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Vistos:
En estos autos, RIT N° C-3661-2006, RUC N° 06-2-0333398-4, del
Juzgado de Familia de Concepción, seguidos entre doña Rosa
Hortensia Del Carmen Salgado Muñoz y doña Claudia Marcela Concha
Dolz, por sentencia de primer grado de diecisiete de marzo de dos mil
ocho, escrita a fojas 107, se rechazó la acción de nulidad de
matrimonio por vínculo matrimonial no disuelto, por no haber sido
emplazados los herederos del cónyuge fallecido y, en consecuencia,
se omitió pronunciamiento sobre el fondo de la controversia, con
costas.
Se alzó la parte demandante y una de las salas de la Corte de
Apelaciones de Concepción, por fallo de veintitrés de septiembre de
dos mil ocho, que se lee a fojas 137 y siguientes, con mayores
fundamentos, confirmó el de primera instancia.
En contra de esta última decisión la defensa de la demandante, dedujo
recurso de casación en el fondo que pasa a analizarse.
Se trajeron los autos en relación.
Considerando:
Primero: Que por el presente recurso se denuncia la infracción de los
artículos 4 y 34 de la Ley de Matrimonio Civil de 1884 y artículo 1097
del Código Civil, argumentando al efecto la recurrente que incurren en
error de derecho los sentenciadores al exigir que fallecido el cónyuge
bígamo, se emplace de nulidad no sólo al sobreviviente sino que
también a los herederos del primero, puesto que tal exigencia de
titularidad pasiva no se encuentra establecida por la ley y desconoce el
hecho que la acción de matrimonio civil es de carácter personal y que
por regla general es intransmisible.
Indica que es errado el razonamiento dado al respecto por los jueces
del fondo, quienes sostien en que este tipo de acciones involucran
también un interés patrimonial, lo que determina la necesidad de que
los herederos sean también emplazados de la acción de que se trata,
sobre todo si la propia ley les confiere la posibilidad de accionar en el
caso de nulidad por bigamia cuando fallece uno de los cónyuges, por
parecer esto justo y equitativo, en circunstancia que no existe norma
que permita extender por equidad o simple interpretación extensiva un
derecho que la ley consagra, en forma excepcional.
Expresa que el artículo 1097 del Código Civil confiere a los herederos
la titularidad activa y pasiva de las acciones del causante bajo la
premisa de que se trate de un derecho u obligación transmisible. Así,
el principio de continuación del causante por sus herederos no es
general y sólo dice relación con el patrimonio y, por ende, de los
derechos y obligaciones con contenido pecuniario. La acción de
nulidad de matrimonio civil es personalísima y tanto es así que el
artículo 47 de la Ley de Matrimonio Civil de 1884, aplicable al caso,
disponía que: ?Corresponde la acción de nulidad a los presuntos
cónyuges, a sus ascendientes, al ministerio público y a las personas
que tengan actual interés en ella y no podrá intentarse si no viven
ambos cónyuges?. Con ello la ley disponía precisamente, que jamás
podrían ser titulares activos ni pasivos los herederos de los cónyuges,
lo confería carácter intransmisible a la acción y ello en forma expresa
como excepción a la regla general, esto en razón precisamente de no
ser patrimonial, pues se trata de una acción de derecho de familia, que
por lo mismo se encuentra fuera del comercio humano y es
intransmisible, escapando a los caracteres de la nulidad contractual
patrimonial de los artículos 1682 y siguientes del Código Civil y, por
ende, a la necesidad de emplazar o dirigirse contra los herederos.
Manifiesta que tal calificación no se ve alterada por la circunstancia
que puedan producirse efectos patrimoniales en la disolución de la
sociedad conyugal, puesto que ellos son accesorios al objeto principal
que dice relación con el término del vínculo matrimonial y el cambio de
estado civil de una persona.
Agrega que la regla general es que fallecido uno de los cónyuges no
exista posibilidad de accionar de nulidad mat
rimonial, lo que le otorga un carácter personalísimo a esa facultad,
pero con las modificaciones legislativas se introdujeron dos
excepciones, esto es, cuando la acción pasa a los herederos del
cónyuge, como son el caso de matrimonio en artículo de muerte y en
el de vínculo matrimonial no disuelto situaciones especialmente
previstas por el legislador que no pueden extenderse y alterar el
principio general de la intransmisibilidad, pretendiendo aplicarlas en
materia de legitimidad pasiva, en circunstancias que ello no ha sido
dispuesto por la ley.
Indica que de este modo el fallo atacado al exigir que la acción de
nulidad por bigamia se debió dirigir también en contra de los herederos
del cónyuge fallecido, como si se tratase de una nulidad patrimonial
sujeta a las reglas generales, ha vulnerado el claro texto del artículo 34
de la Ley de Matrimonio Civil de 1884 que establece que son titulares
activos y pasivos de la acción y con ello también el artículo 1.097 del
Código Civil, porque se aplica el principio de la continuación del
causante en sus herederos fuera del ámbito patrimonial a que está
limitada su sucesión y el artículo 4 de la Ley de Matrimonio Civil de
1884, pues se mantiene un matrimonio que evidentemente era nulo
por bigamia.
Cuestiona el hecho que el referido fallo aluda a los artículos 80 y
siguientes de la Ley 19.947 los que no tendrían aplicación al caso
según lo dispuesto por el inciso 2° del artículo segundo transitorio de la
misma ley.
Segundo: Que para la adecuada resolución del asunto se hace
necesario anotar los siguientes hechos que se han tenido por
establecidos en autos:
a) doña Rosa Hortensia Delgado Muñoz, contrajo matrimonio con don
Hernán Pineda Burgos el 11 de febrero de 1966 y tuvieron cuatro hijos.