Siglo Xix
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HISTORIA DE ESPAÑA
EL SIGLO XIX.
1. LA CRISIS DE 1808 Y LA GUERRA DE INDEPENDENCIA.
En 1788, Carlos IV se convierte en rey de España. No va a mostrar excesivo interés ni inteligencia en las
tareas de gobierno, además está muy influenciado por su esposa M a Luisa de Parma. Su reinado significa
el inicio de una época de inestabilidad.
Carlos IV mantiene en el cargo al conde de Floridablanca, antiguo primer ministro de Carlos III. Cuando
estalla la Revolución Francesa, en España se paraliza la política reformista y se trata de impedir que las
ideas revolucionarias se extiendan. Floridablanca intenta evitar la entrada de propaganda
revolucionaria, por lo que se establece el control de aduanas y la Inquisición se revitaliza. La tensión con
el gobierno francés y las intrigas en la corte provocan la caída de Floridablanca.
Carlos IV nombra nuevo primer ministro al conde de Aranda, convencido del interés estratégico de la
alianza con Francia para evitar la expansión del Reino Unido en América. Finalmente, sus enemigos
convencen al rey, que le retira el cargo.
Godoy es nombrado primer ministro en 1792, en medio del recelo general de la corte por su origen
humilde y su gran amistad con la reina. Godoy tiene que enfrentarse al problema de intentar salvar la
vida de Luis XVI. La guerra estalla cuando los revolucionarios radicales proclaman la República y ejecutan
al rey Luis XVI. España lucha contra la Revolución Francesa, pero las tropas francesas invaden las zonas
fronterizas hasta el Ebro. La guerra termina con la paz de Basilea, por la que Francia recibe la parte
española de la isla de Santo Domingo a cambio de devolver los territorios conquistados en la Península
Ibérica. Por el I Tratado de San Ildefonso, España y Francia se convierten en aliados, lo que lleva a la
enemistad con el Reino Unido. De este modo España entra en guerra con el Reino Unido, en la que se
produce la derrota de la armada española frente a la británica en la batalla del cabo San Vicente.
Napoleón asume el poder en Francia, España firma con Francia el II Tratado de San Ildefonso, por el que
nuestro país se involucra en las guerras que Napoleón tiene contra el Reino Unido: en la paz de Amiens,
España consigue la devolución de la isla de Menorca; pero en 1805 estalla otra guerra, que acaba con la
derrota hispano-francesa en la batalla de Trafalgar, en la que se produce la destrucción de la armada
franco-española de Villeneuve, frente a la británica por Nelson.
Tras la derrota, Napoleón debe cambiar de estrategia, con un bloqueo continental al comercio británico.
Portugal es el gran aliado del Reino Unido. España y Francia firman el Tratado de Fontainebleau, por el
que se permite el paso de tropas francesas a través de España para invadir Portugal. Sin embargo, los
planes de Napoleón son ocupar también España, por lo que empieza a desplegar sus tropas de forma
estratégica por el territorio español.
La mayor parte de la población española no reconoce al nuevo rey José I, pero las autoridades del
momento sí lo legitiman y reconocen. Una asamblea de notables españoles, reunida en Bayona, aprueba
el estatuto de Bayona, primer texto constitucional que hay en España, donde se reconocen las libertades
individuales y la igualdad de los ciudadanos.
Este reducido número de españoles, que acepta la dinastía Bonaparte, son los afrancesados, partidarios
de la alianza franco-española. Piensan que con José Bonaparte se puede reanudar el programa
reformista para modernizar España, además de evitar la revolución y los desastres de una guerra.
Tras el levantamiento popular del 2 de mayo en Madrid se inicia la resistencia popular contra los
franceses y casi todas las ciudades se sublevan. Esto supone el comienzo de la guerra de la
Independencia, cuando el alzamiento se extiende por toda España y se van constituyendo Juntas de
defensa y armamento: primero locales, luego se coordinan a nivel provincial y regional. Todas estas
juntas, soberanas, actúan en nombre de Fernando VII y organizan la resistencia contra los franceses..
Para mejorar la coordinación de las juntas se crea la Junta Suprema Central, que tiene plena soberanía
sobre el resto. Se establece en Aranjuez, pero cuando las tropas francesas avanzan sobre el territorio
español se tienen que establecer en Sevilla, y finalmente, Cádiz. Aquí se disuelve, traspasando sus
poderes a una Regencia colectiva, que actúa en nombre de Fernando VII.
En la guerra participan españoles, portugueses e ingleses contra los franceses, pero en los primeros años
apenas hay coordinación militar. Destaca la acción de las guerrillas
Las tropas francesas van a ocupar casi toda la península cuando Napoleón dirige las tropas de refuerzo.
Este avanza hacia el interior y derrota a las tropas españolas en Somosierra, quedando libre el paso para
tomar Madrid.
Después, Napoleón avanza hacia Galicia, pero en Astorga le llega una noticia de que Austria está
formando una nueva coalición antifrancesa. Napoleón regresa a Francia y Soult prosigue la campaña.
A continuación, Soult avanza hacia el sur. La victoria de Wellington en Talavera, logra retrasar el avance
francés, pero la derrota española en Ocaña permite la conquista de la Meseta Sur por las tropas
francesas. Luego, los franceses se concentran en la ocupación de Portugal. Finalmente, Soult ocupa
Andalucía. La Junta Suprema se traslada a Cádiz, que resistirá a los franceses.
La resistencia se mantiene en las zonas rurales, donde se organiza un sistema de guerrillas, y en los sitios
de las ciudades, como los de Zaragoza y Gerona, que impiden que los franceses avancen. Ambos
sistemas hacen que el avance francés sea lento.
Napoleón retira parte de su ejército de España para iniciar la invasión de Rusia, lo que facilita la
contraofensiva anglo-española. El general Wellington avanza frente a las tropas francesas. La victoria de
Wellington en Arapiles (Salamanca) hace que los franceses se retiren de Madrid hacia el norte;
posteriormente, en Vitoria, son nuevamente derrotados; y finalmente en Irún, son vencidos en la batalla
de San Marcial. Napoleón firma con Fernando VII el Tratado de Valencay, por el que se produce la
retirada de las tropas francesas de España y la vuelta al trono de Fernando VII.
- Grave situación económica: Caída de las producciones agrarias y manufactureras, reducción del
comercio, elevado déficit del estado, agravado por la independencia de los territorios americanos.
- Los afrancesados: grupo minoritario formado por personas ilustradas y altos funcionarios,
aceptan las abdicaciones de Bayona y el acceso al trono de José Bonaparte, que podría
impulsar reformas necesarias. Aprueban el Estatuto de Bayona, defienden el orden y temen la
anarquía
- Los absolutistas: de origen social diverso -privilegiados y clases populares-, su programa político
se puede resumir en echar a los franceses de España, reponer al rey legítimo Fernando VII y
volver al Antiguo Régimen.
- Los liberales: burguesía y algunos miembros de la baja nobleza y clero, defienden la expulsión
de los franceses y el regreso de Fernando VII al trono, pero se oponen a los absolutistas. Su
doctrina política se basa en los derechos de los individuos y defensa de la soberanía nacional.
Hay un poder nuevo asumido por las Juntas y se necesita disponer de una Constitución.
La resistencia española rechaza la vía de los afrancesados e intenta transformar el país según las ideas
revolucionarias liberales. La guerra les ofrece una coyuntura favorable.
En Cádiz, la Junta Suprema Central se disuelve en 1810, transfiriendo el poder a una Regencia colectiva
de cinco personas, que tiene obligación de reunir Cortes para promulgar una Constitución. En Cádiz,
había un ambiente favorable para las reformas liberales, como principal puerto de la península era una
ciudad comercial y cosmopolita con una importante presencia de la burguesía liberal.
La importancia de las Cortes de Cádiz parte de su propia celebración y del deseo de la mayoría de los
diputados de diseñar un modelo de Estado liberal burgués. Dos circunstancias favorecen los intereses de
los liberales.
El ideario liberal es el mayoritario en las Cortes de Cádiz. Los diputados proclaman la soberanía nacional,
emprenden la realización de una Carta Magna (Constitución) y crean una legislación ordinaria, poniendo
fin al Antiguo Régimen.
Rasgos principales:
● Soberanía nacional: el poder del estado tiene su origen en la Nación. Se consideran ciudadanos
españoles a los habitantes de la península Ibérica y territorios americanos. La Nación ejerce su
soberanía a través de las Cortes, que representan los ciudadanos
● Establece una monarquía constitucional con división de poderes:
- Poder legislativo: Cortes unicamerales (aprueba leyes)
- Poder judicial, tribunales de justicia (vigila que se cumplan)
- Poder ejecutivo: el rey (gobierna), pero con importantes limitaciones: Nombra a los ministros,
pero deben ser refrendados por las Cortes, y sus decisiones tienen que ser validadas por el
ministro correspondiente; no puede disolver las Cortes y posee veto suspensivo durante dos
años, por el que puede paralizar la promulgación de las leyes.
● Derecho de voto a través de sufragio universal masculino e indirecto en cuarto grado: todos los
hombres mayores de 25 eligen a unos representantes; a su vez, estos elegirán a los de partido; estos, a
los de distrito; y estos últimos a los diputados de las Cortes.
● Igualdad de los ciudadanos ante la ley y los impuestos: fin de los privilegios de la nobleza y
clero.
- Durante la guerra de la Independencia, en territorios que no fueron dominados por las tropas
francesas.
- Reinado de Fernando VII, durante el Trienio Liberal
- Y minoría de edad de Isabel II, durante unos meses.
Es el principal símbolo del liberalismo español, además de ser una fuente de inspiración para los textos
constitucionales de diversos países europeos y de América Latina.
Definen el primer intento de revolución liberal burguesa en España a través de un conjunto de leyes
aprobadas por las Cortes, para poner fin al Antiguo Régimen y construir los cimientos de una nueva
sociedad y economía bajo los principios del liberalismo.
Dos grupos:
Decretos sociales:
Decretos económicos:
- Se eliminan los privilegios fiscales: toda la población está obligada a pagar impuestos, poniendo
fin a los privilegios de la nobleza y clero.
- Se toman medidas para el fomento de la agricultura y la ganadería: libre utilización de las
tierras y libertad de contratación. Se suprimen los privilegios de la Mesta.
- Se inicia la desamortización de los bienes de las Órdenes Militares, la Inquisición y los
afrancesados.
- Mercado libre: se introduce la libertad de trabajo, producción y comercio.
En Europa, las grandes potencias restauran el Antiguo Régimen (Restauración). Para mantener el
Antiguo Régimen y acabar con cualquier intento revolucionario se utilizan la represión en el interior y la
ayuda mutua internacional:
− Se forma la Santa Alianza, alianza de las potencias absolutistas, que defiende principios del
Antiguo Régimen.
− Se celebran congresos internacionales, en los que las potencias absolutistas deciden intervenir
en aquellos lugares donde surjan brotes revolucionarios.
El reinado de Fernando VII se puede dividir en tres grandes etapas: sexenio absolutista, trienio
constitucional y década ominosa.
Después de firmar el Tratado de Valencay, Fernando VII regresó a España. Se niega a seguir la ruta hacia
Madrid marcada por la regencia y en Zaragoza se desvía hacia Valencia. El rey es aclamado por la
población.
El general Elío da un golpe de Estado por el que Fernando VII declaró nula la Constitución de 1812 y toda
la obra de las Cortes de Cádiz. Se produce la detención y encarcelamiento o ejecución de los liberales
más destacados. Se restablece el Antiguo Régimen con el apoyo de la Iglesia, la nobleza, parte del
ejército y de las clases populares. También se restablece la Inquisición.
Se vivía una difícil situación económica y financiera, agravada por el inicio del proceso de independencia
de los territorios americanos:
− Destrucciones de la guerra: hay una disminución de la producción agraria por malas cosechas y
hambre.
− Situación financiera desastrosa: por la falta de capitales y la enorme deuda. El ministro de
Hacienda, Martin de Garay, plantea una reforma fiscal para aumentar los ingresos por la que
tendría que tributar toda la población. La oposición de la nobleza y clero impide que se lleve a
cabo.
En política, el problema más grave es el restablecimiento del régimen absolutista frente a los
levantamientos de los liberales, aunque también hay rebeliones por parte de los realistas más
intransigentes. El tema central es el enfrentamiento y lucha por el poder entre absolutistas y liberales.
El coronel Rafael del Riego se pronuncia en Cabezas de San Juan, donde proclama la constitución de
Cádiz en 1820. Su importancia histórica radica en ser la primera gran victoria de un pronunciamiento
liberal contra el absolutismo de Fernando VII, que se ve obligado a jurar la Constitución de 1812.
− La actitud del rey: veta leyes y pide a la Santa Alianza su intervención militar en España.
− División de los liberales en: Moderados o doceañistas, la burguesía, defienden un sistema
bicameral y sufragio restringido.
Exaltados, progresistas o veinteañistas, representan los intereses de las clases medias y
populares, defienden un sistema unicameral y sufragio universal masculino.
Las Cortes aprueban medidas que completan y desarrollan las de las Cortes de Cádiz, entre las que
destaca la eliminación definitiva de la Inquisición. El problema de Hacienda continúa agravándose.
El miedo de las potencias absolutistas europeas hace que tras el Congreso de Verona, la Santa Alianza
encargue a Francia el envío de un ejército a España, los CIEN MIL HIJOS DE SAN LUIS. Sus tropas llegan
con rapidez a Madrid sin encontrar resistencia, mientras las Cortes se trasladan a Cádiz, llevando
prisionero al rey, finalmente el asedio a Cádiz obliga a la rendición de los liberales y Fernando VII
recupera su poder absoluto.
Última etapa del reinado de Fernando VII (década ominosa), iniciada con la anulación de todos los actos
del gobierno constitucional. La represión llevada a cabo es más dura y Fernando VII no restablece la
Inquisición, pero dispone de los ‘’voluntarios realistas’’. También se crea la policía para mantener el
orden y la seguridad en las ciudades.
Pero la grave situación económica hace que Fernando VII se plantee la necesidad de llevar a cabo
reformas: se restablece el Consejo de ministros, se crea el Ministerio del Interior y se nombran algunos
ministros liberales, como López Ballesteros en Hacienda.
La presencia de liberales moderados no es aceptada por los grupos privilegiados, ni por los realistas más
radicales, ‘’los apostólicos’’, partidarios de Carlos María Isidro de Borbón. Estos últimos inician una
sublevación en Cataluña, la revuelta de los agraviados o ‘’malcontents’’. Los apostólicos darán origen al
partido carlista.
Se produce una nueva represión en 1831 contra los liberales: ejecuciones del general Torrijos, que
fracasa en un nuevo intento de pronunciamiento, o de la joven liberal malagueña Mariana Pineda,
ejecutada por bordar una bandera liberal.
En 1830 nace Isabel, primera hija de Fernando VII. Poco antes de su nacimiento el rey había decidido
publicar la Pragmática Sanción de 1789, por la que se anula la Ley Sálica.
En 1832, durante una grave enfermedad del rey, tienen lugar los ‘’sucesos de La Granja’’: el ministro
absolutista Calomarde consigue por la fuerza que Fernando VII anule la Pragmática, poniendo en vigor la
Ley Sálica. Pero, cuando se recupera el rey vuelve a retomar el poder e impone de nuevo la Pragmática
Sanción, quedando abolida definitivamente la ley Sálica y haciendo jurar a su hija Isabel como heredera
legítima. Además, nombra a su esposa MARÍA Cristina regente y gobernadora. Su hermano Carlos es
desheredado y desterrado.
Fernando VII muere en septiembre de 1833. Se inicia el reinado de su hija Isabel II bajo la regencia de
María Cristina. El reinado de Isabel comenzó con una guerra civil, las Guerras Carlistas, debido al apoyo
de los grupos más absolutistas a don Carlos.
Entre la población criolla, las ideas de emancipación respecto a la metrópoli toman cuerpo y se fraguan
los proyectos de independencia que tienen su origen en:
En plena Guerra de la Independencia, los criollos optan por no acatar la autoridad de José Bonaparte y
crean Juntas, quenasumen el poder en sus territorios y teóricamente se mantienen fieles a Fernando VII,
pero no reconocen la autoridad de la Junta Suprema Central.
− En el virreinato del Río de la Plata: José de San Martín proclama la independencia de Argentina.
− En el virreinato de Nueva Granada, en Venezuela: encontramos al otro gran líder de la
independencia, Simón Bolívar.
− En México: destacan los curas Hidalgo y Morelos.
Las Cortes de Cádiz son incapaces de intervenir frente al movimiento independentista. En 1814,
Fernando VII envía un ejército de 10.000 hombres que controla las zonas sublevadas, excepto las del
virreinato del Río de la Plata, donde Paraguay y Argentina consolidan su independencia. La total
intransigencia de Fernando VII estimula al movimiento libertador.
Después de la batalla de Ayacucho, las tropas españolas son derrotadas y se producen las
independencias de Perú y Bolivia. Se pone fin a la presencia española en América Continental.
Tras la muerte de Fernando VII en 1833, su hija Isabel se convierte en reina, ya que por la Pragmática
Sanción se había anulado la Ley Sálica. Carlos María isidro considera que la publicación de la Pragmática
Sanción es un atentado contra sus derechos dinásticos y los reclama en el Manifiesto de Abrantes. Así se
inicia una guerra no solo es dinástica, sino también civil. Los absolutistas apoyan a don Carlos y los
liberales buscan el apoyo de Isabel.
La Primera guerra Carlista se prolonga por las guerrillas carlistas y la crisis financiera del estado:
− 1ª Fase: los carlistas intentan crear un ejército a partir de las partidas guerrilleras. En Navarra y
País Vasco, el general Zumalacárregui domina parte del territorio rural e intenta conquistar las
capitales, pero muere cuando intenta conquistar Bilbao. Cabrera organiza guerrillas del
Maestrazgo y del sur de Aragón.
− 2ª Fase: se producen expediciones militares para extender el carlismo, como las de los
generales Gómez y Cabrera. Destaca la expedición de don Carlos a Madrid, que llega a las
afueras de la capital, pero decide no atacar por la falta de apoyos , por lo que regresa a Estella.
− 3ª Fase: se producen divisiones dentro del bando carlista, el general carlista Maroto y el
general liberal Espartero firman el ‘’Abrazo de Vergara’’ en el que se pacta la rendición carlista.
Estallan nuevas hostilidades por los apostólicos, pero el exilio de don Carlos es el fin del
conflicto en Navarra y País Vasco. Cabrera no acepta y resiste en El Maestrazgo hasta su
derrota en Morella.
Dura lo mismo que la Primera Guerra Carlista. La regente y el jefe de gobierno, Cea Bermúdez, frenan las
medidas liberales. Se realiza la división provincial de Javier de Burgos y España queda dividida en 50
provincias.
Pero con el estallido de la guerra carlista, la regente necesita el apoyo de los liberales y de los mandos
del ejército para defender el trono de su hija.
El liberal moderado Martínez de la Rosa sustituye a Cea Bermúdez en la jefatura del Gobierno y prepara
el Estatuto Real, que es una carta otorgada, al ser una concesión de la Corona. Se crean unas cortes
bicamerales:
El poder legislativo recae en la Corona y en las Cortes, pero éstas simplemente deliberan los asuntos que
les propone la Corona.
El Estatuto Real no contenta a la mayoría de los liberales, en especial a los progresistas, que quieren
conseguir mayores reformas y el ambiente se vuelve tenso.
El ejército está descontento por el retraso en la paga y falta de suministros, y en las ciudades aumenta la
tensión y se forma una opinión pública favorable al progresismo.
Se produce la Revolución del verano de 1835, con revueltas urbanas y un movimiento anticlerical, en el
que son asesinados sacerdotes, frailes... y asaltados los conventos, que coincide con una epidemia de
cólera. Surgen juntas revolucionarias que presionan a la regente, que nombra al progresista Mendizábal
jefe de Gobierno.
Mendizábal emprende reformas fundamentales, entre las que destacan los decretos de desamortización
de los bienes eclesiásticos de 1836, por los que se ordena la disolución de las órdenes religiosas que no
se dedican a la asistencia sanitaria ni a la educación, y la expropiación de sus bienes por parte del Estado
para ponerlos a la venta.
− Lograr dinero para armar a las tropas isabelinas, y solucionar la situación de Hacienda: se
recauda dinero y se recuperan títulos de deuda pública.
La oposición de la regente a las reformas obliga a Mendizábal a presentar dimisión, sustituyéndolo por
el moderado Istúriz. Las protestas vuelven a las ciudades, reaparecen las juntas revolucionarias y las
guarniciones de la Milicia Nacional se amotinan contra el gobierno de Istúriz.
En agosto de 1836 se produce el ‘’motín de los sargentos’’ en La Granja: la Guardia Real realiza un
pronunciamiento, exigiendo a la regente la vuelta de la Constitución de 1812 y un cambio de gobierno.
La regente accede y nombra jefe de gobierno al progresista Calatrava, quien va a proceder al
desmantelamiento del Antiguo Régimen.
Se elaboran una nueva constitución en 1837, que recoge el ideario liberal progresista:
-Soberanía nacional:
− División de poderes.
-Libertad religiosa.
Entre 1837-1840 se suceden gobiernos moderados que ralentizan el desarrollo de la política reformista,
pero los moderados no consiguen controlar los ayuntamientos. Se produce un enfrentamiento entre las
Cortes y los ayuntamientos controlados por los progresistas. Al mismo tiempo, Espartero derrota a los
Carlistas, poniendo fin a la I Guerra Carlista.
Los moderados y la regente intentan una reforma de la ley de Ayuntamientos, pero reaparecen
revueltas y juntas revolucionarias. La regente intenta llegar a un acuerdo con Espartero, que apoyaba a
las juntas, no lo consigue y renuncia a la Regencia en octubre de 1840.
− La división de los progresistas: entre los radicales, representantes de los sectores populares, y
el resto del partido, propietarios y clases medias urbanas.
− Intentos de pronunciamientos militares cercanos al Partido Moderado, como el de Diego de
León en Madrid.
− Estalló un conflicto en Barcelona, por el anuncio de la firma de un tratado de libre comercio con
el Reino Unido, que repercutiría negativamente en la industria textil catalana; se crea una junta
revolucionaria en la ciudad y Espartero ordena bombardear Barcelona.
− En 1843 se forma una coalición contra Espartero: estalla una insurrección generalizada por
amplios sectores del Partido Progresista.
− La insurrección triunfa por el apoyo del Partido Moderado, cuando el general Narváez encabeza
un pronunciamiento en Torrejón de Ardoz, Espartero dimite y se exilia en Londres. Las Cortes
deciden adelantar la mayoría de edad de Isabel II, proclamada reina el 8 de noviembre de 1843
con solo 13 años.
La monarquía de Isabel II tiene tres pilares básicos: la corona, el ejército y los partidos burgueses:
− La reina dispone del derecho de veto, de disolución de las Cortes y del nombramiento del jefe
del Gobierno. En la corte se forman las camarillas, que ejercerán una importante influencia sobre ella.
− Apoyo en las clases altas y oligarquía − Apoyo en las clases medias urbanas y
terrateniente. populares.
La vida parlamentaria está controlada por los dos grandes partidos burgueses: moderados y
progresistas. Los partidos políticos eran agrupaciones de personas influyentes y poderosas, lo que los
llevaba a la división interna y al enfrentamiento entre sus líderes, además estaban muy unidos a la
prensa afín, instrumento al servicio del partido.
El liberalismo doctrinario se sustenta en los principios de orden y autoridad, de este modo, los primeros
gobiernos moderados llevan a cabo una fuerte represión contra los progresistas, cuyos principales
líderes optan por exiliarse.
- Sistema bicameral: con un Senado nombrado por la Corona y un Congreso elegido por un
sufragio censitario muy restringido, que no llega ni a un 1% de la población.
- Se contemplan los derechos y libertades del ciudadano, aunque serán regulados por leyes
posteriores que tenderán a restringirlos.
- La religión oficial del Estado es la católica: el Estado mantiene al clero y el culto, y se prohíbe la
práctica de otras religiones.
Pretenden consolidar una estructura del nuevo Estado liberal bajo los principios del centralismo,
uniformidad y jerarquización.
- Se crea la guardia civil: cuerpo armado de carácter civil, pero con una estructura militar,con los
objetivos de defender y mantener el orden del medio rural.
- Alejandro Mon aprueba una reforma fiscal que establece los principios de igualdad y
proporcionalidad: se potencian los impuestos indirectos frente a los directos y se realiza un
presupuesto anual con los ingresos y gastos del Estado, que presenta un déficit crónico.
- Se aprueba la ley de Ayuntamientos: los alcaldes de las capitales de provincia y los municipios
mayores son nombrados por la Corona, y el gobernador civil designa a los alcaldes de los
municipios menores.
En 1851 se firma el Concordato entre el Estado y El Vaticano: el Estado paraliza la venta de los bienes
desamortizados, se compromete el sostenimiento económico del clero y se cede a la Iglesia el control de
la Enseñanza, la Iglesia acepta el régimen liberal y se aleja del carlismo.
2.2.3. La II Guerra Carlista, la fundación del Partido Demócrata y el gobierno de Bravo Murillo
Al fracasar el intento de matrimonio de Isabel II con don Carlos Luis, hijo de Carlos Mª Isidro, estalla la
Segunda Guerra Carlista, que se desarrolla en las comarcas rurales de Cataluña, Aragón, Valencia y
Toledo (llamada guerra “dels matiners” o madrugadores)..
En 1848 se produce la última oleada revolucionaria burguesa en Europa. En España, Narváez controla
cualquier tipo de movimiento y como consecuencia del fracaso revolucionario, el sector más a la
izquierda del Partido Progresista se separa y funda el Partido Demócrata, cuyas seña ideológica más
destacada es el sufragio universal masculino.
Desde enero de 1851 hasta diciembre de 1852, Juan Bravo Murillo preside el gobierno, además es
ministro de Hacienda. Sus objetivos son reducir el déficit público y modernizar la administración.
También intenta realizar una reforma de la Constitución, dando paso a un régimen autoritario, en el que
el gobierno podría aprobar las leyes por decreto. Esto provoca la desconfianza de la reina y muchas
críticas en su propio partido, por lo que dimite.
Le suceden gobiernos débiles, salpicados por casos de corrupción en grandes negocios, sobre todo con
la construcción del ferrocarril, que utilizan la represión. En 1854 se produce el pronunciamiento del
general O’Donnell en Vicálvaro contra el gobierno moderado Sartorius, poniendo fin a la década
moderada.
Sectores del propio Partido Moderado, desde el partido Progresista y del Partido Demócrata pedían un
cambio de gobierno:
- Los sectores críticos del Partido Moderado, los puritanos, desean el final de las camarillas de la
corte y de la corrupción. También quieren que el sistema sea más participativo.
- El Partido Progresista pide la ampliación del sufragio y mayores libertades.
- El Partido Demócrata y grupos republicanos minoritarios reclaman el sufragio universal
masculino y la soberanía popular.
El manifiesto, que tiene un respaldo popular masivo, da origen a la revolución de julio de 1854. El
gobierno del moderado Sartorius cae e Isabel II entrega el poder al progresista Espartero, con O’Donnell
como ministro de la Guerra. En otoño se convocan las elecciones y la coalición formada por el Partido
Progresista y los moderados de O’Donnell obtiene la mayoría.
Destacan:
- La constitución de 1856: de carácter progresista, que no llega a entrar en vigor.
- La desamortización de Madoz: afecta a los bienes de propios y comunales de los
ayuntamientos, expropiados por el Estado y puestos a la venta.
- La ley de Ferrocarril: establece medidas para favorecer la inversión de las compañías privadas
en el ferrocarril, como la reducción de aranceles a la importación de material ferroviario y
subvenciones estatales a las empresas que inviertan en su construcción.
- Ley de Sociedades Bancarias: se crean Sociedades Anónimas de Crédito; y la ley de Banca:
transforma el antiguo Banco de San Fernando en Banco de España, el único que puede emitir
moneda. A partir de estas leyes se desarrollará el sistema financiero y bancario moderno.
El aumento de las libertades y las malas condiciones de vida y trabajo hacen que aparezcan movimientos
de protesta: crisis agrícolas y de subsistencia y epidemias en las comarcas agrícolas y en la industria
textil catalana. En Barcelona hay una huelga general en 1855.
En 1856, O’Donnell funda la Unión liberal. Éste restaura la Constitución de 1845 con un Acta Adicional,
en la que se mantiene el jurado en los delitos de imprenta y obliga a que las Cortes estén abiertas cuatro
meses al año.
Le sustituye Narváez, que restaura todo el espíritu represivo de la década moderada, anulando el Acta
Adicional. La actuación represiva del gobierno de Narváez obliga a la reina a entregar el gobierno a
O’Donnell que gobierna entre 1858-1863. Es el gobierno largo de O’Donnell destaca:
El sistema político isabelino entra en quiebra en la década de 1860. Los enfrentamientos personales
entre O’Donnell y la reina provocan su caída, siendo sustituido por Narváez. Los Partidos Progresista,
Demócrata y Republicano, recurren a pronunciamientos para acceder al poder.
- Crisis financiera: afecta a las compañías ferroviarias, que habían realizado elevadas inversiones
en la construcción de ferrocarril, pero estas no resultan rentables. El valor de las acciones de las
empresas ferroviarias cae en la Bolsa y arrastra a los bancos que habían prestado dinero.
- La industria textil catalana entra en crisis: al encarecerse el precio del algodón comprado en
Estados Unidos durante la Guerra de Secesión se producen importantes pérdidas económicas
en las empresas y el paro aumenta.
- Al mismo tiempo, crisis agraria de subsistencia: la sequía provoca la caída de la producción y la
subida del precio de los alimentos. Esto hace que el descontento se extienda en las clases
populares, que padecen hambre y miseria.
Exiliados progresistas y demócratas firman el Pacto de Ostende (Bélgica) en 1866, en el que se acuerda
acabar con la monarquía de Isabel II y convocar una Asamblea Constituyente que, elegida a través del
sufragio universal masculino, defina la forma de gobierno. La Unión Liberal se une al Pacto de Ostende,
con el general Serrano, nuevo líder del partido tras la muerte de O’Donnell.
En el derrumbe definitivo del régimen isabelino influye el fallecimiento del general Narváez. En
septiembre de 1868 se produce la Revolución Gloriosa en la que es destronada la reina Isabel II.
El sistema político isabelino entra en quiebra en la década de 1860. Los gobiernos obsesionados con el
mantenimiento del orden, ejercen una fuerte represión. Los Partidos Progresista y Demócrata,
marginados del poder por la reina, recurren a la sublevación para poner fin a la propia monarquía
isabelina.
Más adelante, un sector del ejército intenta derribar su monarquía a través de pronunciamientos -el del
general progresista Prim en Villarejo de Salvanés y la sublevación de los sargentos del cuartel de San Gil
en Madrid-
En Bélgica, exiliados progresistas y demócratas firman el Pacto de Ostende, que contiene dos acuerdos:
acabar con la monarquía de Isabel II y convocar una Asamblea Constituyente que, elegida a través del
sufragio universal masculino, defina la forma de gobierno del país. En 1867, la Unión Liberal se une al
pacto con el general Serrano, nuevo líder del partido. En el derrumbe definitivo del régimen isabelino
influyó decisivamente el fallecimiento del líder del Partido Moderado, el general Narváez en 1868.
- Crisis financiera: por el desplome del valor de las acciones de las compañías ferroviarias en la
Bolsa, que arrastra a la banca.
- Crisis de la industria textil catalana: muy afectada por la subida del precio del algodón, que
provoca el cierre de muchas empresas y el aumento del paro.
- Crisis agraria y de subsistencia: por las malas cosechas y la subida del precio de los productos
de primera necesidad.
1.1.2. La Revolución de septiembre de 1868 y el destronamiento de Isabel II.
Al mismo tiempo se forman Juntas Revolucionarias en las principales ciudades con participación popular
y un carácter más radical, encabezadas por progresistas más radicales, demócratas y republicanos que
piden: el sufragio universal masculino, la abolición de las quintas y consumos, y el mejor reparto de
tierras. Estas juntas cuentan con grupos armados de voluntarios, los ‘’Voluntarios de la Libertad’’.
Serrano entra en Madrid y su Junta Provincial le otorga plenos poderes para que forme un gobierno. La
disolución de la Junta de Madrid le sirve de pretexto para decretar la disolución de las restantes, lo que
provoca enfrentamientos con algunas de ellas que tendrán que ser disueltas por la fuerza.
El gobierno provisional está integrado por progresistas, unionistas y demócratas. Entre sus medidas más
importantes destacan: El reconocimiento del sufragio universal masculino, las libertades de imprenta,
reunión y asociación, y la supresión del impuesto de consumos. Las quintas no se llegaron a abolir al
estallar en Cuba un levantamiento en favor de su independencia.
La política económica del nuevo ministro de Hacienda, Laureano Figuerola, favorece los intereses de la
burguesía:
- La ley de Minas: con la venta o arrendamiento de las minas del Estado a compañías privadas.
Las minas más rentables acabarán en manos de empresas extranjeras.
- La ley de Bases Arancelarias -Arancel Figuerola-: rebaja los aranceles a los productos de
importación. Esto perjudica los intereses de la burguesía industrial catalana, partidaria del
proteccionismo.
- Por último, la peseta como nueva moneda oficial de España.
Las elecciones de enero de 1869 se celebran a través del sufragio universal masculino:
Las nuevas Cortes elaboran una Constitución, la de 1869, primera constitución democrática:
- Soberanía nacional.
- Monarquía democrática.
- Separación de poderes: el legislativo mantiene su estructura bicameral y queda reforzado
frente al ejecutivo. El monarca reina, pero no gobierna. El poder judicial recae en tribunales
independientes, donde se introduce el jurado.
- Sufragio universal masculino para elegir a los representantes de las Cortes.
- Se reconoce una amplia declaración de derechos y libertades, tanto individuales como
colectivas.
- La libertad religiosa, aunque no se llega a decretar la total separación entre Iglesia y Estado,
que se sigue encargando del sostenimiento económico del clero y culto.
Serrano es nombrado regente, mientras que Prim se convierte en jefe de gobierno. Pronto se van a
producir enfrentamientos dentro de la coalición de gobierno por temas como la obligación que tiene el
clero de jurar la Constitución o el matrimonio civil. Esto provoca el descontento de la Iglesia y de las
clases altas.
El déficit de Hacienda limita la capacidad de respuesta del gobierno a los principales problemas. Su falta
de solución provoca un malestar social de las clases populares. Las malas cosechas, el hambre y el
desigual reparto de la propiedad provocan la aparición de motines campesinos que piden un mejor
reparto de las tierras. En las ciudades, hacen que se desarrolle el movimiento obrero. El incremento de
las libertades hace que las ideas de la Primera Internacional lleguen a España y se difundan las ideas
socialistas y anarquistas.
A su vez, los carlistas reclaman los derechos al trono de su pretendiente Carlos VII, su futura
insurrección dará origen a la III guerra Carlista.
Nada más desembarcar en España, Amadeo recibe la noticia del fallecimiento del general Prim que
había sufrido un atentado terrorista. Era el hombre fuerte del régimen y el principal apoyo con el que
contaba el nuevo monarca. Amadeo de Saboya muestra su buena voluntad y el respeto a las normas
democráticas, pero, su inexperiencia política, el desconocimiento de España y el escaso apoyo
dificultará su reinado.
Amadeo I nombra al general Serrano jefe de gobierno, formado por una coalición de progresistas y
unionistas. Aparecen pronto discrepancias dentro del Partido Progresista, provocando su ruptura en dos
grupos: El partido Constitucionalista de Sagasta, representará a los sectores más moderados y el Partido
Radical de Ruiz Zorrilla.
Los gobiernos no disponen de mayoría en las Cortes y aparece una gran inestabilidad política. A esto hay
que unir el retraimiento de las clases altas, Iglesia y Ejército, que con el apoyo al Partido Alfonsino
tienen como objetivo dejar que caiga la monarquía de Amadeo y poder restaurar la borbónica.
- La III guerra Carlista: se forman partidas guerrilleras que avanzan desde Teruel hacia el interior
de Valencia, Cuenca y Albacete. Carlos VII se traslada a Navarra y establece su corte en Estella.
- La guerra en Cuba: se agrava por el apoyo de Estados Unidos a los sublevados.
La dimisión del ministro de Guerra, Ruíz Zorrilla, enfrentado a los altos mandos militares de Artillería,
produce una crisis de gobierno. Amadeo de Saboya propone un nuevo gobierno de coalición entre
Serrano y Zorrilla. La negativa de este último precipita la abdicación de Amadeo de Saboya el 11 de
febrero de 1873
La República es recibida con entusiasmo por las clases populares,que crearon Juntas Revolucionarias en
muchas localidades. El nuevo gobierno republicano, presidido por Estanislao Figueras, ordena la
disolución de las Juntas Revolucionarias y convoca elecciones. En las elecciones de mayo de 1873
triunfan los republicanos federalistas con una amplia mayoría de votos, aunque la abstención supera el
60%. Francisco Pi i Margall, líder federalista, se convierte en el nuevo presidente de la República.
Las Cortes redactan un proyecto de Constitución, que nunca llegara a entrar en vigor por el estallido del
movimiento cantonalista:
Los sectores más intransigentes del republicanismo federalista, influidos por las ideas anarquistas
de la Primera Internacional, no están de acuerdo con el modo de llevar a cabo la configuración del
Estado Federal. Su objetivo sería construir un Estado Federal desde ‘’abajo’’ hacia ‘’arriba’’: con
cantones independientes a partir de los municipios, para asociarse con otros y constituir las
regiones, éstas, podrían asociarse a través de pactos para formar la nación que podría asociarse con
otras naciones.
El general Serrano cuenta con el apoyo de antiguos unionistas y progresistas. Serrano mantiene
disueltas las Cortes, gobierna por decreto y ejerce una represión contra las asociaciones obreras y
los republicanos federalistas que son ilegalizados. Su objetivo sería consolidar un régimen
republicano de carácter conservador, pero las clases altas, la Iglesia y el Ejército, apoyan al Partido
Alfonsino de Cánovas del Castillo, que quiere la Restauración borbónica.
El general Martínez Campos proclama en Sagunto a Alfonso XII rey de España, así finaliza el Sexenio
democrático y se inicia la restauración borbónica.
La productividad es baja, debido al atraso técnico. Faltan inversiones en las grandes explotaciones
por falta de iniciativa de los grandes propietarios y en las pequeñas explotaciones por falta de
recursos. Las tierras se explotan mediante arrendatarios y jornaleros (amenazados de ruina o
miseria por el paro estacional, provocan fuertes tensiones sociales).
En la segunda mitad del S.XIX, la mejora de los transportes hace que la agricultura se especialice:
- Los cereales ocupan la mayor extensión de las tierras cultivadas. Sus producciones van
destinadas al mercado interior. A finales del siglo se consolidan gracias al arancel de 1891.
- El vino, principal producto de las exportaciones españolas, sus producciones se multiplican por
la plaga de filoxera que afectó a los viñedos franceses. Los viticultores españoles abastecen al
mercado francés, pero la filoxera llega a España y destruye nuestras cepas.
- Las producciones de aceite de oliva se destinan a la exportación.
- Los cítricos son el único cultivo en los que se produce una intensificación de las explotaciones,
sus producciones están destinadas a la exportación.
- Las producciones de maíz y patata, para el autoconsumo familiar, destacan en las regiones
húmedas del norte.
Respecto a la ganadería, el ovino continúa siendo el más importante, aunque se reduce por la
abolición de la Mesta. El incremento de la demanda de carne en las ciudades aumenta el porcino y
bovino, también el equino, utilizado para el transporte y el campo.
- Existencia de una agricultura atrasada y poco rentable, los campesinos tienen bajo poder
adquisitivo.
- Falta de un mercado interior, debido al mal estado de la red de transportes.
- La falta de capitales y de inversiones, los que tienen dinero prefieren invertir en negocios con
fines especulativos.
- El atraso tecnológico obliga a importar la maquinaria y las técnicas desde países más
avanzados.
- La inestabilidad política impide el desarrollo de una política económica que favorezca la
industrialización.
Es la primera que se mecaniza y produce en fábricas. Existe tradición artesanal en Cataluña, pero
sufre con las destrucciones de la guerra de la Independencia y la pérdida de las colonias americanas.
En los años treinta comienza su despegue con capitales autóctonos de los cultivadores de vid y de
las propias artesanías textiles.
Su gran desarrollo se produce en los años centrales del siglo con la introducción de máquinas
inglesas y la importación de algodón de Estados Unidos. La modernización produce cambios en la
localización de las industrias, las primeras fábricas, que precisan de energía hidráulica, están
próximas a los ríos, pero a partir del uso del vapor se instalan en la costa, donde es más fácil la
importación del carbón y algodón.
La producción en masa facilita la bajada de sus precios. Las producciones se destinan al mercado
interior y últimas colonias.
La guerra de Secesión en Estados Unidos hace que el precio del algodón se incremente y sufra una
grave crisis, aunque se desarrolla la industria de la lana. La protección arancelaria, a partir de la
aprobación del Arancel de 1891, pone a salvo a la industria textil de la competencia inglesa, lo que
permite destinar sus producciones al mercado nacional. También se dirigen a Cuba y Puerto Rico,
cuya pérdida en 1898 supone otro duro golpe.
Para ésta se requiere, además de carbón y hierro, una demanda de productos siderúrgicos.
El primer alto horno que se instala está en la provincia de Málaga, donde se aprovechan las minas
de hierro locales y se utiliza carbón vegetal, su actividad entra en declive debido a la ausencia de
carbón mineral. A partir de esto se desarrolla en Asturias la producción siderúrgica, gracias a la
abundancia del carbón mineral.
En las dos últimas décadas del siglo XIX se produce un desarrollo de la industria siderúrgica vasca,
por la exportación de hierro a Inglaterra y la importación de carbón inglés a través de la ría de
Bilbao. Las compañías son británicas con participación de los propietarios de minas vascas. Esto
posibilita la acumulación de capitales en manos de empresarios vascos que fundan varias empresas,
también se desarrollan otros sectores, como la maquinaria y construcción naval.
En el resto de España, la industria apenas tiene presencia. Citar la aparición de industrias de bienes
de consumo y de la construcción en Madrid, e industrias de transformados agrícolas en las
principales ciudades de las regiones agrarias. Las explotaciones mineras, en manos de compañías
extranjeras, tampoco dan origen a una industria, al exportarse al extranjero la mayoría de los
minerales extraídos.
España tenía una deficiente red de transportes a mediados de siglo por la falta de carreteras en
buen estado y de canales de navegación. Se pretendía hacer como en Reino Unido, que había
construido una red de ferrocarriles que estimulaba su economía, al facilitar intercambios
comerciales y potenciar la industria siderúrgica.
La construcción del ferrocarril en España es cara por las dificultades orográficas. Las primeras líneas
son Barcelona- Mataró y Madrid- Aranjuez. La debilidad económica del Estado hace que sean
empresas privadas las que construyan el ferrocarril.
A partir del bienio progresista se acelera su construcción gracias a la ley General de Ferrocarriles de
1855, por la que el Estado ofrece subvenciones a las empresas interesadas en su construcción y da
facilidades a la importación de materiales ferroviarios desde el extranjero. Diversas empresas
extranjeras, aristócratas y banqueros españoles invierten en la construcción de líneas. El Estado
realiza las concesiones a estas sociedades, que se encargan de la construcción de las líneas férreas y
de su explotación.
La escasa rentabilidad de algunas líneas hace que muchas empresas tengan pérdidas,
produciéndose una crisis financiera por la caída del valor de las acciones en la bolsa, que arrastrará
a la banca.
La red construida tiene dos peculiaridades:
- Estructura radial: pretendía unir Madrid con las principales ciudades de la costa y fronteras.
- Posee un ancho de vía mayor que el internacional por criterios técnicos: al ser la orografía muy
montañosa, se debían hacer carriles más anchos para locomotoras de mayor potencia y los
vagones gozasen de mayor estabilidad.
Desaparece la antigua sociedad estamental del Antiguo Régimen, que se definía por privilegios de la
nobleza y clero y por su carácter cerrado. Este modelo de sociedad va a ir desapareciendo durante
el siglo XIX, ante la irrupción de la sociedad de clases en la que la riqueza es el principal criterio de
diferenciación social y es posible el ascenso social.
La nobleza pierde sus privilegios, pero mantiene su poder económico, social y político, además
conservan sus antiguas posesiones, convertidas en propiedad privada. La nobleza y burguesía se
convierten en nuevos propietarios agrarios, formándose una aristocracia terrateniente. El
desarrollo capitalista permite a la nobleza unirse a la burguesía de negocios: banca, especulación
inmobiliaria, construcción del ferrocarril… Algunos hombres de negocios catalanes y vascos
constituyen la escasa burguesía industrial que hay en España. A la aristocracia se le unen los altos
mandos del Ejército, los altos cargos políticos y profesionales.
Todos ellos forman la oligarquía que posee el poder. Sus formas de vida se caracterizan por el lujo y
la ostentación, apoyan al Partido Moderado en la monarquía de Isabel II o al Partido Conservador
en la Restauración
La Iglesia, que mostraba sus simpatías por el carlismo, acabará ofreciendo su apoyo al Partido
Moderado y al Conservador en la Restauración.
Son un grupo minoritario, integrado por la pequeña burguesía de negocios de tipo familiar,
funcionarios, oficiales del Ejército, periodistas, intelectuales… En el medio rural destacan los
medianos propietarios y los arrendatarios. Sus condiciones de vida son relativamente buenas y
apoyan al Partido Progresista, luego al Liberal en la Restauración, posteriormente al Partido
Demócrata y a los republicanos.
Los campesinos, que son el grupo más numeroso en España, sufren unas condiciones de vida y de
trabajo muy duras. En los jornaleros de la mitad sur empeoran sus condiciones, ya que tienen que
trabajar las tierras de los nuevos propietarios a cambio de reducidos jornales, sufren largas
temporadas de paro estacional y no pueden disfrutar de las tierras de los ayuntamientos, que les
ayudaban a subsistir, afectadas por la Desamortización de Madoz. Estos reclaman un mejor reparto
de las tierras y son protagonistas de revueltas campesinas por la influencia de las ideas anarquistas.
Mejor situación tienen los arrendatarios y los pequeños propietarios de la mitad norte, pero
también se ven afectados por la carestía en los años con crisis de subsistencia.
El proletariado urbano está formado por trabajadores de la industria, son antiguos artesanos
arruinados y campesinos que han emigrado a la ciudad. El proletariado es un grupo poco numeroso
en España, aunque en constante crecimiento. Será especialmente numeroso en Barcelona, Madrid y
núcleos siderúrgicos vasco y asturiano. Su situación es terrible, vive en barrios de barracas y
chabolas. En las viviendas se hacinan familias enteras, focos seguros de enfermedades infecciosas
(tuberculosis). Quienes tienen trabajo se someten a jornadas de 12 a 14 horas, con un trabajo
monótono con ruidos estridentes y continuos, y pésimas condiciones higiénicas y sanitarias.
Trabajan hombres, mujeres y niños, aunque la mayor parte de las mujeres trabajaban en el servicio
doméstico. Los salarios son muy bajos. El analfabetismo y el alcoholismo y las enfermedades
venéreas son inevitables.
El movimiento obrero presenta una baja actividad en España por la escasa industrialización. En los
años 20 y 30 aparecen algunos movimientos de destrucción de maquinaria, el ludismo. Los
episodios más conocidos son la destrucción de telares en Alcoy y el incendio de la fábrica de
Bonaplata en Barcelona.
En las décadas de los años 40 aparecen los primeros atisbos de organización obrera:
- Sociedades obreras con fines benéficos o ayuda mutua: pretender mejorar los salarios, pero los
gobiernos moderados lo prohíben y pasan a la clandestinidad.
Tras la revolución de 1848, comienzan a relacionarse las reivindicaciones obreras con las ideas
demócratas y republicanas. El movimiento obrero se politiza, y pasa a apoyar al Partido Demócrata
y a los partidos republicanos que incorporan algunas reivindicaciones obreras en sus programas.
- Giuseppe Fanelli, miento de la AIT enviado por el líder anarquista ruso Bakunin, tiene el
objetivo de organizar la sección española de la Internacional sobre las tesis anarquistas. El
anarquismo tendrá un desarrollo entre los obreros de la industria textil catalana y los jornaleros
de la mitad sur de España.
- El dirigente socialista de la Internacional Paul Lafargue difunde ideas socialistas entre los
trabajadores de las imprentas de Madrid, que fundan el PSOE en 1879. El socialismo se
extiende en Madrid y en las zonas mineras e industriales del País Vasco y Asturias.
8. EL RÉGIMEN DE LA RESTAURACIÓN.
La mayoría de la población buscaba el restablecimiento del orden. La causa Alfonsina iba ganando
apoyos entre los militares, la Iglesia, los grandes propietarios, la burguesía de negocios e industrial y
amplios sectores de las clases medias. Las clases populares estaban decepcionadas por las reformas
que no se habían llevado a cabo para mejorar sus condiciones de vida, a la vez que fueron
ilegalizadas las organizaciones republicanas federalistas y obreras en el gobierno del general
Serrano.
Antonio Cánovas del Castillo, principal artífice de la Restauración, diseña un nuevo régimen político,
el sistema canovista, que perdurará entre el último cuarto del siglo XIX y el primero del XX.
El príncipe Alfonso firma el Manifiesto de Sandhurst que le había presentado el propio Cánovas del
Castillo, en él, el futuro rey se compromete a establecer una monarquía constitucional de ideología
liberal conservadora y católica, en la que se incorporarán algunas libertades del Sexenio.
La idea de Cánovas del Castillo era llevar a cabo la Restauración de forma pacífica, pero algunos
militares monárquicos se le adelantaron a través del pronunciamiento general Martínez Campos en
Sagunto. El pronunciamiento no es del agrado de Cánovas del Castillo, pero forma un gabinete de
regencia y comunica a Alfonso XII su proclamación como nuevo rey de España, que se traslada a
Madrid en enero de 1875.
El sistema político diseñado por Cánovas del Castillo tiene como modelo la monarquía
parlamentaria británica: la Corona, las Cortes, la Constitución 1876 y los dos grandes partidos
forman ‘’cuatro pilares del sistema canovista’’:
▪ El Partido Conservador, liderado por Cánovas del Castillo, está formado por los antiguos
moderados, la Unión Liberal y católicos tradicionalistas del carlismo. Políticamente se sitúa
en la derecha bajo los principios del orden y autoridad.
▪ El Partido Liberal, liderado por Sagasta, integra a los antiguos progresistas y demócratas.
Políticamente se sitúa en el centro-izquierda, con un carácter reformista.
El Ejército tiene como principal función la defensa de la Nación. El monarca es la máxima autoridad
del Ejército, aunque goza de autonomía para la organización de sus asuntos internos, por lo que las
intervenciones militares a través de pronunciamientos desaparecerán, favoreciendo la estabilidad
política.
Se celebran elecciones a Cortes Constituyentes en 1876 a través del sufragio universal masculino.
Una comisión de las Cortes redacta un proyecto de Constitución que es aprobado por las Cortes.
La Constitución tiene un carácter ambiguo y ecléctico para que sea aceptada y aplicada por los dos
grandes partidos. Se mezclan los principios del liberalismo doctrinario de la Constitución de 1845,
con amplia declaración de derechos y libertades de la Constitución de 1869. Es la que más tiempo
ha estado en vigor en España.
- Soberanía compartida: el poder legislativo recae en las Cortes y el rey, estableciéndose una
monarquía parlamentaria.
- Las Cortes son bicamerales: el Congreso es elegido por el sufragio que marque la ley, mientras
que el senado tiene tres tipos de senadores: de designación real, de derecho propio y los
elegidos por el sufragio censitario de los ciudadanos.
- El poder ejecutivo lo ejerce la Corona a través de los ministros: el rey puede nombrar ministros
y disolver las Cortes.
- Amplia declaración de derechos y libertades, aunque pueden ser regulados por leyes
posteriores.
- Un estado unitario y centralizado: con la unidad de leyes y códigos para todo el país, al quedar
suprimidos los fueros vasco-navarros, además del control de los ayuntamientos por el gobierno
central.
- La religión del Estado es católica, pero se tolera la práctica de otras en privado. El estado
mantiene económicamente la Iglesia.
El acuerdo entre los dos grandes partidos para turnarse el poder se producía cuando el partido se
encontraba desgastado o consideraban un relevo en el poder. El jefe de Gobierno presentaba su
dimisión y el rey nombra nuevo jefe de Gobierno al líder del partido de la oposición. Este último
pedía al rey la disolución de las Cortes y la convocatoria de nuevas elecciones.
Los resultados electorales deseados se conseguían a través del ministro de Gobernación, que daba
órdenes a los gobernadores provinciales para que elaboren el encasillado, el listado de diputados
que tenían que ser elegidos en cada provincia.
A continuación, se transmitían las órdenes a las autoridades locales que, a través de una extensa
red de caciques, influyen en el voto de la población.
Los caciques actuaban por medio de los favores que otorgaban a los ciudadanos, al tener el poder
social y económico y político de su localidad. Si el sistema en algún momento fallaba se recurre a las
amenazas o al pucherazo.
El sistema político que se impone trae una gran estabilidad, pero es un sistema corrupto y
antidemocrático.
El partido Conservador estuvo en el poder con Cánovas del Castillo en los primeros años de la
Restauración. Bajo su gobierno se pone fin a dos conflictos: la III guerra Carlista y la guerra de Cuba.
- El ejército carlista es derrotado, lo que obliga a Carlos VII a exiliarse en Francia. El final del
conflicto trae como consecuencia la eliminación del régimen foral vasco-navarro, por un lado,
los jóvenes tienen que hacer el servicio militar, por otro, se establecen los conciertos
económicos vasco-navarros, por los que estos territorios se encargan de recaudar los
impuestos, pero tienen que realizar unas aportaciones económicas al Estado
- La guerra de Cuba, la llamada guerra de los Diez años, finaliza con la Paz de Zanjón, pero el
problema no se soluciona.
También se aprueban leyes de carácter restrictivo: ley electoral de 1876, que reintroduce el sufragio
censitario masculino, ley de imprenta con censura, y el control de los ayuntamientos, educación…
Más adelante se inicia el turno al acceder al poder el Partido Liberal de Sagasta. Bajo su gobierno se
amplían el sufragio y las libertades de expresión y educación, también se crea la comisión de
Reformas Sociales, que estudia las condiciones de vida de las clases trabajadoras.
En 1885 muere Alfonso XII y se hace cargo de la regencia su esposa, María Cristina de Habsburgo-
Lorena, que esperaba un hijo (Alfonso XIII).
Ante esta situación, Cánovas del Castillo dimite y Sagasta se hace cargo del gobierno. Se firma entre
ambos liberes el ‘’Pacto del Pardo’’, en el que se acuerdan las ‘’reglas’’ de la alternancia entre los
dos grandes partidos.
Durante el ‘’Parlamento Largo’’ de Sagasta se aprueban importantes leyes por las que se
desarrollan las libertades y se establece el sufragio universal masculino (1890).
- Los antidinásticos
- El nacionalismo
- El movimiento obrero.
2.1.1 Republicanos.
La falta de unidad y fracaso de la Primera República hacen que tengan escaso apoyo electoral, pero
cuentan con una pequeña representación en las Cortes que se irá incrementando, especialmente en
las grandes ciudades donde tienen apoyo de las clases medias.
2.1.2 Carlistas.
- Los integristas, partidarios de mantener el viejo programa carlista, siguen a Cándido Nocedal y
tienen sus principales apoyos en Navarra y Álava.
- El resto acaba integrándose en el Partido Conservador a través de la Unión Católica.
En la segunda mitad del siglo XIX se desarrollan los movimientos nacionalistas en Europa, así se
unifican Italia y Alemania, pero surgen conflictos entre los pueblos que luchan por su
independencia.
También está unido al desarrollo industrial, porque la burguesía catalana defiende la política
comercial proteccionista, para proteger los intereses de la industria textil catalana. Durante el
Sexenio Demócratico, el librecambismo hace que la burguesía catalana se aleje del gobierno
central.
Frente al republicanismo federalista, surge la Unió Catalanista fundada por Prat de la Riva, que
cuenta con el apoyo de intelectuales, clases medias conservadoras y la Iglesia. La Unió Catalanista
aprueba las Bases de Manresa, una propuesta del sistema federal, en el que Cataluña tenga un
autogobierno con leyes e instituciones propias.
Después del desastre de 1898 se adhiere la burguesía descontenta con el gobierno central, por la
pérdida de las últimas colonias que afectará a la industria textil catalana. Prat de la Riva y Cambó
fundan la Lliga Regionalista de Catalunya, partido burgués, conservador y nacionalista, que a
principios del siglo XX se convierte en el partido con más votos y diputados de Cataluña.
En el País Vasco también hay una lengua y unas costumbres muy antiguas en el medio rural, a la vez
que se desarrolla la industria en Vizcaya. La base del nacionalismo vasco está en el descontento de
la población por la abolición del régimen foral y la intensa labor de Arana.
Después de la derrota carlista se suprimen los fueros vasco-navarros: los jóvenes tienen que realizar
servicio militar, también se firman conciertos económicos vasco-navarros. El movimiento
nacionalista surge en la decadencia del carlismo, con la intención de recuperar los fueros.
Arana funda el PNV, propone la creación de un estado vasco independiente, junto a Navarra y las
provincias vasco-francesas, llamado Euskalherría para la que se diseña una bandera (la ikurriña).
Hace planteamientos anti españolistas, racistas y ultracatólicos. Pero para ganar apoyos Arana
suaviza sus posturas, renunciando al separatismo.
En Galicia, Valencia y Andalucía aparecen movimientos regionalistas de forma tardía y con escaso
apoyo social, debido al atraso económico de estas regiones y a la falta de una burguesía fuerte.
Surge en Galicia el movimiento cultural y literario O Rexurdimento, que utiliza la lengua gallega y
realiza planteamientos políticos: se critica el centralismo del Estado y el atraso económico de
Galicia. Destaca Rosalía de Castro.
2.3.1. El anarquismo.
La ideología anarquista se basa en el rechazo a cualquier forma de autoridad, con la eliminación del
Estado, los ejércitos y la religión: y la supresión de la propiedad privada, sustituida por comunidades
libres, donde todo es colectivo.
Las ideas anarquistas serán difundidas en España por el italiano Fanelli, discípulo de Bakunin. Más
adelante se crea la Federación Regional Española dentro de la AIT. Con la restauración es declarada
ilegal. El anarquismo se dividen en:
La represión del gobierno a través de los Procesos de Montjuic, en los que varios terroristas
anarquistas son condenados a muerte, tiene como respuesta el asesinato de Cánovas por el
terrorista italiano Angiolillo.
El socialismo marxista tiene como objetivos la destrucción del capitalismo, con la sustitución de la
propiedad privada por la colectiva, y formación de una sociedad sin clases. Para conseguirlo,
defiende la participación en política a través de una revolución obrera, en la que se establezca una
dictadura del proletariado.
Las ideas socialistas son divulgadas en España por Lafargue, yerno de Marx, que encuentra su
primer centro de difusión entre trabajadores madrileños de imprenta. En 1879 se funda el PSOE y
en 1888 el sindicato UGT. El tipógrafo Pablo Iglesias asume el liderazgo de ambas formaciones que
actuarán en la clandestinidad hasta 1890.
En los años 90 del S.XIX, el PSOE es una organización a nivel nacional que celebra congresos y en
1890 celebra el 1º mayo, con manifestaciones para reivindicar la jornada laboral de 8 horas. Desde
entonces presenta candidatos a las elecciones, en las que tiene apoyos entre los obreros de Madrid,
los mineros y los obreros de País Vasco y Asturias.
Ante la preocupación en la Iglesia por las condiciones de vida de los trabajadores y el auge del
anarquismo y socialismo se crean asociaciones obreras de carácter católico, aunque tienen escaso
arraigo. Estas organizaciones tienen un carácter corporativo y mixto, porque en ellas participan los
patronos. Destaca la actividad del padre Vicent, fundador de los círculos obreros católicos, y del
marqués de Comillas.
La Guerra de los Diez años es una revuelta de carácter anticolonial contra la metrópoli, por diversos
motivos:
El conflicto se inicia con ‘’El Grito de Yara’’, a través del Manifiesto de Céspedes, que denuncia la
opresión económica y la necesidad de abolir el régimen esclavista. El general Martínez Campos
consigue la paz a través de la firma de la paz de Zanjón: la población cubana ve mejorada la
situación y los prisioneros son amnistiados, pero al año siguiente estalla la Guerra Chiquita.
Cuba es la colonia más rica de España, un mercado reservado a los productos españoles en régimen
de monopolio, lo que perjudica a los productores cubanos. Además, la política comercial
proteccionista dificulta el comercio de Cuba con EEUU, después de la aprobación del Arancel de
1891 por el gobierno de Cánovas. EEUU es ya el principal mercado para las producciones cubanas.
Surgen tensiones políticas:
- El Partido Unión Constitucional, formado por los grandes propietarios españoles, se niega a la
autonomía y es partidario del proteccionismo comercial.
- El Partido Autonomista, integrado por criollos ricos y clases medias cubanas defiende la
autonomía de la isla y la rebaja de los aranceles comerciales. Pero es rechazado el proyecto de
autonomía presentado por el Partido Liberal y el Arancel de 1891 perjudica los intereses de los
productores cubanos.
- José Martí funda el Partido Revolucionario Cubano, que pide la independencia y extiende su
influencia entre criollos, las clases medias y populares isleñas.
La guerra se inicia con el ‘’Grito de Baire’’, en el que Martí y Máximo Gómez redactan el Manifiesto
de Montecristi.
Sagasta presenta su dimisión y el conservador Cánovas vuelve a la jefatura de gobierno. Éste envía
un ejército a Cuba, al mando del general Campos. El ejército fracasa, porque las guerrillas cubanas
están apoyadas por la población civil y reciben ayudas de EEUU. Además los soldados españoles se
infectan de enfermedades tropicales.
Martínez Campos es sustituido por Weyler, partidario de la guerra total. Recurre a medidas
impopulares, como la reclusión de la población cubana en aldeas fortificadas, las ‘’trochas’’, campos
de concentración con duras condiciones. Su actuación provoca protestas internacionales, en
especial en EEUU, donde la prensa sensacionalista levanta a la opinión pública en contra de España.
El presidente McKinley propone la compra de la isla, pero el gobierno español la rechaza.
Después del asesinato de Cánovas del Castillo, Sagasta destituye a Weyler y concede la autonomía a
Cuba, pero es demasiado tarde.
En las islas Filipinas, también surgen sentimientos nacionalistas de emancipación. Destacan la Liga
Filipina y la organización secreta ‘’Katipunan’’. La insurrección estalla y Sagasta envía al general
Polavieja, que ejecuta al líder de la liga filipina, José Rizal, pero firma la paz con los sublevados.
El pretexto para declarar la guerra a España es la explosión del acorazado estadounidense Maine.
Las causas se desconocen, probablemente se trató de un accidente fortuito. La comisión
estadounidense señala que se había producido por la explosión de una mina colocada por fuerzas
españolas.
La opinión pública de EEUU clama por la guerra, debido a la campaña antiespañola de los periódicos
sensacionalistas. La mayoría de la población española también está a favor de la guerra, movilizada
por una prensa muy patriótica y belicista. Los militares y políticos saben que les espera una derrota
segura, pero el abandono de las colonias pondría en peligro a la monarquía, solo los republicanos y
socialistas no apoyan la guerra y votan en contra.
McKinley propone la compra de la isla que de nuevo es rechazada. EEUU envía un ultimátum en el
que exige la renuncia española a Cuba y, ante la falta de respuesta, declara la guerra a España.
España, que firma el armisticio, debe evacuar Cuba y Puerto Rico, y se ve obligada a aceptar las
duras condiciones de EEUU con firma el Tratado de París, es el fin del imperio español:
- España pierde Cuba, declarada independiente, aunque queda bajo la protección provisional de
EEUU.
- España cede a EEUU, Puerto Rico, la isla de Guam y Filipinas a cambio de 20 millones de
dólares.
A España le quedan los archipiélagos de las Marianas, Carolinas y Palaos, vendidos a Alemania en
1899.
Consecuencias demográficas:
- Costó la vida a unos 200.000 soldados, pertenecientes a las clases populares, reclutados por el
injusto sistema de quintas. Entre los repatriados hay mutilados y enfermos a los que nadie paga
ni atiende, por todo esto crece el antimilitarismo popular.
Consecuencias económicas:
- La pérdida de los mercados coloniales hace subir los precios de los productos de primera
necesidad, que producen motines de subsistencia. También se agrava la crisis de la industria
algodonera catalana por la pérdida de los mercados coloniales, pero se van a repatriar muchos
capitales, lo que permite una rápida recuperación de la economía.
Consecuencias políticas.
- El liberal Sagasta, que asume el desprestigio producido por la derrota, presenta su dimisión. Es
sustituido por el conservador Silvela, continuando el turno entre los dos grandes partidos. Así
se mantiene el sistema político de la Restauración. También se desata una polémica sobre las
responsabilidades de la derrota, la prensa acusa al Ejército del desastre, esto hace crecer el
resentimiento de los militares hacia los gobiernos. Finalmente se refuerzan los nacionalismos
periféricos y el movimiento obrero.
Consecuencias ideológicas.
- El desastre provoca una conmoción moral. Los intelectuales de la G.98 reflexionan sobre la
decadencia de España y expresan su pesimismo en sus obras. También aparece el
regeneracionismo, un movimiento crítico con el sistema de la Restauración. Joaquín Costa, su
principal representante, analiza las causas de la decadencia de España como nación: el atraso
económico y social, la pobreza, el analfabetismo, el caciquismo; y propone reformas: la
universalización de la enseñanza, la modernización de la agricultura y la eliminación del
caciquismo. También aparecerán políticos con ideas regeneracionistas que intentarán llevar a
cabo reformas para modernizar el país.