Manual-Tema4 - Pescado y Marisco
Manual-Tema4 - Pescado y Marisco
Manual-Tema4 - Pescado y Marisco
DIDÁCTICA
PESCADO Y MARISCO
En este cuarto tema se expone toda la materia relativa al consumo y manipulación del
pescado y del marisco.
1. INTRODUCCIÓN
Las cualidades nutritivas de los pesados y mariscos están fuera de toda duda, ya se trate de
pescado azul, blanco, fresco o congelado.
A pesar de estar lejos del consumo que caracteriza a portugueses y japoneses, los españoles
somos tradicionalmente grandes consumidores de los productos que nos ofrece el mar
alcanzando 31 kg por persona y año (incluyendo pescados y mariscos).
Como características destacables diremos que la carne del pescado es más blanda y
fácilmente masticable que otras carnes.
Además se digiere sin problemas siendo su valor nutritivo similar al de la carne de aves y
mamíferos. La grasa del pescado es rica en ácidos grasos poliinsaturados, que tienen la
propiedad de regular la cantidad y calidad del colesterol en la sangre.
4.1
Manipulador de alimentos
El pescado en general es rico en vitaminas del grupo B, E y K. (El azul además en A y D). Es
una excelente fuente de Fósforo y si se consume la espina, también de Calcio.
El pescado recién cocido raramente es causa de enfermedad, debido a la frecuencia con que
los microorganismos patógenos intestinales, dañinos para los seres humanos, no se
encuentran en este grupo de animales por su incompatibilidad con la temperatura media de
los fondos marinos en que viven la mayoría de las especies acuáticas.
En lo que se refiere a los mariscos, por ejemplo ostras y mejillones, con frecuencia son
criados en aguas de estuarios contaminados por efluentes. Las ostras por lo general se
consumen crudas. Brotes de fiebre tifoidea y paratifoidea ocurridos de vez en cuando han
sido atribuidos al consumo de ostras procedentes de zonas que reciben las aguas residuales
próximas.
De las intoxicaciones más graves destacaremos en el caso de los peces las producidas por el
consumo de morenas, barracudas, anguilas negras y meros negros, que dan lugar a la
llamada intoxicación pro ciguatara (compuesto químico). La intoxicación cursa con náuseas,
diarreas, escalofríos, dolores abdominales, y en los casos más graves (2-7 %) con parada
respiratoria.
4.2
Manipulador de alimentos
Destacamos la intoxicación paralítica por moluscos después de la ingestión de mejillones o
almejas, contaminadas por indeterminado género de dinoflagelados, tanto crudos como
cocidos y que a los treinta minutos de la comida el enfermo presenta hormigueo en labios y
lengua, que luego se extiende a cuello, brazos y piernas, seguido de lenguaje incoherente y
afonía. Puede llegarse a un 8,5% de muertes por parálisis de los músculos respiratorios.
En este caso la prevención es responsabilidad de los cultivadores de moluscos, del correcto
funcionamiento de las depuradoras y del control sanitario de la Administración.
Debe suponerse pues, que raramente resultan contaminados por portadores humanos y que
por tanto no constituyen una fuente natural de salmonellas. Incluso las muestras congeladas
en crudo (sin cocción previa) raramente contienen salmonellas.
Este contenido varía mucho según las especies, y sobre todo, la época del año. Así, por
ejemplo, al atún (pescado azul) se le reconoce un contenido medio del 12%, a la sardina
(también azul) un 7,5 % y a la merluza (blanco) un 3%. Pero en el caso de la sardina ese
7,5% varia a lo largo del año desde un 2% hasta un 12 %.
Uno de los mitos más escuchados es que el pescado blanco es mejor que el azul, a pesar de
que, como acabamos de ver, es precisamente el pescado azul el que ayuda de forma más
directa al control del colesterol.
4.3
Manipulador de alimentos
Otro tópico consiste en la consabida afirmación de que el pescado de mar es más salado que
el de río.
Hay gente que cree que el pescado fresco es mejor que el congelado. Sólo podemos afirmar
con certeza que eso dependerá de cada caso. Desde el punto de vista nutritivo, un pescado
correctamente congelado y descongelado no pierde sus cualidades. Otro tema sería el
aspecto gastronómico debido a la textura del pescado fresco frente al congelado. Un pescado
ultra-congelado y mantenido a temperatura constante de -30º C no debería presentar
problemas de textura, pero mantener constantemente esas condiciones a veces es muy
complicado.
Otra falsedad es la afirmación de que las proteínas de la carne son mejores que la del
pescado. Tanto la carne como el pescado son fuentes de proteínas. En todo caso podría
decirse que las proteínas del pescado son mejores por ser más digeribles.
Grupo A. Peces sin mandíbulas, con la boca en forma de embudo. Existe una sola especie:
Lamprea. Muy consumida en Galicia.
Grupo B. Peces con mandíbulas: todos los demás.
Grupo B.1
Con esqueleto cartilaginoso: tiburones y rayas. La carne de los tiburones suele desprender
olor amoniacal, que desaparece con la aireación y sobre todo con la cocción. Los más
comercializados son los grandes tiburones (230 a 1200 Kg), cuya carne culinariamente tiene
un gran parecido con la ternera (jaquetón, cailón y marrajo).
Entre los tiburones pequeños, los de comercialización más frecuente son el cazón (30 Kg.) y
la pintarroja (2,5 Kg).
4.4
Manipulador de alimentos
Las aletas de las rayas son altamente apreciadas en la cocina francesa y en la oriental.
Aunque no hay grandes diferencias de calidad, la especie más apreciada es la raya común o
raya de clavos.
Grupo B.2
Con esqueleto óseo: los primeros lugares de consumo son ocupados por la merluza
(pescadilla), el boquerón y la sardina. Entre estas tres familias se sobrepasa, compensando
unos meses con otros, el 40 % de las ventas de pescado fresco.
Así pues, la merluza (pescadilla cuando está creciendo) es el pescado preferido por los
españoles al contrario que en otros países que la califican de insípida. Es merluza aquel
animal que no pesa menos de 2,4 Kg. (puede llegar a pesar 11 Kg.), muy parecido a la
familia del bacalao, pero con el cuerpo más alargado y solamente dos aletas dorsales y una
anal (bastante prolongada y parecida a la segunda aleta dorsal). Junto a la merluza, se
incluyen en esta familia (merlúcidos) las barbadas o rosadas, las brótolas (de roca y de
fango) y las marucas, todas ellas especies mucho menos comercializadas.
La popular sardina es otro punto fuerte de los establecimientos comerciales. Está integrada
en la familia de los Clupeidos, junto con el arenque, el espadín, los sábalos, las alanchas y
las sabogas. Son peces con el cuerpo algo comprimido lateralmente, que se caracterizan por
tener una aleta dorsal, toda ella de radios blandos. De forma esbelta y ojos grandes, con
párpados adiposos que dejan una hendidura elíptica frente al iris.
Las comisuras de la boca no alcanzan la vertical del ojo. Escamas grandes, delgadas,
plateadas y poco adherentes, que en la línea media ventral forman una quilla aserrada
característica de la familia.
La familia se diferencia del arenque por tener un opérculo con estrías radialmente
distribuidas, mientras que el arenque lo tiene liso. El espadín tiene una aleta dorsal
implantada muy traseramente, por lo que manteniéndolo en el aire conocido por ella, la
cabeza tiende a dirigirse hacia el suelo.
4.5
Manipulador de alimentos
colesterol en las paredes de venas y arterias, siendo incluso capaces de desprenderlo de las
mismas.
GRUPO C: Peces planos. Es el tercer gran grupo, que suele sobrepasar el 15% de las
ventas. En este grupo se encuentran pescados tan insignes como el gallo, el rodaballo, el
lenguado, la acedía, la lenguadina y el coreano, junto a otros de menor calidad culinaria
como la platija y la solla.
Son llamados peces planos debido a que su cuerpo es aplastado lateralmente. Mantienen
apoyado en la arena del fondo uno de sus lados (lado ciego). Aunque la boca aparece más o
menos centrada, los ojos emigran al lado no ciego u oculado.
En cuanto al tamaño, es muy variable. Los hay grandes como el rodaballo que puede pesar
hasta 35 Kg. Una solla grande puede pesar hasta 7 Kg, otros, medianos, no sobrepasan
nunca los 3 Kg (gallo, lenguado y platija). Los más pequeños como la acedía y la lenguadina
pueden medir menos de 20 cm. Y pesar menos de 100 gramos. Tienen los mejores, una
carne blanca y fina, con la grasa justa (no llega al 2%), muy adecuado para que no les falte
sabor y untuosidad, siendo pues pescados magros o blancos.
La caballa o verde, igual que su pariente el estornino, son peces pequeños o medianos
(máximo 3 y 5 Kg respectivamente); los bonitos, medianos y grandes (hasta 20 Kg) y los
atunes pueden ser pequeños (la melva no pasa de 3 Kg) y también grandes (el atún rojo
puede llegar casi a los 700 Kg). Todos ellos tienen el cuerpo fusiforme, de grandes
nadadores, y la piel con escamas muy reducidas o sin ellas, aunque en las partes anteriores
del cuerpo suelen estar muy desarrolladas. Tienen dos aletas dorsales y una anal, con la
característica de que la segunda dorsal y la anal se caracterizan por su línea.
Los bonitos tienen carne blanca y fina. Muy parecida a la del atún blanco al que se denomina
(incorrectamente) en nuestro país “bonito del norte”. Al rabil o yellow fine (así llamado por
tener una línea de color amarillo, yelow en inglés) se le llama también “atún claro”. Los
demás, y particularmente el atún rojo, tienen la carne de este color, siendo la de éste último
muy apreciada. La de menor calidad corresponde a la melva.
El grupo de los salmónidos tienen cuerpo fusiforme, bastante rechoncho, de tamaño medio a
grande y una característica que los hace inconfundibles: la segunda aleta dorsal no es un
verdadera aleta, sino una bolsa adiposa. Viven en agua salada y dulce. La mayor parte de los
comercializados son producidos en piscifactorías, su carne es precisamente de color salmón
(salmón y trucha arco iris), o blanca (trucha común o trucha marina) y siempre con alto
contenido de grasas. Son pues pescados grasos.
4.6
Manipulador de alimentos
Hay pescados que, por su exquisitez o por su relación calidad/precio, no deben faltar en el
surtido de los establecimientos comerciales. Entre ellos figuran el besugo, el pez espada; el
rape, el congrio, el mero, el chicharro o jurel y el cabracho (en realidad, lo que se vende
como cabracho en los mercados centrales es gallineta mediterránea).
Entre los mariscos, casi una cuarta parte de las ventas corresponden al calamar
(generalmente congelado). Le siguen de cerca, incluso sobrepasándoles en ocasiones, el
mejillón junto a (estos ya más alejados) la chirla y la almeja (bivalvos). También se usan
bastante, el cangrejo de mar y de río, la gamba y el langostino (en su mayor parte
congelado). Tampoco deben faltar los berberechos, cigalas, nécoras, percebes y bígaros,
centolla, buey de mar y pulpo.
El examen organoléptico del pescado y el marisco tienen por tanto el inconveniente de ser
subjetivo, requiere cierta práctica y conocimiento. No obstante, la observación de un gran
número de caracteres correlativos entre sí, permite obtener datos que en conjunto pueden
conducir a una apreciación inmediata del grado de frescura del alimento en cuestión. Por
supuesto existen a nivel de laboratorio métodos objetivos que corroborarán o corregirán las
apreciaciones visuales. Estos métodos son físicos (pérdida de elasticidad y resistencia),
químicos (detección de compuestos no proteicos, ácidos grasos, aditivos no autorizados,
etc.) y microbiológicos (análisis de microorganismos patógenos).
En la tabla siguiente se relacionan los signos que pueden apreciarse mediante pruebas
sensoriales en el pescado, crustáceos y moluscos que permiten juzgar su grado de frescura o
posible alteración.
4.7
Manipulador de alimentos
APECTOS DEL PESCADO SIGNOS DE FRESCURA SIGNOS DE ALTERACIÓN
Además es conveniente tener en cuenta que, en el pescado pequeño sin eviscerar, es buena
señal que el pesado este rígido y entero; en los pescados planos, el olor es buen indicador,
lo mismo que lo es el color en las pescadillas.
4.8
Manipulador de alimentos
APRECIACIÓN DEL GRADO DE FRESCURA EN LOS MOLUSCO BIVALVOS
(Ej. Mejillón, ostra)
4.9
Manipulador de alimentos
APRECIACIÓN DEL GRADO DE FRESCURA EN CRUSTÁCEOS
(Ej. Bogavante)
El marisco debe conservarse adecuadamente. Su gran “fragilidad” hace que deban adoptar
medidas mucho más estrictas que con otros alimentos, evitando de esta forma el deterioro
del pescado fresco antes de su preparación.
Es una buena práctica aconsejar a los clientes que el pescado se limpie bien, haciéndolo en
filetes, quitándole la raspa o espina central, la piel, etc., según convenga en cada caso.
Si se trata de pescado congelado, debe procurarse por todos los medios que no se
descongele antes de su preparación. Para ello, será importante que el cliente deje para el
final la compra del pescado, trasportándolo en bolsas térmicas (isotérmicas) y nada más
llegar al destino deberá meterse en el congelador, evitando así romper la cadena de frío.
4.10
Manipulador de alimentos
En cualquier caso, y sobre todo si no se cuenta con un congelador adecuado, debe tratarse
de hacer uso del pescado lo antes posible para evitar deterioros por variación en las
condiciones de conservación y por el paso del tiempo.
Los pescados se alteran espontáneamente con mayor facilidad que otros alimentos, debido a
la gran cantidad de agua que contienen. Esta descomposición es muy rápida en verano o en
lugares con temperaturas altas, por lo que deben transportarse, es estado fresco,
refrigerados con hielo y en camiones frigoríficos, tomando medidas análogas para su
conservación en almacén.
La composición media aproximada de la carne de los peces es: agua: 60-84%, proteínas:
12-22%, grasas: 0,14-25% y sales: 0,76-1,62%.
Los crustáceos tienen una composición muy parecida y los moluscos también. Sin embargo
los moluscos difieren de los demás en tener un contenido significativo de hidratos de carbono
(azúcares) por lo que su deterioro se produciría por la fermentación (proceso que ocurre
cuando determinados microorganismos se alimentan de los azúcares presentes en un
alimento, produciendo como desecho gas anhídrido carbónico).
En los peces y crustáceos, ya que carecen prácticamente siempre de azúcares, las sustancias
más afectadas son las proteínas y las grasas. Las enzimas (sustancias que se hallan en el
propio alimento y desencadenan reacciones de deterioro) actúan con mayor facilidad y
rapidez sobre los compuestos más simples, liberando en el proceso diversos componentes
volátiles olorosos (olor putrefacto).
Tras este proceso sobreviene la invasión microbiana. Los organismos invasores se alimentan
de substancias del propio pescado o maricos muertos, excretando sobre éste productos de
desecho, a veces tóxicos (ejemplo estafilococos o clostridium), multiplicándose rápidamente
y alterando la composición química del pescado, y por tanto su valor nutritivo y aptitud para
el consumo.
4.11
Manipulador de alimentos
Se habla de alteración microbiana cuando los microorganismos han modificado de tal forma,
con su multiplicación y su metabolismo, las características organolépticas de un alimento,
que perjudican ostensiblemente su valor para el consumo o impiden prácticamente que sea
utilizado. La descomposición microbiana es parte de un importante ciclo de la naturaleza, en
el cual la substancia orgánica inanimada y de elevada complejidad se desdobla en sus partes
integrantes, que a su vez quedan disponibles para formar a partir de ellas, nuevas
substancias vivas.
Otras veces, contribuyen a esas alteraciones, o son causa directa y determinante, los
agentes físicos, principalmente el calor, el frío y la humedad relativa. El primero, produciendo
la fusión de las grasas, con desplazamiento interno de las mismas y facilitando la oxidación
(enranciamiento) y otras recombinaciones químicas. El frío intenso reseca el alimento y da
lugar a las quemaduras por congelación. La humedad por su parte facilita particularmente la
proliferación microbiana.
- Cambios de olor y color y pérdida del brillo, con lo que el pescado pierde gran parte de
su natural atractivo.
- Descenso de la calidad global, tanto desde el punto de vista nutritivo como sanitario.
- Aplicación de calor.
- Desecación.
- Salazón.
- Ahumado.
4.12
Manipulador de alimentos
- Empleo de aditivos autorizados.
La única técnica de aplicación en el punto de servicio es la utilización del frío. Las demás, en
su mayoría, son aplicadas artesanalmente y/o por la industria. Así pues conviene recordar
que contribuyen de forma notoria a la conservación del estado fresco las siguientes
condiciones:
- La higiene general de los locales.
- La protección contra los agentes contaminantes: frío natural (hielo) o artificial (cámaras
y refrigeradoras).
Antes de continuar profundicemos algo más en los cambios organolépticos producidos una
vez el animal (pescado o marisco) ha muerto. Inmediatamente después de la muerte, el
músculo del pescado se encuentra relajado, blando y flexible, siendo una textura firme y
elástica al tacto. Después de poco tiempo el tejido muscular se contrae. Cuando el músculo
se torna rígido y duro y el cuerpo se vuelve inflexible, se dice que el pescado está en rigor
mortis. Tras ese estado de rigor, el tejido muscular retorna a su estado relajado.
La alteración microbiana no empieza hasta pasado el rigor mortis por lo que cuanto más se
retrase este momento, más largo será el período de conservación. El rigor mortis se acelera
por las sacudidas del pescado previas a la muerte, por falta de oxígeno y por temperaturas
elevadas, retardándose a temperaturas de refrigeración.
Debe señalarse que el pescado exhausto (capturado por arrastre) y el pescado almacenado a
temperaturas elevadas, entrará y pasará por la fase de rigor mortis rápidamente, lo que
también se observa en los peces pequeños, veloces y fatigados, mientras que en los
pescados grandes y pescados planos, requiere en general más tiempo. Cuanto más alta es la
temperatura de almacenamiento, el rigor es más rápido y tarda menos en resolverse.
Otro cambio postmortal importante, es la producción de mucus (excretado por las glándulas
mucosas de la piel). La producción de mucus es, a veces, tan considerable que el cuerpo
completo del pescado se ve recubierto por una fina capa mucosa, representando el 2-2,5%
del peso total. Este mucus es un medio excelente para que los microorganismos se
desarrollen.
4.13
Manipulador de alimentos
En cuanto a los olores extraños, los primeros en ser detectados son los de la cavidad
abdominal. En pescados que no se evisceren después de la captura, esto puede ocurrir
mucho antes de que el pescado muestre algún tipo de alteración. En algunos casos, la alta
actividad enzimática en las vísceras del pescado capturado durante su período de
alimentación puede causar una degradación completa de la pared estomacal e incluso
romperla. Este es un fenómeno denominado “estallido ventral”, que puede ocurrir unas horas
después de la captura.
Debido a la rápida degradación del pescado y marisco a temperatura ambiente, que da como
resultado un plazo de conservación muy corto, ha de recurrirse a la aplicación del frío, ya sea
en refrigeración o en congelación.
La aplicación de frío debe iniciarse en alta mar y no cesar hasta que se prepara para el
consumo. Las bajas temperaturas deben mantenerse, sin interrupción, en el transporte, el
almacenaje y distribución del pescado, eslabones que componen la conocida cadena del frío.
Se denomina refrigeración del pescado a la aplicación del frío hasta que todos sus puntos
alcancen la temperatura óptima de conservación, pero siempre superior a la del punto de
congelación. Este es, por tanto, un tratamiento suave que apenas introduce cambios en el
producto.
La congelación del pescado deberá efectuarse de forma que la zona de cristalización máxima,
comprendida entre las temperaturas de -1ºC y -50ºC, se franquee los más rápido posible. La
congelación debe realizarse antes de producirse el “rigor mortis” o mientras dura dicho
estado. El pescado se congela entero, descabezado, fileteado o troceado. Los pescados de
más de 30 cm deben ser descabezados y eviscerados y, a continuación, como todos los
demás lavarse concienzudamente con agua limpia y enfriada a una temperatura de 30ºC a
50ºC, antes de la congelación.
Las especies de pequeño tamaño, los filetes y las rodajas de pescado, así como los
crustáceos, deberán acondicionarse con anterioridad a la congelación en envases
impermeables al vapor de agua y aire (se recomienda el envasado al vacío), sobre todo
cuando se trate de pescados grasos.
Para la congelación de moluscos, sobre todo en el caso de los mejillones, se debe efectuar un
tratamiento de precocción comercial conveniente.
4.14
Manipulador de alimentos
Las especies de grandes tamaños congelados enteros, los bloques de pequeños congelados o
los congelados en cajas de madera, deberán glasearse, con el fin de evitar pérdidas de
desecación. La operación, que consiste en recubrir el pescado congelado con una fina capa
de hielo de agua dulce, podrá realizarse por inmersión en recipientes con agua a
temperatura de 2º a 4ºC. La temperatura de la cámara donde se encuentran los recipientes
deberá ser de 10ºC o inferior. También podrían glasearse mediante una pulverización
adecuada con agua fría.
Los pescados grandes congelados que se conservan a granel deberán glasearse de nuevo
cada 2 meses aproximadamente, y los que se conserven en cajas, cada 4 meses.
Destaquemos también que debido a la fragilidad del pescado, si éste se conserva mal, puede
darse el caso de la desnaturalización de las proteínas, obteniéndose un producto fibroso y
poco esponjoso.
- Vehículos refrigerados.
- Vehículos frigoríficos.
- Contenedores.
- Placas eutécticas, recargadas en los puntos de partida de los vehículos después de cada
viaje.
4.15
Manipulador de alimentos
a 0ºC y sin pérdida de humedad; ambas condiciones se conseguirán mezclándolo con hielo
picado, en proporción no inferior a 250 gramos de hielo por Kg. de pescado y día.
Finalmente, habría que establecer los límites del glaseado, técnica en declive, pero cuyo
abuso tiene como consecuencia que se pueda pagar agua a precio de pescado.
Otro criterio de calidad de los filetes es la presencia de espinas. Las de más de 1 cm pueden
ser ya molestas para el consumidor y no deberían verse en los filetes.
Los hematomas constituyen un defecto que se debería de evitar en los filetes congelados.
Por último, tener en cuenta que el precio del pescado congelado es inferior al del pescado
fresco.
La calidad inicial del pescado es determinada por una serie de factores, tales como el
tamaño, la edad, la madurez, el desove y la alimentación.
4.16
Manipulador de alimentos
Las consecuencias de lo expuesto anteriormente son que, durante el estado de freza, la
carne permanece blanda y, al parecer, los peces capturados en esta fase se alteran con
mayor rapidez.
Otro factor a tener en cuenta son las migraciones durante la época de reproducción. Durante
este momento muchas especies tienden a la congregación.
Esto es aprovechado por los pescadores para su captura, explicando así que en determinadas
épocas se desembarquen grandes cantidades de una determinada especie. Veamos una
clasificación de estacionalidad en función de si se tratan de especies demersales (especies
que viven en aguas profundas) o pelágicas (especies que viven en aguas superficiales).
Demersales
- Especies de estacionalidad muy acusada: bacaladilla.
- Especies de estacionalidad acusada: gallo, merluza y besugo.
- Especies de estacionalidad moderada: rape, boga y pescadilla.
Pelágicas
- Especies de estacionalidad extremadamente acusada: bonito y anchoa.
- Especies de estacionalidad muy acusada: caballa y sardina.
- Especies de estacionalidad acusada: jurel.
Las especies pelágicas tienen, pues una estacionalidad media acusada. Su porcentaje de
capturas, por encima de la media, es del 72,1% desde mayo a noviembre.
El mes de máxima producción es noviembre. El mes de mínima producción es enero. Por
ejemplo, la máxima calidad de la sardina está en octubre.
Moluscos. Los moluscos de interés comercial presentan una estacionalidad muy acusada.
Representan una 9% de la pesca. El porcentaje de capturas por encima de la media es del
39% desde octubre hasta diciembre inclusive. El mes de máxima producción es octubre y
agosto el de mínima producción.
4.17
Manipulador de alimentos
Por ejemplo, una regla práctica: los moluscos tienen su mejor calidad en los meses cuyo
nombre incluya la letra R, a saber: septiembre, octubre, noviembre, diciembre, enero, marzo
y abril.
Por último, ha de tenerse en cuenta que en la estacionalidad del pescado influye muy
directamente la climatología de cada año y de cada estación, puesto que los temporales
impiden los trabajos de captura.
La preparación comercial del pescado comienza ya en los propios barcos de pesca, donde se
procede al descabezado y evisceración de las especies que así lo exigen y se realiza la
primera clasificación por especies, tamaños y calidades.
- Verdes y salados.
- Desecados y seco-salados.
- Cocidos.
- En conserva y semiconserva.
- Deshidratados o liofilizados.
- Embutidos de pescado.
- Bloques prensados.
Los pescados y mariscos frescos, refrigerados o congelados, se pueden vender enteros, por
unidades (un besugo, una lubina, un centollo) o subdivididos en unidades comerciales
menores, como los que a continuación se relacionan.
- Alas o aletas.
- Bocas o pinzas.
- Rejos o patas.
- Cabezas.
4.18
Manipulador de alimentos
- Carne o vianda.
- Colas.
- Anillas y coronas.
- Filetes.
- Falda o ventresca.
- Huevas y huevos.
- Lomos.
- Rodajas.
- Migas.
- Cocochas.
- Envoltura y pesaje.
4.19
Manipulador de alimentos
Por último y como comentario, damos varios consejos para la preparación culinaria de
pescados para que el pescadero pueda servir de asesor a sus clientes:
- Los pescados azules, por sus características gastronómicas, no casan bien con las salsas,
ya que resultan más pesados. Son mejores para la parrilla, la plancha o el horno. Los
blancos, al ser más ligeros, abren mucho más sus posibilidades de combinación, desde
las más sencillas hasta las recetas más complicadas.
- La descongelación del pescado debe hacerse adecuadamente para garantizar la
conservación de sus propiedades nutritivas: sacándolo con tiempo suficiente del
congelador y poniéndolo en el frigorífico o bien en el microondas. Si son piezas
pequeñas, se pueden cocer directamente sin descongelarlas.
- Evite utilizar pescados crudos, principalmente en épocas en que algunos (sobre todo
blancos) pueden presentar parásitos, como es la primavera. El parásito más común es el
anisaki, un gusano que aparece en forma de un largo hilo. Si el pescado se cocina
(tratamiento térmico a temperatura suficientemente alta), el riesgo no existe.
- Los pescados fritos suelen absorber mucha grasa, habitualmente por el rebozado en
aceite muy caliente. Así su superficie se endurece rápidamente y se evita que la grasa
entre en su interior conservándose más del pescado.
- Esta normativa define los distintos tipos de productos (fresco, refrigerado, preparado,
etc.).
- Se refiere a la necesidad de quitar las tripas (eviscerar) del pescado siempre que sea
posible.
- Fija criterios de inspección para controlar la calidad higiénica y la frescura del pescado.
- Establece cómo debe ser el transporte y almacenamiento del pescado y los requisitos
que deben cumplir los establecimientos de venta.
4.20
Manipulador de alimentos
En España además existen normas de control de microorganismos patógenos y alterantes, si
bien se echa en falta el de algunos de origen marino, y de niveles de metales pesados
(cadmio, cobre, mercurio y plomo). Esta normativa es bastante completa, aunque la gran
dificultad encontrada en exigir su cumplimiento ha hecho que sólo se trate de buenas
intenciones, sin una verdadera repercusión sobre la calidad que llega a los consumidores.
En lo que respecta a las instalaciones donde se vende y sirve el pescado (en muchos
aspectos tratados igualmente para el resto de alimentos) deben cumplir una serie de
características que las hagan idóneas para dicho fin. Así la Reglamentación Técnico Sanitaria
de los establecimientos y productos de la pesca con destino al consumo por RD 1521/1984,
de 19 de mayo, señala normas higiénicas de obligado cumplimiento desde los barcos
destinados a la pesca, a los establecimientos industriales y comerciales incluidos en la
misma.
2. Los pavimentos de las zonas de trabajo donde se reciban, manipulen, elaboren, envasen
y almacenen productos, así como sus residuos, estarán construidos con materiales no
absorbentes, resistentes y no atacables por ácidos o alcális empleados en su limpieza.
Serán fáciles de limpiar y tendrán una inclinación suficiente hacia los sumideros que
permita la evacuación de las aguas. Los desagües serán de tamaño adecuado, o
provistos de rejillas metálicas, cierres hidráulicos y/o salvaguardias, para evitar el
retroceso de olores y entrada de roedores.
4. Las cubiertas y techos estarán construidos de tal forma que no acumulen polvo ni
vapores de condensación. Serán de fácil limpieza y siempre estarán en condiciones tales
que no puedan aportar posibles contaminaciones a productos. Las uniones entre suelos y
paredes y entre éstas y techos serán redondeadas, para facilitar su limpieza.
4.21
Manipulador de alimentos
7. Las instalaciones dispondrán en todo momento de agua corriente potable en cantidad
suficiente. El hielo que se emplee en la conservación de los productos de la pesca habrá
sido elaborado con agua potable. Se evitará toda contaminación durante su fabricación,
manipulación y almacenamiento.
9. Existirán dispositivos en los que los operarios se podrán lavar, secar las manos y
desinfectar los guantes, en caso necesario. Los lavabos colocados en estas zonas estarán
dotados de agua fría y caliente. Serán acondicionados a pedal u otro sistema no manual;
el secado de las manos se efectuará con toallas de un solo uso o secadores automáticos.
12. Los locales deben mantenerse en correcto estado de limpieza, por lo métodos más
apropiados para no levantar polvo ni producir alteraciones o contaminaciones: Los suelos
se lavarán y desinfectarán al menos diariamente y se practicarán en los locales los
procesos de desinfección, desinsectación y desratización con la periodicidad necesaria.
14. El establecimiento contará con los medios necesarios para mantener los productos de la
pesca frescos, en cuanto a aplicación de temperatura.
Veamos por último cuatro normas básicas en la higiene de los manipuladores de pescados y
mariscos:
4.22
Manipulador de alimentos
2. Toda persona que realice operaciones de manejo de productos de la pesca deberá
lavarse las manos con agua y jabón o productos análogos tantas veces como lo
requieran las condiciones de trabajo y siempre antes de incorporarse al puesto de
trabajo después de una ausencia.
3. Queda prohibido fumar, comer, masticar goma, tabaco o cualquier otra práctica no
higiénica en las dependencias de elaboración y envasado y en la manipulación, en su
caso.
Para desarrollar este punto nos centraremos en el proceso global de la manipulación del
pescado fresco desde su captura hasta el desollado y fileteado, de tal forma que seamos
capaces de tener la visión global del proceso, pudiendo trasladarlo al día a día.
Captura. Los peces son capturados mediante redes, anzuelo y línea, o trampas en aguas
más o menos alejadas de las plantas de procesado. Además, como consecuencia de que los
métodos de captura pueden realizarse en el transcurso de varias horas, y las condiciones de
trabajo son inestables y difíciles en el mar, suele ejercerse poco control sobre las condiciones
de los animales muertos o en el momento de morir.
Control: el pescado será eviscerado utilizando unas buenas prácticas de higiene para limitar
la difusión de la contaminación, y lavado completamente tras la evisceración.
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Manipulador de alimentos
Comprobación: observar la técnica de evisceración e inspeccionar el pescado para descubrir
contaminaciones visibles.
Control: el pescado será refrigerado a 30ºC en una hora, usando hielo fabricado con agua
potable. Si se emplea agua refrigerada procederá de zonas no polucionadas.
Desarrollo y fileteado. PCC. Se comienza por la selección y lavado del pescado, siendo
importante la calidad del agua utilizada. La contaminación se produce como resultado de una
manipulación directa, transferencia directa (microorganismos de intestino y piel) a la
superficie de los filetes, y transferencia ambiental (superficies contaminadas, cuchillos y
máquinas). Los filetes volverán a introducirse inmediatamente en hielo o serán refrigerados.
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RESUMEN
• La calidad inicial del pescado es determinada por una serie de factores, tales como el
tamaño, la edad, la madurez, el desove y la alimentación. Se aplica el término
estacionalidad al hecho de conseguirse capturas de una determinada especie de
pescados o mariscos en mayor cantidad y calidad en ciertas épocas del año. Influyen en
ella los fenómenos de reproducción, alimentación y migraciones de los pescados, que
para cada especie varían a los largo del año.
4.25
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