REGIONES
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El bosque tropical es un bioma boscoso que se extiende en zonas cercanas al ecuador en las que el clima es
húmedo o tropical. Las condiciones son propicias para el crecimiento de vegetación muy variada debido a que
la temperatura es similar durante todo el año, alrededor de los 30 ºC, y las lluvias son abundantes. Los bosques
tropicales se encuentran a menos de 1.200 metros del nivel del mar, contienen una
gran biodiversidad y representan uno de los biomas más grandes de la Tierra. Se encuentran en Asia,
Australia, África, parte de América del Sur, América Central y en muchas de las islas del océano Pacífico.
Características de la sabana
La sabana presenta variaciones en el tipo de clima y de suelo, según se aleja de la línea del ecuador, por lo que
se clasifica en cuatro tipos:
Sabana intertropical. Presenta un clima templado con poca variación de temperatura entre las dos
estaciones y predominan las sequías. El suelo es seco y poco fértil.
Sabana templada. Presenta un clima húmedo con inviernos fríos y secos. El suelo es un poco más fértil
que el del resto de las sabanas.
Sabana mediterránea. Presenta un clima semiárido con mayor variación de la temperatura entre las
estaciones, escasas lluvias y un suelo con muy poca vegetación.
Sabana montañosa. Presenta un clima semiárido en las zonas alpinas y subalpinas, en especial, en
regiones de África. El suelo suele presentar muy poca vegetación.
A pesar de estas variantes, todos los tipos de sabanas comparten características comunes que las definen,
como los vastos pastizales semiáridos con arbustos y escasos árboles. Estas características diferencian a la
sabana de una pradera (que tiene un suelo muy fértil) o de un desierto (que tiene un suelo compuesto de
minerales y fósiles).
Clima de la sabana
El clima de la sabana se caracteriza por ser bastante cálido durante todo el año con una temperatura media de
18 ºC. Sin embargo, se diferencian dos estaciones distintas:
Húmeda. Es la estación más breve del año que suele darse entre octubre y marzo en el hemisferio sur y
entre abril y septiembre en el hemisferio norte. Es la época en la que caen precipitaciones, aunque no
son suficientes para el desarrollo de una vegetación abundante.
Seca. Es la estación más extensa y más seca. La amplitud térmica durante todo un día puede variar de
manera significativa y suelen darse fuertes vientos que, debido a la escasa vegetación, levantan nubes
de polvo y tierra.
Fauna de la sabana
La fauna de la sabana es variada según el clima y las condiciones del suelo. Muchos animales son herbívoros y
requieren la mayor disponibilidad posible de vegetación para alimentarse. Por eso, la mayoría suele migrar en
épocas de sequía a zonas con agua y vegetación.
Entre los animales típicos de la sabana abundan los grandes mamíferos, en especial en África, como el búfalo,
el león, el rinoceronte, el antílope, la jirafa, el elefante, entre otros. En cambio, en la sabana australiana
abundan los canguros, los reptiles y los búfalos.
Flora de la sabana
La flora de la sabana se caracteriza por la capacidad de adaptación para soportar las sequías. En las zonas más
áridas abundan los arbustos espinosos, las suculentas y los cactus, debido a que tienen la capacidad de
conservar agua durante un largo tiempo.
Existen escasos árboles arbustivos que se encuentran muy dispersos en el vasto territorio de la sabana y suelen
ser de tipo perenne, es decir, que no pierden sus hojas en todo el año y se caracterizan, además, por echar
raíces muy profundas en búsqueda de agua.
Se destaca el árbol acacia que tiene una copa frondosa capaz de ofrecer una sombra reparadora en épocas de
intenso calor. Además, debido a la altura que alcanza su copa, es un árbol elegido por las jirafas para obtener
su alimento.
¿Qué es el bosque templado?
Los bosques templados son, como su nombre lo indica, los bosques característicos de las regiones de clima
templado de los dos hemisferios del planeta. Su clima se caracteriza por una temperatura media anual de 18
°C y precipitaciones medias entre 600 mm y 2000 mm anuales. Sin embargo, sus condiciones puntuales varían
enormemente entre estaciones y ubicaciones geográficas. Es decir que son muy diversos en su naturaleza,
aunque suelen ser muy húmedos (entre 60 y 80% constantes).
Están organizados en base a cinco capas de vegetación:
Una capa inicial de musgos y líquenes, a nivel del suelo.
Una capa secundaria de hierba y plantas rastreras.
Una tercera capa de arbustos, tales como los arándanos o las moras.
Una cuarta capa de árboles jóvenes, ya con cierta altura.
Una última capa de árboles de alrededor de 60 pies de altura.
El suelo de este tipo de bosques suele ser fértil y rico en nutrientes, dada la caída abundante de hojas, ramas y
otra materia orgánica que luego se descompone.
Tipos de praderas
Dentro de la clasificación de este bioma es posible diferenciar dos tipos de praderas:
Praderas tropicales. Son praderas que se caracterizan por un clima cálido durante todo el año y por
tener dos estaciones diferenciadas: una seca y otra más húmeda. Su vegetación suele ser abundante,
con hierbas que pueden medir varios metros de altura y una gran presencia de animales. Las sabanas
africanas son un ejemplo de praderas tropicales.
Praderas templadas. Son praderas que presentan precipitaciones de entre 250 y 750 mm anuales, por
lo que sus pastizales o hierbas son principalmente gramíneas y no alcanzan gran altura. Estas praderas
presentan una gran fluctuación de temperatura, con veranos calurosos e inviernos fríos, y se pueden
encontrar en América del Norte y Argentina.
Clima de la pradera
El clima de una pradera va a depender de la zona geográfica en la que se ubique, ya que hay praderas en todos
los continentes. Aquellas que están más cerca de la línea ecuatorial tienen temperaturas más elevadas que
aquellas que se hallan en zonas más cercanas a los polos. Además, las praderas del hemisferio sur suelen
recibir más precipitaciones que las del hemisferio norte.
En las praderas tropicales el clima es cálido durante todo el año y está marcado por dos estaciones. La estación
húmeda de la pradera coincide con el verano y recibe gran cantidad de lluvias (más de 750 mm promedio
anuales), lo que permite el crecimiento de hierbas y pastos. Por el contrario, la época seca corresponde con el
invierno, tiene temperaturas más templadas y no llueve (lo que suele ocasionar incendios naturales).
En las praderas templadas existen dos tipos de clima muy delimitados: uno de invierno y otro de verano. El
clima en verano tiene temperaturas alrededor de los 21 ºC, mientras que en invierno puede alcanzar los 11 ºC
promedio. Este tipo de pradera recibe precipitaciones durante todo el año, con promedios que no superan los
750 mm anuales, lo que solo permite el crecimiento de pastos y hierbas (y no de árboles).
Animales de la pradera
Los animales de la pradera suelen variar según el tipo de pradera, aunque mayormente se trata de aves
y animales herbívoros.
En las llanuras templadas de América del Sur habitan roedores, vizcachas, liebres, cuises, maras, armadillos,
mulitas, comadrejas, zorros y lagartijas. En cuanto a las aves, se pueden hallar ñandúes, lechuzas, patos,
martinetas, chajáes, chimangos, teros, caranchos, horneros, cardenales, benteveos, calandrias, tijeretas y
picaflores.
Una característica distintiva de las aves que viven en las praderas es que al no haber tantos ejemplares de
árboles se alimentan del suelo y, por esta razón, tienen una coloración marrón o verde que les sirve para
camuflarse.
Originariamente existían algunos animales predadores en las praderas de América del Sur pero, debido a la
intervención del hombre en este ecosistema, muchos de estos animales están en peligro de extinción. Son
originarios de las praderas de América del Sur el puma y el venado de las pampas.
A estos animales autóctonos de las praderas templadas se le suman aquellos introducidos por el hombre
mediante la ganadería, como vacas, ovejas y caballos.
En las praderas de América del Norte se pueden encontrar animales como el tejón americano, el bisonte, la
mofeta rayada y el coyote.
En las praderas tropicales de África habita una gran cantidad de animales herbívoros, como las jirafas, las
cebras, los elefantes y los antílopes, que se alimentan de las hierbas y pastos que crecen en el verano. Estos
animales suelen migrar a zonas más húmedas durante la época seca de la sabana. Son depredadores de estos
animales los leones, las hienas, las chitas, entre otros.
También habitan en las praderas tropicales insectos y reptiles como víboras, escarabajos, arañas, entre otros.
Flora de la pradera
La flora de la pradera no suele ser muy abundante en variedad de especies, pero sí en cantidad. Las
precipitaciones de la pradera no son suficientes como para que se forme un bosque, pero son más húmedas
que los desiertos, lo que permite el crecimiento de pastos. Los incendios y la presencia de la actividad agrícola
son otras razones que dificultan el crecimiento de árboles en esta zona.
En una pradera se pueden observar juncales, gramíneas y pastizales. La altura de estos pastos va a depender
del tipo de pradera: las hierbas de la pradera tropical suelen ser más altas que las de la pradera templada.
En las praderas templadas existen alrededor de 50 especies de plantas, principalmente gramíneas, y muchas
zonas están ocupadas por plantaciones de cereales, como trigo, maíz y girasol. En las praderas tropicales no
suele haber tantos cultivos y pueden crecer hasta 200 especies de plantas.
Tipos de matorrales
Hay tres grandes tipos de matorrales con características bien diferenciadas:
Matorral xerófilo
El término xerófilo está formado por las palabras griegas xero, que significa seco, y filo, que significa amigo.
Teniendo esto en cuenta, no es difícil imaginar que se trata de matorrales que se pueden encontrarse en zonas
áridas, con lluvias escasas y temperaturas altas.
Las condiciones climáticas de estos matorrales recuerdan a una versión suavizada de las de los desiertos, con
noches frescas, días muy calurosos, y una ausencia de precipitaciones que puede prolongarse durante varios
meses y, en algunos casos, incluso años.
Es habitual encontrar en ellos vegetación espinosa como cactus y arbustos de baja altura, con praderas
semidesérticas en que se encuentra poco o ningún césped. Pueden encontrarse matorrales xerófilos en zonas
áridas y semiáridas alrededor de todo el globo, encontrándose algunos de los más importantes en Caatinga y
los Andes en Sudamérica, en algunos puntos de la región mediterránea y en algunas zonas alrededor del
desierto del Sahara.
Matorral mediterráneo
También llamados matorrales arbustales, brezales o chaparrales y se encuentran, como su nombre principal
indica, en las regiones de clima mediterráneo o parecido, como son California, Chile o Australia, entre otros.
Es un matorral en el que la vegetación también se ha adaptado para soportar veranos duros y calurosos, con
plantas que retienen el agua usando diferentes estrategias. Se encuentran en él arbustos de baja altura
salpicados de otros mayores como encinas u oxicedros, además de plantas aromáticas como la retama, el
tomillo o la manzanilla.
Los matorrales de este tipo suelen estar en zonas de bosques o muy cerca de estas. En este otro artículo te
hablamos sobre el Bosque mediterráneo, sus características, flora y fauna.
Páramo
Los páramos son matorrales de montaña que crecen a gran altitud en regiones tropicales de América, África y
Nueva Guinea. Se desarrollan por encima del bosque montano, y se extienden hasta el límite que marcan las
nieves perpetuas. Llegan a encontrarse a altitudes de hasta 5000 metros sobre el nivel del mar, y el más
importante y conocido de ellos es el andino.
A diferencia de los matorrales xerófilos y mediterráneos, los páramos se caracterizan por ser zonas de gran
humedad a lo largo de buena parte del año, además de ser climas fríos, en parte sobre todo por la gran altura a
la que están, aunque a veces pueden presentar máximas altas de forma brusca durante el día. Predominan en
ellos las asteráceas, orquidáceas y las gramíneas.
Clima de la tundra
La tundra es un bioma que se caracteriza por presentar un clima sumamente frío, vientos muy fuertes y escasas
precipitaciones (entre 500 y 1000 mm anuales). Las pocas precipitaciones suelen darse en verano (aumentan
en zonas de tundra costera) y dan como consecuencia un suelo con pocos nutrientes.
La mayoría de las tundras tiene más que dos estaciones al año: el invierno, que es más largo que el verano, frío
y oscuro; y el verano, que es corto y tiene ligeras precipitaciones. Las temperaturas de la tundra son frías
durante todo el año y varían según cada tipo de tundra. Pueden llegar a un promedio de 5º C en los meses
cálidos y por debajo de los -20 ºC en los meses fríos. Durante el verano, el deshielo de la capa superior
del suelo produce zonas de pantanos.
Fauna de la tundra
Los animales de la tundra deben hacer frente a las pocas precipitaciones y a las bajas temperaturas. Algunos
evitan el invierno migrando a zonas más cálidas y otros tienen capas de grasa debajo de la piel y un pelaje
tupido y corto que los protege del frío y del viento de la tundra. Además, es común encontrar animales de
patas cortas y orejas pequeñas, lo que les permite tener la menor cantidad de piel expuesta a las bajas
temperaturas.
La fauna que habita en la tundra varía según el tipo de tundra y las condiciones climáticas de cada una. Los
animales más comunes en la tundra ártica son: la liebre blanca, el lobo, el zorro ártico, el oso polar, el reno, el
buey, los lobos marinos y las focas. Es frecuente que muchos de estos animales tengan pelaje blanco para
mimetizarse con la nieve o el hielo del suelo de este bioma.
Flora de la tundra
Debido a los fuertes vientos, la vegetación de la tundra es de estructura sencilla y mayormente baja. Además,
los suelos congelados y la falta de agua hacen difícil la supervivencia de la vida vegetal. Sin embargo, en
muchas partes de la tundra el suelo se cubre de musgo, líquenes, ciperáceas y ericáceas que suelen crecer de
manera agrupada.
Aunque la vegetación alta es escasa o nula, sí presenta vegetación con flores, alrededor de 400 especies de
vegetación, entre las que se destacan las hepáticas y los pastos con flores.
Suelo de la tundra
Parte del subsuelo de las tundras, sobre todo en la tundra ártica en zonas como Rusia, Alaska y Canadá, está
cubierto por permafrost, es decir, está completamente congelado. Esta capa tiene grandes cantidades de
carbono producto de la descomposición de vegetales y animales que quedaron retenidos dentro de ella.
En el último tiempo, el aumento de temperaturas generó el derretimiento de esta capa congelada y la
posterior liberación a la atmósfera del carbono retenido. Este carbono se libera en forma de gases, como
el dióxido de carbono y el metano, que son gases de efecto invernadero que contribuyen al calentamiento
global.
Además de la liberación de estos gases nocivos, el derretimiento del permafrost tiene otras consecuencias
negativas, como las inundaciones que genera el deshielo y la desestabilización que se produce en los terrenos
que están sobre el permafrost.
Tipos de tundra
Tundra ártica
La tundra ártica es un tipo de tundra y está localizada en el hemisferio norte, en parte de Canadá, Alaska y
Rusia, en zonas en las que el subsuelo está congelado y el suelo cubierto de hielo o nieve. La tundra ártica
puede presentar temperaturas por debajo de los -50 ºC y pocas precipitaciones, por lo que no es común que
haya árboles pero sí variedad de musgos, pastos, plantas y flores.
Frente a las temperaturas muy bajas, las plantas crecen una al lado de la otra y son de baja altura para
protegerse de los fuertes vientos que azotan la zona.
Al llegar el verano, el clima puede superar la temperatura de congelación (0 ºC) por lo que el suelo comienza a
descongelarse. Esto permite que algunos insectos y aves que migran durante el invierno, como el búho ártico o
el correlimos de Alaska, vuelvan a la tundra ártica durante los meses de verano en los que las condiciones
climáticas les permiten alimentarse y desarrollarse.
Los animales que habitan en este tipo de tundra tienen condiciones físicas determinadas (como una extensa
capa de grasa o un denso plumaje) que los ayudan a sobrevivir a las bajas temperaturas. Además, muchas
especies hibernan durante los meses de invierno.
Algunas de las especies que habitan en la tundra ártica son: los renos, los osos polares, los zorros árticos, los
bueyes árticos, los lemmings y las liebres polares. También existen unos pocos invertebrados adaptados a las
bajas temperaturas, como mosquitos y moscas.
Tundra alpina
La tundra alpina es un tipo de tundra que se localiza en las montañas de la Tierra. Debido a la inclinación de las
montañas en las que se halla, la tundra alpina tiene un buen drenaje, por lo que el subsuelo no está congelado.
Las temperaturas oscilan entre los 5 y los 7 ºC en verano y los -40 ºC en invierno. Además, su clima se
caracteriza por una baja presión, fuertes vientos y algunas precipitaciones que suelen caer en forma de nieve.
La poca presencia de oxígeno en la altura y otros factores como las bajas temperaturas dificultan la vida de
animales en la tundra alpina. Algunas especies de mamíferos y aves solo habitan estas zonas en épocas
estivales, como las cabras, las ovejas, los rebecos y el borrego cimarrón.
En este tipo de tundra no crecen árboles, pero sí hierbas y arbustos muy similares a los que crecen en la tundra
ártica, como arbustos enanos, musgos, líquenes y pastos.
Tundra antártica
La tundra antártica está ubicada en las islas Georgias del sur, Sandwich del sur y la península Antártica en el
hemisferio sur del planeta.
Es una zona de clima frío, aunque es más cálido que otras partes del continente antártico, y con algunas
precipitaciones. Allí se pueden hallar líquenes, plantas hepáticas, especies de algas terrestres y acuáticas y dos
plantas con flores: el pasto antártico y el clavel antártico.
A diferencia de la tundra ártica, en la tundra antártica no habitan mamíferos, aunque especies como las focas,
las ballenas y los lobos marinos lo hacen en los mares que rodean a la Antártida. Los pingüinos son una de las
pocas aves que habitan esta zona, junto a otras especies como albatros y gaviotas.
Importancia de la tundra
La tundra es un bioma fundamental debido a la presencia de animales y vegetales que contribuyen a
la biodiversidad del planeta. La conservación de estos ecosistemas permite mantener el equilibrio ambiental.
Además, es el único bioma en el que existe el permafrost, que debe ser conservado en su temperatura original
ya que su derretimiento produce serias consecuencias para el desarrollo de la vida en el planeta.
Alta montaña
La alta montaña abarca las zonas montañosas particularmente elevadas, usualmente ubicadas a 500 metros
sobre el nivel de la línea de crecimiento de los árboles de la zona. En estas zonas el desarrollo de la vida es
específicamente difícil: los fuertes vientos y la temperatura dificultan un desenvolvimiento natural de los
ecosistemas.
Es común referirse a estas regiones como zonas alpinas. Si bien el clima de alta montaña suele ser frío, hay
áreas donde puede presentarse un clima con temperaturas más elevadas de las acostumbradas: depende de la
ubicación geográfica y de qué tan cálido sea el clima en sus alrededores.
Las zonas de alta montaña se pueden encontrar en diversas partes del mundo y desarrollan diversos
ecosistemas, tanto en lo que respecta a flora como a fauna, que logran adaptarse a su clima frío con
estrepitosas precipitaciones y fuertes vientos, o a climas un poco más cálidos en zonas donde la lluvia no es tan
común.
En general, estas zonas alpinas suelen caracterizarse por tener abundantes precipitaciones —casi siempre en
forma de nieve—, radiación de rayos ultravioleta muy alta, escasos niveles de oxígeno y vegetación pequeña y
presente en pocas cantidades, usualmente en la forma de matorrales.
Hielos perpetuos
En la actualidad, son muchos los artículos e investigaciones acerca de los hielos perpetuos del planeta, debido a
que cada año, es más frecuente que sus extensas capas de hielo se vayan derritiendo, como efecto directo del
calentamiento global terrestre. Sin embargo, no todo fueron malas noticias acerca de los hielos perpetuos,
pues durante el descubrimiento de estos increíbles hábitats (hace más de un siglo), la gran noticia de haber
descubierto las últimas fronteras del mundo que permitía al ser humano llegar hasta los polos, llenó de
admiración a todos los que oían hablar acerca de los hielos perpetuos.
Fauna de la estepa
La fauna de las estepas se ha adaptado a la aridez de la región, tanto como la vegetación de la que se alimenta.
Sin embargo, la biodiversidad en estas regiones es más bien baja, con pocas especies herbívoras y aquellas
capaces de enterrarse o cavar túneles, para escapar a las condiciones climáticas adversas.
Muchos depredadores de mediado tamaño se alimentan de ellas, pudiendo a su vez desenterrarlas, o cazarlas
en lo abierto, como las aves de rapiña. Los herbívoros tienden a hacer manadas numerosas para resistir la
cacería de los depredadores, ya que no hay vegetación ni montañas para esconderse.
Algunas especies comunes de este bioma son los antílopes, águilas, caballos salvajes, cóndores, ñandúes, lobos,
búfalos, marmotas, ratas silvestres, grullas, topos y ciertos tipos de tortuga de tierra. También numerosas
especies de insectos y arácnidos, como escorpiones, escarabajos y hormigas.
Flora de la estepa
La flora esteparia se ha adaptado a la escasa humedad del suelo, tendiendo a ser de tipo gramínea (hierbas,
arbustos cuando mucho) o de matorral, es decir, de poco tamaño, poco follaje y poco verdor. Sus raíces
profundas les permiten buscar mejores capas del suelo, y es común hallar especies rizomáticas y capaces de
almacenar agua en sus tejidos, tal y como en los desiertos cálidos.
Algunas especies vegetales frecuentes en la estepa son el cardón, el ruibarbo, los álamos, los cactos, los cistus y
diversos tipos de hierbas, algunas capaces de resistir incluso temperaturas de -20 °C.
Clima de la estepa
La lejanía de grandes cuerpos de agua hace de las estepas regiones secas, templadas, a veces con
precipitaciones inferiores a los 250mm anuales. Sus climas son extremos y de latitudes medias, caracterizados
por mucha variación térmica entre el día y la noche, y entre verano e invierno (mucho calor y mucho frío
respectivamente).
Estepa y pradera
Los términos estepa y pradera vienen a ser más o menos sinónimos, dado que se trata en ambos casos de
pastizales y matorrales templados, secos, que comparten características climáticas y de fauna y vegetación. Sin
embargo, el nombre “pradera” es preferido en la terminología estadounidense (prairie). En otras regiones se
puede usar también el nombre de pampas, pastizales o sabanas.
Estepa en México
Los pastizales mexicanos, que es como se le conoce localmente a las estepas, forman parte del conglomerado
de las Grandes Llanuras Norteamericanas. Ocupan el 6,1% (118.320 km2) del territorio mexicano y se
extienden sobre los estados de Chihuahua, Coahuila, Sonora, Durango, Zacatecas, San Luis Potosí y Jalisco,
cubriendo buena parte de sus territorios.
Aunque pueden hallarse a poca altitud, la mayoría se encuentra entre los 1.100 y 2.000 metros de altura, y
presentan temperaturas anuales entre los 12 y 20 grados centígrados, con precipitaciones anuales entre 300 y
600 mm anuales. En algunos casos presentan suelos de mucha abundancia de yeso, y en otros presentan un
contenido orgánico mayor, sobre todo cuando se hallan en el fondo de valles y en las laderas de los cerros.
Estepa Patagónica
Las estepas de la Patagonia, también llamados semidesiertos, son enormes extensiones planas del sur
Argentino, en un área cercana a los 800 km2 que cubre casi la totalidad de los territorios de las provincias de
Santa Cruz, Chubut y Río Negro.
Se trata de una región de muchos endemismos biológicos, especialmente entre los peces y los anfibios, a pesar
de que la región fue colonizada durante el siglo XIX con ganado ovino y vacuno, que constituye el principal
modo de aprovechamiento de la región, que está muy bajamente poblada. La extensa planicie sugiere la
posibilidad del aprovechamiento eólico.
¿Qué es el desierto?
El desierto es un paisaje bioclimático (o bioma) que puede ser cálido o helado y que se caracteriza por tener
bajos índices de precipitación, un clima seco, temperaturas extremas y un suelo árido. En los desiertos habitan
escasas especies de flora y fauna (y también poblaciones humanas) que pudieron adaptarse a estas duras
condiciones de vida.
Los desiertos ocupan aproximadamente un cuarto de la superficie del planeta y un 53 % corresponde a
desiertos cálidos (como el Sahara) y el resto a desiertos helados (como la Antártida). Los desiertos están
distribuidos a lo largo y ancho de los cinco continentes, en zonas como el norte de África, el norte de México, la
tundra de Rusia, la Antártida, las planicies gélidas de Groenlandia y Alaska y el norte de Chile y el sur de
Argentina.
En los desiertos cálidos la erosión eólica y la radiación solar son muy intensa, las temperaturas son altas y el
suelo suele ser arenoso, pedregoso o rocoso. Por su parte, en los desiertos polares, las temperaturas suelen
estar por debajo de los 0 °C, el clima es seco y hay poca flora y fauna.
Tipos de desiertos
Los principales tipos de desiertos son:
Desiertos tropicales. Son aquellos desiertos que están situados cerca del ecuador o de los trópicos. Se
caracterizan por sus altas temperaturas, su gran amplitud térmica durante el día y la noche y por tener
bajos niveles de precipitación y de humedad. Un ejemplo de este tipo de desierto es el desierto del
Sahara, en el norte de África.
Desiertos polares. Son aquellos desiertos que presentan temperaturas frías muy intensas, son muy
secos, tienen una baja radiación solar y un bajo nivel anual de precipitaciones. Debido a su clima hostil,
existen pocas especies de organismos que habitan en este tipo de bioma. El círculo polar ártico y el
antártico son zonas del planeta con desierto polar.
Desiertos costeros. Son aquellos desiertos que están en líneas costeras y cerca de los trópicos de
Cáncer y de Capricornio. A pesar de estar cerca del agua, son zonas áridas y con muy bajas
precipitaciones porque, por acción de los vientos, la lluvia cae en el mar y la humedad no llega a la
costa. Un ejemplo de este tipo de desierto es el desierto de Atacama en Chile.
Desiertos semiáridos. Son aquellos desiertos con poca humedad, pero que reciben más precipitaciones
que los desiertos tropicales. Se caracterizan por tener veranos secos y calurosos e inviernos fríos con
pocas precipitaciones. Un ejemplo de este tipo de desierto es el desierto del Ryn en Rusia.
Clima desértico
Las temperaturas en los desiertos suelen ser extremas, con una enorme variación térmica entre el día y la
noche. En los desiertos cálidos se registran temperaturas que superan los 40 °C durante el día y por la noche
descienden por debajo de cero.
Por su parte, en los desiertos polares, la temperatura se mantiene siempre muy baja (alrededor de -40 °C) y
puede elevarse durante el verano a más de 0 °C.
Existen tres tipos de climas en el desierto, de acuerdo a la media de precipitaciones anuales:
Climas semiáridos (esteparios). Tienen una media de 250 a 500 mm de lluvia al año y constituyen un 15
% de la superficie de la Tierra. Suelen hallarse en los bordes exteriores de los desiertos propiamente
dichos.
Climas áridos. Tienen precipitaciones anuales de entre 25 y 250 mm (como máximo) y abarcan el 16 %
de la superficie del planeta.
Climas hiperáridos. Tienen un índice de precipitaciones muy bajo y en estas regiones no suele llover
durante años. Este tipo de clima se encuentra en los desiertos polares y en el corazón de los grandes
desiertos cálidos.
Ejemplos de desierto
Los principales desiertos del mundo son:
Desierto del Sahara. Es un desierto cálido ubicado en el norte de África y que abarca parte del territorio
de países como Argelia, Túnez, Libia, Marruecos, Egipto y Mauritania. Es el desierto cálido más grande
del mundo y se caracteriza por tener dunas, temperaturas extremas, una fuerte radiación solar y muy
bajas precipitaciones.
Desierto antártico. Es un desierto polar que se ubica en el continente antártico, en el hemisferio sur del
planeta. Se caracteriza por las bajas temperaturas, los fuertes vientos, las escasas precipitaciones y por
tener un suelo con pocos nutrientes, que impide el desarrollo de flora.
Desierto ártico. Es un desierto polar ubicado en el extremo norte del planeta dentro de territorios
como Groenlandia, Alaska, Canadá e Islandia. Se caracteriza por sus bajas temperaturas a lo largo de
todo el año, suelos congelados y precipitaciones escasas y en forma de nieve.
Desierto de Gobi. Es un desierto ubicado en Asia, en los territorios de China y Mongolia. Es uno de los
desiertos más extensos del mundo y se caracteriza por su amplitud térmica, su aridez y por ser cuna de
importantes hallazgos fósiles.
Desierto de Arabia. Es un desierto ubicado en Asia, dentro de la península arábiga, en países como
Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Yemen, Irak y Omán. Se caracteriza por su gran amplitud
térmica (entre invierno y verano y el día y la noche), las bajas precipitaciones y su aridez.
Desiertos australianos. Son desiertos que forman parte del territorio australiano y algunos de los más
destacados son: el Gran Desierto de Victoria, el Gran Desierto Arenoso, el desierto de Gibson y el
desierto de Tanami. Estos desiertos ocupan una gran porción del suelo australiano (sobre todo en el
centro del país) y, a grandes rasgos, se caracterizan por tener suelos áridos, bajas precipitaciones, altas
temperaturas y poca presencia de organismos vivos y asentamientos humanos.
Desierto de Chihuahua. Es un desierto ubicado en América del Norte y es uno de los más extensos de
este continente. Se ubica en la frontera de Estados Unidos y México y se caracteriza por su altitud,
sus valles, su clima seco y la presencia de una gran diversidad de organismos vivos.
Desierto patagónico. Es un desierto ubicado en el hemisferio sur, en Argentina y Chile. Se caracteriza
por tener un clima árido, bajas temperaturas en invierno y baja humedad (producto de la presencia de
la cordillera de los Andes, que impide el paso de masas húmedas provenientes del océano Pacífico).
Desierto de Atacama. Es un desierto ubicado al norte de Chile, en América del Sur, que se destaca por
su extrema aridez. Es un desierto de tipo costero, porque limita con el océano Pacífico, y se caracteriza
por tener escasas precipitaciones, una radiación solar intensa, gran amplitud térmica y una baja
presencia de flora y fauna.
Desertificación
La desertificación es el proceso en el que los suelos se degradan y se convierten en zonas áridas y poco fértiles.
Esta situación puede darse de forma natural o por causas humanas, y hace que los ecosistemas sufran un
descenso de la presencia de organismos vivos, a causa del desequilibrio ambiental.
Es un proceso que puede darse por la falta natural de precipitaciones, la erosión del suelo o los incendios
naturales. Además, existen algunas causas provocadas por el ser humano que llevan a la desertificación del
suelo, como la tala indiscriminada, el agotamiento de los recursos hídricos, el uso excesivo de los suelos, entre
muchas otras.
La desertificación es un problema que afecta la biodiversidad del planeta, porque las especies de animales y
plantas deben adaptarse a las nuevas condiciones del territorio o migrar hacia otras latitudes en las que
encuentren las reservas de agua y los nutrientes necesarios para sobrevivir. Además, la pérdida de suelos
fértiles perjudica la producción agrícola necesaria para alimentar a la población mundial.
¿Qué es la taiga?
La taiga o bosque boreal es uno de los biomas en los que reside la mayor masa forestal del planeta, compuesta
casi enteramente por bosques de coníferas. Su nombre proviene del ruso тайҕа, que significa “tierra de palos
pequeños”.
Las taigas se ubican en las regiones frías del norte del hemisferio norte, en las inmediaciones del círculo polar
ártico, en el norte de Rusia (Siberia incluida), Europa, Canadá y Alaska (EEUU), constituyendo
un bioma intermedio entre la estepa y la tundra. En el hemisferio sur no existen taigas, pero su equivalente
sería el bosque subpolar magallánico.
Se trata de un bioma muy importante para la oxigenación y fijación del carbono del planeta (es decir, su
enfriamiento), dado que las enormes extensiones de bosques de la taiga absorben grandes cantidades de CO 2,
uno de los principales gases de efecto invernadero.
Características de la taiga
El origen de este bioma se remonta a la última porción del Pleistoceno (hace 23.000 a 16.500 años), en el
término de la última Era glaciar. En un mundo mucho más frío, sus especies vegetales estaban ampliamente
distribuidas en el mundo, pero fueron disminuyendo hasta el margen que ocupan hoy, a medida que los
glaciares empezaron su retirada hace 18.000 años.
La taiga es uno de los pulmones del planeta, junto con las selvas lluviosas tropicales. Pero a diferencia de
éstas, no cuenta con una gran biodiversidad vegetal y animal, sino que es un ejemplo de la vida adaptada a un
clima frío, seco y hostil, preludio del desierto helado de las regiones polares. Sin embargo, es una importante
fuente de madera para uso industrial.
Clima de la taiga
El clima de la taiga presenta una temperatura media de 19 °C en verano, y una mínima de -30 °C en invierno. Es
decir, es un clima helado en el que predomina el permafrost. La precipitación promedia los 450mm anuales.
Por estas razones, las especies que viven en estas regiones están adaptadas al frío y la sequía. Por ejemplo, la
vida de las plantas dispone de una ventana de condiciones óptimas de apenas cuatro meses de duración.
Flora de la taiga
La vegetación dominante en la taiga son las coníferas, en ocasiones de un mismo tipo, formando largas
extensiones de bosque. Sus hojas en forma de aguja lidian bien con las temperaturas heladas, que que pierden
poca agua. Además, al ser perennifolios (no pierden las hojas en otoño), pueden hacer fotosíntesis de manera
continua e inmediata apenas el Sol aparezca.
Sus alturas rondan los 40 metros, con copa piramidal. Debido a sus ramas tupidas, hay poco impacto de la luz
solar en el sotobosque y poca vida a su alrededor, como no sean helechos, líquenes y musgos. En líneas
generales la taiga es un bioma de poca biodiversidad vegetal.
Sin embargo, en las regiones más al sur, donde el clima se hace más benévolo, es usual que aparezcan árboles
caducifolios de distinta naturaleza (álamos, abedules, sauces, etc.) formando bosques mixtos.
Fauna de la taiga
De manera semejante a la flora, la fauna de la taiga es poco variada y poco abundante. Está compuesta casi
íntegramente por especies adaptadas al clima frío, con abundante pelaje, como zorros, alces, visones, linces,
comadrejas y los máximos depredadores de la ecorregión, los osos.
Abundan pequeños roedores, como ratones, y los conejos o liebres, así como varias especies de aves. Durante
el verano el clima mejora bastante y entonces aparecen los insectos y gusanos excavadores.
Ejemplos de taiga
Las principales taigas del planeta son:
Bosques del lago Esclavo-Muskwa, en Canadá.
Bosques boreales uruguayas canadienses, en Canadá.
Taiga de los montes Urales, en Rusia.
Taiga de Siberia oriental, en Rusia.
Taiga y praderas de Kamchatka, en Rusia.