Algunas Características Del Procesal Penal Nicaragüense
Algunas Características Del Procesal Penal Nicaragüense
Algunas Características Del Procesal Penal Nicaragüense
Esto pone en entredicho la seguridad jurídica de los habitantes del país. Por
ejemplo, el juicio de revisión en lo criminal, el juicio por jurados, entre otros,
forman parte de las muchas reformas parciales que ha sufrido el mismo. Unas
positivas y otras, como la Ley de Reforma Procesal Penal 164, desacertadas. Esta
Ley, hace que la administración de justicia sea híbrida, morosa, lenta, costosa y,
en determinados aspectos, promotora de impunidad. Nuestra legislación procesal
no se adecua a la realidad y momentos actuales, por lo que su reforma urgente e
integral se hace impostergable un nuevo y moderno Código Procesal Penal
nicaragüense, como el moderno y democrático proyecto de Código Penal que,
todo indica, pronto se discutirá en la Asamblea Nacional.
Nadie duda que el In. en su momento significó un gran avance no sólo para el
derecho procesal, sino para los propios derechos humanos, sin embargo tampoco
nadie hoy pone en tela de duda que necesita un «relevo». La vigencia del In.
afecta la credibilidad de la Administración de justicia ya que, como veremos más
adelante, no sólo es inquisitivo sino burocrático, lo que lo hace lento e
ineficiente. Recordemos que uno de los grandes problemas que el Poder Judicial
tiene actualmente es la retardación de impartición de la justicia, aunque es uno de
los países con menos retardación de Justicia en Centroamérica, por la abnegación
y esfuerzos de nuestros Jueces y para ellos mi reconocimiento.
Actualmente hay un claro viraje en los sistemas procesales, desde los más o
menos inquisitoriales hacia sistemas predominantemente acusatorios como en los
países cercanos de Guatemala, El Salvador y Costa Rica, en los que se superan
con mayor facilidad los problemas que se presentan en el curso el proceso y de
los cuales el nicaragüense queda muy alejado de esa realidad.
Los orígenes de la crisis actual de nuestra justicia penal —y los problemas que
ella presenta— no son nuevos, sino que unen sus raíces en la forma del Estado
colonial. El sistema de justicia penal vigente es básicamente inquisitivo, nacido
en una época precisa y al servicio de una concreta estructura del Estado. Muchos
de los atributos centrales (carácter escrito, secreto, formalista, lento, dependiente,
burocrático) son cualidades esenciales del sistema y no defectos. Cualidades que
han permeado profundamente algunos sectores de nuestra comunidad jurídica y
han creado una cultura inquisitiva que, por cierto, es defendida en muchas
ocasiones de forma apasionada y vegetativa, contraponiéndola a cualquier intento
de transformación democrática. Esto quizás, atrase los intentos de reformas, pero
no impedirá el triunfo de una nueva justicia democrática.