El Credo
El Credo
El Credo
EL CREDO
Articulo nro.1
Creo en Dios Padre Todopoderoso, creador del cielo y de la tierra.
Estas palabras significan: "Creo" con toda certeza y sin vacilación me
confieso a Dios Padre, la primera Persona de la Santísima Trinidad, quien en
virtud de su omnipotencia creó el cielo y la tierra misma, y todo lo que en sus
dimensiones está contenido; quien sostiene y gobierna toda la creación. Y no
sólo lo creo con el corazón y lo confieso con la boca, sino que con el mayor
cariño y devoción me entrego a Él, como sumo y perfecto bien.
Articulo nro.2
Creo en Jesucristo, su único hijo, nuestro Señor.
Creer en Jesucristo es hacerlo conscientemente, el enfoque de nuestra
mirada, nuestro pensamiento, nuestro cariño, palabra y vida. Recordemos que
el cristianismo no es una creencia, unos sacramentos, algunos mandamientos u
oraciones, el cristianismo es una persona y esa es Jesús. Es el que da
pleno sentido a la fe, los sacramentos, los mandamientos y oraciones.
Articulo nro.3
Que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María
Virgen.
El culto a María, Madre de Dios, no es en la vida cristiana algo
irrelevante, de que se puede prescindir. No es "opcional" o libre. Es esencial,
Dios quiso que María fuera necesaria en toda la vida de Jesús, desde el
nacimiento hasta la muerte. La Iglesia, pues, Cuerpo Místico de Cristo, en
ningún momento de su historia puede prescindir del amor, veneración y culto a
María. Ella estuvo presente y orante en el "nacimiento" de la Iglesia, el día de
Pentecostés.
Articulo nro.4
Padeció bajo el poder de Poncio Pilato; fue crucificado, muerto y sepultado.
Estas palabras nos enseñan que Jesucristo, para redimir al mundo con
su preciosa sangre, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, murió en la Cruz y
fue sepultado. La palabra padeció expresa todos los dolores que sufrió
Jesucristo en sus sufrimientos. La cruz, puesto que Cristo murió en ella, ya no
es instrumento de suplicio, es instrumento de salvación. Esta transformación se
debe al “motivo” que fue el amor. El amor es capaz de cambiar todo en nuestra
vida.
Articulo nro.5
Descendió a los infiernos, al tercer día resucito de entre los muertos.
El quinto artículo del Credo nos enseña que el alma de Jesucristo, ya
separada del cuerpo, pasó al limbo de los Santos Padres y al tercer día se unió
de nuevo a su cuerpo, para nunca más separarse. Cristo ha resucitado,
además, él es la resurrección. Jesús le dice a Marta: “Yo soy la resurrección y
la vida: todo el que cree en mí, aunque muera, vivirá, pero todo el que vive y
cree en mí, no morirá jamás. ¿Crees en eso? Ella le responde: si Señor, yo
creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, que ha de venir al mundo.”
Articulo nro.6
Subió a los cielos, está sentado a la Derecha de Dios Padre Todopoderoso.
Esto nos dice que Jesucristo subió a los cielos él mismo en presencia de
sus discípulos, y que era como Dios, igual al Padre en la gloria, y ensalzado
sobre todos los ángeles y santos y constituido Señor de todas las cosas.
Después de su resurrección, Jesucristo permaneció en la tierra durante 40 días,
apareciendo varias veces para probar que realmente había resucitado y para
enseñar y confirmar mejor la verdad de la fe a sus apóstoles.
Articulo nro.7
Desde allí, ha de venir a juzgar a vivos y muertos.
Este artículo proclama tres verdades para saber y creer: 1) El mundo que
ahora conocemos debe ser destruido y tendrá un fin; 2) Que en el último día de
los tiempos, todas las personas que han existido y existen hasta entonces
resucitarán con el mismo cuerpo y alma que tenían; 3) Que Jesucristo
descenderá del cielo para juzgarlos, es decir, para dar a cada uno una
recompensa o castigo eterno según sus buenas o malas obras.
Articulo nro.8
Creo en el Espíritu Santo.
El Espíritu Santo es el maravilloso regalo de Dios para el mundo. Al
dárnoslo, se entregó a nosotros. Con el Espíritu Santo podemos hacer cualquier
cosa, sin él ni siquiera podemos pensar, decir o hacer nada que agrade a Dios.
Sera preciso, pedir la luz y la fuerza del Espíritu Santo. Una cosa es "saber" que
somos hijos de Dios y otra es "sentirnos verdaderamente hijos de Dios". Este es
el don del Espíritu Santo, que él mismo pone la palabra “Padre” en nuestros
corazones y bocas.
Articulo nro.9
Creo en la Santa Iglesia Católica, en la comunión de los Santos.
Una fuerte devoción a la iglesia es característica de los cristianos.
Vivimos momentos críticos que nos llaman a todos a un amor verdadero y
concreto por la Iglesia. La iglesia es un cuerpo dirigido por Cristo; ella vive para
él, en él y por él, y Cristo vive con ella y en ella. Cristo la amó y se entregó por
ella. Él la limpió con su sangre, la convirtió en la madre de todos los hijos de
Dios.
Articulo nro.10
El perdón de los pecados.
Esto nos enseña que Jesucristo ha dejado a su Iglesia el poder de
perdonar todos los pecados, por muchos y graves que sean porque le ha dado
pleno poder para atar y desatar. La Iglesia perdona los pecados por los méritos
de Jesucristo y le da los sacramentos instituidos para este fin, principalmente el
Bautismo y la Penitencia. Si aceptamos nuestra condición de pecadores,
comprenderemos la misión de Jesús "Salvador". Atesoraremos su sacrificio
hasta la muerte, entenderemos que "Dios amó tanto al mundo que le dio a su
propio hijo".
Articulo nro.11
La resurrección de la carne.
El artículo undécimo del Credo enseña que la resurrección sucederá a
todos y que cada alma volverá a recobrar su cuerpo en esta vida. La
resurrección de los muertos depende de Dios Todopoderoso, y nada es
imposible para él. Sucederá en el fin del mundo, seguido de un juicio universal.
La creencia en la resurrección de los muertos ha sido parte esencial de la fe
cristiana desde sus inicios. “Es una convicción de los cristianos la resurrección
de los muertos; esta creencia nos hace vivir", dijo Tertuliano "Es preciso, en
efecto, que este cuerpo corruptible se revista de incorruptibilidad, que este
cuerpo mortal se revista de inmortalidad".
Articulo nro.12
Y la vida eterna.
Después de esta vida hay otra vida de felicidad eterna para los elegidos
en el cielo o para los condenados en el infierno. Esta verdad de fe siempre ha
guiado la vida cristiana. No fuimos creados para ser un vacío de la nada, sino
para la vida eterna. Esto da sentido a todo: alegría y tristeza, enfermedad y
salud, esfuerzo y amor y, sobre todo amor. Escuchemos a Juan de la cruz: "Al
final de la vida se nos examinará del amor".
Conclusión
Jesús dijo: ""No todos los que dicen Señor, Señor, entrarán en el reino de
los cielos, sólo entrarán aquellos que cumplan la voluntad de mi Padre del
Cielo".
Hay que dar gracias a Dios de que todos seamos más conscientes de
aquello en lo que creemos, para que sepamos justificar nuestra fe. En todo
caso, la fe cristiana no es sólo ni primordialmente "conocimiento del contenido
de la revelación", aunque esto es fundamental. La fe es básicamente vida, sin
vivirla así, la fe pierde su fuerza y su gozo. Vivida intensamente, la fe es el
tesoro, la levadura, la sal, la luz, el referente para todos los que están al lado de
una persona que vive su fe.
Bibliografía
file:///C:/Users/personal/Downloads/art%C3%ADculos%20del%20Credo.pdf
https://www.fatima.org.pe/articulo-67-primer-articulo-del-credo-1a-parte-creo-en-
dios-padre-todopoderoso
https://es.catholic.net/op/articulos/16902/el-credo.html#:~:text=La%20primera
%20parte%20habla%20de,Santo%20y%20de%20nuestra%20santificaci
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