Devocionario A San Jose

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DEVOCIONARIO DE SAN JOSÉ

SECRETARIADO ARQUIDIOCESANO
DE PASTORAL LITÚRGICA
ARQUIDIÓCESIS DE MONTERREY
ORACIÓN DEL PAPA FRANCISCO A SAN JOSÉ

SÚPLICA A SAN JOSÉ

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

VISITA A SAN JOSÉ

ORACIÓN A SAN JOSÉ

CONSAGRACIÓN A SAN JOSÉ ANTE LAS TRIBULACIONES

CONSAGRACIÓN A SAN JOSÉ

ACUERDATE

MODELO DE TRABAJADOR

A SAN JOSÉ OBRERO

ALABANZAS

PARA PEDIR UN FAVOR

LETANÍAS DE SAN JOSÉ

ORACIÓN DEL PAPA LEÓN XIII

ORACIÓN POR DIVERSAS NECESIDADES

SAN JOSÉ BENDITO

ESTAMPA DE SAN JOSÉ

CELEBRACION DE SAN JOSE

GOZOS DEL GLORIOSO PATRIARCA Y


ESPOSO DE MARÍA SAN JOSÉ

SAN JOSÉ NOVENA

SAN JOSÉ TRIDUO

SAN JOSÉ DEVOCIÓN DE LOS 30 DÍAS [1]

SAN JOSÉ DEVOCIÓN AL DÍA 19 DE CADA MES


ORACIÓN DEL PAPA FRANCISCO A SAN JOSÉ

Salve, custodio del Redentor


y esposo de la Virgen María.
A ti Dios confió a su Hijo,
en ti María depositó su confianza,
contigo Cristo se forjó como hombre.

Oh, bienaventurado José,


muéstrate padre también a nosotros
y guíanos en el camino de la vida.
Concédenos gracia, misericordia y valentía,
y defiéndenos de todo mal. Amén.

SÚPLICA A SAN JOSÉ

José dulcísimo y Padre amantísimo de mi corazón, a ti te elijo como mi protector en vida y


en muerte; y consagro a tu culto este día, en recompensa y satisfacción de los muchos que
vanamente he dado al mundo, y a sus vanísimas vanidades. Yo te suplico con todo mi corazón
que por tus siete dolores y goces me alcances de tu adoptivo Hijo Jesús y de tu verdadera
esposa, María Santísima, la gracia de emplearlos a mucha honra y gloria suya, y en bien y
provecho de mi alma. Alcánzame vivas luces para conocer la gravedad de mis culpas,
lágrimas de contrición para llorarlas y detestarlas, propósitos firmes para no cometerlas más,
fortaleza para resistir a las tentaciones, perseverancia para seguir el camino de la virtud;
particularmente lo que te pido en esta oración (hágase aquí la petición) y una cristiana
disposición para morir bien. Esto es, Santo mío, lo que te suplico; y esto es lo que mediante
tu poderosa intercesión, espero alcanzar de mi Dios y Señor, a quien deseo amar y servir,
como tú lo amaste y serviste siempre, por siempre, y por una eternidad. Amén.
__________

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

¡Glorioso Patriarca San José!, animado de una gran confianza en tu gran valor, a Ti acudo
para que seas mi protector durante los días de mi destierro en este valle de lágrimas. Tu
altísima dignidad de Padre putativo de mi amante Jesús hace que nada se te niegue de cuanto
pidas en el cielo. Se mi abogado, especialísimamente en la hora de mi muerte, y alcánzame
la gracia de que mi alma, cuando se desprenda de la carne, vaya a descansar en las manos del
Señor. Amén.
Jaculatoria. Bondadoso San José, Esposo de María, protégenos; defiende a la Iglesia y al
Sumo Pontífice y ampara a mis parientes, amigos y bienhechores.
__________

VISITA A SAN JOSÉ


¡Oh castísimo esposo de la Virgen María, mi amadísimo protector San José! Todo el que
implora tu protección experimenta tu consuelo. Se, pues, Tu mi amparo y mi guía. Pide al
Señor por mí; líbrame del pecado, socórreme en las tentaciones y apártame del mal y del
pecado. Consuélame en las enfermedades y aflicciones. Sean mis pensamientos, palabras y
obras fiel reflejo de cuanto te pueda ser aceptable y agradable para merecer dignamente tu
amparo en la vida y en la hora de la muerte. Amén.
Jaculatoria.-¡Oh glorioso San José! Haz que sea constante en el bien; corrige mis faltas y
alcánzame el perdón de mis pecados.
__________

ORACIÓN A SAN JOSÉ


San José, casto esposo de la Virgen María intercede para obtenerme el don de la pureza.
Tú que, a pesar de tus inseguridades personales supiste aceptar dócilmente el Plan de Dios
tan pronto supiste de él, ayúdame a tener esa misma actitud para responder siempre y en todo
lugar, a lo que el Señor me pida.
Varón prudente que no te apegas a las seguridades humanas sino que siempre estuviste
abierto a responder a lo inesperado obtenme el auxilio del Divino Espíritu para que viva yo
también en prudente desinterés de las seguridades terrenales.
Modelo de celo, de trabajo constante, de fidelidad silenciosa, de paternal solicitud, obtenme
esas bendiciones, para que pueda crecer cada día más en ellas y así asemejarme día a día al
modelo de la plena humanidad: EL SEÑOR JESÚS.
__________

CONSAGRACIÓN A SAN JOSÉ


ANTE LAS TRIBULACIONES
¡Escucha, querido San José, una palabra mía!... Yo me veo abrumado de aflicciones y cruces,
y a menudo lloro... Despedazado bajo el peso de estas cruces, me siento desfallecer, ni tengo
fuerzas para levantarme y deseo que mi Bien me llame pronto. En la tranquilidad, sin
embargo, entiendo que no es cosa difícil el morir... pero si el bien vivir. ¿A quién, pues,
acudiré sino a Ti, que eres tan bueno y querido, para recibir luz... consuelo… y ayuda? A Ti,
pues, consagro toda mi vida, y en tus manos pongo las congojas, las cruces, los intereses de
mi alma… de mi familia… de los pecadores… para que, después de una vida tan trabajosa,
podamos ir a gozar para siempre contigo de la bienaventuranza del Paraíso. Amén.
Jaculatoria. San José, Protector de atribulados y de los moribundos, ruega por nosotros.

CONSAGRACIÓN A SAN JOSÉ


Oh Glorioso Patriarca San José, heme aquí, postrado de rodillas ante tu presencia, para
pedirte tu protección.
Te elijo como padre, protector y guía. Bajo tu amparo pongo mi cuerpo y mi alma, vida y
salud. Acéptame como hijo tuyo. Presérvame de todos los peligros, asechanzas y lazos del
enemigo. Asísteme en todo momento y ante todo en la hora de mi muerte. Amén.
Si toda la Iglesia está en deuda con la Virgen María,
ya que por medio de ella recibió a Cristo, de modo
semejante le debe a San José, después de ella, una
especial gratitud y reverencia."

San Bernardo de Siena


Sermón 2

ACUERDATE

Acuérdate, oh castísimo esposo de la Virgen María y


amable protector mío San José, que jamás se ha oído
decir que, nadie haya invocado tu protección e
implorado tu auxilio sin haber sido consolado.

Lleno, pues, de confianza en tu poder, ya que


ejerciste con Jesús el cargo de Padre, vengo a tu
presencia y me encomiendo a ti con todo fervor. No
deseches mis súplicas, antes bien acógelas propicio y
dígnate acceder a ellas piadosamente. Amén.
__________

MODELO DE TRABAJADOR

Glorioso San José, modelo de cuantos deben trabajar con el sudor de su frente,
consígueme la gracia de considerar el trabajo como expiación, para satisfacer tantos
pecados. Hazme trabajar en conciencia, prefiriendo el fiel cumplimiento de mis
deberes a mis inclinaciones caprichosas; haz que trabaje con agradecimiento y alegría,
poniendo todo mi empeño y honor en aprovechar y desarrollar, por medio del trabajo,
todos los talentos que he recibido de Dios. Mándame trabajar con tranquilidad,
moderación y paciencia sin que me atemoricen el cansancio y las dificultades.
Inspírame a menudo pensamientos en la muerte y en la cuenta que he de rendir del
tiempo perdido, de los talentos malgastados, de las omisiones y de toda vana
complacencia en éxitos obtenidos, tan contraria al honor de Dios. ¡Todo según tu
ejemplo, oh Patriarca San José!
__________

A SAN JOSÉ OBRERO

Nos dirigimos a ti, Oh bendito San José, nuestro protector en la tierra, como quien
conoce el valor del trabajo y la respuesta a nuestro llamado. A través de tu Santa
Esposa, la Inmaculada Virgen Madre de Dios, y sabiendo el amor paternal que tuviste
a nuestro Señor Jesús, te pedimos nos asistas en nuestras necesidades y fortalezcas en
nuestros trabajos.

Por la promesa de realizar dignamente nuestras tareas diarias, líbranos de caer en el


pecado, de la avaricia, de un corazón corrupto. Se tú el solícito guardián de nuestro
trabajo, nuestro defensor y fortaleza contra la injusticia y el error.
Seguimos tu ejemplo y buscamos tu auxilio. Socórrenos en todos nuestros esfuerzos,
para así poder obtener contigo el descanso eterno en el Cielo. Amén.
__________

ALABANZAS
Oh glorioso Patriarca, San José, a ti vengo para venerarte de corazón como al más fiel
esposo de la madre de Dios, como cabeza de la familia más santa, como padre protector
del Hijo de Dios, y como el leal depositario de los tesoros de la Santísima Trinidad.
En tu persona honro la elección del Padre que quiso compartir contigo la autoridad
sobre su Unigénito Hijo; venero la elección del Hijo divino quien quería obedecerte y
recibir su sustento ganado por el trabajo de tus manos; la elección del Espíritu Santo,
quien te confió su castísima esposa.
Te ensalzo porque llevaste en vuestras manos al Niño Dios, estrechándolo a tu pecho,
transportado de alegría.
__________

INVOCACIÓN A SAN JOSE


DE JUAN XXIII

San José, guardián de Jesús y casto esposo de María, tu empleaste toda tu vida en el
perfecto cumplimiento de tu deber. Tú mantuviste a la Sagrada Familia de Nazaret con
el trabajo de tus manos. Protege bondadosamente a los que se vuelven confiadamente
a ti. Tú conoces sus aspiraciones y sus esperanzas. Ellos se dirigen a ti porque saben
que tú los comprendes y proteges. Tú también supiste de pruebas, cansancio y trabajo.
Pero, aun dentro de las preocupaciones materiales de la vida, tu alma estaba llena de
profunda paz y cantó llena de verdadera alegría debido al íntimo trato que gozaste con
el Hijo de Dios que te fue confiado a ti a la vez a María, su tierna Madre. Amén.
__________
PARA PEDIR UN FAVOR
Amadísimo Padre mío San José: confiando en el valioso poder que tienes ante el trono
de la Santísima Trinidad y de María tu Esposa y nuestra Madre, te suplico intercedas
por mí y me alcances la gracia... (Hágase aquí la petición).
José, con Jesús y María, viva siempre en el alma mía.
José, con Jesús y María, asísteme en mi última agonía.
José, con Jesús y María, llévame al cielo el alma mía.

Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

LETANÍAS DE SAN JOSÉ

-Señor, ten piedad de nosotros. Se repite


-Cristo, ten piedad de nosotros.
-Señor, ten piedad de nosotros.
-Cristo, óyenos.
-Cristo, escúchanos.

-Dios, Padre celestial Ten piedad de


-Dios Hijo, Redentor del mundo nosotros.
-Dios Espíritu Santo
-Santa Trinidad, un solo Dios

-Santa Maria, Ruega por


-San José nosotros.
-Ilustre descendiente de David
-Luz de los patriarcas
-Esposo de la Madre de Dios
-Custodio purísimo de la Virgen,
-Nutricio del Hijo de Dios
-Diligente defensor de Cristo
-Jefe de la Sagrada Familia
-José justo
-José casto
-José prudente
-José fuerte
-José obediente
-José fiel
-Espejo de paciencia
-Amante de la pobreza
-Modelo de obreros
-Gloria de la vida doméstica
-Custodio de vírgenes
-Sostén de las familias
-Consuelo de los desdichados
-Esperanza de los enfermos
-Patrono de los moribundos
-Terror de los demonios
-Protector de la santa Iglesia

-Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo Perdónanos,


Señor.

-Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo Escúchanos,


Señor.

-Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo Ten piedad de
nosotros.

V. Lo nombró administrador de su casa.


R. Y señor de todas sus posesiones.

ORACIÓN
¡Oh Dios, que con inefable providencia te dignaste elegir a San José para esposo de
tu Santísima Madre!; te rogamos nos concedas tenerlo como intercesor en el cielo, ya
que lo veneramos como protector en la tierra. Tú, que vives y reinas por los siglos de
los siglos. Amén.

ORACIÓN DEL PAPA LEÓN XIII


A ti, bienaventurado José, acudimos en nuestra tribulación, y después de implorar el auxilio
de tu Santísima Esposa, solicitamos también confiadamente tu patrocinio. Por aquella caridad
que con la Inmaculada Virgen María, Madre de Dios, los tuvo unido y por el paterno amor
con que abrazaste al Niño Jesús, humildemente te suplicamos que vuelvas benigno los ojos
a la herencia que, con su sangre, adquirió Jesucristo, y con tu poder y auxilio socorras
nuestras necesidades.
Protege, oh providentísimo Custodio de la Divina Familia, la escogida descendencia de
Jesucristo; aparta de nosotros toda mancha de error y de corrupción; asístenos propicio desde
el cielo, fuertísimo libertador nuestro, en esta lucha contra el poder de las tinieblas; y como
en otro tiempo libraste al Niño Jesús del inminente peligro de la vida, así ahora defiende la
Iglesia santa de Dios de las asechanzas de sus enemigos y de toda adversidad, y a cada uno
de nosotros protégenos con tu perpetuo patrocinio para que a ejemplo tuyo y sostenidos por
tu auxilio, podamos santamente vivir, piadosamente morir, y alcanzar en los cielos la eterna
bienaventuranza. Amén.
__________

ORACIÓN POR DIVERSAS NECESIDADES


Santo Patriarca, dignísimo esposo de la Virgen María y Padre adoptivo de Nuestro Redentor
Jesús, que por tus heroicas virtudes, dolores y gozos mereciste tan singulares títulos; y por
ellos, especialísimos privilegios para interceder por tus devotos; te suplico, Santo mío,
alcances la fragante pureza a los jóvenes y doncellas, castidad a los casados, continencia a
los viudos, santidad y celo a los sacerdotes, paciencia a los confesores, obediencia a los
religiosos, fortaleza a los perseguidos, discreción y consejo a los superiores, auxilios
poderosos a los pecadores e infieles para que se conviertan, perseverancia a los penitentes, y
que todos logremos ser devotos de tu amada Esposa, María Santísima, para que por su
intercesión y la tuya podamos vencer a nuestros enemigos, por los méritos de Jesús, y
conseguir las gracias y favores que te hemos pedido para santificar nuestras almas hasta
conseguir dichosa muerte, y gozar de Dios eternamente en el Cielo. Amén.
__________

SAN JOSÉ BENDITO


San José bendito tú has sido el árbol elegido por Dios no para dar fruto, sino para dar sombra.
Sombra protectora de María, tu esposa; sombra de Jesús, que te llamó Padre y al que te
entregaste del todo. Tu vida, tejida de trabajo y de silencio, me enseña a ser fiel en todas las
situaciones; me enseña, sobre todo, a esperar en la oscuridad. Siete dolores y siete gozos
resumen tu existencia: fueron los gozos de Cristo y María, expresión de tu donación sin
límites. Que tu ejemplo de hombre justo y bueno me acompañe en todo momento para saber
florecer allí donde la voluntad de Dios me ha plantado. Amén.

Estampa de San José


SALUDO
¡Dios te salve, oh José, esposo de María, lleno de gracia! Jesús y su Madre están contigo:
bendito tú eres entre todos los hombres y bendito es Jesús, el Hijo de María. San José, ruega
por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
*****

CELEBRACION DE SAN JOSE


(Himno) [1]
¡Oh José! que los coros celestiales celebren tus grandezas, / que los cantos de todos los
cristianos hagan resonar sus alabanzas. / Glorioso ya por tus méritos, te uniste por una casta
alianza / a la Venerable Virgen.
Cuando, dominado por la duda y la ansiedad, / te asombras del estado en que se halla tu
esposa / un Ángel viene a decirte que el Hijo que Ella ha concebido / es del Espíritu Santo.
El Señor ha nacido, y le estrechas en tus brazos; / partes con El hacia las lejanas playas de
Egipto; / después de haberle perdido en Jerusalén, le encuentras de nuevo; así tus gozos van
mezclados con lágrimas.
Otros son glorificados después de una santa muerte, / y los que han merecido la palma son
recibidos en el seno de la gloria; pero tú, por un admirable destino, semejante a los Santos, y
aún más dichoso, / disfrutas ya en esta vida de la presencia de Dios.
¡Oh Trinidad Soberana! oye nuestras preces, concédenos el perdón; / que los méritos de José
nos ayuden a subir al cielo, para que nos sea dado cantar para siempre el cántico de acción
de gracias y de felicidad. Amén.
Rezar despacio, meditando estos dolores y gozos:

PRIMER DOMINGO

El dolor: cuando estaba dispuesto a repudiar a su inmaculada esposa.

La alegría: cuando el Arcángel le reveló el sublime misterio de la encarnación.


Oh castísimo esposo de María, glorioso San José, ¡qué aflicción y angustia la de tu
corazón en la perplejidad en que estabas sin saber si debías abandonar o no a tu esposa
sin mancilla! Pero ¡cuál no fue también tu alegría cuando el ángel te reveló el gran
misterio de la Encarnación!
Por este dolor y este gozo te pedimos consueles nuestro corazón ahora y en nuestros
últimos dolores, con la alegría de una vida justa y de una santa muerte semejante a la
tuya, asistidos de Jesús y de María.

Padrenuestro, Ave y Gloria.

SEGUNDO DOMINGO

El dolor: al ver nacer el niño Jesús en la pobreza.

La alegría: al escuchar la armonía del coro de los ángeles y observar la gloria de esa
noche.
Oh bienaventurado patriarca, glorioso San José, escogido para ser padre adoptivo del
Hijo de Dios hecho hombre: el dolor que sentiste viendo nacer al niño Jesús en tan
gran pobreza se cambió de pronto en alegría celestial al oír el armonioso concierto de
los ángeles y al contemplar las maravillas de aquella noche tan resplandeciente.
Por este dolor y gozo alcánzanos que después del camino de esta vida vayamos a
escuchar las alabanzas de los ángeles y a gozar de los resplandores de la gloria celestial.
Padrenuestro, Ave y Gloria

TERCER DOMINGO

El dolor: cuando la sangre del niño Salvador fue derramada en su circuncisión.

La alegría: dada con el nombre de Jesús.

Oh ejecutor obediente de las leyes divinas, glorioso San José: la sangre preciosísima
que el Redentor Niño derramó en su circuncisión te traspasó el corazón; pero el nombre
de Jesús que entonces se le impuso, te confortó y llenó de alegría.
Por este dolor y este gozo alcánzanos el vivir alejados de todo pecado, a fin de expirar
gozosos, con el santísimo nombre de Jesús en el corazón y en los labios.

Padrenuestro, Ave y Gloria.

CUARTO DOMINGO

El dolor: la profecía de Simeón, al predecir los sufrimientos de Jesús y María.

La alegría: la predicción de la salvación y gloriosa resurrección de innumerables


almas.

Oh Santo fidelísimo, que tuvisteis parte en los misterios de nuestra redención, glorioso
San José; aunque la profecía de Simeón acerca de los sufrimientos que debían pasar
Jesús y María te causó dolor mortal, sin embargo te llenó también de alegría,
anunciándote al mismo tiempo la salvación y resurrección gloriosa que de ahí se
seguiría para un gran número de almas.
Por este dolor y por este gozo consíguenos ser del número de los que, por los méritos
de Jesús y la intercesión de la bienaventurada Virgen María, han de resucitar
gloriosamente.

Padrenuestro, Ave y Gloria.

QUINTO DOMINGO
El dolor: en su afán de educar y servir al Hijo del Altísimo, especialmente en el viaje
a Egipto.

La alegría: al tener siempre con él a Dios mismo, y viendo la caída de los ídolos de
Egipto.

Oh custodio vigilante, familiar íntimo del Hijo de Dios hecho hombre, glorioso San
José, ¡cuánto sufriste teniendo que alimentar y servir al Hijo del Altísimo,
particularmente en la huida a Egipto!, pero cuán grande fue también tu alegría teniendo
siempre contigo al mismo Dios y viendo derribados los ídolos de Egipto.
Por este dolor y este gozo, alcanzanos alejar para siempre de nosotros al tirano infernal,
sobre todo huyendo de las ocasiones peligrosas, y derribar de nuestro corazón todo
ídolo de afecto terreno, para que, ocupados en servir a Jesús y María, vivamos tan sólo
para ellos y muramos gozosos en su amor.

Padrenuestro, Ave y Gloria.

SEXTO DOMINGO

El dolor: a regresar a su Nazaret por el miedo a Arquelao.

La alegría: al regresar con Jesús de Egipto a Nazaret y la confianza establecida por el


Ángel.

Oh ángel de la tierra, glorioso San José, que pudiste admirar al Rey de los cielos,
sometido a tus más mínimos mandatos; aunque la alegría al traerle de Egipto se turbó
por temor a Arquelao, sin embargo, tranquilizado luego por el ángel, viviste dichoso
en Nazaret con Jesús y María.
Por este dolor y este gozo, alcanzanos la gracia de desterrar de nuestro corazón todo
temor nocivo, poseer la paz de conciencia, vivir seguros con Jesús y María y morir
también asistidos por ellos.

Padrenuestro, Ave y Gloria.

SÉPTIMO DOMINGO

El dolor: cuando sin culpa pierde a Jesús, y lo busca con angustia por tres días.

La alegría: al encontrarlo en medio de los doctores en el Templo.

Oh modelo de toda santidad, glorioso San José, que habiendo perdido sin culpa al Niño
Jesús, le buscaste durante tres días con profundo dolor, hasta que, lleno de gozo, lo
encontraste en el templo, en medio de los doctores.
Por este dolor y este gozo, te suplicamos con palabras salidas del corazón, intercedas
en nuestro favor para que jamás nos suceda perder a Jesús por algún pecado grave.
Mas, si por desgracia lo perdiéramos, haz que le busquemos con tal dolor que no
hallemos sosiego hasta encontrarlo benigno sobre todo en nuestra muerte, a fin de ir a
gozar en el cielo y cantar eternamente contigo sus divinas misericordias.

Padrenuestro, Ave y Gloria.

1. Siguiendo una antigua tradición y como recuerdo de los principales dolores y


gozos de la vida de San José, la Iglesia dedica los siete domingos anteriores a su
festividad (19 de marzo). También se puede practicar esta devoción en cualquier otra
época del año.

GOZOS DEL GLORIOSO PATRIARCA Y

ESPOSO DE MARÍA SAN JOSÉ

Eres santo sin igual


y de Dios el más honrado:
se, José, nuestro abogado
en esta vida mortal.

Antes de haber nacido, ya fuiste santificado,


y al eterno destinado
para ser favorecido:
naciste de esclarecido
linaje y sangre real.
Se, José...

Tu vida fue tan pura


que en todo eres sin segundo:
después de María, el mundo
no vio más santa criatura;
y así fue tu ventura
entre todos sin igual.
Se, José...

Tu santidad declara
aquel caso soberano,
cuando en tu santa mano
floreció la seca vara;
y porque nadie dudara,
hizo el cielo esta señal.
Se, José...

A vista de este portento,


todo el mundo te respetaba,
y parabienes te daba
con alegría y contento;
publicando el casamiento
con la Reina celestial.
Se, José…

Con júbilo recibiste


a María por esposa,
Virgen pura, santa, hermosa,
con la cual feliz viviste,
y por ella conseguiste
dones y luz celestial.
Sed, José..

Oficio de carpintero
ejercitaste en vida,
para ganar la comida
a Jesús, Dios verdadero,
y a tu Esposa, lucero,
compañera virginal.
Se, José...

Tú y Dios con tierno amor


daba el uno al otro vida,
tú a Él con la comida,
y El a ti con su sabor:
Tú le disteis el sudor,
y Él te dio vida inmortal.
Se, José...

Tú fuiste la concha fina,


en donde con entereza
se conservó la pureza
de aquella Perla divina,
tu Esposa y Madre digna,
la que nos sacó de mal.
Se, José…
Cuando la viste en cinta,
fue grande tu tristeza; sin condenar su pureza,
tratabas tu jornada;
estorbóla la embajada
de aquel Nuncio celestial.
Sed, José…

No tengas ¡oh José! espanto,


el Paraninfo decía:
lo que ha nacido en María,
es del Espíritu Santo:
tu consuelo fue tanto,
cual pedía caso tal.
Se, José...

Vos sois el hombre primero


que visteis a Dios nacido;
en vuestros brazos dormido tuvisteis aquel Lucero,
siendo vos el tesorero
de aquel inmenso caudal.
Sed, José...

Por treinta años nos guardasteis


aquel Tesoro infinito
en Judea, y en Egipto
a donde lo retirasteis;
entero nos conservasteis
aquel rico mineral.
Sed, José...

Cuidado, cuando perdido,


os causó y gran sentimiento
que se os volvió en contento
del cielo restituido;
de quien siempre obedecido
sois con amor filial.
Sed, José...

A vuestra muerte dichosa,


estuvo siempre con Vos
el mismo humanado Dios,
con María vuestra Esposa:
y para ser muy gloriosa,
vino un coro angelical.
Sed, José…

Con Cristo resucitasteis


en cuerpo y alma glorioso,
y a los cielos victorioso
vuestro Rey acompañasteis,
a su derecha os sentasteis
haciendo coro especial.
Sed, José…

Allá estáis como abogado


de todos los pecadores,
alcanzando mil favores
al que os llama atribulado:
ninguno desconsolado
salió de este tribunal
Sed, José…

Los avisos que leemos


de Teresa nuestra madre,
por abogado y por padre
nos exhorta que os tomemos:
el alma y cuerpo sabemos
que libráis de todo mal
Sed, José…

Pues sois santo sin igual


y de Dios el más honrado,
sed, José, nuestro abogado en esta vida mortal.

SAN JOSÉ
NOVENA

ORACIÓN Por la señal, etc.


PREPARATORIA Señor mío Jesucristo, etc.

Oh gloriosísimo Padre de Jesús, Esposo de María.


Patriarca y Protector de la Santa Iglesia, a quien el Padre
Eterno confió el cuidado de gobernar, regir y defender en
la tierra la Sagrada Familia; protégenos también a
nosotros, que pertenecemos, como fieles católicos. a la
santa familia de tu Hijo que es la Iglesia, y alcánzanos los
bienes necesarios de esta vida, y sobre todo los auxilios
espirituales para la vida eterna. Alcánzanos
especialmente estas tres gracias, la de no cometer jamás
ningún pecado mortal, principalmente contra la castidad;
la de un sincero amor y devoción a Jesús y María, y la de
una buena muerte, recibiendo bien los últimos
Sacramentos. Concédenos además la gracia especial que
te pedimos cada uno en esta novena.

Pídase con fervor y confianza


la gracia que se desea obtener.

A continuación rezar la oración del día que


corresponda:
DÍAS
1|2|3|4|5|6|7|8|9

DÍA 1º Comenzar con la oración preparatoria para todos los


días.
[Subir]
Oh benignísimo Jesús así como consolaste a tu padre
amado en las perplejidades e incertidumbres que tuvo,
dudando si abandonar a tu Santísima Madre su esposa,
así te suplicamos humildemente por intercesión de San
José nos concedas mucha prudencia y acierto en todos
los casos dudosos y angustias de nuestra vida, para que
siempre acertemos con tu santísima voluntad.

Terminar con la oración final para todos los días.

DÍA 2º Comenzar con la oración preparatoria para todos los


días.

Oh benignísimo Jesús, así como consolaste a tu padre


amado en la pobreza y desamparo de Belén, con tu
nacimiento, y con los cánticos de los Ángeles y visitas
de los pastores, así también te suplicamos
humildemente por intercesión de San José, que nos
concedas llevar con paciencia nuestra pobreza y
desamparo en esta vida, y que alegres nuestro espíritu
con tu presencia y tu gracia, y la esperanza de la gloria.

Terminar con la oración final para todos los días.

DÍA 3º Comenzar con la oración preparatoria para todos los


días.

Oh benignísimo Jesús, así como consolaste a tu amado


padre en el doloroso misterio de la Circuncisión,
recibiendo de él el dulce nombre de Jesús, así te
suplicamos humildemente, por intercesión de San José,
nos concedas pronunciar siempre con amor y respeto tu
santísimo nombre, llevarlo en el corazón, honrarlo en la
vida, y profesar con obras y palabras que tú fuiste
nuestro Salvador y Jesús.

Terminar con la oración final para todos los días.

DÍA 4º Comenzar con la oración preparatoria para todos los


días.

Oh benignísimo Jesús, así como consolaste a tu padre


amado de la pena que le causó la profecía de Simeón,
mostrándole el innumerable coro de los Santos, así te
suplicamos humildemente, por intercesión de San José
que nos concedas la gracia de ser de aquellos para
quienes tu sirves, no de ruina, sino de resurrección, y
que correspondamos fielmente a tu gracia para que
vayamos a tu gloria.

Terminar con la oración final para todos los días.

DÍA 5º Comenzar con la oración preparatoria para todos los


días.

Oh benignísimo Jesús, así como tu amado padre te


condujo de Belén a Egipto para librarte del tirano
Herodes, así te suplicamos humildemente, por
intercesión de San José, que nos libres de los que
quieren dañar nuestras almas o nuestros cuerpos, nos
des fortaleza y salvación en nuestras persecuciones, y
en medio del destierro de esta vida nos protejas hasta
que volemos a la patria celestial.

Terminar con la oración final para todos los días.

DÍA 6º Comenzar con la oración preparatoria para todos los


días.

Oh benignísimo Jesús así como tu padre amado te


sustentó en Nazaret, y en cambio tú le premiaste en tu
santísima compañía tantos años, con tu doctrina y tu
dulce conversación, así te rogamos humildemente, por
intercesión de San José nos concedas el sustento
espiritual de tu gracia, y de tu santa comunión, y que
vivamos santa y modestamente, como tú en Nazaret.

Terminar con la oración final para todos los días.

DÍA 7º Comenzar con la oración preparatoria para todos los


días.

Oh benignísimo Jesús, así como por seguir la voluntad


de tu padre celestial permitiste que tu amado padre en la
tierra padeciese el vehementísimo dolor de perderte por
tres días, así te suplicamos humildemente, por
intercesión de San José, que antes queramos perder
todas las cosas y disgustar a cualquier amigo, que dejar
de hacer tu voluntad; que jamás te perdamos a ti por el
pecado mortal, o que si por desgracia te perdiésemos te
hallemos mediante una buena confesión.

Terminar con la oración final para todos los días.

DÍA 8º Comenzar con la oración preparatoria para todos los


días.

Oh benignísimo Jesús, que en la hora de su muerte


consolaste a tu glorioso padre, asistiendo juntamente
con tu Madre su esposa a su última agonía, te
suplicamos humildemente, por intercesión de San José,
que nos concedas una muerte semejante a la suya
asistido de tu bondad, de tu Santísima Madre y del
mismo glorioso Patriarca protector de los moribundos,
pronunciando al morir vuestros santísimos nombres,
Jesús, María y José.
Terminar con la oración final para todos los días.

DÍA 9º Comenzar con la oración preparatoria para todos los


días.

Oh benignísimo Jesús, así como has elegido por medio


de tu Vicario en la tierra a tu amado padre para
protector de tu Santa Iglesia Católica, así te suplicamos
humildemente por intercesión de San José, nos
concedas el que seamos verdaderos y sinceros católicos,
que profesemos sin error la fe católica, que vivamos sin
miedo una vida digna de la fe que profesamos, y que
jamás puedan los enemigos ni aterrarnos con
persecuciones, ni con engaños seducirnos y apartamos
de la única y verdadera religión que es la Católica.

Terminar con la oración final para todos los días.


ORACIÓN FINAL Oh custodio y padre de Vírgenes San José a cuya fiel
PARA TODOS LOS custodia fueron encomendadas la misma inocencia de
DÍAS Cristo Jesús y la Virgen de las vírgenes María; por estas
dos queridísimas prendas Jesús y María, te ruego y
[Subir] suplico me alcances, que preservado yo de toda
impureza, sirva siempre castísimamente con alma
limpia, corazón puro y cuerpo casto a Jesús y a María.
Amén.

Jesús, José y María, les doy mi corazón y el alma mía

Jesús, José y María, asístanme en mi última agonía.

Jesús, José y María, con ustedes descanse en paz el


alma mía.

Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

Antífona. Tenía el mismo Jesús, al empezar su vida


pública, cerca de treinta años, hijo, según se pensaba de
José.

V. San José, ruega por nosotros.


R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de
Jesucristo.

Oración. Oh Dios que con inefable providencia te


dignaste escoger al bienaventurado José por Esposo de
tu Madre Santísima; concédenos que, pues le veneramos
como protector en la tierra, merezcamos tenerle como
protector en los cielos. Oh Dios que vives y reinas en
los siglos de los siglos. Amén.
SAN JOSÉ
TRIDUO

Puede comenzarse el 17 de cada mes para terminar el día 19.

Por la señal...
Señor mío Jesucristo...

V. Benditos y alabados sean los dulces nombres


de Jesús, María y José.
R. Amén.

ORACIÓN INICIAL PARA TODOS LOS DÍAS

A ti recurrimos, bondadoso Patriarca, y con todo el fervor de nuestro


afligido corazón te pedimos que, desde el trono de gloria en que te
colocaron tus virtudes y merecimientos, escuches propicio nuestras
súplicas y tengas piedad de nosotros.

Humildemente confesamos que nuestras tribulaciones son pena de


nuestras culpas; por eso con dolor de corazón, pedimos a Dios perdón
de todas ellas. Alcánzanoslo, amoroso San José, y por el amor que
profesaste a Jesús y María y por la autoridad que sobre ellos
ejercitaste acá en la tierra, intercede ahora por nosotros en el cielo
escuchando nuestras peticiones y presentándolas tú mismo a tu
Esposa inmaculada y a tu Divino Hijo para que sean favorablemente
atendidas, para mayor gloria de Dios y santificación de nuestras
almas. Amén.

Acuérdate, ¡oh castísimo esposo de la Virgen María y amable


protector mío San José!, que jamás se ha oído decir que ninguno haya
invocado tu protección e implorado tu auxilio sin haber sido
consolado. Lleno, pues, de confianza en tu poder, ya que ejerciste con
Jesús el cargo de Padre, vengo a tu presencia y me encomiendo a ti
con todo fervor. No deseches mis súplicas, antes bien, acógelas y
dígnate acceder a ellas piadosamente. Amén.
DÍAS
1|2|3

ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS

Gloriosísimo Patriarca San José, castísimo Esposo de la Madre de


Dios; a tu amparo acudimos, no desatiendas nuestras súplicas y
libradnos de todos los peligros.

V. Bendito Patriarca San José, ruega por nosotros.


R. Para que seamos dignos de la gracia que imploramos.

Santísima Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra, une tus


ruegos a los de tu castísimo Esposo y por los maternales cuidados
que prodigaste al Niño Jesús, intercede y ruega por nosotros para que
seamos dignos de alcanzar la gracia que hemos pedido.

Sacratísimo Corazón de Jesús, oye benigno las súplicas de María,


llena de gracia, y de José, varón justo, para que por su intercesión
logremos el favor solicitado, si ha de ser a mayor honra y gloria
vuestra y bien de nuestras almas. Vos que vivís y reináis por todos
los siglos de los siglos. Amén.

DÍA PRIMERO

Comenzar con la oración preparatoria para todos los días.

Aquí nos tienes en tu gloriosa presencia, dulce protector nuestro San José, implorando
tu eficaz patrocinio. Dirige, oh gran Santo, una mirada amorosa sobre nosotros,
miserables hijos de Eva, y alcánzanos con la gracia que te hemos pedido y las Virtudes
de la humildad, pureza y obediencia, la dicha de morir asistidos de Jesús, de tu Esposa y
de ti, para bendecirlos y alabarlos en el cielo eternamente. Amén.
Pídase la gracia que se desea. Rezar siete Padrenuestros y Avemarías en memoria de
los siete dolores y gozos de San José. Terminar con la oración final para todos los días.
__________

DÍA SEGUNDO

Comenzar con la oración preparatoria para todos los días.

A tus pies nos postramos con el más humilde afecto, ¡oh incomparable protector nuestro
San José!, confiando en tu eficaz patrocinio. Dirige, ¡oh gran Santo!, una mirada amorosa
sobre nosotros, miserables pecadores hijos de Eva, y alcánzanos la gracia que te hemos
pedido juntamente con las tres virtudes de tierna piedad, gratitud a los divinos beneficios
y firme confianza en Dios, que tanto y con tanto fruto practicaste tu mismo, a fin de que
enriquecidos con ellas, podamos expirar dulcemente en los brazos de Jesús y María, y
alabarlos después en tu compañía en el cielo, por toda la eternidad. Amén.

Pídase la gracia que se desea. Rezar siete Padrenuestros y Avemarías en memoria de


los siete dolores y gozos de San José. Terminar con la oración final para todos los
días.

__________

DÍA TERCERO

Comenzar con la oración preparatoria para todos los días.

Postrados ante ti, insigne protector nuestro San José, acudimos también hoy en demanda
de tu eficaz patrocinio. Dirige, ¡oh gran Santo!, una mirada amorosa sobre nosotros,
miserables hijos de Eva, y presenta nuestras súplicas al Padre Eterno, cuyas veces hiciste
en la tierra tutelando a su Divino Hijo; ofrécelas también al Espíritu Santo, de quien
fuiste representante como Esposo de María; presentalas, en fin, al Hijo para que sean
benignamente atendidas por la Santísima Trinidad, objeto de todo nuestro amor, ahora y
siempre, por todos los siglos. Amén.

Pídase la gracia que se desea. Rezar siete Padrenuestros y Avemarías en memoria de


los siete dolores y gozos de San José. Terminar con la oración final para todos los
días.
SAN JOSÉ
DEVOCIÓN DE LOS 30 DÍAS [1]

¡Oh amabilísimo Patriarca, Señor San José! Desde el abismo de mi pequeñez, dolor y
ansiedad, os contemplo con emoción y alegría de mi alma en vuestro solio del cielo,
como gloria y gozo de los Bienaventurados, pero también como padre de los huérfanos
en la tierra, consolador de los tristes, amparador de los desvalidos, gozo y amor de tus
devotos ante el trono de Dios, de tu Jesús y de tu santa Esposa.
Por eso yo, pobre, desvalido, triste y necesitado, a Vos dirijo hoy y siempre mis lágrimas
y penas, mis ruegos y clamores del alma, mis arrepentimientos y mis esperanzas; y hoy
especialmente os traigo ante vuestro altar y vuestra imagen una pena que consoléis, un
mal que remediéis, una desgracia que impidáis, una necesidad que socorráis, una gracia
que obtengáis para mí y para mis seres queridos.
Y para conmoveros y obligaros a oírme y conseguírmelo, os lo pediré y demandaré
durante treinta días continuos en reverencia a los treinta años que vivisteis en la tierra
con Jesús y María, y os lo pediré, urgente y confiadamente, invocando todos los títulos
que tenéis para compadeceros de mí y todos los motivos que tengo para esperar que no
dilataréis el oír mi petición y remediar mi necesidad; siendo tan cierta mi fe en vuestra
bondad y poder, que al sentirla os sentiréis también obligado a obtener y darme más aún
de lo que os pido, y deseo.
1.- Os lo pido por la bondad divina que obligó al Verbo Eterno a encarnarse y nacer en
la pobre naturaleza humana, como Dios de Dios, Dios Hombre, Dios del Hombre, Dios
con el Hombre.
2.- Os lo suplico por vuestra ansiedad de sentiros obligado a abandonar a vuestra santa
Esposa, dejándola sola, y yendo solo sin ella.
3.- Os lo ruego por vuestra resignación dolorosísima para buscar un establo y un pesebre
para palacio y cuna de. Dios, nacido entre los hombres, que le obligan a nacer entre
animales.
4.- Os lo imploro por la dolorosísima y humillante circuncisión de vuestro Jesús, y por
el santo y dulcísimo nombre que le impusisteis por orden del Eterno para consuelo, amor
y esperanza nuestra.
5.- Os lo demando por vuestro sobresalto al oír del Angel la muerte decretada contra
vuestro Hijo Dios, por vuestra obedentísima huida a Egipto, por las penalidades y
peligros del camino, por la pobreza del destierro, y por vuestras ansiedades al volver de
Egipto a Nazaret.
6.- Os lo pido por vuestra aflicción dolorosa de tres días al perder a vuestro Hijo, y por
vuestra consolación suavísima al encontrarle en el templo; por vuestra felicidad inefable
de los treinta años que vivisteis en Nazaret con Jesús y María sujetos a vuestra autoridad
y providencia.
7 .- Os lo ruego y espero por el heroico sacrificio, con que ofrecisteis la víctima de
vuestro Jesús al Dios Eterno para la cruz y para la muerte por nuestros pecados y nuestra
redención.
8.- Os lo demando por la dolorosa previsión, que os hacía todos los días contemplar
aquellas manos infantiles, taladradas un día en la Cruz por agudos clavos; aquella cabeza
que se reclinaba dulcísimamente sobre vuestro pecho, coronada de espinas; aquel cuerpo
divino que estrechabais contra vuestro corazón, ensangrentado y extendido sobre los
brazos de la Cruz; aquel último momento en que le veíais expirar y morir por mí, por mi
alma, por mis pecados.
9.- Os lo pido por vuestro dulcísimo tránsito de esta vida en los brazos de Jesús y María.
y vuestra entrada en el Limbo de los Justos en el cielo, donde tenéis vuestro trono de
poder.
10.- Os lo suplico por vuestro gozo y vuestra gloria, cuando contemplasteis la
Resurrección de vuestro Jesús, su subida y entrada en los cielos y su trono de Rey
inmortal de los siglos.
11.- Os lo demando por vuestra dicha inefable cuando visteis salir del sepulcro a vuestra
santísima Esposa, resucitada, y ser subida a. los cielos por ángeles, y coronada por el
Eterno, y entronizada en un solio junto al vuestro como Madre, Señora y Reina de los
ángeles y hombres.
12.- Os lo pido y ruego y espero confiadamente por vuestros trabajos, penalidades y
sacrificios en la tierra, y por vuestros triunfos y gloria feliz bienaventuranza en el Cielo
con vuestro Hijo Jesús y vuestra esposa Santa María.
¡Oh mi buen San José! Yo, inspirado en las enseñanzas de la Iglesia Santa y de sus
Doctores y Teólogos y en el sentido universal del pueblo cristiano, siento en mí una
fuerza misteriosa, que me alienta y obliga a pediros y suplicaros y esperar me obtengáis
,de Dios la grande y extraordinaria gracia que voy a poner ante este tu altar e imagen y
ante tu trono de bondad y poder en el Cielo: la espero, Santo Patriarca.

(Aquí, levantado el corazón a lo alto, se le pedirá al Santo con amorosa instancia la


gracia que se desea.)

1. Esta devoción está tomada de un folleto impreso en Buenos Aires bajo la firma del
sacerdote jesuita J. Santillana. En él se puede leer lo siguiente acerca de la misma: "Basta
la lectura de esta Oración para tenerla como muy cristiana y teológica y como muy
recomendable y eficaz para conmover ese poder y bondad del Santo Patriarca y para
alcanzar por su medio las gracias más difíciles y extraordinarias.
Las razones de esta afirmación son las siguientes:
a) La materia doctrinal de esa Oración es la más teológica y completa.
b) El fin general de ella, el más devoto y grato al Santo: honrar la memoria de los treinta
años que vivió con Jesús y María en la tierra.
e) Los títulos que se invocan, poderosísimos para mover el corazón del Santo.
d) La forma ferviente en que está escrita es de fe vivísima, de ternura sensible, y de
urgente e irresistible instancia... Es el alma toda la que en todas sus frases pide y suplica,
gime y llora, conmueve y triunfa de las resistencias del mismo Dios.
e) Y si a todo se añade la insistencia y perseverancia durante treinta días en tan larga y
vehemente súplica del alma, no será temerario afirmar según el dogma católico que es
una oración teológica y cristiana, eficaz e irresistible.
f) No hay en ella nada de superstición o revelación o infalibilidad o algo imposible o
impropio. Por el contrario lo que se pide y se confía conseguir es sencillamente algo muy
conveniente y necesario; aunque difícil y extraordinario; pero nada de milagros infalibles
y a plazos fijos y por modos y prácticas supersticiosas. Todo está fundado en el dogma
católico de la oración e intercesión de los Santos, y en la creencia y confianza del pueblo
cristiano en el poder y bondad del Santo Patriarca.

En Buenos Aires se está propagando prodigiosamente y obteniéndose gracias


extraordinarias.

La práctica de esta devoción ha de ser muy sencilla. Récese la oración treinta días
consecutivos, y será más eficaz rezarla ante la imagen o altar del Santo; pero cuando eso
no sea posible, puede rezarse en la casa particular. Se recomienda mucho la comunión,
al menos los miércoles de esos treinta días. Finalmente se ruega que se dé cuenta de las
gracias obtenidas" [Volver]

SAN JOSÉ
DEVOCIÓN AL DÍA 19 DE CADA MES

Comenzar con la señal de la cruz y el acto de contrición.

Oración a María Santísima


Amabilísima Madre mía; pues gustáis tanto de que
veneremos a vuestro querido esposo San José, encended
más en mi corazón la llama de la devoción a tan gran
santo, y por la reverencia y amor que le tenéis, os suplico
me alcancéis de vuestro divino Hijo el perdón de mis
pecados y la gracia que necesito para mi salvación; favor que espero no
me negaréis poniendo por medianero a mi patrón y abogado San José.
Amén.

Oración a San José


Gloriosísimo patriarca San José, dignísimo esposo de la Madre de Dios,
padre adoptivo de nuestro adorable Redentor y poderosísimo abogado
nuestro en toda tribulación, en toda necesidad y en todo peligro: os elijo
por mi patrón y abogado para toda mi vida y para mi muerte. Os pido
humilde y con toda mi alma que me recibáis, santo mío, por perpetuo
siervo y esclavo vuestro, y que con vuestro poderoso valimiento me
alcancéis la continua protección de vuestra Esposa, la Inmaculada Virgen
María y las misericordias de mi amantísimo Jesús. Asistidme siempre y
bendecid mis palabras, obras, acciones, pensamientos y deseos para que
en todo me conforme a la voluntad divina, y así, sirviéndoos
constantemente, logre con vuestro patrocinio una feliz muerte. Así sea,
Jesús, María y José.

Felicitaciones a San José por sus siete principales privilegios y las


felicidades dispensadas por el Señor:

PRIVILEGIOS
1|2|3|4|5|6|7

PRIMER PRIVILEGIO

Os felicito, glorioso San José, y doy infinitas gracias a Dios por haberos escogido para
padre adoptivo de su unigénito Hijo y para guía del mismo Jesús y de su Santísima Madre
en sus penosos viajes durante su vida mortal: por esta vuestra felicidad, os suplico que
me guiéis en mi viaje de esta vida a la eterna, alcanzándome la gracia de purificar a
menudo mi alma en el santo Sacramento de la Penitencia. Así sea, Jesús, María y José.

Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

Jesús y María, José, Joaquín y Ana, en vida y en muerte amparad a mi alma.

__________

SEGUNDO PRIVILEGIO

Os felicito, glorioso San José, y doy infinitas gracias a Dios porque os concedió el favor
de guardar de la persecución de Herodes, para beneficio del mundo, a Jesucristo,
verdadero Pan de vida: por esta vuestra felicidad os suplico, que me abonéis la de
recibirle dignamente con frecuencia, y particularmente, antes de morir, por viático y
prenda de la vida eterna. Así sea, Jesús, María y José.

Padrenuestro, Avemaría y Gloria

Jesús y María, José, Joaquín y Ana, en vida y en muerte amparad a mi alma.

__________

TERCER PRIVILEGIO

Os felicito, glorioso San José, y doy infinitas gracias a Dios, porque os concedió la dicha
de fortaleceros y santificaros con el frecuente contacto y el trato íntimo de nuestro
adorable Redentor: por esta vuestra felicidad os suplico que me alcancéis la de no morir
sin el auxilio espiritual del Sacramento de la Extremaunción que alivia la enfermedad
corporal, si conviene, y sana el alma de las reliquias de los pecados. Así sea, Jesús, María
y José.

Padrenuestro, Avemaría y Gloria

Jesús y María, José, Joaquín y Ana, en vida y en muerte amparad a mi alma.

__________

CUARTO PRIVILEGIO

Os felicito, glorioso San José, y doy infinitas gracias a Dios porque os concedió una fe
vivísima y constante con la que creísteis que era obra del Espíritu Santo el fruto de
vuestra purísima Esposa: por esta vuestra felicidad, os suplico que me alcancéis la
incomparable de vivir y morir con la mayor firmeza en la santa fe católica. Así sea, Jesús,
María y José.

Padrenuestro, Avemaría y Gloria

Jesús y María, José, Joaquín y Ana, en vida y en muerte amparad a mi alma.

__________

QUINTO PRIVILEGIO

Os felicito, glorioso San José, y doy infinitas gracias a Dios por haberes escogido para
fiel ministro de Jesús y María en la tierra: por esta vuestra gran felicidad, os suplico que
me alcancéis la de saberos imitar, sirviendo fiel y constantemente a Dios y a su divina
Madre. Así sea, Jesús, María y José.

Padrenuestro, Avemaría y Gloria

Jesús y María, José, Joaquín y Ana, en vida y en muerte amparad a mi alma.

__________

SEXTO PRIVILEGIO

Os felicito, glorioso San José, y doy infinitas gracias a Dios porque os concedió la gracia
de morir asistido con el mayor cariño por Jesús y María: por esta vuestra inefable
felicidad, os suplico que me alcancéis la de morir abrasado en amor de Dios y asistido
por vuestra inmaculada Esposa y por Vos mismo. Así sea, Jesús, María y José.

Padrenuestro, Avemaría y Gloria

Jesús y María, José, Joaquín y Ana, en vida y en muerte amparad a mi alma.


__________

SÉPTIMO PRIVILEGIO

Os felicito, glorioso San José, y doy infinitas gracias a Dios por el privilegio que os cupo
de resucitar con Jesucristo y subir a la eterna gloria: por esta vuestra dicha, os suplico
que me alcancéis la de encontrarme en la hora de mi muerte, dispuesto para merecer,
desde aquel momento, el descanso eterno de los santos. Así sea, Jesús, María y José.

Padrenuestro, Avemaría y Gloria

Jesús y María, José, Joaquín y Ana, en vida y en muerte amparad a mi alma.

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