Manuscrito Final
Manuscrito Final
Manuscrito Final
MILLER Y OTROS
CUENTOS
1
ÍNDICE
2
Los libros del general
Todos los ambientes del segundo piso de aquella casa eran restringidos, las
tres horas que permanecíamos allí transcurrían rápido; primero hacíamos las tareas,
Gobots. Eso ocurría siempre, después de aquella tarde de la conmoción nada volvió
sólo fue una trivialidad infantil sino algo que marcaría para siempre mi vida, un
trastoque mágico tras esa puerta, condensado por el tiempo en un sólo espacio, con
el aroma dulce que se combinan de las hojas de los libros y la madera de los
anaqueles.
ser tétrica y sombría. Alberto llevaba la llave del portón de cedro –en un collar de
pabilo– pendiendo del cuello. Tanto el portón, la cerradura y la llave eran presas
codiciables de anticuarios que venían muy seguido de Lima. El patio era empedrado
alrededor y a dos niveles se encontraban los distintos ambientes, a ambos lados del
vestíbulo se hallaban dos escaleras que subían al segundo piso, los balcones eran a
robot favorito. Doña Rosa, la abuelita de Alberto nos llamaba con el lonche listo y el
3
Siempre éramos los mismos: el gordo Marto, el flaco Regules, el conflictivo
lejano pero a la vez cercano, del segundo piso, terminaba llamándonos la atención
fantaseábamos con las posibilidades arcanas que ocultaban aquellos ambientes. Era
pueril.
levantaba en una esquina, en otra una vitrina con medallas y otros objetos de valor
una consola RCA, daguerrotipos con marcos de pan de oro con personajes de
televisor portátil, yo me iba a ver los libros del gabinete. A esa edad no sabía que se
tenía que leer a Verne, Salgari, Dickens o Twain para decir que uno lee desde muy
niño.
4
Una tarde llego Alberto Reguero más obstinado que nunca: –Por fin hoy
Reguero tenía un plan B. Como a las cuatro de la tarde y muy ansioso fue hacia el
portón a mirar a la calle, de repente regreso con José Cortéz, quien hacía mucho
tiempo quería entrar a nuestro muy cerrado club, en principio no le aceptamos por
qué no tenía a ninguno de los Gobots, y por qué en la escuela todos le llamábamos
Pepebastardo.
mirada.
Aceptamos cuando nos dijo que él era muy valiente y no le temía a los
fantasmas y estaba allí por propia voluntad. Alberto Martínez fue a apearse a la
contratiempo, lo mismo hizo Regules que se fue al zaguán y los demás nos
pasos eran raudos, con una agilidad felina que no dejaba rastro sonoro en ninguna
de las tablas del corredor balcón. Se acercó a la primera puerta y nada, a la segunda
y nada y así en las demás, nunca nos habíamos percatado que todas tenían
candado.
– ¡Mira la del medio! –indicaba Alberto Reguero con un brazo en alto y el otro
5
La puerta del salón principal del segundo piso estaba libre de candado.
¿Quizá Alberto Reguero siempre lo supo? ¿Quizá por eso la certidumbre de que ese
acerco a la puerta, tanteo la fuerza del empellón que usaría para abrirla, me eche
escalera arriba y ya era muy tarde. Sus gañidos llegaron hasta la calle llamando la
planto frente a él. Cuando pude verle quede igual paralizado y me di cuenta de que
desplazo a colaborarle.
6
que no era más que el abuelo Martínez, dejaron la puerta abierta y entonces
José Cortéz nunca más volvió para que jugara con nosotros, su pretensión de
ingresar a nuestro club jamás se concreto, luego también empezó a ver explosiones
en los bancos y un apagón de varias semanas nos dejo sin ver los capítulos finales
enciclopedias. Doña Rosa por aquellos años había enviudado. Aquel hombre de
rostro anguloso, de perfil ario y aspecto nazi era uno de los militares de los
daguerrotipos. El mismo que por alguna razón había perdido la conexión con el
mundo social donde era respetado por su labor castrense, su valor intelectual y
7
Alejo Martínez fue herido de muerte en una batalla, pasó unas semanas de
había sido destruida por los realistas. Bolívar y Sucre estaban discutiendo sobre una
ley del congreso colombiano, por razonamiento político prohibían que él, el
presidente de Colombia y generalísimo de los ejércitos del Perú iniciara los preludios
libertarios y terminara su obra en Ayacucho. Esa tarde que partían las huestes
libertadoras, Alejo Martínez y Sucre quedaron atónitos: Aquel hombre que ha leído a
Voltaire, Rousseau, Diderot estaba hincado a los pies de la virgen del Rosario.
aquella historia, sobre todo por los errores cronológicos y la poca documentación.
curaban acá, porque era una especie de hospital de campaña, y también se batía a
biblioteca, cuartel de invierno del abuelo Martínez. Para desmantelar mis dudas
seguridad. Dentro había incunables, libros con tapas duras forradas en cuero, toda la
estantería estaba repleta. Saco un libro, en las primeras páginas se hallaba escrito
8
en tinta china y con fina estilográfica: Simón José Antonio de la Santísima Trinidad
asociar a su personalidad.
9
Las circunstancias económicas que priman más que la suerte o el destino me
fui para estudiar una carrera universitaria, lo mismo hicieron Marto y Alberto
carta de Bolívar para que me diera suerte, era un gesto grande que yo valore mucho,
al punto que guarde celosamente aquel, sabiendo que algún día seria de gran
utilidad.
Derecho. También me comunicaba que vendería algunos libros del general para
pensando que podrían encontrar una jugosa suma de dinero. Había escuchado que
buscaban la correspondencia dispersa para por fin compilarlo en un libro, pero era
tuve y me devolvió la carta, “lo regalado, regalado queda” dijo doña Rosa. Sólo por
–Y como cuánto valdrá uno de estos papeles –preguntó Macarena– es una carta
–Sin duda lleva el sello indiscutible del estilo epistolario –respondió el tasador–,
10
De una impúdica subvaluación empezó a subir su oferta, al ver que por ningún
Por los libros indiscutiblemente siempre había buenas ofertas. Me contaron que el
abuelo Martínez había llevado a Lima algunos, con la rúbrica que delataba a quién
perteneció, consiguió el dinero para que uno de sus hijos se fuera a los Estados
Unidos, todo eso antes de que Alberto naciera. A ello se debía el constante acecho
de los intermediarios de rapiña para ver si algún libro estaba listo para el mercado
Por eso no me sorprendía que cada vez que visitaba el salón principal del
segundo piso faltase uno o varios. Dudé mucho que esos libros valieran tanto por sí
jerga decimonónica; de no ser por el estigma que les dejo Simón Bolívar pagarían
Dejé de lado la nostalgia, al fin al cabo sólo me toco ser testigo. No podía
–Al menos quedarán suficientes libros del general para otro hombre de la casa –
bromeó.
médico del seguro universitario, una tos de “perro viejo” me destruye sin piedad y no
„No debo fumar‟, „(Fumo tabaco negro y estoy muy enfermo)‟, „(Cuatro mil sustancias
entonces invierto más dinero)‟, „(No tengo mucho dinero si y sólo si se trata de la
salud vale la pena invertir)‟, „(Ni me va hacer daño ni me va nublar para seguir
estudiando)‟, „(O bien fumo algo para amortiguar el desvelo, o bien me acuesto
ahora resignado a reprobar)‟, bajo el escritorio oculto El Socialismo del siglo XXI, el
libro que leo en paralelo a este curso que es fácil, sólo que no sé como llegue hasta
este punto de poder desaprobarlo. Busco en la cómoda el sobre con los fondos
intangibles, total faltan pocos días para cobrar mi beca Javier Prado, busco un
abrigo, me anudo el cabello con una liga de espárragos que encontré tirado por ahí,
acompaña.
Quizá no les cuadre a mis compañeros por qué vivo en la zona residencial y tengo
que atravesar la ciudad para llegar al otro extremo de la balanza: la zona marginal.
la lucha de clases y el cómo así, sin más explicación haya tenido suerte que me
fácil, tienen la metodología más eficiente para captar adeptos y desanimar a los
12
advenedizos. Pero yo estaba allí hablándoles con cierta ingenuidad de El Anti-
la Revolución Cubana.
Paso por las principales avenidas y mí vista esta empañada: “procura hacerte medir
la vista y ponte lentes lo más pronto posible”, las luces de los coches se estiran y
son como largas y flamígeras luciérnagas que estrepitosas evaden la pista. Mi vida
transcurre básicamente de noche, por eso siempre llego al medio día a las clases,
que piensa de otra forma, no tiene nada que ver que sean marginales y procuren
que la administración del comedor lo puedan hacer los propios alumnos; y bueno sí,
Estoy a una cuadra de la plaza de armas y la niebla se funde al aroma brutal casi
administrar bien mi dinero, siento haber olvidado tomar la ranitidina y siento que una
13
hambre y veo a las parejas sentadas en los bancos, ellos susurrándoles quien sabe
a los oídos de ellas: “realmente crees que mi punto G está en mi oído”, también
siento mucho vació y una soledad carnicera. El hecho de que Mierin haya vuelto
hace poco a su país me dejo así, sin más que seguir preparándome y
la socialdemocracia; para cambiar el sistema de una buena vez, porque tengo veinte
paralelo a Marcos, allá en México, reivindicar yo, a los pueblos andinos, porque le
posible, que tantas vidas no podían haberse apagado en vano, que aún hay
hombres valientes y que podemos hacer un mañana mejor y bla, bla, bla.
José Meléndez me llevó unos libros sobre el Desarrollo quinquenal del Partido
enviado mi ausente enamorada por razones obvias: casi nunca presto libros porque
casi nunca los puedo recuperar. Había entrado al comedor universitario con la
Gorki también cree en mí cuando le digo que lo primero es conocer bien la causa
internacional. Gorki era y sigue siendo un imbécil, pero por motivos políticos
llevamos la fiesta en paz, una tarde me vio comprando un cajón, al peso, lleno de
14
Príncipe. Una tarde, no hace mucho mientras hacía cola con la charola en las manos
estaré” , “Si por qué conocerás gente muy interesante”, y fue así como pase a formar
parte del lado oscuro de la política del país, fue así como me descalificaron para ser
hombre de acción, más, sino, hombre de idea, hombre que va en la vereda correcta,
como ahora que voy por la avenida principal, sin peatones, con la corriente del fluido
automotor que lleva obreros a sus casas en el sector marginal, populoso y con vista
caviar lo necesiten y sí, más bien, la familia a la que pago la renta, que tiene
menos a Mierin, maldición no dejo de pensar en ella y todo el mundo que me dejado
al revés...
certeza de poder decir soy conocido y aceptado por sus barrios, sus calles y sus
recovecos. Siempre camino con cuidado, listo para echar a correr si es necesario;
eufemismo, hay un puente amplio que ayuda a cruzar el canal de riego en los meses
de verano, obligadamente tengo que pasarlo para llegar hasta el Causita que tiene la
mejor grifa de todo la ciudad y pienso cómo así me logre involucrar con este asunto
de la política universitaria, parece que aquí el frío se dispersa con facilidad; y sí,
antes de esta noche, ayer para mayor exactitud; aplique la lógica proposicional para
15
analizar todas las ventajas y desventajas que traerían ser miembro del consejo de
“anda piénsalo”, simplemente las cosas son como el Gran Guía lo designa, sería el
silban no sé si por joder o porque me confunden por la coleta, sigo y los del callejón
me reconocen, no dicen nada, el Causita está ahí, no hay charla previa ni al culminar
cabeza a María Antonieta, un hombre de buen traje y con un abdomen que colapsa
feliz, madres fregando ropa en lavaderos centrales en patios donde los niños juegan
Charles Fourier el que los contempla orgulloso desde lo alto de una de las
tornando otros colores, uno a uno va apareciendo en este mi festival de cine interior
España, Yugoslavia, Polonia, Los consejos obreros húngaros, Las comunas Chinas,
16
overtura a Buzgalin, el gran teórico del Socialismo de este siglo. Todo esto lo puedo
a este instante, al puente que me aleja de la zona marginal... No parece que este
cachorro se le haya caído a alguien, lo acabo de patear y esta como suplicando que
darme cuenta que bajo el puente hay una camada de cachorros solitarios, apenas y
tienen los ojos abiertos, recojo al pequeño y salto para juntarlo con los demás, por
un instante pienso en llevármelos, por un instante preveo que su madre volverá, que
su destino no está zanjado por la muerte, siempre hay esperanza, al menos uno de
ellos quiere cambiar su destino, pero con mucha suerte no lo atropellara un carro, no
carro con las luces potentes por poco y me coge. Sólo intento protegerme
cubriéndome el rostro, para en seco, lo único que me faltaba, ser arrollado ad portas
Quizá algún reaccionario académico que me sigue los pasos vio en esta
Caigo en cuenta de que soy un imbécil, aún nadie sabe que postulo, no tengo
universitaria. El chófer del carro no me insulta como sería una reacción normal,
apaga el motor, abre la puerta, sigo sin entender porqué no empieza con su afán de
sermonearme, me pongo de pie, siento la presencia del chofer al pararse frente a mí.
–Disculpe, felizmente no hubo heridos, así que no hay problema (su cara su
17
voz su tamaño, me da la impresión de que se parece a mí, pero no, a la vista se ve
de puta madre; sólo trata de blindarse, así que mejor le corte el floro en una).
confundido (aunque debo reconocer que tiene razón me da temor y cierta curiosidad,
–En este instante estás calculándome la edad y sí, estás en lo cierto tengo el
llegar.
–Yo sé todo lo que piensas en este momento, porque yo lo pensé tal y como
tú lo estás haciendo ahora, cada palabra, cada frase, cada insulto... lo recuerdo tal
cual...
– ¡No tengas miedo!, ¡soy tú y tú eres yo! Te explico, este momento yo lo viví
presente...
18
– ¡Maestro déjese de pendejadas y siga su camino! ¡No tengo ningún motivo
para seguir escuchando sus sandeces! (miro el reloj son como las 11 de la noche, el
impide correr).
advertencia y más que eso un consejo con respecto a una decisión que tendrás que
el cajón del escritorio tienes el libro el socialismo del siglo veintiuno del ruso a punto
–Éramos un bebe de dos años que empujaba una banca con una escobilla y
lustrabotas con terno blanco y todos te decían doctor. De niño te cortaste la cornea
con la estrellita del distintivo de tercer grado y usaste lentes una buena temporada,
terminó delatándote en el salón de clase del profesor Castro Benito quien te puso la
19
chapa: “Hermano”, que muy pocos lo recuerdan y tú detestabas al punto de que
había dejado por un imbécil y eso te hacia sufrir. Papá había dejado la llave de la
malos conductores.
– ¡Vete a la mierda...!
– ¡No jodas!
de Mierin!
–Después ahora que tengo tu atención quiero que sepas que te van a dejar de
una segunda ronda electoral definitiva en la cual tú tendrás que presentarte con
algunos de tus compañeros de año y echar tu voto para el otro bando, aunque no me
20
–¿Votar por Ortiz Cofer?, no sea malo, el que todo lo quiero concesionar, el
que quiere hacer una gran reforma que va a joder a todo mundo porque al gran
señor le da la gana de que la educación universitaria sea cada día más inaccesible a
–Al final será la mejor decisión que habrás tomado, políticamente hablando, lo
más correcto.
–Lo más correcto, me dice que lo más correcto es que traicione a mi grupo,
pero desde que te hallé aquí en el puente entendí que eso era mi trabajo, el de
releer un libro, no sé por qué tenía que traerlo, pero date cuenta todo concatena.
– ¡Camino de servidumbre!
–Lee esto cuando puedas, porque lo dejaras tirado por allí, esa pereza
inteligencia propia:
– ¿Qué se siente vivir manchado por la perfidia, que se siente que a uno le
21
llamen traidor por el resto de la vida?
gente es frágil y tan pronto veas los frutos de tu acción te olvidaras de este momento
para que escribas un cuento y sepultes este tema en tu mente y yo, lo habré visto
Me alejo, siento que el motor del Chrysler arranca, pero no, traicionar a mi
grupo eso si que no… (Me trata de decir algo del examen final, pero no le escucho):
vuelta a casa, se que dejare definitivamente la yerba y aún tengo que estudiar pese
a que estoy cansado, no mejor llego y escribo una chuleta, mejor escribo las
22
Sin rencor a Henry Miller
(Folletín)
Pasaba muchas noches en vela tratando de tomar una decisión adecuada para
aliviar mi carga, una cruz voluntaria o involuntaria que no elegí y no puedo dejar
mundo, un saco, seis levis 501, ocho polos, dos camisas, unos botines centromin,
Firmo el acuse del recibo, con tu carta llega un paquete con tres libros:
Plexus, Nexus y Sexus. Debería emocionarme pero los dejo de lado por la prisa
Doña Magdalena me mira con tristeza y hace otro intento de convencerme para
despertarme por las noches en medio de un estupor terrible, tras unas pesadillas
escribiste en una de tus cartas; y no solo empecé por los libros que leímos juntos
en nuestro sofá, leí muchos... Y ya no existe el alma del poeta que dejaste,
pasan por nuestra vida terminan por modificar la personalidad, la vocación, todo.
vehículo detenido por el tráfico. La tarde es tan gris y no puedo alejar mis culpas y
menos tus ojos verdes engarzados con piedrecitas de miel, tus ondeados
esperando juntos el bus que iba a Lima, para pasar nuestros mejores fines de
semana en los museos, cines, teatros, “Bendito retraso peruano” decías “los
prohibidas. Yo sólo pagaba por la comida, y tan pronto terminara tenía que irme
cómo pude creer, me aleje de ti. Sin embargo esa patraña nos ayudo a
acercarnos más, “bueno también dales las gracias a Lily y Pegy que nos
recibió era muy tradicional, rígida, opus dei. Recuerdas que pegaron el grito al
24
cielo cuando descubrieron que nos besábamos aquella vez cuando volvíamos de
la Huacachina. Con una jugada maestra hice que quedaran atrapados, entre la
gente, en la parte posterior del bus y ambos quedamos en la parte anterior y fuiste
nuestros labios.
Pero igual nos vieron y tuve que pedir permiso formalmente para ser tu
redoblada y darle tregua a nuestro amor consumado en ese hotelito detrás del
me mira por el retrovisor, trato de disimular para que no crea que estoy loco, al
menos no quiero eso en mi partida, al menos tengo que diluir está melancolía.
beige, leías una novela en noruego y veías la televisión; lo único cuerdo que atiné
en decir para entablar conversación fue algo acerca de los Beatles, polemizamos,
25
preferías a los Rolling Stone. A los tres meses hablabas como una nativa de estas
Pasa una señora con un termo de café y unos sándwiches por el crucero
tenerte aquí. O tal vez al revés. Estar en Perú pero con todo estas comodidades”.
Finalmente el taxi se desplaza con rapidez, recuerdo que te llegó una carta del
novio con quién tuviste que romper para estar conmigo, te recordaba algo sobre el
honor, que estaba por encima de todo, e incluso sobre el amor, maldito momento
conmigo antes de que cumpliéramos un mes, me importo poco por que iba a la
defensiva, sabía perfectamente que lo nuestro era un amor de “verano”, ¿en las
mía. “Tu carta llegó, me hiciste llorar de nuevo, pero aún así me siento bien
secreto a mi pensión, fue el error más grande que cometí, tus tutores no te
que viajáramos con tu tutora. Te enfadaste, tal como había condiciones impusiste
las tuyas, que si viajábamos los tres seria que tú y yo nos sentaríamos juntos y
Viajamos tanto Mierin, región tras región por toda esta patria salvaje y
26
subdesarrollada y previniste: “Si esto de los cuatro suyos resulta mal nos sacan
rápido a todos los voluntarios”. José el amigo que vivía en tu casa me dijo que la
tutora echaba dos gotas de triazolan a su té para dormir. Por seguridad le echaba
cinco gotas o seis, y las noches la pasábamos juntos hasta poco antes del
amanecer, “sin exagerar” decías “mañana hay mucho por conocer”. Fueron
muchas las ciudades que conocimos y muchos los hoteles en que dejamos rastro
de nuestro amor, al punto que tuve que volver a cada uno de ellos buscando eso
cabello y decidí no cortarlo hasta que regresaras, parte del trato, de tantas
promesas que hicimos, de muchos planes para un futuro juntos, que se quiebra
–Me imagino un otoño viviendo en París –me tomaste de la mano y era tan
contagiante la ilusión.
–No creo que ambos podamos vivir de la literatura, tu tendrías que trabajar
y mantenerme –bromee.
El taxi para cerca de la estación de bus para descargar mis cajas; recuerdo
melodías” escribiste en unas de tus cartas. Recuerdo que una tarde de ese otoño
“Jesús verbo no sustantivo” y “El breve espacio en que no está” los había
27
familia tutora y la segunda inspirado en tus intermitentes ausencias. Yo no tenía
nada creativo que ofrecerte, salvo que plagiara algunas canciones. El cabello me
fantasía que me enviabas con cada carta: “la literatura tú mismo te lo puedes
enseñar. Vuela solo, lee, escribe y estudia por tu cuenta” y seguí tu consejo,
este último la libertad de fornicar no sólo con una sino con varias mujeres sin
pornográfica, morbosa. Oye, amor ¡no fumes marihuana! No quiero que te mueras
Compro el boleto de bus y registro mis cajas para un turno que sale dentro de
una hora; esa noche, la última de tu tiempo acá, ambos rememoramos la primera
vez que nos besamos bajo esa suave garúa en la escuelita especial, tantas cosas
suplicas a tantos meses sin responderte una carta, escribí: “no lo hago por
venganza, pero dime como puedes resistirte a esas imágenes húmedas tirando
bajo los puentes o resistirte simplemente al lenguaje vulgar de los libros caóticos y
malditos”. Luego para hacerte daño te conté detalladamente las aventuras que
empecé a tener en el Cusco: “Se llama Thea (escribí) es de las Islas Feroe y es
guapa e inteligente. Ella está unos meses acá en la capital del imperio, tiene unos
ojos verdes con piedrecitas de miel como los tuyos”, duró un par de semanas.
28
Segunda novia escandinava “Audrie es mortalmente callada y de una parsimonia
de frasco pequeño como tú, es una periodista muy incisiva y la más escandalosa
que me he tirado, es rara duerme poco, parece insaciable, se fuma gran parte de
mi yerba aduciendo escribir mejor sus crónicas de viaje. Dice que me publicitara
como brichero, ¿tú qué opinas?…” Y es con quien viaje hasta Colombia trazando
una ruta de ayahuasca. “Maleen es una artista sueca, le gusta la pintura tanto
como hacer el amor, un día vino un vecino a tocarnos la puerta, yo salí semi
sabemos que usted tira todos los días pero acuérdese que estamos en otros
Y las encontraba en los bares que circundan la atmósfera bohemia del Cusco
nocturno, camino a San Blas las besaba por cada esquina, las llevaba al cuarto
barba rala y delineada, mis ojos negros de pestañas duras y caídas me daban un
cursilerías derriten a las pobres gringas”, “me alegra que te acuestes con todas
esas mujeres. Sé que aún me amas y por eso me buscas en ellas y sólo
encuentras una sola cosa, no todo… A no ser que ya las estés matando y
29
allá en Perú”.
lo recuerdo. Hasta que un buen día: “Hola que tal, me jode tu silencio. Therin es
bueno y me comprende, aunque a veces dice y hace cada cosa. Prometiste que
nunca dejarías de escribirme”, la carta incluía una foto con un grupo de gente, tras
una sala de ensueños tú y Therin. No me quede atrás y te envíe una carta y una
foto, “me corte el pelo, allá las promesas que se lleva el diablo ¿verdad? Sí, por
poco olvido, la chica que abrazo por la cintura es Milagros, creo que ya te hable
de ella…”
–Los pasajeros del bus cinco con cuarenta abordar por favor –eran las
cabello largo con tono de manzanilla reflejaba una luz deicida que llamaron
que trataban de flirtear con ella, y me caía mal porque me ganó la delegatura de
nuestra base. Pero está ahí, tan solitaria y triste como la luna a pleno día, “jamás
30
se fijara en mí”. Saco mi libro Trópico de Capricornio para leer algunas líneas
estón para ver su perfil acariciado por los escasos rayos de sol de esa mañana
tan triste, al menos para mí, por los recuerdos de otros otoños que empezaríamos
aunque fue descomunal la estadía, regrese con un vacío tan grande de tanto ver
continuar su camino las amantes, que no podía pasar desapercibido. Sentí que
carencia de afecto verdadero. Yo trataba de leer sin conseguirlo; Lucho llegó para
decirme que esa noche ensayaríamos con la banda, caminó hasta la mesa de
Milagros con quien tenía mayor confianza, a la vez ella era amiga de Chris, la
cambió, una sonrisa amable se proyectó para mi amigo, y eso me llenó de una
esperanza ambigua.
No tuve que pedírselo, esa noche Milagros, Chris y Lucho llegaron para el
que no debo confesarlo pero era como si la magia de Mierin volviera a través de
los ojos de Mila, como empecé a llamarla después de que salimos los cuatro a
en los pasillos del instituto de idiomas, alegué tener dificultades con the past
perfect; urdí toda esa patraña para poder acercarme a ella, y no me negó su
31
no en la lección. Una tarde mientras sorbía su pepsi me miró de costado y con un
año de soledad liberal frente a dos meses de casta ruptura no nos pareció
prematuro como para empezar una nueva relación. Antes me confesó que tenía
miedo de que yo la utilizara para sacarme el clavo atravesado por Mierin; lo negué
desconocido esa noche; empezamos a tocar y las demás chicas del semestre se
miraba desde arriba, me jodia la vida verla con otro. Entendí que había un
improvisar una aventura con una compañera de cierta reputación, vino Lucho:
"Mira causa escuche hablar a Chris y Milagros... lo único que quiero que sepas es
que no seas imbécil en dejar pasar esta oportunidad" y entendí el mensaje; nos
luego nos juntamos con Chris y Lucho para pasar desapercibidos bailando:
32
los ojos–, respóndeme con sinceridad.
Brass que en parte ayudaron a romper sus prejuicios. Su cepillo de dientes y otros
La primera vez que lo hicimos fue cuando veníamos caminando y casi en juego
logramos cerrar la puerta y sin encender las luces y la ropa a medio quitar nos
que vivía en Lima y era pastor de una congregación cristiana, de cómo fue su
ayudaban a cambiar de ánimo. Llevaba a Mila por dos años y mostraba mayor
33
molestaba sobre todo que me desvelara leyendo; le hable de Henry Miller y lo
mucho que me había influenciado, se rió y atinó a decirme que era un loco por no
leer a Coehlo, Osho, Chopra y toda esa parafernalia de los libros de autoayuda
armario descubrió mi caja de zapatos con mi tesoro sentimental: mis fotos con
fuerte que tuvimos, tarde dos semanas en recuperar su atención, algunas noches
profundamente de Mila. Le volvía dar al asunto: "el honor está antes que el
eso nos llenó de energía para terminar de aceptarnos ambos, yo la empecé amar
–Joven disculpe, las bodegas de éste bus están repletas –me dice el
34
lo de mis migrañas y las pastillas que me recetó el matasanos como lo llamabas,
Tranquinal medicina contra pánico, acá uno necesita que el psiquiatra te da este
otro que era contra migraña y al fin el Valpalcine que me va curar. Mi médico me
pensado que yo era muy enferma psiquiátricamente ¿tú crees?". De que estabas
algo loca no lo dudo, pero recuerdo que muchas veces me quedaba en silencio
cine de culto. Empezamos a trasponer la línea que separa el bien del mal por pura
los peruanos”.
– ¡Fuck!
–Vístete rápido –te dije mientras ajustaba mi correa, resuelto por todo lo que se
–Ya chicos doblen esa frazada –dijo la tutora que iba adelante, me clavó una
Ella sabía lo que ocurría en los viajes y al final terminó por convertirse en
35
nuestra celestina o con el lenguaje henrymilleriano: en nuestra alcahueta.
montón, y manda saludos a tus amigos y diles que ya no tengo cinco años y que
no te puedo olvidar, así que son muy equivocados". Mis amigos me reprochaban
lo ingenuo que fui de enamorarme así de ti, una chica que volvería a su país en
un tiempo definido, las razones eran sencillas, ella no me hacía sentir que lo
nuestro era una amistad estrecha con derecho de amantes, no, me hacía sentir
acoplo al mío, jamás había pasado por eso en mis relaciones anteriores.
Lucho venía por las mañanas a pasarme la voz y nos fumábamos un porro
musicalidad del tornamesa Phillips... Milagros una vez nos sorprendió y me dio un
mis sentidos. Una noche que venía de comprar marihuana, tuve una rara
experiencia, un hombre que se parecía a mí, pero era mayor, me entregó un libro
anticresis por la calle Huaynapata en San Blas al cual noblemente le llamé “El
taburete.
–Hello, how are you, how long time, you remember me –le hable.
Derrotado estoy por volver a mi asiento y ella me dice que puede ser
que querían drogarse y tener aventura; volví a Chincha como siempre para el
otoño sólo a recoger las cartas que llegaban. El tono romántico en declive, tu
amor se iba y no podía hacer nada para retenerlo, ahora es más evidente eso que
dilucidabas: “Más fuerte son las escrituras en el arena que las promesas de
amor”, ahora que vuelvo a leer: que Therin por acá que Therin por allá. Lloraba
37
rogándote que terminaras con él, "sabes que no lo hare, te repito que no quiero
estar sola. Quieres que te mienta, me confundes más, te amo y amo a Therin,
rondando como un fantasma bohemio en las tascas donde las lenguas del mundo
habían sido influenciadas por el libro de Elisabeth Gilbert. Mis cartas empezaban
a contener ironía y fidelidad a los hechos de mi acontecer; "ya ves que leer te
ayuda a desarrollar la ficción" escribiste, al ver las fotos y el sello postal del Cusco
tu respuesta tenía razón, me duele aceptarlo pero es que nos conocimos tanto
personalidad, tu silueta.
Mila me llevó por bueno camino. Es cierto cuando la conocí –el alma más pura
conmigo a darme ternura y esa filosofía de vida que tanta falta me hacía. Se ganó
hagas nada estúpido para perderla. Estoy llorando, no me atrevo a voltear la cara
a los lados, no tengo nada para secar estas lágrimas, "mi chespirito, mi arjona, mi
henrymiller" me decía, extraño esas palabras con voz de niña y ternura de mujer.
Una tarde doña Magdalena me esperaba con una carta que recién había
38
llegado, la penúltima que la memorice tal cual: "Hola, te recuerdo que una vez
y está dirección: Prat de Llobregat 314, cerca al arco de entrada del cerro Santa
Lucia, es el tiempo, Quiero que sepas algo. P.D. Por favor ven".
postal era de Santiago de Chile. Fui al cuarto de Lucho a pedirle que volviera a
leer la carta, "mierda cholo, el pasaje al menos parece real", nos fuimos raudos al
bromeo:
–Nos lo gastamos yendo a Quilca y dejas plantada y sola a esa enana –le
Mila, como así le digo que me voy a Chile a verme con mi ex.
nadie, era cruel lo sé, pero también necesitaba verte, llevé la mochila de lana de
ovino que compramos en Santiago de Chuco, unas mudas de ropa, unos afeites
Chile, finalmente llegué al Comodoro Arturo Merino, un taxi: "me lleva a esta
dirección por favor", "como no" me dijo, reconocí su dejo mapocho, "primera vez
dejó en la dirección, bajé y toqué el timbre, era un barrio elegante. "Usted es..."
39
me dice un muchacho de bigotes, "... le dejó este sobre, pasé, debe de estar
cansado, yo soy hermano de Violeta, cuñada de Mierin...", todo eso me dio mala
espina, abrí el sobre y una nota con más indicaciones: "Sorpresa, ven hasta
Temuco, tierra de Neftalí Reyes tu poeta favorito, de allí procura llegar hasta
Puerto Montt cambia la geografía; era una mañana de lluvia en el muelle, llegue al
lugar indicado y otro sobre y otras indicaciones, sentí que te estabas burlando de
principal puerto de Chiloé, por el mar del sur con su brisa salitrosa y antártica. Y
una mujer chilote de rasgos andaluces y unas rubicundas mejillas como las tuyas,
historia. Violeta conducía el auto, traté de contarte todo en ese instante, "calla,
ahora sólo bésame como en los viejos tiempos" dijiste. Llegamos a Ancud,
comimos algo ligero y les platique de lo fascinado que estaba con el territorio
enemigo, Violeta se rió: "las cosas del pasado hay que dejarlo ahí, verdad Mierin"
te dijo y me miraste con tus astros verdes, después de mucho los volví a
clima era templado, llovía casi siempre, contigo paseamos en esos pequeños
caballos, cerca del rancho existe un bosque de arrayanes donde te amé sin
40
llorar, pensé que era por el licor de oro, pero me equivoqué como siempre;
casarías con Therin al volver, que ya tenías todo listo y sólo faltaba que yo te
preguntaste si es que también me iba a casar con Milagros, "crees que a los
veinticinco años voy casarme", le dije, "si la amas sí" respondió. Me llevaron al
aeropuerto, sentí una gran alivio de terminar con honor nuestro idilio y sentí una
gran satisfacción porque comprendí y estoy seguro para siempre que no todos los
grandes amores de la vida terminan juntos, felices y con hijos. Nos despedimos
sólo con un beso en las mejillas y un inmenso abrazo. Antes de pasar a la sala
principal del aeropuerto te dije: "¡Sin rencor a Henry Miller!", y te sonreí como tú
plácido y sereno, no había inventado nada para excusar mi ausencia ante Mila,
la pensión, me abrió la puerta don Guillermo, empezaba una tarde sombría que se
filtraba por las cortinas de la sala, doña Magdalena salió con el rostro espetado,
enarcó la mirada primero y con una severidad letal me pregunto dónde había
estado, su mirada me hacía daño pero tan pronto aparentaba más dureza se le
41
doña Magdalena que iba para una reunión familiar a Lima y que la llamara tan
pronto apareciera porque tenía algo importante que decirme; "lo siento tuve que
viajar así de pronto", Milagros intento llegar el domingo en la mañana, “llamó sólo
una vez para ver si apareciste”, ella volvía en el auto de sus primos, la densa
neblina se desgranaba bajo el cielo grisáceo de este invierno sin sol; sobre la
bruma y un maldito camionero les cerró el paso y se estrellaron con otro auto.
Todos los amigos de la base y de otros años fueron para ver que la enterraban
cayó sobre mí. No supe que hacer; ella siempre llegaba los domingos por la tarde
para verme morir y revivir en sus brazos, no pude dormir muchos días, no tenía
rostro era lo único que podía ver en mis fatigadas noches de insomnio. Un
hombre no escoge sus espectros: ocurren ciertos designios que laceran tanto que
–Señor Maldonado
– ¿Cómo?
–Usted sabía que lo único que Milagros quería en la vida más que nada era
42
A cualquier lugar fuera del destino
Sus pasos no exageraban ni en destreza ni en velocidad; el vestíbulo del
comunicación habían colapsado por la inclemencia del crudo invierno; las grandes
podrían iniciarse. La tormenta calmaba unas horas para tomar aliento y dar
maletas en todas direcciones, con sus ansias de llegar pronto a sus destinos final. El
calor que reinaba dentro de las salas de espera y el abrupto entusiasmo hizo que
atrás, sabía que así podría escapar de aquella norna de palidez mortal y casi
transparente, con ese azul cambiante de sus ojos árticos, de aquel hado de fatalidad
que siempre estuvo asediando su camino; de repente y sin perder la marcha desvía
personas que hacen fila; sobre ellos el gran panel con los vuelos que aún ofertan y
parten de inmediato, los leyó de un solo pasar de vista, Ilse había salido con la férrea
Su padre era un eminente ingeniero agrícola que militaba desde joven en los
43
camisas pardas, con entusiasmo por reconstruir la Alemania de entreguerras que
toda esa filosofía nacionalista que motivaba a los nazis. Vivía con toda su familia en
Riesa; un fértil valle junto al Elba donde dirigía el programa de cultivo de remolacha y
gramófono. Todo era grandioso, pese a los tiempos difíciles, para aquella niña de
Una tarde mientras Harald Dorfmann se hallaba en Berlín, llegó una orden de
la Gestapo para que se divorciara de su esposa, una ley nazi había sido promulgada
eran mitad semitas; el mal humor rebasaba sus límites y siempre eran los
campesinos, traídos de otros países en calidad de esclavos, los que asumían las
consecuencias.
del mundo exterior que le había mostrado su fealdad, que le tornaba en el corazón
una melancolía creciente, y obtiene esa capacidad grande para ocultar, tras una
afectuosa sonrisa, la desdicha: «al menos ellos no se dan cuenta y pueden ser
felices» piensa.
44
Finalmente el Leviatán desencadeno su poderío antropófago en Europa, los
invadida por los nazis a vista y paciencia de las demás potencias; Ilse no se
hermanos, rezaba para que nada malo les sucediera a ellos y a los que más quería.
Los días pasaban y un optimismo vigoroso reinaba en todo Alemania, las radios de
galena emitían boletines a cada hora; 8:30 a.m. hora Berlín anunciaba: “Hoy 3 de
victoria nos espera”; era finales del verano y ese año las escuelas no abrirían, toda
la educación recaía sobre las mujeres del hogar. Y era claro que a ésta criatura
en las mañanas y en las noches; los alimentos eran básicos e insustituibles, había
una gran escasez de carnes y grasas, “Muy pronto llegaran” decía el padre de Ilse a
los vecinos que no tenían los mismos privilegios del hogar Dorfmann.
lado Italia miembro del Eje se empeña en dominar su ofensiva en Sudán, Somalia y
45
Londres llama a la resistencia de los patriotas franceses a que continúen la
guerra…”
incertidumbre, las mujeres cada vez dudaban del destino de sus maridos, hijos,
extremo este; aparentemente no hay peligro porque están lejos de los ataques
aliados; Ilse piensa en su padre, apenas y lo ven llegar algunas noches, lo extrañan
pero el rigor de las exigencias nazi apenas y le dejan tiempo para manifestar afecto
a sus hijos; algunas noches contempla a Ilse, tan valiente, tan bella como la madre;
el foco con un tenue resplandor ilumina las camas con los pequeños durmiendo,
recoge con el dedo índice las lágrimas que brotan cuando recuerda a su esposa, los
Pues lo que se temía finalmente llegó, Harald piensa en la suerte que tendrán
alemanas del Elba. Una fría mañana de invierno el ingeniero agrícola reúne algunas
mudas de ropa, caramelos y chocolates, para que un vehículo venga por ellos, para
sus hermanos que se aferraban a los brazos de su padre, éste le dio un beso en la
46
frente a cada uno de ellos y a Ilse le entregó un relicario con una foto de la madre a
un lado y con la foto de él al otro lado, ambos tenían los ojos azules inundados por
cristalinas lágrimas que terminaron descollándose dentro del ambiente de llanto que
les rodeaba, al despedirse con unos adioses de manos, los pequeños miraban como
su padre quedaba lejos, les aflige la separación y una mujer de rostro enjuto los
sostiene para que no intenten volver, no perdía de vista a Ilse que recuperaba el
semblante, su mirada deslumbra un haz de esperanza para su padre; esta vez tiene
El refugio era húmedo, tétrico y aburrido; el tiempo parecía detenerse, los días
que Ilse y sus hermanitos pasaban allí les daba la sensación de ser muchas
semanas, habían perdido la noción del tiempo, si era de día o era de noche, la radio
con buenas o malas era la única distracción; “No debemos temer, ganaremos la
guerra, así anunció el Führer ayer…” dijo una mujer rolliza que estaba a cargo de la
disciplina. Todos la miraban con cierta vacilación. Ilse veía a sus pequeños
hermanos jugar con los demás niños del refugio; una mujer de mediana edad no
tardó en comprender que esa niña de rostro triste tiene un panorama distinto de lo
a buscarlos, los bombardeos eran constantes pero una vez que culminaban podían
dejar el lapso de un mes en reanudar, Ilse volvía a casa llevando de las manos a sus
47
solucionar el problema de abasto y otros inconvenientes que dejaban los constantes
e inesperados bombardeos soviéticos sobre el valle del Elba. Cada vez que la
alarma sonaba Ilse cubriendo a sus hermanitos lograba subir al mismo vehículo que
los llevaba y siempre les ayudaba a subir la misma mujer de mirada fría y
dijo; “Feliz cumpleaños”, había pasado otro año y apenas lo recordaba. Las galenas
tienen que racionarse cada vez más, las provisiones no llegaban hacía meses, la
radio se prende sólo algunas mañanas:“…y parece que Japón no dará apoyo al Eje
en atacar a la Unión Soviética por tener planes de extender sus operaciones por
dominio de la región…, los americanos dan ayuda a los soviéticos para la resistencia
de Stalingrado…”, las noticias no ayudan mucho a la gente del refugio, ahora dudan
Las raciones escaseaban cada día y no parecían llegar de ningún lado; Ilse
terminaban. Una tarde que salían del refugio volvió a ver a la mujer alta y rolliza, su
optimismo y su moral ya no era perceptible por ningún lado; las galenas de la radio
apenas y tenían energía, la guerra psicológica de los aliados iba diezmando la moral
frente de Birmania…” Era evidente que el Führer por una cuestión de honor prohibió
48
que trasmitieran las derrotas sucesivas que venían sufriendo por todos los frentes,
en 1944 el avance de los aliados era inevitable, tras Normandía y el avance a París
nada parecía tener arreglo, los soviéticos liberaron ambiguamente a los países del
parciales los aliados lograron la rendición de Alemania. ¿Qué vendría ahora? ¿Les
parecía bien que sean los soviéticos los que ocuparan Riesa? ¿Cuándo llegaría
Harald Dorfmann a buscar a sus hijos? Fueron 10 días, después del 8 de mayo, que
llegó con un semblante espectral y una barba montés a buscar a Ilse y sus pequeños
Alemania.
cierta resignación al saber que todos los que participaron en crímenes de lesa
humanidad contra los judíos habían muerto, o eran juzgados en Núremberg. Ilse
crecía y cada vez era más bella, su rostro rozagante con un rubor natural, sus labios
1952 el país se recuperaba a pasos agigantados en todos los aspectos, atrás quedó
distancia, así que no sería dura la separación, ella siempre pensó que ese momento
49
llegaría, tendría que dejar a sus hermanos y buscar su felicidad, desplegar las alas y
ser libre.
Bonn, llevaba tres años en la Medizinische Fakultät; Ilse vivía enamorada de los
títeres desde que iba con sus hermanos a la feria titiritera de Frankfurt donde todo
los sueños se fundían en color, técnica, música y poesía; esa tarde llegarían los
Bohemia, los Burattino de Italia; todos reunidos para manifestar desde su puesta en
escena la liberación de la República Federal Alemana que ya era inminente. Ella reía
del elenco italiano invita a Ilse a acercarse al escenario, ella confundida, indecisa,
beso en la mejilla. Antes del anochecer los telones cerraron, Ilse se despedía de sus
era alto, de complexiones atléticas y una sombra de barba etrusca que marcaba de
parecían estar con los pies firmes ese instante, Igor con su inglés chapucero le dice:
Picolli me envió para saber si te puede invitar un café alguna vez. Y ella sonrió
enamorada.
años del canto del cisne del amor consumado después del matrimonio, tras las
miradas evidentes y las sonrisas delatoras llegaron los besos furtivos y las caricias
prohibidas. Igor vivía en una vieja pensión del sector industrial junto al Rin, ambos se
mostraban cada vez más afecto; Ilse se dejaba llevar; «Ya nada importa», pensó, un
50
Unos meses antes de que la RFA recobrase su autonomía, Ilse tenía muy
quien le amplió las fronteras del existencialismo, le dejó clara su vocación por la
de las distintas locuras y poder ayudar a quienes la padecieran. Una tarde fría de
otoño, mientras releía Los himnos de la noche de Novalis, llegó una mujer de mirada
habitación donde vivía, estaba afligida, sus cabellos rubios mojados por la lluvia y
sus ojos azules mojados por su dolor; Igor la abrazó con toda la ternura que pudo
dar, respiró de entre sus cabellos y la consoló con palabras suaves y sabias; el
pretendió quedarse con todo aquello, ambos irían a buscar su destino siguiendo el
ejemplo de Ilse que había encontrado la estela de la felicidad junto al titiritero que la
finca y ella en corto plazo iría a vivir a Italia con Igor que viajaría antes de que ella
se graduara de psiquiatra.
Ilse, al amamantarla se percató de que tenía una belleza no terrenal y una fragilidad
previsible que sólo una madre intuye sobre el destino de los hijos. Trató de aplacar
esa sensación, era rara pero nueva, nunca pudo sentir el futuro tan próximo. «Nichts
51
böses wird dir zukommen», pensó, trato de ser coherente: “Nada malo te pasara mi
mujeres ocuparan puestos médicos en sus distintos nosocomios, Ilse tuvo muchos
alquiler, tampoco podían seguir a Igor en sus giras largas e incomodas. Todo esto
fue eclipsando la felicidad del hogar, se tornaban discusiones cada vez más
violentas, hasta una tarde en que Igor la golpeó, Ilse estaba dispuesta a olvidar la
afrenta por el bienestar de Ingrid. Los viajes de Igor se prolongaban por varios
tiempo abrirse campo mostrando eficiencia para poder trabajar como profesional
imprescindible y salariado. Con los meses que Igor no daba señales de vida pensó
que algo le había pasado, luego llegó una carta con algunas liras; Ilse pudo hacerse
de un permiso como para viajar hacia Nápoles. Igor vivía desde algún tiempo con
otra mujer, Ilse no se humilló en pedirle que dejara a esa mujer y se fuera con ellas
de vuelta a casa, tampoco le reprocho los cinco años de vejaciones que tuvo que
tren que las llevaría devuelta a Roma reinaba un ambiente atroz por el calor del
verano, al voltear para ver a Ingrid que no entiende porque su papi no vuelve con
ellas, Ilse se percata que una mujer de rostro extraño tiene la mirada fija sobre
para poder educar a Ingrid; “Al menos hay alguien por quien salir adelante”, piensa,
52
Ingrid está durmiendo en su regazo, y todo esa filosofía kantiana se le viene a la
Ingrid también era dueña de una gran personalidad, una belleza adriática
manicomio de Berlín, con una dedicación exclusiva que la orillaba e una rutina
a veces tenía que interrumpirlo para poder dedicarle el otro espacio de su tiempo a
Ingrid, que cada vez era más independiente. Ilse y las horas que transcurría en
depresivos. Había un hombre pequeño con una flacura irreparable y unas ojeras
que daban cuenta nunca dormir, padecía de una ansiedad crónica con ataques de
clínico, pudo ver que había quedado afectado al saber que moriría rodeado, más de
once mil aviones dejaban caer tropas en paracaídas detrás de las líneas de defensa
nazi. Otro hombre de apariencia normal no podía estar fuera de su habitación tras el
un nerviosismo fóbico que podía durar semanas, tal y como le pasó en la penumbra
aciaga de los refugios anti bombardeos. Lo mismo sucedía con una mujer ya entrada
en años que corría a ocultarse de los alemanes hacia un ático creyendo ser Ana
Frank y dejar seguro su diario y luego salir con la inflexible convicción de ser Eva
Braun, para finalmente terminar siendo ella misma y bailar desnuda bajo la luna que
53
Su dedicación, había dejado de creer en el modelo médico de diagnóstico y
medicación que más tarde fue la base y llenó los compendios de trastornos mentales
del apartado F del Manual de clasificación de las enfermedades, que aún es el más
utilizado en Europa y una tarde fría de invierno Helmut Schmidt le daría la gran cruz
Berlin, Ingrid planeó ir de viaje rumbo a Ibiza, “Por carretera hasta Valencia y
nadando hasta esa isla y pasar el mejor verano de mi vida mamá”, bromeaba e Ilse
norteamericano aficionado a las rutas largas, quién había hecho uno de esos
circuitos en su país; Ilse no pudo frenar el entusiasmo de Ingrid quien le pidió que le
¿Existe la felicidad realmente? ¿Por qué fluctúa con tanta rapidez? ¿Hay que
generaciones.
54
Tercer telegrama: Valencia
auto en el centro de la cuidad, tras la luz roja encuentra una mirada conocida que la
ve fijamente por unos segundos, es el rostro afilado de una mujer magra que cruza
sentía que algo malo le iba a pasar a Ingrid, esa misma noche tomo un vuelo
comercial a Barcelona y de allí hasta las islas Baleares. Ingrid muy lejos de
sospechar los verdaderos motivos de Ilse, lleva contando con detalles toda la
aventura que vivió durante la ruta, mientras volvían en otro vuelo comercial a
religiosidad.
ella al sentir ese zumbido voraz y las violentas caricias del viento en su rostro. De
repente alguien precavió que faltaba tabaco negro y sería bueno tener un
Ingrid y otros muchachos iban por las calles estrechas y llenas de vehículos
que van a todas direcciones, tenían que llegar al centro comercial a las afueras de la
ciudad, alguien tuvo la brillante idea de llegar más rápido a través de la autopista; de
55
Ilse levantó el teléfono como a la media noche, la llamaban para que
identificara el cuerpo exangüe de una joven que había sido investida por un camión
Sus hermanos llegaron de Frankfurt para apoyarla, Igor llegó desde Italia con
la premura que siempre tuvo para ver a Ingrid que le prodigaba un amor fuera de
las exequias. Las ganas de vivir se le fueron a Ilse, la sedaban para una cura de
sueño que duró más de dos meses porque temían que intentara suicidarse, también
solicitaron una licencia indefinida para que aquel ambiente de insania mental no la
perturbara y terminara trastornándola. Ilse llevó una vida anacoreta durante medio
año, todo ese tiempo le ayudó a recuperarse del transe y tomar la decisión de huir
Cogió una mochila y la llenó de sólo lo necesario, retiro sus ahorros del banco
iba pensando en el destino, en sus posibilidades del futuro, llevando un dolor tan
segura de que hay ciertas decisiones que ayudan a construir el destino, interpreta la
observa”, siente y dice en voz desvaída, esta vez la reconoce por esa mirada
penetrante y fría, por el rostro huesudo y cuerpo espetado; tropieza con la certeza
de que siempre estuvo tras de ella en los ajetreos por correr al camión que los
frente al carro para augurarle su muerte; recordó que cuando niña su mamá le
56
contaba la historia de las Nornas que eran fatídicas y agoreras en la mitología
germana. «Toda acción conlleva una reacción, dos acciones iguales tendrán la
misma reacción», piensa al bajarse del tren, Ilse teme y no lo deja entrever, ni
mucho menos que ya se había dado cuenta de que la norna estaba detrás de ella.
aeropuerto habían quedado atascados por la proporción de la nieve sobre las vías y
lo mismo en las pistas de aterrizaje que paralizaba los vuelos por espacio de varias
horas, Ilse percata un ligero descuido de la norna y huye de ella en una acción
violenta; del destino a dónde iría y que había pensado durante esos seis meses de
encierro tuvo que variarlo en seis segundos y esa fue su segunda acción forzada.
Felizmente Ilse optó por un viaje de Lufthansa a Buenos Aires con una escala
57
Cronología exacta de Ilse
1987 Enero, conoce Machu Picchu y allí escucha hablar del área de psiquiatría del
destaca y la contratan.
1989 Celebra la unificación de su país y la caída del bloque soviético con otros
1997 Le dan un grupo de adolecentes que se hacían llamar “La Naturaleza” por
problemas de mala conducta y consumo de drogas y traba amistad con uno de ellos
58
La muerte de Farés Lujan
mamá te había dejado una jarra de agua, unas aspirinas y una nota que indicaba
recordar la noche anterior? Alguien te había dicho que la albúmina de la clara del
Fuiste a la casa de Sylvia, salió su hermana y dijo que ya se había ido, que
partió tan temprano como regresó, que había llegado llorando y no dejaba de
hacerlo y por eso tuvo que viajar con su madre, por los gestos de incomodidad, las
palabras duras y la mirada que tornaba desprecio, temiste lo peor. ¿Qué era? ¿Por
qué tanta incomodidad?, decidiste ir a buscar a Gabriel, esa noche partiría a Lima y
de ahí a Boston a gastarse una beca; también había estado contigo la noche
Berenice, Sylvia y tú compartieron mesa y que tuvieron que irse porque ambos
mucho que la adoro, llevó unas copas de más y ella no se entera de mi leve
embriaguez “entonces elijo por ti” correspondo a su sonrisa, percibo una delgada
película de saliva en sus labios “realmente te extrañé bastante” me dice, una discreta
sombra parece abrumarla, “igual” le susurro, sus labios parecen invitarme a besarla
“tengo que decirte algo”; era la imagen panóptica por dónde intentarías reconstruir tu
59
memoria.
Casi todos andaban en los ajetreos del 23 de enero y también otros amigos
esperaban a Gabriel para despedirle. Caminaron por la calle San Martín, antes de
reparaste en contestar el saludo del chuto que jovial se acercaba a darles la mano a
Gabriel y a ti; tras los agujeros de la careta de badana logras percatarte que se trata
de Fares Lujan, por sus ojos verdes y por su tono aguardentoso, trataba de hacerles
la habitual parodia del personaje para ver si conseguía algo de ustedes, le prestaste
poca atención.
Gabriel había cruzado la pista, evitaba todo contacto con Fares Lujan desde
aquella tarde de lluvia que decidieron quebrar su amistad. Ambos habían trajinado
borracheras. Alguna noche Gabriel descubrió hecha mujer a Berenice, una de las
Gabriel. La tarde que Fares los sorprendió besándose en un viejo umbral de la calle
hombro empezó a golpear a Gabriel sin darle espacio para que reaccionara, Fares
Esa misma tarde Gabriel había planeado decirle todo, que se había
tanto que terminó desistiendo de ir a la comisaría. Aquella relación tuvo que vencer
60
la clandestinidad, los motivos de Gabriel eran suficientes para demostrar que era
otro; las cosas entre ambos amigos no recobraron la vieja complicidad, si es que
confiabas en él, tal vez si le preguntabas algo y repentinamente: “tú sabes que
nunca te oculte nada y que siempre perdonaría por amor” delata alguna trastienda,
la miro sin entender muy bien a dónde quiere llegar; “¿bailamos?” y me arrastra de la
mano, “Sylvia que hay” digo, busco el ángulo perfecto de su cerviz, nuestras miradas
no me importa nada sólo quiero decirle que son ocho meses y la amo, entonces la
Fares con un tono extraño te dijo que no sabía nada. No le gusto que le cortaras
La tarde era completamente despejada, por ningún extremo del cielo se veía
algunos partían, algunos llegan y se hacía más desesperante tu afán por recordar.
Ubicaron a los demás amigos Flavio, Esteban y Juan; llevaban tomando casi seis
botellas de cerveza. Habías pretendido no tomar ningún trago, pero la botella llegó a
tus manos y no pudiste hacer un desplante, me aparta sus labios, me lleva al final de
la barra; “no te entiendo Sylvia; que te pasa”; se sienta, recojo sus cabellos tras de la
aurícula de su oído; “qué tienes que decirme”, insisto y un amigo en común la saca a
la realidad, ese tormento de Sylvia dibujando una tierna sonrisa, sus dientes
61
parejos, su mirada picara y su cabello suelto acariñando sus hombros. ¡Carambas
hombre que pasa!, un brusco despertar, tener que volver al dilema tortuoso de la
cerveza que te empieza a saber a orines. El vaivén insólito de los furtivos visitantes
tenía la mirada frenética clavada sobre Fares Lujan que entraba al mismo toldo
Flavio le mira. Llegaba siempre para el mes de enero, era un gran amigo que
impecable: “un buen inicio y prometedor” decían sus inmediatos superiores. Desde
Lujan que también tenía vocación y además familia con mucha influencia en los
Una noche en una fiesta que organizaban unas chicas carmelinas, Fares empezó a
Flavio tenía una mejor preparación física y mental, esquivo dos golpes y encajo un
lo redujo al piso; cuando la riña parecía haber culminado Fares sacó una victorinox
por hecho que Fares Lujan ingresaría y Flavio no, terminaron chasqueados porque a
veces el destino es inaudito y nos juega malas pasadas: a Fares le falto puntuación
en conocimientos generales las veces que postulo, eso le alejó de toda intención de
ser militar; Flavio ingresó encabezando el cuadro de mérito; si bien el tiempo pasa y
62
Gabriel compró cigarrillos y te convido uno; lo enciendes con un fósforo “ya
volví” me sonríe, la desplanto con la rigidez pétrea de mi rostro; “te iba diciendo que
antes me hicieron mucho daño y pienso que tú también lo harás” calla y me adelanto
a pensar que es una patrañas para ocultar ciertos remordimientos, pero no creo eso
“tú sabes que no lo hare” y más imágenes coloidales van apareciendo, armando un
Tarambana llegó con un grupo de tunantes, Esteban le llamó, jalo una silla
para que se sentara a beber y brindara con todos la partida de nuestro amigo.
y un pectoral ataviado de monedas de plata y quintos de oro, cubierto por una manta
sujetada por un prendedor de bronce. Todos atentos sirviéndole como si fuera una
a decirle por primera vez que la amo “desde aquel momento hace dos años” y que
mirada en mis zapatos, “quieres seguir bailando”, “vamos” digo; ya no creo en esa
Esteban observa a Fares Lujan que estaba haciendo unas piruetas zumbonas
para unas alicradas impulsoras de cerveza. También se había dado cuenta que la
camisa que traía era a cuadros, probablemente piensa: “pobre idiota”; Esteban era
63
diferencia de Fares que le decía que más que la pinta era el floro y Esteban jamás
mano hacia abajo, Esteban protestaba y en florituras al oído le decía que era un
cuerpo que despegaba a la plenitud, quedó prendado de ella así de simple. Esteban
y Fares haciendo las de Cyrano pudieron hacerse amigos de Gisel. Se acercaba fin
Fares pudo llenar de valor a Esteban para que pidiera a Gisel ser su pareja. Que
cámara a la pobre.
estudiar a Lima, la tarde que Esteban se le declaro a Gisel, Fares ya había logrado
noche viajo sintiéndose estafado, burlado y amando como nunca y para toda la vida
Tras una paliza que Fares propino a Gisel, Esteban vio la oportunidad que
esperaba, Fares reacciono de tal forma que gritó, ofendió y humilló a Esteban
de confesar con desparpajo que no era la primera vez que la golpeaba. Esteban
decidió jugarse las de ganar, se la llevaría lejos, a un lugar dónde Fares no los
portero y le dijo que ya cerraban, felizmente andaba de sueño y con linterna que no
64
distinguió que Esteban estaba llorando, y lo notas nervioso siento una angustiante
desesperación, le susurro al oído que olvide lo que me tiene que decir, pero esa
endemoniada intranquilidad que ella tiene hace que perdamos tiempo sin besarnos,
“o me dices lo que te traes o te vas al carajo de una buena vez” amenazo, no puedo
ceder terreno, sus dedos se entrelazan a los míos como aforrándose, dejo caer la
colilla del cigarrillo, “al menos sigue besándome” me rehusó y de repente una
maquina echa un vapor denso, cáustico, penetrante con olor a formaldehido dulce
sollozos a Gabriel y también a los demás que siguen bebiendo más cerveza, se
interferencia de sus memorias consientes por el efecto del alcohol, pero menos la
tuya que se volvía más lúcida, en sentido inverso en tu segundo día de borrachera,
las luces a trompicones destellan ráfagas multicolores que me marean, miro a Sylvia,
pronto me aferro a ella, se entera de que estoy embriagado y odiando como nunca,
estoy bordeando el desmayo, lucho por no caer, respiro hondo; “abrázame por favor”
Juan buscó debajo de las sillas, interrogó a algunos y nada con dar con el
prendedor, Fares estaba sentado en una banca más ebrio que todos, Juan le
insulta. Era noble y algo ingenuo a veces parlanchín pero sobre todo manipulable,
65
nunca ataba ni desataba, y Fares sacó provecho de esa lasitud de carácter. Los
las juergas para ambos, ya que Fares le hacía parte de sus aventuras, y Juan
Un día los padres de Juan le encargaron que llevara una cuantiosa suma de
dinero a depositar al banco, por desgracia suya se encontró con Fares, éste le
convenció de que había un par de amigas muy buenas para aquel instante y que
ayudaban a pagarlo. Las amigas aparentaban ser chiquillas, como a las pocas
horas se mandaron mudar, la noche se les quedó corta tratando de llamar a otras
estaba solo en el pisito, hastiado por el vodka y el agua tónica; llegó a su casa metió
Lujan se había mandado mudar, volvió en la noche, volvió a tres turnos durante una
semana y no le hallaba, felizmente que no se había largado con todos sus bártulos y
solo él para darse la gran juerga de su vida hasta gastar el último centavo. Juan no
podía con semejante culpa, había sido timado y eso le avergonzaba tanto ante sus
Carlita la hermana menor confesó que también había sucumbido a los encantos de
denunciaron los padres de Juan porque la vergüenza es un peso más cruel, sobre
todo para Carlita por su candorosa ilusión de tener de enamorado a Fares y para
Juan que le serviría para recordarlo toda su existencia como una brutal lección de
66
vida; tan pragmático él que les recordó que ya eran las diez de la noche. Gabriel
advirtió que ya eran las últimas cervezas, Tarambana se resigna a dar por perdido
su prendedor, Fares Lujan estaba durmiendo en la entrada del toldo; se puso de pie
y tambaleando para llegar al baño, se levantó la careta para respirar mejor, miraba y
le miraban con desprecio, "cúando me dirás, ¿es tan oscuro tu secreto?", respiro
tiene sentido para ti. ¿Para qué recordar? ¿Qué, si decides olvidar?, posiblemente
despertar ésta mañana no sentiste el sabor de sus labios traicioneros, al punto que
Atrás del toldo había una especie de baño para varones con sillicos donde
orinar, encima unos pasamanos dónde apoyarse, Gabriel, Flavio, Esteban, Juan, tú y
todo el mundo entra a orinar, terminaron las últimas cervezas y ya era tiempo de
67
Túneles, suripantas y guerrilleros
removiendo las tuberías antiguas del desagüe para la nueva pista asfaltada del
vieja leyenda urbana a una realidad tangible, sino demostraba que nuestra vieja
cuidad estaba a los alrededores; una franja policial cuidaba sin dejar que nadie
entrara. El túnel discurría de la catedral y por toda la calle Grau. Los que conocían
aquella historia sacaron a relucir las teorías apócrifas de que los curas la usaban
catacumbas que servía para ocultar a los frutos mórbidos de esos amores
execrables. Los más cuerdos decían que se trataba de estructuras de escape que
siempre hubo en los viejos tiempos para la fuga oculta de los primeros españoles
conducía y si había peligro inminente de derrumbe; escribí unas notas, tomé unas
fotos y me retire para contarle al director de El Porvenir que habían hallado el circuito
Enrique Bonilla Huamán firmaba sus editoriales como Enri-Boni, su estilo era
68
patasapas, entre otros localismos quechuas del vocabulario de los huatrilas y chutos
decentes. Una tarde se dio el afán de explicarme que significaba cada palabra para
que yo pudiera usarlos y darle ése son de jaujinidad a nuestro diario, le dije
Enrique se agencio las armas necesarias para aprender bien el oficio; con un
profundo temor terminó confesándole al director de La Prensa que Doris Gibson del
-No quiero que lo tome como un abandono por una mejor oferta de sueldo o
como una afrenta a la lealtad que usted se merece –dijo el joven periodista,
expurgando una timidez característica de los serranos honestos-. Me voy para ver y
- ¡Bueno vete ya! –le dijo en tono fustigo, pero una sonrisa cómplice se
apoderó del rostro de Beltrán-, no te olvides que ahí la cosa más importante es la
Como todo buen tunante llegó para un 20 de enero y empezó su periplo por la
describía poco le faltaba una biblia o un libro de salmos que le ayudara a entonar y
aptitudes periodísticas y sobre todo mis primeros pinitos como articulista; gracias a la
69
paciencia y labor encomiable de algunos docentes que hacían posible una edición
bimensual que incluían los clásicos crucigramas josefinos, pude editar un artículo
sobre los libros de Bolívar que heredó a una familia amiga y otro artículo sobre el
Señor de Huarancayo y el milagro que le había hecho a mi vecina Lida Espíritu. Esa
tarde salí de la academia pensando lo que tendría que decirle para que publicara un
manojo de poemas que incipientemente me atreví a escribir sin mayor mérito que la
tenacidad e influencia que me dieron Pablo Neruda y Miguel Ángel Buesa. Las
oficinas de El Porvenir quedaban al lado de Radio Difusora del Centro, subí sus
adolescencia que me podía jugar una mala pasada cuando estuviera frente al
director.
que buscaba la forma de publicar al menos un par de artículos o poemas de los que
llevaba en el fólder, estiro la mano para que les pudiera dar una mirada y soliviantara
de tranca-la-olla.
70
–Si el que escribió El viejo y el mar, pero aún no lo he leído –mi atención era
desbordante, me parecía demasiado golpe de suerte no sólo el aprender a escribir
sino el de haber encontrado trabajo.
ciertos eventos no tan importantes, ser reportero me fascinaba con una alegría y
una pasión inexplicable que mande al carajo las clases de trigonometría y física de
los lunes a primeras horas. Mi primera misión fue la de ir al recibimiento del nuevo
tiempo suficiente para que las viejecitas de primera fila se echen una modorra de
padre y señor mío gracias al auspicio de su nuevo conductor de almas, que era
nada menos que un cura colombiano con unos ademanes de delicadeza que
como sucedió la misa luego lo aderezamos con una descripción sarcástica de sus
haberlo hecho así porque a los días de su publicación llegó el párroco acompañado
jaujense –según él la verdadera acepción gentilicia del jaujino– por ende la aspereza
de las noticias; el grupo de oración dijo que eso no se quedaría así y el cura
descuartizo con la mirada a Enrique. Desde aquel momento trabamos una conexión
tendría la cazuela del Colonial gratis para una columna de crítica de cine y me prestó
71
Una tarde me llegó una nota: Jalapupo ándate volando al chongo y hazte
antes cuando unos delincuentes, aduciendo ser clientes redujeron a los vigilantes y
PARROQUIANO: “Anoche Pascual…, urgido por una nefasta arrechura fue a dar
una visita al bulín intentando regatear la tarifa y sin conseguirlo, porque en realidad
le faltaban unos soles, decidió irse sin más consuelo que las imágenes guardadas
de la matrona le dijo que pagara la entrada que por un descuido de éste no había
guardián trató de atarantarlo para ver si decidía pagar, el sujeto se exaltó e intento
salir como pudo, una de las meretrices, por culpa de la poca luminosidad que suelen
dar los focos rojos, lo confundió con uno de los otrora agresores, las mujeres
salieron en tropel para vengar su anterior violación y le golpearon con tal sevicia que
el hombre sólo atinó a dar insultos procaces que terminó llamando la atención de la
mami quien salió con un cuchillo de matarife para atravesarlo de lado a lado y dejarlo
suripantas le cortaron el pene y decidieron echar el cuerpo a las puertas del poder
judicial que quedaba muy cerca; alguien, no se sabe, llamó a la policía. Antes que
72
llevaron preso a la matrona quien adujo estar mal de la cabeza desde aquella noche
Como nunca agotamos el tiraje de esa edición, cosa que teníamos que celebrar,
nos fuimos a beber unas cervezas a Nava, me sentí a gusto porque yo ya bebía
como adulto con los de mi grupo “La Naturaleza”. Me contó su vida pero
primordialmente el porqué se quedó en Jauja y no ante ese futuro prodigioso que le
esperaba en la capital y de posibilidades para escribir su nombre en la historia del
periodismo peruano junto a sus coetáneos Alfonso Grados Bertorini, Arturo Salazar
Larraín, Sebastián Salazar Bondy…
–Si tú la hubieras visto –me dijo, chispeaba un brillo especial en sus ojos que
luego asocie a instantes eternos que viven siempre en uno–, la pureza de sus ojos
color miel, esa hermosura que te hincaba a rezar, airosa como una azucena, sus
labios de carmín natural y sus blandos rizos que competían de igual a igual con las
lluvias de enero.
primera fila del palco de un toldo, la luminosidad que rezumaba la tarde junto al
forzadas de flechas arteras de un Cupido que subía y subía a pedir unos cuantos
billetes en el prendedor, que luego sería el fondo etílico del corro de chutos, y en una
de esas subidas, el Cupido de tela llegó a las delicadas manos de Flor de Rocío
Iriarte Mayor, el chuto ilustrado subió a recoger el Cupido y la saeta fue una sonrisa
Enrique la adoro desde aquel instante, escribió una sarta de poemas cifrados,
73
por el director de El Porvenir que era amigo suyo. Enri-Boni tenía la certeza de que
con la misma celeridad de antes, las excusas cada vez eran menos creíbles, de
Una tarde que llevaba una editorial al despacho encontró una invitación de
don Ignacio Iriarte, padre de Pochita Iriarte. Le invitaba a su casa para felicitarle por
asumir la dirección del diario y para darle sus impresiones de la ocupación soviética
a Checoslovaquia. No podía creer lo que sus ojos leían, un sueño hecho realidad.
Desde medio día estuvo paseando como mil veces el peine de queratina por su
cabeza, como unas cien veces quitando la pelusa de su traje de lanilla inglesa y
Pochita salió a abrir la puerta, como a las 3:30 soñaba con esa imagen pera
fue la criada la que salió a abrirle; ingreso y los portales del cielo se le abrieron en el
bienvenida, pero nuevamente esa imagen fugaz desapareció cuando don Ignacio le
dice el caduco hombre de leyes-, si la cacería de Odría casi los extingue es porque
estaban divididos.
74
-Para mí la verdadera izquierda de acción es ésta la de Lobatón y De la
Puente Uceda.
-Disculpe que le corte pero acá viene mi hija y quiero que la conozca –y mira
a Pochita que estaba más arrolladora que nunca, Enrique estaba paralizado de la
emoción.
acaloradamente, era una mujer muy culta e ilustrada por la severidad enciclopédica
materialismo dialéctico y que a la larga los unía en una complicidad que cedía a las
confusiones por un acto de benevolencia. Las tardes en que don Ignacio se hallaba
recitando versos a dos voces para que finalmente el amor terminara anidando en
sus corazones. Una tarde don Ignacio los sorprendió dándose un beso apasionado,
fingió no haber visto nada; para la próxima visita tanto él como Pochita no se
hasta que una mañana sin sol llegó una nota de Pochita donde le explicaba el
–Fueron las primeras y únicas lágrimas de amor que derrame –dijo mientras
bebía más cerveza para que amortiguara el bulto que tenía en la garganta–, el viejo
75
era prejuicio so, no le importo que yo también sea blanco como ellos, sino el hijo
Aunque sabía que Pochita le amaba, sólo que ante la autoridad paterna de
aquellas épocas no podía transgredir agravio alguno, y por ello la esperanza que
albergo durante años dejando de lado todo. Comprendí que los hombres de esa
la noticia entusiasmo a toda la provincia por los jugosos dividendos que dejarían con
Enrique tuvo su primera caída en cama de hospital por unos problemas hepáticos
que necesitaba el espacio los mando quemar a orillas del río Yacus, ya te imaginas
–Sabe no es por nada pero estoy pensando ser lo que usted me dijo.
– ¿Agnóstico?
–Si –le confesé y nos reímos como nunca en vez de echarnos a llorar ante
semejante barbaridad.
76
Me encargo que fuera a Uchubamba a cubrir la noticia de lo que acontecía
allí, que buscara a su amigo Zenón González, el mítico líder uchubambino que me
daría las facilidades del caso en mi estadía por ese lugar. Los pobladores de Chimay
cimientos sin demostrar bien el impacto ambiental que causarían en dicha cuenca.
Zenón González y sus huestes recrearon sus maniobras por el lugar donde operaron
y pude inventar nuevamente la noticia; quedé maravillado por el paraje, una mañana
muy temprano nos fuimos hacia los baños termales y al regreso volvimos
personaje del Huajaco y de Historia de Mayta, no lo dude y me quedé unos días más
Los mosquitos no dejaban de devorarme esa mañana que una mujer con un
Delgado, Pedro Rodríguez, Fabián Mucha, Miguel Pineda, Alberto Flores, Jacinto
hacienda Aina primer dueño familia Torín, segundo dueño PUCP, los mejoreros se
Gonzales va al penal San Luís, conoce a Vallejos, en mayo de 1962 estalla una
revolución con la toma del penal, asaltan los principales bancos y anulan los
77
sangre fría a Vallejos y Alejandro Mayta, pasa a la comisaría de Huancayo, cárcel
notas así que apunte mientras me contaba la historia de su vida. También me contó
que el Che Guevara llegó a Uchubamba trazando un mapa de acción guerrillera más
o menos a los días de agosto de 1966, no dude, sus palabras fluían con una lucidez
Lo primero que hice al volver fue ir a ver a Enri-Boni al hospital, camine por
los pasillos al aire libre, alrededor del pabellón había un ambiente raro, me acerque
–Me imagino que bien –me dice el gran Enrique–, con todos los detalles de
Uchubamba.
–Con una gran crónica para cerrar el año, pero como está usted.
78
Curro
presidir el jurado de los juegos florales de este año, demás está decirles la
–Eso será un gran acontecimiento que dará noticia para mucho tiempo –dice
Chicho Espinoza con la cara inundada de alegría–. Que uno de los bastiones de la
–Enserio cada día me sorprendes más, ¿y cómo así lograste convencerlo Curro?
– interviene Enrique Bonilla–, a su edad ya no creo le sea fácil estar de acá para
allá.
–No, estás equivocado, ese hombre está lleno de vida –conjetura Chicho–. La
–A santo de que no importa, con su llegada espero que venga ese influjo de
energía cósmica que necesitan nuestros jóvenes poetas , eso de que nuestra ciudad
sea el próximo epicentro de la poesía mundial y escape a las leyes de la lógica para
revelarse al idioma español y deje una huella imperecedera con uno, diez, cien
poetas que atraigan la mirada como lo hizo el renacimiento italiano o el siglo de oro
español, esa cantidad de poesía que llega al periódico Enrique, esa cantidad de
declamadores que vienen a la radio Chicho, eso es por algo, no sólo es un sueño, a
veces las cosas más improbables y el azar hacen mejor ese trabajo.
sobre él se dice que fue patriota allá en su Cádiz natal, agitador social en la
79
Argentina, sindicalista minero en Chile y guerrillero heroico en Bolivia. Sus
anécdotas son fabulosas. Sus más allegados explican que Curro es el hipocorístico
de Francisco, y que fueron ellos quienes respondieron las cartas abiertas que éste
enviaba pidiendo información sobre lo que ocurrió allá por el mayo de 1962 con el
Quizá sea el detonante principal para quien ve con otro entusiasmo esta
establecerse, donde poder comenzar de nuevo, algo en cual no tuviese que invertir
mucho porque en realidad no tenía nada, menos esplendor físico, los casi treinta
años buscando realizar ideales utópicos le demandaban una jubilación sin tantos
La última noche que cenaron juntos: Curro, su padre y su tío Recadero, él aún
no era adolescente, huérfano de mamá desde muy pequeño había recibido la visita
del tío materno que vivía en Barcelona como anarquista. De repente en la radio:
“Sevillanos a las armas, la patria está en peligro, para salvarla unos cuantos
éste gobierno indigno que se ha propuesto destruir España para convertirlo en una
colonia de Moscú –el que interrumpió la programación de radio Unión era Queipo de
Llano que se había levantado contra el gobierno del Frente Popular–; sevillanos la
80
suerte está echada y decidida por nosotros, es inútil que la piara resista y produzca
esa algarabía de gritos y tiros que oíd por todas partes, tropas del cerco irregular se
–El gobierno aplastara este golpe como la hizo otras veces –dice Recadero
López lleno de convicción–, los militares no se saldrá con la suya, ninguno de esos
hijoputas.
a pasar a los de la legión sin pasar por acá, sin Cádiz los subversivos no tienen piso
En años previos a este suceso, los ideales de toda España era dividido y
república.
tanto era un proscrito para los rebeldes y había que eliminarlo. Su barbería quedaba
en el 171 de Góngora y Argote. Luego del procedimiento del cual Recadero, por ser
extraño y cuñado del requisitoriado, fue dispuesto para llevarlo a un interrogatorio del
cual logro escapar. A Francisco nada más se le pudo imputar, los demás informes
81
sobre su buena conducta moral, pública y privada, metódico en su ritmo de vida, de
varios días, con los ojos estropeados de tanto llorar esperaba verle salir, una de
esas lúgubres tardes llegó a la casa y encontró a su tío Recadero que lo esperaba
por una premonición, tomó a Curro de los hombros–: Prométeme que será muy
valiente, que siempre luchara por un mundo mejor... ¡Y ahora tenemos que irnos!
–Tu papá nos encontrara, iremos dejándole rastro y ya verá como nos da
alcance.
El camino hasta Barcelona era largo y con muchas dificultades por sortear,
Recadero le enseño el arte del pasar desapercibido y los juegos de camuflaje por
los distintos frentes de batalla. Los paseos nocturnos, las venganzas personales, los
abismos, en los escombros y en los ríos; sobre toda España el cielo era nublado, la
esta guerra era la oportunidad definitiva de ser libertaria. Enseño a luchar a Curro en
las barricadas de defensa contra los fascistas que venían entrando en diagonal por
las laderas de las montañas. Era un día soleado, un día que parece ser bueno pero
termina siendo aciago, los tanques resplandecían a la luz del sol, una visión
82
aterradora que iba apoderándose de toda la ciudad, los jóvenes de la resistencia
unos días mientras una avalancha de más de medio millón de refugiados resistía la
oscuridad y el frío.
–Los del sere consideran solo a los dirigentes y administrativos, para los
más de quince mil personas en el puerto de Alicante esperando salir a África y unos
allá era la única esperanza y fortaleza. La tarde en Marsella era triste, los agent
llegaba a esta parte de la historia se le ahogaba la voz, sus ojos tornaban lágrimas y
sus manos buscaban aire para mitigar el tormento de no tener la certeza de que su
padre fue a dar a los fosos de Puerta de Tierra, ni el destino de su tío, si fue a dar tal
83
mundo, sin niñez, sin familia. Todo quedaba en aquel Cádiz del albedrío, de las
como a dos pasos de él la sombra de un hombre alto, robusto con perfil de poeta
universal, rezaba unos versos: “Oro puro, oro de España marcha a la América en
este viejo barco”. Y partir de entonces el inicio de una amistad que perduraría a
sería volteado por un golpe militar. Curro era el gachupín de los periódicos en la
películas de gánsteres que veía en el cine, con ollas populares, miseria generalizada
pero a la vez el mundo fascinante de los obreros. Trabajaba en una plaza donde
todas las mujeres con boinas y carteras emparentaban con maleantes. En ese
plaza un hermano de Filiberto tenía una peluquería a la que iban a alisarse las caras
–No pero este tal Perón es un tipazo –asegura un dirigente obrero–, muy
–Todo estos cafiolos son la misma joda, no hay que confiarse de ningún
militar –dice el peluquero Filiberto– que qué carajo va saber de previsión un coronel
del ejército.
–Ni creas, él decía: “Producir más para vivir mejor” –años de bonanza
84
llevaba como cinco minutos esperando volcar su atención–: Disculpe vengo por lo
del afeitado. Sobre todo fueron años de suma importancia para sus anécdotas de
escudriñaba en todos los reductos laborales los nombres de los patrones que no se
joven seguro, animal político larvario y feroz, volcó su esfuerzo mayor de hacer
posible que se oyera su voz en un barrio obrero: “Un grupo de militares que veían
Ahora nos queda pedir, exigir que lo dejen libre. Porque ya dejamos de ser esa masa
oscura y olvidada, hay que dar testimonio de nuestra presencia y hacerles entender
de una vez que ya no podemos seguir siendo excluidos de la vida del país”.
frontis de la Casa Rosada para clamar la presencia de su líder, fue el primer paso de
meses después se fundó el Partido Laboralista con la candidatura del coronel Perón,
“toda una promesa, lastima” decían los dirigentes que se apenaban de que no fuera
85
hacía ver que vivían una bonanza perpetua fue desmoronándose, las exportaciones
de alimento cada vez era menor; una nueva crisis agudizaba el descontento popular.
Curro vivía sus primeros años de universidad y sus primeros grandes momentos de
amor. Una tarde celebraban el sexto aniversario del partido y de repente conoció a
una joven muy bella llamada Tamara. Desde que le escucho su gracioso acento
dotaba de una sonrisa fugaz o le miraba con ese enigmático refulgir de mujer
platónica.
Alemania a finales de ese mismo año, y no sabría nada de ella hasta después, en
otro lugar y en otra circunstancia. Poco después la crisis toco su punto neurálgico y
echando abajo las conquistas de los obreros y sus organizaciones de base. Curro
todavía iba a mitad de carrera cuando la nueva crisis le obligo a desempolvar sus
zapatos de exiliado.
de Chile dejando siempre el rastro para su padre. Las cosas no mejoraban para
tornaba más penosa, Chile atravesaba una década incierta por una sórdida
en la capital, habían sido llevados a una trampa. Curro ya no quería ser sólo un
agitador, el valor indomable de los líderes sindicales que luchaban desde las
86
cárceles le inspiraban en una admiración total, esta vez no sólo sería un pasivo
observador sino se proponía ser un líder minero, trabó amistad con varios de estos
norte.
–Allá hay una guerra declarada al imperialismo yanqui –está seguro el Curro.
estaba flaco y con una madures forzada en el rostro. Siempre con la mirada llenaba
común y corriente.
–Lo primero es curtir las manos –argumentaba–. Hay que ganar el capital
humano con esfuerzo en su misma condición, sólo así se identifican con sus líderes
adoptar los tonos locales le hacían ganar adeptos, sus compañeros le mostraban
inspiraba temor a que se les infiltrara un espía que luego los delatara.
que vendría a ser la contienda electoral. Tanto los sindicatos como los corporativos
huelgas mineras se sucedían una a otra, las condiciones de vida del común obrero le
87
jodian la vida a Curro, nunca paraba de reclamar al punto que ya era detestado por
indemnización a sus familiares fue tan ridícula y miserable que derivo a una huelga
–Te tienes que ir en este instante –le advertía un compañero que había
mañana llega un grupo de carabineros a sacarte de acá porque dicen que eres un
agente ruso.
Mucho antes del amanecer Curro estaba camino a las minas de azufre allá en
las serranías chilenas, donde los desahuciados del sistema laboral dejan de ser
perseguidos, nadie le preguntaría que es lo que hacía por allí y menos se detendrían
América Latina. Curro pasaba las noches en vela pensando, soñando, en que ahora
sí tendría un mayor papel en el desarrollo de sus prototipos de vida; veía sus pasos
palmo a palmo una causa revolucionaria. Cuando llegó a las proximidades del Río
88
Grande, en la provincia de Cordillera, conoció a Ramón y a sus 51 compañeros,
reconoció en Tania a Tamara. E inicio sus cavilaciones teóricas sobre el azar y como
juega con nuestras vidas, reafirmando que el mundo es tan pequeño y las
arduos y penosos, la densa vegetación, el clima humano, las tensiones del ambiente
derivaban a sendas pugnas entre ellos. Eso a Curro jamás le desanimo, menos que
la gente les demostraran cada vez más desconfianza y les negaran la ayuda con
aprovisionarlos.
–Acá las condiciones para la revolución son tan adversas –le dice un
compañero cubano.
distinta.
coño les pasa por la cabeza, acaso no quieren salir de la esclavitud, no tienen
de esa situación.
grupo especializado de rangers que irían a aniquilarlos. Tanto en los vados, los
89
abismos y terraplenes, iban cayendo en emboscadas: bolivianos, peruanos,
cubanos. La ayuda del partido comunista boliviano jamás llego; Monje en su arrebato
por no liderar el frente, dejó a su suerte a los guerrilleros, en julio de 1967 cayó una
Debray. Por tratarse de dos europeos la amnistía les llego en el año 1970 gracias a
Jesús Espinoza y Enrique Bonilla le conocieron por fin ya casi cuando el sol
centellaba su luz final y tiñe de un ámbar viril todos los ambientes de la estación
del tren; se acerco a una de las paredes y dejo un rastro. No era mucho lo que
portaba o quizá el único equipaje desde que salió de su natal Cádiz, a la que no cree
comercial, su llegada concito todo un suceso, al poco tiempo se caso y tuvo dos
hijas. Cuando le preguntábamos por su pasado poético nos dijo que del vivir había
hecho su obra principal. Él fue el primer presidente del jurado para los primeros
conferencias por todo el mundo y realmente fue todo un suceso que se reflejo
también en los registros de nacimiento del año siguiente con unas veintisiete
90
–Junto a la carta de aceptación –dice Curro a sus interlocutores– me envió
esto: El estatuto masón de Bolonia redactado en mil dos cientos noventa, de allá
joven pliega la mirada sobre su propio reflejo y también sobre los amigos del Curro
que disimulan el embarazo y dan cuerda para hablar de otros asuntos; del televisor
que dará inicio otra vez a la democracia o la tasa media de crecimiento de la barba,
Poesía. Que es “el terreno común de todas las artes” como aseveraba Curro.
Allí reposa todo como si el tiempo se escapara del espacio y dejara una huella
lengua de cuero que sirve para asentar la navaja, en las maquinas Oster y Norelco
Gillette, Lord, Láser, Krip´s, Bic, Wilkinsom, Feather y aparatosamente como unos
mil quinientos ejemplares, varias de éstas que ya no existen, también hay jabones y
after shave como el Genuine Floid que llena la atmósfera de esta historia, pero todo
eso es aparataje del arte tonsorial. Roberto Gutiérrez tiene muchas dudas sobre
91
–Disculpe la curiosidad –interrumpe Roberto algo tímido–. Usted me puede
Adivino el problema del muchacho desde que le vio colgando el saco (unos
soltura y naturaleza de juglar silvestre le daban por añadidura algo más que el Curro
capto para su fuero interno, el joven quiso explayarse en las formas poéticas
–Acá sólo se habla de versificación española –le cortaron en seco los tres al
mismo tiempo–, deja de lado lo griego o lo latino, eso ya murió –acotó el Curro–,
haber enséñame lo que traes y recítame de memoria esos versos –Roberto fue por
sus páginas y el barbero le echo una mirada rauda–. Mira tus sonetos son
tus aliteraciones, usas rimas consonantes, tienes talento eso es lo que importa
más...
Nadie sabe que tras la barbería y la vivienda de Curro hay una quinta
inmensa con corredores laberínticos y con más de una puerta de entrada, la única
que se conoce es la que ingresa por Francisco Pizarro. En una de esas viviendas se
masónica de poetas perversos, muy secreta y muy selecta, que se reúne en las
noches de luna llena para convocar versos que llegan de lo más sublimes meandros
92
del alma y para luego publicarlos en El Porvenir o enviarlos anónimamente para que
Aquella noche despuntaba un frió estival y la luna era perfecta para un bautizo
simbólico y formar parte de la sociedad secreta. Entre las manos del joven Roberto
se cierne el vapor que resopla para calentarlos, tiene una nota con indicaciones que
tienen que cumplirse de tal manera: cubrirse los ojos, colocarse una soga al cuello,
desnudar el pie y el hombro izquierdo. Un hermano perverso viene por él, a través
de ser útil y ser una piedra más del edificio. El hermano perverso va a otro habitáculo
lectura de las intenciones del iniciado. Un golpe en el suelo anuncia las votaciones,
todas son bolas blancas. El hermano terrible va por él, llama a la puerta
ruidosamente.
– ¿Quién va?
La puerta se abre y todos los hermanos dan luz para el recién nacido poeta-
masón, la espada fría posa sobre el hombro desnudo, el venerable maestro le coge
93
Pale Moon
interminable cinta de asfalto; el bochorno que circulaba por el cuerpo hacía más
mes que le había llamado Paolo para invitarme a la fiesta de los pescadores. Hacía
mucho tiempo que le venía invitando y nunca podía ir; miraba por la ventana y
mis avatares amorosos y sobre todo en aquella mañana (día después de la última
fiesta de los pescadores que asistió) dónde contaba a los amigos más cercanos, a
cambio de una taza de café, un capítulo más del joven de la triste estampa en una
aventura con una noble dama madura, porque sabía que si lo narraba con
mujer que conocí en la fiesta, ¿Cuántos años tendría ahora?, pensabas. Habían
solipsismos; mi musa lujuriante que vivió para siempre en mí, no un amor platónico
porque los amores consumados son los que cuentan y dejan tranquilo de por vida.
El bus llegaba a su destino final, Me lleva a la Villa del pescador por favor.
la puerta; Paolo me invitaba a pasar algunos fines de semana y otros días feriados
habitación de siempre, piso de cerámica ajedrezado, una cama de dos plazas que
94
hacía juego con el velador y el armario de caoba y sillones de mimbre; traté de
Abrí los ojos, un ligero rumor de gente se filtraba por debajo de la puerta,
puerta sonó despacio tres veces, algo impávido restregando mis mejillas y mis
ojos, abrí. Que tal hermano, Bien, Que alegría que pudiste venir, Ya descanse
suficiente como para otra amanecida, ¿Son tantos años verdad?; y bajaron.
improvisado chiste rosa se abría entre la música, toda la crema y nata de la Villa
sacar bailar a las damas deseosas de hacerlo, las suelas de los zapatos de charol,
tafetán y cuero guante repujaban sobre el lustroso piso de parquet del salón
principal, bandejas repletas de copas con pisco y vino iban para algunos
infiltrados, vodka y whisky para los más refinados y cocteles de fantasía para los
traídos por los mismos pescadores de las caletas aledañas, la fiesta aún no llegaba
de mano, abrazos y besos en las mejillas, giras para no dar la espalda a nadie y
estaba ella.
95
De alguna manera pensaba sacarla a bailar y preguntarle su nombre; no se lo
Era la primera vez que asistía a aquella fiesta, Paolo te llamó a un lado para
que conocieras a una de sus primas; no pude contener las ganas de saber si él
sabía algo de aquella mujer, Paolo rió sardónico, inquisidor; sabía que yo era un
dice tratando de extinguir cualquier atisbo de libido, Y cómo así es que está en tu
el nombre, pensaste que la única manera de saberlo era también sacándola bailar,
la veías sin dejar de hacerlo, sonreía sólo por corresponder a los lascivos intentos
11p.m.
Betania al verme casi al mismo tiempo que la vi, disimulo la sorpresa de que
de Paolo, que con gesto ambiguo parecía leerme la mente; Te acuerdas de esa
96
mujer, Claro la mujer con la que bailaste esa noche; tras la misma sonrisa mordaz
te contó que ella aún no se había vuelto a casar: Como que te está esperando
¿no? Éste último comentario me dejo de una pieza; ¿cómo era posible que supiera
algo?, pensé y sin mayores ambages preguntaste: Sabes algo de lo que pasó entre
esa mujer y yo, La verdad sí. Y te contó que uno de los vigilantes te vio
había pensado que se trataba de una de sus primas y sólo ahora se daba cuenta, Y
por que al día siguiente Paolo no fue a la universidad, no pago su taza de café y tú
hazaña.
La miraba con cautela y pretendía que también ella lo hiciera, bailaba sin
descansar, era remota la posibilidad de acercarte sin que fuera notoria tu intención;
noche, estaba cubierta por ese aroma denso de sahumerio y pólvora de los
camaretazos que se acercaban; también bailaba por la premura con que las primas
momento pude detectar también la mirada que tenía puesta sobre mí, con todo el
valor que te auspiciaron los ya incontables tragos que habías tomado, decidí que
manera trataría de ubicarme del lado de aquella mujer. ¿Pero con qué excusa
tratarías de encaramarla en tus brazos y rozar esas carnes opulentas y respirar ese
97
ya imaginado aroma de mujer madura? Tenía el valor necesario para hacerlo,
con una sonrisa, te respondió que se llamaba Betania, le dijo que a pesar de la
lozanía de su semblante había algo que lo eclipsaba, que era imperceptible para
los demás y que para mí no lo era, por que conocía a la tristeza en todas sus
dejaste sentar para que nadie te odiara ese instante, ¿realmente estaba intrigada?,
lo confirme porque casi con obstinada frecuencia me echaba una mirada. Hubo una
segunda tanda de baile; viraría por completo mi táctica, esta vez haría comentarios
como quien gasta salvas inútilmente, el silencio que ella guardaba reafirmaba que
al menos lo intentarías y así quedaría una brecha amical por donde redimir las
tercera tanda de baile seria más seductor y directo, ser más obstinado para concluir
1 a.m.
Me acerqué a saludar y darle mis recuerdos a Betania con toda la prudencia de los
98
años transcurridos, cómplice perfecta de un pecado secreto, pensaste en lo bien
que se veía a los cuarenta; con el perfil de mujer madura intacta, con ese barniz
mozalbete que farfullaba frases cursis e incoherentes, que pretendía ser tierno y
agradable en sus poses de experto seductor… Quizá pensaba eso, pero ahora
entrado a una madures con más experiencia y dominio del arte amatorio fugaz,
¿qué sucedería ahora?, pensé. Los años no dejan rastro sobre usted…,
La banda con sus ecos de fatiga encalan sobre la fiesta, los santos patrones llegan
mi de alguna manera, La recordé como aquella noche, Que bueno recuérdame así
básicos, Supongo que ira para la procesión, le digo como aferrándome a su cintura,
El jardín quedaba tras de la casa, era amplísimo, rodeando una piscina semi
olímpica, a un lado una gruta dónde pernoctan, los días de fiesta, los santos
patrones de los pesca; entre las gardenias, las petunias, las rosas y los girasoles,
99
Estabas acelerado con las copas de pisco, de vez en vez le plantabas un
invitación de ver lo hermosas que eran, casi jugando nos acercamos a lo más
palabras que más parecían solecismos que invocaban a los demonios lujuriantes:
tranquila está la noche/ todo es silencio y calma/ han tendido su velo/ la diosa de la
entendías con claridad, tenía un tono de vals; nos detuvimos para que le mostraras
demasiado cerca del tuyo, su aliento calcinaba, tú eras un ebrio estuprador y ella
una posesa lunaria, un ferviente sonido salía de algún recoveco urgente, sus labios
se frotaban junto a los tuyos por iniciativa unánime, nuestras salivas se mezclaban
para amortiguar la fricción, la furia; sentía su lengua que escarbaba bajo la mía, el
apretujabas sus nalgas, ella se aprisionaba enredando sus brazos en mi nuca, tus
dedos agiles se deslizaban por debajo del vestido que envolvía como pétalos su
talle, desplacé sus braguitas a mitad de sus muslos; ella sin perder tiempo recogía
entre sus manos la turgencia de tu falo y lo llevó a que entrara a su sexo húmedo,
caliente, con aroma a salinidad marina, a olas que revientan en un risco, a pétalos
marchitos por el salitre; algo estorbaba no lo sé, la urgencia con que la penetrabas
100
era apremiante y se ajustaba a su necesidad; maldecías mil veces lo que abajo
estorbaba, sus gemidos parecían a baja voz decirte Gracias, gracias, gracias y eso
coitales lo hice viendo fijo a la anémica luna y tocaba el cielo, las nalgas y los
pechos, y alguien venia pero ella se vino antes: Que rico estuvo, creíste haber
eso no estoy seguro por que para cuando oímos pasos, perdón, oí pasos abrí los
ojos y estaba completamente solo con algo de sudor en la frente y con la bragueta
húmedo aún despierto, pero recordaba el olor a salinidad marina, al ver el tiempo te
sucedió, dormí fuera de las sábanas con el traje aún puesto y tendría que viajar con
Ya en la facultad viéndome aún trajeado y con una mala noche a cuestas a cambio
de la historia de mi sueño alguien ofreció pagarme una taza de café; cuando quedé
bolsillo, recordé que yo no cargaba pañuelo. Era una braga blanca con encajes
101
desbaratada por un lado, pensaste que esa consumación carnal requería ciertos
recaudos de velocidad.
1 y 10 a.m.
Sólo necesite de unos minutos para sonsacarle sonrisas, sus ojos acumulaban
invitarías nuevamente a ver los abedules; Claro si es que aún las cultivan, Por qué
Fuiste tú la que desapareció, Tú te quedaste como loco con los ojos cerrados.
Betania sonreía nuevamente, te decía que era bueno volverse a encontrar, ahora tú
también entrado en madurez; la luna celestina destellando hechizos, las flores, las
manos que se buscan mientras caminan, Lo que cantabas esa noche era un vals
de Pinglo verdad, Sí, y advirtió: Espero que esta vez no sólo te quedes con uno de
mis calzones como trofeo de guerra sino que te quedes con el cuerpo del delito; y
rieron.
102
El Mago de la Colina Verde
(The wizard of the green hill)
un chivatazo sobre alguna noticia sensacional, ella les miró adivinando tras sus ojos
de párvulos reporteros que el asunto es importante, sobre todo con Max Espinoza
– ¿Y qué quería?
La tarde estaba dominada por un sol mortecino que se filtra por las ventanas
El poeta Noé Mayta esperaba impaciente a Max, tenía en las manos una foja
otros desvaídos por el agua del caudal del río. La noticia no radicaba en que un
Porvenir”, que ocupaba un lugar en la iglesia, eso ya era vox populi. Ismael se
103
–Miren lo que encontré –ha dicho el maduro poeta, su expresión era la de un
poseído– poemas, una colección de poemas… –sus manos vibraban por sólo no
tratarse de una simple ventura, más bien de un milagro, la providencia de las musas.
composiciones poéticas, distintos bardos locales, Max sostiene una hoja con
–Aquí hay otros escritos en inglés –ha intervenido Noé, todos los papeles
104
violencia verbal”: –De algo estoy seguro –ha acotado Noé– de que este poeta trata
–…en conclusión hay algo de pagano o maldito en sus versos –ha dicho
y borrachera sexual –Noé lo cataloga como el lirico más procaz de lengua extranjera
que ha tenido la mala suerte de topar, Max cree que un poeta posmoderno y
vanguardista como aquel tiene una serie de estudios académicos sobre su obra.
cuentes conmigo…
gente era celebre por amar tanto la poesía, de todas las décadas que componen la
voz satánica:
afirmarlo Pablito Zamudio, el más culto y arrogante de los pesos pesados del arte
mayor, cualquier referencia histórica o arrebato editorial tenía que contar con su
venia–. No sé, debe de haber sido en el lapso de tiempo que me destacaron fuera de
la ciudad…
105
–…ya revisaron la biblioteca municipal, la Ricardo Palma de la Unión
trata de que sea en inglés, también publicamos en francés, italiano, alemán, japonés,
ciego, otrora director de la sección cultural El Trino del Zorzal para la poesía, y
portador de toda una galería de preseas–, todo lo que recibíamos era de calidad, era
muy difícil curar tanto material, felizmente no hubo represalias ni suicidios, escuche
Mario Allauca conocido en los círculos del indigenismo mágico como el “Poeta
Xauxa”, los recibió con alegría. Cuando escucho el poema leído por Max una sonrisa
– ¡Koko! Sin duda es Koko O‟Breiner. Yo no tuve mucha amistad con él, pero
sí con su mamá que era una inglesa fascinada por nuestra cultura. De Koko que les
puedo decir, estaba más loco que una cabra de tanta droga, recuerdo que su mamá
Cuando Adeline dio a luz a un robusto bebé varón, allende el mar no tenían la
como pudo haberlo hecho en el sanatorio suizo de Val-Mont, donde inicialmente sus
106
padres pensaron que se curaría de los pulmones. Pero aquel lugar no era seguro,
no porque se libraría la segunda guerra mundial alrededor, sino más bien porque
alguien podría caer en cuenta de que ella era la heredera O‟Breiner y la reputación
puertos de Europa rumbo a los Andes llegó muy pronto a los oídos de Mrs.
O‟Breiner.
edad. Hablar sobre si el bebé fue concebido con amor o sin el, seria especular, lo
cierto es que redime importancia por su prematura muerte en una escaramuza que
Adeline tardó más de un año en hacérselo saber a sus padres, bautizó a su hijo con
por una cuestión práctica de los funcionarios del consulado británico en Jauja. Pocos
recuerdan cuando llegó con su criada tras de ella y su docena de maletas de viaje
que descargaban de la estación del tren, el cónsul, que era amigo de su padre le
estadía no podía ser más acogedora, el paisaje que circuía la pequeña urbanidad
cosmopolita la hechizó desde aquel primer momento. Sus tardes de poesía y música
107
“Miss O´Breiner, ya me encargue personalmente de enviar las esquelas de
invitación a las personas que me indicó su merced” decía el hombre que tañe las
chapucero. La casa no tardó en ser visitada por todos los libres pensadores y la
londinense del Kensington. Las semanas pasaban y ella ya era conocida como
Así llegó al mundo George O´Breiner el 19 de enero de 1942, una rama que brotaba
donde comprender casi el total de su obra. A los cinco años era un hermoso niño
invitadas de su madre a la hora del té, recitando a John Donne tan apasionado que
robaba los aplausos y los mimos más exquisitos que le servían como estimulo para
seguir con más poemas que su mamá amaba tanto. Adeline cuidaba de su
educación pero el mundo que lo rodeaba en Jauja le era tan útil como los libros. Casi
siempre salía a jugar a los jardines o a la pequeña arboleda del sanatorio con una
niña llamada Tamya Huala, que era nieta de su nodriza. De ella pudo captar la
108
nostalgia del quechua y el amor inocente y mágico de su niñez que se vio
interrumpida a los ocho años cuando Mrs. O´Breiner vino por él.
Hubo muchas cartas atravesando el atlántico, las razones de lord O´Breiner eran
quizá ella también había heredado eso, porque dejó ir a su hijo sabiendo que aún él
le necesitaba, cuando George se fue, desde la ventana del tren observó que las que
más lloran su partida, eran la criada y su nodriza que lleva de la mano a Tamia
Huala.
investigación, Ismael se sentía atado por esa solidaridad que conlleva la amistad:
llamarlo el mago poeta, felizmente todo concluyo bonito, en la noche hay una tocada
que organiza Pedro, nos encontramos allí para brindar con unas cervezas.
–Sabes que esto no puede quedar aquí, por mi parte seguiré hasta el final,
acá no sólo hay un interés personal, quienes encaran tales temas tienen relieve
universal, “pobre aquellos a quien no ama el mundo pero a quienes llora después”,
decidieron prolongar la noche hasta muy entrada la mañana. Entre las anécdotas y
109
los diversos temas que franquean la curda, Ismael contó la investigación resiente,
sin más retribución que el deleite que obtiene un orador de sus interlocutores. Sin
–De vista, por la diferencia de edad no fui su amigo, pero quienes más lo
Ismael pensó que tras la relación de amistad entre el poeta y la mega estrella
de rock, había una crónica llena de detalles maravillosos, y la gloria del escritor
– ¿Lo conoces?
–Sí, trabaja en el poder judicial, me pasó alguna vez un dato –ha dicho Max.
Llegaron a las puertas del poder judicial, esperaron a que Jorge Luís Lumbreras
saliera almorzar, cuando le divisaron desde las lunas del auto, salieron y le
la gringa O‟Breiner.
–Él se fue a los ocho años de Jauja, eso ya lo sabemos, ¿tú sabes cuándo
– ¿Tú sabes Colirio, la historia de amistad que tiene con Mick Jagger?
110
–Muchachos no me abrumen, conozco muchos detalles de su vida, pero eso
–Colirio tu sabes algo más sobre sus poemas, sabes algo de "La mañana de
los magos".
–Alguna vez supe de memoria ese poema -en sus ojos abiertos a su máxima
Colirio sólo recordaba el final de otro poema: "Quebrar las antiguas tablas de
¿Cuántos poemarios más había escrito? ¿A quiénes llamaban los magos? ¿Estaba
vivo George O'Breiner? Jorge Luís se quedo callado, él no tenía esas respuestas,
revolucionarios. Todos buscaban algo en que creer que no sea un dios imaginario,
se iban al norte de África o al Asía, y Mick Jagger era como el flautista de Hamelin,
los jóvenes iban a dónde él iba, Koko le metió la idea de buscar esas respuestas acá
en el Puyhuan, acaso no sabes Ismael que los Rolling Stone estuvieron en el Perú
buscando eso...
habían colapsado, reposo en una cama suave bajo el cuidado de una enfermera. Su
recuperación fue lenta, su salud era muy frágil. Vivian en la calle La Mar cerca de la
111
Samaritana. Ya recuperado salía a hacer un pequeño recorrido, sus trajes y su capa
transilvana hacia que todos le miraran con curiosidad. Paseaba por la plaza de
armas, de allí por Junín hasta el puente, cuando sentía la necesidad de socializar
iba a Pánfilo a conversar temas de actualidad con las personas que allí encontraba.
La mañana que se encontró con Jorge Luís este iba aprisa a recoger los diferentes
mirar a Colirio le llamo mucho la atención, como si sólo hubiera transcurrido unos
volvió a unir como viejos cómplices. "El fuego de la poesía" ha dicho Colirio "Así que
lo dejaste todo", George le explico que había vuelto a la vida y que quería
cubrían de un manto mortuorio cuando recitaba sus versos, los poetas de Jauja
de que él ganaría la flor natural de los juegos florales de aquel año, por el reflejo
temático de sus sonetos, por su vibrante tema de la resurrección y del optimismo por
la vida.
112
verde deslumbrante, serpenteada de un sinuoso camino empedrado que conduce a
alrededor una gran cadena de montañas que en los meses más crueles de estiaje
peores pesadillas le queda revelado, siente una energía que estremece su cuerpo,
siente una vitalidad desbordante, no sólo física sino poética. Adeline encuentra
efímero de nuestro tiempo, que el siempre es pronto, que uno es uno mismo, que tú
eres quien eres, que nada es gratis y que la realidad puede cambiar.
peregrinaje.
– ¿Vehículos?
desarregláis el mundo. Más biblia y menos Rolling Stone". Mick Jagger se divinizo al
113
nivel de Baco y el idioma universal de millones de jóvenes era el rock, por tanto
estupefacientes inocuos para los peregrinos del Puyhuan. Por ese tiempo también
Quique Anticona había llegado de Europa casado con una alemana, ambos habían
frecuentado la jet set europea, él se encargaría de montar una casa hotel y buscar
las bases de esta locura era de las intensiones más sanas, llena del entusiasmo
definitiva trazo una figura en la cúspide y preparado para una ignición final se mudo
del todo a Puyhuan, vivió allí una rara forma de purificación durante cuarenta días y
cuarenta noches: “No voy a abandonar esté círculo, no voy a salir de aquí hasta que
quieres que me quede acá y muera también lo hare, o si quieres otra cosa tienes
que decírmelo”. Sin embargo cuando recordaba o volvía a las esferas habituales de
114
encontraba un significado prevalente. Adeline subió preocupada por el estado mental
allí cobijado bajo el rigor despiadado del sol y las lluvias y las noches de frio estival.
El día cuarenta descendió envuelto en una facha penosa como el regreso titánico de
Keith Richards y su novia Anita. El poeta les esperaba en el aeropuerto, su visita era
dictadura militar; todo lo que las estrellas de rock declaraban era nocivo para la salud
mental de la juventud de aquel entonces. Mick declaro sobre su arribo: "para ver de
cerca el efecto destructor de la cultura europea sobre otra tan elevada y avanzada
como los Incas", Keith declaro "estamos muy interesados en la magia tanto la blanca
como la negra, la vamos a practicar en este viaje con un mago al cual para abreviar
había previsto todo detalle, inclusive las juergas de yate en alta mar.
“Eh! Tío probad esto”, “De la mejor calidad”, “Joder tío, no siento mi nariz”,
“Mejor que agujerarte el brazo”. Hacía bastante tiempo que no querían saber nada
de drogas, lo mismo la novia de Keith que quería sacar adelante su embarazo. Hubo
un momento que George y Mick se fueron hasta la proa a charlar un poco: “Chaval
115
estás como nunca” ha dicho Mick, “Que te puedo decir tío, toque fondo… Creo que
ya estoy bien”, “Ahora te has dado de lleno a ser un gurú, un guía espiritual”, “Todo
lo que estamos haciendo Mick es cojonudo y veréis como todo resulta bien, no la
las deudas liquidadas en Londres, de los lugares comunes y de los amigos que
egoísmo. Luego Keith arrastro a George a la popa, saco un sobrecillo, una jeringuilla
mezclarla y fundirla, así que no se atrevieron a más. George se mantuvo firme pese
a que un bochorno tibio cubrió los poros de su piel, se quedo ahí respirando brisa
adicción. Sin embargo los jóvenes rebeldes de los prodigiosos años sesenta del
Perú encontraron un vehículo más extremo para viajar al umbral onírico de los
despiertos. La base libre o pasta básica de cocaína entro de moda, se podía fumar
“Eh George, no tenéis que temerle”, “Vamos tío, sólo una calada”.
organismo, dilató sus pupilas, consternó todo su cuerpo, la visión del mundo se
una cortina verde llena de cicatrices llena de margaritas llena de dientes de león de
repente un niño corre y el cielo se abre azul destella unas gotas que refresca el
rostro del anciano ahí se posan las mariposas y beben engendrando otras que
116
inundan la sonrisa de una mujer y cuánto amor se prodigan más niños salen de
capullos y ellos se buscan y se toman de las manos de su alianza nace el arco iris
de la esperanza y rondan tras el juego inocente y doloroso de crecer los senos y los
pubis éxtasis y pasión se unen en una trágica y mortal yuxtaposición las gotas de
sudor hacen nacer plantas de espinos que ahorcan todo marchitan el mundo mismo
huyen a ocultarse del tormento de la vergüenza del declive de un mundo perfecto los
colores mueren estrangulados por el lúgubre manto de un muro que cae para todo
el color del caos es oscuro lo genera una mujer avejentada de cuyo sexo nacen
batracios y ofidios que se apoderan de todo destruyen todo lo que tocan, esa imagen
“Eh tío estás bien”. Esa noche desapareció, nadie, absolutamente nadie sabía
cómo había podido volver a Lima, años más tarde cuando Quique Anticona logró
encontrarse con gente que estuvo aquella noche, le revelaron que O'Breiner vagaba
a las seis de la mañana, para tomar el tren que los iba a traer a Jauja, Anita empezó
a sangrar, "No ni manera de viajar así" dijo Keith, Quique andaba muy preocupado
por George, así que cuando le dijeron que si podían ir en avión les dijo que sí en
efecto, pero a Jauja no había vuelos comerciales y les vendieron boletos a Cusco.
117
pequeñas prosas poetarías perfeccionaron y armonizaron un nuevo lenguaje.
Jamás llegó a presentarlo, si sus salmos deleitan al rey del averno, el tiempo no
Wallace Stevens, Giorgos Seferis, Allen Ginsberg, Haroldo de Campos, Paúl Valéry
2. –Aló…, sí –ha respondido Max, fastidiado porque estuvo a punto de salir del
the strong than magic / their off spring it the drum. // There pressed,banished, the
annihilated. / Hatred appeased them necrophilia / may not all fall andresurgence, / its
white light slowly dissipates the fog: // The radiance of free domiswon, no matter how
/ cruel darkness crumbles wamp. / The wizards walk and beast sarede feated, / its
melody, its range, its power comes. // Old witch, ishumiliatedon his entrance. / Living
with ghost sand poison harmless. / Condemn the condemned to live. / To pay his
…A veces en la tenue luz de un destello / los seres melancólicos levantan la mirada / encuentran la fuerza de la magia y /
sus vástagos golpean el tambor. // Los reprimen, los destierran, los aniquilan. / Aplacan en ellos un odio necrófilo / no
podrán con todos, caen y resurgen, / su luz blanca disipa lenta la niebla: // El fulgor de libertad se gana, no importa cuánto /
resquebraja la oscuridad cruel del pantano. / Los magos caminan y las bestias corren derrotadas, / su melodía, su gama, su
facultad llega. // Vieja hechicera, humillada queda en su portal. / Convive con fantasmas y veneno inocuo. / Los magos la
condenan a seguir viviendo. / A pagar sus culpas mirando la nueva mañana.
118
–No entiendo, como lo conseguiste o como así se te da por hacerme esta
broma –ha comprendido Max que se trataba de lo que falta de aquel poema.
–Tranquilo Max, recuerda que aquí son como las diez y media de la noche y
mano. En la mampara de uno de los pub había un collage con posters de los Rolling
Stone, The Who, Graham Bond, Georgie Fame, Yardbirds y los Hermans Hertmits,
personas que se encontraban allí era gente cordial y alimentaban con chelines a la
jukebox a cambio de canciones que Ismael conocía muy bien. Luego de varios
retrete, al volver se percató que en la pared principal del local había un sinfín de
fotos y objetos empotrados que hacían alusión a los años sesenta y setenta y no
sólo reconoció lo mejor de la invasión británica sino también el amor y paz del
Flower Power de los Estados Unidos. Ismael estaba paralizado observando cada
conocido y no tardó unos minutos en tropezar con la certeza de que era aquel donde
empezó toda ésta historia, miro su reloj, cogió su tarjeta de llamadas internacionales
119
Su ex enamorada Dori Arons le encontró despidiéndose, colgó, ambos se
fueron para ver el hallazgo, ella se puso a leer el poema y tuvieron una pequeña
discusión en plan de Juego (Dori decía que lo más exacto al castellano sería „el
se les acerco a preguntarles con una afable curiosidad si conocían aquel “conjuro” o
–Ese poema que habéis leído chavales representa toda una época –ha dicho
la mujer del pub–como podéis apreciar el motivo del local es retener una época
irrepetible.
Ismael sigue sin entender a la mujer que habla aprisa, Dori como quien no
–Disculpe señora –ha dicho en su inglés fetal con acento americano– usted
Hay algo que llaman el azar electivo, Gwineth Holmwood cree en ello, Ismael
empieza a creerlo y Dori aún no tiene idea que también ella es parte de ese sin
120
Gwineth vivía en el 739 del Kings Road en Chelsea, tenía un departamento
–No lo sé, lo imagino como el inglés promedio, quizás como uno de los
sacó dos de ellas y las puso en la mesa de centro de su sala, luego se fue para el
ático a buscar un reproductor. Dori e Ismael observaron ambas cintas, una era
Rolling Stone Rock and Roll Circus y la otra Stones in the Park.
acercara a la gente del público. Mirad aquí está George –ha dicho manipulando el
–Creo que también usted aparece acá –ha dicho Ismael. Gwineth
descongela la imagen y pone la otra cinta de video y dice–: Sí, estamos allí, aquí
Stones. Creo que George estaba en el Perú cuando ocurrió este concierto.
un escenario en el Hyde Park Corner: “Voy a leer algo que escribió O‟Breiner y creo
magos”, salidos de aquel simulaban un conjuro irredento ante más de trescientos mil
catecúmenos.
contarles su papel en la vida de O‟Breiner hablaron como fue toda esa época
121
convulsa de la música, las bandas, la escena y del problema social que empezó a
revelarse con el uso de las drogas y los nuevos rituales del amor libre de los
hippies. Ella quedó encantada de hablar con Ismael que sabia tanto de música y
el cabello rubio moderadamente largo y fino como la seda, sus ojos azules
aristocrático, más bien era sus modales y su elegancia que no seguía el patrón de
hedonista y la sutileza humana, era él, que seguía peldaño arriba su propia
cuando George y Gwyneth coincidieron con sus miradas y una catástrofe de lujuria y
122
El amor casto y redentor que sintió por sus anteriores musas no le inspiró ningún
Emperatriz, glorificada por sus turbios amores con un sir británico, una fuente de
adicción a pastillas de nitrato amílico y a la heroína, sin ella los poemas de amor de
“La mañana de los magos” no habrían existido. Todos le llamaban a George: The
Gwyneth le regaló una cabra blanca a la que bautizaron con el nombre de la bruja
Razia, le ponían una capa negra similar a la de su amo y se le veía muy graciosa en
las fotos.
denunciaba al poemario “La mañana de los magos” y al álbum de los Rolling Stone
era sacarlos de circulación, había que matar literalmente a todo aquel que se hacía
llamar mago.
“La cacería de brujas” fue una hermosa noche de invierno en la mansión de Keith
Richards, “Tíos así me gustáis todo mundo flipado”. El rey de los ácidos había
llegado para organizar la fiesta donde Mick se iniciaría por ese camino, veinte
George tenía unas pastillas de colores extraños que contenían heroína y que
hábilmente dijo que eran las que le había recetado su médico. En ese momento no
paso nada. Tal vez el juicio le hubiera dado a O‟Breiner fama trascendental como
123
El estado británico contra Mick y Keith, la sentencia de George quedo anulada
permitido muchos excesos: la poesía, el hipismo y nunca las drogas, menos aún
que dejara los estudios para dedicarse lleno a ser él mismo. Y aprovecha esta
oportunidad para convocar un consejo familiar y luego obtiene una orden del
gastos se refiere, a partir de entonces y hasta el final recibirá una cantidad fija que
apenas basta para no caer en miseria. “No querías dejar esa vida mundana, dijisteis
que te alejarais de ese gente, acaso no ves que tenéis un porvenir distinto, podéis
llegar a primer ministro” “Necesito la pasta abuela, acaso no lo ves” “Os queréis el
Mick en prisión: “He tío todos esos lugares son extraordinarios, hubieseis visto a los
líderes espirituales… Te traje este libro de la cultura Quechua, no tiene nada que ver
control y se iba de la casa por varios días una vez enganchada en la heroína,
George no sabía qué hacer, ella aparecía y desaparecía, cada uno asumía un
124
hechiceros. La humillación, la miseria y la heroína dejan un rastro visible en el quinto
poemario llamado Una arista de la Atlántida, el primer manuscrito fue devorado por
Razia antes de ser entregado a una edición clandestina. En ese trance Gwyneth
salió una tarde y no volvió más, y el invierno más duro de soledad empezó, George
tenía un aspecto terrible de abandono marcado en los ojos, salía vestido con sus
mejores harapos de seda, siempre con su capa transilvana y la fiel Razia, y todas
sus amistades empezaban a sentir lástima de él, y lejos de brindarle ayuda le dieron
la espalda.
Estaba más rodado que una piedra cuando enterraron a lord O‟Breiner y así
no lo comprendió su abuela, creyó que él era más que un ingrato, ruin, y eso lo
prematuras, los traficantes que le facilitaban los estupefacientes cada vez dejaban
vacía la casa, muy pronto quedo sin nada más que trocar. Sacudido por el síndrome
de abstinencia y unos cuajos de pulmón que empezó a escupir por una enfermedad
hereditaria, escribió una dramática carta en cuyo final aparece esta suplica: “En
ese instante de lucidez encontró a Razia muerta por inanición y esa escena le
abuela nada de esto hubiese ocurrido pero el camino ya estaba trazado a terminar
La calle era más abrigada que la casa del Cheyne Walk, aparece en su vida
Elizabeth Greenberg, ella le conocía de los ambientes del West End por su
reputación infernal de poeta. “El chaval O‟Breiner es un adicto”, “Tío no sacáis nada
125
siendo un yonqui, os admiraba”, “Guapita de cara necesito que me ayudes a buscar
un camello, no puedo seguir con este dolor, vamos ayudadme a conseguir un chute”,
limpio.
presagiar que cualquier momento tendría una recaída. Preso de una serie de
puritana, de rígidas costumbres anglicanas, termina por hacer una sima cada vez
El paquete turístico de Ismael solo incluía tres días en el Reino Unido. Buscó
los lugares del epicentro del Swinging London, reconoció el Soho, imaginó en el
Perú sin embargo contento de haber trazado una brecha. Max era reconocido en el
Perú como un intelectual de primera fila, obtuvo la beca Guggenheim (fue el primer
126
latinoamericano que desembolso el total en libras esterlinas) para poder terminar su
tesis paralizada y sin esperanza de verse materializada y titularse: “Malditos del siglo
XX”.
itinerario previo a las entrevistas y organizó todo detalle que colaborara al rigor
de Londres, del edificio del consejo municipal al Westminster, por las enormes moles
British Library.
–No es justo que apenas y le den mención por algunos de sus poemarios
–Olvidas que los servicios secretos del gobierno británico –ha respondido
Max con una afirmación contundente– ejecutaba artística y moralmente a todo aquel
del olvido, Harold Wilson primer ministro, Semolina Pilchard jefe de una brigada
anti-magos del Scotland Yard y otros cucufatos ingleses de hecho que dieron
127
–Todo eso se lo escuche a Ismael…, sabes Max todo este rollo me fue
envolviendo y lo sigue haciendo. Cuenta con mi ayuda hasta el final para que
Sobre los dos primeros poemarios no había indicio real de haber sido
Encontraron a un amigo del colegio llamado Phillip Laing que aseguraba haber
compartido la misma carpeta en la niñez: “Os aseguro que si existen” decía, “su
propio abuelo los financiaba”, también aseguraba haber compartido algunos tóxicos
en la juventud: “En su casa del Cheyne Walk atesoraba sus libros, sus papeles, sus
diarios, pero esta casa se la compró Jagger y este a su vez se la vendió a otro…”,
Max condensaba azufre cuando escuchaba la sola mención del hechicero del rock,
estudio, por tanto ya había contactado con Jane Rose, ejecutiva de la corporación
mismísimo Lucifer. Aquel atajo sería lo último, con la presencia de Ismael y mientras
128
Llegaron a la mansión victoriana del Kensington Road. Hacía ya varios
años que la abuela había pasado a mejor vida. Consiguieron el permiso de una
pariente que era albacea del imperio económico O‟Breiner, aquella no podía dar
escoltados por dos personas sin perderlos de vista. Suntuosos corredores con
–Mira esas esculturas y esos retratos, esta gente se pudre en plata –ha
dicho Max–. Mira ese retrato –señala al de una bella joven, la imagen de colores
vivaces tan reales, que sus ojos no pierden de vista a los visitantes.
129
Vio en su abuelo la figura paterna y lord O‟Breiner se regocijaba viéndole
crecer. Londres le parecía una ciudad de otro mundo y eso le daba miedo, nada le
dibujar y escribir sus primeros versos con su mejor letra y atesorarlos para Tamia
Huala. Disponía de dinero pero fue marcado por una infancia triste. Mrs. O‟Breiner
se pasa la vida inculcándole que sea muy seguro de sí mismo y sobre todo
lleva las más románticas líneas a algunas jovencitas de cierto elegante colegio
femenino camino al colegio masculino de George, y cuando él pasaba por ahí las
agraciadas le hacían ganar admiración entre sus demás compañeros. Los chicos
más populares le invitaban a platicar y abrumarlo, intrigados “de cómo lo hace sino
130
declaración de guerra empezó cuando él, le confesó que con su permiso o sin el
sería un poeta.
pero sus estudios en el London School of Economics le hacían codearse con las
con las finanzas. Michael era como él, distinto, se identificaba con la música de los
negros norteamericanos y cantaba para la banda “Los incorporados del Blues” que
tocaban en los suburbios de bajo fondo, George tuvo la osadía de cancelar a los
músicos que había contratado su abuela para llevar a estos granujas a su fiesta de
presentación en sociedad. Toda esa gente anticuada que era la lista muy selecta de
música! Están haciendo puñeta mis oídos.” “Eh tíos así suena el rhythm and blues
en el Mississippi, bueno casi así.” “Calmad tíos, no veis que los chavales disfrutan de
estas melodías.” No sólo era la música, también lo eran algunos invitados amigos de
victoria pírrica que anulo cualquier intento de alto al fuego con su abuela, no sólo
era la ignominia pública en la fecha clave de su vida, sino el agotar los intentos por
llevaba a que conociera un poco de los casi cincuenta negocios que tenia con otras
131
“terminad de estudiar, vivid, no hay prisa, total todo esto es tuyo”. Una generosa
manejado por un chófer que le llevaba a donde le placiera, algunas noches llegaba
al Marquee donde Michael que ahora era Mick tocaba con su nueva banda los
Rollin´ Stones, también llegaba gente interesante, representativa del arte pop, la
música, la moda y la extravagancia sofisticada, gente con los ojos irritados por los
sexual de a la lujosa suite del hotel y casi siempre los expulsaban por el escándalo
que conlleva los excesos cometidos, los porros de yerba y las platinas de ácidos
indicios demuestran que George era más espectador que participante, tenia temor a
las drogas duras y padecer algún efecto colateral o negativo que le dejaran majareta,
misterioso como nueva musa de inspiración. Una tarde de aquellas cuando Mrs.
O´Breiner llego al vestíbulo del hotel encontró a George que iba con Mick de salida,
sombrero capirote de mago. Ella le reprocha aquella facha y él, conteniendo una
ráfaga de improperios, se aleja y dice: “I´m free, to do what I want… any ol´time”. Y
brevedad posible.
“Dejaros que os vaya como caballo desbocado por la vida haciendo lo que le venga
en gana, señor O‟Breiner, – ha dicho la abuela–, que haga pira un cuarto de hotel y
lo detengan. No, estás chalado si le dejas hacer todo eso”. “Joder señora O‟Breiner
132
– ha respondido el abuelo con ese acento prístino e inconfundible del inglés
amoroso y consentidor, era la de un amigo mayor. Cuando una tarde lejana, George,
le conto que unas chiquillas se le acercaron para conocerle y saber sobre su “Allá
dónde quedo mi mundo y otros poemas” (todos compuestos antes de los dieseis
que una pequeña ayuda siempre es necesario para producir: efectos no sólo
todo, después ya lo poco que sabía de George no eran más que escándalos y a
veces que lo encontraba drogado, por allí llego a enterarse que ya no estaba en
Inglaterra. La versión que sabía de su aparición en Lima fue que Tamia Huala lo
hecho un despojo. Luego Adeline recibió una cantidad generosa para llevarlo a una
quería muerto.
Ismael se encontró con Colirio, quien le tenía una buena nueva, Tamya Huala
tocaron la puerta y ella misma salió atenderlos, Colirio le dijo si se recordaba de él,
pero ella abría y ceñía las cejas tratando de reconocerle. Después de salir de la
133
desconfianza, Ismael le explicó que un amigo suyo se encontraba en Londres
redactando una tesis poética, sin embargo ella les aclaró que su esposo sí era un
certidumbre de que ella no decía la verdad, de que ella protegía a George, tal vez de
sus viejas influencias, tal vez de sus viejos espectros de la drogadicción o tal vez de
naturaleza, toda su poesía es una obra de arte y necesita ser juzgada como tal –ha
parado allí. Luego volvió y le dijo que Koko volvería porque necesitaba llegar a
Puyhuan y quien sabe estaría encantado de conocer a Max y quizá poderle ayudar.
desde que nacieron, creí que eso te lo había explicado Max. Apropósito de que es el
–Sinceramente creo que sí, pero comprenderás Coli que yo tengo una
pensar que permea la ciencia, quizá simplemente elegir un camino o una vocación,
134
las cosas suceden por algo, por eso quizá nunca llegaron los Rolling Stone a
Puyhuan.
gnosticismo, que Lemurias, que Atlántidas, que cantos numéricos. Mejor porque no
te recitas “El amanecer de los Magos” –miro su reloj, calculo el tiempo y ha dicho–.
¡Pucha…!, mejor nos vamos a llamar a Max y terminamos con este asunto de una
buena vez.
Epílogo
Glimmer Twins en Lima, sino que como buen cronista de rock logro encontrar
pistas, testimonios y fotografías de sus pasos por la capital del imperio: Cusco.
Creyendo por una confusión, que de allí llegarían por sus propios medios a Puyhuan.
(England: About the poets) figura el nombre de George O'Breiner entre los de Mimi
Khalvati, Denise Riley, Jo Shapcott, Glyn Maxwell, Simon Armitage, Mark Ford,
Selima Hill, entre otros poetas para nada malditos. Y hacer de esas piezas que
135
Una fábula de amor pintada de Azul
Sally
se rasuran y usan colonia masculina T-Rex de largo alcance. Así que ingresan y se
las beldades de la ciudad se exhiben y todo mundo busca excusa para llegar hasta
allí.
Piden tragos cortos y en jarra porque además de ser efectivos y darle imagen de
chicos rudos, son más económicas, y fuman cada cigarrillo después de otro llenando
Ismael está ahí con los otros Naturales que no tienen mucho éxito con las chicas,
recibe la jarra con el cuba libre y por desgracia le toca el último trago.
136
Camina a la barra porque no quiere que vean la cantidad de dinero que lleva en la
como quién no quiere saca de la casaca un Underjoint para que le vean fumando,
voltea y exhala por la nariz el humo de su seguridad y de repente ve a Sally que está
ahí con una Cristal pequeña en las manos, rodeada de sus tres amigas
inseparables. Todas ellas departiendo con los nuevos alféreces del ejército
ambigua indiferencia de un “Hola” y ella con otro gesto de mano: “Ven aquí niño
ahora”. Escéptico, incrédulo camina, sabe que sus camaradas le están viendo.
–Así parece –le responde con cierta arrogancia y denostando intriga en el rostro.
–Claro –le dice y ella muestra una sonrisa blanca y lozana de niña bonita y él mira
dónde están sus amigos y ellos están ocupados en sus asuntos–: Bailaras conmigo
había eclipse, hablamos bastante, aunque creo que estabas mareado, te computaste
137
Conversan muy cerca como si se susurraran a los oídos, de pronto Ismael mira en la
dirección dónde están sus amigos y ellos le miran diciendo: “concha-tu-mare manda
el puto trago”, en fin ellos entienden lo que sucede, pero la mancha no se puede
perjudicar y eso lo saben muy bien cualquiera de ellos. También las amigas de ella:
Thereza, Antonya y Nataly la miran como diciendo que haces acaparada por ese
mocoso, tal vez tengan razón y Sally se da su lugar y le dice que después seguirán
Ismael revienta de felicidad, sabe que si le confiesa que desde aquella noche no ha
Naturales están celebrando el cumpleaños del Choche Ledesma, gran parte del
porque hay chicas pululando alrededor, queriendo afanar a un Natural. Los galanes
sí, emocionado sueña con Sally, que sigue ahí codeada por sus amigas que le
reprochan lo aburrida que se muestra frente a tales amistades; pasa un buen rato e
Dos naturales se habían ido al baño: el negro Monín y el Pecas, tras de ellos
viene un hombre a quien conocen como el “Chuzado”, popular por ser beligerante,
toda La Naturaleza se pone alerta, aquel tipo empieza a mentarles la madre: que sus
mamás para acá y sus mamás para allá y todo mundo con la paciencia colmada.
Como a tres mesas al fondo de la pista de baile está la mancha de aquel jodido
crápula que les reclama el desparpajo que habían tenido por haberse puesto en el
sitio de aquellos, total que vienen como dos cretinos más de ese grupo a provocar,
138
los Naturales no pueden mostrar ningún ápice de cobardía. Ismael que es un tipo
diplomático y tiene cierta amistad con uno de ellos, trata de calmar los ánimos, pero
resulta que aquel tío también es un hijoputa. Todo mundo está observando, entre el
transe de la música y las luces difusas, lo que sucederá. Se agotan los insultos y
empieza la pelea, los de seguridad que rondan por ahí no pueden controlar la
barra con la esperanza de que Sally no haya visto el ñeque; sorpresa, ya no está.
Cuando corría por los pasillos del Museo del Prado, su mochila hacia un
bamboleo extraño, tal vez por la prisa del retraso, tal vez por el peso del contenido:
tubos de oleo, aceites minerales y aditivos esenciales para los colores que se le
siempre las monjas le decían que llevar la insignia de las carmelitanas en la mochila
las ayudaba a identificarse entre ellas en distintos países, ya que era una gran
fraternidad femenina. Desde que ganó la beca para irse a Madrid por su talento en
rehabilitar obras de arte, nunca dejó de asistir y menos llegar tarde a un vernissage.
mejor dicho la frescura de hablarle así, a ella que ya empieza a tener renombre
aparecen los demás restauradores y los que organizan la exposición, están a punto
139
de develar un cuadro, sacar el cobertor, Sally voltea para ver dónde quedó aquel
atrevido, cae la tela y una pintura de Sorolla es reestrenada y todo mundo aplaude
Fermín se le cruzó tres veces por el camino, pero las circunstancias eran
definitivamente claras para que ella no piense que la están acosando, sin embargo
Casi todos sus compañeros de la escuela de arte tenían una vida muy
protección en unos brazos que la cobijaran, y estar en medio de una gran ciudad
presencia, o quizá iba más nostálgica que nunca y eso le hacía un regocijo dulce en
y llena de ostentaciones… Los instantes que existen para dos seres humanos se
que apenas ha visto y cruzado un par de palabras y de repente esa persona está allí
Ángela
140
–Y yo a ti bebé… Procura convencer a tu jefe de que te alquile su casa en
Chacarilla.
–Usare mis mejores argumentos amor, tú tienes un gusto por los detalles… –le
amarraba con los brazos la cintura y no dejaba de darle besos ligeros en los labios.
colgaba por las dificultades del clima e incluso se averiaba, y demoraban un día
campamento los otros colegas no sabían nada y menos lograban comunicarse con
su novio. Se acercaba el fin de su misión y algo no iba bien con ella, no sólo
los asociaba a malos augurios tanto como para su familia o a su amado Darío.
Llamaba a su casa y su hermanito estaba muy bien, lo mismo papito y mamita o los
abuelitos allá en el pueblo; desde niña supo que el don de la intuición lo tenía muy
desarrollado, así que descartadas las demás posibilidades sólo quedaba que a Darío
algo malo le había pasado. Aún faltaba marcar pocos días en su calendario de Hello
Kitty, y quién espera desespera ante el día cero, felizmente la misión de ella
terminaría con una semana de antelación y acabaría con esa extraña premonición.
en la noche registraba varias llamadas perdidas, todas de Darío, como era de noche
sorpresa le daría a Darío, en fin aprovecharía en ver los detalles del traje de él ya
sobriedad para ese momento con que sueñan la mayoría de mujeres desde que son
niñas. Incluso tendría tiempo de elegir la música y ensayar unos pasos de vals.
141
Cuando el avión llego a Lima e intento llamar insistentemente a Darío, fue hasta su
casa y la mamá del chico quedo más sorprendida que Ángela cuando le explicó la
Ángela por pura deducción lógica llega a la certitud de que la mayoría de hombres
romance, Darío estaba ocupando su nidito de amor con otra chica que
había que gastar energía en vano más que para soportar la humillación y la soledad
Sally e Ismael
misma ola de entusiasmo, hacía muchos años que no se habían visto, ella seguía
erguido y una elegancia al caminar, que le enseño su padre del estilo del mítico John
Wayne y los modos y maneras de tratar a una dama del manual de Carreño, cosas
142
que lo hacían un espécimen raro y las mujeres despertaban su curiosidad hacía él.
una llamada del celular y bueno supongamos que Sally también hacía lo mismo, él le
pasó la voz con un gesto pueril y antes de que el vuelva para adentro, ella le tomo
–Y por qué no, que por cuatro esquinas hablen de nosotros –expande los labios y
aquella sonrisa que le hechizaba desde la adolescencia vuelve con el mismo influjo.
–Si yo pudiera algún día remontarme a las estrellas conmigo te llevaría a dónde nos
vieran.
con el tiempo, en el recuerdo de ambos, se volvió un juego muy intimo, un juego que
como una galimatías iniciaran los preludios de los sentimientos que ya no se pueden
disimular y menos evitar, ella había vuelto a su ciudad natal para nuevamente
aprender a estar sola, tal vez empezar de nuevo, y él, el buen Ismael, vivía siempre
un gran viejo amor?, hablaron de todo un poco, sobre todo del debacle amoroso del
matrimonio ella, de sus desventuras para encontrar el verdadero amor él, el tropezar
143
siempre con mujeres llenas de conflictos emocionales y otras taras que repercuten
–Las mujeres duras van bien conmigo –le dice echando la mirada al piso en plan de
mozonada.
–Eso lo sé desde hace mucho –.Se quedaron mirando y esas miradas remontaban el
tiempo de cuando ella lo veía como su amiguito favorito y él el objeto de sus deseos.
Los minutos son crueles y pasan atropellando la noche y arrastrando el nuevo albor,
Sally tiene que volver a casa e Ismael argumenta que volverá al trabajo muy lejos
de ahí y que es mejor amarse ahora porque más adelante sería tarde.
Recorrieron el centro comercial, vieron una película infantil porque les hacía gracia
sentarse en la última fila y no llegar a ver nada por la premura de besarse, salieron
platicando, ordenaron dos margaritas, otras dos más y fueron como media docena
reconocieran, había una especie de cuenta regresiva que agotaba los segundos,
ellos se discurrían abriéndose paso entre la multitud que gritaba cuatro, tres, dos…
doradas por la gravedad hacían una cascada que termino por iluminar
Sally va corriendo y lle- No había tiempo para preguntarle nada, la forma como
le apretaba la mano delataba un pavor tremendo, Mierin
le condujo a protegerse bajo los arcos coloniales de la
plaza, aferro su rostro a su pecho y no habría los ojos
144
para nada, él contemplaba el esplendor del momento y
esa seguridad de que nunca olvidaría aquel instante, la
música de la tropas de sicuri y las tunas en San Lázaro
se filtraba también al final de la cascada, era la escena
vándole de la mano, práctica-
res. En la huida de Sally llegaron a guarecerse en la puerta del hotel Santa Rosa,
puso su rostro en el corazón de Ismael que latía a mil, sin querer tropiezan con
la necesidad de una margarita más y suben al bar del hotel, ella dice que está mal
todo lo que están a punto de hacer, sin embargo se besan y sienten ser presas de
ese instinto primario, él siente que los labios de Sally están más turgentes, cálidos,
salinidad que discurre entre sus labios y la fricción, él está llorando por los viejos
estrangularle de felicidad. Tras del niño aparece Sally, para equilibrar el cuadro va y
abraza a Ismael, Fermín padre los mira y para rematar el asunto Sally le planta un
pico a Ismael y Fermín hijo le reprocha a su padre que le haya dejado de prestar
atención.
145
–Volvemos en un momento –dice Sally llevando de la mano al pequeño Fermín.
Hay un pequeño espacio de silencio, dónde los dos hombres no saben que tema
–La verdad que no es nada, el niño es encantador, al inicio fue un poco dificultoso
ganármelo.
– ¿Ganárselo?
madre.
–Mire Ismael voy a ser muy sincero con usted –.Llena de aire el pecho para
–Recuperar lo que perdió hace mucho Fermín, cuando yo encontré a Sally ella era
una mujer atormentada de dolor, de dudas, de inseguridades por todas las cosas
que ¡tú!, le hiciste, mírala ahora como está, no quiero decir que soy lo mejor que le
–Se que hice muchas cosas negativas para perderla, pero créame que no me iré sin
ellos.
–No malgaste su tiempo y confórmese con lo que obtuvo de su desamor, ella ahora
es otra persona, más segura de sí misma, más optimista por salir adelante, ha vuelto
–La madre de Sally cree que usted no es bueno para ella, menos como figura
paterna de mi hijo.
146
–Ya le dije, no pretendo ser padre de Fermín, ya lo tiene, eres tú, yo sólo soy su
todo marcha muy bien, en cuanto a la mamá de Sally… Que ella me vea como una
influencia negativa, yo lo dudo, lo que ella apela es que Sally no sea madre soltera y
arcaico.
Ambos hombres se liquidaban con las miradas, posiblemente de seguir por este
–Aquí está Ismael, este departamento es de ambos, lo que me quieras decir lo dices
ahora y acá.
“Unas niñas con sus cestitas van dejando un sendero de pétalos tras de sí, las dos
hileras de bancas con flores laterales y papel caramelo que adornan y acogen a una
del brazo de su papito recibe ligeras ancladas, ella sabe que no son para volver a
marcar la marcha, sino para que instantes previos al cadalso, de su brazo a torcer y
reverendo en el ara sabe que este matrimonio durará poco, por eso no se muestra
blancas y como se enternecen con los niños que le llevan la cola de su vestido, eso
la enorgullece y sabe que está por encima de cualquier ofensa o diatriba, sin
147
embargo las murmuraciones son más perceptibles, se acerca al altar y el novio sigue
de espalda, hubiese preferido que le sonriera viéndola ingresar, sube los tres
peldaños, aún tiene tiempo de echarse a correr como en las películas, sigue y los
brazo de su padre y cuando está por enlazarse al de su novio y este gira, resulta que
ilusiones de su boda que tuvo desde muy pequeña había sido tirado al piso y roto en
mil pedazos, como su corazón, y el llanto que se le tornaba cada intervalo de tiempo.
ilusiones.
Como treinta noches sin dormir, unas ojeras de oso panda y herida y el orgullo
astillado hasta la asfixia, decide ir a pasar una semana con los abuelitos al pueblo.
lóbrega soledad de la montaña, lleva el libro que está leyendo lo más a la mano que
pueda del equipaje: “El secreto”, y decide llevar suelto a Rosco (el oso de peluche
que no tiene nada que ver con el crápula de Darío y su manía de subsanar sus
errores regalando peluches, pobres, terminaron en la hoguera con las fotos, las
cartitas y tarjetitas de amor, entre otros detalles de más de dos años de relación),
consigna.
un viejo fotograma por su mente de su drama personal y recuerda que ella y Darío
148
estuvieron allí minando la casa de besos furtivos que los abuelos miraban con cierta
desaprobación, pero en fin comprendían que la niña Ángelita ya era toda una
mujer… No puede aplacar todo ese efluvio de emociones, pero resiste, no quiere
llorar frente a los abuelos y ellos ya están al tanto de todo lo sucedido, sin embargo
un sollozo la traiciona, y los abuelos dicen, “Oh mi pequeña”, ella no sabe cuando la
Sally estaba ahí sentada en la estación de bus esperando a Ismael, él llega y la ve,
ella no muestra emoción, salen de la estación, toman un taxi y piden que los lleve a
eufórico no sólo porque viene cargado de buenas noticias y cosas positivas que le
Sally está inquieta, angustiada, que se siente culpable y que apenas y agranda los
– ¡No vuelvas a mencionar que mi mayor carencia fue la figura paterna! –Le dice
Sally con humor de mil diablos– ¡Deja de ser mi maldito sicoanalista! No sabes nada
de nada de las mujeres, no sabes cómo somos de verdad y sólo un papanatas cree
– Hay cosas que rehúsas hablar –Ismael creía haber deleznado todos sus secretos,
haber adivinado cada uno de sus temores, haber vulnerado los refugios de su alma,
149
prácticamente decir que él conocía muy bien a Sally, poder predecirla en cada
que nada faltara, de que nada entorpeciera lo que queremos cada uno…
–Es que no sé qué es lo que quiero realmente –Sally da unos pasos para alejarse,
seguridad de lo quieres.
– ¡Oh, sí! –responde Ismael sarcástico–. Pensar que nos entendíamos y no saber lo
–Lo más importante del dar no son las cosas materiales sino el de lo
Acaso crees que no me doy cuenta de que vives atado al fantasma de esa mujer
–Realmente no sé…
Entro a su taller tirando con violencia de la puerta tras de sí, cada vez que sentía la
compactera sus discos de Fany McNamara para perderse en la azul tristeza de sus
versos y ahondarlo en ese letargo dulce del martirio. Ismael conoce y comprende
aquella ceremonia, no entiende lo que le pasa a Sally, aunque en el fondo siente que
ella tiene razón, las cosas materiales no son siempre del todo absolutas y aseguran
la dicha y la felicidad.
Sally había viajado a Jauja para dejar al pequeño Fermín con su mamá, mientras
150
Unos meses después
poder viajar. Nada parece salir de la normalidad, se encontró con gran parte de sus
amistades, los chistes, las chanzas y la cháchara en general mantenía esa alegría
multicolor que suele haber en los toldos con el rigor infaltable de los litros y litros de
en el palco del segundo piso, luego de los convencionalismos del protocolo amical,
llega un tipo carismático que tiene como hechizadas a todas las mujeres, de
abrazo, las mujeres ríen y murmuran entre dientes algo que Ismael no puede
entender porque se da cuenta que el tipo es argentino, de repente siente ese aroma
instante en su cabeza, con sus gestos, su 14 de abril, con sus cuadros, su piel de
marfil y ese gran sentido del humor. Al desamor le viene el reproche de haberse
pequeñas cosas que hacen a un gran amor: los detalles, las cursilerías de las
palabras mágicas del „te necesito‟, „te quiero‟, „te amo‟ y „te adoro‟ en fin, él era un
hombre práctico que basaba sus relaciones al dominio del Kamasutra y al mapeo de
las zonas erógenas… Sin embargo en el corazón elucubraba una débil expectativa
de volver a tenerla entre sus brazos. No la llego a ver en todo aquel espacio de
tiempo que lo anhelaba con fervor. Fue a su casa a sacar su vieja mochila de viaje,
cuando empezó esa lenta y viva caricia de la lluvia, alguna esperanza de que aquella
151
le ayude a espantar los espectros que le rodean, así que decide caminar a la
estación donde parten los buses, como a tres pasos de un grupo de gente está Sally,
cruza para mejorarle el panorama, y él hace como que no ha logrado ver aquella
lado a lado. Siguió caminando con más rapidez, quiere largarse de Jauja de una
en las cosas de la vida, que no siempre son de leche y miel, cuando alguien le pide
permiso para ir en el asiento de al lado. Al verla queda como golpeado por una
nueva ola de emociones y la chica queda afectada por el aroma a tabaco que
abunda en él y piensa que aquel instante es la cereza que faltaba al pastel. Procura
mismo tono de timbre, después de constatar aquellos detalles se miran a los ojos
era a ella a quien llamaban, al poco rato él no tenía que seguir siendo el anónimo
la mano.
Se estrechan las manos y luego se ponen a conversar como si alguna flecha artera,
152
Satipo, febrero del 2012.
153