimidas. Se basó en la defensa de la
legua y la cultura vasca, pero sobre todo en la defensa de la singularidad de la etnia vasca y
el rechazo a las costumbres llegadas de fuera. Se idealizó el mundo tradicional vasco en un
momento de acelerada industrialización en Guipúzcoa y Vizcaya que atrajo a
numerosos inmigrantes. Según vemos en el texto, mientras Prat de la Riba especifica el
carácter no independentista del nacionalismo catalán "...el nacionalismo catalán, que nunca
ha sido separatista...", el caso vasco sí reitera su marcada diferencia con respecto a la
nación española "habéis acatado la dominación extranjera […]y corrompidos por la
influencia española,...
Tal y como expresó la Lliga en las Bases de Manresa, el nacionalismo catalán tuvo una
concepción federal de integración del Estado catalán en el Estado español.
Pero para Sabino Arana, los vascos suponían un pueblo diferente y debían recuperar los
fueros de manera total y ello suponía recuperar la plena soberanía, es decir la
independencia. Si bien posteriormente suavizaría su postura
Estándar 89 (Opción B)
LA CRISIS DEL 98
El 10 de diciembre de 1898 se firmó el Tratado de París, por el cual España reconocía la
independencia de Cuba y cedía a Estados Unidos Puerto Rico, la isla de Guam, en las
Marianas, y las Filipinas.La derrota en la guerra resultó humillante para toda la sociedad
española. El impacto se conoció como el DESASTRE DEL 98 y despertó la conciencia de
sus contemporáneos mostrando el panorama de un imperio definitivamente derrotado y de
un país en crisis.Significó el fin del mito del histórico Imperio Español (en un momento en
que las potencias europeas forjaban imperios coloniales) y la relegación de España a un
papel secundario. La prensa extranjera presentó a España como una nación moribunda,
con un ejército ineficaz y un sistema político corrupto (esta imagen cuajó en la sociedad).
En 1899 España vendía al Imperio Alemán los restos de su imperio insular en el Pacifico,
las islas Carolinas, las Marianas y Palaos.