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Número 39 - O c t u b r e d e 2 012 - D i s t r i b u c i ó n g r a t u i t a - w w w. u n i ve r s o c e n t r o . c o m
2 CONTENIDO EDITORIAL
4
Mi compatriota
la guerrillera
6
Noche y niebla
8 Dueños del
desorden
Muhammad y
Yadisha
10
Un fantasma
muy apacible
12
L
a huella de un puesto de perros, un espacio lles en las que no había lugar para chazas, había límites
Berenice manchado por las salsas regadas durante años, y se necesitaban cambios. Más de cuatro mil venteros es-
puede valer ocho millones de pesos. En el día taban trabajando y concertando con la Alcaldía. Luego
parece mugre sobre la acera pero en la noche de la asonada del pasado primero de octubre, en la ad-
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es oro. Las marcas que deja un cajón de agua- ministración municipal nadie mencionó ese proceso. Se
cates en una esquina cobran valor a punta de sol y agua. habló de una especie de complot criminal contra el Plan
Defender el espacio público significa identificar a los so- Piloto de Vida, Seguridad y Convivencia para el Centro,
cios fundadores de los negocios en las aceras, poner lími- que se había lanzado ocho días antes. Decir que los al-
La vida vertical tes día a día, pactar deberes y garantizar estabilidad. El borotadores, vándalos, ladrones y manifestantes del
Estado, como los venteros, debe madrugar a ver cómo va día hacían parte de una movilización ilegal organizada
el negocio y a pelear el espacio con quienes “vigilan” ar- asusta un poco, pero era necesario refugiarse en las ma-
mados de una amenaza que puede ser solo un guiño. Las fias para esconder el despiste.
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Camerino azul
ventas ambulantes, estacionarias, extorsivas, piratas,
inocentes, indecentes…, proveen buena parte de los em-
pleos en todas las ciudades del país. Toca inventar una
Cámara de Comercio a la intemperie para regular el ne-
gocio.
Entre nosotros la ilegalidad y la informalidad están
muy cerca. En un día se puede pasar de un estado a otro
tres o cuatro veces. El reto de los funcionarios es hacer
más visible esa línea y proponer alternativas que permi-
tan mantenerse en los compromisos con lo público. Si no
Pero la administración municipal está en otro cuen- se logra, el Centro será no solo un mercado intransita-
to. Gobierna más por la vía de las oficinas y el Concejo. ble sino también un territorio con reglas dictadas por los
Mira más la burocracia que las calles. Aquí funciona la dueños de la economía del desorden. Ellos se encargarán
“unidad municipal” y los concejales todavía hacen deba- de arrumarlos y cobrarles. Ya no importará la huella del
tes a la alcaldía de Salazar. La Gerencia del Centro, que cajón en la acera: los señores de la calle dirán quién tra-
UNIVERSO CENTRO se había convertido en un interlocutor clave entre La Al- baja en cada esquina; los carnés firmados en La Alpuja-
pujarra y la gente que trabaja, vive y visita los alrededo- rra valdrán un peso. Tal vez ese fue el mensaje que qui-
Publicación mensual res del Parque Berrío, solo fue ocupada ocho meses des- sieron dar cuando destruyeron una de las oficinas de Es-
pués de la posesión del alcalde. El elegido para ese escri- pacio Público.
DIRECCIÓN Y FOTOGRAFÍA
torio que se debe ejercer a pie resultó ser el gerente de Las consecuencias del desorden se oyen y se ven to-
– Juan Fernando Ospina una empresa de confecciones. Llevaba un mes cuando le dos los días. Hablar de mugre es simple cosmética. Decir
EDITOR estalló una asonada que no se veía hacía tiempos: el in- que Fenalco presentó datos alarmantes en sus encuestas
– Pascual Gaviria conformismo derivó en gritos, los gritos en marchas, las sobre seguridad, es atender una simple pataleta de los
COMITÉ EDITORIAL marchas en manifestaciones, las manifestaciones en pe- comerciantes. Contar las anécdotas de los diez amigos
– Fernando Mora dreas, las pedreas en vandalismo, el vandalismo en pi- atracados en los últimos veinte días, desconoce las esta-
– Juan Carlos Orrego llaje y el pillaje en un caos organizado por la bandas. Na- dísticas. Contar la historia de los pillos que desplazan al
– Guillermo Cardona die en La Alpujarra parece entender que la “normalidad” que prende un porro en una esquina, es defender a los vi-
del centro incuba riesgos que no están programados en ciosos. Hablar de la bolsa con un muerto en pedazos tira-
– Maria Isabel Naranjo da en la calle Echeverri, es hacer prensa amarilla.
los afiches de los grandes eventos.
– Alfonso Buitrago Los venteros son una clientela política importante. El Pero si juntamos las historias y las opiniones ha-
– Ana Lucía Cárdenas carné que autoriza a arriar la caja es casi un cargo públi- brá que concluir que algo malo pasa en el Centro; como
W W W. UN I V E R S O C E N T R O . C O M
DISEÑO Y DIAGRAMACIÓN co. En los últimos años se intentó que la negociación no siempre por algunas causas remotas e indescifrables, y
– Gretel Álvarez fuera entre vendedores y concejales o funcionarios. Se como nunca por ignorancia, desconocimiento, desidia,
COORDINACIÓN COMERCIAL alentó la creación de organizaciones y se definieron ca- alejamiento de la realidad de la Alcaldía de Medellín. UC
– Ana María Duque
DISTRIBUCIÓN
– Érika, Sebastián y Gustavo
CORRECCIÓN
– Paca y equipo UC
ASISTENTE
– Sandra Barrientos
Es una publicación de la
Corporación Universo Centro
Número 39 - Octubre 2012
16.000 ejemplares
Impreso en La Patria
Esta publicación ha sido posible gracias al apoyo
universocentro@universocentro.com del Ministerio de Cultura de Colombia, Plan Na-
cional de Lectura y Escritura - Leer es mi cuento,
D I S T R I B U C I Ó N G R AT U I TA a través de la Convocatoria 2012.
número 39 / octubre 2012 UC 3
M i com patriota
la guerrillera
por N I C O V E R B E E K
Ilustración: Verónica Velásquez
A
hora que el gobierno Santos
ha iniciado un nuevo proce-
so de paz con las Farc, me
surgen dos acotaciones con
respeto al tema: una es es-
tructural y de fondo y otra es más frívola.
En cuanto a la primera, me pre-
gunto sinceramente si la guerrilla de
hoy, narcotraficantes y secuestradores
como son, merece que le abran un es-
pacio para “negociar” el futuro de la so-
ciedad colombiana. ¿Acaso por el solo
hecho de haber sido un generador de
violencia por cincuenta años, han ga-
nado el derecho de ser tenidos en cuen-
ta para tomar las grandes decisiones de
la democracia colombiana? Honesta-
mente creo que con las Farc de hoy solo
se debería negociar una especie de en-
trega y sometimiento a la justicia, algo
parecido a lo que hizo el gobierno Ga-
viria a principios de los noventa con el
Cartel de Medellín.
En cuanto a la segunda acotación,
en algún momento me imaginé la vida
colombiana con la presencia de algunos
de los guerrilleros de las Farc como ciu-
dadanos de “bien”; por ejemplo, cómo
sería encontrarse algún día en la calle
con un tal Romaña o un tal Grannobles
o un tal El Paisa…
Tengo otra pesadilla, pero es más
personal y me atrevo a expresarla aquí,
ahora que los militantes de las Farc aún
no han bajado del monte. Lo digo con
toda sinceridad: temo encontrarme al-
gún día con Tanja Nijmeijer, la guerri-
llera holandesa que milita desde hace aprendía el oficio de la guerra urbana, po guerrillero más antiguo del conti- las pero confiables lenguas dicen que
más de diez años en las Farc, toda una armaba bombas y preparaba atentados. nente americano. él compró perfume y shampoo para su
veterana de guerra; todavía más aho- Según sus compañeros, resultó ser una La noticia no pasó desapercibida en –aaaah!!– novia. Por qué yo? Por qué
ra que según los rumores la misma Tan- alumna aplicada. Tanto, que pronto re- Colombia, donde los noticieros abrie- siempre escojo los malos? Pero bueno,
ja va a estar presente en los diálogos de cibió una llamada de los duros de las ron con la historia de esa chica holan- todavía hay oportunidad de tomar una
paz como miembro del “equipo nego- Farc para que se trasladara a las selvas desa que había venido a ayudar a derra- decisión y creo que no es tarde para po-
ciador”, o simplemente como traducto- del país y se desempeñara como guerri- mar más sangre en el campo colombia- ner las cosas en su sitio.
ra. Esto parece una clara indicación de llera con todas las de la ley… del monte. no –como si para eso se necesitara ayu- 14 junio, 2007 Parece que conseguí
que las Farc, más que en una negocia- En el campamento encontraron el da foránea–. Los medios de comunica- un novio. Hemos negociado y él va a ha-
ción de paz, parecen estar preocupadas portátil de Carlos Lozada, que conte- ción comenzaron a buscar a la familia blar con su comandante para ver si pode-
por hacer propaganda en el exterior y nía información “importante” sobre las de esa muchacha que había decidido mos estar juntos. Sin beso, nada. Puras
reparar su imagen (o lo que quedó de Farc. Pero la mayor sorpresa fue encon- cambiar un pueblito perdido en el cam- negociaciones. Gracioso no? Tiene buen
ella) en países europeos. trar, en medio de las pertenencias que po holandés por las selvas inhóspitas de cuerpo y bonita sonrisa. Vamos a ver. Por
Es hora de refrescar un poco la me- dejaron los guerrilleros en su fuga, cua- la lejana Colombia. Todos se pregunta- lo demás, no más noticias. Estamos to-
moria sobre esta señora de la guerra. dernos escritos en una lengua que los ron en coro: ¿por qué y para qué? ¿Para davía en entrenamiento, bastante duro
Tanja decidió ingresar en las filas de las soldados no supieron descifrar. El ha- perseguir un sueño revolucionario? y yo estoy echando demasiados múscu-
Farc cuando tenía 21 años, y en 2007 llazgo parecía confirmar la sospecha de ¿Para ayudar a los pobres indígenas en los. El camarada [novio] está a dos días
logró su “cuarta hora de fama” cuando la inteligencia militar de que había jó- el campo colombiano, como les había de camino y a veces lo extraño. El novio
el ejército colombiano descubrió unos venes europeos en las filas de la guerri- asegurado Tanja en el último mensaje a que tengo –un negro muy bonito que pa-
diarios que había escrito durante las lla. Intrigados por el hecho, los milita- sus padres, que aún no tenían idea? ¿O rece una estrella de cine de una película
largas noches en la selva colombiana. res enviaron los diarios a Bogotá, don- a buscar algo de aventura y dejar atrás americana– me manda saludos y cigarri-
Fue una tarde del 18 de junio, en lí- de establecieron que los textos estaban su vida previsible, sosegada y de pronto llos. Tengo ganas de sexo, y qué? Las úl-
mites de los municipios de La Macare- escritos en holandés. De esa manera se demasiado aburrida? Aún no se había timas dos veces no eran muy bueno, yo
na y La Uribe, cuando un comando de logró que Holanda supiera de una gue- inventado aquel famoso eslogan para tengo el derecho a algo que vale la pena,
la Fudra (Fuerza de Despliegue Rápi- rra ajena, desconocida para la mayoría promocionar a Colombia en el exterior, o no? Hoy no lo he visto.
do) del Ejército llegó hasta el campa- de sus habitantes. La conmoción fue no- pero parece que Tanja tenía ya bien cla- Sin embargo, había partes de su dia-
mento de Carlos Antonio Lozada, en- toria en un país donde una riña calleje- ro que de verdad “Colombia es pasión”, rio donde criticaba abiertamente a las
tonces miembro del Secretariado de las ra en la zona rosa de Ámsterdam bien y corrió el riesgo de quedarse. Farc, “su nueva familia” –como llamaba
Farc; también era comandante del te- puede ser el titular principal de un pe- Los textos del diario daban algu- a la guerrilla en otras páginas–, cues-
mido Frente Antonio Nariño, o sea jefe riódico nacional. nas luces sobre las motivaciones verda- tionaba la forma en que los comandan-
de los milicianos que ponían bombas Los cuadernos contenían el diario deras de esa chica, que quiso seguir los tes organizaban la vida de los guerri-
en Transmilenio y atentaban contra co- de una joven holandesa que aparente- pasos del Che Guevara pero se compor- lleros rasos, y se preguntaba por lo que
merciantes que se negaban a pagar ex- mente había pasado de una simpatía tó más bien como una Mata Hari moder- quedaba del fuego revolucionario de
torsiones. La guerrillera holandesa tra- distante por la lucha revolucionaria en na. Unas citas de su diario son dicientes: este grupo guerrillero:
bajaba en la capital como profesora de lejanos países –común en algunos jóve- 11 junio, 2007 Mi amor de una no- Realmente no sé a dónde va a parar
inglés en el Wall Street Institute, su fa- nes europeos sensibles y a veces inge- che resulta ser no solamente torpe y es- este proyecto. Cómo será cuando este-
chada oficial, mientras en las noches nuos–, a la militancia armada en el gru- túpido, sino también deshonesto. Ma- mos en el poder? Las mujeres de los co-
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mandantes en sus Ferrari Testa Ros- tacto con Colombia, su práctica como
sa, con tetas de silicona, comiendo ca- profesora en un colegio en Pereira, has-
viar? Parece que así va a ser. La mujer ta su vinculación definitiva en las Farc,
del comandante... Si tienes suerte, le so- fuera descrita como un epopeya revolu-
bra una ropa interior bonita. Si ella no cionaria que conservara cierto tono crí-
la bota, de pronto la da a uno. Ellas tie- tico hacia las Farc. Con ese fin le dieron
nen ropa bonita, shampoo, realmente la oportunidad al periodista Jorge En-
me dan ganas de vomitar. Ayer vinieron rique Botero de entrevistarse con Tanja
unos civiles al campamento y alcancé a en las selvas y construir una “visión” fa-
escuchar que la mujer del segundo co- riana de los acontecimientos. Entonces
mandante preguntó si las cosas que ella vio la luz pública un libro titulado La
había pedido ya habían llegado. El civil vida no es fácil papi, donde Tanja expli-
contestó que solamente no había podido ca los motivos por los cuales se alzó en
conseguir la crema, de resto todo. MIER- armas, las razones por las que el Mono
DA! Tu quisieras ser así? Ellas no tienen Jojoy, recién muerto en un bombardeo,
verguenza? era para ella un héroe de la revolución,
Era entendible que los textos de la y otras reflexiones que pretendían jus-
camarada holandesa, por múltiples ra- tificar la lucha armada en Colombia en
zones, no fueran de mucho agrado para pleno siglo XXI. También hubo espacio
los comandantes de las Farc. Entretan- en el libro para repartir vainazos a per-
to, su historia continuó dando de qué sonas que la guerrilla considera ene-
hablar en Holanda, aunque por la au- migos de la revolución, como la mis-
sencia de información sobre lo que ha- ma Liduine Zumpolle, a quien las Farc
bía pasado con ella después de la fuga, no perdonaron haber escrito el primer
las noticias en los medios holande- libro sobre Tanja, ni su apoyo a guerri-
ses eran repetitivas y explicaban poco. lleros en las cárceles colombianas que
Por esta razón siempre existía el ries- quieren desmovilizarse en vez de se-
go de que la historia de Tanja resulta- guir las órdenes de los cuadros guerri-
ra atractiva para miles de jóvenes eu- lleros en los patios.
ropeos en edad “impresionable”, que, En Holanda el interés por la compa-
aburridos con la vida que tenían, qui- triota guerrillera no ha disminuido, y
sieran imitarla. Entonces, dos perso- cualquier noticia sobre ella se convier-
nas que conocen muy bien los horrores te inmediatamente en titular. A mí me
de la violencia en Colombia y las entra- da pesar de que toda esta avalancha de
ñas de las Farc decidieron escribir una noticias no haya llevado a un conoci-
biografía sobre Tanja para advertirles miento más real de la situación en Co-
a estos ingenuos sobre los peligros de lombia, y que la información siempre
la vida guerrillera: León Valencia, des- se limite a los detalles picantes alrede-
movilizado de la guerrilla en los noven- dor de la muchacha bonita con un AK-
ta y analista político, y Liduine Zumpo- 47 en sus manos.
lle, defensora de los derechos humanos El hambre por la chiva incluso llevó
en Colombia. Mi papel en este proyecto a un “respetable” noticiero holandés a
fue como coeditor y traductor. internarse en la frontera colombo ecua-
Después de la publicación de apar- toriana, donde Raúl Reyes les había pro-
tes del diario, poca gente daba un cen- metido una entrevista exclusiva con
tavo por la vida de Tanja. Los cuadros de Tanja, casi en el mismo lugar donde me-
las Farc, conocidos por su jerarquía de ses después perdería la vida en un ata-
hierro y su estricta disciplina, no pare- que del gobierno colombiano. Sin em-
cían dados a perdonar este tipo de “des- bargo, al llegar al sitio se encontraron
lices”. Efectivamente, supimos por fuen- con la sorpresa de que Tanja no estaba,
tes dentro de la guerrilla que Tanja iba y en lugar de una entrevista exclusiva
a ser sometida a un “juicio revoluciona- con la famosa guerrillera tuvieron que
rio” y que incluso los guerrilleros rasos soportar un monólogo de Raúl Reyes so-
estaban furiosos con ella. Todo el mun- bre las bondades de la revolución y los
do sabe que hay pocas posibilidades de valores guerrilleros. Se perdió el tiem-
salir vivo de estos tribunales farianos. po y la plata que los comandantes de las
Sin embargo, como en una novela Farc exigieron a los periodistas holan-
de suspenso, Tanja se salvó de la ejecu- deses para tener acceso a Tanja.
ción en el último minuto, mientras es- Según fuentes confiables, Tanja ha
peraba el veredicto en una choza del hecho progresos en la comandancia de
campamento. Su salvador fue Raúl Re- las Farc: pudo asistir a “cursos de as-
yes. El “canciller” de las Farc, que pro- censo”, y también se sabe que tuvo una
bablemente era el personaje más in- relación amorosa con un sobrino del
formado dentro de la guerrilla, se dio Mono Jojoy. En su hoja de vida estaban
cuenta del especial interés que Tanja siempre anotadas su indisciplina y sus
había despertado en Europa. Le habían tendencias ninfómanas, que aparente-
llegado varias peticiones de entrevis- mente le impiden escalar dentro de la
tas a él y a Tanja de parte de canales de jerarquía guerrillera.
televisión, periódicos y revistas. Se dio ¿Qué papel tendrá Tanja cuando la
cuenta de que, bien manejada la situa- paz reine en Colombia y los guerrilleros
ción, las Farc podrían seguir obtenien- hayan obtenido algún tipo de indulto o
do frutos de la presencia de Tanja en amnistía? ¿Qué hará esta chica holan-
la guerrilla, y concluyó que matarla no desa que soñaba con entrar triunfan-
serviría a la guerra de propaganda que te por las calles de Bogotá, celebrando
las Farc ejercen en círculos europeos. la victoria de la revolución? ¿Que hará
Entonces mandó razón al Mono Jo- cuando la aventura se haya acabado?
joy, jefe directo de Tanja, para que le ¿Podrá contentarse con una vida pe-
perdonara la vida, y le hizo ver que se- queñoburguesa? ¿Perseguirá sus sue-
ría mejor que la pusiera a trabajar como ños revolucionarios en otras latitudes?
cartel publicitario. No fue nada fácil Una verdadera pesadilla sería el re-
convencer al Mono, no tan versado en greso de Tanja a Holanda: los medios la
los juegos de la diplomacia, más un tipo esperarían con ansiedad para que ha-
de plomo y plata, pero finalmente se im- blara de sus aventuras en las selvas de
puso la voluntad de Reyes y Tanja pudo Colombia, las editoriales se pondrían
vivir. Claro, esto tenía un precio: a par- en fila para publicar su autobiografía,
tir de ese momento ella estaría bajo cus- en la que ella nunca mencionaría las
todia directa del Mono, y tendría que minas antipersonal que sembró, los sol-
ponerse a disposición del secretariado dados que mató; en otras palabras, se-
para cualquier requerimiento. guramente no hablaría sobre su respon-
El proyecto más ambicioso en este sabilidad en esta oscura época de la his-
sentido era la publicación de otro libro, toria colombiana. Publicar un libro así
para contestar de alguna manera al li- sería para las Farc y su revolución ar-
bro de Valencia y Zumpolle, en donde mada una segunda oportunidad sobre
la vida de Tanja, desde su primero con- la tierra europea… UC
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Noche y niebla
Diez años de la Operación Orión
por R I C A R D O L . C R U Z
Fotografía: Juan Diego Restrepo
D
esde hace tres años doña Leidy buscó el jean y la blusa azul oscu- que al momento de la desaparición de muna 13 dejó un saldo de desapareci-
Julia debe abordar el bus ra que escondía su larga cabellera negra. Leidy se habían registrado por lo menos dos aún por esclarecer. Funcionarios de
que la lleva todos los días Llena de entusiasmo le pidió a su herma- otros 15 casos similares a este. Como el la justicia estiman que pueden ser más
a su trabajo en la misma na Marly que la acompañara, pero ella, caso de Ermey Mejía, de 22 años, quien de 300. Organizaciones de derechos hu-
esquina donde vio por úl- que había sido cómplice en encuentros no pudo asistir a su entrevista de traba- manos afirman haber identificado, con
tima vez a su hija. Fue en ese mismo anteriores, esta vez no quiso ir: “me pa- jo el 19 de diciembre de 2002 en el Edi- nombre y lugar de residencia, por lo me-
punto del barrio 20 de Julio de la Co- reció bastante incómodo ir de ‘velita’ ficio Inteligente de EPM, porque la no- nos 94 personas desaparecidas entre no-
muna 13 donde Leidy, la mayor de sus viendo que ellos querían estar juntos”. che anterior salió a las 9:30 de la noche viembre de 2002 y febrero de 2005. El
cuatro hijas, abordó un taxi en compa- El taxi la recogió en la esquina don- de su casa, en El Salado, en compañía hallazgo del CTI de una fosa común el
ñía de un amigo de su novio. Era la no- de meses atrás los milicianos ajusticia- de un conocido del barrio que lo invitó 1 de agosto de 2003 en una finca del co-
che del 26 de diciembre de 2002 y en ban a quienes consideraban sapos, tor- a dar una vuelta. Poco o nada se sabe a rregimiento de San Cristóbal, de la que
el barrio se respiraba un tibio ambien- cidos, infiltrados, viciosos, ladrones o la fecha sobre el paradero de Ermey, ni se exhumaron 13 cadáveres, seis de los
te navideño. Ese año los habitantes del aliados del enemigo. No fueron pocas de su acompañante. O como el caso de cuales correspondían a personas repor-
barrio se sintieron con el derecho de ce- las veces en que los habitantes del 20 de Fernando, un hombre de 25 años que se tadas como desaparecidas en la Comuna
lebrar las fiestas navideñas como Dios y Julio se toparon allí con cuerpos sin vida ganaba la vida manejando un camión y 13, llevó a los familiares de Leidy, Ermey
la tradición mandan. Después de todo, de hombres, mujeres, jóvenes y hasta fue sacado de la casa de su novia, en el y Fernando, y a la justicia, a afirmar que
eran días en los que no se escuchaba el niños. Como en aquella ocasión en que barrio Nuevos Conquistadores, un 28 pueden estar enterrados bajo toneladas
traqueteo de las armas y sentimientos doña Julia vio caer asesinados a un par de noviembre de ese mismo año, en cir- de escombros que diariamente arroja la
que se creían ajenos a esta comunidad, de jóvenes que el comandante del sector cunstancias que su madre aún recuer- empresa Agregados San Javier en un lote
como la esperanza, la tranquilidad, vol- y varios de sus subalternos habían traí- da vivamente: “llegaron dos hombres ubicado en la parte alta y boscosa del ba-
vían a ser habituales. do esposados de otro barrio. O como la que no eran del barrio, tocaron la puer- rrio Eduardo Santos.
No obstante los “buenos vientos” vez que vio cómo los “muchachos” asesi- ta y le pidieron que si los podía acompa- Pero encontrarlos será tan complejo
a Leidy la embargaba una inexplica- naron a una joven proveniente de la Cos- ñar, no sé a dónde, pero como vio que la como hallar la respuesta a una pregun-
ble tristeza. Su madre recuerda haber- ta Atlántica acusada de pasarle informa- cosa era calmada, se fue con ellos”. ta que se ha hecho doña Julia durante
la visto muy callada ese mes, como “en- ción a los paramilitares. Pero los mili- Irónicamente, la tragedia continua- los últimos diez años: ¿por qué? Al poco
simismada”. “A principios de diciem- cianos habían sido expulsados de la Co- ría tocando en la puerta de más hogares tiempo de la desaparición de su hija, in-
bre había estado muy aburrida y no su- muna gracias a la acción valerosa de las justo cuando gobernantes locales y na- vestigadores judiciales le dieron una
pimos por qué”. Doña Julia solo la veía fuerzas del Estado, o por lo menos así lo cionales le decían al mundo que la ba- única pista que la devastó, pero que al
esbozar una sonrisa cuando jugaba con pregonaba la propaganda oficial. talla campal que tuvo lugar en medio parecer es la más aproximada a la ver-
su hija Mariana. También cuando ha- El tiempo se encargaría de demos- de ranchos, casas, azoteas, callejuelas, dad: el padre de su nieta y novio de su
blaba con Mauricio, su novio y padre de trar que la oficialidad exageró en su morros, canchas de fútbol y edificios, hija fue un presunto comandante mi-
la niña. El ser padres los sorprendió a parte de victoria, minimizó los impac- en la que se utilizaron tanquetas, heli- liciano. Su mejor amigo, el mismo que
ambos: ella tenía 17 años cuando dio a tos de su acción y desestimó lo que co- cópteros, francotiradores y explosivos, abordó el taxi con Leidy ese 26 de di-
luz a Mariana un 5 de enero de 2000; menzó a ocurrirles a personas como la había ganado el Estado; que la Co- ciembre, sucumbió a la presión “para”
él si acaso sobrepasaba los 20 años para doña Julia, a quien le bastaron un par muna era ahora un laboratorio de paz. y terminó trabajando para ellos. Mau-
ese entonces. Bien dice el viejo refrán de horas para descubrir que su hija no Tras el parte de victoria, los paramili- ricio fue asesinado en febrero de 2003
que la maternidad se elige, la paterni- había llegado a su cita y que algo gra- tares ocuparon lo que antes era de los en la Comuna 1 a manos de su amigo,
dad se asume y, a decir de doña Julia, ve se cernía sobre su familia. Nadie dio milicianos. Y aunque la justicia no re- quien también conoció la muerte un
Leidy eligió ser una buena madre y él razón de Leidy esa noche ni la siguien- vela si fue siguiendo preceptos ideoló- año después.
no pudo asumir con responsabilidad su te. Semanas antes, la familia de Mauri- gicos propios u obedeciendo mandatos “A veces sueño con ella. Sueño que
rol. Con todo y ello, doña Julia no pudo cio vivió el mismo drama: su hermano oficiales, los nuevos “mandamases” re- me dice que está en una finca, que está
oponerse a la relación. Al fin y al cabo mayor había sido abordado por dos su- currieron a lo que los nazis denomina- bien. Que me dice que esté tranqui-
“ellos se llevaban bien, se querían, no jetos que le pidieron que los acompaña- ron como la “Nacht an Nebel”, “Noche y la. Pero nunca lo voy a estar. A los po-
tenían problemas graves como pare- ra. Además del parentesco, a estas dos Niebla”, que no fue más que una directi- cos días de su desaparición fui don-
ja”, tal como lo atestiguó muchas veces familias las unía ahora la tragedia. Y va para utilizar la desaparición forzada de un brujo y me dijo que la iba a llorar
Marly, hermana de Leidy. con el pasar de las horas se convertía en en contra de contradictores políticos y muchos años. Ya no voy donde brujos
Fue precisamente una llamada de realidad el rumor que doña Julia había enemigos del régimen en los territorios y esas cosas. Me apegué mucho más a
parte de Mauricio, cerca de las 8:00 de escuchado de que a los jóvenes de la Co- ocupados, en este caso dirigida con- Dios, aunque a veces, cuando me levan-
la noche, la que sacó a Leidy de su casa muna los estaban desapareciendo. tra todo sospechoso de haber sido inte- to aburrida, le recrimino y le pregunto
la noche del 26 de diciembre. Inmedia- Informes de organizaciones defen- grante o colaborador de las milicias. a Dios ¿por qué le pasan cosas malas a
tamente después de colgar el teléfono, soras de derechos humanos señalan La “Noche y Niebla” que vivió la Co- la gente buena?”. UC
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Muhammad y Yadisha
Para los defensores de la libertad de expresión,
especialmente en esta nefasta “primavera árabe”.
por G U I L L E R M O C . V Á S Q U E Z
Ilustración: Mauricio Ospina
M
uhammad tuvo mu- le permitió a su moreno y jovencísimo nagoga judía le ofreció ramos de olivo. en silencio, la cabeza cubierta, las ma-
chas mujeres como era Muhammad hacer una vez el viaje has- Ermitaños semidesnudos, venidos del nos extendidas, el corazón palpitante.
la usanza de los árabes, ta Babilonia. desierto, lo bañaron con agua bendita Allí había muerto el santo Jesús, el hijo
los judíos ricos y to- Se lo confió a una escolta de tres- y pronunciaron sobre él mil bendicio- de Myriam, el profeta Galileo. La luz de
dos los paganos. Muje- cientos mercenarios beduinos monta- nes. Pero apenas descansó tres días: la luna llena hacía que las columnas de
res cristianas, judías, paganas, negras, dos en los más finos caballos de sus cua- estaba obsesionado por conocer la san- la basílica del monte Sión, consagrada a
blancas, albinas, enanas, locas, sabias, dras, armados con alfanjes de plata cin- ta Alejandría y dio orden de que se for- la Madre de Dios, brillaran como si fue-
expertas tejedoras y teñidoras de púr- celada, con la orden expresa de dego- zara la marcha. ran de hielo o de plata. Las mujeres en-
pura, danzarinas voluptuosas, masa- llarse a sí mismos si su amor sufría la ¡Alejandría! ¡Cómo brillaban al sol tonaron el Ave María y la caravana des-
jistas, perfumistas, embalsamadoras más mínima afrenta en el camino. Solo las cúpulas y las torres de sus cientos de cendió silenciosa al torrente. Luego de
egipcias, y otras más conformaban el permitió que lo acompañaran dos de iglesias! El santo papa Atanasio, presi- lavarse los pies, entraron por la puerta
harén de este príncipe. A todas las do- sus mujeres: una judía y una cristiana. diendo todo su presbiterio, encabezaba del heno, en silencio, sin aceptar home-
minaba como domina un pastor sus re- A ambas las proveyó de sus santas escri- el cortejo del recibimiento. Jadisha ha- naje alguno; muchos pensaban que ha-
baños de ovejas y de cabras. No dudaba turas. Lo despidió lavándole y besándo- bía hecho saber que los regalos a la ciu- bían llegado al cielo.
en dirimir los conflictos que sus celos y le los pies a la vista de todos, en la puer- dad y a la sagrada iglesia corresponde- Cuenta la leyenda que esa misma
sus diferencias provocaban con los azo- ta del palacio. Se calculaba que el viaje rían a la magnitud del homenaje que se noche, negándose al descanso, Mu-
tes, la lapidación e incluso con el cuchi- duraría seis meses. le tributara a su joven esposo: brillaban hammad pidió su yegua Al Burak y se
llo al cuello. Un surtido grupo de mem- Muhammad dejó con gusto la ciu- las cruces de oro y de plata, las coronas, encaminó a la explanada del antiguo
brudos y cultivados eunucos las go- dad de la Meca con sus envidiosos co- los pendones y las sombrillas litúrgicas. templo salomónico. La yegua alzó el
bernaban y mantenían dispuestas solo merciantes amigos de las brujerías y Los judíos no se quedaron atrás. Seve- vuelo y subieron ambos más allá de la
para el patrón que cada noche pedía adoradores de piedras a las que ofrecían ros en sus trajes negros y pardos agi- luna. Cuando volvió a juntarse a su cor-
dos o tres, a veces más cuando quería sacrificios sangrientos. No sentiría nos- taron ramos de olivo y tendieron sus tejo, a Muhammad le resplandecía el
complacer a sus huéspedes o cuando se talgia de las roñosas murallas de tierra mantos al paso del cortejo. rostro como a Moisés al descender del
sentía más ardiente. pisada reforzadas con maderos endure- La santa basílica del apóstol Marcos monte Sinaí, de tal forma que se lo tuvo
Pero entre todas destacaba Jadisha, cidos al fuego. estaba engalanada con festones de flo- que cubrir con parte de su manto. Y así
la viuda que amó en su juventud y que Los camellos caminaban acompa- res de loto y de nenúfares y los cantores estuvo hasta que a los tres días abando-
le proporcionó su inmensa fortuna: un sados en filas de a cuatro. Las camellas entonaron sus plegarias todo el día in- naron, también de noche y en silencio,
muy bien organizado negocio de via- habían sido preparadas para el largo tercediendo por el ilustre visitante. Mu- la ciudad santísima.
jes caravaneros por las rutas que desde viaje introduciéndoles piedras redon- hammad entró descalzo a muchas de En Damasco los alcanzaron emisa-
La Meca y Medina, llegando del Yemen das en la vulva, así no procrearían. Los las iglesias, a muchos de los monaste- rios de Jadisha que habían hecho el tra-
y del sur montañoso, pasaban por Petra, mercenarios de la escolta no desampa- rios. Escuchó sonriente y compasivo las yecto sin detenerse más que para cam-
se desviaban a Egipto, subían a la ciudad raban el pequeño convoy que conforma- profecías de los anacoretas que le anun- biar de cabalgaduras. Saludos, vitua-
santísima de Jerusalén, a Damasco, a los ban en torno a Muhammad: sus dos mu- ciaban el dominio del mundo. Cuando llas, monedas de oro y plata, cuatro mu-
puertos de Tiro y a Sidón, penetraban jeres, sus esclavos y esclavas y algunos inquirió por los esplendores paganos le jeres del harén y la orden de que la cris-
en Mesopotamia y visitaban largamen- amigos que se había ganado el honor de contaron jubilosos de los sucesivos te- tiana y la judía se regresaran inmedia-
te Babilonia para intercambiar allí per- acompañarlo, cada uno a su propia cos- rremotos y maremotos que habían hun- tamente. Un contingente nuevo de mer-
fumes y alfombras, micos y pavos reales, ta y sumándose a su guardia en las mis- dido definitivamente el faro y su isla, cenarios y la jubilación de los trescien-
oro y lapislázuli, esclavos y esclavas su- mas condiciones. los palacios romanos y griegos y todo lo tos anteriores. Jadischa padecía mal de
daneses, menores de quince años, mar- Por las noches acampaban bajo el demás. Solo quedaban los ruinosos edi- celos y de miedo por su moreno y deli-
fil y ámbar; todo por la preciosa seda de cielo cubierto de arena o tachonado de ficios de la biblioteca a punto de desplo- cado Muhammad, por esos ojos negros
la China, los elefantes de la India, el ver- millones de estrellas, los camellos for- marse sobre su precioso contenido de y brillantes que la habían seducido an-
de oscuro del jade, las cajas de bambú, mando una verdadera muralla circu- papelotes mugrientos. Muhammad no tes de su viudez. Quería estar segura, y
los faroles plegables de papel para ilumi- lar que protegía del viento, de la arena quiso ni mirar en la dirección que le se- para eso utilizaba la riqueza que le ha-
nar las noches estrelladas de la Arabia, y del frío, en el centro una gran hogue- ñalaban y abandonó rápidamente la ca- bía dejado su difunto marido.
las flores diminutas que al contacto del ra y muy cerca las tiendas de lona de cri- pital de Egipto tomando la vía del mar, La capital de Siria fue una etapa
agua perfumada crecían a sus tamaños nes de cabras y camellos, tapizadas de quería pasar rápidamente por Gaza y mercantil: se intercambiaron esencias,
naturales, las frutas exóticas conserva- alfombras persas tejidas por niñas cie- Askalón porque tenía impaciencia de perfumes, ánforas de miel y de vino mi-
das en caparazones que se bañaban con- gas, alfombras que hacían el viaje de re- llegar a la santísima Jerusalén. rrado, hierbas alucinantes, incienso,
tinuamente con las aguas heladas que greso a sus orígenes. A la luz de la luna llena, pues Mu- plata y oro, maderas perfumadas, es-
se iban bajando de las montañas por las Cuando arribaron a Medina fueron hammad no permitió acampar antes, clavos y esclavas nubios que eran muy
que se cruzaba. recibidos con júbilo: lejanos parientes contemplaron desde el monte del es- bien pagados. Se recorrieron sistemáti-
Por mil y una noches de amores, de Muhammad le ofrecieron hospita- cándalo la cúpula dorada de la Anás- camente todos los negocios del zoco y
como en los cuentos, Jadisha se con- lidad, agua para las manos y los pies, tasis, la cúpula que recubría la roca del se compraron montones de especias y
virtió en la favorita, la más amada, la pan y sal para convencerlo de que sería calvario y del santo sepulcro de Nuestro de frutos secos, artesanías de cuero y
dueña y señora indiscutible de la tri- huésped de honor con todos los suyos. Señor Jesucristo. La esposa cristiana de de plata, lonas para reparar tiendas, ca-
bu, el ama del palacio. Y por esas mis- Las campanas de los cristianos toca- Muhammad se arrojó al suelo con los ballos turcos y hasta pergaminos. Mu-
mas mil y una noches de amor, al fin, ron alegremente y el sanedrín de la si- brazos en cruz. Todos los demás oraron hammad y sus amigos aprovecharon
número 39 / octubre 2012 UC 9
Caído
del zarzo
Elkin Obregón S.
por E D U A R D O E S C O B A R
Ilustración: Cristina Castagna
S
iempre, o casi siempre, cuan- más bajo, era el de ropas, donde había mi oído silbaba levemente y me llama- ca de la plaza de mercado y que después
do compro la lotería me digo un canasto lleno de sábanas limpias por ba por mi nombre: “fuui, fuui, Eduar- le quitaron los bancos. Y mamá a tender
que si me la gano voy a com- planchar y una mesa de comino. do, Eduardo”. las camas y a agitar sus escobas.
prar esa pequeña casa en En- Yo dormía en un pequeño jergón, Quedé paralizado, la cara vuelta a Muchos años después, una déca-
vigado donde se abrió mi en algo como eso que llamaban las fa- la pared apenas teñida del azul del nue- da, digamos, cuando comenzó mi afi-
alma a la conciencia del mundo, a las milias antioqueñas de antes un nido. Y vo día, y como dijo el poeta la voz se ción por los libros, papá se mostró muy
primeras impresiones conscientes. frente a mi nido, casi tocándose con los me pegó a la garganta. “Fuiii”, silbaron preocupado porque cayeran en mis ma-
Era una pequeña casa en el centro pies, estaba la enorme cama negra de otra vez. Y repitieron mi nombre. Qui- nos libros prohibidos por el Index Vati-
del pueblo, cerca del lugar donde mu- mi abuela, una cama ancha como un se gritar. Pero no podía. Como si me hu- cano, y me encomendó a un amigo suyo
chas tardes después fundaron el primer barco y que tenía su propia música por- bieran soldado los huesos en una sola para que dirigiera mis lecturas. Miguel
almacén Ley, desde cuya puerta, al sa- que mi abuela la mantenía muy enreda- pieza y hubiera perdido el dominio de Gómez, se llamaba el hombre, y era un
lir, se podía ver la que llamaban la calle da, quizás temiendo que la llevara a na- mis articulaciones. Con gran esfuer- maestro de escuela jubilado que fuma-
de El Talego, porque era ciega. vegar muy lejos, anclada con un montón zo volví la cabeza hacia el centro de la ba calillas y escupía unos buches ama-
Era una pequeña casa de apariencia de rosarios de semillas y medallas ata- habitación. Y entonces miré a esa niña. rillos con energía sobre las piedras de
benévola. Tres cuartos en galería en- das con las sedas de colores de las cofra- Una niña pequeña, flacucha, aindia- su patio, a quien mamá temía porque
trando a la derecha, un patio luminoso días a las que pertenecía, y que se col- da de pelo, y descalza, y vestida como me dijo que buscaba con los pies por de-
ni pequeño grande, un comedor fren- gaba a veces cuando iba a sus reuniones las sirvienticas de entonces con un tra- bajo de las mesas las piernas de las se-
te al patio con una puerta de marquesi- sin imaginar que entonces a mí me pa- jecito de coleta barata con estampa- ñoras. Él me prestó el primer libro de
na, una cocina de las viejas de fogón de recía mucho más vieja de lo que estaba. dos. La niña iba y venía entre la puerta Fernando González que leí, El Remor-
leña, un cuarto oscuro donde guarda- No era fácil para mí presenciar cada del cuarto de ropas y la que daba acce- dimiento. Y allí descubrí, para aumen-
ban el carbón y donde había un fuelle noche el ritual de la abuela antes de so al cuarto de mis padres y mi herma- tar la intriga de aquella inolvidable,
que exhalaba un aire pútrido, y un solar echarse a dormir en esa cama formi- na. Aunque su visión era tranquilizado- que Dios había creado a Eva de catorce
pelado donde crecían un papayo mustio dable. Las medallas cantaban, los ro- ra, pues solo iba y venía, lo extraordi- años y medio. En el solar de Pacho Pare-
que nunca fructificó y un limón frondo- sarios, y mi abuela permanecía un mo- nario de ese visitante en la casa madru- ja. Averiguando, averiguando, más tar-
so que daba una sombra perfumada. mento en la penumbra después de des- gando, apenas despertando, me obligó de supe que Pareja había sido un agio-
Por las tardes, al crepúsculo, el niño vestirse, cubierta apenas con su combi- a gritar como haría cualquier niño a sus tista temible de Envigado. Un hombre
que fui, y de quien a veces todavía me nación de popelina, como un esquele- cuatro años: “mamá…”, logré decir con muy odiado pero que a veces se necesi-
acuerdo con cierta ternura, se sentaba to respetable que dice sus oraciones por desesperación. Oí cascabelear la cama taba, como suele pasar con los agiotis-
en el escalón de la puerta del solar y se lo que pueda pasar mientras duerme. de la abuela, ella se incorporó apoyán- tas en todas partes.
ponía a mirar el espectáculo sencillo de Bisbiseaba. Emitía un lamento. La vie- dose en su codo huesudo y la oí decir, Hace un par de meses, o tres, o cua-
una chispa de luz que del papayo salta- ja era lamentosa. Y creo que yo le here- perentoria: “salga de ahí”. Las viejas de tro, el director de Otraparte, a quien le
ba tranquila, lentamente, para desapa- dé la manía. O eso dicen mis hermanas. antes, sobre todo cuando pertenecían a conté esta historia hace tiempos, me
recer en las raíces del limonero. Eso era De cualquier modo mi abuela dor- la cofradía de la Santísima Trinidad y mandó una pequeña fotografía de Pa-
todo. Se encendía, emprendía su via- mía como las santas de palo. En cuan- a la del Niño Jesús de Praga y a la de cho Pareja, tamaño cédula. Y no me
je vespertino hacia la raíz del limonero to ponía la cabeza en la almohada y se la Virgen del Perpetuo Socorro, debían gustó esa cara. Nada. Nada. Una cara
con la sencillez de un diamante volan- quitaba los dientes postizos cesaban sus ejercer algún imperio sobre los fantas- arrugada, piel gruesa como debía tener
tón y allí se apagaba. Pero a mí me gus- lamentos y sus ayes. Y no roncaba. En mas. Porque la niña que caminaba en el alma y una mirada de pocos amigos.
taba contemplarla. cuanto la medallería y los rosarios del ese instante hacia el cuarto de ropas Hoy es martes. Mañana viene el lote-
Nunca le dije a nadie lo que sucedía, cabecero de su cama enorme hacían si- bajó los dos escalones altos y se perdió ro a San Francisco. Y como siempre voy
que había una luz en el solar que cami- lencio, la casa adquiría esa cualidad de mi vista hasta hoy. Pero no se perdió a comprarle ese pedazo que quizás me
naba. Porque todo sucedía con una rara maravillosa de las cosas que hacen una de mis recuerdos. ¿Quién sería? gane. Y que voy a invertir, seguramente,
naturalidad. Y porque todo lo que yo pausa en su crecimiento. Más tarde, a la hora del desayu- al menos en parte, en la compra de una
experimentaba entonces era una gran Desde chiquito fui de dormir livia- no, mientras la casa recobraba su rit- pequeña casa de Envigado, una peque-
calma de corazón, como si me hicieran no. Es una antigua costumbre en mí mo de costumbre, papá le preguntó a ña que ahora convirtieron en un diminu-
partícipe de un regalo. Aspiraba a ser despertar en la alta noche para poner- mi abuela por mi grito de madrugada. Y to centro comercial. Porque estoy con-
santo. Y me preparaba con discreción me a pensar pendejadas. Y saborear ella, habituada a las cosas sobrenatura- vencido de que allá encierran un miste-
para lograrlo. las penumbras. Y escuchar los grillos. les y creyente en milagros y en cuentos rio. El fabuloso tesoro de un agiotista en
Vivíamos en esa casa cinco perso- Por lo cual la salida del sol me coge casi de sacristanes, solo dijo, como si nada: la raíz de un limonero de sombra perfu-
nas. Mis padres, dos jóvenes recién ca- siempre cansado y soy propenso a per- “es que allí donde él duerme, fue don- mada. O quizás algún recuerdo, la tren-
sados, mi hermana mayor que me lleva- manecer hasta tarde en la cama para de se murió Pacho Pareja”. “¿Pacho Pa- za, por ejemplo, de la sirvientica antio-
ba un año, y mi abuela y yo que com- desatrasar el sueño. Pero una madru- reja?”, preguntó mi padre. Y la abuela, queña que me llamó al oído una madru-
partíamos el segundo cuarto porque el gada, las claraboyas de nuestra habita- que se llamaba Tulia, Tulia Ochoa, acla- gada y después comenzó a pasearse por
primero, el que daba a la calle, era el de ción ya se teñían con la leche de un sol ró: “esta casa fue de Pacho Pareja”. Y se nuestra habitación, como a veces hacía
mis padres y mi hermana, y el tercero, nuevo, cuando me sorprendió una voz, olvidó la cosa. Papá se fue a su trabajo mi abuela cuando rezaba su rosario. Y
un poco más bajo, dos escalones altos la voz de una boca cálida que pegada a en la carpintería que había abierto cer- que tal vez tuvo por nombre Eva. UC
número 39 / octubre 2012 UC 11
L
os poemas, cuentos y crónicas del dominicano Frank Báez (Santo Domingo, 1978) cautivan al lector por
su abundante dosis de buen humor, sencillez y originalidad. El blanco favorito de su irónica agudeza es
ante todo él mismo, el entrañable personaje que vemos desfilar por sus textos noqueado, abofeteado, ca-
lumniado, soñando con ser DJ o basquetbolista de la NBA, paranoico ante el hecho inminente de cumplir No he visto las mejores
treinta años, contemplando las Sears Towers de Chicago desde una terraza o imaginando que de noche
las casas y los edificios de Santo Domingo navegan por el mar. mentes de mi generación y
Su tono de aparente desenfado esconde un metódico y fervoroso lector de poesía, la cual edita y traduce des-
de hace años junto con su compañera Giselle Rodríguez en la revista virtual Ping Pong. Ha publicado Jarrón y otros ni me interesa.
poemas (Madrid, 2004) y el libro de cuentos Págales tú a los psicoanalistas (Santo Domingo, 2007), así como la ex-
tensa crónica En Rosario no se baila cumbia (Buenos Aires, 2011), sobre su asistencia al Festival de Poesía de Ro- “Maullido”
sario, en Argentina. En youtube hay videos de sus poemas musicalizados, como parte de su trabajo con la banda El
Hombrecito, con la que editó en 2009 el CD Llegó el hombrecito. Los siguientes poemas pertenecen al libro Posta-
les, Premio Nacional de Poesía Salomón Ureña 2009, editado en Costa Rica, Argentina y República Dominicana.
P
Rodé al año y medio por las escaleras
hasta el segundo piso. Llamo por teléfono a Miguel y le pregunto
A los seis casi me ahogo en una piscina. si piensa que me iría mejor de DJ o como poeta
A los siete me arrastró la corriente de un río. y Miguel responde que siga como poeta.
Me golpearon con un palo, con la culata de un fusil, Mi novia también dice que como poeta.
con una tabla. Me propinaron un codazo en la cara El hermano de mi novia dice que como poeta
y otro en el estómago, rodillazos, y una jevita que hacía una fila en el cine y que recién conocí
machetazos, fuetazos. dice que como DJ.
El perro del vecino me mordió un brazo.
O
Me cortaron una oreja haciéndome el cerquillo. Las menores me ven más como DJ
Noqueado. Abofeteado. Calumniado. y las mujeres que compran en el supermercado
Abucheado. Apedreado. dicen que persista con los poemas.
Perseguido por sargentos en motor. Por dos cobradores.
Por tres mormones en bicicleta. Mi mamá dice que como poeta.
Por muchachas de Herrera y del Trece. El plomero dice que poeta.
Me han atracado treinta veces. Los cinco poetas que conozco me dijeron
En carros públicos. Taxis. Voladoras. A pie. que me iría mejor como DJ.
Alguien me dio una bola y me dijo I am gay. Mi hermana se abstuvo de votar.
S
Me robaron un televisor, un colchón,
seis pares de tenis, cuatro carteras, Fui a ver a DJ Tiesto
un reloj, media biblioteca. y una gringa me tomó de las manos
Se llevaron varios manuscritos y cometieron plagio. y me explicó que los DJ son criaturas de Dios.
(Con lo que me han robado pudieran abrir -Son ángeles- dijo y mientras hablaba
una compraventa en Los Prados). yo imaginaba a los DJ volando
Me fracturé el brazo derecho, el anular, con sus turntables alrededor de Dios
la cadera, el fémur y perdí cuatro dientes. como si fueran mosquitos y Dios los espantara
El hermano Abelardo me dio un cocotazo que todavía me duele. con la mano.
T
En la fiesta de graduación me cayeron a trompadas y botellazos.
Luego publiqué un libro de poesía y una vecina lo leyó Pero bueno, la cuestión es si los poetas y los DJ
y escéptica dijo que era capaz de escribir se pueden conciliar.
mejores poemas en media hora, y lo hizo. Si pueden ser uno,
Accidente con un burro en la carretera. si es posible escribir con una mano poemas
Intento de suicidio en Cabarete. y con la otra pinchar discos,
Taquicardia. Hepatitis. Hígado jodido. si se puede ser mitad poeta y mitad DJ,
Satanizado en Europa del Este. Pateado por mexicanos en Chicago. si del ombligo para arriba soy poeta
En Montecristi una mesera me amenazó de muerte y del ombligo para abajo soy DJ
A
(ahora mismo, clava alfileres en un muñeco idéntico a mí). o al revés
Los vecinos sueñan conmigo baleado. o quizás que un poeta se convierta
Los poetas con dedicarme elegías. en DJ las noches de luna llena
Otros con rociarme gasolina en la cabeza o quizás estoy exagerando
y arrojar un fósforo y ver mis rizos en llamas. y en el fondo todo DJ quiere ser poeta
Otras con llevarme a la cama. y todo poeta quiere ser DJ.
Y hace semanas un policía me detiene y me pregunta
si yo no era el poeta que había leído poesía Hay una fábula en donde un DJ y un poeta
L
aquella noche y le digo que sí y el policía caen en un pozo.
dice que son buenos poemas Empiezan a vocear y a vocear hasta
y hace una reverencia o algo así. UC que un hombre se asoma y les tira una
cuerda para irlos subiendo poco a poco.
Sube al DJ primero y cuando se la
Frank Báez
arrojan al poeta este grita que lo dejen abajo
y el hombre y el DJ así lo hacen, aguardan
en silencio y se marchan al rato. UC
M I R A M A R , 19 8 6
Recuerdo esa noche de 1986
en que todos los vecinos se subieron
en las azoteas de las casas
E PELEAS
DOM ÉST ICA S
Mientras escribo en el papel
a las tres de la mañana
a ver el paso del cometa Halley. una musa me escupe la cara
Destaparon cervezas y bebieron por horas otra musa me grita
hasta que alguien anunció que ahí estaba y entonces una me trae vodka
S
todos en sus azoteas se pusieron de pie y me susurra no escribas
y aplaudieron cuando lo vieron pasar por el cielo me trae drogas
como un candidato en campaña. me trae modelos de revistas
Han pasado veinticuatro años. no escribas no escribas
Dentro de cincuenta y dos pasará de nuevo. repiten al unísono
Igual que un espermatozoide extraviado día y noche
en el útero de una adolescente, noche y día. UC
tratará nuevamente de fecundar el planeta. UC
12 UC número 39 / octubre 2012
Berenice
Y si tu ojo te sirve de escándalo o tropiezo,
arráncale: más te vale entrar tuerto en
el Reino de Dios, que tener dos ojos y ser
arrojado al fuego del infierno
por PA U L A C A M I L A O S O R I O L E M A Mc 9,42-49
Fotografía: C.
H
an pasado exactamente
dos semanas desde el ase-
sinato de Berenice. Es me-
dianoche y llevo ya 46 ho-
ras preguntándole por ella
a todo el mundo en el pueblo. En Santa
Bárbara solo se habla de ella, aunque a
nadie le “consta” nada pero “eso dicen”,
y desde el crimen los niños del colegio se
despiden con un “que la bruja los acom-
pañe”. Se comenta que ya no está en el
cementerio, que se voló el domingo con
el ventarrón que recorrió el parque a la
misma hora en que el obispo los regaña-
ba a todos por hablar de brujas. Se dice
también que tenía muchos enemigos,
que se merecía un castigo, que hacía
vudú, que cocinaba gatos para comérse-
los, que cuando estaba lavando las cule-
bras reptaban por sus piernas, que a la
noche se soltaba el pelo largo, oscuro y
crespo y se ponía a “hacer cosas”, que su
mamá también era bruja y su papá “era
un muan”; que enfermaba a las niñas
porque eran bonitas y ella no, y que las
pobres muchachas la veían en los sueños
y en los trances repetían su nombre: Be- *** *** pitada en 2010 en Los Patios, un barrio
renice, Berenice, Berenice. En una silla, con las manos en el re- En Santa Bárbara son tan comunes del casco urbano.
Semanas atrás los medios habían di- gazo, en el mirador de la casa de C. y las historias de brujas como en otros
cho que la “supuesta bruja del pueblo” C., está sentada doña A., una vecina de pueblos de Antioquia, y en esas histo- ***
había sido incinerada en una hoguera ‘Bere’. Habla rápido, dice muchas co- rias las brujas escapan de sus cuerpos Berenice tenía 46 años, vivía sola
en el patio de su casa, enfrente de sus sas, entre ellas que ha tenido “unos ner- en la noche para volar como bolas de en la casa que su papás le habían es-
seis perros. Citaron a un par de vecinas, vios” desde ese día, “el señor nos favo- fuego y trepar encima de los hombres, criturado en vida, era morena y menu-
a la hermana, al cura, al comandante y rezca”. Hay también un par de vecinos, quienes sienten que no pueden respirar da, y según doña A. “por ser tan delga-
al alcalde, quien dijo que había un sos- el señor del pueblo que reza, D. y la es- y amanecen con chupados cuyo origen dita revelaba más joven”; dice R., quien
pechoso detenido y explicó que en su posa. Todos comentan, y en esas D. dice no pueden explicar. “¿Por qué amanece vio el cadáver, que tenía los pechos de
casa habían encontrado apenas un par “brujas, que las hay las hay, pero yo de un hombre chupao estando solo? Ese es una muchacha de veinte. Era soltera y
de imágenes del Corazón de Jesús y el esa señora no digo nada”. Doña A. ha- el problema… Dicen pues los viejos… O no tenía hijos, en parte porque se quedó
Ángel de la Guarda, cosas que “no usa bla de Berenice y la junta de acción co- sea, a mí no me consta, porque a mí no beata para cuidar a los padres, en par-
quien practica la brujería”. Dijeron ade- munal, de lo que corre de boca en boca, me ha llegao un animal de esos, pero la te porque “le tenía el pánico a los hom-
más que las bolsas con que se la veía no de la “pela” que le dieron el año pasa- maldá sí existe. En la misma Biblia dice bres”, en parte porque “se tenía que ir
estaban llenas de plantas para hacer do, de los tiros que le pegaron al sobri- que el diablo salió del cielo con una santa pa Dios”. Quienes la conocieron
maleficios, sino del fique con el que ha- no por defenderla. El miércoles que la maldá de ejército a atacar a Dios, y esos cuentan que lavaba y limpiaba a cam-
cía artesanías. Contaron que de Reme- aporriaron la hermana alertó a “la ley” demonios quedaron aquí en la tierra”, bio de comida, que pegaba “qué carre-
dios habían traído un brujo para aca- y se la llevaron para el pueblo. A la no- dice don J. Lo que sí es propio de Santa ras” Loma arriba para ir a los cursos del
barla, y alguno más descachado afir- che doña A. recibió una llamada en la Bárbara, cuenta P., es que lleguen bru- Sena, que no decía nunca malas pala-
mó que se llamaba Verónica. Todos los que le decían que habían matado a Be- jos, indios y gregorianos que adivinan bras. A los niños les buscaba juego a la
medios locales dijeron que en lo corri- renice a machetazos, pero al otro día la suerte y curan las enfermedades. salida de la escuela, que quedaba en-
do del año habían sido asesinadas en se la encontró en misa. “Le cogieron un Cada tanto la gente repite el viejo frente de su casa, y a cambio de unos pe-
Antioquia 150 mujeres. Pero ninguno odio… Pero ella no era mala, porque adagio “pueblo chico infierno grande”. sos los mandaba a buscar boñiga para
dijo que su nombre significa “portado- donde fuera mala había hecho muchas Dice P., durante muchos años funciona- hacer abono. Para ella todo era pecado,
ra de victorias”, ni debió haber pensa- cosas”, dice. rio municipal, que allí el rumor nace, y quizás por eso iba a misa todos los días
do en la Berenice engendrada por Poe La conversación se diluye cuando se reproduce, se escribe sobre la pie- y escuchaba el rosario en la radio por la
en un viaje de opio, sílfide cataléptica llega el momento de ir a la novena de dra y no muere nunca. R., funcionario mañana y por la noche. Lo único raro
a la que un tipo “nervioso” arranca los una muerta que no es Berenice. Es a po- del hospital, dice más o menos lo mis- que tenía, dicen, es que amanecía a ve-
dientes en su tumba, y menos aún en la cos metros de la casa de C. y C., en un mo: “el chisme es el motor del pueblo”. ces con un humor extraño que le quita-
de Caicedo, mujer infernal a quien los antejardín donde hay cerca de cuarenta P. cuenta que durante la época dura del ba las ganas de saludar a la gente.
adolescentes lamen los dientes y luego personas y una decena de árboles que el paramilitarismo la gente iba a “hacer Antes de que todo comenzara Bere-
olvidan, aunque la amen. viento sacude con furia. matar a alguien por un chisme, por una nice había sido líder comunitaria y per-
deuda, porque me la jugó”. tenecido al grupo del adulto mayor, a
Mientras pela mangos bajo una la asociación de artesanos, a la de mu-
sombrilla de colores, doña F. comenta jeres y a la Junta de Acción Comunal. A
que era vecina suya y le cuidó una ane- las reuniones iba con un cuaderno en el
mia que la tuvo en cama muchos me- que escribía todo lo que se decía, aunque
ses: “cuando yo estaba tan enfermi- dice S., conocida de vieja data, que eran
ta ella era la que me llevaba la lechita mamarrachos que ni ella misma enten-
y los quesitos pa que yo comiera… Me día. Doña A. cuenta que a su marido le
colaboraba con los mandaditos, con los quitó el saludo porque una vez le dijo
oficios, y le dábamos la comida porque que esa labor le correspondía a la secre-
era muy pobrecita. Cuando yo llegué a taria. La opinión general es que era tre-
la Loma me dijeron: ‘¡Jm!, ¿usté se está mendamente celosa con los bienes de la
juntando con esa bruja?’, y yo dije: ‘a mí comunidad y ponía quejas cuando, por
no me consta porque no sé nada de ella’. ejemplo, nadie recogía en el pueblo la
Era una persona normal, decente. Me comida del restaurante escolar. Cuen-
pongo a hablar lo que no es y viene y me ta S. que “la gente la fue aislando por-
lleva de las patas, con sombrilla y todo”, que ella tenía un sentido de pertenencia,
dice, y se ríe. Luego llegan otras dos se- entonces veía en todo mundo como que
ñoras y empiezan a hablar de otras dos le estaba haciendo mal a la vereda y em-
mujeres asesinadas en el pueblo: la ad- pezaba a echale chiripas a la gente. Pero
ministradora de un hotel en el que du- como ella no tenía niños en la escuela la
rante un tiempo se hospedó Bereni- fueron sacando, hasta que empezaron
ce, Flor Ensueño, apuñalada en 2009; pues como a dañalen tanto el corazón
y Jenny Marcela, una muchacha deca- que ya ella se derrotó también…”.
número 39 / octubre 2012 UC 13
lantera de la casa de Berenice, entraron
por la de atrás, la golpearon, la sacaron
a rastras hasta el solar, le echaron gaso-
lina, le prendieron fuego y la remataron
de un hachazo en la cabeza. Los vecinos
más cercanos, cuyas casas están a me-
nos de diez metros, no se dieron por en-
terados. La hermana la encontró el vier-
nes, y ese día, en el pueblo, apareció
Diego con una mano quemada. Tatiana
dijo “después de su muerte sentí como si
hubiera vuelto a ver la luz”. Aunque los
medios se encargaron de hacer eco del
rumor, otras hipótesis salieron a flote.
El alcalde del pueblo declaró a una emi-
sora nacional que Berenice había tenido
problemas por la sucesión de su casa, y
N. cuenta que meses antes de la “pela”
a Berenice le habían robado las escritu-
ras. Se comentó también que el crimen
podía tener relación con un cuantioso
robo que le habían hecho a un hombre
muy pudiente en cuya casa trabajó ella.
La velaron el sábado en la única fu-
neraria del pueblo, y a pesar de la soli-
daridad que en la vereda siempre tie-
nen con los muertos y sus dolientes, no
fue nadie, apenas sus dos hermanas. Los
que asomaban se iban cuando se daban
En octubre de 2000 Berenice amena- Si al hotel llegaban hombres Bereni- construcción de madera donde se gua- cuenta de que la hermana había hecho
zó al entonces presidente de la JAC, Álva- ce se escondía, y se ponía a llorar cuan- recen una perra y nueve crías a las que sellar el cajón, en parte, dice, para ven-
ro, con denunciar la pérdida de unos di- do N., viendo cuánto le gustaban los ni- les da teta. A poca distancia hay otro pe- garse: “así como nadie me avisó, no iba
neros que la junta debía liquidarle a la co- ños, la molestaba con el tema y le decía rro amarrado, y por ahí trotan otros dos, a dejar que nadie la viera”. Una testigo
munidad. Después de eso se vio a la hija que hiciera uno: “qué miedo los hom- más pequeños, y tres gatos. accidental cuenta que durante el rosa-
de Álvaro muy enferma, “toda tiesa, y fla- bres, que me lo regalen”, replicaba. Más La hermana es delgadísima, habla rio un gato no hizo más que “ñarriar”:
quita”, y nació el rumor de que Berenice tarde, ‘Bere’ les confesaría que el pri- también muy rápido, en la voz un resen- “varias personas sí vieron un gato negro
le estaba haciendo un daño. Después la mer y único novio que tuvo había trata- timiento que la hace decir cosas como echado al lado del féretro; yo lo escuché,
cosa se calmó, pero otra queja, también do de abusar de ella, y desde entonces “¿Loma de Don Santos? La Loma de los más no lo vi”. Después del velorio, cuen-
por plata, provocó su expulsión definiti- nunca había permitido que ningún otro malos, será…”. Enseña la casa, el sitio ta S., la gente empezó a decir que quie-
va de la junta en 2004. En los años veni- hombre se le acercara. donde la encontró, la mancha de sangre nes habían ido a acompañar a la muerta
deros “enfermarían” otros tres, quienes, Cuando llegó, Berenice estaba fla- junto a la cruz de madera. El miérco- eran cómplices y también brujos.
dice S., “empezaban a jalasen el pelo, ti- ca y comía muy poco, pero con el tiem- les que la mataron “rondó” la casa has- El 25 de septiembre, la policía de
raban con el pie, cosas como llamando po ganó peso, su piel curtida por el sol ta las once de la noche y no vio nada. El Santa Bárbara detuvo a seis personas
la atención. Una de las peladas se queda- cambió de color y por momentos pare- jueves vio gente sospechosa pero a Be- acusadas del homicidio agravado de
ba callada y después hacía repulsa, y la ció hasta contenta. Pero un día dijo que renice por ningún lado. El viernes un Berenice: Álvaro, Diego, Tatiana, Ma-
mamá le pegaba horrible: ‘¡Berenice! ¡Be- tenía que irse, que aquella era su casa vecino le dijo que no la veían desde el ría, Fabiola y Esperanza. Según decla-
renice! Largala Berenice. Que la largués y no se la iba a dejar quitar, y no valie- miércoles y ella entró a buscarla. Cuan- raciones extraoficiales, los capturados
porquería’. Y pues yo creo que la gente es ron ruegos. La que regresó a la Loma de do ya iba de salida la encontró en el estaban emparentados con las tres fa-
más loca que la misma Berenice”. Empe- Don Santos, dicen M. y N., era una mu- piso de la cocina y vio los dientes par- milias en cuyas manos ha estado siem-
zaron a decirle bruja y a hostigarla, y ella jer muy distinta a la que había llegado. tidos, la herida en la frente, el ojo, la pre la Junta de Acción Comunal. Fabio-
se volvió aún más solitaria; “de un mo- Pero aun así la mataron. Desde enton- piel oscurecida, y junto a ella una ba- la, la mamá de Tatiana, lideró el acoso,
mento a otro le metimos como la ignora- ces N. sueña con ella y en los sueños le rricada con leños que los homicidas ha- hizo traer al brujo y lo hospedó en su
da del siglo”, dice también S. dice que haga justicia. bían puesto para evitar que los perros casa; María, “una mujer del bajo mun-
Tras casi diez años de acoso, en agos- se acercaran. Al lado de la perrera en- do”, fue quien la contactó con él; Es-
to de 2011 las niñas empezaron a decir *** contró dos escapularios, una botella peranza fue su “lugarteniente”. Diego,
que la veían en sueños, y una de ellas, La Loma de Don Santos es una carre- con restos de gasolina y parte del pelo autor material, dejó la casa de Bereni-
Tatiana, se quejó de mareos. Ese día va- tera empinada y estrecha rodeada por de Berenice, que no se sabe bien cómo ce sembrada con sus huellas dactila-
rios habitantes de la vereda se armaron casas separadas entre sí por pocos me- llegó allí. El pelo está guardado en al- res. Ricardo, autor material, desapare-
de palos y machetes para sacarla, y se- tros. La casa de Berenice es la única que gún lugar de la casa, y ella le dice a una ció y está prófugo, como lo está el papá
gún dicen el sacerdote calmó a la “tur- no se ve desde el camino, porque está al de las tres hijas que la acompañan que de Tatiana, Julio, que llegó a la vere-
ba” hasta que llegó la policía y se la llevó amparo de palmas, guaduas y plantas traiga la bolsa porque tiene intenciones da días antes del asesinato y días des-
para el pueblo. Debió vivir un tiempo en florecidas. Es una construcción precaria, de mostrarlo, pero por fortuna la niña pués se esfumó. Todos están detenidos
casa de su otra hermana, pero unos me- con piso de tierra, una cocina, un baño y no lo encuentra. “Ella sabía algo –dice– menos Álvaro y Tatiana, que tienen pri-
ses después regresó a la vereda. tres cuartos en los que se arruman toda . Podía ser por alguna plata embolata- sión domiciliaria, él por una falla pro-
Cuenta O., el de la ebanistería don- suerte de trastos, entre ellos el monitor da, porque por aquí las acciones comu- cesal y ella por ser madre lactante. En
de trabajaba Diego, el marido de Tatia- de un viejo ordenador, un chifonier, ju- nales han sido de transporte de plata a la casa de Álvaro encontraron un libro
na, que los mareos eran embarazo, pero guetes en desuso, una nevera y un pupi- bolsillos raros”. con conjuros, y en la de Berenice Que
después de nueve meses el niño no quería tre vetusto. En la habitación del medio la muerte espere, un reportaje de Ger-
nacer, según ellos por los rezos de Bereni- hay un altar con velas encendidas, obra *** mán Castro Caycedo donde dice, entre
ce. En enero había llegado a la vereda el de la hermana, y una puerta que da al ca- Entre el miércoles 29 y el jueves 30 otras cosas, que “el hombre es capaz de
tal brujo, un ex presidiario y extorsionis- mino; en el lado opuesto, junto a un co- de agosto varios hombres, que pueden cometer las mismas atrocidades que le
ta que se hacía llamar Ricardo, y por los bertizo, hay otra, y a pocos metros una ser dos o tres, amarraron la puerta de- adjudica a Satán”. UC
días del parto, en una moto que condu-
cía Diego, fue hasta la casa de Berenice y
le pegó la “pela”. El forastero había dicho
que había venido a darle “siete pelas”, y
que él en cualquier momento podía con-
vertirse en perro o en marrano. En abril,
ante la amenaza de la segunda “pela”, el
sobrino de Berenice enfrentó a Ricardo,
que lo cogió a tiros y por poco lo mata.
Berenice regresó al pueblo y por su pro-
pia cuenta buscó hospedaje en el hotel.
Allí, con N. y M., vivió cerca tres
meses. No tuvo sino para pagar tres
días, pero dice M., la esposa del pro-
pietario, que algo la conmovió y qui-
so adoptarla, “porque uno en la mirada
sabe quién es bien y quién es mal”. Por
eso la bautizó “la niña de la casa”, la lle-
vó a la peluquería y al dentista, le com-
pró maquillaje, cremas para la cara,
ropa, zapatos, un par de piyamas y va-
rios cucos, entre los que había, cómo
no, unos rosados. “Ella era calladita. A
veces ayudaba, otras veces se mantenía
encerradita llorando”, dice M.
Carolyn Castaño
Narco Venus (Angie).
De la serie “El Jardín Femenil y Otros Ocasos”
Acrílico y técnicas mixtas sobre lienzo.
141” x 65”
Fotografía - Josh White
2011.
Arte Central
16 UC número 39 / octubre 2012
Leonel Álvarez es
Estilario
director técnico por R A Ú L T R U J I L L O
Itagüí F.C.
Exclusivo para UC desde Buenos Aires
M
irando el horizonte por sobre las montañas,
como quien tiene una visión epifánica, el cé-
lebre Leonel nos hace el honor de estar en el
estilario UC. De joven talento hasta DT, Leo-
nel ha visto la estrecha relación del mundo del
fútbol con el de la moda, el espectáculo y la comercialización ma-
siva de estilos. En nuestra era, que algunos llaman metamoderna
y otros postpop, los cracks han sido fundamentales en la construc-
ción del devocionario de ídolos de un selecto altar que comparten
las divinidades venidas de diversos mundos en el corazón del hin-
cha, del fan apasionado que es más que un simple seguidor. Vírge-
nes, la madre, chuchitos, sicarios y santos compiten por los mejo-
res lugares del altar con futbolistas, escudos y suvenires en ver-
sión trade mark.
Impecable, luce un traje de saco —blazer, de solapa estre-
cha— y pantalón. Traje que si en su origen fue inglés necesitó de
sastres italianos para ajustarse a los deseos del usuario latino,
más físico que intelectual para elegir, donde el cuerpo es protago-
nista en la experiencia de seducir con un claro acento sexual. Al
cuerpo y delineando los volúmenes sanamente tratados y esme-
radamente esculpidos con horas de personal trainer, fueron Ver-
sace, Dolce & Gabana o Gucci los que dieron al mundo masculino
una buena dosis de hedonismo desde los 80, una década antes de
imponerse el estilo metrosexual.
Como todo un serio director, no lleva ahora los apastelados
malteados tan de moda cuando era un joven virtuoso y que hacían
homenaje al Miami Decó. El fondo negro le permite un brillo sati-
nado bien particular. Sin recurrir a grises metalizados o acerados
que ya son habituales, prefiere el juego de las luces; los reflejos
definen las líneas de corte impecable y el pantalón en silueta muy
cercana a la de un jean. Vistoso resulta ser el color de la camisa
con el que solo un hombre con espíritu caribe se la juega. Solferi-
no —una versión del magenta al 100%—, una vibración muy alta
del rojo poderoso. Magenta y Solferino, dos batallas sangrientas
que dieron nombre a los primeros pigmentos artificiales de rojo a
finales del siglo XIX. Un detalle con código elegante y esmero: las
diminutas alforzas que a las tradicionales guayaberas un toque de
gracia le supieron dar, aquí también están, pero al centro, hacién-
dose notar.
Aquí todo es poder. “Listo papito, si es ya, es ya”.
Y tanto traje pegado lo balancea, libre al viento, la caracterís-
tica melena ensortijada que identificara a varios de los ídolos del
futbol colombiano. Rubios, negros y ahora también canos, estos
mechones han ondeado cual banderas y permanecido en el esti-
lo inmutable de sus dueños, como los de Sansón. Fetiche de miles
de fanáticos y wannabe —slang for want to be, querer ser—, estas
melenas salvajes han sido miles de veces copiadas y no logro ima-
ginar las millonarias cifras en venta de productos para el cabello
masculino que han permitido facturar.
Así descubrimos, ocultos por los destellos cegadores de las es-
trellas, los poderosos hilos del marketing que veloces tejen las re-
des entre productos e ilusionados admiradores, animados por pro-
ducciones de imagen para posters y videoclips de pegajosos colo-
res y jingles como ringtones. Hoy son las redes sociales y la ropa
underwear las que alcanzan récord de ventas y posteos con el
cuerpo escultórico casi desnudo, cosmetizado y fotoshopeado, en
eróticas e insinuantes publicidades. Contratos con cifras millona-
rias y espónsores oficiales. Corporaciones que ahora se preocu-
pan porque los más top de los pibes de la cancha se están dejan-
do de nuevo la barba y esto haría peligrar las ventas de maquini-
tas de afeitar. UC
18 UC número 39 / octubre 2012
1
969 y 1970 fueron los años dimos dar cuenta de otra cosa: la ma-
más confusos en la historia yor parte de la canciones grabadas en
de los Beatles. En el 69 el Se- el estudio o en el techo de Twickenham
ñor San Juan Lennon había St. habían sido manipuladas por el pro-
grabado un LP con la ban- ductor Phil Spector, quien las bañó con
da Plastic Ono, de su mujer, Yoko, dis- un invento suyo de hacía casi diez años:
co de protesta contra la guerra de Viet- la famosa “muralla de sonido” creada
nam, en vivo y con malos equipos en por él para realzar la calidad de algu-
medio de multitudes y hoy francamen- nos grupos de cantantes norteamerica-
te solo escuchable con ánimo de histo- nas y británicas que lo hacían de cier-
riador. Lo más interesante es la carátu- to modo bien en sus “rendiciones origi-
la: un fondo azul oscuro sobre el cual, nales”, pero que con las “murallas” im-
hacia el extremo izquierdo, aparece lo presionaban más a los oyentes. Ni a San
que pudiera ser… una nube, o… un pol- Pablo McCartney ni mucho menos a los
vo de humanoide: Live Peace in Toronto. otros le gustó para nada esta especie de
En fin. Fue la primera vez que Lennon, pesado maquillaje, pero cansados por
cansado del grupo, se atrevió a deser- los trámites de la disolución dejaron
tar con la maldita artista conceptual ja- que se fuera así, amurallado con soni- mientras camina al dormitorio. Es solo el mejor de toda su carrera: fino, pre-
ponesa. Ese mismo año los Beatles gra- dos presuntuosos. McCartney toda la otro día, metiéndose en las medias, me- ciso, austero, doloroso, y el desprendi-
baron Abbey Road e hicieron la inmen- vida estuvo tan furioso con esto que un tiéndose en los zapatos, sumergiéndose miento de su divinidad como Beatle.
sa película sobre cómo trabajaban en buen día de los años 2000 se metió a los en los bolsillos de su impermeable. Es solo Oigamos, con las orejas de los ojos:
estudio: Let it be, de cuyas 96 horas de estudios de Abbey, e hizo que minucio- otro día. En la oficina, donde los papeles
filmación solo quedaron ochenta minu- samente los técnicos fueran bajando el se arruman, toma un respiro, bebe otro DIOS. Dios es un concepto por el cual
tos; el resto debe reposar cortado por maquillaje pista por pista, hasta lograr café y ve que es difícil mantenerse despier- medimos nuestro dolor. Lo diré otra vez:
las tijeras del editor en algún cajón en poner a punto la música y voces origi- ta. Es solo otro día. Triste, triste, triste, Dios es un concepto por el cual medimos
los sótanos de Abbey Road. Pero la pe- nales, que se publicaron luego como Let algunas veces se siente ella tan triste, sola nuestro dolor. No creo en la magia, no creo
lícula fue puesta a circular en 1970 con it be Naked. en el apartamento en que vive, hasta que en el I-Ching, no creo en la Biblia, no creo
esa desalentadora versión que sin em- Pero volviendo a otra parte: fue el hombre de sus sueños venga a romper el en el Tarot, no creo en Hitler, no creo en Je-
bargo salvó la depresión de dos o tres en el mismo 1969 cuando McCartney, conjuro. Ah, quédate, no la dejes así, y él sús, no creo en los Kennedys, no creo en
de nuestras tardes. mientras grababan Abbey Road, no pa- viene y se queda, pero se va al día siguien- Buddha, no creo en el Mantra, no creo en el
¡No os confundáis, expertos del raba de silbar una tonadillla de “algo te. Tan triste. Algunas veces se siente ella Gita, no creo en los Reyes, no creo en Elvis,
rock medellipaisa, porque me confun- que tengo en la cabeza pero que me da tan triste… Y ella escribe una carta a “Los no creo en Zimmerman [Bob Dylan], no
dís a mí, vuestro intrépido escribano! pereza continuar”, y grabó la mencio- Cinco del Sonido”, la multitud la rodea… creo en los Beatles. Yo solo creo en mí y en
La cosa es que desde el 69 se estaba fra- nada a escondidas de sus ya casi excom- Y ella se da cuenta de que es difícil estar la Realidad. El Sueño ha Terminado. ¿Qué
guando la desintegración de The Beat- pinches, y a principios de 1970 envió vivo. Es solo otro día. puedo decir? Ayer yo era el Tejedor de Olas,
les, impulsada por una investigación fi- a un centenar de emisoras en Inglate- pero ahora he renacido: Yo era La Morsa,
nanciera sobre sus activos y su menu- rra y Estados Unidos un single con la ya En el mismo año sucedieron otras pero ahora soy John. De modo, queridos
da, que estaban a cargo del contador completa canción Another day, y el lado tres cosas: celoso por el éxito temporal amigos, que ustedes tendrán que llevar la
Allen Klein. Dicha investigación, que b mostrando un ripio como Oh why, oh de Another day, y del subsiguiente ál- carga. El Sueño ha Terminado.
comprobó disparidades entre ingresos May. Yo tuve el placer de oírla por la bum rural de McCartney titulado narci-
y egresos de algunos pocos millones de onda corta de la BBC el día de su pre- sísticamente con su apellido, y luego de Todo el LP salta de joya en joya, re-
libras, y que fuera ordenada por la es- sentación, con el corazón queriéndose- hacerse junto con su Yoko Ono una te- corriendo los instantes de un hombre
posa de Paul, Linda Eastman, la misma me saltar al techo. Nunca más la volví rapia del “grito primitivo” (Primal the- desde la niñez hasta eso que ahora los
que odiaba a morir a Yoko Ono, condu- a oír, aunque se rumoraba que la pon- rapy), que se supone te hace dar a luz o publicistas llaman “la maduritud” –¡el
jo en abril de 1970 a la disolución judi- drían en el segundo disco de Sir Paul, expulsar todos los traumas de tu infan- horror!– Miremos unas líneas de otra
cial del cuarteto, en medio de un baño RAM, en 1971. Nunca jamás. Leamos cia y adolescencia, el ya maduro niño canción que te abre los ojos como con
de lágrimas en todo el mundo. La pelí- qué cantaba allí McCartney, en prosa: Lennon a los 29 años produce y publica, una tijera, precisa para estos tiempos
cula Let it be llegó antes que el disco y Todos los días ella toma una ducha, junto con la Plastic Ono Band, su álbum en que en los aires flotan primorosos y
entonces los “beatlemaníacos” nos pu- se moja el pelo, se envuelve en una toalla de ruptura, sin título, según los críticos, engañosos tratados de paz: Héroe de la
clase trabajadora:
Ven y disfruta
COMIDA DE MAR
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Calle 53#42-13
2do piso
20 UC número 39 / octubre 2012
P La
ocos kilómetros detrás de la
Ciudadela Nuevo Occidente, a
unos 2.300 metros de altura,
se acaba el Valle de Aburrá.
Las tierras frías que abastecen
por A L F O N S O B U I T R A G O L O N D O Ñ O
de agua y leche a Medellín están más
arriba. Unos metros abajo, donde empie-
vi
za la Ciudadela, está la estación La Au-
rora del Metrocable, cadena del ancla
que la ata al resto de la ciudad, cuerda
floja por la que se deslizan los equilibris-
tas del rebusque diario.
Al despertar un domingo en el apar-
tamento 101 del Bloque 7 de la urba-
nización La Aurora, Viviana Quintero,
da
de treinta años, y Raúl Valencia, de 41,
lo primero que sienten es un vallenato
gangoso que sale de un apartamento de
enfrente al que le tumbaron las pare-
des de la sala y convirtieron en discote-
ca. Viven en La Aurora desde hace cinco
años y ocho meses, cuando dejaron su
casa en El Morro de Moravia.
Los fines de semana la música y la
ver
Fotografía: El Nueve
ti
pelería, otra tienda, una peluquería, una
tienda de helados, una de ropa y dos dis-
cotecas. Al otro lado del andén hay pues-
tos ambulantes de venta de fritos y de li-
cor, que hacen parecer el pasaje una ca-
lle atiborrada del centro de la ciudad.
—Nos dijeron que a los que teníamos
negocio en Moravia nos iban a dar loca-
cal
les, pero no cumplieron —dice Viviana.
La puerta del apartamento está
abierta desde muy temprano. En el es-
pacio destinado a la sala funciona una las discotecas. Le pide el bebé a su espo- valle; pero Ana Quilindo, líder sin re-
papelería que abre desde que se levan- so y lo mete en una bañera plástica verde muneración, dice que lo único que hizo
tan hasta que se acuestan. Detrás de la puesta encima de la mesa del comedor. el municipio fue traerles problemas:
papelería, John Brainer, el hijo mayor, La Ciudadela cuenta con veinte ur- falta equipamiento, cupos escolares –
de once años, duerme sin perturbarse. banizaciones, habitadas por más de hay 700 niños sin estudiar–, desem-
El sofá separa las dos habitaciones del cuarenta mil personas empaquetadas pleo, drogadicción, delincuencia, em-
apartamento y linda con la mesa del co- en diez mil apartamentos. Este año se barazo adolescente.
medor, que a su vez está recostada con- entregarán 1.200 viviendas más, para A pesar de las diferencias, algo inci-
tra una barra que divide la cocina. cerca de cinco mil personas, y en un fu- piente los une: la competencia con San
Viviana entra a la cocina, pone un turo próximo el número de habitantes Cristóbal, y que unos y otros alzan la voz Así tuvieran una elaborada casa de
chocolate en una parrilla y calienta podría acercarse a los cien mil. Allí se como ciudadanos que pagan impuestos. dos plantas o un ranchito a medio ha-
agua en otra. Raúl se alista para salir. construirán muchas de las diez mil vi- cer, a todos les correspondía el mismo
A las 9 a.m. empiezan las elecciones de viendas prometidas por el gobierno del *** tipo de apartamento en obra negra, sin
delegados del Presupuesto Participati- presidente Juan Manuel Santos. revocar y sin divisiones, de 47,2 metros
vo y por primera vez es candidato. Hace En los terrenos de la Hacienda Lu- Viviana y Raúl llegaron a Moravia cuadros y avaluado en 20’400.000 de
parte de la Junta de Acción Comunal de sitania que hizo famoso a Dayro Chi- en febrero de 2002, desplazados del pesos. La propiedad horizontal le puso
La Aurora y es el encargado de organi- ca, quien levantó caballos y toros apete- municipio de San Luis, en el oriente medida y valor estándar a su pobreza.
zar los eventos deportivos. cidos por mafiosos, los nuevos propieta- antioqueño. Llegaron con su hijo John Los habitantes del Morro empezaron
—Yo le digo que tiene que saber de- rios levantan hoy un barrio. Son cerca de Brainer, que tenía un año de nacido, la a llegar a La Aurora en febrero de 2007.
cir lo que va a proponer —dice Viviana. 234 hectáreas que pertenecen al corre- madre de Viviana, un hermano con una En total se reubicaron 280 familias,
—Uno llama a la Policía y se que- gimiento de San Cristóbal, con el que la enfermedad mental y una hermana con unas 1.300 personas, en los Bloques 5, 7,
ja del ruido, pero por aquí nunca apa- Ciudadela debe competir por los recur- su esposo e hijo. Los recibió una tía que 8 y 9 de los 16 que conforman la unidad.
recen; pasan de día, cuando no ha- sos municipales. El corregimiento es de tenía en El Morro una casita de made- No importa cuánto midan sus vi-
cen falta —dice Raúl mientras carga a vocación agrícola, mientras la Ciudadela ra de unos cincuenta metros cuadrados viendas: así como aprendieron a po-
Samuel, su bebé de tres meses. es un invento urbano. Lo que a San Cris- y dos habitaciones. Allí se acomodaron blar El Morro, el asentamiento irregu-
—Ya uno ni les dice nada a esos bo- tóbal le tomó más de dos siglos –acercar- las tres familias recién llegadas, que lar planificado y construido con orga-
chincheros —dice Viviana, que mira por se a los cuarenta mil habitantes–, la Ciu- con la de la tía sumaban 16 personas. nización comunitaria más populoso de
el balcón a una pareja que baila en una de dadela lo consiguió en siete años. —En esa época el trabajo de todos Medellín –cada nuevo rancho, una nue-
Lo que no se consigue tan rápido es los días era ir a recoger agua a las cua- va victoria–, así han sabido adaptar y
crear comunidad. Hay personas de di- tro de la mañana a la casa de la paisana modificar La Aurora: con un promedio
ferentes procedencias y condiciones so- Rocío —dice Viviana. de ochenta apartamentos por bloque,
ciales: vienen de Moravia, de La Igua- Desde los años sesenta Moravia cre- abarca seis hectáreas verticales en las
ná, del Popular, y a las viviendas de in- ció hasta convertirse en un laberinto de que viven unas cinco mil personas.
terés prioritario se suman las de inte- 43,7 hectáreas y aproximadamente 42 El rancho de Viviana y Raúl en la
rés social y las privadas. La Alcaldía y el mil personas –961 personas por hec- cima del Morro les costó un millón de
Concejo discuten si es conveniente crear tárea, es decir, diez personas por me- pesos; era de dos plantas y no tenía más
una nueva comuna y anexar la Ciudade- tro cuadrado– según el censo de 2004, de veinte metros cuadrados. Vivían de
la al territorio urbano de Medellín, pero cuando se inició el Plan Parcial y el Pro- una pequeña tienda y de los trabajos de
la organización comunitaria todavía es yecto de Mejoramiento Integral que ebanistería que conseguía Raúl en los
precaria, existe desconfianza y apego a provocó la reubicación de cientos de fa- alrededores del barrio.
los territorios abandonados. milias y hoy continúa. Ellos aceptaron con facilidad la reu-
Santiago Valencia, gerente de la A la urbanización La Aurora le dicen bicación –todavía hay familias que se
Ciudadela y funcionario de la Alcaldía, Moravita, pues allí llegaron la mayo- resisten a abandonar El Morro–, aun-
dice que la experiencia de los habitan- ría de familias que tuvieron que aban- que en ese lugar nuevo y apartado Raúl
tes es similar a la vida escolar: “cuan- donar los ranchos de madera y las ca- podía demorarse en encontrar trabajo.
do llegan es como cuando uno iba por sas de material que habían construido No había siquiera una ruta de buses que
primera vez al colegio que sentía rabia en el morro de basuras de Moravia. A subiera hasta la urbanización. La tien-
y hacía pataletas, pero pasa el tiempo y cada familia que abandonara su rancho da les daría de comer.
uno no se quiere graduar”. y permitiera al municipio demolerlo, le
Teresa Buitrago, una de las líderes daban a cambio una vivienda de interés ***
que trabaja con la gerencia, dice que no prioritario (destinadas a personas que
cambia su apartamento por nada, que viven en zonas de alto riesgo o despla- Viviana es una mujer despierta, de
no hay una vista más maravillosa del zadas por la violencia). palabra fácil y buena formación. En las
número 39 / octubre 2012 UC 21
Camerino azul
n 1995, con apenas 21 años,
yo ya era un periodista de-
portivo. Sin embargo, muy
pocos lo sabían. N.V.I. Radio,
la emisora para la que traba-
jaba, era una de las últimas del dial, una
prueba casi perdida tanto para los radio-
walkmans de mis amigos como para el
radio reloj de mi madre, que rara vez lo-
graban atrapar la señal. Por entonces yo
me sentía el típico novato que vislum-
bra una prolongada carrera, la cual, por
supuesto, debía ser muy acompasada
si quería trabajar algún día en grandes
programas de radio como La Gran Po-
lémica Deportiva del ‘El Doctor Peláez’,
pues ‘El Calvo Vélez’, el otro comenta-
rista deportivo de fama en el país, nun-
ca fue uno de mis referentes, no solo por
el timbre nasal de su voz, que era iguali-
to al mío, sino por su inclemente manera
de ver el fútbol.
Sería ese mismo año, la noche del 26
de julio en la que Atlético Nacional en-
frentó a Millonarios por la Copa Liber-
tadores, cuando pisé por primera vez el
camerino de un club profesional y viví
la más aleccionadora de mis experien-
cias radiales. En la mañana, el director
de la emisora, “don Víctor”, se había pe-
leado con el grupo principal de locuto-
res, un trío de ancianos otrora muy fa-
mosos en el mundillo radial, pero que
en aquel momento vivían de intercam-
biar menciones publicitarias por comida
y ropa en algunos restaurantes y alma-
cenes de tercera. Así que al mediodía “el
jefe” nos echó todo un discurso sobre la
prueba que, según él, la vida nos había
preparado: “no cualquiera tiene la opor-
tunidad de ocupar una cabina de trans-
misión en el mejor estadio de Colom-
bia, y ya ustedes están listos. Yo con-
fío mucho en su profesionalismo; al fin
y al cabo, se han quemado las pestañas
para esto”. Eso fue lo que nos dijo, a pe-
sar de que siempre le oímos decir orgu-
lloso que los mejores locutores depor-
tivos eran abogados, ingenieros, médi-
cos, o ni siquiera habían pasado por una
universidad, y que mis amigos y yo es- por JUAN GUI ROMERO TORO
tábamos perdiendo el tiempo si quería-
mos hacer buen periodismo.
Nosotros aceptamos gustosos su Ilustración: Cachorro
propuesta, aunque sabíamos que la ver-
dadera causa de semejante decisión era
su afán por cumplir con las pocas pau-
tas de la emisora: una nueva marca de milias. Mientras por turnos cada quien no de Millonarios, y no es que anduvie- un amargado, cuando la principal fae-
refrescos llamada Wizz; otra serie de le explicaba con desespero a los suyos ra detrás de alguna primicia. El asun- na del periodismo deportivo consiste en
anuncios de una campaña estatal que cómo captar la señal de la emisora, los to era custodiar el extenso cable del mi- incrementar el ambiente festivo que se
premiaba con jugosas recompensas a otros buscábamos en los periódicos las crófono que recorría la tribuna, pues respira en la ciudad?
los ciudadanos que denunciaran narco- posibles alineaciones de los equipos, nuestro efectivo ingeniero, otro ancia- Afortunadamente unas horas des-
traficantes y guerrilleros; y la publici- las declaraciones de los entrenadores y no al que apodaban ‘Machete’, todavía pués comenzaron a llegar mis verdade-
dad de una distribuidora de ollas que, las estadísticas de los enfrentamientos analizaba cómo camuflarlo entre el ce- ros colegas, es decir, aquellos que como
a última hora y ante el acontecimiento, previos. La consigna era ocultar nues- mento de las gradas para que ningún yo pertenecían a “emisoras de terce-
había donado una sartén para distin- tra condición de simples estudiantes de hincha al tirar de él me sacara del aire; ra”, y quienes por supuesto también
guir al mejor jugador de la cancha. periodismo, parecernos lo más que pu- y buscaba además, que sobraran algu- arrastraban sus cables. Aunque pare-
Así las cosas, cada tanto el narrador diéramos a un grupo radial deportivo. nos metros para colgar de mi hombro cían más, solo eran tres o cuatro tipe-
debería interrumpir su relato y decir, a Yo, que había sido asignado al came- derecho, lo que me permitiría llegar jos canosos que parloteaban entre ellos
manera de clave: “¡Qué sed la que tie- rino visitante, rogaba para que nin- hasta el fondo del camerino. con el desenfado de un cuarteto de va-
ne ese jugador!”, y de inmediato, des- gún jugador de Millonarios brillara, Una vez al aire, cada uno saludó a gos en un parque público, pero que una
de el estudio, entraba el comercial de la pues era sabido que mientras las gran- sus esperados oyentes al ritmo de algu- vez agarraban el micrófono parecían
soda; o “no se pregunten cuánto falta, des emisoras entregaban bonos para na canción de moda. Después nos dedi- imitar a los viejos cantantes románti-
todavía hay tiempo de más y de hacer- restaurantes o boutiques de primera, camos a analizar los jugadores de am- cos. La mano que les quedaba libre se
se millonario, denuncie a los siguien- uno de nosotros tendría que ingresar bos equipos, a radiar más canciones fes- volvía una especie de audífono, nun-
tes hombres…”, para que se escucha- al camerino, sartén en mano, dispues- tivas, a leer descaradamente las seccio- ca la separaban de una de sus orejas, y
ra una lista de alias que muy bien po- to a sacarle al jugador premiado algu- nes deportivas de los diarios, a hablar con los ojos cerrados, en una suerte de
día asociarse a la temible delantera de na descripción del obsequio, según las de la sartén que le entregaríamos al ju- trance, alargaban las palabras mientras
un equipo legendario (alias ‘Tirofijo’, indicaciones del patrocinador. Así que gador más destacado, a registrar el in- bailoteaban suavemente. Unos minutos
alias ‘El Patrón’, alias ‘El Alemán’, en- todo pintaba para mutar de periodista greso paulatino de los hinchas; y en de- más tarde llegaron los otros periodis-
tre otros). Además, claro está, debía- a desgarbado animador al tener que en- finitiva, a lo más importante: pregonar tas, “los inalámbricos”, una decena de
mos mencionar la cuña de la sartén y trevistar a la figura del encuentro sobre cada tanto que Atlético Nacional vence- lustrosos hombres vistosamente unifor-
los demás programas de la emisora, las bondades de las agarraderas de una ría esa noche. mados con las chaquetas de las grandes
una montonera de especiales de música olla o sus mínimos problemas de adhe- “¡Qué mierda tener que venir a emisoras, que se saludaban entre ellos
vieja y varios magazines con énfasis en rencia. Pero igual, éramos seis aman- esto!”, me dijo un policía con acento bo- como lo hacen los beisbolistas cuando
salud y cocina. Para don Víctor todo era tes del fútbol, cuatro adscritos a la cau- gotano. Le pregunté si era hincha de Mi- celebran una carrera, cuidándose eso
digno de promocionarse menos el es- sa nacionalista que esa noche haría- llonarios, pues no me cabía en la cabe- sí de no chocar sus estilizados y brillan-
pacio de ‘Arazá’, el parasicólogo que se mos lo que fuera por ver uno de los par- za que la obligación entrara a un estadio tes micrófonos. Recuerdo incluso que
apoderaba de la emisora en las noches. tidos más importantes del equipo ama- de fútbol. Me sentí tan cuestionado por cuando uno de ellos desordenó mi ca-
Inmediatamente después de acep- do, y más aún, con un micrófono en la la situación que luego pensé en entre- bellera mientras me decía “¡vamos cam-
tar la propuesta todos corrimos al te- mano. En esto éramos idénticos a cual- vistarlo, pero su previsible parquedad y peón, así se empieza en la radio!”, reci-
léfono, pues soñábamos con acopiar al quier grupo radial deportivo. una canción dedicada al Atlético Nacio- bí uno de los pocos llamados de la cabi-
menos a una veintena de oyentes entre Casi cuatro horas antes del juego, a nal que llegaba a mis audífonos mezcla- na, al que simplemente atendí por reac-
aquellos que siempre decían oír nues- las 4:00 de la tarde, ya estábamos en el da con los hurras de mis compañeros en ción: “…sí compañeros, ya toda la pren-
tros programas de practicantes univer- estadio. A esa hora yo era el único pe- cabina, me hicieron descartar la conver- sa está dispuesta para ingresar al came-
sitarios: los amigos, las novias y las fa- riodista parado en la puerta del cameri- sación ¿Qué sentido tenía entrevistar a rino azul, y por supuesto, junto a lo más
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granado del periodismo deportivo local desmantelado como el camarote de un y dirigirme nerviosamente hasta donde mo tomó el micrófono con la mano de-
y capitalino también está N.V.I. Radio”. viejo barco, en donde todos reían como estaban los futbolistas. recha y el músculo de su antebrazo se
Media hora después una mano anó- si se tratara de una fiesta clandestina. Un periodista de una estación bogo- tensó. No había duda, estaba conmi-
nima colgó de la puerta del camerino Todos parecían ignorar el partido que tana había terminado su entrevista con go. Mientras estuvimos allí, su cabeza
una hoja con la alineación del equipo. se venía, y más bien actuaban como si Arnoldo Iguarán, el jugador más reco- siempre estuvo tirada hacia atrás, como
Todos embistieron el papel, aunque las celebraran una victoria. Muchos de mis nocido de Millonarios. Al ver que el fut- cuando superaba a sus rivales por rapi-
declaraciones que lanzaron al aire ne- “colegas” sonreían junto a aquellos for- bolista quedaba solo, decidí acercarme, dez. Su faraónico afro parecía diseña-
gaban el tumulto, pues todos dijeron lo nidos hombres vestidos de azul, como lo saludé tímidamente, como si fuera a do para romper el viento, y sus piernas,
mismo: “el comunicador del equipo al- si fueran amigos que volvían a ver des- pedirle un autógrafo, y con las orejas aunque no eran tan musculosas, me pa-
biazul ya le ha entregado a esta presti- pués de mucho tiempo. hacia abajo, se la solté: recieron muy largas para su tronco.
giosa emisora la formación numerada Yo elegí al defensor Osman ‘El Fos- –Iguarán, lo que pasa es que yo soy Viéndolo allí comprendí que ese
del rival de esta noche del onceno na- forito’ López, pues nadie que llevara ese un estudiante y quisiera entrevistarlo, cuerpo estaba hecho para la velocidad,
cionalista. Así que papel y lápiz, que es- apodo podría ser antipático, pero cuan- pero mi micrófono está allí atrás, ¿será y que cualquier descripción suya que
tos serán los once jugadores de Millona- do intenté acercarme, vaya sorpresa, que me puede acompañar un minuto? hicieran en La Gran Polémica Deporti-
rios”. Yo fui el último en cornear el men- algo se había comido el cable que hasta –¿Atrás? ¿Dónde? va, o los análisis que al día siguiente le
saje, aunque según mi compañero de la hacía un rato cargaba en mis espaldas. –Ahí, junto a la puerta dedicaría ‘El Calvo’ Vélez’, serían míni-
cabina “la primicia” también era nuestra. Analicé la situación, y mientras force- –¿Pero es aquí, adentro en el came- mos. Como nunca antes sentí la necesi-
Las conversaciones de “los periodis- jeaba con quién sabe qué, intentando rino? –indagó, confundido. dad de conocer algo más de la historia
tas sin cable”, que para entonces se ha- remontar los tres metros que me sepa- –Sí, claro, ahí junto al vigilante, es de este hombre, y no simplemente des-
bían estancado en las minifaldas de las raban de los futbolistas, recibí el llama- que está enredado en la tribuna. cribirlo como aquel negro proveniente
porristas de Nacional, eran cada vez do de mis compañeros desde la cabina: Unos segundos después yo conec- de La Guajira que corría como ningu-
menos audibles, el estadio ya estaba lle- “¿Qué pasa en la parte baja?”, por lo que taba, todavía tembloroso, el micrófono no. Anhelaba hacerle alguna pregunta
no y los coros de la hinchada sonaban a tuve que ponerle algo de solemnidad al cable, y olvidándome de todo, inten- que me hiciera inolvidable; sin embar-
todo volumen. De repente, unos adoles- al ambiente, e inventar: “los jugadores taba convertirme en otro imitador más go, solo se me ocurrió pedirle un men-
centes que habían saltado de la tribuna aún conversan con el técnico yugoslavo de los baladistas de antes. Le pasé los saje para los indígenas de su región, los
y se turnaban para colgarse de una pe- Vladimir Popovic, pero dijeron que en audífonos, me llevé la mano libre a la Wayúu, como hacen en los reinados de
queña ventana que daba al camerino co- segundos iban a hablar con la prensa, y oreja izquierda, y luego me descosí: “es belleza, pero enseguida alguien vino a
menzaron a gritar: “Iguarán, Higuita es por supuesto con N.V.I. Radio”. un placer tener con nosotros nada me- indicarle que debía juntarse con su gru-
tu papá”. Inmediatamente, como en una La puerta del camerino estaba ce- nos que al goleador de muchas seleccio- po. Me entregó los audífonos, se levan-
coreografía, todos tomaron los micrófo- rrada. Los chicos de la rejilla no habían nes Colombia, al interminable Arnoldo tó y me dio la mano. Yo le deseé mucha
nos para señalar que Millonarios había logrado entrar; uno de ellos estaba col- Iguarán. ‘Guajiro’, qué gustazo tener- suerte, mientras oía cómo mis compa-
llegado al estadio. Yo hice lo mismo. gado otra vez, y desde aquella ventana lo en los micrófonos de N.V.I. Radio. Lo ñeros me contradecían entre risas: “sí,
Unos minutos después, cuando todo la emprendía ahora contra el hábil me- dejo con mis compañeros”. que le vaya muy bien en la vida, pero
indicaba que alguien abriría el came- diocampista Carlos Rendón. Por un mo- Las preguntas que le hicieron eran que hoy no tenga fortuna frente a Na-
rino y mientras celebraba mi llegada, mento pensé que aquellos “pelagatos” dos veces más largas que las respuestas cional”. Mientras lo observaba estirar
esta vez entre el trío de punta, parado eran los culpables de mis males, pero del jugador, y aunque yo no las oía, todo sus músculos en medio de aquel círcu-
ante la puerta, el mismo periodista que un hombre que hacía las veces de por- indicaba que eran verdaderas demos- lo azul que formaba con sus compañe-
me tocara la cabeza un rato antes co- tero en el camerino me dejó salir para traciones, pues él siempre asentía, y ter- ros, les repliqué a los míos, a cualquie-
menzó a molestarme cuando ya se apa- descubrir que el problema venía de la minaba diciendo “sí, eso es lo que nos ha ra que me oyera, con renovados áni-
gaba el alboroto: “jovencito, con calma tribuna. La ansiedad se apoderó de mí dicho el entrenador”. Un par de nuevos mos, eso sí, que para mí había sido un
que todos vamos a trabajar”. Yo solo al- y rápidamente volví a tocar. Una vez tirones al cable nos obligaron a arrodi- gran honor tener a Arnoldo Iguarán en
cancé a identificar las risas de quienes adentro, el vigilante me dijo: “apúrese llarnos. La imagen de los demás jugado- los micrófonos de Nombre, Voz e Ima-
estaban a mis espaldas, pues cuando que en cualquier momento saltan a la res al fondo, tan sonrientes, nos hacían gen –N.V.I. Radio–, una pretenciosa si-
enfoqué otra vez hacia el frente el gris cancha”. Lo único que se me ocurrió fue ver como si estuviéramos cumpliendo la gla que con el tiempo se transformaría
de la puerta se había transformado en desconectar el micrófono, amarrar el penitencia de algún juego infantil. In- en un mensaje irreversible: “No Vuelvas
un amplio lugar iluminado con neones, cable a un gancho que hallé en la pared cluso hubo un momento en que él mis- a Intentarlo en la Radio”. UC
En la moneda de 500
A
las seis de la mañana nadie
que no fuera Tista Botero
se hubiera atrevido a tocar
la puerta. Después de me-
diodía, y hasta bien entrada
la noche, prácticamente cualquiera po-
día entrar: desde los amigos más amigos
hasta los emboladores, vendedores de
confites, estudiantes del centro en busca
de una tarea, curiosos, ahijados o pro-
tegidos, todos entraban por el zaguán y
asomaban la cabeza hasta que Manuel
levantaba la suya y los hacía pasar. Pero
temprano en la mañana era casi un sa-
crilegio. Con Tista era otro cuento: iba
todos los días a misa de cinco en La Can-
delaria, y de ahí, cuidando meticulosa-
mente un intervalo de varias semanas
para no volverse cansón, como decía, su-
bía cada tanto a buscar a Manuel.
En el día la puerta del zaguán se
mantenía simplemente ajustada a pe-
sar de que estábamos en pleno centro:
Perú entre El Palo y la Avenida Oriental.
Casi en ruinas, la casa todavía está allí:
un caserón donde, en el fondo y entran-
do por lo que se llamaba la puerta fal-
sa, Roxana Mejía, hermana de Manuel,
había transformado un solar en su taller
de cerámica. Las habitaciones que da-
ban a la calle se las alquilaron a José, un
viejo chatarrero, precursor de los anti-
cuarios que más tarde le darían nombre
al sector: “la calle de los anticuarios”. El
resto de la casa se volvió el apartamen-
to: lo que llamábamos el apartamen- y se volvió copisolero. ¿Dónde iba a en-
to era realmente un patio invadido por contrar gente para declamar a Valencia,
una enredadera, con un salón al fondo a Barba? Además, estaba lo de la misa:
que en su tiempo había sido el antiguo iba todos los días, sin faltar nunca, a ro-
comedor, una cocineta precursora de lo gar por los amigos de toda la vida, esos
que hoy llaman cocinas de las “vivien- que tenían la condena eterna asegurada:
das de interés prioritario”, y una pieza “decime Manuel, ¿yo qué voy a hacer en
grande que daba directo al patio. El la- la otra vida? ¿Vos te imaginás yo rodea-
vamanos, en un rinconcito al lado de la do de ángeles y querubines tocando vio-
mesa de comino crespo que hacía de es- lín? A mí me gustan son las puticas y los
critorio y de comedor indistintamente, tangos, y conversar, y oír vulgaridades
se encontraba en pleno corredor. en la cantinas. ¿Yo con quién voy a char-
Últimamente había, sin embargo, lar allá en el cielo, Manuel, yo qué voy a
un nuevo ingrediente que Tista desco- hacer solo en el cielo? Yo creo que vos,
nocía: el patio estaba lleno de pañales de pronto, te podés salvar, Manuel. Hoy
colgados de cuerdas atravesadas por to- ofrecí la misa por vos y le pedí a la Vir-
dos lados. Además, en vez de la sonrisa gen que te salvara. Manuel, salvate vos
en la cara de Manuel, esta vez abrió la siquiera que los otros sí están perdidos”.
puerta el desconcierto de una mucha- No era un chiste: era una obsesión
cha cargando un bebé. Apenas mascu- que lo angustiaba terriblemente. A me-
llando una disculpa, sorprendido por la diados de la mañana le tocó ver como
teta casi al aire y el bultico en los bra- bañábamos y asoleábamos a Pablo Ma-
zos, me miró con una timidez y unos teo. “¿Querés oír tu canción, hombre Tis-
ojos de niño asustado que me hicieron ta?”, le dijo Manuel. Era otro de sus ri-
saber exactamente que no podía ser tuales, oír su canción. “Pero esta vez te
otro que Tista Botero, así que cuando le tengo una sorpresa”. La sorpresa era yo:
pregunté, segura de la respuesta, “us- saqué la guitarra que todavía me acom-
ted es Tista, ¿cierto?”, el tartamudeo paña y comencé a cantar la cancioncita
fue todavía mayor y pudo apenas pro- que toda la vida había sido “la de Tista”,
nunciar “sí, yo soy Tista”. un Tista que ese día al fin conocí:
Estoy segura de que no se desvane- “Dices que te pone triste la bruma
ció porque afortunadamente Manuel de la ciudad / camina, mi amor cami-
apareció detrás de mí en ese momen- na, camina conmigo a Pandi / Ahora
to, tranquilizándolo mientras atrave- que están floreciendo cámbulos y gua-
saban el patio entre los pañales. Enton- landayes / Ahora que están floreciendo
ces presencié por primera vez algo que cámbulos y gualandayes…”.
se repetiría varias veces: Manuel sentía Fue la primera vez que le canté su
un afecto profundo y una ternura infini- canción. Volvería otras mañanas, le ro-
ta por Tista, y éste por Manuel, y com- garía a Manuel que se salvara, este le
partían el amor por la poesía y la bohe- propondría más bien la opción de con-
mia y los recuerdos de pueblo. Pero Tis- denarse juntos, cantaríamos la canción
ta, católico a más no poder, fue aislán- varias veces. Pero ese día Tista se que-
dose de sus amigos hasta que terminó dó en silencio mucho rato. Después, le-
diciendo con resignación: “solo me que- vantándose para despedirse, dijo mu-
daste vos, Manuel, el resto no entiende cho más tranquilo: “vos ya te salvaste,
nada”. Le gustaba tomarse sus traguitos Manuel, esto es el paraíso”. UC
26 UC número 39 / octubre 2012
Adam Zagajewski
“
En cierto modo, cada poema es un manifiesto” o parte de un manifiesto.
Adam Zagajewski, Poemas escogidos,
“Un libro es como una Constitución: cada poema es un artículo” dijo en una Valencia, Pre-Textos, 2005. Traducción
entrevista en 2002 Adam Zagajewski. Seguro le preguntaba la periodista de Elzbieta Bortkiewicz.
por su pasado militante en su Polonia natal, y el paulatino abandono de los
motivos inmediatos —políticos, sociales— en sus poemas cuando dejó su
patria y se fue a vivir a París. Eso fue en la década del ochenta. A partir de allí co-
menzó a buscar —diría yo que a encontrar— motivos universales en la poesía. Sus
poemas, publicados con pulcritud en español por Pre-Textos y Acantilado, deslum-
bran, o mejor, alumbran. Sus libros en prosa vertidos al español —Dos ciudades y pasean solemnes como Laurel y Hardy,
En la belleza ajena— también son poderosos. Es un poeta de talla, como sus com- probaré hallar las señas de la tortura y el éxtasis,
patriotas Czeslaw Milosz y Wislawa Szymborska. Hago una selección breve e in- los últimos jirones de tu vocación,
justa de dos libros: Poemas escogidos (PE, traducción de Elzbieta Bortkiewicz, Pre- a encontrar este noble canto que escapa
Textos) y Antenas (A, traducción de Xavier Farré, Acantilado) a manera de invita- de unas manos infantiles hacia arriba,
ción a buscar sus libros y leerlos despacio. A releerlos. Como dice uno de los versos como un globo, probaré a encontrar tu amor,
suyos que más me gustan, en los libros de Zagajewski “la poesía acecha”. una fracción de tu fe.
-- (A)
Me gustaba imaginarme tus andanzas --
por los montes de la poesía, la búsqueda de aquel lugar Murió con diecinueve años.
donde el silencio de pronto estalla en habla. No sabemos si fue bella y coqueta,
(PE) o si recordaba aquellas muchachas
-- con gafas, secas, inteligentes,
Habla más suave: eres mayor que aquel ante las que se esconden los espejos.
que fuiste tanto tiempo; eres mayor (A)
que tú mismo y sigues sin saber --
qué es la ausencia, el oro, la poesía. … y los bolsillos
(PE) de la memoria como una chaqueta de
-- caza en otoño,
Justo bajo el muro, donde crecen los negros hierbajos, se escondió la oscuridad. la periferia de una ciudad animada, un desierto
Hay quietud absoluta. Los cabellos del mundo crecen. donde nada ocurre,
(PE) no hay actores famosos,
-- nunca aparece ni un político ni un periodista,
Alaba al mundo herido pero a veces en el vacío nace de repente la poesía,
y la pluma gris perdida por un mirlo, y empiezas a entender que fue justo aquí donde se
y la luz delicada que vaga y desaparece detuvo tu
y regresa. infancia…
(PE) (A)
-- --
entrar en los subterráneos de tu metro, Alrededor de nosotros se extiende la prosa del mundo,
donde Perséfone murió de añoranza, y en los y en un ventrículo del corazón, la poesía acecha.
barrios pobres, donde la virtud y el delito (PE) UC
Resto – café
Clínica las Américas 3458890
Universidad CES 3521097 / Calle 10 a #22-04
Clínica CES 5767232 / Carrera 50 c#58-55
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