El Reto de Rusia
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El Reto de Rusia
Andréi Kozyrev
El reto de Rusia
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Camaradería rusa-americana
A tan sólo un mes del nacimiento del nuevo Estado George Bush y Boris
Yeltsin hicieron una declaración donde manifestaron: “Rusia y Estados
Unidos no se consideran como adversarios potenciales”. Dicho documento
estaba destinado a marcar el fin de la Guerra Fría. Incluso daba un paso
más, “De ahora en adelante la relación se caracterizará por amistad y
camaradería, fundadas en la confianza y respeto mutuo y en un
compromiso con la democracia y la libertad económica”.
Hace algo más de cincuenta años Winston Churchill quiso hacerle frente
al desafío de derribar el “telón de acero” de Stalin, y Estados Unidos
ayudó generosamente a las democracias frágiles de Europa a sobrevivir y
crecer. ¿Por qué no se podría haber hecho un esfuerzo similar cuando
Rusia trató de deshacerse del "telón de acero" de una vez por todas?
No sólo habría sido de interés para Estados Unidos y sus aliados, sino
que también hubiese sido importante a nivel existencial. Detrás del telón
había una fuerza de misiles nucleares capaz de destruir América, de la
cual también podrían haberse librado si la democracia se hubiera
arraigado en Rusia.
Abogando por esto gané en diciembre de 1993 más del 70% de los votos
populares en una elección competitiva para los miembros del parlamento
en la región de Murmansk, que incluía la principal base naval que
albergaba el núcleo de la flota armada nuclear rusa. Esta fue una elección
rara, libre y justa, y los resultados reflejaron el estado de ánimo de los
ciudadanos de orden y de los hombres de servicio.
Sin dejar que Chris terminara Yeltsin abrió los brazos y entonó,
prolongando las palabras, “¡Genialno, Zdorovo!”. (Brillante. Tremendo).
“Dile a Bill que ésta es una decisión maravillosa”.
Por supuesto esto solo incitó a los estados de Europa del Este a buscar
el ingreso en la OTAN, pero el problema estaba en Rusia. La actitud de la
OTAN se percibió en el Kremlin, y en el grueso de los medios, como
engañosa por un lado, y por otro lado amenazante para Rusia. Por ello
Yeltsin firmó un programa de modernización de Fuerzas nucleares
estratégicas rusas. La oportunidad histórica para Rusia de convertirse en
un aliado de la OTAN, en lugar de un enemigo, se cerró en Moscú porque
Washington no pudo aprovecharla.
Todas estas explicaciones son válidas. Y hay una base fundamental que
subyace a todas ellas. El este de Ucrania es un campo de batalla
estratégicamente importante de la nueva guerra fría destinada a socavar
Occidente y su influencia en todos los lugares posibles. La hostilidad hacia
Occidente y sus valores es un motor constante del sistema despótico de
Rusia. Se persigue hasta donde lo permiten las fuerzas resistentes, y por
eso el frente ucraniano se convirtió en sangriento y caliente.
Fin