Civil Iv. Derechos Reales: Profesora Virginia Carmona Muñoz
Civil Iv. Derechos Reales: Profesora Virginia Carmona Muñoz
Civil Iv. Derechos Reales: Profesora Virginia Carmona Muñoz
DERECHOS REALES
Profesora Virginia Carmona Muñoz
CARACTERÍSTICAS DE LOS DERECHOS
REALES
Inmediatividad
Absolutividad
Corporeidad
Escaso poder creador de la voluntad
Protección de los derechos reales
Preferencia
Persecución
Posibilidad de abandono
Duración ilimitada
CONTENIDO DE LOS DERECHOS REALES
- D. de crédito:
Sujeto activo determinado / sujeto pasivo determinado
DIFERENCIAS ENTRE DERECHOS REALES Y
DE CRÉDITO
ORIGINARIA:
Cuando la titularidad de un derecho real se
obtiene con independencia del derecho del titular
anterior:
1. Porque la adquisición coincide con el
nacimiento del derecho.
2. Porque la titularidad jurídico-real se consigue sin
estar fundamentada en el derecho del titular
anterior.
ADQUISICIÓN ORIGINARIA Y
DERIVATIVA
DERIVATIVA:
Cuando el titular cede o transmite su derecho
real a otra persona, que pasa a ser el nuevo
titular. El anterior titular puede transmitir
íntegramente su derecho o una facultad de
éste.
Traslativa Constitutiva
Transmisión derivativa en el
Derecho español
TÍTULO + MODO
LA TRADICIÓN
TRADICIÓN = ENTREGA
Formas:
1. Tradición real
2. Tradición instrumental
a) Materialmente: verdaderamente
existe una entrega efectiva o ejercicio
de los poderes del titular de ese
derecho real.
b) De forma simbólica: no hay
transmisión material de la cosa. El
transmitente manifiesta de forma
inequívoca e irreversible su intención de
transferir la posesión.
2. LA TRADICIÓN INSTRUMENTAL (Art. 1462.2º )
b) Constitutum possessorium
Lo contrario del caso anterior, el transmitente
seguirá poseyendo la cosa, pero no en
condición de titular o propietario, sino por
cualquier otro título
c) El simple acuerdo transmisivo: la traditio
ficta (Art. 1463 C.c.)
propietario poseedor
no poseedor no propietario
¿QUÉ ES LA POSESIÓN?
IUS POSSESIONIS
IUS POSSIDENDI
IUS POSSIDENDI
IUS POSSIDENDI
POSEEDOR INMEDIATO
POSEEDOR MEDIATO
(el que tiene la
(el que tiene derecho
tenencia material de
a poseer)
la cosa)
ARRENDADOR ARRENDATARIO
CLASES DE POSESIÓN
5ª Clasificación:
6ª Clasificación:
Requisitos subjetivos:
El art. 1950 del C.c. indica que “la buena fe del poseedor
consiste en la creencia de que la persona de quien
recibió la cosa era dueño de ella y podía transmitir su
dominio”
El art. 433: ”se reputa poseedor de buena fe al que ignora
que en su título o modo de adquirir exista vicio que lo
invalide”
CLASES DE POSESIÓN
Requisitos objetivos:
7ª Clasificación:
8ª Clasificación:
1. SUJETOS DE LA POSESIÓN
2. OBJETO DE LA POSESIÓN
3. ADQUISICIÓN DE LA POSESIÓN
4. PRESUNCIONES POSESORIAS
5. PÉRDIDA DE LA POSESIÓN
6. EFECTOS DE LA POSESIÓN
7. LIQUIDACIÓN DEL ESTADO POSESORIO
8. PROTECCIÓN DE LA POSESIÓN
1. SUJETOS DE LA POSESIÓN
COSAS
DERECHOS
DOS REQUISITOS:
2. LA SUSCEPTIBILIDAD DE LA
APROPIACIÓN
3. ADQUISICIÓN DE LA
POSESIÓN
Art. 438 C.c.:
- Ocupación material de una cosa o derecho.
- Porque la cosa o el derecho quedan sujetos a
la acción de nuestra voluntad.
- Por los actos propios y formalidades legales
establecidas para adquirir tal derecho.
1. Posesión de buena fe
EN GENERAL:
- Goce y disfrute de la cosa
FRUTOS:
GASTOS:
a) Gastos necesarios:
Los que van ligados a la conservación de la
cosa o a la obtención de su natural
rendimiento.
ESTOS SE ABONAN A TODO POSEEDOR, SEA
DE BUENA O MALA FE (art. 453 C.c.)
Sólo el poseedor de buena fe tiene derecho
de retención
Liquidación del estado posesorio
c) Gastos suntuarios:
Art. 454 C.c.: “gastos de puro lujo o mero
recreo”
- Estos NO SE ABONAN ni al poseedor de
buena fe ni al de mala fe.
Liquidación del estado posesorio
Cargas:
LA ACCIÓN PUBLICIANA
La pregunta radica en si el poseedor además
de contar con los interdictos puede recurrir
a un proceso de naturaleza declarativa
que sea idóneo para determinar
judicialmente si su título posesorio es de
mejor condición que el ostentado por
cualquier otro poseedor que a él se
oponga LA ACCIÓN PUBLICIANA
La protección de la posesión
EL INTERDICTO DE ADQUIRIR
1. Carencia de dueño
2. La aprehensión de la cosa
3. Ánimo de apropiación
Requisitos:
1. Depósito oculto e ignorado
2. Bienes mobiliarios y valiosos
3. Falta de legítimo dueño
EL TESORO OCULTO
REGLAS DE ATRIBUCIÓN
Tipos:
1. ACCESIÓN DE INMUEBLE A INMUEBLE
2. ACCESIÓN DE MUEBLE A INMUEBLE
3. ACCESIÓN DE MUEBLE A MUEBLE
Accesión de inmueble a inmueble
A. ALUVIÓN Y AVULSIÓN
B. MUTACIÓN DE CAUCE
C. FORMACIÓN DE ISLA
Accesión de inmueble a inmueble
A. ALUVIÓN Y AVULSIÓN
ALUVIÓN AVULSIÓN
(paulatinamente) (torrencial)
Accesión de inmueble a inmueble
2. MUTACIÓN DE CAUCE
3. FORMACIÓN DE ISLA
UNIÓN ESPECIFICACIÓN
MEZCLA O CONFUSIÓN
Accesión de mueble a
mueble
UNIÓN: Art. 375 C.c.
¿Qué se entiende por principal y accesoria?. Reglas de los
artículos 376 y 377 C.c.
Intención de los dueños:
Si ha habido mala fe por el dueño de la cosa accesoria:
art. 379, párrafo 1º, C.c.
Si ha habido mala fe por el dueño de la cosa principal: art.
379, párrafo 2º, C.c.
Si no ha habido mala fe por ninguno: art. 379. párf. 3º
ESPECIFICACIÓN:
La propiedad privada
institución social
1. FACULTAD DE EXCLUSIÓN
2. FACULTAD DE GOCE
3. FACULTAD DE DISPOSICIÓN
1.- PODER O FACULTAD DE EXCLUSIÓN
RELACIONES DE VECINDAD:
La actuación de un propietario no
puede generar inmisiones molestas para
su vecino.
LA MEDIANERÍA
A. PROHIBICIONES LEGALES
COMUNIDAD COMUNIDAD
ROMANA GERMÁNICA
COMUNIDAD ROMANA Y GERMÁNICA
ROMANA
1. Cada copropietario una cuota
2. Libertad de copropietarios
3. Copropiedad = situación transitoria
4. Pueden disponer de su cuota de participación
5. No hay más vínculo que el del derecho de
propiedad
COMUNIDAD ROMANA Y GERMÁNICA
GERMÁNICA
1. Inexistencia de cuotas.
2. Imposibilidad de división.
3. Situación permanente y de gran estabilidad.
4. Imposibilidad de enajenar o transmitir su
posición en la comunidad a un tercero.
5. Existe vínculo, normalmente familiar.
LA COPROPIEDAS POR CUOTAS
1. ACCIÓN DE DIVISIÓN
2. EL PACTO DE INDIVISIÓN
POR LOS
INTERESADOS
POR ÁRBITROS
DIVISIÓN
JUDICIAL
LA PRÁCTICA DE LA DIVISIÓN
3. DIVISIÓN JUDICIAL
- Los procedimientos anteriores requieren
unanimidad desacuerdo proceso judicial
EFECTOS DE LA DIVISIÓN
ENTRE COMUNEROS
Convertir la cuota indivisa en propiedad singular de cada
uno.
RESPECTO DE TERCEROS
Pueden verse afectados (art. 403 C.c.) de ahí lo que
establece el art. 405 “la división de una cosa común no
perjudicará a tercero...”
Ley 49/1960, de 21 de julio, de Propiedad Horizontal
Exposición de Motivos
Si en términos generales toda ordenación jurídica no puede concebirse ni instaurarse
a espaldas de las exigencias de la realidad social que va destinada, tanto más ha de ser
así cuando versa sobre una institución que, como la propiedad horizontal, ha
adquirido, sobre todo en los últimos años, tan pujante vitalidad, pese a no encontrar
más apoyo normativo que el abiertamente insuficiente representado por el artículo
396 del Código Civil. La presente Ley pretende, pues, seguir la realidad social de los
hechos. Pero no en el simple sentido de convertir en norma cualquier dato obtenido de
la práctica, sino con un alcance más amplio y profundo. De un lado, a causa de la
dimensión de futuro inherente a la ordenación jurídica, que impide entenderla como
mera sanción de lo que hoy acontece y obliga a la previsión de lo que puede acontecer.
Y de otro lado, porque si bien el punto de partida y el destino inmediato de las normas
es regir las relaciones humanas, para lo cual importa mucho su adecuación a las
concretas e históricas exigencias y contingencias de la vida, no hay que olvidar
tampoco que su finalidad última, singularmente cuando se concibe el Derecho positivo
en función del Derecho natural, es lograr un orden de convivencia presidido por la
idea de la justicia, la cual, como virtud moral, se sobrepone tanto a la realidad de los
hechos como a las determinaciones del legislador, que siempre han de hallarse
limitadas y orientadas por ella.
Hay un hecho social básico que en los tiempos modernos ha influido sobre manera en
la ordenación de la propiedad urbana. Se manifiesta a través de un factor constante,
cual es la insuprimible necesidad de las edificaciones, tanto para la vida de la persona
y la familia como para el desarrollo de fundamentales actividades, constituidas por el
comercio, la industria y, en general, el ejercicio de las profesiones. Junto a ese factor,
que es constante en el sentido de ser connatural a todo sistema de vida y de
convivencia dentro de una elemental civilización, se ofrece hoy, provocado por muy
diversas determinaciones, otro factor que se exterioriza en términos muy acusados, y
es el representado por las dificultades que entraña la adquisición, la disponibilidad y el
disfrute de los locales habitables. La acción del Estado ha considerado y atendido a
esta situación real en tres esferas, aunque diversas, muy directamente relacionadas:
en la esfera de la construcción impulsándola a virtud de medidas indirectas e incluso,
en ocasiones, afrontando de modo directo la empresa; en la esfera del arrendamiento,
a través de una legislación frecuentemente renovada, que restringe el poder autónomo
de la voluntad con el fin de asegurar una permanencia en el disfrute de las viviendas y
los locales de negocio en condiciones económicas sometidas a un sistema de
intervención y revisión, y en la esfera de la propiedad, a virtud principalmente de la
llamada propiedad horizontal, que proyecta esta titularidad sobre determinados
espacios de la edificación. La esencial razón de ser del régimen de la propiedad
horizontal descansa en la finalidad de lograr el acceso a la propiedad urbana mediante
una inversión de capital que, al poder quedar circunscrita al espacio y elementos
indispensables para atender a las propias necesidades, es menos cuantiosa y, por lo
mismo, más asequible a todos y la única posible para grandes sectores de personas.
Siendo ello así, el régimen de la propiedad horizontal no sólo precisa ser reconocido,
sino que además requiere que se le aliente y encauce, dotándole de una ordenación
completa y eficaz. Y más aún si se observa que, por otra parte, mientras las
disposiciones legislativas vigentes en materia de arrendamientos urbanos no pasan de
ser remedios ocasionales, que resuelven el conflicto de intereses de un modo
imperfecto, puesto que el fortalecimiento de la institución arrendaticia se consigue
imponiendo a la propiedad una carga que difícilmente puede sobrellevar; en cambio,
conjugando las medias dirigidas al incremento de la construcción con un bien
organizado régimen de la propiedad horizontal, se afronta el problema de la vivienda y
los conexos a él en un plano más adecuado, que permite soluciones estables; y ello a la
larga redundará en ventaja del propio régimen arrendaticio, que podrá, sin la presión
de unas exigencias acuciantes, liberalizarse y cumplir normalmente su función
económico-social.
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La Ley representa, más que una reforma de la legalidad vigente, la ordenación «ex
novo», de manera completa, de la propiedad por pisos. Se lleva a cabo mediante una
Ley de carácter general, en el sentido de ser de aplicación a todo el territorio nacional.
El artículo 396 del Código Civil, como ocurre en supuestos análogos recoge las notas
esenciales de este régimen de propiedad y, por lo demás, queda reducido a norma de
remisión. El carácter general de la Ley viene aconsejado, sobre todo, por la razón de
política legislativa derivada de que la necesidad a que sirve se manifiesta por igual en
todo el territorio; pero también se ha tenido en cuenta una razón de técnica legislativa,
como es la de que las disposiciones en que se traduce, sin descender a lo
reglamentario, son a veces de una circunstanciada concreción que excede de la tónica
propia de un Código Civil.
La propiedad horizontal hizo su irrupción en los ordenamientos jurídicos como una
modalidad de la comunidad de bienes. El progresivo desenvolvimiento de la
institución ha tendido principalmente a subrayar los perfiles que la independizan de la
comunidad. La modificación que introdujo la Ley de 26 de octubre de 1939 en el texto
del artículo 396 del Código Civil ya significó un avance en ese sentido, toda vez que
reconoció la propiedad privativa o singular del piso o local, quedando la comunidad,
como accesoria, circunscrita a lo que se ha venido llamando elementos comunes. La
Ley que recoge el material preparado con ponderación y cuidado por la Comisión de
Códigos, dando un paso más, pretende llevar al máximo posible la individualización de
la propiedad desde el punto de vista del objeto. A tal fin, a este objeto de la relación,
constituido por el piso o local, se incorpora el propio inmueble, sus pertenencias y
servicios. Mientras sobre el piso «stricto sensu», o espacio, delimitado y de
aprovechamiento independiente, el uso y disfrute son privativos, sobre el «inmueble»,
edificación, pertenencias y servicios -abstracción hecha de los particulares espacios-
tales usos y disfrute han de ser, naturalmente, compartidos; pero unos y otros
derechos, aunque distintos en su alcance, se reputan inseparablemente unidos, unidad
que también mantiene respecto de la facultad de disposición. Con base en la misma
idea se regula el coeficiente o cuota, que no es ya la participación en lo anteriormente
denominado elementos comunes, sino que expresa, activa y también pasivamente,
como módulo para cargas, el valor proporcional del piso y a cuanto él se considera
unido, en el conjunto del inmueble, el cual, al mismo tiempo que se divide física y
jurídicamente en pisos o locales se divide así económicamente en fracciones o cuotas.
En este propósito individualizador no hay que ver una preocupación dogmática y
mucho menos la consagración de una ideología de signo individualista. Se trata de que
no olvidando la ya aludida función social que cumple esta institución, entender que el
designio de simplificar y facilitar el régimen de la propiedad horizontal se realiza así
de modo más satisfactorio. Con el alejamiento del sistema de la comunidad de bienes
resulta, ya no sólo congruente, sino tranquilizadora la expresa eliminación de los
derechos de tanteo y retracto, reconocidos, con ciertas peculiaridades, en la hasta
ahora vigente redacción del mencionado artículo 396. Ahora bien: tampoco en este
caso ha sido esa sola consideración técnica la que ha guiado la Ley. Decisivo influjo han
ejercido tanto la notoria experiencia de que actualmente se ha hecho casi cláusula de
estilo la exclusión de tales derechos como el pensamiento de que no se persigue aquí
una concentración de la propiedad de los pisos o locales, sino, por el contrario, su más
amplia difusión.
Motivo de especial estudio ha sido lo concerniente a la constitución del régimen de la
propiedad horizontal y a la determinación del conjunto de deberes y derechos que lo
integran. Hasta ahora, y ello tiene una justificación histórica, esta materia ha estado
entregada casi de modo total, en defecto de normas legales, a la autonomía privada
reflejada en los Estatutos. Estos, frecuentemente, no eran fruto de las libres
determinaciones recíprocas de los contratantes, sino que, de ordinario, los dictaba, con
sujeción a ciertos tipos generalizados por la práctica, el promotor de la empresa de
construcción, limitándose a prestar su adhesión las personas que ingresaban en el
régimen de la propiedad horizontal. La Ley brinda una regulación que, por un lado, es
suficiente por sí -con las salvedades dejadas a la iniciativa privada- para constituir, en
lo esencial, el sistema jurídico que presida y gobierne esta clase de relaciones, y, por
otro lado, admite que, por obra de la voluntad, se especifiquen, completen y hasta
modifiquen ciertos derechos y deberes, siempre que no se contravengan las normas de
derechos necesario, claramente deducibles de los mismos términos de la Ley. De ahí
que la formulación de Estatutos no resultará indispensable, si bien podrán éstos
cumplir la función de desarrollar la ordenación legal y adecuarla a las concretas
circunstancias de los diversos casos y situaciones.
El sistema de derechos y deberes en el seno de la propiedad horizontal aparece
estructurado en razón de los intereses en juego.
Los derechos de disfrute tienden a atribuir al titular las máximas posibilidades de
utilización, con el límite representado tanto por la concurrencia de los derechos de
igual clase de los demás cuanto por el interés general, que se encarna en la
conservación del edificio y en la subsistencia del régimen de propiedad horizontal, que
requiere una base material y objetiva. Por lo mismo, íntimamente unidos a los
derechos de disfrute aparecen los deberes de igual naturaleza.
Se ha tratado de configurarlos con criterios inspirados en las relaciones de vecindad,
procurando dictar unas normas dirigidas a asegurar que el ejercicio del derecho
propio no se traduzca en perjuicio del ajeno ni en menoscabo del conjunto, para así
dejar establecidas las bases de una convivencia normal y pacífica.
Además de regular los derechos y deberes correspondientes al disfrute, la Ley se
ocupa de aquellos otros que se refieren a los desembolsos económicos a que han de
atender conjuntamente los titulares, bien por derivarse de las instalaciones y servicios
de carácter general, o bien por, constituir cargas o tributos que afectan a la totalidad
del edificio. El criterio básico tenido en cuenta para determinar la participación de
cada uno en el desembolso a realizar es la expresada cuota o coeficiente asignado al
piso o local, cuidándose de significar que la no utilización del servicio generador del
gasto no exime de la obligación correspondiente.
Una de las más importantes novedades que contiene la Ley es la de vigorizar en todo
lo posible la fuerza vinculante de los deberes impuestos a los titulares, así por lo que
concierne al disfrute del apartamento, cuanto por lo que se refiere al abono de gastos.
Mediante la aplicación de las normas generales vigentes en la materia, el
incumplimiento de las obligaciones genera la acción dirigida a exigir judicialmente su
cumplimiento, bien de modo específico, esto es, imponiendo a través de la coacción lo
que voluntariamente no se ha observado, o bien en virtud de la pertinente
indemnización. Pero esta normal sanción del incumplimiento puede no resultar
suficientemente eficaz en casos como los aquí considerados, y ello por diversas
razones: una es la de que la inobservancia del deber trae repercusiones sumamente
perturbadoras para grupos extensos de personas, al paso que dificulta el
funcionamiento del régimen de propiedad horizontal; otra razón es la de que, en lo
relativo a los deberes de disfrute, la imposición judicial del cumplimiento específico es
prácticamente imposible por el carácter negativo de la obligación, y la indemnización
no cubre la finalidad que se persigue de armonizar la convivencia. Por eso se prevé la
posibilidad de la privación judicial del disfrute del piso o local cuando concurran
circunstancias taxativamente señaladas, y por otra parte se asegura la contribución a
los gastos comunes con una afectación real del piso o local al pago de este crédito
considerado preferente.
La concurrencia de una colectividad de personas en la titularidad de derechos que, sin
perjuicio de su sustancial individualización, recaen sobre fracciones de un mismo
edificio y dan lugar a relaciones de interdependencia que afectan a los respectivos
titulares, ha hecho indispensable en la práctica la creación de órganos de gestión y
administración. La Ley, que en todo momento se ha querido mostrar abierta a las
enseñanzas de la experiencia, la ha tenido muy especialmente en cuenta en esta
materia. Y fruto de ella, así como de la detenida ponderación de los diversos
problemas, ha sido confiar normalmente el adecuado funcionamiento del régimen de
propiedad horizontal a tres órganos: la Junta, el Presidente de la misma y el
Administrador. La Junta, compuesta de todos los titulares, tiene los cometidos propios
de un órgano rector colectivo, ha de reunirse preceptivamente una vez al año, y para la
adopción de acuerdos válidos se requiere, por regla general, el voto favorable tanto de
la mayoría numérica o personal cuanto de la económica, salvo cuando la trascendencia
de la materia requiera la unanimidad, o bien cuando, por el contrario por la relativa
importancia de aquélla, y para que la simple pasividad de los propietarios no
entorpezca el funcionamiento de la institución, sea suficiente la simple mayoría de los
asistentes. El cargo de Presidente, que ha de ser elegido del seno de la Junta, lleva
implícita la representación de todos los titulares en juicio y fuera de él, con lo que se
resuelve el delicado problema de legitimación que se ha venido produciendo. Y,
finalmente, el Administrador, que ha de ser designado por la Junta y es amovible, sea o
no miembro de ella, ha de actuar siempre en dependencia de la misma, sin perjuicio de
cumplir en todo caso las obligaciones que directamente se le imponen.
Por otra parte se ha dado a esto una cierta flexibilidad para que el número de estas
personas encargadas de la representación y gestión sea mayor o menor según la
importancia y necesidad de la colectividad.
Por último, debe señalarse que la economía del sistema establecido tiene interesantes
repercusiones en cuanto afecta al Registro de la Propiedad y exige una breve reforma
en la legislación hipotecaria. Se ha partido, en un afán de claridad, de la conveniencia
de agregar dos párrafos al artículo 8.º de la vigente Ley Hipotecaria, el 4.º y el 5.º, que
sancionan, en principio, la posibilidad de la inscripción del edificio en su conjunto,
sometido al régimen de propiedad horizontal, y al mismo tiempo la del piso o local
como finca independiente, con folio registral propio.
El número 4.º del mencionado artículo 8.º prevé la hipótesis normal de constitución
del régimen de propiedad horizontal, es decir, la construcción de un edificio por un
titular que lo destine precisamente a la enajenación de pisos, y el caso, menos
frecuente, de que varios propietarios de un edificio traten de salir de la indivisión de
mutuo acuerdo, o construyan un edificio con ánimo de distribuirlo, «ab initio», entre
ellos mismos, transformándose en propietarios singulares de apartamento o
fracciones independientes. A título excepcional, con el mismo propósito de simplificar
los asientos, se permite inscribir a la vez la adjudicación concreta de los repetidos
apartamentos a favor de sus respectivos titulares, siempre que así lo soliciten todos
ellos.
Y el número 5.º del mismo artículo 8 permite crear el folio autónomo e independiente
de cada piso o local, siempre que consten previamente inscritos el inmueble y la
constitución del régimen de propiedad horizontal.
En su virtud, y de conformidad con la propuesta elaborada por las Cortes Españolas,
dispongo:
CAPÍTULO PRIMERO
DISPOSICIONES GENERALES
Artículo 1
La presente Ley tiene por objeto la regulación de la forma especial de propiedad
establecida en el artículo 396 del Código Civil, que se denomina propiedad horizontal.
A efectos de esta Ley tendrán también la consideración de locales aquellas partes de
un edificio que sean susceptibles de aprovechamiento independiente por tener salida
a un elemento común de aquél o a la vía pública.
Artículo 1 redactado por Ley 8/1999, 6 abril («B.O.E.» 8 abril), de Reforma de la Ley
49/1960, 21 julio, sobre Propiedad Horizontal.
Artículo 2
Esta Ley será de aplicación:
CAPÍTULO II
DEL RÉGIMEN DE LA PROPIEDAD POR PISOS O LOCALES
Artículo 3
En el régimen de propiedad establecido en el artículo 396 del Código Civil corresponde
a cada piso o local:
Artículo 4
La acción de división no procederá para hacer cesar la situación que regula esta Ley.
Sólo podrá ejercitarse por cada propietario proindiviso sobre un piso o local
determinado, circunscrita al mismo, y siempre que la proindivisión no haya sido
establecida de intento para el servicio o utilidad común de todos los propietarios.
Artículo 5
El título constitutivo de la propiedad por pisos o locales describirá, además del
inmueble en su conjunto, cada uno de aquéllos al que se asignará número correlativo.
La descripción del inmueble habrá de expresar las circunstancias exigidas en la
legislación hipotecaria y los servicios e instalaciones con que cuente el mismo. La de
cada piso o local expresará su extensión, linderos, planta en la que se hallare y los
anejos, tales como garaje, buhardilla o sótano.
En el mismo título se fijará la cuota de participación que corresponde a cada piso o
local, determinada por el propietario único del edificio al iniciar su venta por pisos,
por acuerdo de todos los propietarios existentes, por laudo o por resolución judicial.
Para su fijación se tomará como base la superficie útil de cada piso o local en relación
con el total del inmueble, su emplazamiento interior o exterior, su situación y el uso
que se presuma racionalmente que va a efectuarse de los servicios o elementos
comunes.
El título podrá contener, además, reglas de constitución y ejercicio del derecho y
disposiciones no prohibidas por la Ley en orden al uso o destino del edificio, sus
diferentes pisos o locales, instalaciones y servicios, gastos, administración y gobierno,
seguros, conservación y reparaciones, formando un estatuto privativo que no
perjudicará a terceros si no ha sido inscrito en el Registro de la Propiedad.
En cualquier modificación del título, y a salvo lo que se dispone sobre validez de
acuerdos, se observarán los mismos requisitos que para la constitución.
Artículo 6
Para regular los detalles de la convivencia y la adecuada utilización de los servicios y
cosas comunes, y dentro de los límites establecidos por la Ley y los estatutos, el
conjunto de propietarios podrá fijar normas de régimen interior que obligarán
también a todo titular mientras no sean modificadas en la forma prevista para tomar
acuerdos sobre la administración.
Artículo 7
1. El propietario de cada piso o local podrá modificar los elementos arquitectónicos,
instalaciones o servicios de aquél cuando no menoscabe o altere la seguridad del
edificio, su estructura general, su configuración o estado exteriores, o perjudique los
derechos de otro propietario, debiendo dar cuenta de tales obras previamente a quien
represente a la comunidad.
En el resto del inmueble no podrá realizar alteración alguna y si advirtiere la
necesidad de reparaciones urgentes deberá comunicarlo sin dilación al
administrador.La Sentencia TS (Sala Primera) de 2 febrero 2016, Rec. 2904/2013,
declara como doctrina jurisprudencial que «sólo procederá el reembolso por la
Comunidad de Propietarios al comunero que haya ejecutado unilateralmente obras en
zonas comunes cuando se haya requerido previamente al Secretario-Administrador o
al Presidente advirtiéndoles de la urgencia y necesidad de aquéllas. En el caso de no
mediar dicho requerimiento, la Comunidad quedará exonerada de la obligación de
abonar el importe correspondiente a dicha ejecución. No quedará exonerada si la
Comunidad muestra pasividad en las obras o reparaciones necesarias y urgentes».
2. Al propietario y al ocupante del piso o local no les está permitido desarrollar en él o
en el resto del inmueble actividades prohibidas en los estatutos, que resulten dañosas
para la finca o que contravengan las disposiciones generales sobre actividades
molestas, insalubres, nocivas, peligrosas o ilícitas.
El presidente de la comunidad, a iniciativa propia o de cualquiera de los propietarios u
ocupantes, requerirá a quien realice las actividades prohibidas por este apartado la
inmediata cesación de las mismas, bajo apercibimiento de iniciar las acciones
judiciales procedentes.
Si el infractor persistiere en su conducta el Presidente, previa autorización de la Junta
de propietarios, debidamente convocada al efecto, podrá entablar contra él acción de
cesación que, en lo no previsto expresamente por este artículo, se sustanciará a través
del juicio ordinario.Párrafo 3.º del número 2 del artículo 7 redactado por el número 1
de la Disposición Final 1.ª de la Ley 1/2000, 7 enero, de Enjuiciamiento Civil («B.O.E.»
8 enero).Vigencia: 8 enero 2001
Presentada la demanda, acompañada de la acreditación del requerimiento fehaciente
al infractor y de la certificación del acuerdo adoptado por la Junta de propietarios, el
juez podrá acordar con carácter cautelar la cesación inmediata de la actividad
prohibida, bajo apercibimiento de incurrir en delito de desobediencia. Podrá adoptar
asimismo cuantas medidas cautelares fueran precisas para asegurar la efectividad de
la orden de cesación. La demanda habrá de dirigirse contra el propietario y, en su caso,
contra el ocupante de la vivienda o local.
Si la sentencia fuese estimatoria podrá disponer, además de la cesación definitiva de la
actividad prohibida y la indemnización de daños y perjuicios que proceda, la privación
del derecho al uso de la vivienda o local por tiempo no superior a tres años, en función
de la gravedad de la infracción y de los perjuicios ocasionados a la comunidad. Si el
infractor no fuese el propietario, la sentencia podrá declarar extinguidos
definitivamente todos sus derechos relativos a la vivienda o local, así como su
inmediato lanzamiento.
Artículo 7 redactado por Ley 8/1999, 6 abril («B.O.E.» 8 abril), de Reforma de la Ley
49/1960, 21 julio, sobre Propiedad Horizontal.
Artículo 8
...
Artículo 8 derogado por el apartado 1.º de la disposición derogatoria única de la Ley
8/2013, de 26 de junio, de rehabilitación, regeneración y renovación urbanas («B.O.E.»
27 junio).Vigencia: 28 junio 2013
Artículo 9
1. Son obligaciones de cada propietario:
Letra f) del número 1 del artículo 9 redactada por el apartado uno del
artículo segundo del R.D.-ley 7/2019, de 1 de marzo, de medidas urgentes
en materia de vivienda y alquiler («B.O.E.» 5 marzo).Vigencia: 6 marzo
2019
Artículo 10
1. Tendrán carácter obligatorio y no requerirán de acuerdo previo de la Junta de
propietarios, impliquen o no modificación del título constitutivo o de los estatutos, y
vengan impuestas por las Administraciones Públicas o solicitadas a instancia de los
propietarios, las siguientes actuaciones:
Letra b) del número 1 del artículo 10 redactada por el apartado dos del
artículo segundo del R.D.-ley 7/2019, de 1 de marzo, de medidas urgentes
en materia de vivienda y alquiler («B.O.E.» 5 marzo).Vigencia: 6 marzo
2019
b) Cuando así se haya solicitado, previa aprobación por las tres quintas
partes del total de los propietarios que, a su vez, representen las tres
quintas partes de las cuotas de participación, la división material de los
pisos o locales y sus anejos, para formar otros más reducidos e
independientes; el aumento de su superficie por agregación de otros
colindantes del mismo edificio o su disminución por segregación de alguna
parte; la construcción de nuevas plantas y cualquier otra alteración de la
estructura o fábrica del edificio, incluyendo el cerramiento de las terrazas
y la modificación de la envolvente para mejorar la eficiencia energética, o
de las cosas comunes, cuando concurran los requisitos a que alude
el artículo 17.6 del texto refundido de la Ley de Suelo, aprobado por el
Real Decreto Legislativo 2/2008, de 20 de junio.
En estos supuestos deberá constar el consentimiento de los titulares afectados y
corresponderá a la Junta de Propietarios, de común acuerdo con aquéllos, y por
mayoría de tres quintas partes del total de los propietarios, la determinación de la
indemnización por daños y perjuicios que corresponda. La fijación de las nuevas
cuotas de participación, así como la determinación de la naturaleza de las obras que se
vayan a realizar, en caso de discrepancia sobre las mismas, requerirá la adopción del
oportuno acuerdo de la Junta de Propietarios, por idéntica mayoría. A este respecto
también podrán los interesados solicitar arbitraje o dictamen técnico en los términos
establecidos en la Ley.
Artículo 10 redactado por el número cuatro de la disposición final primera de la Ley
8/2013, de 26 de junio, de rehabilitación, regeneración y renovación urbanas («B.O.E.»
27 junio).Vigencia: 28 junio 2013
Artículo 11
...
Artículo 11 derogado por el apartado 1.º de la disposición derogatoria única de la Ley
8/2013, de 26 de junio, de rehabilitación, regeneración y renovación urbanas («B.O.E.»
27 junio).Vigencia: 28 junio 2013
Artículo 12
...
Artículo 12 derogado por el apartado 1.º de la disposición derogatoria única de la Ley
8/2013, de 26 de junio, de rehabilitación, regeneración y renovación urbanas («B.O.E.»
27 junio).Vigencia: 28 junio 2013
Artículo 13
1. Los órganos de gobierno de la comunidad son los siguientes:
a) La Junta de propietarios.
c) El secretario.
d) El administrador.
En los estatutos, o por acuerdo mayoritario de la Junta de propietarios, podrán
establecerse otros órganos de gobierno de la comunidad, sin que ello pueda suponer
menoscabo alguno de las funciones y responsabilidades frente a terceros que esta Ley
atribuye a los anteriores.
2. El presidente será nombrado, entre los propietarios, mediante elección o,
subsidiariamente, mediante turno rotatorio o sorteo. El nombramiento será
obligatorio, si bien el propietario designado podrá solicitar su relevo al juez dentro del
mes siguiente a su acceso al cargo, invocando las razones que le asistan para ello. El
juez, a través del procedimiento establecido en el artículo 17.7.ª, resolverá de plano lo
procedente, designando en la misma resolución al propietario que hubiera de sustituir,
en su caso, al presidente en el cargo hasta que se proceda a nueva designación en el
plazo que se determine en la resolución judicial.
Igualmente podrá acudirse al juez cuando, por cualquier causa, fuese imposible para la
Junta designar presidente de la comunidad.
Número 2 del artículo 13 redactado por la disposición final segunda de la Ley
42/2015, de 5 de octubre, de reforma de la Ley 1/2000, de 7 de enero, de
Enjuiciamiento Civil («B.O.E.» 6 octubre).Vigencia: 7 octubre 2015
3. El presidente ostentará legalmente la representación de la comunidad, en juicio y
fuera de él, en todos los asuntos que la afecten.
4. La existencia de vicepresidentes será facultativa. Su nombramiento se realizará por
el mismo procedimiento que el establecido para la designación del presidente.
Corresponde al vicepresidente, o a los vicepresidentes por su orden, sustituir al
presidente en los casos de ausencia, vacante o imposibilidad de éste, así como asistirlo
en el ejercicio de sus funciones en los términos que establezca la Junta de propietarios.
5. Las funciones del secretario y del administrador serán ejercidas por el presidente
de la comunidad, salvo que los estatutos o la Junta de propietarios por acuerdo
mayoritario, dispongan la provisión de dichos cargos separadamente de la
presidencia.
6. Los cargos de secretario y administrador podrán acumularse en una misma persona
o bien nombrarse independientemente.
El cargo de administrador y, en su caso, el de secretario-administrador podrá ser
ejercido por cualquier propietario, así como por personas físicas con cualificación
profesional suficiente y legalmente reconocida para ejercer dichas funciones. También
podrá recaer en corporaciones y otras personas jurídicas en los términos establecidos
en el ordenamiento jurídico.
7. Salvo que los estatutos de la comunidad dispongan lo contrario, el nombramiento de
los órganos de gobierno se hará por el plazo de un año.
Los designados podrán ser removidos de su cargo antes de la expiración del mandato
por acuerdo de la Junta de propietarios, convocada en sesión extraordinaria.
8. Cuando el número de propietarios de viviendas o locales en un edificio no exceda de
cuatro podrán acogerse al régimen de administración del artículo 398 del Código Civil,
si expresamente lo establecen los estatutos.
Artículo 13 redactado por Ley 8/1999, 6 abril («B.O.E.» 8 abril), de Reforma de la Ley
49/1960, 21 julio, sobre Propiedad Horizontal.
Artículo 14
Corresponde a la Junta de propietarios:
Artículo 15
1. La asistencia a la Junta de propietarios será personal o por representación legal o
voluntaria, bastando para acreditar ésta un escrito firmado por el propietario.
Si algún piso o local perteneciese «pro indiviso» a diferentes propietarios éstos
nombrarán un representante para asistir y votar en las juntas.
Si la vivienda o local se hallare en usufructo, la asistencia y el voto corresponderá al
nudo propietario, quien, salvo manifestación en contrario, se entenderá representado
por el usufructuario, debiendo ser expresa la delegación cuando se trate de los
acuerdos a que se refiere la regla primera del artículo 17 o de obras extraordinarias y
de mejora.
2. Los propietarios que en el momento de iniciarse la junta no se encontrasen al
corriente en el pago de todas las deudas vencidas con la comunidad y no hubiesen
impugnado judicialmente las mismas o procedido a la consignación judicial o notarial
de la suma adeudada, podrán participar en sus deliberaciones si bien no tendrán
derecho de voto. El acta de la Junta reflejará los propietarios privados del derecho de
voto, cuya persona y cuota de participación en la comunidad no será computada a
efectos de alcanzar las mayorías exigidas en esta Ley.
Artículo 15 redactado por Ley 8/1999, 6 abril («B.O.E.» 8 abril), de Reforma de la Ley
49/1960, 21 julio, sobre Propiedad Horizontal.
Artículo 16
1. La Junta de propietarios se reunirá por lo menos una vez al año para aprobar los
presupuestos y cuentas y en las demás ocasiones que lo considere conveniente el
presidente o lo pidan la cuarta parte de los propietarios, o un número de éstos que
representen al menos el 25 por 100 de las cuotas de participación.
2. La convocatoria de las Juntas la hará el presidente y, en su defecto, los promotores
de la reunión, con indicación de los asuntos a tratar, el lugar, día y hora en que se
celebrará en primera o, en su caso, en segunda convocatoria, practicándose las
citaciones en la forma establecida en el artículo 9. La convocatoria contendrá una
relación de los propietarios que no estén al corriente en el pago de las deudas vencidas
a la comunidad y advertirá de la privación del derecho de voto si se dan los supuestos
previstos en el artículo 15.2.
Cualquier propietario podrá pedir que la Junta de propietarios estudie y se pronuncie
sobre cualquier tema de interés para la comunidad; a tal efecto dirigirá escrito, en el
que especifique claramente los asuntos que pide sean tratados, al presidente, el cual
los incluirá en el orden del día de la siguiente Junta que se celebre.
Si a la reunión de la Junta no concurriesen, en primera convocatoria, la mayoría de los
propietarios que representen, a su vez, la mayoría de las cuotas de participación se
procederá a una segunda convocatoria de la misma, esta vez sin sujeción a "quórum".
La Junta se reunirá en segunda convocatoria en el lugar, día y hora indicados en la
primera citación, pudiendo celebrarse el mismo día si hubiese transcurrido media
hora desde la anterior. En su defecto, será nuevamente convocada, conforme a los
requisitos establecidos en este artículo, dentro de los ocho días naturales siguientes a
la Junta no celebrada, cursándose en este caso las citaciones con una antelación
mínima de tres días.
3. La citación para la Junta ordinaria anual se hará, cuando menos, con seis días de
antelación, y para las extraordinarias, con la que sea posible para que pueda llegar a
conocimiento de todos los interesados. La Junta podrá reunirse válidamente aun sin la
convocatoria del presidente, siempre que concurran la totalidad de los propietarios y
así lo decidan.
Artículo 16 redactado por Ley 8/1999, 6 abril («B.O.E.» 8 abril), de Reforma de la Ley
49/1960, 21 julio, sobre Propiedad Horizontal.
Artículo 17
Los acuerdos de la Junta de propietarios se sujetarán a las siguientes reglas:
Artículo 19
1. Los acuerdos de la Junta de propietarios se reflejarán en un libro de actas
diligenciado por el Registrador de la Propiedad en la forma que reglamentariamente
se disponga.
2. El acta de cada reunión de la Junta de propietarios deberá expresar, al menos, las
siguientes circunstancias:
Artículo 20
Corresponde al administrador:
Artículo 21
1. Las obligaciones a que se refieren los apartados e) y f) del artículo 9 deberán
cumplirse por el propietario de la vivienda o local en el tiempo y forma determinados
por la Junta. En caso contrario, el presidente o el administrador, si así lo acordase la
junta de propietarios, podrá exigirlo judicialmente a través del proceso monitorio.
2. La utilización del procedimiento monitorio requerirá la previa certificación del
acuerdo de la Junta aprobando la liquidación de la deuda con la comunidad de
propietarios por quien actúe como secretario de la misma, con el visto bueno del
presidente, siempre que tal acuerdo haya sido notificado a los propietarios afectados
en la forma establecida en el artículo 9.
3. A la cantidad que se reclame en virtud de lo dispuesto en el apartado anterior podrá
añadirse la derivada de los gastos del requerimiento previo de pago, siempre que
conste documentalmente la realización de éste, y se acompañe a la solicitud el
justificante de tales gastos.
4. Cuando el propietario anterior de la vivienda o local deba responder solidariamente
del pago de la deuda, podrá dirigirse contra él la petición inicial, sin perjuicio de su
derecho a repetir contra el actual propietario. Asimismo se podrá dirigir la
reclamación contra el titular registral, que gozará del mismo derecho mencionado
anteriormente.
En todos estos casos, la petición inicial podrá formularse contra cualquiera de los
obligados o contra todos ellos conjuntamente.
La Sentencia TS (Sala 1.ª) de 22 abril 2015, Rec. 319/2013, fija como doctrina que
"cuando el deudor de cuotas por gastos de comunidad de propietarios, por obligación
propia o por extensión de responsabilidad, no coincida con el titular registral, la
reclamación frente a éste solo sera al objeto de soportar la ejecución sobre el inmueble
inscrito a su nombre".
5. Cuando el deudor se oponga a la petición inicial del proceso monitorio, el acreedor
podrá solicitar el embargo preventivo de bienes suficientes de aquél, para hacer frente
a la cantidad reclamada, los intereses y las costas.
El tribunal acordará, en todo caso, el embargo preventivo sin necesidad de que el
acreedor preste caución. No obstante, el deudor podrá enervar el embargo prestando
aval bancario por la cuantía por la que hubiese sido decretado.
6. Cuando en la solicitud inicial del proceso monitorio se utilizaren los servicios
profesionales de abogado y procurador para reclamar las cantidades debidas a la
Comunidad, el deudor deberá pagar, con sujeción en todo caso a los límites
establecidos en el apartado tercero del artículo 394 de la Ley de Enjuiciamiento Civil,
los honorarios y derechos que devenguen ambos por su intervención, tanto si aquél
atendiere el requerimiento de pago como si no compareciere ante el tribunal.
En los casos en que exista oposición, se seguirán las reglas generales en materia de
costas, aunque si el acreedor obtuviere una sentencia totalmente favorable a su
pretensión, se deberán incluir en ellas los honorarios del abogado y los derechos del
procurador derivados de su intervención, aunque no hubiera sido preceptiva.
Artículo 21 redactado por el número 2 de la Disposición Final 1.ª de la Ley 1/2000, 7
enero, de Enjuiciamiento Civil («B.O.E.» 8 enero).Vigencia: 8 enero 2001
Artículo 22
1. La comunidad de propietarios responderá de sus deudas frente a terceros con todos
los fondos y créditos a su favor. Subsidiariamente y previo requerimiento de pago al
propietario respectivo, el acreedor podrá dirigirse contra cada propietario que
hubiese sido parte en el correspondiente proceso por la cuota que le corresponda en el
importe insatisfecho.
2. Cualquier propietario podrá oponerse a la ejecución si acredita que se encuentra al
corriente en el pago de la totalidad de las deudas vencidas con la comunidad en el
momento de formularse el requerimiento a que se refiere el apartado anterior.
Si el deudor pagase en el acto de requerimiento, serán de su cargo las costas causadas
hasta ese momento en la parte proporcional que le corresponda.
Artículo 22 introducido por Ley 8/1999, 6 abril («B.O.E.» 8 abril), de Reforma de la Ley
49/1960, 21 julio, sobre Propiedad Horizontal.
Artículo 23
El régimen de propiedad horizontal se extingue:
•
• 1.º Por la destrucción del edificio, salvo pacto en contrario. Se estimará
producida aquélla cuando el coste de la reconstrucción exceda del 50 por
100 del valor de la finca al tiempo de ocurrir el siniestro, a menos que el
exceso de dicho coste esté cubierto por un seguro.
•
• 2.º Por conversión en propiedad o copropiedad ordinarias.
Artículo 23 introducido por Ley 8/1999, 6 abril («B.O.E.» 8 abril), de Reforma de la Ley
49/1960, 21 julio, sobre Propiedad Horizontal. Su contenido literal se corresponde con
el del anterior artículo 21.
CAPÍTULO III
DEL RÉGIMEN DE LOS COMPLEJOS INMOBILIARIOS
PRIVADOS
Artículo 24
1. El régimen especial de propiedad establecido en el artículo 396 del Código Civil será
aplicable aquellos complejos inmobiliarios privados que reúnan los siguientes
requisitos:
Disposiciones transitorias
Primera
La presente Ley regirá todas las comunidades de propietarios, cualquiera que sea el
momento en que fueron creadas y el contenido de sus estatutos, que no podrán ser
aplicados en contradicción con lo establecido en la misma.
En el plazo de 2 años, a contar desde la publicación de esta Ley en el Boletín Oficial del
Estado, las comunidades de propietarios deberán adaptar sus estatutos a lo dispuesto
en ella en lo que estuvieren en contradicción con sus preceptos.
Transcurridos los 2 años, cualquiera de los propietarios podrá instar judicialmente la
adaptación prevenida en la presente disposición por el procedimiento señalado en el
número 2.º del artículo 16.
Segunda
En los actuales estatutos reguladores de la propiedad por pisos, en los que esté
establecido el derecho de tanteo y retracto en favor de los propietarios, se entenderán
los mismos modificados en el sentido de quedar sin eficacia tal derecho, salvo que, en
nueva junta, y por mayoría que represente, al menos, el 80 por 100 de los titulares, se
acordará el mantenimiento de los citados derechos de tanteo y retracto en favor de los
miembros de la comunidad.
Téngase en cuenta que la Disposición Final Única de la Ley 8/1999, 6 abril, de Reforma
de la Ley 49/1960, 21 julio, sobre Propiedad Horizontal («B.O.E.» 8 abril), establece
que: «Los estatutos de las comunidades de propietarios se adaptarán, en el plazo de un
año, a lo dispuesto en la presente Ley».
Disposición final
Quedan derogadas cuantas disposiciones se opongan a lo establecido en esta Ley.
DERECHOS REALES LIMITADOS
SUJETOS:
- Nudo propietario: debe tener libre disponibilidad y
facultad de disposición
- Usufructuario: capacidad dependerá del acto o
contrato que sirva de título de constitución
- Usufructos simultáneos (art. 521 C.c)
- Usufructos sucesivos: se nombran varios
usufructuarios sucesivamente (límite del 781
C.c.)
EL USUFRUCTO
OBLIGACIONES PREVIAS
- Inventario y fianza (art. 491 C.c.)
- Usufructuarios eximidos de prestar fianza (art. 492
C.c)
- Dispensa (art. 493 C.c)
El USUFRUCTO
- CENSO CONSIGNATIVO
- CENSO RESERVATIVO
- CENSO ENFITÉUTICO
CARACTERES DEL DERECHO DE
CENSO
1. LEGALES Y VOLUNTARIAS
1. LEGALES
2. VOLUNTARIAS
3. POR SIGNO APARENTE O DESTINO DE PADRE DE
FAMILIA
4. Posibilidad de USUCAPIÓN de una servidumbre
Servidumbres legales
E. SERVIDUMBRE DE DESAGÜE
Aguas pluviales: Art. 586 C.c
a) S. de vertiente de tejados: art. 587 C.c.
b) S. de desagüe de patio enclavado: art. 588
C.c.
Aguas residuales: Art. 590 C.c. Se actuará
conforme a la legislación administrativa
F. SERVIDUMBRES ACÚSTICAS
LEY 37/2003, de 17 de noviembre , del Ruido.
Servidumbres voluntarias
Requisitos:
a) Existencia de signo aparente
b) Signo establecido y/o mantenido por el
propietario
c) Enajenación, división o segregación de fincas.
Usucapión
CONTINUAS APARENTES
DERECHO DE TANTEO
DERECHO DE RETRACTO
DERECHO DE OPCIÓN
- El C.c. los regula por separado.
- Tanteo y retracto tienen origen legal, la opción
convencional.
- Son excepciones al principio general de la “libre disposición
del propietario”
- Derecho de Tanteo:
REGULACIÓN:
Ley Hipotecaria de 1861
Código civil: Título XV del Libro IV (De las obligaciones y
contratos)
PRENDA:
- Queda reservada a bienes muebles (art. 1864 c.c.)
- La posesión de la cosa se transmite al acreedor pignoraticio
que es el titular del derecho real de garantía
CARACTERES GENERALES DE LOS DERECHOS REALES DE GARANTÍA
CONTENIDO
1. OBLIGACIONES:
- No usar la cosa, salvo autorización del propietario (art. 1870C.c.)
- Conservar la cosa pignorada con la diligencia de un buen padre
de familia respondiendo de su pérdida o deterioro conforme a las
disposiciones del Código civil (art. 1867 C.c.)
- Si el deudor cumple total y exactamente la obligación, el acreedor
DEBERÁ RESTITUIR INMEDIATAMENTE LA COSA PIGNORADA.
2. DERECHOS
El ius distrahendi
- En caso de incumplimiento de la prestación.
- Instar la enajenación o venta
- Arts. 1872 y 1873 c.c.
El derecho preferente de cobro
- Tras la enajenación a tercero
- El precio queda afecto al pago del crédito
- Créditos preferentes (art .1922.2º y 1926.1º C.c.)
- Si sobra dinero, éste irá al patrimonio del deudor
- Si falta, el acreedor pasará a ser un acreedor común
EXTINCIÓN DE LA PRENDA
2. HIPOTECA DE SEGURIDAD
Se asegura el cumplimiento de una obligación de cumplimiento
dudoso o de cuantía indeterminada, en el Registro de la Propiedad
solo se identifica la existencia de la hipoteca.
3. HIPOTECA DE MÁXIMO O HIPOTECA FLOTANTE
Es un subtipo de la anterior. En esta sí consta registralmente el
importe máximo del crédito .
Será suficiente con que conste:
- Descripción de los actos jurídicos básicos de los que puedan
derivar en el futuro las obligaciones garantizadas
- La cantidad máxima de que responde la finca
- El plazo de duración de la hipoteca
- Forma de cálculo del saldo final líquido garantizado.
EL OBJETO DE LA GARANTÍA: BIENES SUSCEPTIBLES DE HIPOTECA