Casos Neurologicos

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UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA DE EL SALVADOR

ESCUELA DE CIENCIAS SOCIALES Y HUMANAS


LICENCIATURA EN PSICOLOGÍA

CICLO II-2022
ASIGNATURA: Psico-fisiología HORARIO: miércoles 4:30 a 6:50 p.m. GRUPO:
02
viernes 4:30 a 6:30 pm
DOCENTE: Licda. Carla Carolina Galdámez CORREO: cgaldamez@uped.edu.sv FECHA:
30/08/2022
NOMBRE COMPLETO ESTUDIANTE: NOTA
Emerson Geovanny Fuentes Larreynaga FI-59829-20
Wendy Guadalupe Guerrero Alvarado GA-59012-20
Reyna Janeth Nóchez Peña NP-58773-20

ANALISIS DE CASOS NEUROLOGICOS


EL CASO DE LA TÍA B.

Ya era hora de ver a la tía B. en realidad, no era mi tía, pero crecí pensando que lo era. Era la mejor
amiga de m i madre. Había sufrido un accidente cerebrovascular en el hemisferio derecho. Mientras
íbamos hacia su habitación, uno de los estudiantes de medicina describió el caso. «Hemiplejía
izquierda [parálisis del lado izquierdo]», se me dijo.

La tía B. estaba acostada de espaldas, su cabeza y ojos vueltos a la derecha. «Betty», la llamé. No
tía Betty sino Betty. Yo tenía 37 años: había dejado de llamarla «tía» hacía tiempo — dos años, por
lo menos—.
Me acerqué a su cama por el lado izquierdo, pero la tía B. no volvió su cabeza ni sus ojos para
mirarme.

«Hal», llamó. «¿Dónde estás?»


Volví su cabeza suavemente hacia mí. Hablamos.
Estaba claro que no tenía problemas para hablar, ni pérdida de memoria ni confusión. Estaba tan
lúcida como de costumbre. Pero sus ojos seguían mirando a la derecha, como si la parte izquierda
de su mundo no existiese.

Tomé su mano derecha y la sostuve delante de sus ojos. «¿Qué es esto?», le pregunté.
«Mi mano, por supuesto», dijo en un tono que me dio a entender lo que pensaba acerca de m i
pregunta.

«Bien, entonces, ¿qué es esto?» le dije mientras sujetaba su inerte mano izquierda de modo que ella
pudiese verla.

«Una mano».
«¿La mano de quién?»
«TU mano, supongo», contestó. Parecía francamente perpleja. Puse con cuidado su mano sobre la
cama
«¿Por qué has venido a este hospital?», pregunté.
«Para verte», contestó dubitativa. Hubiera dicho que en realidad no sabía qué responder.
«¿Te ocurre algo?»
«No».
«¿Qué pasa con tu mano y pierna izquierdas?»
«Están bien», dijo. «¿Y las tuyas?»
«También están bien», contesté. No había nada que hacer. La tía B. tenía problemas.
PREGUNTAS DE ANALISIS:

1. Identifique en que lóbulo cerebral se manifiesta la lesión


Generalmente ocurre en el lóbulo parietal y en pocos casos en el lóbulo frontal.

2. Explique en qué consiste la lesión según la patología especifica


Es un trastorno que presenta una persona cuando tiene un déficit neurológico que provoca que la
persona no sea capaz de percibir lo que se encuentre en una mitad del cuerpo, sucede cuando
tenemos lesión a nivel de sistema nervioso central en un hemisferio.

3. Mencione 3 síntomas que se caracteriza la patología


Incapacidad para detectar hechos que ocurren en una mitad del campo visual.

Dificultad para dibujar la mitad de las figuras como relojes.

Desorientación frecuente en lugares de campo abierto.

4. Mencione cuales son las cortezas que son afectadas.


Corteza somato-sensorial que se encarga de recibir los estímulos relacionados al tacto y posición del
cuerpo.
EL CASO DR. P

El Dr. P. era un músico de renombre, conocido desde hada años como cantante... y como maestro... Nada
más conocerle resultaba obvio que no presentaba indicios de demencia [deterioro intelectual]... Era un hombre
muy cultivado y encantador, que hablaba bien y de manera fluida, con imaginación y sentido del humor....
«¿Cuál cree que es el problema?», le pregunté finalmente.

«Nada que yo sepa», me contestó con una sonrisa, «pero parece que la gente piensa que le ocurre algo a mis
ojos».
«Pero, ¿usted no nota ningún problema en la vista?»
«No, no inmediatamente, aunque en ocasiones me equivoco» ...
Fue mientras examinaba sus reflejos... cuando ocurrió la primera cosa extraña. Le había quitado el zapato
izquierdo y le había rascado la planta del pie con una llave — una prueba que parece algo baladí pero que es
esencial para valorar los reflejos, y luego, con la excusa de atornillar mi oftalmoscopio, dejé que se pusiera él
mismo el zapato. Para mi sorpresa, un minuto más tarde, no lo había hecho.
«¿Puedo ayudar?», le pregunté.
«¿Ayudar a qué? ¿Ayudar a quién?» ...
«Su zapato», repetí. «Quizá debería ponérselo.»
Siguió mirando hacia abajo, aunque no al zapato, con intensa pero mal dirigida concentración. Finalmente, su
mirada se posó en el zapato.
«Este es mi pie, ¿verdad?, ¿he entendido mal?, ¿lo he visto mal?»
«Mis ojos», se explicó, y puso la m ano sobre su pie.
«Esto es mi zapato, ¿no?»
«No, no lo es. Eso es su pie. Aquí está su zapato».
¿Estaba bromeando?, ¿estaba loco?, ¿estaba ciego?

Si era una de sus «extrañas equivocaciones», era la equivocación más extraña que había visto nunca. Le
ayudé con su zapato (su pie), para evitar más problemas... y continué examinándole. Su agudeza visual era
buena; no le costaba ningún esfuerzo ver un alfiler en el suelo...
Veía perfectamente, pero ¿qué era lo que veía?...
«¿Qué es esto?», le pregunté tomando un guante.
«¿Puedo mirarlo?», preguntó mientras lo recogía.
«Una superficie continua» dijo por fin, «plegada sobre sí misma. Parece tener», titubeó, «cinco
“abolsillamientos” hacia fuera, si esa es la palabra».

«Sí», dije con precaución. «Me ha hecho una descripción. A hora dígame qué es».
«¿Algún tipo de recipiente?»
«Sí» le dije, «y ¿qué podría contener?»
«Contendría su contenido» dijo d Dr. P. con una carcajada. «Hay muchas posibilidades. Podría ser un
monedero, por ejemplo, para monedas de cinco tamaños diferentes. Podría ser...»

«¿No le resulta familiar? ¿Piensa que podría contener, que podría adaptarse a, una parte del cuerpo?»
Ninguna señal de reconocimiento se insinuó en su cara...
Yo debía tener una expresión horrorizada, pero él parecía pensar que lo había resuelto bastante bien.
Había un atisbo de sonrisa en su cara También parecía haber decidido que el examen había acabado y
empezó a mirar alrededor buscando su sombrero.
Extendió la mano y aferró la cabeza de su mujer, intentando levantarla para ponérsela.
Al parecer «había confundido a su mujer con un sombrero» Parecía que su mujer estaba acostumbrada a
esas cosas.

PREGUNTAS DE ANALISIS:

1. Identifique en que lóbulo cerebral se manifiesta la lesión:


Lesión en el lóbulo occipital y lóbulo parietal.

2. Explique en qué consiste la lesión según la patología especifica:


Las lesiones en la corteza visual asociativa producen las agnosias, es la alteración en la capacidad
de reconocer objetos visualmente, es la ausencia de perdida de agudeza visual o disfunción
cognitiva que lo justifique.

3. Mencione 3 síntomas que se caracteriza la patología:


 Si el daño es en el lóbulo parietal las dificultades se centran en identificar objetos familiares y en
los casos más graves los pacientes llegan a ignorar la mitad de su cuerpo.
 Si el daño es en el lóbulo occipital el paciente será incapaz de reconocer objetos, caras o lugares,
a pesar de que sus órganos primarios de visión funcionen correctamente.

4. Mencione cuales son las cortezas que son afectadas:


 Corteza visual occipital.
 Corriente dorsal.
 Corriente ventral.
EL CASO DE J. G.

En 1975, J. G. era un hombre de aspecto distinguido, con una mata de pelo canoso rizado; un hombre
atractivo y sano de cuarenta y nueve años de edad. Era alegre, simpático y afectuoso.
«¡Buenas, doctor» —dijo— «‘Buenos días! ¿Me siento en esta silla?» ... Habló de las casas donde había
vivido su familia... Habló del colegio y su época de colegio, de los amigos que había tenido y de su inclinación
especial por las matemáticas y las ciencias... tenía diecisiete años; acababa de terminar sus estudios en el
instituto de bachillerato cuando fue reclutado en 1943... Se acordaba del nombre de los distintos submarinos
en los que había servido,
de sus misiones, de dónde tenían su base, de los nombres de sus compañeros de tripulación... Pero por algún
motivo sus recuerdos se detenían ahí.
...Me llamó mucho la atención el cambio de tiempo verbal en sus remembranzas cuando pasó de sus días de
colegio a sus días en la marina. Había estado utilizando el pasado, pero ahora utilizaba el presente... De
pronto me invadió una sospecha poco probable.
«¿En qué año estamos Sr. G.?» le pregunté, disimulando mi asombro con una actitud despreocupada.
«En el cuarenta y cinco, hombre ¿Qué quiere usted decir?”. Siguió hablando: «Hemos ganado la guerra; FDR
[Franklin Delano Roosevelt] está muerto, Truman está al mando. Nos aguardan grandes tiempos».
«Y usted. Jimmy, ¿cuántos años tiene?» ...
«Bueno, creo que diecinueve, doctor. Cumpliré veinte en mi próximo cumpleaños.»
Viendo al hombre canoso que tenía delante, tuve un impulso que nunca me he perdonado...
«Tenga», le dije alcanzándole un espejo. «Mire el espejo y dígame qué ve...» ¡De repente empalideció y se
sujetó a los lados de la silla «Jesús!» murmuró. «¿Jesús, qué está pasando?, ¿qué me ha ocurrido?, ¿es una
pesadilla?, ¿estoy loco?, ¿es una broma?» y se puso loco de inquietud, aterrado... Se marchó sigilosamente,
llevándome el odioso espejo.

¡Dos minutos más tarde volví a entrar en la habitación... «Hola doctor!» dijo. «'Buenos días! ¿Quería usted
hablar conmigo? ¿Me siento en esta silla?» En su expresión franca y abierta no había ninguna señal de
reconocerme.
«¿No nos conocemos ya, Sr. G?», le pregunté con aire despreocupado.
«¡No, yo diría que no ¡Con la barba que tiene no le hubiera olvidado, doctor!» ... «¿Dónde cree que está
usted?».
«Veo estas camas y estos pacientes por todas partes. Me parece una especie de hospital. ¿Pero qué
demonios haría yo en un hospital y con toda esta gente mayor, mucho mayor que yo...? Puede que yo trabaje
aquí... Si no trabajo aquí, me han metido aquí. ¿Soy un
paciente, estoy enfermo y no lo sé, doctor? Es una locura, es espeluznante...».
En las pruebas de inteligencia demostró una capacidad intelectual excelente. Tenía agilidad mental/Era rápido
mentalmente, era observador y lógico y no tenía ninguna dificultad para resolver problemas y asuntos
complejos (es decir, ninguna dificultad si se podían hacer con rapidez. Si se requería mucho tiempo olvidaba
lo que estaba haciendo...).

Examinando a fondo su memoria encontré una extremada y sorprendente pérdida de memoria reciente —
hasta el punto de que cualquier cosa que se le dijera o mostrara podía olvidarla en unos pocos segundos—.
De modo que puse el reloj, la corbata y las gafas sobre la mesa, los tapé y le pedí que los recordara. Luego,
después de charlar unos minutos, le pregunté qué era lo que había tapado. No recordaba ninguno de los
objetos —de hecho, ni siquiera que yo le hubiese pedido que los recordase—. Repetí la prueba, esta vez
pidiéndole que escribiera los nombres de los tres objetos: de nuevo lo olvidó y cuando le enseñé el papel en el
que lo había escrito se quedó extrañado.
«¿Qué es esto?» le pregunté mostrándole una foto de una revista que yo sostenía.
«Es la luna», contestó.
«No, no lo es», le respondí. «Es una foto de la tierra tomada desde la luna».
«'¡Bromea usted, doctor! 'Alguien tendría que haber llevado una cámara de fotos allí arriba!... ¿Cómo
demonios lo haría?» ...
Empezaba a cansarse, y estaba algo irritable y ansioso, bajo la presión continua de lo absurdo y la
contradicción, y de sus terribles consecuencias.... Y yo mismo estaba apesadumbrado por la emoción —
aquello le rompía a uno el corazón... pensar en su vida perdida en el limbo, deshaciéndose.

PREGUNTAS DE ANALISIS:
1. Identifique en que lóbulo cerebral se manifiesta la lesión.
Lesión en el lóbulo temporal medial conectada por el hipocampo.

2. Explique en qué consiste la lesión según la patología especifica


La lesión del lóbulo temporal produce: Amnesia anterógrada que quien la padece no logra recordar lo
que va sucediendo, es decir, no tiene memoria a corto plazo y si olvida en unos segundos de lo que ha
sucedido. Las personas que padecen esta amnesia no pueden aprender nada nuevo, no recuerdan los
nombres de las cosas o de las personas que conocen y no reconocen una cara.

3. Mencione 3 síntomas que se caracteriza la patología


Pérdida de memoria.
Imposibilidad para reconocer las caras de las personas o los lugares conocidos.
Confusión, porque se pierde la seguridad que aportan los recuerdos y eso desorienta a la persona que
padece amnesia anterógrada.
Prosopagnosia (incapacidad de reconocer caras nuevas).
Imposibilidad de recordar el episodio de amnesia cuando la persona se recupera.
4. Mencione cuales son las cortezas que son afectadas.
Corteza Entorrinal: se encuentra entre el hipocampo y la neocorteza, donde envía información, como la
formación de memoria, al hipocampo.

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