Variables Psicológicas Que Pueden Afectar Al Rendimiento Deportivo: Motivación, Activación y Ansiedad
Variables Psicológicas Que Pueden Afectar Al Rendimiento Deportivo: Motivación, Activación y Ansiedad
Variables Psicológicas Que Pueden Afectar Al Rendimiento Deportivo: Motivación, Activación y Ansiedad
Todo deportista ha experimentado alguna vez situaciones donde el corazón late con
extremada violencia, las piernas parecen flaquear, se pierde el control muscular,
aparecen los calambres... Sabemos que son situaciones típicas del sobreesfuerzo,
situaciones que hay superar y sobre todo controlar.
Parece evidente que no aislamos nuestra mente cuando nos exigimos al máximo en
lo físico. Todo deportista necesita prestar especial consideración a los factores
psicológicos para obtener el máximo rendimiento físico en la competición.
En atletas de resistencia se han evaluado algunos rasgos de personalidad como la
extroversión y las neurosis. Como grupo, estos atletas han demostrado estar dentro del
abanico normal de mediciones de los rasgos de personalidad (Morgan, 1980;
Morgan y cols., 1988)
Se ha descubierto que de modo regular los atletas de resistencia poseen unos
perfiles de estados de humor más sanos que los de la población general (Morgan,
1985).
Es cierto que se ven obligados a hacer frente no sólo al estrés de la vida diaria sino
también a los rigores del entrenamiento físico, y hay pruebas claras de que el proceso
del entrenamiento en sí mismo puede tener consecuencias psicológicas adversas.
(Morgan, y cols., 1987). Los corredores de fondo masculinos y femeninos de élite
han informado que experimentan niveles elevados de alerta antes de las
competiciones (Morgan y col., 1987; 1988).
Existe una creencia muy extendida de que la fuerza de voluntad y la capacidad para
tolerar el dolor es esencial para obtener un óptimo rendimiento en resistencia. Quizá
porque esta idea parece tan obvia, relativamente pocas investigaciones experimentales
han estudiado la tolerancia al dolor en muestras de atletas. Ryan y sus colegas (Ryan
y Kovacic, 1966; Ryan y Foster, 1967) llevaron a cabo trabajos pioneros en este
área, demostrando que los atletas de contacto y de resistencia poseían una tolerancia
al dolor significativamente más alta que la de las personas normales o que los atletas
que participan en deportes no de contacto tales como el tenis.
Conviene tener presente que tanto entrenadores como deportistas deben adquirir los
conocimientos y técnicas precisas para controlar estos factores psicológicos. No
podemos atribuir los fracasos deportivos a agentes misteriosos o a la mala suerte.
Numerosas explicaciones han sido dadas al fenómeno de la motivación a lo largo
de la literatura científica. Se han utilizado términos diversos tales como instinto,
activación, estímulo, nivel de expectativa, etc.
Este fenómeno ha sido estudiado por numerosos especialistas de manera diferente.
Unos han centrado sus investigaciones en el ámbito del aprendizaje motor y otros
desde el punto de vista del rendimiento motor.
Cuadro 2:
Nivel de activación y rendimiento optimo en cada deporte.
(Tomado de Oxendine 1970)
La mayoría de los deportes, tenis, balonmano, baloncesto, requieren una energía
elevada y son tareas difíciles, por lo que tienen un estrecho rango de rendimiento
óptimo. Esta clasificación no tiene en cuenta que algunos deportes necesitan una
activación diferente en situaciones de ataque y defensa, o en función del marcador.
Bunker (1985), parece tener en cuenta los siguientes factores para explicar la
relación entre nivel de activación y rendimiento:
1 Rasgos de personalidad
2 Nivel de aprendizaje.
3 Tarea a realizar (complejidad, demandas físicas, precisión y exactitud).
4 Factores inusuales o novedosos.
5 Autopercepción o autoevaluación de la competencia del deportista.
6 Efectos de facilitación social de la activación. Además se debe aprender a controlar
el nivel de activación o energía psíquica y el nivel de estrés.
El proceso emocional, por diversos factores, es sentido a veces por el individuo de
manera desagradable, impidiendo su atención, su ejecución motriz, el curso de su
pensamiento, vivenciando sus ritmos cardíacos y sintiendo ahogo. Es lo que se
denomina ansiedad. Este sentimiento puede en ocasiones aparecer de manera
espontánea sin que aparentemente se haya desencadenado ninguna reacción particular
(Valdés Casal, 1996).
Para Lazarus (1966) (op. cit. Oña, 1994), la ansiedad se encontraría entre los
comportamientos inadaptados o ineficaces, pudiendo definirse como, " proceso
emocional donde la activación básica es procesada de forma amenazante y
desajustada, dando lugar a comportamientos incontrolados, desorganizados,
inhibitorios y evitativos. El logro, representaría los procesos emocionales de las
conductas adaptadas, eficaces, organizadas, y aproximativas. Spielberger (1986), fue
el primero en definir el llamado "estado" y "rasgo" de ansiedad. El "estado" de
ansiedad, se refiere a un estado emocional caracterizado por la aprehensión y la
tensión. El "rasgo" de ansiedad es una predisposición a percibir ciertas situaciones
como amenazantes y responder a ellas con niveles altos de "ansiedad estado".
La teoría de Spielberger (1972), predice que personas con un rasgo de ansiedad
alto, aumentarían su estado de ansiedad más que las personas con un rasgo de
ansiedad bajo, cuando se encontrasen en situaciones que perciban como amenazantes.
Es obligado entender que somos culpables del dominio de nuestras emociones,
como lo somos también de seguir un plan de entrenamiento y descanso adecuados a
nuestra actividad. El aprovechamiento de nuestra óptima capacidad depende en gran
medida de la coherencia de estos planteamientos. Debe existir una convicción de que
lo mental y lo físico no son mundos contrapuestos. Su correcta integración constituye
una inequívoca aportación a la mejora del rendimiento deportivo y sobre todo una
individualización del entrenamiento psíquico.
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