Resumen Del Misal

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CAPÍTULO I

IMPORTANCIA Y DIGNIDAD DE LA CELEBRACIÓN EUCARÍSTICA

La celebración de la Misa, como acción de Cristo y del pueblo de Dios, ordenado


jerárquicamente, es el centro de toda la vida cristiana para la Iglesia universal y local, y
para todos los fieles individualmente. Pues en ella se culmina la acción con que Dios
santifica en Cristo al mundo, y el culto que los hombres tributan al Padre, adorándolo por
medio de Cristo, Hijo de Dios en el Espíritu Santo.
Además, se recuerdan de tal modo en ella, a lo largo del año, los misterios de la Redención
que, en cierto modo, éstos se nos hacen presentes. Todas las demás acciones sagradas y
cualesquiera obras de la vida cristiana, se relacionan con ésta, proceden de ella ya ella se
ordenan.

Por eso se recomienda al sacerdote que celebre el sacrificio eucarístico


todos los días, según su posibilidad. Y puesto que la celebración eucarística, como toda la
Liturgia, se realiza por signos sensibles, con los que la fe se alimenta, se robustece y se
expresa, se debe poner todo el esmero posible para que sean seleccionadas y ordenadas las
formas y elementos que la Iglesia propone, que, según las circunstancias de
personas y lugares, favorezcan más directamente la activa y plena participación de los
fieles, y respondan mejor a su aprovechamiento espiritual. La celebración de la Eucaristía
en la Iglesia particular es de suma importancia.

CAPÍTULO II
ESTRUCTURA, ELEMENTOS Y PARTES DE LA MISA
I. ESTRUCTURA GENERAL DE LA MISA

En la Misa o Cena del Señor, el pueblo de Dios es convocado bajo la presidencia del
sacerdote, que representa a la persona de Cristo, para celebrar el memorial del Señor o
sacrificio eucarístico. La Misa consta en cierto sentido de dos partes: la Liturgia de la
Palabra la Liturgia.
DIVERSOS ELEMENTOS DE LA MISA

LECTURA DE LA PALABRA DE DIOS Y SU EXPLICACIÓN

Cuando se leen en la Iglesia las Sagradas Escrituras es Dios mismo quien habla a su pueblo,
y Cristo, presente en su Palabra, quien anuncia la Buena nueva. Por eso las lecturas de la
Palabra de Dios que proporcionan a la Liturgia un elemento de grandísima importancia,
deben ser escuchadas por todos con veneración.

ORACIONES Y PARTES QUE CORRESPONDEN AL SACERDOTE

Entre las atribuciones del sacerdote ocupa el primer lugar la Plegaria Eucarística, que es el
culmen de toda la celebración. Se añaden a ésta otras oraciones, es decir, la Oración
colecta, la Oración sobre las ofrendas y la Oración después de la comunión.

Las aclamaciones y respuestas de los fieles a los saludos del sacerdote ya sus oraciones
constituyen precisamente ese nivel de participación activa que se pide en cualquier forma
de Misa a los fieles reunidos, para que quede así expresada y fomentada la acción común de
toda la comunidad.

MODOS DE PROCLAMAR DIVERSOS TEXTOS

En los textos que el sacerdote o sus ayudantes o todos han de pronunciar claramente y en
voz alta, ésta responda a la índole del respectivo texto, según se trate de lectura, oración,
advertencia, aclamación o canto.

IMPORTANCIA DEL CANTO

El canto es una señal del gozo del corazón (cf. Hech 2,46). De ahí que San
Agustín diga con razón: «El cantar es propio del enamorado»; y viene de tiempos muy
antiguos el famoso proverbio: «Quien bien canta, dos veces ora». Se debe procurar que no
falte el canto de los ministros y del pueblo en las celebraciones que se llevan a cabo los
domingos y fiestas de precepto.
POSTURAS CORPORALES

Los fieles queden de pie desde el principio del Canto de entrada, mientras el sacerdote se
acerca al altar, hasta el final de la colecta; al canto del Aleluya que precede al Evangelio;
durante a profesión de fe y la oración de los fieles; y desde que empieza la oración sobre las
ofrendas hasta el fin de la Misa, excepto en los momentos que luego se enumeran. En
cambio, estarán sentados durante las lecturas que preceden al Evangelio, con su salmo
responsorial; durante la homilía, y mientras se hace la preparación de los dones en el
ofertorio; también, según la oportunidad, a lo largo del sagrado silencio que se observa
después de la comunión. Estarán de rodillas, a no ser que lo impida la salud, la estrechez
del lugar o el gran número de los presentes u otras causas razonables, durante la
consagración. Los que no se arrodillan para la consagración deben hacer una profunda
inclinación mientras el sacerdote hace la genuflexión después de la consagración.

EL SILENCIO

Ya antes de la celebración misma, es muy laudable que se guarde silencio en la iglesia, en


la sacristía y en los lugares cercanos, para

que todos puedan disponerse para celebrar devota y debidamente los ritos sagrados .

III. LAS DIVERSAS PARTES DE LA MISA

A) RITOS INICIALES

Todo lo que precede a la liturgia de la Palabra, es decir, el Canto de entrada el saludo, el


acto penitencial, el Kyrie con el Gloria y la colecta, tienen el carácter de exordio,
introducción y preparación.
CANTO DE ENTRADA

Se han reunido, elevar sus pensamientos a la contemplación del misterio del tiempo
litúrgico o de la fiesta, y acompañar la procesión de sacerdotes El fin de este canto es abrir
la celebración, fomentar la unión de quienes y ministros.

SALUDO AL ALTAR Y AL PUEBLO CONGREGADO

El sacerdote, los diáconos y los ministros, cuando llegan al presbiterio, saludan al altar con
una profunda inclinación. Para manifestar la veneración, el sacerdote y el diácono besan el
altar. El sacerdote, si lo cree oportuno, podrá también incensar la cruz y el altar.
ACTO PENITENCIAL

Después el sacerdote invita al acto penitencial que, tras un momento de silencio, se realiza
cuando toda la comunidad hace su confesión general y se termina con la absolución del
sacerdote, la cual sin embargo, carece de eficacia propia del sacramento de penitencia.

SEÑOR TEN PIEDAD

Siendo un canto con el que los fieles aclaman al Señor y piden su misericordia,
regularmente habrán de hacerlo todos.

GLORIA

El Gloria se canta o se recita los domingos, fuera del tiempo de Adviento y Cuaresma, las
solemnidades y fiestas y en algunas celebraciones peculiares.

ORACIÓN COLECTA

El sacerdote invita al pueblo a orar y todos, a una con el sacerdote, permanecen un rato en
silencio para hacerse conscientes de estar en la presencia de Dios y formular interiormente
sus súplicas.
LITURGIA DE LA PALABRA

El mismo Cristo, por su Palabra, se hace presente en medio de los


fieles.

EL SILENCIO

Estos momentos de silencio se pueden guardar oportunamente después de la primera y la


segunda lectura, y terminada la homilía.

LECTURAS BÍBLICAS

En las lecturas se dispone la mesa de la Palabra de Dios a los fieles y se les abren los
tesoros bíblicos.

No está permitido cambiar las lecturas y el salmo responsorial, que


contienen la Palabra de Dios, por otros textos no bíblicos.

SALMO RESPONSORIAL

Es preferible que el salmo responsorial se cante, por lo menos en lo que se refiere a la


respuesta del pueblo.

Si el salmo no puede ser cantado, debe ser recitado de manera adecuada para que favorezca
la meditación de la Palabra de Dios.

HOMILÍA

Conviene que sea una explicación, o de algún aspecto particular de las lecturas de la
Sagrada Escritura. La homilía la tendrá ordinariamente el sacerdote celebrante o será
encomendada por él al sacerdote concelebrante, o a veces, si es oportuno, también al
diácono, pero nunca a un laico.

PROFESIÓN DE FE
El símbolo debe ser cantado o recitado por el sacerdote con el pueblo en los domingos y
solemnidades; se puede también recitar en celebraciones de peculiar importancia y

solemnidad.

ORACIÓN UNIVERSAL

En la oración universal u oración de los fieles, el pueblo, responde de alguna manera a la


Palabra recibida con fe y, ejercitando su oficio sacerdotal, ruega a Dios por la salvación de
todos. Las intenciones que se proponen deben ser sobrias, redactadas con pocas palabras y

con una sabia libertad, y deben expresar la plegaria de la comunidad entera.

LITURGIA EUCARÍSTICA

En la última Cena, Cristo instituyó el sacrificio y banquete pascual, por el que se hace
continuamente presente en la Iglesia el sacrificio de la cruz, cuando el sacerdote, que
representa a Cristo el Señor, lleva a cabo lo que el Señor mismo realizó y confió a sus
discípulos para que lo hicieran en memoria suya.

PREPARACIÓN DE LOS DONES

Al comienzo de la Liturgia Eucarística se llevan al altar los dones que se


convertirán en el Cuerpo y la Sangre de Cristo. En primer lugar se prepara el altar o la mesa
del Señor, que es el centro de toda la Liturgia Eucarística, y sobre él se colocan el corporal,
el purificador, el Misal y el cáliz, que puede también dejarse preparado en la credencia. Se
traen a continuación las ofrendas: es de alabar que el pan y el vino lo presenten los mismos
fieles. Un sacerdote o el diácono saldrá a recibirlos a un sitio oportuno y lo llevará al altar.

ORACIÓN SOBRE /AS OFRENDAS

Terminada la colocación de las ofrendas y concluidos los ritos que la acompañan se


concluye la preparación de los dones, con una invitación a orar juntamente con el sacerdote,
y con la fórmula llamada «Oración sobre las ofrendas». Así queda preparada la Oración

Eucarística .En la Misa se debe decir sólo una Oración sobre las ofrendas.

ORACIÓN EUCARÍSTICA
Los principales elementos de que consta la Oración Eucarística pueden
distinguirse de esta manera:
a) Acción de gracias: (que se expresa sobre todo en el prefacio) en la que el sacerdote, en
nombre de todo el pueblo santo, glorifica a Dios Padre y le da las gracias por toda la obra
de salvación o por alguno de sus aspectos particulares, según las variantes del día, fiesta o
tiempo.
b) Aclamación: con la que toda la asamblea, uniéndose a las potestades
celestiales, canta o recita el Santo. Esta aclamación, que constituye una parte de la Plegaria
Eucarística, la pronuncia todo el pueblo con el sacerdote.
c) Epíclesis: con la que la Iglesia, por medio de determinadas invocaciones, implora el
poder del Espíritu Santo para que los dones que han ofrecido los hombres, sean
consagrados, es decir, se conviertan en el Cuerpo y la Sangre de Cristo, y para que la hostia
inmaculada que se va a recibir en la comunión sea para salvación de quienes la reciban.
d) Narración de la institución y consagración: mediante las palabras y
acciones de Cristo se lleva a cabo el sacrificio que Cristo mismo instituyó en la última
Cena, cuando ofreció su Cuerpo y su Sangre bajo las especies de pan y vino, los dio a los
Apóstoles en forma de alimento y bebida, y les dejó el mandato de perpetuar este mismo
misterio.
e) Anámnesis: con la que, al cumplir el encargo que a través de los
Apóstoles, la Iglesia recibió de Cristo Señor, realiza el memorial del mismo Cristo,
recordando principalmente su bienaventurada Pasión, su gloriosa Resurrección y la
Ascensión al Cielo.
f) Oblación: por la que, en este memorial, la Iglesia, sobre todo la Iglesia
aquí y ahora reunida, ofrece al Padre en el Espíritu Santo, la hostia
inmaculada. La Iglesia pretende que los fieles no sólo ofrezcan la hostia
inmaculada, sino que aprendan a ofrecerse a sí mismos, y que de día en día perfeccionen
con la mediación de Cristo, la unidad con Dios y entre sí, de modo que sea Dios todo en
todos.
g) Intercesiones: con ellas se da a entender que la Eucaristía se celebra en
comunión con toda la Iglesia celeste y terrena, y que la oblación se hace por ella y por
todos sus miembros vivos y difuntos, miembros que han sido todos llamados a la
participación de la salvación y redención adquirida por el Cuerpo y la Sangre de Cristo.
h) Doxología final: en la que se expresa la glorificación de Dios, y que se
concluye y confirma con la aclamación del pueblo.

RITO DE COMUNIÓN

Ya que la celebración eucarística es un convite pascual, conviene que, según el encargo del
Señor, su Cuerpo y su Sangre sean recibidos como alimento espiritual por los fieles
debidamente preparados.

PADRE NUESTRO

El sacerdote invita orar y los fieles dicen, todos a una con el sacerdote, la
oración. Sólo el sacerdote añade el embolismo, y el pueblo se une a él para
terminarlo con la doxología.

RITO DE LA PAZ

El rito de la paz, con el que la Iglesia implora la paz y la


unidad para sí misma y para toda la familia humana y los fieles se expresan mutuamente la
comunión y la caridad, antes de comulgar en el Sacramento. Pero conviene que cada uno
exprese el signo de la paz sobriamente y sólo a las personas más cercanas.

FRACCIÓN DEL PAN

La fracción empieza después del rito de la paz, y se realiza con la debida reverencia, sin
prolongarla innecesariamente y sin darle una importancia exagerada. Este rito está
reservado al sacerdote y al diácono. Según la costumbre, con la respuesta del pueblo, o al
menos lo dicen en voz alta. Esta invocación acompaña la fracción del Pan, por este motivo
puede repetirse cuantas veces sea necesario hasta la conclusión del rito. La última vez se
concluirá con las palabras: danos la paz.

COMUNIÓN
El sacerdote se prepara con una oración privada, para recibir con fruto el Cuerpo y la
Sangre de Cristo. Los fieles hacen lo mismo, orando en silencio. Es muy de desear que los
fieles participen, como está obligado a hacerlo el mismo sacerdote.

El canto se prolonga mientras a los fieles se administra el Sacramento.74 En el caso de que


se cante un himno después de la Comunión, ese canto termínese a tiempo. Se debe procurar
que también los cantores puedan fácilmente comulgar.

RITO DE CONCLUSIÓN

El rito de conclusión consta de:


a. Breves avisos, si son necesarios;
b. Saludo y bendición sacerdotal, que en algunos días y ocasiones se
enriquece y se amplía con la oración sobre el pueblo o con otra fórmula más solemne;
c. Despedida del pueblo por parte del diácono o sacerdote;
d. Beso del altar por parte del sacerdote y diácono y la consiguiente

inclinación profunda hacia el altar por parte de los sacerdotes, diáconos y otros ministros.
SEMINARIO INTERDIOCESANO NUESTRA SEÑORA DE FÁTIMA

TRABAJO DE: Resumen de Instrucción General para el uso del Misal Romano

ASIGNADO POR:
PBRO.NELSON GONZALES.

Elaborador por:
Oscar Laguna.

Fecha de entrega
05/08/2021

Año lectivo
2021

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