Filosofía. Tema 1

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Tema 1.

Prolegómenos a la Filosofía de la Historia

1. La reflexión filosófica sobre la historia. Objeto y sentido de la disciplina


2. Temporalidad e historicidad
El objeto de la filosofía de la historia es aquello que nosotros llamamos la historia, y que en la
filosofía está ligada a los conceptos de «temporalidad» y «historicidad». La comprensión de la
temporalidad y de la historicidad se nos presenta como un fenómeno radicalmente ontológico,
centrado en la subjetividad del hombre y en la preeminencia de la dimensión de la conciencia.

La posibilidad del conocimiento histórico arraiga en última instancia en un postulado ontológico:


el cognoscente y lo conocido, el sujeto y el objeto, comparten la historicidad como modo de ser
común: se hace historia porque es historia.

Por otro lado, la historia no deja de ser el escenario de lo mutable, de lo que cambia, de lo que es
contingente.
- Contingente (lo opuesto a necesario): lo que no tiene obligatoriamente que ocurrir así o
de la manera en la que ha ocurrido. Es decir, puede suceder de esa manera, y de una
manera totalmente, distinta. Es contingente, por ejemplo, que cualquier persona haya
nacido, porque podría no haber nacido.
La filosofía de la historia trata la razón de ese mundo de apariencia o ese mundo de lo contingente
o mutable. Tenemos, ya, por tanto, hacer alusión de manera forzosa a la idea de lo mutable, lo
múltiple, lo temporal, y lo cambiante. Estos conceptos, para los griegos antiguos, era el reto a
explicar.
Heráclito
Sostenía que el cambio, lo mutable, temporal, etc., era la propia esencia de la realidad, o la
realidad en sí misma. Todo cambia y nada permanece. La búsqueda de un Ser permanente e
inmóvil es imposible, porque nosotros estamos configurados de manera de que no podemos ser
idénticos a nosotros mismos en todos los momentos. Es decir, hay cambios permanentes, y la
realidad es algo que no se deja atrapar por completo, pero sin embargo puede ser comprendida
desde el punto de vista de una razón, un logos que entiende el cambio, como el paso del Ser al
No-Ser, o de los opuestos: del día a la noche, de lo blanco a lo duro y viceversa.
- Todo lo opuesto se necesitan unos a otros para entender el dinamismo de la realidad.
Como la realidad es dinámica, entendemos que el logos, es un logos que entiende a su
vez de elementos opuestos que se van enfrentando unos a otros. Por un lado, van ganado
uno, y otros perdiendo. Por el paso del tiempo, los que han perdido ganarán sobre los que
han ganado. Esto es lo que se denomina como: «Conflagratio universalis».
Conflagratio universalis. El mundo como está hecho de perpetuo cambio, no deja de ser algo
que se nos escapa de las manos. Por otro lado, el mundo como está hecho de perpetuo cambio, no
deja de ser algo que se nos escapa de las manos. El mundo no puede ser concebido como un Ser
estático, entonces no sería posible hablar de mundo.
La filosofía de la historia, es una especie de disciplina filosófica vinculada a los problemas
históricos. La historia entendida como el escenario de cambio y mutabilidad, en donde el ser
humano protagoniza ese curso móvil y cambiante, denominado historia. La historia hay que
asimilarla como un proceso de esta realidad, denominada historia. Por otro lado, también se trata
de conceptualizar. La historia sin el ser humano no es una realidad.

1
La dimensión temporal del ser humano
Este filósofo, empezó a cuestionarse sobre la temporalidad. Decía: «si me lo preguntas no lo sé,
pero si no me lo preguntas lo sé» Para definirlo faltan palabras, pero no deja de ser una realidad.
Decir que el tiempo es un concepto difícil de definir, como San Agustín afirma en sus confesiones,
en el libro XI, él se pregunta sobre la creación y el tiempo. Y va a establecer tres tipos de
temporalidades distintas o tres maneras de entender el tiempo.

San Agustín. Análisis de la temporalidad


El tiempo físico, psicológico y metafísico (de Dios)
- El tiempo físico. El que marcan las agujas del reloj. Es el objetivo, que está más allá de
nosotros.
- El tiempo psicológico. Es el del alma. Podemos medir como algo objetivo, fuera de
nosotros, pero también como algo que sentimos por dentro (intus) el tiempo expresado
en la interioridad humana. El tiempo se intuye interiormente (en el alma). A su vez se
puede dividir en:
La estructura tripartita de la experiencia temporal interior: percepción, recuerdo y
expectativa
No piensa que exista como tal el futuro y el pasado, sino que existe el presente. La estructura
básica de la temporalidad humana desde el punto del yo, del alma, es un presente (ahora). Empieza
a inspeccionase a sí mismo, para ver que ideas tienes, y a partir de ahí justificar el mundo externo.
(Intento anterior a Descartes) Con esto se da cuenta, de que ese presente se puede extenderse al
pasado y al futuro.
- El presente de las cosas pasadas, esto es denominado como la memoria o el recuerdo.
- El presente se da de las cosas presentes, se denomina percepción.
- El presente de las cosas futuras, se denomina, expectación o expectativa.
En definitiva, hay tres presentes, pero siempre se da en la intuición del yo. No es un concepto de
la razón, sino una intuición del interior.
El tiempo de Dios (la eternidad). Es muy metafórico. No alude algo que dure, ya que Dios es
eterno. Si durará tendría que estar en movimiento (no solo lo entendemos como movimientos
geográficos, sino también como la cualidad de lo móvil), cambiando, etc. Finalizando, con los
tipos de temporalidad, podemos afirmar que mucho antes que San Agustín, Aristóteles, ya había
dado una definición de tiempo: «llamamos tiempo a la medida del movimiento del ente». Es decir,
es aquella medida de lo móvil, de aquello que se mueve.

La metafísica de la temporalidad en Heidegger: el da-Sein


La estructura del da-Sein legitima el conocimiento histórico; se actualiza el pasado porque es
tiempo; la historia queda legitimada por un criterio inmanente a la misma; el sentido del ser y de
la objetividad se comprenden desde la historicidad del da-Sein.

Este planteamiento ontológico representa un giro completo en los planteamientos metodológicos


y en la cuestión de cómo comprender la historia: «comprender» es la forma originaria de realizarse
el da-Sein, y del «estar en el mundo»; es la determinación más fundamental del «estar ahí» en
cuanto proyecto.

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La comprensión y el sentido afecta al da-Sein en su estructura fundamental y, con ello, tanto a la
verdad de unas ciencias como otras. La identificación heideggeriana entre ser y tiempo harán que
su ontología tienda a diluirse en una filosofía de la historia.

Por otro lado. Ser y tiempo. Identificamos la temporalidad con el Ser, (en donde coinciden todos
los entes1). Define la existencia humana como Da-sein (ser-en-el-mundo).
- «Somos Seres para la muerte» estamos limitados. Tomar conciencia de la mortalidad
humanada, de que todo acaba. La muerte es el horizonte común para todos los individuos.
La existencia auténtica e inauténtica

• La existencia auténtica. El yo que asume su mortalidad. La temporalidad es nuestro


único tiempo. Hay que forjarse una vida, una existencia.
• La existencia inauténtica. Trata de esquivar el problema de la muerte. Que otras
personas tomen las riendas de tu vida.
Heidegger, está convencido de que existe dos existenciarios, es decir, dos condiciones de la
existencia humana, en la que el tiempo emerge en su puro estado. Estos dos existenciarios serían
la angustia y el aburrimiento. Cuando se experimenta, estas dos emociones, por denominarlo
de alguna manera, el Ser, se puede sentir en su propia carne.
Por otro lado, Heidegger, también nos habla de unos individuos inauténticos. Estos individuos
intentan apartar de su vida la angustia y el aburrimiento, ya que, para ellos, son sentimientos que
hay que evitar a toda costa.

3. Temporalidad individual y colectiva: la razón biográfica e histórica


Biografía - Temporalidad asumida a nivel individual
Una biografía es una narración que reflexiona sobre todos los momentos de la vida de una persona.
Si la realiza un individuo para sí mismo, sería denominada autobiografía, mientras que, si la
realiza otro individuo para otro individuo, sería denominada, biografía. Nosotros nos hacemos
cargo de nuestro propio Ser, por lo tanto, gracias a la biografía podemos narrar nuestro propio
ser a través del tiempo.
Muchas personas se han planteado la siguiente cuestión de ¿quién soy? A lo que muchos filósofos
han respondido: «eres lo que tú cuentas de ti mismo».

Historia - Temporalidad asumida a nivel colectivo


La razón histórica, es uno de los conceptos más importantes en la filosofía de la historia. Este
concepto acuña a Ortega y Gasset, aunque con anterioridad, ya vino dicho por Hegel y por otros
filósofos idealistas.
«El logos que pretende comprender la descripción de los hechos y acontecimientos de la
historia»
- Hegel, en el siglo XIX afirma que el Ser radica de la racionalidad. Esto sería la base de
la filosofía de Hegel.

1
Todos son temporales, porque el Ser es tiempo.

3
- Todo lo real, es racional y todo lo racional es real. Nada es absurdo, pues todo es
racional, y todo lo racional es real.
- Todo lo que ocurre en la historia ocurre como debe de ocurrir de la manera en la que debe
ocurrir.
Proceso dialéctico de la realidad. Progresión de la realidad –> tesis, antítesis y síntesis.
- Una tesis que se afirma.
- Una antítesis, niega la tesis.
- Una síntesis, supera a la tesis y a la antítesis.
Esto se ve muy claro en la filosofía de la Edad Moderna.
Temporalidad individual y colectiva: la razón biográfica e histórica
Razón biográfica Histórica
Ortega y Gasset, en su obra Historia como sistema en torno a Galileo y en otros ensayos, acuña
que hay que apostar por un concepto de racionalidad humanizada, y no por una racionalidad
científica o neutral. También, afirma que la razón biográfica Histórica, es la que nos ayuda a
entender nuestros hechos.
Por otro lado, destacamos a Vico –pionero en la filosofía de la historia– (Giambattista Vico): los
principios de la ciencia nueva (la historia): lo «verdadero» es el «hecho» o también, podemos
decir que identifica el verum con el factum.
Para comprender al ser humano, hay que entender que la verdad se basa en los hechos que nosotros
realizados con nuestros propios actos, desde el punto de vista de la humanidad. Cabe destacar que
la razón, tipo matemática, física, es una razón que solamente entendería Dios.
Como ya se ha mencionado, la historia se convertirá en una ciencia nueva, la que hay que tomar
por válida, frente a las matemáticas, ciencias de la naturaleza, etc., ya que estas ciencias siempre
se verán limitadas por algo que traspasa el humano, y, además, solo la puede entender Dios.
Sustitución de la razón físico-matemática por la razón Histórica.
La vida constituye ese concepto básico del que tiene que partir toda filosofía, con apariencia de
ser más verdadera o comprender la realidad del mundo. Ortega y Gasset seguirá este tipo de
pensamientos.
Por otro lado, comprender la vida exigía alcanzar la razón biográfica Histórica. Cuando un
individuo empieza a darle vueltas el sentido de la frase: «yo soy yo y mis circunstancias, y si no
la salvo a ella no la salvo yo» (Ortega y Gasset) Entiende que la razón físico matemática no va
a solucionar los problemas de la existencia humana.
Lo verdadero es el hecho. Y la verdad de las matemáticas es una verdad sobre lo abstracto. Sin
embargo, al coincidir con Vico, de que lo verdadero es el hecho, entonces lo verdadero, la verdad
se integra como parte del quehacer y el obrar de los humanos.
Solo tenemos que encargarnos de las verdades concentras, es decir, de la historia, de la biografía
y de la Humanidad. Gracias a la historia podemos entender la realidad, pero no podemos
traspasar esa realidad que nos circunscribe.
El ser humano tiene una categoría ligada a su circunstancia, sus hechos, etc. Esa categoría es la
historia, y es donde se puede comprender al ser humano. El ser humano no se puede comprender
ni a través de las matemáticas, ni a través de la física. La historia se convierte en la ciencia
nueva (comprensible para el ser humano), y con ella las humanidades (poesía, retórica, etc.).

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El surgimiento del pasado histórico
Toda historia se refiere a hechos pasados que se narran para comprender el sentido de los
acontecimientos ya sucedidos a lo largo del tiempo. El ser humano quiere relatar esos hechos
pasados, es decir, quiere reconstruir el sentido de esos hechos pasados, para así poder comprender
su propio presente. Entender la historia como una reconstrucción racional de los hechos
pretéritos con miras a comprender el sentido de su presente.
Comprensión y explicación
Dilthey y, otros pensadores historicistas hacen una distinción muy clara entre la explicación y la
comprensión.
- Explicación: descripción del cómo se producen los fenómenos, sin ahondar en
fundamentos profundos.
- Comprensión: captación del sentido último de los fenómenos y su dilucidación en la vida
humana.
Cuando un individuo explica busca describir cómo se produce algo, un fenómeno. Por otro lado,
la comprensión, es la realidad del sentido de los fenómenos, y como estos se dilucidan en la vida
humana.
El ser humano no se conforma estando describiendo cómo funcionan las cosas a nivel superficial,
sino que ahonda más, para así comprender sus sentidos, y el sentido de la vida. En la historia no
solo hay que limitarse a describir los hechos históricos, sino el porqué de esos fenómenos ¿Por
qué estas cosas han ocurrido? ¿se hubieran ocurrido de otra manera? ¿Qué sentido tiene la
historia? –la gran pregunta–.
Para Hegel todo lo que ocurre en la historia es necesario para lo que viene posteriormente. Por lo
cual, nada sería un error, desde el punto de vista racional. Nosotros creemos desde un punto de
vista más concreto comprensivo, de que realmente, hay errores en la historia, y que no deben de
repetirse.

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