1.2 Artes Plasticas.
1.2 Artes Plasticas.
1.2 Artes Plasticas.
La enseñanza de las artes infantil juega un papel muy importante porque además
de estimular el aprendizaje de otras materias, como la lectura o las matemáticas,
pintar, dibujar o modelar son actividades imprescindibles para el desarrollo de la
percepción, la motricidad fina o la interacción social.
Desarrollo de capacidades infantiles a través del arte
Pintar, dibujar, tocar un instrumento musical, modelar, cantar... son actividades
básicas para el desarrollo biológico, educativo y emocional de los niños. son una
necesidad espiritual, ya que a través de ellas aprenden a explorar el medio
Desarrollo personal: las actividades artísticas proporcionan oportunidades para
expresar la propia creatividad, para descubrirse ellos mismo; potencian la
autoestima y el concepto de si mismo. Cada obra de arte genera en el niño que la
crea el sentimiento de haber alcanzado un logro.
Desarrollo social: se potencia a medida que el niño aprende a cooperar en un
trabajo artístico realizado en grupo. Los niños son conscientes de su contribución
personal al trabajo colectivo y adquieren, además, el sentimiento de pertenecer a
un grupo.
Desarrollo físico: los músculos más pequeños, la coordinación mano-ojo, la
lateralidad y el sentido del ritmo se desarrollan gracias a las diversas formas de
expresión artística.
Desarrollo del lenguaje: el arte es una forma de expresión que no se basa en la
habilidad verbal, sin embargo, el lenguaje y el vocabulario infantil experimentan un
enorme desarrollo a medida que los niños hablan de sus trabajos. Además, el
dibujo contribuye al desarrollo de la escritura en los más pequeños.
Desarrollo cognitivo: los beneficios del arte se dejan notar especialmente en
áreas como la representación simbólica, la relación espacial, números y
cantidades, orden, series, clasificaciones, etc.
CONCLUSIONES
Las artes ayudarán desde pequeño a tu hijo a que sea más sensible,
disciplinado, creativo y que aprenda a trabajar en equipo. y jardín infantil
Mafalda.
En ese sentido, es una manera de vivir, de ser integral, y cuando los niños tienen contacto
con el arte desde temprana edad, los beneficios son múltiples. Mejor dicho, no implica que
los niños se vuelvan artistas, cantantes o bailarines, sino que experimenten diversas
actividades que les permitan ser sensibles y crecer como personas.
Para María Francisca Roldán García, coordinadora del programa infantil y juvenil de
formación artística de la Facultad de Artes de la Universidad Javeriana, lo que hace el arte
es dar conciencia a las emociones, sensaciones y de todos los conflictos que el ser
humano tiene dentro; es un sistema completo que se trabaja desde temprana edad.
Es así como el arte es más que un talento, es un proceso de sensibilización ante la vida. Por
eso, lo recomendable en sensibilizar a los niños ante el mundo. Roldán enfatiza en que, “al
hacerlos más sensibles, los niños se vuelven mejores seres humanos. Eso permite que el
niño se conozca tanto que puede llegar a decir qué es lo que más le gusta”.
El arte es una buena estrategia para la educación en todas las áreas. En la primera
infancia potencia el pensamiento creativo, reflexivo y crítico. Es una herramienta de
aprendizaje que estimula a crear e innovar.
Para María Francisca, “las actividades artísticas hacen que el niño mantenga su
atención y, a la vez, tenga la capacidad de mantener esfuerzos sostenidos en el
tiempo”.
Pero, además de estimular sus capacidades intelectuales, el arte es una forma de
comunicación entre padres e hijos. Lina María Idárraga, pedagoga escolar especialista en
artes escénicas para niños, asegura que a través de la pintura, los dibujos, los juegos con
plastilina o, incluso, el baile, los padres pueden conocer lo que inquieta a sus hijos,
pues “muchos se quejan de que en la edad preescolar no les hablan y responden a todo con
monosílabos. Entonces se quedan sin saber cómo les fue en el colegio o qué comieron al
almuerzo”. Pero si entran en un juego de interacción, confianza y diversión, se darán
cuenta, a través de esas expresiones, lo que quieren averiguar de sus hijos.
Mónica Pacheco, directora artística de la Escuela de Ballet Ballarte, asegura que la
práctica de cualquier arte aumenta la capacidad de expresarse, frente a los pequeños
que se limitan a las labores escolares. Por ejemplo, un niño puede empezar a plasmar sus
pensamientos en un papel y luego verbalizarlos; es decir, compartirlos con su entorno.
Incluso, se aumenta su autoestima y confianza.
Bruno Lázzaro, quien ha sido presentador de programas infantiles, asegura que el arte
estimula todos los sentidos. “Te hace pensar con cada parte del cuerpo, porque, por
ejemplo, si debes hacer una rueda de pintura, puedes probar con los pies; además, estás
estimulando la visión. Si haces una máscara con sobras de desayuno, entonces también usas
el olfato”. El arte puede hacerse de mil formas; cada niño lo interpreta a su manera.
“Es tratar de tener metas y lograrlas, que entiendan que está bien probar. Un pequeño
puede pintar un muñeco hasta con 20 ojos, si le parece”.
A divertirse
A veces a los adultos les cuesta identificar las expresiones artísticas de sus hijos, pues
tienden a pensar que si no hay témperas, papel o una canción, no hay arte. Incluso, muchos
no saben que desde que están en el vientre de la madre, los niños ya viven el
arte. “Aprenden de literatura con la sonoridad de las palabras de su madre, se están
moviendo y están haciendo gestos. De una manera, tocan y palpan lo que está a su
alrededor”, explica Díaz. Es así de simple; pero hay que aprender a identificarlo y a
valorarlo.
“Los chicos, desde los 0 a 7 años están en una etapa muy concreta y necesitan que todo sea
a través de sus sentidos”, dice María Francisca.
Y uno de los factores clave es el juego, pues es la principal acción que debe guiar los
procesos de desarrollo y aprendizaje de los niños. Es decir, el objetivo de todas las
actividades que estén relacionadas con el arte debe ser el disfrute y la generación de un
vínculo con el otro.
La segunda clave es la exploración. A los pequeños se les debe permitir que prueben, se
comuniquen, toquen, se muevan. Es decir, que vivan libremente. Así no se encasillan
desde pequeños en una sola dinámica, sino que experimentan por sí solos hasta cuando se
encaminen, de manera autónoma, por una sola actividad.
La antropóloga Maritza Díaz dice que el talento no se registra a una edad determinada,
sino que “hay momentos de la vida en que los pequeños demuestran que hay una pasión
hacia algún lenguaje. En el momento en que espontáneamente lo demuestren, se debe
responder a ese interés, pero no en detrimento de los otros”, señala.
Un menú para escoger
Música
• Desde los 0 a 6 años de edad, Carmenza recomienda que los niños hagan coreografías
para, con el movimiento, evidenciar los cambios de ritmos o de instrumentos.
• María Francisca aconseja, además, trabajar con instrumentos de percusión menor (cajas
chinas, maracas, panderetas, palitos, elementos con semillas), pero siempre de la mano de
las canciones.
Artes visuales
Dentro de estas se encuentran la plástica y la animación. En las artes visuales se trabajan
la forma, el color y los materiales. Las formas delimitan el espacio; estas también
permiten conocer las dimensiones. Incluso, con ellas se hacen ejercicios de selección y
sucesión.
El color permite conocer los matices, los tonos, que los ayudan a ser más creativos.
Los materiales estimulan el tacto. También permiten desarrollar capacidades de
diferenciación, identificación y clasificación.
Las artes plásticas, en general, fortalecen el trabajo manual y optimizan la
coordinación visomotora y visomanual. Trabajar con los colores y las luces permite,
además, potenciar la capacidad de atención del pequeño.
Actividades aconsejables
• Leonor Moncada, maestra en artes plásticas con posgrado en educación de museos, dice
que desde los 2 años se puede empezar a jugar y a experimentar con la pintura, pero
solo con las manos. No se necesita ningún otro instrumento.
• A los 3 años se espera que empiecen a jugar con las plásticas, porque su desarrollo
psicomotor está más avanzado. Luego, con todo aquello que se pueda manejar fácilmente
con las manos, como la plastilina y la pintura. Y, si se desea darle una herramienta de
agarre, las crayolas grandes y gordas son las más recomendadas.
• A partir de los 4 es que empiezan a ser más conscientes. Se les pueden dar
instrumentos más específicos, como pinceles. También se les puede colocar papeles
grandes, como murales.
• Por ningún motivo se recomiendan los libros para colorear, pues limitan la
creatividad, según Maritza Díaz.
¿Por qué son importantes las actividades
artísticas para los bebés y niños?
En conclusión, desde muy pequeños, los niños pueden
introducirse en el mundo del arte, la creatividad y el
aspecto lúdico de la vida y del aprendizaje.
El dibujo, la música y el juego con los padres en casa crea
unos lazos iniciales muy importantes entre el niño y el
mundo. Es una forma de relacionarse con el bebé y un
método para compartir momentos muy gratificantes con
él.
Igualmente, se ha comprobado que los niños que se
inician precozmente en el arte obtienen seguridad en sí
mismos y desarrollan estrategias sociales muy
importantes para su vida posterio
• En cuanto a las artes plásticas, lo más importante es conocer en qué momento del
desarrollo está el niño.
• Después del año de edad, se aconsejan los juegos de imitación, “pero no una imitación
que los lleve a hacer con su cuerpo como si fueran, por ejemplo, un gato; que el niño no
imite solo algo, sino que conozca cómo son sus manos, su espalda, sus pies, etc.”, asegura
María Carolina Vélez.
• Cuando están más grandes, no se recomienda un juego de roles impuesto, sino que
ellos desarrollen su propia identidad y se les permita actuar como se les ocurra, que lo
descubran.
• En las obras de teatro y coreografías, hay que hacerlos partícipes, no solo del espectáculo
final sino de todo el proceso creativo.
• Las artes escénicas también permiten descubrir desde temprana edad las habilidades
para bailar, cantar y actuar. A los más pequeños se les enseña a manifestar sus
emociones a través de los gestos; a los 2 años se involucran todas las partes del cuerpo, y a
los 3 ya se hacen montajes teatrales. Pero es a los 4 años cuando pueden salir solos al
Podemos definir como
escenario y disfrutar al máximo el proceso creativo.
En el niño, el arte es algo natural. Es una reafirmación
de sí mismo.
El niño no intenta transmitir ideas ni crear obras artísticas,
sino realizar algo con libertad y con capacidad de
elección. Algo suyo.
El niño pequeño con cualquier actividad artística (pintar,
modelar con plastilina, etc.) puede expresarse libremente
y tomar decisiones.
Con la iniciación en el arte no se intenta crear artistas,
sino fomentar la creatividad y ayudar a crear estrategias
de conducta que permitirán al niño desenvolverse mejor
en la sociedad.
Es una forma de estimular los sentidos con colores,
sonidos y actividades táctiles.
En niños de 6 meses a 3 años, además de ser una
actividad relajante y lúdica, el arte es vehículo de
aprendizaje y de relación social.
En este artículo sobre la importancia del arte en los
bebés y niños:
El arte infantil difiere del arte adulto en que el primero está centrado en el proceso de
la actividad artística; mientras que en el segundo, la atención se dirige más al
producto que al proceso de la creación.
Antecedentes históricos
En la primera mitad del siglo xix, empezó a gestarse la verdadera pedagogía del arte
con base en las ciencias de la educación; se inicia la elaboración de programas
partiendo del conocimiento del niño y del adolescente5.
• Por lo tanto, la pedagogía del arte infantil acepta y promueve las diferencias en los
niños procurando inculcar sentimientos de confianza y seguridad en ellos.
• Se propicia la cooperación entre los niños como "artistas natos", animando en todo
momento sus facultades creativas.
Por lo anterior, se deduce que el papel del docente es fundamental, ya que debe ser
totalmente congruente en relación con todos los elementos mencionados al contactar a
sus alumnos con cualquier actividad artística. El maestro, más que el ser "que sabe
todo", debe convertirse en un buen conductor y orientador del grupo, que enseña a
aprender.
Con esto es muy probable que tengamos que modificar bastante nuestras actitudes:
no dar órdenes o establecer normas rígidamente, sin explicaciones; tampoco el
maestro debe imponer su criterio, debe ser flexible y tomar en cuenta las opiniones del
grupo; debe ser un animador que ayude al grupo a funcionar; estar abierto al cambio,
retomar y analizar las ideas que proporcionan los alumnos, aun las que parezcan más
"absurdas" o "imposibles".
Por otra parte, se debe propiciar la participación de todos los integrantes del grupo;
hacerles sentir que se confía en ellos y en su capacidad, ya que toda persona tiene
algo que enseñar a los demás.
El profesor ha de adaptarse a los niños y no hacer que éstos se acomoden a él; por
encima de todo, debe ser profundamente humano y comprensivo, y habrá de tener
buen cuidado en no imponer su personalidad al niño, pues cuando así lo hace, aun
cuando sea inconscientemente, no permitirá alcanzar la libertad de expresión que
busca.
El maestro ha de contar también con conocimientos acerca del desarrollo evolutivo del
niño y de las etapas de expresión, ampliamente estudiadas en el área de la plástica, la
cual incluye el dibujo, la pintura, el modelado y la construcción.