Este documento contiene una colección de ensayos y artículos escritos por Ortega y Gasset sobre temas de estética y arte. Aborda aspectos como las características del arte moderno como deshumanizado y rupturista, la pintura de Zuloaga y su plasmación del alma española, la evolución de la pintura desde representar objetos hasta plasmar ideas, y la defensa del arte nuevo frente a sus críticos.
0 calificaciones0% encontró este documento útil (0 votos)
33 vistas3 páginas
Este documento contiene una colección de ensayos y artículos escritos por Ortega y Gasset sobre temas de estética y arte. Aborda aspectos como las características del arte moderno como deshumanizado y rupturista, la pintura de Zuloaga y su plasmación del alma española, la evolución de la pintura desde representar objetos hasta plasmar ideas, y la defensa del arte nuevo frente a sus críticos.
Este documento contiene una colección de ensayos y artículos escritos por Ortega y Gasset sobre temas de estética y arte. Aborda aspectos como las características del arte moderno como deshumanizado y rupturista, la pintura de Zuloaga y su plasmación del alma española, la evolución de la pintura desde representar objetos hasta plasmar ideas, y la defensa del arte nuevo frente a sus críticos.
Este documento contiene una colección de ensayos y artículos escritos por Ortega y Gasset sobre temas de estética y arte. Aborda aspectos como las características del arte moderno como deshumanizado y rupturista, la pintura de Zuloaga y su plasmación del alma española, la evolución de la pintura desde representar objetos hasta plasmar ideas, y la defensa del arte nuevo frente a sus críticos.
Descargue como DOC, PDF, TXT o lea en línea desde Scribd
Descargar como doc, pdf o txt
Está en la página 1de 3
LA DESHUMANIZACIÓN DEL ARTE Y OTROS ENSAYOS DE ESTÉTICA
Se trata de una colección de artículos, discursos, prólogos, ensayos. Ortega comienza
indicando la peculiaridad innegable del arte nuevo: el hecho de que resulte incomprensible para un amplio público (lo que choca con el clima de homogeneización que ha sufrido Europa en los últimos 150 años), especialmente los que no son jóvenes. Esto se debería al hecho de enfrentarse al arte con las mismas aptitudes que al resto de los ámbitos humanos, lo cual no es posible en manifestaciones tan artísticas como las de ahora. Características del arte nuevo:1) es un arte deshumanizado; 2) evita las formas vivas; 3) la obra de arte no es más que eso; 4) consideran el arte como un juego; 5) uso de ironía; 6) eludir toda falsedad; 7) la intrascendencia del arte. Los hombres se enfrentan a la realidad desde distintos puntos de vista, si bien todos ellos tienen en común el tener como elemento de referencia la visión de la realidad en cuanto vivencia. En la medida en que se aleja de ese carácter de vivencia, se trata de visiones deshumanizadas (como ocurre en el nuevo arte, donde la distancia entre significado y significante, por ejemplo en la pintura, se aleja hasta el punto de no reconocer la realidad en la obra). El arte actual rehúye todo lo humano, a todos los niveles, especialmente como objeto artístico. La metáfora, que según ciertos estudiosos es usada para evitar el tabú ( embellecedora) está hoy omnipresente, pero con un carácter de inversor de valores, y “feísta” (da una visión más prosaica de los objetos). Hoy el último punto de referencia al que remite el objeto artístico es la idea. Antes era el propio objeto. El arte se ha vuelto iconoclasta, rupturista, y busca la intrascendencia, el puro juego, teniendo siempre como fin al propio arte. Concluye siendo optimista para el futuro, acerca de este arte, si bien todavía no ha aportado grandes cosas, e indicando la imposibilidad de volver atrás en la historia del arte.
OTROS ENSAYOS DE ESTÉTICA
Meier-Graefe: ataca la intolerancia alemana con el impresionismo, fruto de la búsqueda
de este de la verdad y del gobierno alemán de esconderla con falsedades (mitos, nacionalismo, etc.). Alaba las observaciones de Meier-Graefe sobre el impresionismo español. ¿Una exposición Zuloaga?: reclama al ministro de Bellas Artes una exposición sobre este pintor, en pro de la cultura nacional, al tiempo que reflexiona sobre la categoría a la que este pertenecería (¿pintor, artista?), concluyendo irónicamente que la escasez de exposiciones es lo que le impide llegar a una conclusión. Adán en el paraíso: es una colección de artículos. Al principio reflexiona sobre sobra la pintura de Zuloaga, y el hecho de que cree un mundo aparte de los objetos físicos que reproduce. Ante la duda de qué hay de histórico, de tangible en el arte, y qué de creación, reproduce el escrito de un amigo, quien empieza atacando lo “prosaico” y cientificista de la estética. Según él, la ciencia, la moral y el arte buscan responder a las preguntas del hombre. Para la ciencia, los objetos se estudian como abstracciones, en cuanto elementos susceptibles de relacionarse. El arte estudia lo concreto, si bien con espíritu generalizador. Luego reflexiona sobre la pintura y la literatura, teniendo la luz y el diálogo, respectivamente, como elementos de relación entre los distintos “entes”. La pintura requiere de más técnica, por lo que, una vez lograda, es más fácil obtener un mayor número de obras maestras que en el caso de la literatura. Arte de este mundo y del otro: fruto de su experiencia estética en una catedral, reflexiona sobre el carácter gótico, norteño, místico y exagerado, y el románico, español, realista y mesurado. El arte llamado clásico es un arte naturalista, que tiende a la realidad. Todo lo contrario de lo que pasa ahora. El arte gótico era simpático: producía en el espectador un sentimiento que surgía de su propia constitución física, todo lo contrario que el arte abstracto, donde existen innumerables filtros. Repasa los rasgos definitorios de los períodos artísticos más importantes: arte primitivo formas geométricas, horror al vacío y al caos; arte clásico racionalización, antropomorfismo; arte oriental formas geométricas, misticismo y espiritualidad; arte mediterráneo prosaico y realista; arte gótico, germánico geométrico y apasionado. La “Gioconda”: analiza las peculiaridades de esta obra, una de las pocas pinturas “aprovechables” de Leonardo que han llegado hasta hoy (otras están inconclusas, deterioradas): repasa la evolución de las otras. A propósito de la obra, comenta el hecho del sentimiento de insatisfacción que crea en el espectador, a partir de una figura que no parece humana, que es incapaz de amar (como, de hecho, lo fue Leonardo). Esa media sonrisa, surgida de una gracia realizada a un espíritu frío, refleja la tragedia, la insatisfacción de la vida humana. Compara también el espíritu de Leonardo, especulativo y dubitativo y el de Miguel Ángel, apasionado y atormentado. La estética de “El enano Gregorio el botero”: analiza el éxito que está teniendo Zuloaga en Italia, debido quizás a su arte un tanto amanerado, pero de una gran fuerza. Distingue las distintas técnicas pictóricas empleadas para los fondos y los individuos, y cifra la importancia de este pintor en su plasmación del espíritu español, tradicionalista y reaccionario. Una visita a Zuloaga: visita al piso de Zuloaga, en París, donde está seis meses al año; contemplación allí de un cuadro del Greco, y descubrimiento de que la genialidad de Zuloaga radica no solo en la técnica (como los demás pintores), sino en la plasmación de los elementos espirituales, reflejando así el alma española. Del realismo en pintura: establece la diferencia entre la pintura naturalista/realista, que tiene como fin y tiende solo a copiar la realidad, y la ilusionista (en la que mete a Velázquez, aunque ciertos críticos hacen lo contrario), que pretende captar el espíritu e incorporar la visión del autor (=objetos físicos como medio, no como fin). Ensayo de estética a manera de prólogo: critica la actitud de Ruskin ante el arte, que lo ve como un elemento cotidiano, habitual (para Ortega, este planteamiento tan inglés acabaría con la Belleza). Para Ortega, el arte consistiría en la transmisión por parte de un ente de su propia esencia, sentida por el espectador, y no recibida de forma esquemática, cerebral. En el caso de las metáforas, estas pueden ser interpretadas como medio para percibir algo (en cuyo caso no nos percatamos de su existencia) o bien como fin en sí mismas (descubrimos el juego, la asociación, y nos quedamos con la propia metáfora). El arte busca expresar objetos y sentimientos desconocidos, y hay siempre en ella un poso de irrealidad, de inexpresividad (no nos dice todo lo que nos quiere decir). Finalmente, elogia el libro de Moreno Villa, y en concreto uno de sus poemas. La voluntad del Barroco: destaca el hecho del escaso interés actual por la novela, exceptuando la de Stendhal y Dostoievsky, y la revitalización del Barroco, frente al gusto por movimientos anteriores, en el S.XIX. Atribuye esto al gusto actual por los excesos y el dinamismo(compara a “el Greco” con Dostoievsky). Diálogo sobre el arte nuevo: narra un encuentro entre el solitario Azorín y Baroja, donde el segundo le recrimina al primero que en un artículo, paradójicamente, al esclarecer su prosa, ha oscurecido las ideas a transmitir. Reflexionan sobre la actual falta de identidad y de posición social del escritor. Azorín comenta que en el arte es imposible crear nada nuevo, y Baroja le contradice, por ser demasiado exigente. Sobre el punto de vista en las artes: reflexiona sobre loa visión cercana (heterogénea) y lejana (homogénea) de los objetos, llegando a la paradójica conclusión de que la lejana en realidad es cercana (pues los límites del objeto visionado están más próximos al globo ocular que en el caso de la cercana), y al revés. Reflexiona sobre los puntos de vista en la historia de la pintura: cuatrocientos no hay diferencia entre los objetos lejanos y los cercanos. Todos aparecen de forma inconexa. Renacimiento continúa esa desconexión, pero hay cierta voluntad de vincular geométricamente los objetos. Transición (Tintoretto y el “Greco”) van percatándose del futuro problema del hueco, sin resolverlo. Claroscuro con la luz logra darse unidad al cuadro. Velázquez hace que se vayan difuminando los volúmenes de los cuerpos. Impresionismo el proceso de difuminado llega al extremo, y lo que se busca es expresar la visión (sensación) del pintor. Cubismo busca ya tan solo plasmar ideas. Conclusión el arte ha evolucionado, como la filosofía, de la preocupación por los objetos a las sensaciones, y de estas a las ideas. Sobre la crítica del arte: con motivo de un banquete al crítico Juan del Encina le elogia por su habilidad, comenta que la situación del crítico nunca fue tan difícil como entonces, apunta el rechazo de los nuevos artistas por todo lo anterior, fruto sin duda de la evolución y la disociación de tendencias. El arte en presente y en pretérito: ataca la postura de quienes reniegan del nuevo arte. Coincide con ellos en que no es arte, pero lo justifica en la medida en que se trata de un período de búsqueda, tras el desfase de los estilos clásicos (jamás el arte nuevo y el pretérito habían estado tan desvinculados, en cuanto a planteamientos y técnica). La verdad no es sencilla: (con motivo de una exposición de artistas catalanes en Madrid) ataca la actitud de los críticos del nuevo arte, que no se esfuerzan por comprenderlo (cosa que debía hacerse ya con obras pretéritas. De hecho, muchas veces ni siquiera el autor sabe analizar bien su obra). Este nuevo arte refleja un período de crisis, de transición, que llevará a un nuevo y mejor estado de cosas. *Estilo: prosa no excesivamente compleja (salvo cuando habla por boca de otro), abundancia de símiles. Preferencias: la pintura y Zuloaga. No hay excesivos juegos conceptistas, o de palabras. Edición: Alianza Editorial, Madrid, 1987.